Alianzas(privado)

No hay que ser un genio para saber que la imagen vende, Camus sabía mucho de ello. Los fotógrafos amaban su trabajo, el staff que lo rodeaban siempre hablaban de lo maravilloso que era trabajar con un hombre de sonrisa tan refrescante, modales tan amables e ideas tan novedosas que siempre hacían surgir más aún el objetivo. Era por lo mismo que sabía que no podía confiarle la imagen de sus representados a cualquier persona, oh no, claro que no.

Su critica era severa, había buscado casi durante un mes completo algo que le hiciera sentir esa chispa en los portafolios de cientos de seudos artistas y/o profesionales que, con un gran ego decían(osaban, según Camus) decir que su trabajo era bueno. Nada le dejaba contento

Estaba por empezar seriamente a aprender a tomar una cámara y hacerse cargo de todo cuando dio con ella. Auri d'Aubigny.

Esto! Esto era lo que estaba buscando!!-Alexander se sobresaltó al escuchar al hombre gritar de un momento a otro. No tardó en observar el trabajo de la mujer con sumo detalle, absorto en la calidad de ejecución y el alma en las fotografías. Si bien Camus no era del tipo de persona sincera que podría apreciar sentimentalismos sabía de arte y como apreciarlo. Era definitivo, necesitaba a esa mujer.

Los correos electrónicos le parecían poco formales, a puño y letra escribió con paciencia una carta para hacerle saber que deseaba trabajar con ella.



Auri d'Aubigny
XXXXXX
2090, Glass City
















Y ya escrita sin demora alguna envió la carta a la muchacha. Si todo iba bien podrían encontrarse en algún café para conversar sobre el asunto.

Era la cuarta vez que le daba snooze a la alarma en su celular. Se tapó con las mantas hasta arriba y suspiró. Habían pasado algunos días desde su llegada a Glass City y todo parecía ir vertiginosamente. Por suerte, el caos de la mudanza ya había acabado y todo estaba ya en su lugar. Pero cada día se sorprendía de las posibilidades que aquel lugar le ofrecía. Claramente, la ciudad estaba llena de secretos y comenzaba a mostrárselos de a poco. Pero el show debía continuar. Tiró hacia atrás las mantas y tomó su celular. Tenía un mensaje de mamá, preguntando qué tal el clima. Auri miró por la ventana, el sol apenas asomaba tras unas ligeras nubes. Sentía una calidez en el corazón cada vez que el día prometía estar luminoso. Papá hubiese estado feliz también...aunque que su amada hija se dedicara ahora a la fotografía de espectáculo seguramente era una gran nube gris sobre su cabeza. Era un mundo cruel, después de todo.

Loft:

El loft era pequeño, tal como ella lo prefería, era menos trabajo de limpieza, ahorro en calefacción y además, no tener espacio significa no comprar cosas innecesarias para llenarlo. Se había propuesto ser más ordenada, pero eso duraría poco, lo sabía. De su dormitorio fue hacia el living, dispuesta a revisar su correo electrónico , cuando de pronto se percató de que, bajo la puerta, había un impecable sobre con un elegantísimo sello de cera  en su centro.

"Me han aceptado al fin en la Escuela de Magia y Hechicería? ¿O quizás es un nuevo tipo de publicidad? Cuánta elegancia." pensó, divertida. La calidad del papel era fina...leyó con curiosidad el reverso, el nombre del remitente escrito con exquisita caligrafía...no le sonaba para nada. Pero todo parecía de muy buen gusto. Buscó en la cocina un cuchillo para abrir la carta. La leyó mientras hervía la tetera para su té de la mañana y tomaba sus píldoras. Al finalizar, Auri estaba tan sorprendida como preocupada. Se dedicó a investigar un poco sobre el misterioso remitente, y en un par de horas ya sabía lo suficiente como para estar realmente entusiasmada en trabajar para él. Parecía una persona confiable y sobre todo, muy profesional.

" Debe ser realmente importante si me escribió, esto no pasa todos los días, es una buena oportunidad. Debo contestarle pero... ¿¡Cómo se escribe una carta?! Rayos, estoy demasiado acostumbrada a los e-mails...¿tengo papel adecuado?"

Varias horas más tarde, Auri seguía en su escritorio rodeada de varias bolitas de papel arrugado.

"Ya está. Esto me parece bien. ¿Lo está? ¿Y si le parezco muy poco seria?...bueno, ya no queda más papel. Me quedo con éste. ¿De dónde saco un sobre...? En la oficina de correos deben tener.
Mejor salgo pronto, quizás si pasa otro día no le interese más...









Estimado señor Camus R. Cryzard:

Le agradezco que se haya tomado la molestia de haberme escrito, es un detalle que aprecio en gran manera, valoro de forma sincera su interés y me halaga enormemente saber que mi trabajo es de su agrado.

Ya que en este momento mi carga laboral me lo permite, estoy dispuesta a encontrarme con usted para discutir los asuntos relacionados con su oferta de trabajo, me interesa sumarme a su staff, siempre es un agrado trabajar con personas profesionales y además me parecen muy interesantes sus representados.

Le solicito hacerme llegar los detalles sobre el encuentro por el medio que estime conveniente. Junto con esta misiva le haré llegar mi tarjeta de presentación con mi número telefónico y correo electrónico.

Nuevamente, le agradezco su interés. Estoy deseando intercambiar ideas y buscar formas de cooperación. Espero recibir pronto noticias de usted.

Auri d'Aubigny
Fotógrafa

Por suerte tenía un sobre entre medio de su papelería, escribió con mucha dedicación los datos pero no dejaba de pensar en que no se veía tan pulcro y bien presentado como el del señor Camus. Debía ser su letra, un poco caótica como ella, pero legible. Auri bajó y depositó la carta en un buzón cercano, y volvió a casa para continuar en la tediosa tarea de contestar e-mails.

PERDÓN:

Spoiler:

Cuando llegó a su oficina por la mañana del día 14 de Enero la secretaria le dio la correspondencia del día. Agradeció en un amable gesto mientras pedía una taza de café para despertar. Entre unas cuantas cartas de trabajo encontró para su agrado el nombre de la muchacha a la cual había contactado- Tres días luego de que envié la carta...si pasaba del 15 de Enero ya pensaría que no le interesaba, es una muchacha inteligente, hm- Sonaba bastante adulado aunque fuese indirectamente y es que Camus era una persona con bastante ego. Si la chica se hubiera negado de seguro estaría en este momento intentando parecer sereno. Sin dudas era una de las facetas más "infantiles" del conde.

Tomó el cuchillo que usaba para abrir sus cartas y procedió a leerla con interés.

Es correcta, su uso de las palabras es bastante pulcro...aunque su letra se ve algo vacilante- llevó su mano cerca de sus labios pensativo y luego dejó la carta sobre la mesa para posteriormente tomar la tarjeta de presentación entre sus dedos. Leyó con cuidado y miró la hora, eran las 9:00 de la mañana.

Decidió que era prudente hacer esto lo más inmediato posible así que marcó en su celular el número de la tarjeta y esperó hasta que la muchacha contestara. Su voz sonó formal y casi acogedora, claramente usaba su tono que ocupaba en la industria.


Buenos días, usted habla con Camus, manager de Merveilles Records. Busco a la señorita d'Aubigny¿Es usted, cierto?