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Escape (Privado) [+18]
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Re: Escape (Privado) [+18]
No entendía muy bien en la situación que se encontraba pero ambos le decían que iban a jugar, por lo que ella iba a hacer todo lo que le pidiesen pues para ella este juego era nuevo y no entendía muy bien las reglas o que se debería de hacer. Al momento de escuchar la petición del chico pelirrojo solo asintió comenzando a moverse un poco para tratar de incorporarse y abrazarle como él lo había dicho pero se quedó a medias la acción pues el chico de cabello azabache se inclinó para besarle en la mejilla. Ella se quedó quieta, mientras sentía que el calor subía a sus mejillas poniéndola un poco sonrojada, no estaba acostumbrada a que las personas le hicieran ese tipo de acciones.
Ahora sí pudo voltearse con ayuda del otro chico dando un pequeño grito al sentir esas manos en su cintura y subiendo las manos hasta sus pechos de manera lenta hacía que la piel se le erizara cerrando un ojo, el sonrojo parecía que se iba a quedar un buen rato pues todo lo que hacían era un poco extraño, sensaciones que provocó el vampiro en el baño cuando se alimento con ella por primera vez. Llegó a la conclusion que era muy diferente que otra persona le tocara los pechos.
Solo asintió al escucharle que le harían sentir bien, abrió la boca un poco para decir algo pero no salían palabras, sentía como su corazón comenzaba a latir más rápido ¿Que juego podría ser si ella tenía que estar desnuda? -¿P-pero yo que tengo que hacer en este juego?- Dijo tratando de voltear a ver al pelinegro, para apoyarse en algo decidió hacerlo en el respaldo del sillón, cada mano estaba a un lado de la cabeza de Ayato- A Zephaniah le gusta, los juegos donde pueda hacer muchas cosas- Trató de darle una pequeña sonrisa pero ésta salio mas tímida de lo normal.
Ahora sí pudo voltearse con ayuda del otro chico dando un pequeño grito al sentir esas manos en su cintura y subiendo las manos hasta sus pechos de manera lenta hacía que la piel se le erizara cerrando un ojo, el sonrojo parecía que se iba a quedar un buen rato pues todo lo que hacían era un poco extraño, sensaciones que provocó el vampiro en el baño cuando se alimento con ella por primera vez. Llegó a la conclusion que era muy diferente que otra persona le tocara los pechos.
Solo asintió al escucharle que le harían sentir bien, abrió la boca un poco para decir algo pero no salían palabras, sentía como su corazón comenzaba a latir más rápido ¿Que juego podría ser si ella tenía que estar desnuda? -¿P-pero yo que tengo que hacer en este juego?- Dijo tratando de voltear a ver al pelinegro, para apoyarse en algo decidió hacerlo en el respaldo del sillón, cada mano estaba a un lado de la cabeza de Ayato- A Zephaniah le gusta, los juegos donde pueda hacer muchas cosas- Trató de darle una pequeña sonrisa pero ésta salio mas tímida de lo normal.
Invitado- Invitado
Re: Escape (Privado) [+18]
Sus labios descendieron ligeramente al escucharle, separándose y dibujando en su rostro una expresión llena de sorpresa. No hacía falta una segunda explicación ni un dibujito, las intenciones de Dante eran obvias.
Ayato gustaba del sexo y aquello sería una auténtica novedad, algo que se salía completamente de su rutina, pero nunca había 'compartido' a una mujer con otro tipo. Su espíritu competitivo y territorial se lo impedía.
- ...¿Ha...hablas en serio? - Murmuró después que Dante hiciera manifiesta su indignación. El tipo le desagradaba de sobremanera pero reconocía que le debía una grande; aunque Ayato no estaba interesado en su sangre ni en caerle bien, tratos eran tratos y agradecía que al menos estuviera respetando sus intereses personales. Dejó escapar un bufido, asumiendo que el asuntillo iba por esos lindes: - Tsk, claro que hablas en serio. Ah...coño...me... - balbuceó de pronto cuando Zephaniah cambió de posición, abrazándose a él.
El contacto de sus pechos desnudos chocando contra su torso conseguían incrementar la latente excitación, que a su vez hacía a su garganta escocer. Sexo y sed, dos necesidades íntimamente relacionadas en una criatura como él. Ayato dejó escapar un jadeo sordo a medida que ocultaba el rostro de los dos presentes, seguro de estarse descontrolando.
Su pantalón apretaba, dolía. La presión de esa erección que acababa de erguirse bajo la tela lo ponía más ansioso de lo normal.
- Tú, escucha - haciendo caso omiso a la inocencia (o idiotez) de la pelirroja, Ayato clavó la mirada en ella y le habló de un modo brusco. - Este juego hará que entres en calor y te hará sentir bien, así que sólo haz lo que te ordenemos - explicó las 'reglas' en un gruñido, a medida que deslizaba su lasciva lengua desde la clavícula de Zephaniah hacia uno de sus pezones erectos por el frío. - Nh...mh...~ - recorrió la curvatura de sus senos con la boca mientras asía sus caderas con ambas manos, forzándola a recargarse contra el bulto de su entrepierna.
Ayato gustaba del sexo y aquello sería una auténtica novedad, algo que se salía completamente de su rutina, pero nunca había 'compartido' a una mujer con otro tipo. Su espíritu competitivo y territorial se lo impedía.
- ...¿Ha...hablas en serio? - Murmuró después que Dante hiciera manifiesta su indignación. El tipo le desagradaba de sobremanera pero reconocía que le debía una grande; aunque Ayato no estaba interesado en su sangre ni en caerle bien, tratos eran tratos y agradecía que al menos estuviera respetando sus intereses personales. Dejó escapar un bufido, asumiendo que el asuntillo iba por esos lindes: - Tsk, claro que hablas en serio. Ah...coño...me... - balbuceó de pronto cuando Zephaniah cambió de posición, abrazándose a él.
El contacto de sus pechos desnudos chocando contra su torso conseguían incrementar la latente excitación, que a su vez hacía a su garganta escocer. Sexo y sed, dos necesidades íntimamente relacionadas en una criatura como él. Ayato dejó escapar un jadeo sordo a medida que ocultaba el rostro de los dos presentes, seguro de estarse descontrolando.
Su pantalón apretaba, dolía. La presión de esa erección que acababa de erguirse bajo la tela lo ponía más ansioso de lo normal.
- Tú, escucha - haciendo caso omiso a la inocencia (o idiotez) de la pelirroja, Ayato clavó la mirada en ella y le habló de un modo brusco. - Este juego hará que entres en calor y te hará sentir bien, así que sólo haz lo que te ordenemos - explicó las 'reglas' en un gruñido, a medida que deslizaba su lasciva lengua desde la clavícula de Zephaniah hacia uno de sus pezones erectos por el frío. - Nh...mh...~ - recorrió la curvatura de sus senos con la boca mientras asía sus caderas con ambas manos, forzándola a recargarse contra el bulto de su entrepierna.
Re: Escape (Privado) [+18]
Admito que esa expresión medio de incredulidad a mi propuesta y el posterior razonamiento de que esto iba en serio por parte del vampiro, hizo que se me escapara una risilla desde lo profundo de mi garganta. Oh sí, claro que hablaba enserio. Y no había que ser muy observador en verdad. Pude notar que el chico estaba en peor condición que yo, lo cual admito, era extraño. El primero en darle el subidón hormonal solía ser siempre yo, no digo que no estuviera en la misma sintonía pero ¿Esa queja al movimiento había sido porque ya estaba algo apretado ahí abajo, no?
“De todas formas si te entra el apetito no te quedará otra más que beber de mí. Si le robas un poco más de sangre a esta chica, o la matas o como mínimo la tendremos desmayada de nuevo y ahí tu culo será el único que tendrá que complacerme. ¿No eres tan idiota como para dejar que eso pase, verdad?”
Mis palabras de alguna forma fluían a mi favor, como si posicionara todas las piezas de este juego de tal forma que ellos de movieran de la forma correcta. No porque de por sí fuera alguien manipulador o tan inteligente (lo admito, no lo soy) pero cuando entraba en calor de esta manera, podía decir que mi perspicacia era más aguda, como si el sexo fuera mi territorio ideal.
“Yeah, that’s right. Tu deber es seguir nuestras órdenes. Esto es como Simón manda.” Confirmé contra su oreja, la que empecé a acosar, mordiendo el contorno, succionando su lóbulo e introduciendo mi lengua en ella buscando incomodarla con la humedad.
“Quítale la ropa a este sujeto, parece tener calor~” Me burlé un poco aunque yo no estaba lejos de la misma condición. “Así el juego es más parejo, ¿no?”
Por mi parte desabroché mis pantalones y me quité la polera sin mangas, dejando a la vista el tatuaje de mi pecho, luego volviendo al ataque de mi boca, ahora desde su cuello hasta su hombro derecho , mientras mis manos descendían por su espalda hasta su trasero, el que con descaro apreté y acaricié, encerrándola más hacia Ayato, del que por cierto, no me perdía nada. Pese a que mis acciones en su mayoría estaban dedicadas a la chica, mi mirada recaía más en el vampiro que en la mujer. Notaba como su rostro parecía hambriento y un poco más sobrenatural, verlo en ese estado me contagiaba. Poco a poco fui bajando con mi boca por su espalda, inclinándome a los pies del sofá para poder alcanzar sus nalgas y a la vez, poder torturar un poco más al otro y es que mientras mordía la suave piel del trasero de la chica, mis manos se posaban en los muslos del otro, subiendo hasta donde podía, apretando lo necesario para impacientarlo solo un poco más.
“De todas formas si te entra el apetito no te quedará otra más que beber de mí. Si le robas un poco más de sangre a esta chica, o la matas o como mínimo la tendremos desmayada de nuevo y ahí tu culo será el único que tendrá que complacerme. ¿No eres tan idiota como para dejar que eso pase, verdad?”
Mis palabras de alguna forma fluían a mi favor, como si posicionara todas las piezas de este juego de tal forma que ellos de movieran de la forma correcta. No porque de por sí fuera alguien manipulador o tan inteligente (lo admito, no lo soy) pero cuando entraba en calor de esta manera, podía decir que mi perspicacia era más aguda, como si el sexo fuera mi territorio ideal.
“Yeah, that’s right. Tu deber es seguir nuestras órdenes. Esto es como Simón manda.” Confirmé contra su oreja, la que empecé a acosar, mordiendo el contorno, succionando su lóbulo e introduciendo mi lengua en ella buscando incomodarla con la humedad.
“Quítale la ropa a este sujeto, parece tener calor~” Me burlé un poco aunque yo no estaba lejos de la misma condición. “Así el juego es más parejo, ¿no?”
Por mi parte desabroché mis pantalones y me quité la polera sin mangas, dejando a la vista el tatuaje de mi pecho, luego volviendo al ataque de mi boca, ahora desde su cuello hasta su hombro derecho , mientras mis manos descendían por su espalda hasta su trasero, el que con descaro apreté y acaricié, encerrándola más hacia Ayato, del que por cierto, no me perdía nada. Pese a que mis acciones en su mayoría estaban dedicadas a la chica, mi mirada recaía más en el vampiro que en la mujer. Notaba como su rostro parecía hambriento y un poco más sobrenatural, verlo en ese estado me contagiaba. Poco a poco fui bajando con mi boca por su espalda, inclinándome a los pies del sofá para poder alcanzar sus nalgas y a la vez, poder torturar un poco más al otro y es que mientras mordía la suave piel del trasero de la chica, mis manos se posaban en los muslos del otro, subiendo hasta donde podía, apretando lo necesario para impacientarlo solo un poco más.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 15/03/2012
Re: Escape (Privado) [+18]
Era un juego muy raro, no entendía muy bien las reglas pese a que le explicaban que eran muy sencillas, solo seguir sus órdenes al pie de la letra y el chico de cabello azabache le puso un nombre al juego “simón dice”. Al saber que se trataba de un juego como ese entonces supo masomenos a lo que iba. Le gustaba jugar simón dice aunque normalmente era sola. Cerró un ojo al sentir la lengua en su oreja, le hacía cosquillas, se rió un poquito pero esa risa fue cambiada por un pequeño grito seguido de un gemido al sentir la boca del vampiro en su pecho arqueando la espalda haciendo que se inclinara, pero llevando su cabeza hacia atrás. Se movió un poco al sentir algo extraño en su extrepierna, algo duro, tenía curiosidad por saber qué es lo que era.
Cuando vio al chico del extraño tatuaje fue en el momento en que se quitaba la polera, quedó embobada por un momento al ver el tatuaje en su pecho. Era raro que viera a un chico con un tatuaje, siguio viéndole como se quitaba la ropa hasta que recordó que le había dado la primera orden, el de quitarle la ropa a la otra persona. Se le había olvidado esa orden, no por su inusual torpeza si no por que empezaba a sentir mucho calor por lo que le hacía Ayato, sus pechos era una parte sensible. Comenzó a mover sus manos para acomodarse mejor, empezando a quitarle la camisa a chico, lo hacía lentamente pues su cuerpo comenzaba a temblar. No solo sus pechos se estaban volviendo sensibles, todo su cuerpo lo estaba haciendo teniendo escalofríos y sintiendo en donde la estaban besando arder. Su respiración era cada vez más agitada entrecerrando los ojos, mirando hacia Ayato tratando de preguntarle qué es lo que estaba pasando. Si ella estando desnuda sentía calor no podia imaginarse al amigo que conoció en el hospital como se estaba sitiendo ahora.
Terminando de quitarle la camisa iba bajando hasta los pantalones pero se detuvo al sentir la mordida en su trasero, cerró los ojos los ojos con fuerza dando un pequeño salto seguido de un gemido, más ruidoso de lo normal-E-es un poco difícil quitarte la ropa s-si me están besando en todas partes- Su voz parecía tener otro tono, en vez del agudo habitual ahora era un poco más suave, menos chillona, en un acto de reflejo alzó un poco más las caderas y levantarlas, tenía que hacerlo si quería quitarle los pantalones al chico. Comenzó a hacerlo, mirándo hacia abajo pues tenia curiosidad de saber que era aquello duro que sentía en la entrepierna, lo miró sobre la tela, si era algo que parecía verse apretado entre la tela, lo acaricio un poco para saber qué es lo que era pero detuvo su acción al sentir algo nuevo en su propio cuerpo, algo húmedo. Miró muy preocupada a Ayato y apenada- Pido un tiempo- Dijo para ambos comenzando a moverse un poco, esta vez para apartarse- Yo…-Ambos parecía tener más experiencia en el juego así que podrían entender que es lo que pasaba- Esto…Quiero ir al baño, t-tengo algo en la entrepierna y…B-bueno quisiera limpiarlo- Aunque ella no tendría idea de lo que le pasaba era más que obvio que se encontraba ya excitada.
Cuando vio al chico del extraño tatuaje fue en el momento en que se quitaba la polera, quedó embobada por un momento al ver el tatuaje en su pecho. Era raro que viera a un chico con un tatuaje, siguio viéndole como se quitaba la ropa hasta que recordó que le había dado la primera orden, el de quitarle la ropa a la otra persona. Se le había olvidado esa orden, no por su inusual torpeza si no por que empezaba a sentir mucho calor por lo que le hacía Ayato, sus pechos era una parte sensible. Comenzó a mover sus manos para acomodarse mejor, empezando a quitarle la camisa a chico, lo hacía lentamente pues su cuerpo comenzaba a temblar. No solo sus pechos se estaban volviendo sensibles, todo su cuerpo lo estaba haciendo teniendo escalofríos y sintiendo en donde la estaban besando arder. Su respiración era cada vez más agitada entrecerrando los ojos, mirando hacia Ayato tratando de preguntarle qué es lo que estaba pasando. Si ella estando desnuda sentía calor no podia imaginarse al amigo que conoció en el hospital como se estaba sitiendo ahora.
Terminando de quitarle la camisa iba bajando hasta los pantalones pero se detuvo al sentir la mordida en su trasero, cerró los ojos los ojos con fuerza dando un pequeño salto seguido de un gemido, más ruidoso de lo normal-E-es un poco difícil quitarte la ropa s-si me están besando en todas partes- Su voz parecía tener otro tono, en vez del agudo habitual ahora era un poco más suave, menos chillona, en un acto de reflejo alzó un poco más las caderas y levantarlas, tenía que hacerlo si quería quitarle los pantalones al chico. Comenzó a hacerlo, mirándo hacia abajo pues tenia curiosidad de saber que era aquello duro que sentía en la entrepierna, lo miró sobre la tela, si era algo que parecía verse apretado entre la tela, lo acaricio un poco para saber qué es lo que era pero detuvo su acción al sentir algo nuevo en su propio cuerpo, algo húmedo. Miró muy preocupada a Ayato y apenada- Pido un tiempo- Dijo para ambos comenzando a moverse un poco, esta vez para apartarse- Yo…-Ambos parecía tener más experiencia en el juego así que podrían entender que es lo que pasaba- Esto…Quiero ir al baño, t-tengo algo en la entrepierna y…B-bueno quisiera limpiarlo- Aunque ella no tendría idea de lo que le pasaba era más que obvio que se encontraba ya excitada.
Invitado- Invitado
Re: Escape (Privado) [+18]
Levantó la mirada hacia Dante cuando éste se desnudaba, paseando sus ojos por el tatuaje que le atravesaba la piel. Zephaniah hizo lo mismo, aparentemente sorprendida. El símbolo dibujado no resultaba reconocible para él (tampoco es que tuviera mucho conocimiento del tema) pero un vago presentimiento le decía que no podía perder de vista ese detalle, tal vez y fuera la clave para descubrir algo sobre Dante. Aún en esos momentos lo analizaba, desconfiado.
Cuando el sujeto volvió a actuar la pelirroja reaccionó, emitiendo melodiosos gemidos que escasamente podía contener. Sin embargo, la naturaleza competitiva de Ayato le impedía disfrutar del todo la situación...detestaba compartir un polvo con otra persona, encima éste parecía ser bastante diestro al tocar a su presa.
- Oi, no apartes tu mirada de mí - le dijo a Zephaniah a modo de orden, cabreado de verla gozar tanto con los movimientos de Dante.
A continuación, la muchacha se apartó un poco para quitarle la camisa. Ayato le facilitó la acción, dejándose hacer y observándola con la espalda bien apoyada en el respaldo del sillón. Impaciente, volvió sus manos hasta sus pezones y los pellizcó, esperando que con eso su atención volviera a centrarse en él y no en Dante. Acabó por retirarse él mismo la camisa, ya con el torso desnudo sintió las manos del tipo presionar sus muslos, incitándolo.
- ¡Mgh...! Mantén controladas tus manos si quieres conservarlas... - gruñó, sosteniendo las muñecas del sujeto para apartarlo de "ese" lugar. Dijo esto, sí, pero su rostro estaba abochornado y su respiración no cedía ante la excitación. En su curiosidad, Zephaniah desabrochó sus pantalones y acarició la dureza de aquél bulto que se ocultaba bajo su ropa interior. - ¡Tch! - apretó la mandíbula, conteniendo sus reacciones - ¿quieres verlo? - preguntó, arrastrando las palabras por su garganta.
Pero en ese entonces la pelirroja se incorporó, con la aparente intención de deshacer ese trío.
- Esto…Quiero ir al baño, t-tengo algo en la entrepierna y…B-bueno quisiera limpiarlo - dicho esto Ayato la sujetó del antebrazo y la jaloneó con la suficiente fuerza como para que ella perdiera el equilibrio y volviera a caer sobre él.
- No, si vas al baño, pierdes el juego - indicó, inmovilizándola en sus brazos mientras deslizaba la mano diestra hasta su trasero, buscando con el largo de sus dedos la abertura de su intimidad. - No queremos desperdiciar el trabajo hecho aquí, ¿sabes? - al encontrarlo, acarició el clítoris con la yema de su dedo medial.
Cuando el sujeto volvió a actuar la pelirroja reaccionó, emitiendo melodiosos gemidos que escasamente podía contener. Sin embargo, la naturaleza competitiva de Ayato le impedía disfrutar del todo la situación...detestaba compartir un polvo con otra persona, encima éste parecía ser bastante diestro al tocar a su presa.
- Oi, no apartes tu mirada de mí - le dijo a Zephaniah a modo de orden, cabreado de verla gozar tanto con los movimientos de Dante.
A continuación, la muchacha se apartó un poco para quitarle la camisa. Ayato le facilitó la acción, dejándose hacer y observándola con la espalda bien apoyada en el respaldo del sillón. Impaciente, volvió sus manos hasta sus pezones y los pellizcó, esperando que con eso su atención volviera a centrarse en él y no en Dante. Acabó por retirarse él mismo la camisa, ya con el torso desnudo sintió las manos del tipo presionar sus muslos, incitándolo.
- ¡Mgh...! Mantén controladas tus manos si quieres conservarlas... - gruñó, sosteniendo las muñecas del sujeto para apartarlo de "ese" lugar. Dijo esto, sí, pero su rostro estaba abochornado y su respiración no cedía ante la excitación. En su curiosidad, Zephaniah desabrochó sus pantalones y acarició la dureza de aquél bulto que se ocultaba bajo su ropa interior. - ¡Tch! - apretó la mandíbula, conteniendo sus reacciones - ¿quieres verlo? - preguntó, arrastrando las palabras por su garganta.
Pero en ese entonces la pelirroja se incorporó, con la aparente intención de deshacer ese trío.
- Esto…Quiero ir al baño, t-tengo algo en la entrepierna y…B-bueno quisiera limpiarlo - dicho esto Ayato la sujetó del antebrazo y la jaloneó con la suficiente fuerza como para que ella perdiera el equilibrio y volviera a caer sobre él.
- No, si vas al baño, pierdes el juego - indicó, inmovilizándola en sus brazos mientras deslizaba la mano diestra hasta su trasero, buscando con el largo de sus dedos la abertura de su intimidad. - No queremos desperdiciar el trabajo hecho aquí, ¿sabes? - al encontrarlo, acarició el clítoris con la yema de su dedo medial.
Re: Escape (Privado) [+18]
Pero qué sujeto más terco, exclamaba para mi mismo en la cabeza mientras mis labios apenas y daban una sonrisa complacida ante la vista. Me comenzaba a sentir un poco mareado por el solo contexto de la situación, y no era un mareo malo, sino como ese que te pone arriba de la pelota cuando comienzas a estar ebrio.
Ella rayaba en el límite de la inocencia y él, en el límite contrario e incluso así ambos me provocaban el mismo impulso de querer devorarlos. Solo unos segundos de esta clase de pensamientos y sentía como mi rostro comenzaba a delatar esos pequeños cambios, ahora, más notorios. Mis ojos con distinto contraste, mi mejilla comenzando a arder, mis músculos tensos y el aire un poco pesado, como si un cigarrillo que potenciara nuestro deseo sexual estuviera encendido desde hace rato. Bueno, y qué decir de las advertencias e intentos de evadir el triangulo tenian estos dos. Uno amenazandome y la otra queriendo ir al baño..... baño..... WAIT.
¿Acaso la chica de verdad era virgen 100%? I mean... WOW.... Si que había encontrado una joya esta sanguijuela huh.
Ah, en fin, por mi parte no respondí ni a sus comentarios ni a sus amenazas, Ayato estaba loco si creía que no le tocaría un pelo y ella, ella estaba loca si creía que podía alejarse un centímetro del vampirito calentón bajo él.
Me di un momento para alejarme e ir a mi habitación, no tardé un minuto en ir y volver con una botellita negra en mis manos. Volví a posicionarme tal cual estaba y retomé mis labores de hace un rato. Continué bajando con mis besos y aprovechando el movimiento y la postura que adoptó la chica cuando ayato le corrió mano, me di el permiso para ir con mi lengua a acosar su trasero, lamiendo su segundo agujero que sin dudas reclamaría como mío. De vez en cuando y solo por molestar al otro tipo, dejaba ir mi lengua más hacia el frente, tocando los dedos de ayato y la notoria humedad de la entrepierna de la chica para luego volver a su trasero, y así me entretuve en eso un rato, humedeciendo y penetrando la zona con mi lengua mientras mis manos destapaban la botellita para dejar caer un poco del lubricante en mis dedos. Después volví a subir con mis besos hasta su espalda baja y le di paso a dos de mis dedos para ir a abrir camino en su interior, lentamente.
"C'mon dear~ Debes concentrarte o vas a perder este juego... Simón dice que no quites la vista de este sujeto hasta que él también tenga algo en la entrepierna que quiera limpiar. Si no lo logras, tendrás que pagar una penitencia."
Era una forma sutil de decirle al otro que poco y nada me interesaba competir por la atención de Zephaniah, para mi el deleite mismo estaba en el pack que ahora tenía frente a mí. Que asumiera de una vez que ella y él me calentaban por igual y que si se le ocurría sacar su trasero del sillón, tendría que pegarse a la pared si no quería poner en riesgo su querido culo.
Ella rayaba en el límite de la inocencia y él, en el límite contrario e incluso así ambos me provocaban el mismo impulso de querer devorarlos. Solo unos segundos de esta clase de pensamientos y sentía como mi rostro comenzaba a delatar esos pequeños cambios, ahora, más notorios. Mis ojos con distinto contraste, mi mejilla comenzando a arder, mis músculos tensos y el aire un poco pesado, como si un cigarrillo que potenciara nuestro deseo sexual estuviera encendido desde hace rato. Bueno, y qué decir de las advertencias e intentos de evadir el triangulo tenian estos dos. Uno amenazandome y la otra queriendo ir al baño..... baño..... WAIT.
¿Acaso la chica de verdad era virgen 100%? I mean... WOW.... Si que había encontrado una joya esta sanguijuela huh.
Ah, en fin, por mi parte no respondí ni a sus comentarios ni a sus amenazas, Ayato estaba loco si creía que no le tocaría un pelo y ella, ella estaba loca si creía que podía alejarse un centímetro del vampirito calentón bajo él.
Me di un momento para alejarme e ir a mi habitación, no tardé un minuto en ir y volver con una botellita negra en mis manos. Volví a posicionarme tal cual estaba y retomé mis labores de hace un rato. Continué bajando con mis besos y aprovechando el movimiento y la postura que adoptó la chica cuando ayato le corrió mano, me di el permiso para ir con mi lengua a acosar su trasero, lamiendo su segundo agujero que sin dudas reclamaría como mío. De vez en cuando y solo por molestar al otro tipo, dejaba ir mi lengua más hacia el frente, tocando los dedos de ayato y la notoria humedad de la entrepierna de la chica para luego volver a su trasero, y así me entretuve en eso un rato, humedeciendo y penetrando la zona con mi lengua mientras mis manos destapaban la botellita para dejar caer un poco del lubricante en mis dedos. Después volví a subir con mis besos hasta su espalda baja y le di paso a dos de mis dedos para ir a abrir camino en su interior, lentamente.
"C'mon dear~ Debes concentrarte o vas a perder este juego... Simón dice que no quites la vista de este sujeto hasta que él también tenga algo en la entrepierna que quiera limpiar. Si no lo logras, tendrás que pagar una penitencia."
Era una forma sutil de decirle al otro que poco y nada me interesaba competir por la atención de Zephaniah, para mi el deleite mismo estaba en el pack que ahora tenía frente a mí. Que asumiera de una vez que ella y él me calentaban por igual y que si se le ocurría sacar su trasero del sillón, tendría que pegarse a la pared si no quería poner en riesgo su querido culo.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Fecha de inscripción : 15/03/2012
Re: Escape (Privado) [+18]
Sus movimientos eran lentos por lo que el chico pelirrojo pudo tomarla y regresarla, haciendo un pequeño gesto de dolor por la brusquedad. Iba a volverle a pedir que la dejara ir por que realmente necesitaba ir al bajo pero se detuvo al escuchar que si se iba perdía el juego. Ella no quería perder, no era que fuera su fuerte el ganar los juegos pero le gustaba dar su mayor esfuerzo por lo que decidió que no era buena opción el volver a pedirle que la dejara ir, solo asintió pero sus ojos se abrieron al sentir la mano en su entrepierna. Lanzó un gemido al sentir como movía su dedo en una parte que ella no sabía que existía, pero le gustaba sentir el roce, y mucho. Desde hace rato que estaba sintiendo mucho calor. Movía sus caderas para que el roce fuera más intenso y pudiera sentir más, acomodando sus hombros nuevamente en los hombros del dhampiro.
Estaba tan concentrada en esa sensación que no supo cuando se fue Dante y cuando regresó, no notó la botellita que trajo, solo volvió a notar la presencia del azabache cuando sintió los besos en otra zona, dejando se moverse contrajo un poco su trasero, evitando que él siguiera acariciándole en aquella parte pero sus piernas no le reaccionaban y el sonido de los gemidos iban uno tras, otro. Era la primera vez que se quedaba callada tanto tiempo, dejándose llevar por todo lo que le hacían aunque muy en su cabeza se preguntaba para qué le hacían todo eso y con qué finalidad ¿El sentir ese placer tan nuevo? No era como el placer que sentía al comer muchos dulces o el placer que le provocaba el escuchar los discos de su madre, ese placer era más del alma en cambio estos, eran más físicos…Nunca los había sentido de esa manera. El gemido pasó a ser un grito al sentir esos dos dedos hurgando en su interior, le dolió y por mero instinto se inclinó hacia delante para que esos dedos dejaran de introducirse en ella- No los metas ahí- Dijo viendo a los ojos a Ayato, suplicante pero eso iba dedicado a Dante, no lo miraba porque simón había dicho que solo viera al dhampiro y ella era obediente-D-duele-Se veía que unas lágrimas amenazaban con salir.
Recargó su cabeza en el hombro de Ayato, tratando de estar aún enfrente pero sin dejar de mover las caderas, más frote en el clítoris es lo que quería, mientras más frote más placer. Su cuerpo estaba en total tensión. Movió un poco la cabeza para después morderle el cuello al pelirrojo, era para aguantar el dolor y las sensaciones que parecían ser adictas. Era su cuerpo ya el que también le demandaba cosas. Su entrepierna no dejaba de humedecerse y una fina capa de sudor empezaba a aparecer en su piel.
Estaba tan concentrada en esa sensación que no supo cuando se fue Dante y cuando regresó, no notó la botellita que trajo, solo volvió a notar la presencia del azabache cuando sintió los besos en otra zona, dejando se moverse contrajo un poco su trasero, evitando que él siguiera acariciándole en aquella parte pero sus piernas no le reaccionaban y el sonido de los gemidos iban uno tras, otro. Era la primera vez que se quedaba callada tanto tiempo, dejándose llevar por todo lo que le hacían aunque muy en su cabeza se preguntaba para qué le hacían todo eso y con qué finalidad ¿El sentir ese placer tan nuevo? No era como el placer que sentía al comer muchos dulces o el placer que le provocaba el escuchar los discos de su madre, ese placer era más del alma en cambio estos, eran más físicos…Nunca los había sentido de esa manera. El gemido pasó a ser un grito al sentir esos dos dedos hurgando en su interior, le dolió y por mero instinto se inclinó hacia delante para que esos dedos dejaran de introducirse en ella- No los metas ahí- Dijo viendo a los ojos a Ayato, suplicante pero eso iba dedicado a Dante, no lo miraba porque simón había dicho que solo viera al dhampiro y ella era obediente-D-duele-Se veía que unas lágrimas amenazaban con salir.
Recargó su cabeza en el hombro de Ayato, tratando de estar aún enfrente pero sin dejar de mover las caderas, más frote en el clítoris es lo que quería, mientras más frote más placer. Su cuerpo estaba en total tensión. Movió un poco la cabeza para después morderle el cuello al pelirrojo, era para aguantar el dolor y las sensaciones que parecían ser adictas. Era su cuerpo ya el que también le demandaba cosas. Su entrepierna no dejaba de humedecerse y una fina capa de sudor empezaba a aparecer en su piel.
Invitado- Invitado
Re: Escape (Privado) [+18]
Levantó la mirada por sobre el hombro de la pelirroja al notar que Dante se alejaba, sin detener la caricia de sus dedos intrusos. ¿Acaso querría dejarlos solos? ¿No cobraría el 'pago' que le correspondía por la ayuda echada en el hospital? No, dudaba que ese sujeto dejaría pasar una oportunidad así, mucho menos cuando ésta se llevaba acabo en su propio sofá.
Ayato no se caracterizaba por ser un tipo perspicaz pero sí confiaba mucho en sus instintos y en su habilidad perceptiva, algo que seguramente le acercaría a la verdadera naturaleza de Dante...o al menos eso quería creer. Podía percibir cierto cambio en su cuerpo...en su esencia, un aroma diferente, símil a una bestia que eventualmente podría perder el control. Aunque por el momento mantenía la compostura, reconocía en su mirada un deseo ardiente y difícil de ignorar.
La mirada del dhampiro se mantuvo clavada en la puerta contigua a la habitación, el sitio donde vio desaparecer a Dante. Pero no tardó en verle regresar con un pequeño y misterioso frasco. Ayato observó este objeto con una mezcla de curiosidad y desconfianza, pero decidió volver su atención hacia la chica, cuya intimidad comenzaba a aceptarle gustosamente. El roce de sus senos aplastándose contra su cuerpo le volvía loco, ya no podía retener la continuidad de los roncos gemidos que escapaban de su garganta, al punto de que ni la lengua de Dante jugueteando con sus dedos le supuso una molestia.
Y entonces Zephaniah dejó escapar un chillido de ¿dolor? Sobresaltado, observó su reacción. No tardó en inclinar la mirada hacia abajo para ver qué estaba ocurriendo: notó que el muy idiota se había apresurado en introducir dos de sus dedos en el culo de la chica. Pero antes de decir cualquier cosa ella mordió el cuello de Ayato, provocándole una dolorosa sensación en la yugular.
- ¡Tch...! Ah...ah... - jadeó, apretando con ambas manos las nalgas de la muchacha, presionando su sensible intimidad contra la ardiente erección propia. Estaba llegando a su límite. - Esto...no es suficiente... - dijo en un gruñido, mientras dejaba caer su frente en el hombro de Zephaniah y friccionaba aquél bulto insatisfecho contra la suave piel de ella.
Al cabo de unas cuantas estocadas, la mano de Ayato descendió hasta su ropa interior y expuso su virilidad, para luego golpearla contra la abertura de la chica, rozando su exterior una y otra vez, bañándola de líquido pre-seminal.
Ayato no se caracterizaba por ser un tipo perspicaz pero sí confiaba mucho en sus instintos y en su habilidad perceptiva, algo que seguramente le acercaría a la verdadera naturaleza de Dante...o al menos eso quería creer. Podía percibir cierto cambio en su cuerpo...en su esencia, un aroma diferente, símil a una bestia que eventualmente podría perder el control. Aunque por el momento mantenía la compostura, reconocía en su mirada un deseo ardiente y difícil de ignorar.
La mirada del dhampiro se mantuvo clavada en la puerta contigua a la habitación, el sitio donde vio desaparecer a Dante. Pero no tardó en verle regresar con un pequeño y misterioso frasco. Ayato observó este objeto con una mezcla de curiosidad y desconfianza, pero decidió volver su atención hacia la chica, cuya intimidad comenzaba a aceptarle gustosamente. El roce de sus senos aplastándose contra su cuerpo le volvía loco, ya no podía retener la continuidad de los roncos gemidos que escapaban de su garganta, al punto de que ni la lengua de Dante jugueteando con sus dedos le supuso una molestia.
Y entonces Zephaniah dejó escapar un chillido de ¿dolor? Sobresaltado, observó su reacción. No tardó en inclinar la mirada hacia abajo para ver qué estaba ocurriendo: notó que el muy idiota se había apresurado en introducir dos de sus dedos en el culo de la chica. Pero antes de decir cualquier cosa ella mordió el cuello de Ayato, provocándole una dolorosa sensación en la yugular.
- ¡Tch...! Ah...ah... - jadeó, apretando con ambas manos las nalgas de la muchacha, presionando su sensible intimidad contra la ardiente erección propia. Estaba llegando a su límite. - Esto...no es suficiente... - dijo en un gruñido, mientras dejaba caer su frente en el hombro de Zephaniah y friccionaba aquél bulto insatisfecho contra la suave piel de ella.
Al cabo de unas cuantas estocadas, la mano de Ayato descendió hasta su ropa interior y expuso su virilidad, para luego golpearla contra la abertura de la chica, rozando su exterior una y otra vez, bañándola de líquido pre-seminal.
Re: Escape (Privado) [+18]
Chisté entre dientes luego del quejido y casi alarido de la chica. ¿De verdad era para tanto?... Y aquí vamos de nuevo con las razones de porqué me vienen más los tipos que las damicelas. Esa delicadeza me crispa los nervios como no tienen idea. Joder. Un día en los barrios bajos o en la cárcel y terminarian con la garganta dada vuelta por esa hipersensibilidad. C'mon... Te creo que ni lubricante hubiese ocupado, ESO sí dolía, pero dos deditos aceitados no eran nada comparado a lo que salía de su culo y mucho menos a lo que planeaba introducir ahí, pero ya la chica estaba al borde de las lágrimas?! A mi no me jodan. Entiendo lo incómodo de la sensación por primera vez, pero dolor... así como dolor....? Ok, esta chica nunca se ha apretado las bolas... oh yeah, no tiene.Great. Creo que mi rostro fue una clara muestra de molestia que lejos de solo parecer la de un muchacho hormonal frustrado, se asemejaba más a un animal salvaje siendo cohartado de sus necesidades básicas.
¿He dicho que cuando mi mejilla comienza a reaccionar, a calentarse y a picar, suelo ponerme un poco más... irascible?
Suspiré sacando mis dedos y me incorporé, viendolos a ambos, de pie frente al sofá. Ayato no tardó en mostrar su impaciencia por la chica, aparentemente yo no era el único con notorias intenciones de seguir el juego, y bueno, por cosniguiente yo tampoco tardé en sonreír ante ese pequeño detalle, dejando de lado mi repentina ola de ira.
"Haz que se acostumbre a tener algo ahí atrás mientras te diviertes, de lo contrario voy a desquitarme con tu trasero. Hoy no estoy de humor para tomarme muchas molestias y tampoco me va andar de violador. Así que espero que seas capaz de hacer al menos eso~"
Me di media vuelta y me senté en el sillón frente a los sofás, sacando un cigarrillo y encendiendolo tranquilamente mientras con la otra mano jugaba con la tapa de la botellita. Di una calada mientras mi mirada seguía clavada en ellos. La verdad, quedarme un ratito con una erección no me urgía tanto, mientras ellos dos mantuvieran mi interés, no habría mucho problema. Por ahora más que tratar de ser amable, me mantenía curioso el voyerismo y cómo reaccionarian ambos a lo que estaba ocurriendo en general.
La chica podía llegar a disfrutarlo, de eso no tenía dudas, pero el cabezota aquí era el chupacabritas pelirojo.
¿He dicho que cuando mi mejilla comienza a reaccionar, a calentarse y a picar, suelo ponerme un poco más... irascible?
Suspiré sacando mis dedos y me incorporé, viendolos a ambos, de pie frente al sofá. Ayato no tardó en mostrar su impaciencia por la chica, aparentemente yo no era el único con notorias intenciones de seguir el juego, y bueno, por cosniguiente yo tampoco tardé en sonreír ante ese pequeño detalle, dejando de lado mi repentina ola de ira.
"Haz que se acostumbre a tener algo ahí atrás mientras te diviertes, de lo contrario voy a desquitarme con tu trasero. Hoy no estoy de humor para tomarme muchas molestias y tampoco me va andar de violador. Así que espero que seas capaz de hacer al menos eso~"
Me di media vuelta y me senté en el sillón frente a los sofás, sacando un cigarrillo y encendiendolo tranquilamente mientras con la otra mano jugaba con la tapa de la botellita. Di una calada mientras mi mirada seguía clavada en ellos. La verdad, quedarme un ratito con una erección no me urgía tanto, mientras ellos dos mantuvieran mi interés, no habría mucho problema. Por ahora más que tratar de ser amable, me mantenía curioso el voyerismo y cómo reaccionarian ambos a lo que estaba ocurriendo en general.
La chica podía llegar a disfrutarlo, de eso no tenía dudas, pero el cabezota aquí era el chupacabritas pelirojo.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Escape (Privado) [+18]
Descubrió que la fricción que estaban haciendo sus cuerpos, el de ella y el Ayato, le proporcionaba placer, y descubrió que también mientras más rápido y más fuerte se friccionaba con aquel bulto que se veía sobre la ropa interior más placer obtenía y a ella le agradaba esa sensación, casi no se percató de que el pelinegro se había apartado, solo por que la molestia en la parte trasera desapareció. No sabía que es lo que estaba haciendo pero pareciera ser que su cuerpo si, por lo que iba a dejarse llevar por su cuerpo. Comenzaba a gustarle el juego.
Volvió a voltear a ver a Dante justo cuando se alejaba, sin dejar de moverse, solo dejó de moverse cuando sintió la mano del dhampir tocar un poco su piel, se separó un poco para ver qué es lo quería hacer el otro, quería estar muy atenta al juego para aprender pues al parecer los dos eran expertos en ese juego. Abrió los ojos un poco sorprendida de lo que había sacado, y la sensación ya era totalmente distinta, muy diferente a la sensación de la tela, su entrepierna estaba húmeda y al parecer más que lista para recibirlo en cualquier momento. No podia dejar de verla y que su amigo intentaba hacer algo con ella ¿Quería meterla dentro de ella? Y otra pregunta surgió ¿Todos los hombres tenían aquello en la entrepierna? Ahora ella movió su mano dirigiendose al miembro de Ayato, quería sentirlo por lo que comenzó a acariciarlo sin alejarlo de su entrepierna. Era algo firme pero suave al tacto y pegajoso debido al liquido pre-seminal y a sus propios fluidos.
Entrecerró los ojos los cuales tenían un brillo de deseo, sus caricias se hacían más rápidas, miraba el miembro y después el rostro del pelirrojo pero denuevo volteo a ver al pelinegro, los jadeos y gemidos salían de su boca dando a entender que disfrutaba mucho eso. Se le quedó mirando los tatuajes a Dante, pero su mirada bajó sin ninguna discreción hacia la entrepierna de él y se quedó ahí por un rato. Sentía curiosidad de cómo sería la de él y el brillo en sus ojos se intensificó aún más.
Volvió a voltear a ver a Dante justo cuando se alejaba, sin dejar de moverse, solo dejó de moverse cuando sintió la mano del dhampir tocar un poco su piel, se separó un poco para ver qué es lo quería hacer el otro, quería estar muy atenta al juego para aprender pues al parecer los dos eran expertos en ese juego. Abrió los ojos un poco sorprendida de lo que había sacado, y la sensación ya era totalmente distinta, muy diferente a la sensación de la tela, su entrepierna estaba húmeda y al parecer más que lista para recibirlo en cualquier momento. No podia dejar de verla y que su amigo intentaba hacer algo con ella ¿Quería meterla dentro de ella? Y otra pregunta surgió ¿Todos los hombres tenían aquello en la entrepierna? Ahora ella movió su mano dirigiendose al miembro de Ayato, quería sentirlo por lo que comenzó a acariciarlo sin alejarlo de su entrepierna. Era algo firme pero suave al tacto y pegajoso debido al liquido pre-seminal y a sus propios fluidos.
Entrecerró los ojos los cuales tenían un brillo de deseo, sus caricias se hacían más rápidas, miraba el miembro y después el rostro del pelirrojo pero denuevo volteo a ver al pelinegro, los jadeos y gemidos salían de su boca dando a entender que disfrutaba mucho eso. Se le quedó mirando los tatuajes a Dante, pero su mirada bajó sin ninguna discreción hacia la entrepierna de él y se quedó ahí por un rato. Sentía curiosidad de cómo sería la de él y el brillo en sus ojos se intensificó aún más.
Invitado- Invitado
Re: Escape (Privado) [+18]
La ansiedad lo tenía descontrolado, más cuando sintió la mirada de Zephaniah posarse sobre su miembro desnudo, cosa que le excitó enormemente. Notó de inmediato que Dante se alejó pero no le hizo caso: de seguro intentaría realizar un nuevo movimiento, como cuando fue a buscar el lubricante a su habitación. Decidió no preocuparse por ello hasta que el tipo le soltó una suerte de ¿amenaza? antes de ponerse a fumar a cierta distancia. Sólo entonces el dhampiro levantó la mirada hacia él, sin detener el vaivén de sus caderas.
Vale, ¿el muy enfermo quería contemplarles mientras lo hacían? Porque una reacción así en un momento como ese no tenía sentido, no después de acceder a hacer un 'trío', por más asco que le diera verse en esa situación. Ayato no comprendía los gustos ni mucho menos la forma de pensar de Dante, para él estaba claro que aunque Zephaniah dijera que le dolía estaba disfrutando tanto o más que ellos. Era cuestión de ver su rostro.
- Vete a la mierda - le dijo en un gruñido pero igualmente hizo caso e introdujo un dedo en el orificio trasero de Zephaniah, sin mediar sus fuerzas. No se caracterizaba por ser un tipo delicado y ella debía acostumbrarse a la sensación de tener algo atrás. La pelirroja tomó la iniciativa de masturbarle por lo que Ayato sonrió con lascivia: - ¿hm? ¿Quieres meterlo tú misma? - le preguntó divertido, aunque incluso él creía que eso era muy fuerte para una virgen.
Pero antes de obtener una respuesta notó que la muchacha dirigía sus ojos hacia Dante, lo cual despertó su espíritu de competidor.
- ¡Oi, te dije que miraras hacia acá! - exclamó molesto, clavando un segundo dedo en el trasero de Zephaniah y enterrando los dos en su interior. Por el lado frontal, su miembro seguía intentando abrirse paso hacia su genital pero como ella lo sostenía prefería que decidiera por su cuenta quién lo metería. La pregunta de hace unos momentos seguía abierta. - Si estás tan preocupada por él sólo déjate llevar...y demuestra que puedes ganar este juego~ - le dijo en un susurro antes de acercar sus labios hacia ella y lamer el lóbulo de su oreja, como si estuviera exigiendo su atención.
Vale, ¿el muy enfermo quería contemplarles mientras lo hacían? Porque una reacción así en un momento como ese no tenía sentido, no después de acceder a hacer un 'trío', por más asco que le diera verse en esa situación. Ayato no comprendía los gustos ni mucho menos la forma de pensar de Dante, para él estaba claro que aunque Zephaniah dijera que le dolía estaba disfrutando tanto o más que ellos. Era cuestión de ver su rostro.
- Vete a la mierda - le dijo en un gruñido pero igualmente hizo caso e introdujo un dedo en el orificio trasero de Zephaniah, sin mediar sus fuerzas. No se caracterizaba por ser un tipo delicado y ella debía acostumbrarse a la sensación de tener algo atrás. La pelirroja tomó la iniciativa de masturbarle por lo que Ayato sonrió con lascivia: - ¿hm? ¿Quieres meterlo tú misma? - le preguntó divertido, aunque incluso él creía que eso era muy fuerte para una virgen.
Pero antes de obtener una respuesta notó que la muchacha dirigía sus ojos hacia Dante, lo cual despertó su espíritu de competidor.
- ¡Oi, te dije que miraras hacia acá! - exclamó molesto, clavando un segundo dedo en el trasero de Zephaniah y enterrando los dos en su interior. Por el lado frontal, su miembro seguía intentando abrirse paso hacia su genital pero como ella lo sostenía prefería que decidiera por su cuenta quién lo metería. La pregunta de hace unos momentos seguía abierta. - Si estás tan preocupada por él sólo déjate llevar...y demuestra que puedes ganar este juego~ - le dijo en un susurro antes de acercar sus labios hacia ella y lamer el lóbulo de su oreja, como si estuviera exigiendo su atención.
Re: Escape (Privado) [+18]
Fumé tranquilamente mi cigarrillo pero entonces noté la mirada curiosa de la chica dirigirse con total descaro a mi entrepierna... No querida, no es muy diferente a lo que tienes ahí... well, alcé una ceja como preguntándole si se le había perdido algo mientras saboreaba las maldiciones de ayato en mi contra y sin embargo el vampirito igual terminaba por hacerme caso. Vaya que apreciaba su culo ese sujeto! Al menos era lo suficientemente inteligente como para entender que yo hablaba enserio y que eso era lo más conveniente.
Su demanda de atención me sorprendió e incluso hice un gesto a la chica indicándole con la misma mano que sostenía el cigarrillo que mejor se volteara. El que yo tuviera un break no quería decir que no iba a volver al jueguito en el momento en que volviera a sentir la necesidad. Admito que por ahora me mantenía interesado el hecho que ella parecía comenzar a picarle el bichito de la curiosidad y por otro lado porque ayato aprecía haber comprendido que o la persuadia y hacia que ella se soltara un poco, o en definitiva no iba a desquitarme con ella, sino con él.
"Vamos dear~ métete eso y vuelve loco a ese tipo. Si le sacas un buen gemido, estarás llevando la ventaja."
Anuncié luego de dar otra calada al cigarrro, procurando ocupar el cenicero y no ensuciar el piso. Con mi mano libre tomé el control del equipo de música y puse algo acorde a la ocasión para ambientar un poco, derechamente, música para follar. Era un detalle común cuando se trataba de rondas de sexo en casa.
Su demanda de atención me sorprendió e incluso hice un gesto a la chica indicándole con la misma mano que sostenía el cigarrillo que mejor se volteara. El que yo tuviera un break no quería decir que no iba a volver al jueguito en el momento en que volviera a sentir la necesidad. Admito que por ahora me mantenía interesado el hecho que ella parecía comenzar a picarle el bichito de la curiosidad y por otro lado porque ayato aprecía haber comprendido que o la persuadia y hacia que ella se soltara un poco, o en definitiva no iba a desquitarme con ella, sino con él.
"Vamos dear~ métete eso y vuelve loco a ese tipo. Si le sacas un buen gemido, estarás llevando la ventaja."
Anuncié luego de dar otra calada al cigarrro, procurando ocupar el cenicero y no ensuciar el piso. Con mi mano libre tomé el control del equipo de música y puse algo acorde a la ocasión para ambientar un poco, derechamente, música para follar. Era un detalle común cuando se trataba de rondas de sexo en casa.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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Re: Escape (Privado) [+18]
Al sentir un segundo dedo volvió a dar queja, aquello le tomó desprevenida, incluso tensó los músculos de tal manera que apresaran más los dos dedos voletando para tener toda su atención a la persona en la que estaba encima. Su mano no dejaba de jugetear con aquel miembro que estaba muy cerca de la entrada. Volviendo a mirarlo con un poco de curiosidad ¿Eso es lo que se tenía que meter? Bueno ambos le decían que tenía que metérselo y ella estaría en ventaja en aquel juego de simón. Ladeo la cabeza gimiendo cuando sintió esa mordida.
Abrió un poco más las piernas para acomodarse, tenían un lugero temblor, probablemente por la excitación o por que no sabía que iba a sentir en el momento en que lo tuviera dentro, su cuerpo le decía también que necesitaba tenerlo dentro, era algo que ya lo tenía pero ella carecia conocimiento alguno de ello- Bien…Y-yo lo meto- Susurró guiando el miembro a esa entrada. Ella comenzó a acercarse para meterlo. Siendo la primra vez alguien entraba le costaba mucho meterlo, como ya se acostumbró al dolor solo le molestaba, de vez en cuando cerraba un ojo pero veía como entraba.
Su tarea se vio interrumpida, era como si algo impidiera al miembro avanzar, claro que no era de extrañarse al ser virgen, ella aún tenía el himen, esa era la razón por la que sentía como una pequeña barrera, parpadeó un par de veces subiendo la mirada al rostro de Ayato- No puedo seguir avanzando- Le dijo en un tono entre extrañada y preocupada. Preocupada por que tal vez con aquello se iba a terminar el juego y ella no quería. Ya independientemente de ganar le gustaba el juego, es decir, le hacía sentir bien, despertaba sentimientos que antes no había sentido, y se movía mucho. Le gustaban las actividades en las que ella necesitaba moverse. Dio un gran respiro- Hare más presión- Dijo haciendo más presión, cerrando los ojos esperando a que entrara todo. Su respiración volvió a ser muy agitada hasta que sintió como pudo entrar todo. Su cuerpo tembló y se quedó quieta por un momento mientras trataba de asimilar esa sensación.
Sus ojos volvieron a posarse en los de Ayato, se veían un poco cristalinos, llenos de deseo, un mar de emociones le rodeaban en la cabeza, pero en esos momentos lo único que quería hacer era inclinarse para deborar los labios de Ayato. Era un beso salvaje, apasionado, en estos momentos sentía que no era ella y, se dejaría llevar por lo que sintiera y quisiera, no pensaría en lo absoluto.
Abrió un poco más las piernas para acomodarse, tenían un lugero temblor, probablemente por la excitación o por que no sabía que iba a sentir en el momento en que lo tuviera dentro, su cuerpo le decía también que necesitaba tenerlo dentro, era algo que ya lo tenía pero ella carecia conocimiento alguno de ello- Bien…Y-yo lo meto- Susurró guiando el miembro a esa entrada. Ella comenzó a acercarse para meterlo. Siendo la primra vez alguien entraba le costaba mucho meterlo, como ya se acostumbró al dolor solo le molestaba, de vez en cuando cerraba un ojo pero veía como entraba.
Su tarea se vio interrumpida, era como si algo impidiera al miembro avanzar, claro que no era de extrañarse al ser virgen, ella aún tenía el himen, esa era la razón por la que sentía como una pequeña barrera, parpadeó un par de veces subiendo la mirada al rostro de Ayato- No puedo seguir avanzando- Le dijo en un tono entre extrañada y preocupada. Preocupada por que tal vez con aquello se iba a terminar el juego y ella no quería. Ya independientemente de ganar le gustaba el juego, es decir, le hacía sentir bien, despertaba sentimientos que antes no había sentido, y se movía mucho. Le gustaban las actividades en las que ella necesitaba moverse. Dio un gran respiro- Hare más presión- Dijo haciendo más presión, cerrando los ojos esperando a que entrara todo. Su respiración volvió a ser muy agitada hasta que sintió como pudo entrar todo. Su cuerpo tembló y se quedó quieta por un momento mientras trataba de asimilar esa sensación.
Sus ojos volvieron a posarse en los de Ayato, se veían un poco cristalinos, llenos de deseo, un mar de emociones le rodeaban en la cabeza, pero en esos momentos lo único que quería hacer era inclinarse para deborar los labios de Ayato. Era un beso salvaje, apasionado, en estos momentos sentía que no era ella y, se dejaría llevar por lo que sintiera y quisiera, no pensaría en lo absoluto.
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Re: Escape (Privado) [+18]
Saltaba a la vista que Ayato no se preocupaba en exceso de los detalles. Para follar le bastaba una chica atractiva y ya, podía prescindir de una buena ambientación y de todo tipo de delicadezas. Pero, para bien o para mal, la música le recordó la presencia de Dante. Levantó la mirada hacia él un momento, frunciendo el ceño ante su comentario. El dhampiro se esforzó aún más en controlar el volumen de los quejidos provocados por la masturbación realizada por Zephaniah. No quería darle el gusto tan fácilmente a ese imbécil.
Cuando la pelirroja decidió meter el miembro ella misma, Ayato no hizo más que observarla y enarcar ambas cejas, muy sorprendido por su osadía.
- Está bien, hazlo tú - indicó, dedicándole una sonrisa ligeramente desafiante, queriendo ver qué tal lo hacía sin ayuda. Zephaniah tomó su genital y comenzó a introducirlo por cuenta propia; una corriente le recorrió el cuerpo al notar cómo su glande tenía contacto (finalmente) con las paredes internas de la muchacha: - por ahí...eso es... - la animó, comenzando a perder nuevamente el control de su respiración.
Con el fin de distraerse con otro quehacer, el dhampiro lamió su hombro desnudo, conteniendo el deseo de clavar el filo de sus colmillos en esa carne tan tierna. Por otro lado, su dedo índice y medial siguieron estimulando el segundo orificio de la humana, sin importar que sus nalgas le aprisionaran por la molestia.
- No puedo seguir avanzando - dijo ella, pero Ayato no frenó sus movimientos. Quiso amenazarla, pero estaba seguro de que si su mandíbula perdía tensión iba a dejar escapar un profundo y vergonzoso gemido. - Haré más presión.
- Buena chica...¡mgh! - fue su respuesta, la cual cerró con un gruñido debido a la oleada de placer que empezaba a invadirle al sentirse completamente dentro de Zephaniah.
Su interior se sentía rico y caliente, pero en lugar de satisfacerle aquello le desesperaba aún más. Ambos acercaron sus rostros como por inercia y se besaron en los labios con pasión, devorándose mutuamente. En ese momento envistió a la muchacha desde abajo, sin medir en absoluto sus fuerzas mientras lo hacía. El pequeño y casi inexistente flujo de sangre que descendía de sus genitales, producto de la pérdida de virginidad, llenó el sexo de aquél aroma que tanto le agradaba y que sólo un ser sobrenatural podía percibir.
El vaivén iniciado logró que Ayato jadeara repetidamente, algo que pudo controlar en primer tiempo. Pero luego, y producto de la fragancia de la sangre, no tardó en asir las nalgas de la muchacha con ambas manos mientras la penetraba, dejando escapar un gemido tras otro.
Cuando la pelirroja decidió meter el miembro ella misma, Ayato no hizo más que observarla y enarcar ambas cejas, muy sorprendido por su osadía.
- Está bien, hazlo tú - indicó, dedicándole una sonrisa ligeramente desafiante, queriendo ver qué tal lo hacía sin ayuda. Zephaniah tomó su genital y comenzó a introducirlo por cuenta propia; una corriente le recorrió el cuerpo al notar cómo su glande tenía contacto (finalmente) con las paredes internas de la muchacha: - por ahí...eso es... - la animó, comenzando a perder nuevamente el control de su respiración.
Con el fin de distraerse con otro quehacer, el dhampiro lamió su hombro desnudo, conteniendo el deseo de clavar el filo de sus colmillos en esa carne tan tierna. Por otro lado, su dedo índice y medial siguieron estimulando el segundo orificio de la humana, sin importar que sus nalgas le aprisionaran por la molestia.
- No puedo seguir avanzando - dijo ella, pero Ayato no frenó sus movimientos. Quiso amenazarla, pero estaba seguro de que si su mandíbula perdía tensión iba a dejar escapar un profundo y vergonzoso gemido. - Haré más presión.
- Buena chica...¡mgh! - fue su respuesta, la cual cerró con un gruñido debido a la oleada de placer que empezaba a invadirle al sentirse completamente dentro de Zephaniah.
Su interior se sentía rico y caliente, pero en lugar de satisfacerle aquello le desesperaba aún más. Ambos acercaron sus rostros como por inercia y se besaron en los labios con pasión, devorándose mutuamente. En ese momento envistió a la muchacha desde abajo, sin medir en absoluto sus fuerzas mientras lo hacía. El pequeño y casi inexistente flujo de sangre que descendía de sus genitales, producto de la pérdida de virginidad, llenó el sexo de aquél aroma que tanto le agradaba y que sólo un ser sobrenatural podía percibir.
El vaivén iniciado logró que Ayato jadeara repetidamente, algo que pudo controlar en primer tiempo. Pero luego, y producto de la fragancia de la sangre, no tardó en asir las nalgas de la muchacha con ambas manos mientras la penetraba, dejando escapar un gemido tras otro.
Re: Escape (Privado) [+18]
"Fiuuu~" Silbé descaradamente tras haber terminado mi cigarrillo, notando como aparentemente el vampiro aquel comenzaba a perder el control de si mismo y qué decir de la chica que hace rato había perdido la batalla contra su propio líbido. Era cosa de mirar sus caras para saber que la estaban pasando de lo más bien.
Tengo que ser honesto y decir que lo que la chica me había desmotivado con sus lagrimitas, se volvió a motivar rapidamente con los gemidos del sujeto este. ¿Será que lo homo era fuerte en mi? Haha, bah, a decir verdad la escena no dejaba de ser atractiva para un voyerista como yo, pero todavía no tenía ni la más mínima intención de volver. Ni siquiera tenía la intención de distraerlos, pero era inevitable, las voces mezcladas de ambos sonaban como una melodía hipnotizante para mi.
Sin darme cuenta perdí cierta noción, dejandome llenar por la lujuria y el instinto, como si la sola escena alimentara mis entrañas y con ello se activara ese lado de mi del que yo no era muy conciente. Ya no de la misma forma que antes, aunque se trataba de lo mismo, era como si hubiese entrado en una especie de trance.
Mis ojos brillaban en su contraste, mis labios estaban sutilmente separados y mis colmillos se engrosaron de forma sutil. El aura de toda la habitación parecía ir acorde a mi estado, y solo mi respiración parecía haberse activado un poco más. Estaba ansioso, pero era la primera vez que la ansiedad se había colado tan paulatinamente que ni cuenta me di cuando mi propio semblante dejó de parecer el de un muchachito cachondo y pasó a ser más bien, el rostro de un demonio hambriento por el solo aroma del sexo, hipnotizado por la melodía obcena del movimiento de sus cuerpos y los gemidos de cada uno.
Más, quería ver más.
Tengo que ser honesto y decir que lo que la chica me había desmotivado con sus lagrimitas, se volvió a motivar rapidamente con los gemidos del sujeto este. ¿Será que lo homo era fuerte en mi? Haha, bah, a decir verdad la escena no dejaba de ser atractiva para un voyerista como yo, pero todavía no tenía ni la más mínima intención de volver. Ni siquiera tenía la intención de distraerlos, pero era inevitable, las voces mezcladas de ambos sonaban como una melodía hipnotizante para mi.
Sin darme cuenta perdí cierta noción, dejandome llenar por la lujuria y el instinto, como si la sola escena alimentara mis entrañas y con ello se activara ese lado de mi del que yo no era muy conciente. Ya no de la misma forma que antes, aunque se trataba de lo mismo, era como si hubiese entrado en una especie de trance.
Mis ojos brillaban en su contraste, mis labios estaban sutilmente separados y mis colmillos se engrosaron de forma sutil. El aura de toda la habitación parecía ir acorde a mi estado, y solo mi respiración parecía haberse activado un poco más. Estaba ansioso, pero era la primera vez que la ansiedad se había colado tan paulatinamente que ni cuenta me di cuando mi propio semblante dejó de parecer el de un muchachito cachondo y pasó a ser más bien, el rostro de un demonio hambriento por el solo aroma del sexo, hipnotizado por la melodía obcena del movimiento de sus cuerpos y los gemidos de cada uno.
Más, quería ver más.
Dante Rivelli- Soporte Gráfico
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