Cliché (Privado)

Aún si el verano no era una de sus estaciones preferidas, tampoco era de esas personas que se quedase encerrada...odiaba el encierro. Por ende no era raro verla todos los días salir, siempre en las noches miraba por televisión como sería el clima al día siguiente, era alguien que le gustaba informarse y ser precavida, sorpresivamente se enteraba que el día de mañana sería más grato para dar  un paseo, estaría nublado por ende no andaría algo sofocada por los rayos del sol.

Así que dejando su ropa lista, se acostó con ansiedad para que llegase el día siguiente, aún si ya tenía 18 años seguía siendo en parte una niña pequeña, deseosa de descubrir nuevos paisajes y personas, desde que había llegado a la ciudad no se había dado realmente el tiempo de conocer, pues primero tuvo que buscar una casa que arrendar lo cual igual le llevó tiempo pues quería algo cómodo, luego tenía que arreglárselas para ensayar para su audición, menos mal que la vida le sonreía ya que había encontrado a una amorosa anciana la cual se había vuelto una especie de madre desde su llegada, pasaba seguido con ella y cuando salía al centro o demás era para comprar algo de comida, ropa u algo que necesitase pues todas sus cosas de Italia aún no llegaban, lo que más quería era que su piano llegase pronto, pero tomaría su tiempo, no quiso apresurar a nadie pues podrían terminar rompiendo alguna de sus pertenencias.

Ni necesidad hubo que la alarma sonase, ella se despertó primero, temprano, a darse una ducha y arreglarse un poco, en realidad lo que más le tomaba tiempo era su cabello que dejaba que se le secase solo y recién después de ello ondularselo, y así fue, demoró un par de horas, pero había hecho todo lo necesario para salir, ya estaba vestida, había tomado desayuno y llevaba en su bolso todo lo que encontraba que le podía ser útil en ese día.  Por supuesto primero paso donde la anciana, como se le había hecho costumbre, la verdad es que en esta vuelta la dulce mujer estaba algo cansada, por ende hizo un cambio de planes, se quedó con ella, le alimentó y la atendió mientras estaba acostada, paso horas con ella, aún si no era su idea original, la verdad la paso bien y se sentía útil, contenta de poder ayudar a alguien que había sido tan buena con ella.

Se le hizo tarde, ya la anciana por poca y nada tuvo que echarla para que se vaya tranquila, aún así no lo estaba, dijo que ya iba a dormir y eso que eran recién alrededor de las 7 de la tarde, así que sin más tenía que irse, aunque aún no quería ir a su hogar. En eso una idea pasó por su mente, ¿que tal si iba a conocer un poco más el centro? tenía deseos de tomar algo caliente y caminar un poco, el aire era fresco, gustaba más de climas fríos que cálidos así que no veía una mala idea pasear un poco, la luz algo la acompañaba, así que luego de despedirse de la anciana, salió con dirección al centro.

Al avanzar unas cuantas, observando construcciones y distintos lugares de distracción, el aire comenzaba a cambiar abruptamente, la luz disminuyo bastante y algunas gotas comenzaban a caer en el rostro de la peli-negra, miró hacía el cielo y lo que venía era algo obvio.

-¡¿Llu-lluvia?! - pensó alarmada - debo buscar un lugar para refugiarme ¡rápido! - mirando a todos lados, se hecho a correr en busca de un buen techo, la lluvia cada vez era más fuerte, empapandola por entero, su cabello que tanto había costado arreglar volvió a su liso natural. Corrió sin saber donde exactamente, no sabría decir el tiempo que anduvo "explorando" pues ningún lugar parecía muy seguro, ya se tornaba oscuro por las nubes así que prefería donde hubiera algo de luz...se sentía más segura.

Finalmente, encontró lo más parecido a lo que quería, un lugar un poco más iluminado, donde se notaba que no pasaba tanta gente, en realidad no observó mucho solo quería descansar, estaba totalmente empapada, cansada, se apoyó en sus rodillas mientras respiraba agitada.

-E-esto no lo pronosticaron - dijo pensando en voz alta, al llegar ni siquiera había notado que no era la única refugiándose allí - Que ganas de tomar algo caliente y comer...el correr tanto me cansó - y seguía con su monologo, hasta que levanto la vista y miró al frente y lo que veía no le resultaba nada familiar - ¿Dónde me metí ? - dijo con preocupación hasta por fin decidió observar un poco mejor su entorno y allí...allí había un muchacho - A-a ¿escuchó todo lo que dije verdad? - habló con un tanto de vergüenza mezclada por preocupación, le miró sin abandonar su posición media en cuclillas, estaba cómoda apoyando sus manos en sus rodillas -"Debe pensar que estoy loca" - fue lo único que pudo pensar ante tan lamentable situación...seguramente había escuchado todo su parloteo personal.

Vestimenta:

La incomodidad del momento y la vergüenza por haber sido escuchada solo aumentaba a cada segundo que pasaba, sin embargo al escuchar la pregunta del muchacho no pudo evitar sorprenderse un poco, pensaba que la miraría feo o raro, ya que la había escuchado hablar sola, más eso no fue lo que sucedió. Asintió con la cabeza, dando a entender que estaba perfectamente bien, escuchó con atención las siguientes palabras del azabache, aún si dijera que él también hablaba solo a veces, algo disminuía la vergüenza de haber sido escuchada por un total desconocido y la hacía sentir algo mejor, aunque seguramente se lo había dicho para hacerla sentir mejor, pero agradecía la intención.

Ya había estado lo suficiente en cuchillas para descansar de aquella mini corrida que se había dado, así que sin esperar más se irguió y dejó descansar su espalda apoyándose en la pared detrás de ella. De forma disimulada y casi involuntariamente se puso observar al chico que le hablaba. A pesar de la escasa luz y la avanzada hora, un leve brillo alumbraba al azabache. Helena no lo podía negar, el joven era bien parecido, su cabello mojado quizás lo hacía verse más atractivo y su color de ojos...¿pero en que estaba pensando? No era el momento para andarse fijando en esas cosas, rápidamente desvió la mirada hacia el frente, concentrándose mejor en las palabras que decía su acompañante.

Se sintió algo nerviosa al escucharle decir que no le tratará de usted, ella rara vez tuteaba a una persona, le costaba, ya que le habían criado para siempre ser formal, rodeada siempre de adultos más que de personas de su edad, era obligada a tratar a todos de usted en un comienzo y después ya se le hizo una costumbre. Recordó fugazmente el primer encuentro con su banda, en donde tuvo que convertirse en una actriz para poder ser aceptada en una banda de rock que normalmente se veían chicos. Ese día tartamudeaba mucho, ya que tenía que actuar un poco más "liberal" sin tanto formalismo y más relajada, pero finalmente había conseguido entrar como la tecladista y ya no tuvo porque esforzarse tanto en hablar sin pensar tanto, ya estaba relajada y se había acostumbrado a ellos, eran las únicas personas, aparte de su mejor amiga, a quiénes tuteaba con tranquilidad.

-L-lo siento...es cosa de costumbre - dijo con tranquilidad aunque su voz se notaba en un comienzo, ya que no se espero aquella observación del chico tan directa - Helena...Helena Greco, un gusto Andrew - le miró esbozando una dulce sonrisa, le agradaba conocer gente nueva, a pesar de que las circunstancias no eran las mejores. Algo mal le hacía sentir presentarse por su segundo nombre, pero es que muy pero muy poca gente sabía que su primer nombre era Giovanna, nunca le agradó el nombre, no porque fuera un trauma o porque le traía recuerdos pocos agradables, no, sencillamente a ella no le gustaba y seguramente nunca le gustaría.

Al escuchar el estómago del tal "Andrew" sonar de esa forma y como este le reprendía, aquello le pareció gracioso, rió con suavidad, muy ligeramente, colocando una mano en su boca para ojalas pasar desapercibida, pero dudaba que el chico no se hubiese dado cuenta - Parece que su amigo necesita algo - ella no reparaba que seguía sin tutearle, aún si se lo había pedido, ella siguió hablando como siempre lo hacía - Y quizás estamos en el lugar adecuado - giró su vista hacía el cartel, al principio no tenía idea de en donde se encontraba pero ya llevaba unos minutos, así que por lo menos se ubicó algo. -Quizás debería pasar aquí, un estómago vació jamás trae algo bueno - dijo con amabilidad, sonriendo le al azabache, creía tener razón el lo último que dijo, por eso se lo había sugerido, aunque no estaba segura que el chico le haría caso.