Una noche agradable - Andrea Laakkonen

Decidiendo irse del mirador para volver a la casa de la rubia, en el largo viaje de vuelta, Sora rodea los hombros de su chica para así acercarla más a ella mientras le deposita un tierno beso en la frente. Deciden dejar la moto estacionada donde estaba, pues sería tonto ir por ella en un viaje más largo, para después ir a su casa en esta y, en realidad, tardarse más por ello.

En todo el trayecto se dedican a conversar y reír, dejando definitivamente el momento de pasión de lado, e incluso olvidado. Termina, al final del último trayecto, tomar su mano y entrelazar sus dedos para que pudieran caminar con más libertad.

Llegando al edificio donde vive su chica, suben en ascensor y se dirigen a su puerta. Ahí Sora se queda fuera de la puerta.

-¿Nos vemos mañana o quieres qué me quede un rato más?

Pestañea un par de veces al ver como la arrastra hasta dentro, así enganchándose a ella. Pestañea otra vez hasta que ríe suavemente, acunándola entre sus brazos mientras besa con ternura su frente.

-Me quedo contigo todo el tiempo que quieras –Le dice besando su mejilla hasta que mira a su alrededor- Pero, ¿y tú compañera no le molestará? Aunque no la veo… –Pregunta volviendo a mirarla y sin soltarla del abrazo, pues le gustaba demasiado tenerla de esa manera.

Al notar que no estaba, aprovecha para acercarse lentamente a los labios de su chica y robarle un tierno beso mientras su mano derecha se posa en su mejilla, acariciando ésta con su pulgar. Lentamente va alargando el beso, en un beso lento y suave.

-Oh, lo siento… –Al parecer no fue mucho tiempo que vivieron juntas, pero Sora le asalta una preocupación en medio del beso, pero espera ya que disfruta de perderse entre sus labios.

Sus labios se separan lentamente y ve como se descalza, viéndola con una tierna sonrisa; la duda le asalta de nuevo así que toma con delicadeza su cintura y perfila su nariz con la suya.

-Volverás a vivir sola… ¿Podrás con los gastos? –Pregunta preocupada hasta que sus labios son sellados por esos labios que la enloquecen tanto.

Lentamente la va guiando por el piso, dispuesto a que lo único que vio de su departamento es el salón, la cocina y su habitación, sólo se puede orientar por esos lugares y se decide por sentarla tiernamente en el sofá, acorralándola lentamente en esta para profundizar el beso.

Sonríe y asiente con la cabeza, dejando la preocupación de lado y tan sólo saber que ella sabrá llevar bien la economía de su departamento sola. La había guiado lentamente al sofá, donde la sienta y profundiza el beso al acorralarla un poco en el respaldo del sofá. Cuando sus manos pasa por su espalda, un escalofrío recorre su espalda, un escalofrío que la hace sonreír y más al escuchar ese “te quiero” por parte de su rubia favorita.

Se sienta en el sofá, así atraer a ella a la mayor y sentarla encima suyo mientras sus manos recorren su espalda y la acerca más a ella. Muerde suavemente su labio inferior, así permitir que el aire volviera a sus pulmones y volver a retomar el beso, siendo éste ahora un poco más apasionado.

Las ganas de acorralarla en el sofá y hacerla suya aumentan, pero su parte racional es más fuerte, haciéndola pensar que tal vez su ángel pudiera llegar a pensar que sólo la quiere para tener sexo y listo, cuando en realidad no es así. La pasión del beso va descendiendo poco a poco mientras Sora se va tumbando en el sofá y atrae a Andrea con ella, así hacer que se tumbara encima de ella mientras la abraza con ternura.

Su mano diestra se dedica a acariciar tiernamente la espalda de su chica mientras que con la izquierda solo la mantiene abraza a ella. La mira con una sonrisa dulce, escuchándola con atención mientras recarga un poco su mejilla en su mano.

-Es cierto… No negaré que si fuera por mí te besaría a cada segundo pero no quiero que creas que solo te quiero para eso –Se va sentando lentamente, así abrazar a la chica con firmeza- Te quiero… Te quiero de verdad y… No quiero que nuestra relación sea solamente para, bueno, “eso” –Comenta completamente roja y muerta de vergüenza- No negaré que adoré escucharte gemir pero adoro más pasar el día contigo, de esta manera –Junta sus frentes para mirarla fijamente a los ojos, aún algo sonrojada- Te amo… Te amo mucho –Confiesa en un susurro, juntando lentamente sus labios con los suyos, besándola lentamente y con muchísima dulzura.

Perfila su nariz con la suya, mirándola con amor y pensando lo hermosa que es y la suerte que tiene de tenerla entre sus brazos y en su vida. Sonríe con ternura y se pierde en ese suave y delicado beso, sonriendo feliz al escucharle decir eso último; afirma el abrazo, apegándola más a ella mientras muerde suavemente su labio inferior y vuelve a besarla, pero procura no subir la pasión y no terminar en la cama. Es decir, no tiene sentido decirle que no la quiere para tener sexo si, al final de la noche, terminan en eso. Rompe el beso delicadamente y le da un tierno beso en la punta de su nariz.

-Llevamos poco tiempo juntas… Y sólo hemos salido tres veces juntas, ¿te parece que vayamos al cine este fin de semana? –Le pregunta picando su mejilla con su dedo índice y después robarle un corto beso- Veremos la que tu quieras

Sus manos están sobre su cintura mientras se reincorpora para sentarse y tener a la chica sentada encima suyo; perfila su nariz por la suya y le da un tierno beso en la mejilla hasta que ríe suavemente.

-Mientras no me hagas ver ninguna con gore, cualquier género me vale, y claro, las infantiles me parecen perfectas –Le dice robándole un beso cuando su chica le saca la lengua- También me parece perfecto que nos vayamos a visitar, además, me gusta lo que me preparas –Acaricia un poco su mejilla para después depositar un beso en él- También te traeré algo, aún no has probado nada que haya cocinado –Le dice besando la punta de su nariz para abrazarla con fuerza y darle un beso más largo- ¿Quieres ir a descansar? Siento que no voy a parar de besarte… Y no quiero terminar en la cama cuando antes te he dicho que no te quiero para eso, no tendría sentido –Confiesa avergonzada y levemente sonrojada mientras apoya su frente en el hueco entre su cuello y hombro.

Sonríe con ternura, correspondiendo a todos esos besos que le da mientras la tiene protegida entre sus brazos. Adoraba a la chica, de verdad que es la primera por la que siente algo tan fuerte que no puede controlar las ganas de besarla a cada segundo, de abrazarla y demostrar todos esos sentimientos que parecen desbordarse.
Se apoya un momento en ella, hasta que alza la mirada para verla sorprendida por la preposición. Termina por sonreír, derritiéndose de ternura por su chica.

-Me quedo con mi princesa –Dice dándole un tierno beso en los labios- Si no tienes sueño, entonces te mimaré hasta que te quedes dormida entre mis brazos –susurra tras acunarla entre sus brazos y besar su mejilla, recargando un poco sus labios sobre su cabeza, acariciando su nuca cuidadosamente y con gran dulzura.