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¿Eso es un sí? (Privado)
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¿Eso es un sí? (Privado)
-*Bostezo*- Se cubrió la boca mientras inhalaba y exhalaba el aire que entraba a sus pulmones, su voz dejo una cola de sonido al terminar la acción. Se podía notar lo adormilado que estaba y el gran esfuerzo que hizo para despegar su cabeza de su tan suave y cómoda almohada que le rogaba quedarse un rato más, pero no podía entrar en debate con un objeto inanimado, esta vez era una especie de ‘’cita’’ que forjaría el futuro de Walker. Finalmente todos sus nervios de habían esfumado, al parecer su collar serbia de nuevo y en un momento muy oportuno. Se ducho, vistió y comió rápidamente, había superado su marca de 1:27 para una mujer muy poco, pero para un hombre sobraba tiempo.
Salió de casa, esta vez con un mapa y un GPS por si las dudas, como era característico del azabache su orientación era un total asco, así que opto por comprar un mapa de la ciudad y ¿Por qué no? También un nuevo libro que se había devorado en dos días, aparte del libro y el mapa, se había topado también con una de esas revistas que estaban al pendiente de todo lo que pasaba con los ‘’famosos’’ y en la portada de una de ellas había reconocido la cara del sujeto que le había atendido en su audición, por lo que leyó llego a la conclusión de que su ‘’nombre’’ era Reino, Walker había reconocido su apariencia ya que de pequeño había husmeado en las pertenencias de su padre logrando tener un encabezado con el nombre de la banda y con una fotografía del mencionado, en ese momento se sintió algo decepcionado pues había tenido a una persona sobresaliente en la música frente de él y no había sido capaz de reconocerlo, pero no se hacía ilusiones sabía que no era muy probable volver a chocar, por lo que dejo a un lado el tema.
Caminaba por la calle con los audífonos puestos y su bebe en la espalda protegida por su forro, era bastante temprano para él, casi todo el recorrido se había pasado abriendo y cerrando la boca, cosa que le calaba en la mandíbula, sacudió su cabeza y subió el volumen de los audífonos para lograr estar despierto por lo menos hasta que llegara a las instalaciones que se suponía tendría que llegar. Después de haber reflexionado sobre su futuro y de un paseo nocturno por suministros, Andrew encontró en su billetera aquella tarjeta de presentación que le había dado Layla hace un par de semanas atrás, recordó la oferta que le había hecho y no hizo falta nada más para llamarle.
Finalmente en la entrada, se quedó un corto momento admirando el edificio, se sentía bien ser parte del ‘’equipo’’ y por eso cruzo con orgullo la puerta adentrándose en las instalaciones. Recorrió cada pasillo y cada sala, era un lugar bastante grande y aun no se acostumbraba a los señalamientos tan ‘’confusos’’ que existían para guiar - ¿Por qué? – se lamentó pasando una mano por su rostro sintiéndose bastante decepcionado de sí mismo por no poder comprender cuál era el camino que debía de tomar, se dirigió a la recepción y pregunto por la sala de ensayos, la mujer le hizo una especie de croquis son flechas rojas señalándola el camino, después de todo era nuevo, es válido perderse ¿no?. Siguió el croquis y finalmente dio con el lugar, en esos momentos Andrew deseaba no haber hecho esperar a Layla por culpa de su magnífica torpeza.
Salió de casa, esta vez con un mapa y un GPS por si las dudas, como era característico del azabache su orientación era un total asco, así que opto por comprar un mapa de la ciudad y ¿Por qué no? También un nuevo libro que se había devorado en dos días, aparte del libro y el mapa, se había topado también con una de esas revistas que estaban al pendiente de todo lo que pasaba con los ‘’famosos’’ y en la portada de una de ellas había reconocido la cara del sujeto que le había atendido en su audición, por lo que leyó llego a la conclusión de que su ‘’nombre’’ era Reino, Walker había reconocido su apariencia ya que de pequeño había husmeado en las pertenencias de su padre logrando tener un encabezado con el nombre de la banda y con una fotografía del mencionado, en ese momento se sintió algo decepcionado pues había tenido a una persona sobresaliente en la música frente de él y no había sido capaz de reconocerlo, pero no se hacía ilusiones sabía que no era muy probable volver a chocar, por lo que dejo a un lado el tema.
Caminaba por la calle con los audífonos puestos y su bebe en la espalda protegida por su forro, era bastante temprano para él, casi todo el recorrido se había pasado abriendo y cerrando la boca, cosa que le calaba en la mandíbula, sacudió su cabeza y subió el volumen de los audífonos para lograr estar despierto por lo menos hasta que llegara a las instalaciones que se suponía tendría que llegar. Después de haber reflexionado sobre su futuro y de un paseo nocturno por suministros, Andrew encontró en su billetera aquella tarjeta de presentación que le había dado Layla hace un par de semanas atrás, recordó la oferta que le había hecho y no hizo falta nada más para llamarle.
Finalmente en la entrada, se quedó un corto momento admirando el edificio, se sentía bien ser parte del ‘’equipo’’ y por eso cruzo con orgullo la puerta adentrándose en las instalaciones. Recorrió cada pasillo y cada sala, era un lugar bastante grande y aun no se acostumbraba a los señalamientos tan ‘’confusos’’ que existían para guiar - ¿Por qué? – se lamentó pasando una mano por su rostro sintiéndose bastante decepcionado de sí mismo por no poder comprender cuál era el camino que debía de tomar, se dirigió a la recepción y pregunto por la sala de ensayos, la mujer le hizo una especie de croquis son flechas rojas señalándola el camino, después de todo era nuevo, es válido perderse ¿no?. Siguió el croquis y finalmente dio con el lugar, en esos momentos Andrew deseaba no haber hecho esperar a Layla por culpa de su magnífica torpeza.
Última edición por Andrew Walker el Lun Ago 18, 2014 7:43 pm, editado 1 vez
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Se había sentido feliz el día anterior al recibir el llamado de Andrew, el chico que había conocido por pura casualidad algunas semanas atrás en el karaoke. En aquel momento había estado segura de que su encuentro no había sido causalidad, al comprobar su habilidad con la guitarra deseo poder convencerlo de que se uniera a su proyecto de formar una banda, aunque con el paso de los días y semanas las expectativas habían disminuido al no recibir ninguna señal. Por eso se sorprendió al escuchar su voz del otro lado de la línea, y no pudo evitar dar un grito de alegría ante su comentario de que deseaba intentarlo. Ella le comentó sobre su proyecto, y le dijo que lo mejor sería que tuvieran una reunión en el sello para que hicieran una prueba y conociera a su manager. Luego de acordar un horario había llamado a Reino loca de emoción para contarle que harían la primera prueba con un guitarrista, tras ultimar detalles había intentado dormir un poco, aunque se sentía tan inquieta y entusiasmada que a duras penas pego un ojo en toda la noche. Las cosas parecían marchar bien, la habían aceptado en el sello, había logrado mudarse y conseguir una bonita casa donde vivir, todo se iba acomodando poco a poco, dejando el camino libre para que lograra avanzar.
El despertador la hizo dar un brinco en la cama, se levantó a prisa y fue directo a la ducha, donde demoró un buen rato lavando y peinando su larga cabellera rizada. Se trataba de una ocasión especial, y aunque no era la primera vez que veía a Andrew, deseaba darle una buena impresión. Se perfumó y se vistió con un vestido sencillo de color turquesa, con unos zapatos de tacón a juego. Se preparó un bol de cereales con leche que engulló rápidamente mientras veía las noticias matutinas, y se comunicaba con su representante vía mensaje de texto. Terminó pronto con el platillo y salió a prisa a la calle, deteniendo el primer taxi que se cruzó en su camino. Y en el auto, corroboró llevar su carpeta con letras y partituras, pues deseaba mostrarle al guitarrista algo de su trabajo. También deseaba mostrarle algo de su trabajo como solitas, y algunos videos de sus shows, más que nada para que se hiciera a una idea de su estilo. No estaba seguro de que pudieran acoplarse bien, y no tenía idea si al chico le gustaría el tipo de música que ella hacía. Tener un guitarrista era un enorme avance, y esperaba que pudieran llegar a un buen acuerdo. También importaba la opinión de Reino al respecto, sabía que el hombre tenía buen ojo y confiaba plenamente en su criterio.
Tras abonar el viaje descendió del auto una vez que este se detuvo frente al enorme edificio de Merveillers Records, ese sitio siempre lograba impresionarla por su enorme tamaño. Había estado en importantes disqueras en Tokyo, pero nada se comparaba con la majestuosidad de ese lugar, repleto de personas que entraban y salían de forma constante. Era la segunda vez que iba allí, pues no había regresado luego de su audición, por lo que tuvo que pedir indicaciones a una de las recepcionistas. Le indicaron que debía que tomar el ascensor del ala derecha, e ir al cuarto piso. No fue difícil encontrar la sección indicada, especialmente cuando pudo distinguir la figura de su manager que estaba a punto de ingresar en el elevador. -¡Reino!-lo llamó apresurando el paso para alcanzarlo y meterse en el ascensor justo antes de que las puertas se cerraran, dio un suspiro de alivio, y llevó sus rizos hacia atrás acomodando su cartera sobre su hombro. Le dirigió una dulce sonrisa a su representante antes de saludarlo con un beso en la mejilla. -¡Estoy tan emocionada! Apenas pude dormir-comentó expresando aquella ansiedad que hacía que todo su cuerpo cosquilleara. La música la hacía sentirse viva, saber que podría cantar nuevamente era todo lo que podía desear. Volvió a abrir la boca para hablar, pero la campanilla que indicaba que habían llegado la interrumpió, las puertas se abrieron dando paso a ambos. El pasillo estaba desierto, aunque se escuchaba el susurro de algunos instrumentos dentro de lagunas de las habitaciones, probablemente otras bandas aprovecharían el espacio para ensayar allí en sus ratos libres. -Pronto la sala de ensayos que estoy preparando en mi casa estará lista... y no será necesario que vengamos aquí.-la idea de compartir el espacio con posibles contrincantes la incomodaba, prefería la privacidad y comodidad e su casa, y por eso estaba invirtiendo en un buen equipo de audio y grabación. Podrían montar todo en el lugar, aunque llevaría un poco de tiempo tenerlo terminado, le parecía una grandiosa idea.
-La número seis...-murmuró recordando que le había dicho que se encontraran en la entrada de dicha sala, pudo ver la figura menuda del chico en la puerta y una sonrisa se dibujo en sus labios. -Ya llegó-agregó encaminándose en dirección al punto de encuentro con aquella confianza y elegancia propias de ella. Su actitud infantil y extrovertida pronto dio lugar a algo diferente, un aire profesional se había apoderado de su semblante, volviéndola mas seria y estricta. -Andrew-lo llamó para llamar su atención una vez se hubieron acercado, lo presentó a su manager, y los tres ingresaron en la sala a oscuras.
El despertador la hizo dar un brinco en la cama, se levantó a prisa y fue directo a la ducha, donde demoró un buen rato lavando y peinando su larga cabellera rizada. Se trataba de una ocasión especial, y aunque no era la primera vez que veía a Andrew, deseaba darle una buena impresión. Se perfumó y se vistió con un vestido sencillo de color turquesa, con unos zapatos de tacón a juego. Se preparó un bol de cereales con leche que engulló rápidamente mientras veía las noticias matutinas, y se comunicaba con su representante vía mensaje de texto. Terminó pronto con el platillo y salió a prisa a la calle, deteniendo el primer taxi que se cruzó en su camino. Y en el auto, corroboró llevar su carpeta con letras y partituras, pues deseaba mostrarle al guitarrista algo de su trabajo. También deseaba mostrarle algo de su trabajo como solitas, y algunos videos de sus shows, más que nada para que se hiciera a una idea de su estilo. No estaba seguro de que pudieran acoplarse bien, y no tenía idea si al chico le gustaría el tipo de música que ella hacía. Tener un guitarrista era un enorme avance, y esperaba que pudieran llegar a un buen acuerdo. También importaba la opinión de Reino al respecto, sabía que el hombre tenía buen ojo y confiaba plenamente en su criterio.
Tras abonar el viaje descendió del auto una vez que este se detuvo frente al enorme edificio de Merveillers Records, ese sitio siempre lograba impresionarla por su enorme tamaño. Había estado en importantes disqueras en Tokyo, pero nada se comparaba con la majestuosidad de ese lugar, repleto de personas que entraban y salían de forma constante. Era la segunda vez que iba allí, pues no había regresado luego de su audición, por lo que tuvo que pedir indicaciones a una de las recepcionistas. Le indicaron que debía que tomar el ascensor del ala derecha, e ir al cuarto piso. No fue difícil encontrar la sección indicada, especialmente cuando pudo distinguir la figura de su manager que estaba a punto de ingresar en el elevador. -¡Reino!-lo llamó apresurando el paso para alcanzarlo y meterse en el ascensor justo antes de que las puertas se cerraran, dio un suspiro de alivio, y llevó sus rizos hacia atrás acomodando su cartera sobre su hombro. Le dirigió una dulce sonrisa a su representante antes de saludarlo con un beso en la mejilla. -¡Estoy tan emocionada! Apenas pude dormir-comentó expresando aquella ansiedad que hacía que todo su cuerpo cosquilleara. La música la hacía sentirse viva, saber que podría cantar nuevamente era todo lo que podía desear. Volvió a abrir la boca para hablar, pero la campanilla que indicaba que habían llegado la interrumpió, las puertas se abrieron dando paso a ambos. El pasillo estaba desierto, aunque se escuchaba el susurro de algunos instrumentos dentro de lagunas de las habitaciones, probablemente otras bandas aprovecharían el espacio para ensayar allí en sus ratos libres. -Pronto la sala de ensayos que estoy preparando en mi casa estará lista... y no será necesario que vengamos aquí.-la idea de compartir el espacio con posibles contrincantes la incomodaba, prefería la privacidad y comodidad e su casa, y por eso estaba invirtiendo en un buen equipo de audio y grabación. Podrían montar todo en el lugar, aunque llevaría un poco de tiempo tenerlo terminado, le parecía una grandiosa idea.
-La número seis...-murmuró recordando que le había dicho que se encontraran en la entrada de dicha sala, pudo ver la figura menuda del chico en la puerta y una sonrisa se dibujo en sus labios. -Ya llegó-agregó encaminándose en dirección al punto de encuentro con aquella confianza y elegancia propias de ella. Su actitud infantil y extrovertida pronto dio lugar a algo diferente, un aire profesional se había apoderado de su semblante, volviéndola mas seria y estricta. -Andrew-lo llamó para llamar su atención una vez se hubieron acercado, lo presentó a su manager, y los tres ingresaron en la sala a oscuras.
- Vestido~:
Última edición por Layla Serizawa el Sáb Ago 23, 2014 11:11 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Sus ocupaciones se encargaban de mantenerle con altos niveles de estrés, pero no podía negar que le gustaba estar atareado. Mientras más obligaciones y tareas tuviera, menos tiempo le quedaba para sentarse a pensar acerca de lo miserable que era en realidad por no tener a su familia a su lado. Su trabajo y la música le permitían seguir adelante a pesar de las vivencias dolorosas que había tenido que afrontar años atrás. No consideraba haber superado nada aún, sus miedos seguían ahí, pero sí sentía que avanzaba y, por el momento, eso le parecía suficiente.
Estas ideas le motivaban a diario a levantarse, a hacer sus trámites con más ganas que nunca, pese al cansancio físico y mental que le suponía estar a cargo del musical escolar y, encima, ocuparse del proyecto de banda. Layla era una chica difícil y caprichosa, mas no podía negar que su presencia en Glass City conseguía llenar de colores ese lienzo gris que constituía su vida. Se sintió íntimamente victorioso al escuchar la noticia de que fue aceptada en el sello, también le contentaba saber que se pudo instalar en una buena vivienda, la cual no había visitado aún por mera falta de tiempo.
Esa mañana se levantó con más ganas que nunca, deseoso de poder hallar músicos dignos de la voz de su representada.
Por medio de los mensajes de texto acordaron encontrarse en la entrada de la sala de ensayos número 6. Según lo que contaba, Layla conoció a un guitarrista lo suficientemente hábil como para pertenecer a la banda que pretendían formar. Reino no podía negar que le daba mucha curiosidad el personaje en cuestión, tenía entendido que Layla no conocía a nadie en la ciudad (salvo a su hermano y a él). Bueno, tampoco era de extrañarse, era una chica bastante sociable cuando se le daba la gana, sólo esperaba que el candidato no se tratara del nuevo novio de turno, principalmente por dos razones: 1) el pésimo gusto que tenía la vocalista para escoger a sus parejas y 2) la banda podría irse a pico con una simple discusión.
Apartó estos pensamientos de su mente, decidido a no entrometerse en la vida personal de Layla. Ella era una profesional, se permitiría confiar en ella y en sus decisiones.
Después de haber ingresado al ascensor que le llevaría al piso destino, una voz femenina y conocida le llamó. Layla consiguió entrar con él al ascensor, se veía radiante y muy contenta. Reino se inclinó hacia adelante para facilitarle el saludo pues ella siempre solía ser muy cariñosa y expresiva con él. En unos pocos minutos consiguieron ascender, se bajaron en el piso y caminaron hacia el punto de encuentro.
— ¿Estás preparando una sala de ensayos personal? ¡Eso es caro! Sí que estás motivada... — Comentó el representante con una gran sonrisa, un poco sorprendido de escuchar aquello. — Jajajaja tienes todas las facilidades del mundo y sigues guiándote por tus propios impulsos. El sujeto del que me hablaste ya fue aceptado, ¿no? Mientras no traigas a ningún extraño no te harán problema... A menos que quieras establecer algún tipo de intimidad con los miembros de la banda, ¿es por eso que prestas tu casa? — Insinuó, afilando la mirada de un modo juguetón.
Sabía que Layla era parecida a él, al menos en lo que se respectaba a la música. Reino también prefería practicar en una casa antes de hacerlo en las salas que ofrecía el sello, pero en su caso era netamente para establecer un vínculo más íntimo con sus compañeros.
Llegaron a destino y Reino notó en el acto que el candidato le resultaba familiar. What a coincidence! Lo recordaba, era el muchacho de hace unas semanas, el guitarrista. Estiró el brazo hacia él y lo saludó con un prudente apretón de manos, dedicándole una amplia sonrisa, un poco maliciosa.
— ¿Sabes quién le hizo la audición a este mocoso? Jajajajaja~ — Dijo a Layla después de saludar a Andrew, esperando que no se molestara por la broma. Reino sólo mostraba esa actitud socarrona cuando se encontraba en confianza, aún si resultaba un poco intimidante por su aire y apariencia. Apenas entraron al salón se giró hacia el guitarrista: — Andrew, ¿verdad? Me presento otra vez, soy Reino, representante de la vocalista Reira. No es necesario que pruebes tu talento, en la audición dejaste claro lo hábil que eres pese a tu inexperiencia. Manejar a la perfección a Slash no es algo que cualquiera pueda hacer, buena jugada. — Comentó divertido, adquiriendo un aire más profesional aunque la sonrisa traviesa no desapareció de su rostro. — Pero la música no es sólo técnica y teoría. Una banda es un equipo y como equipo deben saber conectarse unos con otros, ¿crees poder sintonizar con esta chica? Está loca, aunque no lo parezca. — Agregó, queriendo dejar a Layla en ridículo (un poco) a propósito.
Había otro detalle que Reino pasó por alto: hace unas semanas Madison Kurtz, uno de sus viejos colegas (un tipo particularmente exigente y malas pulgas), le dejó la recomendación de una guitarrista profesional, antigua representada suya. Madison sabía que Reino estaba buscando gente capacitada para una banda y se encargó de cubrir todos los pormenores para que Ren no se quedara sin representante tras su retiro. En consecuencia Reino decidió examinar a la chica de forma paralela a Andrew, citándola a la misma hora, en el mismo sitio.
— Me tomé la libertad de invitar a otra candidata, guitarrista también. No te molesta, ¿verdad? Tal vez les haga bien algo de competencia. — Dijo a la vocalista de forma casual, ansioso por ver su reacción y la de Andrew. No conocía a la segunda candidata, sólo había tenido la oportunidad de hablar con ella una o dos veces por teléfono para hacerle el ofrecimiento y coordinar el encuentro. Pero sabía que Madison no aceptaba a cualquiera, y quería ver cuál de los dos guitarristas sintonizaba más con Layla.
Estas ideas le motivaban a diario a levantarse, a hacer sus trámites con más ganas que nunca, pese al cansancio físico y mental que le suponía estar a cargo del musical escolar y, encima, ocuparse del proyecto de banda. Layla era una chica difícil y caprichosa, mas no podía negar que su presencia en Glass City conseguía llenar de colores ese lienzo gris que constituía su vida. Se sintió íntimamente victorioso al escuchar la noticia de que fue aceptada en el sello, también le contentaba saber que se pudo instalar en una buena vivienda, la cual no había visitado aún por mera falta de tiempo.
Esa mañana se levantó con más ganas que nunca, deseoso de poder hallar músicos dignos de la voz de su representada.
Por medio de los mensajes de texto acordaron encontrarse en la entrada de la sala de ensayos número 6. Según lo que contaba, Layla conoció a un guitarrista lo suficientemente hábil como para pertenecer a la banda que pretendían formar. Reino no podía negar que le daba mucha curiosidad el personaje en cuestión, tenía entendido que Layla no conocía a nadie en la ciudad (salvo a su hermano y a él). Bueno, tampoco era de extrañarse, era una chica bastante sociable cuando se le daba la gana, sólo esperaba que el candidato no se tratara del nuevo novio de turno, principalmente por dos razones: 1) el pésimo gusto que tenía la vocalista para escoger a sus parejas y 2) la banda podría irse a pico con una simple discusión.
Apartó estos pensamientos de su mente, decidido a no entrometerse en la vida personal de Layla. Ella era una profesional, se permitiría confiar en ella y en sus decisiones.
Después de haber ingresado al ascensor que le llevaría al piso destino, una voz femenina y conocida le llamó. Layla consiguió entrar con él al ascensor, se veía radiante y muy contenta. Reino se inclinó hacia adelante para facilitarle el saludo pues ella siempre solía ser muy cariñosa y expresiva con él. En unos pocos minutos consiguieron ascender, se bajaron en el piso y caminaron hacia el punto de encuentro.
— ¿Estás preparando una sala de ensayos personal? ¡Eso es caro! Sí que estás motivada... — Comentó el representante con una gran sonrisa, un poco sorprendido de escuchar aquello. — Jajajaja tienes todas las facilidades del mundo y sigues guiándote por tus propios impulsos. El sujeto del que me hablaste ya fue aceptado, ¿no? Mientras no traigas a ningún extraño no te harán problema... A menos que quieras establecer algún tipo de intimidad con los miembros de la banda, ¿es por eso que prestas tu casa? — Insinuó, afilando la mirada de un modo juguetón.
Sabía que Layla era parecida a él, al menos en lo que se respectaba a la música. Reino también prefería practicar en una casa antes de hacerlo en las salas que ofrecía el sello, pero en su caso era netamente para establecer un vínculo más íntimo con sus compañeros.
Llegaron a destino y Reino notó en el acto que el candidato le resultaba familiar. What a coincidence! Lo recordaba, era el muchacho de hace unas semanas, el guitarrista. Estiró el brazo hacia él y lo saludó con un prudente apretón de manos, dedicándole una amplia sonrisa, un poco maliciosa.
— ¿Sabes quién le hizo la audición a este mocoso? Jajajajaja~ — Dijo a Layla después de saludar a Andrew, esperando que no se molestara por la broma. Reino sólo mostraba esa actitud socarrona cuando se encontraba en confianza, aún si resultaba un poco intimidante por su aire y apariencia. Apenas entraron al salón se giró hacia el guitarrista: — Andrew, ¿verdad? Me presento otra vez, soy Reino, representante de la vocalista Reira. No es necesario que pruebes tu talento, en la audición dejaste claro lo hábil que eres pese a tu inexperiencia. Manejar a la perfección a Slash no es algo que cualquiera pueda hacer, buena jugada. — Comentó divertido, adquiriendo un aire más profesional aunque la sonrisa traviesa no desapareció de su rostro. — Pero la música no es sólo técnica y teoría. Una banda es un equipo y como equipo deben saber conectarse unos con otros, ¿crees poder sintonizar con esta chica? Está loca, aunque no lo parezca. — Agregó, queriendo dejar a Layla en ridículo (un poco) a propósito.
Había otro detalle que Reino pasó por alto: hace unas semanas Madison Kurtz, uno de sus viejos colegas (un tipo particularmente exigente y malas pulgas), le dejó la recomendación de una guitarrista profesional, antigua representada suya. Madison sabía que Reino estaba buscando gente capacitada para una banda y se encargó de cubrir todos los pormenores para que Ren no se quedara sin representante tras su retiro. En consecuencia Reino decidió examinar a la chica de forma paralela a Andrew, citándola a la misma hora, en el mismo sitio.
— Me tomé la libertad de invitar a otra candidata, guitarrista también. No te molesta, ¿verdad? Tal vez les haga bien algo de competencia. — Dijo a la vocalista de forma casual, ansioso por ver su reacción y la de Andrew. No conocía a la segunda candidata, sólo había tenido la oportunidad de hablar con ella una o dos veces por teléfono para hacerle el ofrecimiento y coordinar el encuentro. Pero sabía que Madison no aceptaba a cualquiera, y quería ver cuál de los dos guitarristas sintonizaba más con Layla.
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
A final de cuentas debía admitir que la repentina decisión de Madison de dejar la ciudad le había abrumado enormemente. El sujeto era un tipo difícil, mal hablado y raro...pero era un buen hombre, a su modo claro, alguien que le había sacado sin quererlo del aislamiento que llevaba, que incluso había logrado sacar una parte de ella que nadie sacaba y que cumplía su labor profesional de forma rigurosa. Estaba triste...Casi como una niña pequeña y caprochosa le hubiera encantado decir "No quiero otro mánager", pero Madison tenía sus razones para marcharse, que seguramente tendrían peso, después de todo no era de quienes abandonarían la carrera de su representado por que sí. Quizás se trataba de algún tema con su hijo, quien sabía, el tío nunca había hablado de sus problemas con la castaña, solo se calmaba de ellos con ella, molestándola o irrumpiendo en su departamento sin invitación alguna.
Dio un largo suspiro justo frente a las puertas del Sello, las cosas no habían ido demasiado bien desde su encuentro con Matthew, sus ganas estaban por el suelo otra vez y la ausencia de Kurtz le había hecho volverse algo inseguro con respecto a su carrera. Más no podía desprestigiar la ayuda que le brindaban para que su ánimo se mantuviera estable, en especial el Idol de cabello anaranjado. No es momento para dudar..., pensó para si misma, inhalando con fuerza ingresando al lugar.
Hace unos días, luego de que el peliverde se fuera, recibió una llamada de Reino. Al comienzo no se la creía, ¿la mano derecha del señor Regan la llamaba? ¡Una sorpresa grata! Cuando él le comento de la recomendación que había dejado Madison sobre ella no pudo hacer más que sonreír Ese bruto..., le llamó soltando una risilla. ¡Claro! No la dejaría a la deriva sin más, así era él. Aceptó gustosa la invitación a una audición para la banda que deseaba conformar el mánager.Era el sueño de Madison después de todo... susurró al colgar, con una sonrisa dulce en los labios-Ah...estoy hablando como si estuviera muerto...¡Perdón Gran Madison!- dijo mirando al cielo, riéndose de lo que ella misma había dicho. Llegaba a ser curioso que todo lo que se relacionara con él terminara casi en un chiste.
Iba unos cuantos minutos tarde, con su compañera en la espalda, dentro de un estuche muy seguro. Después de todo era su instrumento de trabajo y tenía un apego sentimental muy fuerte por su guitarra. Esperaba no haberlos hecho esperar demasiado. Corrió por los pasillos hasta la sala de ensayos que le había indicado Reino, frente a ella divisó tres personas, una muchacha bellísima con cabello rizado, un chico bastante alto y de cabello negro, finalmente el más llamativo de los tres por su estilo de cabello. Ninguno conocido, pues el mánager solo le sonaba de nombre e información, más nunca le había visto en persona.-¡L-lamento la tardanza!-dijo a unos cuantos pasos de ellos, descendiendo la velocidad de su caminar, y con la mejor sonrisa que podía tener. -Espero no hayan tenido que esperar demasiado...-continuó con una reverencia muy típica de ella al disculparse.-S-soy Ren Hikari, he venido a audicionar para la banda...¡Mucho gusto!-dijo repitiéndo una vez más, esta vez de forma más sutil, su reverencia.
Dio un largo suspiro justo frente a las puertas del Sello, las cosas no habían ido demasiado bien desde su encuentro con Matthew, sus ganas estaban por el suelo otra vez y la ausencia de Kurtz le había hecho volverse algo inseguro con respecto a su carrera. Más no podía desprestigiar la ayuda que le brindaban para que su ánimo se mantuviera estable, en especial el Idol de cabello anaranjado. No es momento para dudar..., pensó para si misma, inhalando con fuerza ingresando al lugar.
Hace unos días, luego de que el peliverde se fuera, recibió una llamada de Reino. Al comienzo no se la creía, ¿la mano derecha del señor Regan la llamaba? ¡Una sorpresa grata! Cuando él le comento de la recomendación que había dejado Madison sobre ella no pudo hacer más que sonreír Ese bruto..., le llamó soltando una risilla. ¡Claro! No la dejaría a la deriva sin más, así era él. Aceptó gustosa la invitación a una audición para la banda que deseaba conformar el mánager.Era el sueño de Madison después de todo... susurró al colgar, con una sonrisa dulce en los labios-Ah...estoy hablando como si estuviera muerto...¡Perdón Gran Madison!- dijo mirando al cielo, riéndose de lo que ella misma había dicho. Llegaba a ser curioso que todo lo que se relacionara con él terminara casi en un chiste.
Iba unos cuantos minutos tarde, con su compañera en la espalda, dentro de un estuche muy seguro. Después de todo era su instrumento de trabajo y tenía un apego sentimental muy fuerte por su guitarra. Esperaba no haberlos hecho esperar demasiado. Corrió por los pasillos hasta la sala de ensayos que le había indicado Reino, frente a ella divisó tres personas, una muchacha bellísima con cabello rizado, un chico bastante alto y de cabello negro, finalmente el más llamativo de los tres por su estilo de cabello. Ninguno conocido, pues el mánager solo le sonaba de nombre e información, más nunca le había visto en persona.-¡L-lamento la tardanza!-dijo a unos cuantos pasos de ellos, descendiendo la velocidad de su caminar, y con la mejor sonrisa que podía tener. -Espero no hayan tenido que esperar demasiado...-continuó con una reverencia muy típica de ella al disculparse.-S-soy Ren Hikari, he venido a audicionar para la banda...¡Mucho gusto!-dijo repitiéndo una vez más, esta vez de forma más sutil, su reverencia.
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Sus pasos eran rápidos, había comenzado a caminar con cierta inquietud, no estaba nervioso, pues tenía consigo a su “bebe”, no podía mostrarse nervioso si tenía la compañía de su amada guitarra, después de todo, en ella había puesto una gran confianza, en ninguna ocasión había fallado, y esta no tenía que ser la primera vez ; pero no podía evitar recorrer lo ancho el pasillo una y otra vez admirando el suelo, pues su cabeza estaba baja y su vista se había fijado en la superficie que pisaban sus pies. Hizo el mismo recorrido una vez más, parando sus pasos antes de que su frente golpeara la fría pared. En los últimos días, Andrew se mostraba muy ansioso, no había una explicación segura, quizá por tantos bocadillos dulces que le gustaba comer. Dejó escapar un suspiro de sus labios, quería sentirse tranquilo y dar una imagen profesional al conocer al representante de Layla, no era como si su cara de póker no fuera suficiente, simplemente no quería ser tomado por un niñato a pesar de su edad.
Despojó de su cuerpo aquel forro, descansando un poco su espalda de su peso, lo dejó en el suelo con cuidado para evitar un fuerte golpe en la base. Recargó su espalda en la pared y cerró los ojos tratando de acomodar sus ideas, en esos momentos, simplemente deseaba un cigarrillo, pero su cajetilla se había quedado en casa, un simple descuido que sería bueno para su cuerpo – Joder … siento que muero – Se frotó el rostro con su mano derecha, en ese momento pudo escuchar como un par de voces se acercaban hasta donde estaba, pudo sentir como los cabellos azabaches de su nuca se erizaron al instante. Sacudió un poco la cabeza y fijó su vista en el otro extremo del pasillo.
Su sorpresa fue eso … una sorpresa. El ver a Layla al lado de ese hombre tan extravagante y llamativo, le dejó con la boca abierta, no literalmente, de hecho Andrew mantenía su cara de póker incluso en las sorpresas – Rei – Dijo respondiendo el saludo de Layla como si fuera lo más normal del mundo, tomó de nuevo su instrumento y lo colocó en su hombro. Se acercó un par de pasos a la pareja notando aquella sonrisa que residía en el rostro del hombre llamado Reino, algo que puso a Andrew un poco nervioso, pues de nuevo se encontraba con aquel hombre “Famoso” –porasídecirlo- que tomó su audición. Andrew se detuvo a una distancia acéptale y estiró su brazo con intención de corresponder el apretón de manos. Sujetó la mano contraria firmemente y le soltó después de un par de sacudidas – Nos encontramos de nuevo – Miró a los ojos del hombre, pero se desconcertó un poco al escuchar el término que usaba para referirse a su persona - ¿Mocoso? – Su ceja de arqueó un poco al escuchar las palabras de Reino, eso era lo último que le hubiese gustado escuchar salir de su boca, quizá su esfuerzo por parecer alguien profesional no estaba dando resultados. Se guardó las manos en los bolsillos de su oscuro pantalón mientras escuchaba hablar al hombre. No pudo evitar sentirse orgulloso al escuchar que alguien alardeara de esa manera de su habilidad con la guitarra, era de esperarse, Andrew sabía que era bueno, gozaba de talento, y no tenía por qué ocultarlo. De esa manera, una ligera sonrisa apareció en sus labios, una llena de orgullo y confianza – Sé que está loca, pero se lo debo, después de todo ella fue la que me sacó de los malos días – Miró a Layla, con cierto aire de grandeza, sería su nuevo pasatiempo molestarle, pues sería una pequeña venganza por lo que había pasado con anterioridad en aquel Karaoke. Al no darle la razón a ninguno, se aclaró la garganta – Andrew Walker, guitarrista y representante de nada al parecer, gracias por la oportunidad – Mostrándose agradecido entró a la sala.
Examinaba el lugar de una manera discreta, nunca antes había estado en una sala de grabaciones y esta tenía una buena pinta, en ese momento sintió que todos sus esfuerzos finalmente comenzaban a valer, pero no sería conformista, pues aún quedaba un largo camino. Se giró dando la cara a sus acompañantes, el escuchar que otro guitarrista vendría le había causado cierta emoción incluso más al saber que se trataba de una chica. Había conocido muy pocas mujeres que gustaban de tocar la guitarra, y conocer a alguien con experiencia sería algo muy interesante de vivir – No puedo esperar – Dijo sus palabras con cierto tono de seguridad en su voz, y era cierto, no podía esperar para compararse con esa misteriosa mujer.
Su atención fue atraída por unos pasos apresurados que resonaban en el pasillo, se encontraba de perfil hacia la puerta, por lo que giró tranquilamente su cabeza esperando encontrar a una mujer con el típico estereotipo de guitarrista, pero al no ser así se había sorprendido bastante. Miró a la chica de pies a cabeza con su característica cara de póker, al notar aquel estuche que residía en su espalda toda duda se desvaneció, Andrew no era una persona que juzgaba a las demás por su apariencia y esa chica no fue la acepción. Apretó ambos puños, impaciente por escuchar cómo ejecutaba sus acordes y por ver cómo se desenvolvía; no quería hacer o decir algo idiota, por lo que mantuvo la boca cerrada y la vista fija en la joven, pero no todo era tan malo, de hecho se sintió bastante bien al saber que él no había sido el que llegó tarde.
Despojó de su cuerpo aquel forro, descansando un poco su espalda de su peso, lo dejó en el suelo con cuidado para evitar un fuerte golpe en la base. Recargó su espalda en la pared y cerró los ojos tratando de acomodar sus ideas, en esos momentos, simplemente deseaba un cigarrillo, pero su cajetilla se había quedado en casa, un simple descuido que sería bueno para su cuerpo – Joder … siento que muero – Se frotó el rostro con su mano derecha, en ese momento pudo escuchar como un par de voces se acercaban hasta donde estaba, pudo sentir como los cabellos azabaches de su nuca se erizaron al instante. Sacudió un poco la cabeza y fijó su vista en el otro extremo del pasillo.
Su sorpresa fue eso … una sorpresa. El ver a Layla al lado de ese hombre tan extravagante y llamativo, le dejó con la boca abierta, no literalmente, de hecho Andrew mantenía su cara de póker incluso en las sorpresas – Rei – Dijo respondiendo el saludo de Layla como si fuera lo más normal del mundo, tomó de nuevo su instrumento y lo colocó en su hombro. Se acercó un par de pasos a la pareja notando aquella sonrisa que residía en el rostro del hombre llamado Reino, algo que puso a Andrew un poco nervioso, pues de nuevo se encontraba con aquel hombre “Famoso” –porasídecirlo- que tomó su audición. Andrew se detuvo a una distancia acéptale y estiró su brazo con intención de corresponder el apretón de manos. Sujetó la mano contraria firmemente y le soltó después de un par de sacudidas – Nos encontramos de nuevo – Miró a los ojos del hombre, pero se desconcertó un poco al escuchar el término que usaba para referirse a su persona - ¿Mocoso? – Su ceja de arqueó un poco al escuchar las palabras de Reino, eso era lo último que le hubiese gustado escuchar salir de su boca, quizá su esfuerzo por parecer alguien profesional no estaba dando resultados. Se guardó las manos en los bolsillos de su oscuro pantalón mientras escuchaba hablar al hombre. No pudo evitar sentirse orgulloso al escuchar que alguien alardeara de esa manera de su habilidad con la guitarra, era de esperarse, Andrew sabía que era bueno, gozaba de talento, y no tenía por qué ocultarlo. De esa manera, una ligera sonrisa apareció en sus labios, una llena de orgullo y confianza – Sé que está loca, pero se lo debo, después de todo ella fue la que me sacó de los malos días – Miró a Layla, con cierto aire de grandeza, sería su nuevo pasatiempo molestarle, pues sería una pequeña venganza por lo que había pasado con anterioridad en aquel Karaoke. Al no darle la razón a ninguno, se aclaró la garganta – Andrew Walker, guitarrista y representante de nada al parecer, gracias por la oportunidad – Mostrándose agradecido entró a la sala.
Examinaba el lugar de una manera discreta, nunca antes había estado en una sala de grabaciones y esta tenía una buena pinta, en ese momento sintió que todos sus esfuerzos finalmente comenzaban a valer, pero no sería conformista, pues aún quedaba un largo camino. Se giró dando la cara a sus acompañantes, el escuchar que otro guitarrista vendría le había causado cierta emoción incluso más al saber que se trataba de una chica. Había conocido muy pocas mujeres que gustaban de tocar la guitarra, y conocer a alguien con experiencia sería algo muy interesante de vivir – No puedo esperar – Dijo sus palabras con cierto tono de seguridad en su voz, y era cierto, no podía esperar para compararse con esa misteriosa mujer.
Su atención fue atraída por unos pasos apresurados que resonaban en el pasillo, se encontraba de perfil hacia la puerta, por lo que giró tranquilamente su cabeza esperando encontrar a una mujer con el típico estereotipo de guitarrista, pero al no ser así se había sorprendido bastante. Miró a la chica de pies a cabeza con su característica cara de póker, al notar aquel estuche que residía en su espalda toda duda se desvaneció, Andrew no era una persona que juzgaba a las demás por su apariencia y esa chica no fue la acepción. Apretó ambos puños, impaciente por escuchar cómo ejecutaba sus acordes y por ver cómo se desenvolvía; no quería hacer o decir algo idiota, por lo que mantuvo la boca cerrada y la vista fija en la joven, pero no todo era tan malo, de hecho se sintió bastante bien al saber que él no había sido el que llegó tarde.
- Spoiler:
- Pues realmente no sé quien mas vaya a responder este tema, así que me tomé la libertad de postear porque ... porque quería hacerlo :v (?)
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Los nervios y el entusiasmo bullían en ella generando un combo explosivo. Andrew le había agradado lo suficiente como para considerarlo, no sólo por su innegable talento con la guitarra, sino porque además le parecía un chico agradable. No escogería a los miembros sólo por sus habilidades, se trataba de formar un equipo, en donde la confianza y la amistad resultaban piezas fundamentales, después de todo pasarían mucho tiempo ensayando y en giras, era necesario que se estableciera un vínculo ameno entre todos. El guitarrista había conseguido adaptarse muy bien a su ritmo y volumen en el karaoke, ¡y todo había sido sin practica! ¿que podrían lograr cuando perfeccionaran esa unión? Estaba convencida de que algo bueno podría salir del asunto, pero antes que nada necesitaba de la aprobación de Reino, y era para ello necesario que los viera actuar juntos. Las cosas estaban saliendo tan bien que temía que de repente todo se desmoronara como un castillo de naipes, sin embargo, ese temor sombrío no permitía que su entusiasmo menguara, tenía esperanzas de que la bande empezaría con el pie derecho. Distraídamente ordenaba su cabello usando el enorme espejo del ascensor, mientras escuchaba el comentario de su representante. Lo miró de reojo, y una sonrisa pícara curvó sus labios rosados. -Siempre he querido algo como eso, un sitio cómodo donde poder ensayar y grabar, sin exponernos...-se giro, descasando la espalda contra el espejo detrás de ella. -El dinero no es un problema, además no es un gasto, sino una inversión-hacía tiempo que los billetes habían dejado de ser un problema para la vocalista. Su éxito en Japón le había permitido juntar mucho dinero, e incluso había comprado una nueva casa para sus padres en su pueblo natal. Tenía un apartamento en Tokio, que mantenía, y tenía planeado comprar la bonita casa que de momento rentaba. No escatimaba en gastos a la hora de comprar prendas de diseño, o invertir en cuidados para su estética personal. Dejar una carrera sólida en Japón había sido un riesgo, sin embargo aspiraba a más.
-Mmmm....-meditó un momento respecto a su pregunta, no estaba muy segura de si le había preguntado aquello, así que sencillamente se encogió de hombros. -No creo que eso sea un problema, es bueno, así que si no lo han aceptado aún seguro lo harán cuando audicione. -fiel a su estilo no se preocupó por ello, aunque no pareció divertirse tanto con su siguiente comentario bromista, fulminándolo con la mirada. -El trabajo es trabajo, no me agrada mezclarlo con cuestiones personales-se había auto impuesto aquel principio, nada de liarse con sus compañeros de grupo, o todo terminaría muy mal. Layla era muy estricta con el trabajo, y por eso procuraba mantener las cosas bien diferenciadas. Probablemente Reino fuera la única excepción a esa regla. Descendió primero del ascensor, con la elegancia que la caracterizaba, deslizando sus pasos hacia donde se encontraba el guitarrista que ya los esperaba. Fue toda una sorpresa descubrir que ya se conocían, y que Reino ya había descubierto el talento del muchacho. Eso despejaba las dudas iniciales dándole mayores oportunidades. Ingresaron los tres al salón, y ella se ocupó de verificar que la puerta estuviera bien cerrada. Mientras hacían las presentaciones se ocupó de encender los amplificadores, y conectar el micrófono, probando luego el sonido. A largo plazo necesitarían un sonidista que se ocupara de esos detalles en las presentaciones, aunque una vez más estaba adelantándose a los hechos. -¡Hey! Te escuche-respondió desde su posición apenas mas alejada, mientras daba golpecitos al micrófono para llamar la atención de esos dos. Dejó el mismo sobre su base de apoyo para después acercarse a ellos, colocando ambas manos en su cadera. -No le hagas caso Andrew, estoy segura de que conectaremos de maravilla-le guiñó un ojo con un dejo de picardía sólo para molestar y se llevó los rizos hacia atrás. Pese a todo su sonrisa no había desaparecido en ningún momento, realmente estaba entusiasmada. -¿Empezamos?
Su expresión cambió a la sorpresa ante el comentario de Reino. -¿Otra candidata...?-murmuró sin poder evitar dejar en clara su sorpresa ante aquel inesperado cambio de planes. No conocía a la chica en cuestión, pero inevitablemente sintió una punzada de celos. Si había llamado la atención de Reino seguramente tenía talento, pero ella ya se había encaprichado con Andrew, no se sentía muy receptiva para darle la oportunidad a una completa desconocida. Hacer una escena ahora mismo habría sido absurdo, así que se vio obligada a tragarse sus reproches y sencillamente fruncir los labios, dejando en claro su tácito desacuerdo. Justo en ese pequeño momento de tensión la puerta se abrió dejando ver a una jovencita de cabello castaño, evidentemente era la dichosa "segunda candidata" pues cargaba con un estuche para guitarras en su espalda. No pudo evitar empatizar rápidamente con ella, se la notaba nerviosa, y aquello le dio cierta ternura. De todos modos se mantenía firme en su postura, y sin lugar a dudas estaba del lado de Andrew. -Hola-soltó con poca simpatía evaluándola de pies a cabeza. Pronto se cruzó de brazos, tamborileando con los dedos contra su antebrazo, decidió entonces tomar la voz cantante para las presentaciones. -Soy Reira, la vocalista, él es Reino mi representante...-por supuesto, era necesario aclarar que era suyo, y no planeaba compartirlo con una completa desconocida, afiló apenas su mirada, con un aire ligeramente desafiante. -Pero supongo que ya se conocen-acotó viendo ahora de reojo a su manager, antes de volver la vista a la joven. -Y él es Andrew, también esta aquí para audicionar para la banda...Al parecer será una especie de duelo.- Volvió una vez mas los ojos hacia su representante, con un claro gesto de molestia en sus ojos. -¿Ahora si podemos empezar?-sin esperar respuesta buscó en su cartera que aún colgaba en su cartera una delgada carpeta transparente en la que llevaba varias partituras, tras revisarlas tomó dos de ellas y se las entregó a su manager. Le parecía mejor que lo intentaran con canciones diferentes, aunque lo dejaría a decisión de Reino.
-Mmmm....-meditó un momento respecto a su pregunta, no estaba muy segura de si le había preguntado aquello, así que sencillamente se encogió de hombros. -No creo que eso sea un problema, es bueno, así que si no lo han aceptado aún seguro lo harán cuando audicione. -fiel a su estilo no se preocupó por ello, aunque no pareció divertirse tanto con su siguiente comentario bromista, fulminándolo con la mirada. -El trabajo es trabajo, no me agrada mezclarlo con cuestiones personales-se había auto impuesto aquel principio, nada de liarse con sus compañeros de grupo, o todo terminaría muy mal. Layla era muy estricta con el trabajo, y por eso procuraba mantener las cosas bien diferenciadas. Probablemente Reino fuera la única excepción a esa regla. Descendió primero del ascensor, con la elegancia que la caracterizaba, deslizando sus pasos hacia donde se encontraba el guitarrista que ya los esperaba. Fue toda una sorpresa descubrir que ya se conocían, y que Reino ya había descubierto el talento del muchacho. Eso despejaba las dudas iniciales dándole mayores oportunidades. Ingresaron los tres al salón, y ella se ocupó de verificar que la puerta estuviera bien cerrada. Mientras hacían las presentaciones se ocupó de encender los amplificadores, y conectar el micrófono, probando luego el sonido. A largo plazo necesitarían un sonidista que se ocupara de esos detalles en las presentaciones, aunque una vez más estaba adelantándose a los hechos. -¡Hey! Te escuche-respondió desde su posición apenas mas alejada, mientras daba golpecitos al micrófono para llamar la atención de esos dos. Dejó el mismo sobre su base de apoyo para después acercarse a ellos, colocando ambas manos en su cadera. -No le hagas caso Andrew, estoy segura de que conectaremos de maravilla-le guiñó un ojo con un dejo de picardía sólo para molestar y se llevó los rizos hacia atrás. Pese a todo su sonrisa no había desaparecido en ningún momento, realmente estaba entusiasmada. -¿Empezamos?
Su expresión cambió a la sorpresa ante el comentario de Reino. -¿Otra candidata...?-murmuró sin poder evitar dejar en clara su sorpresa ante aquel inesperado cambio de planes. No conocía a la chica en cuestión, pero inevitablemente sintió una punzada de celos. Si había llamado la atención de Reino seguramente tenía talento, pero ella ya se había encaprichado con Andrew, no se sentía muy receptiva para darle la oportunidad a una completa desconocida. Hacer una escena ahora mismo habría sido absurdo, así que se vio obligada a tragarse sus reproches y sencillamente fruncir los labios, dejando en claro su tácito desacuerdo. Justo en ese pequeño momento de tensión la puerta se abrió dejando ver a una jovencita de cabello castaño, evidentemente era la dichosa "segunda candidata" pues cargaba con un estuche para guitarras en su espalda. No pudo evitar empatizar rápidamente con ella, se la notaba nerviosa, y aquello le dio cierta ternura. De todos modos se mantenía firme en su postura, y sin lugar a dudas estaba del lado de Andrew. -Hola-soltó con poca simpatía evaluándola de pies a cabeza. Pronto se cruzó de brazos, tamborileando con los dedos contra su antebrazo, decidió entonces tomar la voz cantante para las presentaciones. -Soy Reira, la vocalista, él es Reino mi representante...-por supuesto, era necesario aclarar que era suyo, y no planeaba compartirlo con una completa desconocida, afiló apenas su mirada, con un aire ligeramente desafiante. -Pero supongo que ya se conocen-acotó viendo ahora de reojo a su manager, antes de volver la vista a la joven. -Y él es Andrew, también esta aquí para audicionar para la banda...Al parecer será una especie de duelo.- Volvió una vez mas los ojos hacia su representante, con un claro gesto de molestia en sus ojos. -¿Ahora si podemos empezar?-sin esperar respuesta buscó en su cartera que aún colgaba en su cartera una delgada carpeta transparente en la que llevaba varias partituras, tras revisarlas tomó dos de ellas y se las entregó a su manager. Le parecía mejor que lo intentaran con canciones diferentes, aunque lo dejaría a decisión de Reino.
- Canciones:
Olivia Lufkin: Sailing free
Olivia Lufkin: Stars Shining Out
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Le divertía bastante encontrarse en una situación como esa otra vez. Llevaba años siendo mánager en Merveilles pero nunca había tenido la oportunidad de representar a una banda. Las ofertas sobraban pero, pese a lo amigable que podía parecer, Reino era muy exigente a la hora de tratar con los artistas y una banda de por sí requería componentes que los solistas no. Al tratarse de más de un músico no bastaba con que todos fueran talentosos de forma individual, sino que también supieran sincronizar con sus compañeros de equipo de manera que pudieran sacar el mejor sonido posible. Y claro, no podían dejar de lado el compañerismo y los vínculos que nacían al pertenecer a un equipo, él mismo lo había vivido en carne propia. Esperaba que tanto Layla como Andrew comprendieran que eso era lo esencial de una agrupación musical.
No quería meterse con el guitarrista más de la cuenta pero como no lo conocía tanto quería entrar en confianza lo más pronto posible, ¿y qué mejor que mostrarle su verdadera personalidad? Porque sí, Reino era aún más bromista de lo que mostraba en el trabajo. Sabía que era un tanto inmaduro de su parte fastidiar a un chico tan menor pero no podía evitarlo, tal vez su amistad con Layla potenciaba ese tipo de comportamientos.
Volvió a observar a la vocalista cuando ésta les llamó la atención por el micrófono, respondiéndole con una amplia sonrisa. Estaba contento, las cosas estaban resultando bien y ella parecía llevarse de maravilla con Andrew, aunque no podía negar que le daba mucha curiosidad conocer los pormenores de su relación. Pero sabía que no era el lugar ni el momento para preguntar.
Entre broma y broma, identificó el inconfundible sonido de la puerta tras de ellos. La guitarrista de Madison acababa de llegar, era primera vez que la veía pero antes de poder darle una amigable bienvenida, Layla se adelantó y presentó al equipo en su lugar.
— Lay... Err, digo, ¿Reira? — Le llamó, aunque su fulminante mirada consiguió silenciarle de forma inmediata. La hostilidad de la vocalista era evidente, Reino le conocía desde hace años y no se dejaba intimidar por sus reacciones, pero sí sabía que tenía que tener precaución. Tal vez cometió un error al no informarle de la participación de Ren. — Es un placer, miss. Gracias por venir. — Decidió ignorar la actitud de su representada y caminó directamente hacia la castaña, dedicándole una sonrisa y estirándole una mano en son de saludo. — Madison me contó tu situación y no pude evitar sentirme interesado, él no acepta a cualquiera en sus filas. Lamento no haberte advertido que tendrías competencia, jejeje~ — Se disculpó antes de volver su cuerpo hacia el resto de equipo.
Recibió las partituras que Layla había escogido para ambos, leyó los títulos y procedió a explicar:
— Sé que es un poco apresurado pero estamos cortos de tiempo. Andrew, Ren, les pediré que cada uno toque una canción en conjunto con Reira. — Dicho esto, entregó a cada uno una partitura al azar. En ambas composiciones el uso de la guitarra era esencial y tenían niveles de dificultad parecidos. — Les daré algunos minutos para que las estudien. Reira, ve a ponerte en posición. — Indicó a todos antes de dejarse caer en su respectivo asiento, esperando que estuvieran listos para comenzar.
No quería meterse con el guitarrista más de la cuenta pero como no lo conocía tanto quería entrar en confianza lo más pronto posible, ¿y qué mejor que mostrarle su verdadera personalidad? Porque sí, Reino era aún más bromista de lo que mostraba en el trabajo. Sabía que era un tanto inmaduro de su parte fastidiar a un chico tan menor pero no podía evitarlo, tal vez su amistad con Layla potenciaba ese tipo de comportamientos.
Volvió a observar a la vocalista cuando ésta les llamó la atención por el micrófono, respondiéndole con una amplia sonrisa. Estaba contento, las cosas estaban resultando bien y ella parecía llevarse de maravilla con Andrew, aunque no podía negar que le daba mucha curiosidad conocer los pormenores de su relación. Pero sabía que no era el lugar ni el momento para preguntar.
Entre broma y broma, identificó el inconfundible sonido de la puerta tras de ellos. La guitarrista de Madison acababa de llegar, era primera vez que la veía pero antes de poder darle una amigable bienvenida, Layla se adelantó y presentó al equipo en su lugar.
— Lay... Err, digo, ¿Reira? — Le llamó, aunque su fulminante mirada consiguió silenciarle de forma inmediata. La hostilidad de la vocalista era evidente, Reino le conocía desde hace años y no se dejaba intimidar por sus reacciones, pero sí sabía que tenía que tener precaución. Tal vez cometió un error al no informarle de la participación de Ren. — Es un placer, miss. Gracias por venir. — Decidió ignorar la actitud de su representada y caminó directamente hacia la castaña, dedicándole una sonrisa y estirándole una mano en son de saludo. — Madison me contó tu situación y no pude evitar sentirme interesado, él no acepta a cualquiera en sus filas. Lamento no haberte advertido que tendrías competencia, jejeje~ — Se disculpó antes de volver su cuerpo hacia el resto de equipo.
Recibió las partituras que Layla había escogido para ambos, leyó los títulos y procedió a explicar:
— Sé que es un poco apresurado pero estamos cortos de tiempo. Andrew, Ren, les pediré que cada uno toque una canción en conjunto con Reira. — Dicho esto, entregó a cada uno una partitura al azar. En ambas composiciones el uso de la guitarra era esencial y tenían niveles de dificultad parecidos. — Les daré algunos minutos para que las estudien. Reira, ve a ponerte en posición. — Indicó a todos antes de dejarse caer en su respectivo asiento, esperando que estuvieran listos para comenzar.
- Selección:
- Olivia Lufkin: Sailing free — Andrew Walker
Olivia Lufkin: Stars Shining Out — Ren Hikari
Reino- Moderador
- Ocupación : Manager
Mensajes : 1266
Fecha de inscripción : 25/10/2012
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Los primeros ojos que se cruzaron con los suyos fueron los de la muchacha, era una filosa y certera sobre ella. No tardó en comprobar que su llegada no era muy bien recibida, en especial por quien le hablaba con notoria hostilidad, Ren se limitó a responderle con la mejor sonrisa que pudo frente a tal bienvenida.-H-hol...-Su voz se desvaneció, no le dió demasiado tiempo para saludarle de vuelta, antes de decir su nombre. Reira, repitió en su mente para retenerlo con mayor facilidad mientras estiraba una mano para saludarle, la cual rápidamente trasladó hasta su nuca, los brazos de ella se encontraban cruzados, sin indicio de estrechar sus manos; ¿la chica la odiaba? Sus celestes llegaron hasta al sujeto de extravagante peinado, negando con la cabeza ante la suposición de ya conocerle.-...N-no...yo...-volvió a casi susurrarle, pero ya se encontraba con esa mirada nuevamente sobre ella, ahora presentando al último presente en la sala, a quien saludó con un movimiento de cabeza.
Agradeció enormemente la intervención de Reino en la tensa "conversación", estirando su mano para corresponderle el saludo, sonriéndole de forma más natural. Rió ante las palabras del mánager.-Haha...Sí, es cierto...Y tampoco no muchos le soportaban haha-Bromeó, más que nada para ayudarse a si misma a soltar tensiones y aplacar el nerviosismo que traía desde su ingreso a la sala. Observó nuevamente al muchacho alto, Andrew, así que también era guitarrista. Siendo bastante sincera no podía imaginar que desplante tendría en el escenario, después de todo no había visto expresión alguna en su rostro desde el comienzo, aunque claro, solo llevaban algunos minutos juntos y quizás exageraba, más le causaba enorme curiosidad verle tocar la guitarra.
Los nervios regresaron cuando mencionaron la palabra "partitura". ¡Dios, era terrible en ellas! Ya podía sentir como una gota de sudor frío bajaba por su cuello. Sólo mantuvo una sonrisa notoriamente forzada y recibió el papel. Leyó el título de la canción soltando una sola risilla. ¿Coincidencia? No lo sabía, pero con nada más esas palabras el nudo en su estómago desapareció como si se tratara de un hechizo, siempre salvándola.
Se desplazó hasta apoyarse en la pared, sin quitar los ojos de encima a cada nota escrita en el papel, debía recordar las lecciones que Madison y Ren le había, amablemente, dado para mejorar su nula lectura en las partituras. Repitió una y otra vez la lectura, haciendo anotaciones en su cabeza, golpeando al son de, lo que pensaba, sería la melodía la pared con sus dedos, siguiendo el ritmo. Una y otra vez, una y otra vez, corrigiendo cuando recordaba la nota correcta.-...Madison...Si fallo me cortarás en pedacitos...-comentó soltando un suspiro largo. Tomó su estuche depositándolo en el suelo, lo abrió tocado con la punta de sus dedos el mástil, sobre las cuerdas de principio a fin.-Vamos a hacer un buen trabajo...¿vale?-Dijo hacia el instrumento, era una guitarra de color celeste como sus orbes. Se puso de pie luego de sostener la guitarra, cruzando la correa en su cuello, acercándose a Andrew-U-uhm...Andrew-san...¿le importaría si voy primero...?-consultó con su común respeto al hablar. Si escuchaba al muchacho antes de haber tocado se pondría demasiado ansiosa.
Agradeció enormemente la intervención de Reino en la tensa "conversación", estirando su mano para corresponderle el saludo, sonriéndole de forma más natural. Rió ante las palabras del mánager.-Haha...Sí, es cierto...Y tampoco no muchos le soportaban haha-Bromeó, más que nada para ayudarse a si misma a soltar tensiones y aplacar el nerviosismo que traía desde su ingreso a la sala. Observó nuevamente al muchacho alto, Andrew, así que también era guitarrista. Siendo bastante sincera no podía imaginar que desplante tendría en el escenario, después de todo no había visto expresión alguna en su rostro desde el comienzo, aunque claro, solo llevaban algunos minutos juntos y quizás exageraba, más le causaba enorme curiosidad verle tocar la guitarra.
Los nervios regresaron cuando mencionaron la palabra "partitura". ¡Dios, era terrible en ellas! Ya podía sentir como una gota de sudor frío bajaba por su cuello. Sólo mantuvo una sonrisa notoriamente forzada y recibió el papel. Leyó el título de la canción soltando una sola risilla. ¿Coincidencia? No lo sabía, pero con nada más esas palabras el nudo en su estómago desapareció como si se tratara de un hechizo, siempre salvándola.
Se desplazó hasta apoyarse en la pared, sin quitar los ojos de encima a cada nota escrita en el papel, debía recordar las lecciones que Madison y Ren le había, amablemente, dado para mejorar su nula lectura en las partituras. Repitió una y otra vez la lectura, haciendo anotaciones en su cabeza, golpeando al son de, lo que pensaba, sería la melodía la pared con sus dedos, siguiendo el ritmo. Una y otra vez, una y otra vez, corrigiendo cuando recordaba la nota correcta.-...Madison...Si fallo me cortarás en pedacitos...-comentó soltando un suspiro largo. Tomó su estuche depositándolo en el suelo, lo abrió tocado con la punta de sus dedos el mástil, sobre las cuerdas de principio a fin.-Vamos a hacer un buen trabajo...¿vale?-Dijo hacia el instrumento, era una guitarra de color celeste como sus orbes. Se puso de pie luego de sostener la guitarra, cruzando la correa en su cuello, acercándose a Andrew-U-uhm...Andrew-san...¿le importaría si voy primero...?-consultó con su común respeto al hablar. Si escuchaba al muchacho antes de haber tocado se pondría demasiado ansiosa.
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Al estar con la pareja en la misma habitación, pudo conocer un poco más de la relación que tenían ambos, parecían conocerse desde hace bastante tiempo y muy bien, en ese momento Andrew se sintió un poco incómodo por ser incluido en su charla, pero al parecer se tendría que acostumbrar a el carácter de Layla y a la personalidad y juegos de Reino. Solo dejó salir un suspiro al escuchar las palabras de la de cabello rizado – No sé qué decirte con Reino presente- Esta vez rascó su nuca mostrándose un poco nervioso por la situación – Supongo que tendremos que mostrárselo – Rodó los ojos, no por enfado, sino como una especie de burla hacia el mayor, después de todo le había dicho mocoso y no se quedaría con los brazos cruzados perdiendo la oportunidad de vengarse ligeramente.
Walker no se mostró intimidado al saber que una segunda candidata también adicionaría para el puesto de guitarrista, nada podía salir mal después de todo. Miró a la rubia con algo de curiosidad, arqueando la ceja y fijando la mirada en su rostro – ¿Tanto me quieres? – Esta vez soltó una pequeña risa, acompañada de una sonrisa pasajera en sus labios, después de esto regresó a expresar nada con su rostro. Giró su cabeza hacia la puerta, mirando a la chica que estaba debajo del marco, ahora que conocía su apariencia tampoco se sentía intimidado, de hecho se encontraba bastante tranquilo, solo quería escuchar y ver su estilo al estar en sincronía con el instrumento; pero Layla una vez más dio el primer paso, observó y escucho las presentaciones, y cuando fue mencionado miró a la chica a los ojos con algo de curiosidad – Sup – Dicho esto desvió la mirada nuevamente caminando hasta un cuadro que le llamó bastante la atención.
Una vez sus ojos inspeccionaron el cuadro llamativo, dio media vuelta para mirar al hombre con una partitura en mano, Andrew estaba familiarizado con esta especie de lectura, lo veía como algo necesario al manejar un instrumento. Tomó el papel con curiosidad – No hay problema – Esta vez un leve arco se formó en sus labios mientras fijaba su azulina mirada en las notas. Esta vez quitó el estuche que colgaba de su espalda y lo dejo en el suelo lentamente, deslizó el cierre y finalmente sacó a su guitarra de aquella protección, era ligera y con tonos rojizos con algo de café claro y blanco, realmente le encantaba su guitarra y sería incapaz de cambiarla por alguna otra. Hizo todo esto sin despegar la vista de aquel papel grabado, murmurando suavemente la melodía que acompañaba a la letra, la partitura le había dado la impresión de que era una canción que tenía nivel y eso realmente le gustaba y entusiasmaba a Andrew. Tomó al instrumento, repasando las cuerdas con las yemas de los dedos – Tranquilo como siempre – Le dedicó aquellas palabras a su guitarra, esta vez con una ligera sonrisa en los labios, finalmente su rostro expresaba algo de emoción.
No le tomó mucho tiempo para familiarizarse con la canción, practicaba los acordes con mayor dificultad solo para no fallar al momento de estar interpretando la partitura – Perfecto – Murmuró tranquilo; pero la voz de la mujer guitarrista llamó su atención. Dirigió su mirada a la de ojos azules y le miró con curiosidad “ ¿Andrew …-san?” Era la primera vez que le agregaban un “San” a su nombre. Había leído con anterioridad que ese tipo de terminaciones en los nombres eran de origen japonés, algo bastante interesante “¿Será japonesa?” Pensó escuchando su petición, no le podía decir que no a una mujer y menos a una que tocara la guitarra – No tienes que preguntarme algo así, no tengo ningún problema – Le dedicó una media sonrisa a la castaña llena de confianza y regresó a su instrumento unos minutos más.
Giró el instrumento para que quedara en su espalda y así tener las manos libres. Miró a Reino con la mirada un poco afilada – Al parecer estamos listos – Caminó hasta un lugar cómodo dejando que Ren tocara primero con Layla, solo esperaba ver algo realmente emocionante.
Walker no se mostró intimidado al saber que una segunda candidata también adicionaría para el puesto de guitarrista, nada podía salir mal después de todo. Miró a la rubia con algo de curiosidad, arqueando la ceja y fijando la mirada en su rostro – ¿Tanto me quieres? – Esta vez soltó una pequeña risa, acompañada de una sonrisa pasajera en sus labios, después de esto regresó a expresar nada con su rostro. Giró su cabeza hacia la puerta, mirando a la chica que estaba debajo del marco, ahora que conocía su apariencia tampoco se sentía intimidado, de hecho se encontraba bastante tranquilo, solo quería escuchar y ver su estilo al estar en sincronía con el instrumento; pero Layla una vez más dio el primer paso, observó y escucho las presentaciones, y cuando fue mencionado miró a la chica a los ojos con algo de curiosidad – Sup – Dicho esto desvió la mirada nuevamente caminando hasta un cuadro que le llamó bastante la atención.
Una vez sus ojos inspeccionaron el cuadro llamativo, dio media vuelta para mirar al hombre con una partitura en mano, Andrew estaba familiarizado con esta especie de lectura, lo veía como algo necesario al manejar un instrumento. Tomó el papel con curiosidad – No hay problema – Esta vez un leve arco se formó en sus labios mientras fijaba su azulina mirada en las notas. Esta vez quitó el estuche que colgaba de su espalda y lo dejo en el suelo lentamente, deslizó el cierre y finalmente sacó a su guitarra de aquella protección, era ligera y con tonos rojizos con algo de café claro y blanco, realmente le encantaba su guitarra y sería incapaz de cambiarla por alguna otra. Hizo todo esto sin despegar la vista de aquel papel grabado, murmurando suavemente la melodía que acompañaba a la letra, la partitura le había dado la impresión de que era una canción que tenía nivel y eso realmente le gustaba y entusiasmaba a Andrew. Tomó al instrumento, repasando las cuerdas con las yemas de los dedos – Tranquilo como siempre – Le dedicó aquellas palabras a su guitarra, esta vez con una ligera sonrisa en los labios, finalmente su rostro expresaba algo de emoción.
No le tomó mucho tiempo para familiarizarse con la canción, practicaba los acordes con mayor dificultad solo para no fallar al momento de estar interpretando la partitura – Perfecto – Murmuró tranquilo; pero la voz de la mujer guitarrista llamó su atención. Dirigió su mirada a la de ojos azules y le miró con curiosidad “ ¿Andrew …-san?” Era la primera vez que le agregaban un “San” a su nombre. Había leído con anterioridad que ese tipo de terminaciones en los nombres eran de origen japonés, algo bastante interesante “¿Será japonesa?” Pensó escuchando su petición, no le podía decir que no a una mujer y menos a una que tocara la guitarra – No tienes que preguntarme algo así, no tengo ningún problema – Le dedicó una media sonrisa a la castaña llena de confianza y regresó a su instrumento unos minutos más.
Giró el instrumento para que quedara en su espalda y así tener las manos libres. Miró a Reino con la mirada un poco afilada – Al parecer estamos listos – Caminó hasta un lugar cómodo dejando que Ren tocara primero con Layla, solo esperaba ver algo realmente emocionante.
- Spoiler:
- Layla no jodas por el largo, dije que no esperaras nada impactante - flojeramodeon-(?)
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
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Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
No debería dejar que sus sentimientos interfirieran con el trabajo, eso lo tenía muy claro, de todos modos no había podido evitar sentirse celosa por la repentina aparición de la guitarrista. ¿En que estaba pensando Reino? ¿Por que no se lo había dicho? Ya era un poco tarde para quejas, todos estaban allí listos para la prueba, y lo mejor sería no perder el tiempo. Confiaba en el talento de Andrew, además contaba con la pequeña ventaja de haber tocado junto con ella una vez la noche del karaoke, un pequeño detalle que había decidido no mencionar para beneficiarlo. Le gustaba que le siguiera el juego, creando un pequeño misterio en torno a su relación. Estaba convencida de que se divertirían juntos, pues conseguía hacerla reír y tenía buenas ocurrencias, realmente valoraba eso. Puede que la actitud de Layla con la chica pareciera injusta, sin embargo Layla tendía a comportarse como una niña caprichosa cuando se empecinaba con algo, y aunque era conciente de que la elección de los miembros de la banda se realizaría en conjunto con su manager estaba segura de que él permitiría que ella tomara la decisión final, después de todo no sólo importaba como sonara el grupo, sino también los vínculos entre ellos. Pese a todo, sintió algo de pena por la castaña, había sido bastante antipática con su bienvenida, y quizás eso no era del todo justo. Sin embargo no se sentía capaz de fingir, una de sus cualidades era la de ser muy directa y transparente, para bien o para mal. -Claro que si, serás mío-respondió bromeando antes de alejarse del grupo para corroborar que el sonido estuviera funcionando bien.
Probó el micrófono con un par de vocalizaciones, el sonido estaba perfecto. Ahora debía aguardar a que ambos postulantes estudiaran las partituras, había escogido esas melodías pues en ambas la guitarra destacaba, y tenían un nivel de complejidad similar. Sólo restaba ver si eran capaces de seguirle el ritmo, adecuarse a su tono, y hacerla sentir cómoda. Inquieta, recorrió el salón inspeccionando en detalle el lugar. Estaba bien, pero no era la gran cosa, su sala de ensayos privadas contaría con muchas mas comodidades, ojala pronto pudiera tenerla lista. Deseaba acercarse a Andrew y preguntarle si necesitaba ayuda o aclaración en algún sitio de la partitura, pero seguramente Reino la regañaría por ello pues sería completamente desventajoso para la joven. Se acercó entonces a su representante, tomándose de su brazo con pereza. -Muero de sueño, apenas pude dormir...-un bostezo escapó de sus labios, la emoción la había mantenido casi toda la noche despierta, y no podía evitar sentirse exhausta, necesitaba urgentemente una buena dosis de cafeína. -¿Quien es ella?-cuestionó en voz baja, deseando un poco mas de información, era la primera vez que escuchaba su nombre, aunque a juzgar por las palabras de Reino ya formaba parte del sello y había rebajado anteriormente con otro representante. ¿Tendría experiencia sobre el escenario? Observó curiosa el diseño de su guitarra, hermoso y peculiar definitivamente era un instrumento personalizado.
Cuando decidieron quien iniciaría Reira se acercó al micrófono, y esperó que la joven conectara la guitarra al amplificador. La observó de reojo antes de que la joven diera inicio a la introducción melódica de la canción. Aquella era una de las canciones del último disco que había lanzando en Japón y habría presentado en algunos puntos de Europa y Estados Unidos. Definitivamente era uno de sus favoritos, y siempre disfrutaba de interpretarlo, aunque esta vez no pudo evitar sentirse algo inquieta y ansiosa por el desempeño de la chica. Le resultó difícil dejarse llevar al comienzo, atenta a los acordes de la guitarra de Ren que le servían como guía para seguir el ritmo. A medida que la interpretación avanzó, comenzó a sentirse mas a gusto, confiando en las habilidades de la guitarrista y permitiéndose disfrutar de la interpretación. - ¡Increíble!-exclamó cuando la melodía llegó a su fin, su oído entrenado sólo había detectado unos pocos errores, especialmente en relación al ritmo, detalles que con el tiempo se podían pulir y mejorar. No podía dejar de lado que era la primera vez que se ponía en contacto con una de sus canciones, y sólo había tenido unos cuantos minutos para aprenderse la partitura. Sin duda la chica tenía talento y un excelente oído que le permitía amoldarse a su cadencia de voz, subidas y bajadas en los tonos y ritmo melódico. Se sentía feliz de haber dado con una persona como esa, aunque ¿que pasaría con Andrew? ¡Él había estado maravilloso la otra noche! Preocupada de repente por eso lo observó de reojo, esperando que ahora él tomara sitio junto a ella, esperando que no se dejara intimidar y pudiera lucirse. Evidentemente sería una elección más complicada de lo que esperaba.
Probó el micrófono con un par de vocalizaciones, el sonido estaba perfecto. Ahora debía aguardar a que ambos postulantes estudiaran las partituras, había escogido esas melodías pues en ambas la guitarra destacaba, y tenían un nivel de complejidad similar. Sólo restaba ver si eran capaces de seguirle el ritmo, adecuarse a su tono, y hacerla sentir cómoda. Inquieta, recorrió el salón inspeccionando en detalle el lugar. Estaba bien, pero no era la gran cosa, su sala de ensayos privadas contaría con muchas mas comodidades, ojala pronto pudiera tenerla lista. Deseaba acercarse a Andrew y preguntarle si necesitaba ayuda o aclaración en algún sitio de la partitura, pero seguramente Reino la regañaría por ello pues sería completamente desventajoso para la joven. Se acercó entonces a su representante, tomándose de su brazo con pereza. -Muero de sueño, apenas pude dormir...-un bostezo escapó de sus labios, la emoción la había mantenido casi toda la noche despierta, y no podía evitar sentirse exhausta, necesitaba urgentemente una buena dosis de cafeína. -¿Quien es ella?-cuestionó en voz baja, deseando un poco mas de información, era la primera vez que escuchaba su nombre, aunque a juzgar por las palabras de Reino ya formaba parte del sello y había rebajado anteriormente con otro representante. ¿Tendría experiencia sobre el escenario? Observó curiosa el diseño de su guitarra, hermoso y peculiar definitivamente era un instrumento personalizado.
Cuando decidieron quien iniciaría Reira se acercó al micrófono, y esperó que la joven conectara la guitarra al amplificador. La observó de reojo antes de que la joven diera inicio a la introducción melódica de la canción. Aquella era una de las canciones del último disco que había lanzando en Japón y habría presentado en algunos puntos de Europa y Estados Unidos. Definitivamente era uno de sus favoritos, y siempre disfrutaba de interpretarlo, aunque esta vez no pudo evitar sentirse algo inquieta y ansiosa por el desempeño de la chica. Le resultó difícil dejarse llevar al comienzo, atenta a los acordes de la guitarra de Ren que le servían como guía para seguir el ritmo. A medida que la interpretación avanzó, comenzó a sentirse mas a gusto, confiando en las habilidades de la guitarrista y permitiéndose disfrutar de la interpretación. - ¡Increíble!-exclamó cuando la melodía llegó a su fin, su oído entrenado sólo había detectado unos pocos errores, especialmente en relación al ritmo, detalles que con el tiempo se podían pulir y mejorar. No podía dejar de lado que era la primera vez que se ponía en contacto con una de sus canciones, y sólo había tenido unos cuantos minutos para aprenderse la partitura. Sin duda la chica tenía talento y un excelente oído que le permitía amoldarse a su cadencia de voz, subidas y bajadas en los tonos y ritmo melódico. Se sentía feliz de haber dado con una persona como esa, aunque ¿que pasaría con Andrew? ¡Él había estado maravilloso la otra noche! Preocupada de repente por eso lo observó de reojo, esperando que ahora él tomara sitio junto a ella, esperando que no se dejara intimidar y pudiera lucirse. Evidentemente sería una elección más complicada de lo que esperaba.
- Stars Shining Out :
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Reino escuchaba atentamente los comentarios que Layla y Andrew intercambiaban y se mantenía al margen con la misma tranquilidad de siempre, no les hacía caso. Era un trato ambiguo y que podía confundirse con otro tipo de relación, pero Reino conocía a Layla y sabía una verdad irrefutable acerca de su comportamiento con los hombres: ella siempre era coqueta, independiente de si el tipo le gustaba o no. Viendo la situación bajo ese lente no había razón por la cual sacar conclusiones apresuradas, no permitiría que su curiosidad ni ningún otro sentimiento interfiriera con el trabajo. Somos adultos... Supongo.
Los guitarristas se encontraban estudiando sus respectivas partituras cuando Reino se traía esto en mente. Layla le tomó el brazo de improviso, apartándole de sus pensamientos, el mánager se volvió hacia ella con la candidez habitual.
— Ren Hikari, lleva al rededor de un año trabajando aquí. — Le respondió, consciente de que la hostilidad de la vocalista se debía en parte a lo territorial que era. Pero no creía justo cerrarle la posibilidad a una posible candidata sólo por su relación con Andrew (fuera cual fuera). — Se dio de baja durante unos meses por motivos personales, pero Revo permitió su re-ingreso al sello sin mayores dificultades. No conozco los pormenores del caso pero no es algo que él haga a menudo. Luego estuvo a cargo de un representante bastante complicado, Madison Kurtz. — Reino no tuvo la oportunidad de tratar directamente con él pero sabía por boca de todos que era un tipo peligroso, muy exigente e insoportable. — Sólo parece ser una chica de campo pero si su guitarra pudo enamorar a dos pelmazos como esos, no le costará nada seguirnos el ritmo — comentó, volviendo la mirada hacia ella con un dejo de interés.
Mantuvo la vista fija en Ren un instante pero decidió volverla de inmediato hacia Layla. No quería que existieran malos entendidos entre ellos, lo mejor era explicarle la situación cuánto antes:
— Fuera de eso no la conozco, Madison me la recomendó tras su retiro. Tengo entendido que no tiene experiencia sobre el Glass Dome aunque quizá sí sobre escenarios más pequeños — agregó, un poco extrañado consigo mismo. ¿Estaba mimándola otra vez? No le debía explicaciones de ningún tipo y aún así... — Como sea, me es indiferente a quien escojas, sólo quiero lo mejor para el grupo y lo sabes — sentenció de manera arbitraria, desviando la mirada hacia un punto indefinido de la sala. — Anda, no tenemos mucho tiempo.
Cuando Layla se puso en posición, Ren era la primera en tocar. La canción comenzó sin grandes rodeos y, aún desde un principio, la tensión entre ambas pudo sentirse. Los errores iniciales debieron ser producto de ello, del vínculo aún inexistente y algo tirante que existía entre cantante y guitarrista. Pero al cabo de unos cuántos acordes Ren tomó confianza y Layla pareció percibirlo, pues ella también abrió su corazón a la melodía que juntas interpretarían. ¿Rivalidad? ¿Amistad? Reino desconocía qué clase de relación podría existir entre esas dos mujeres tan diferentes, pero al menos en ese instante pudo verlas brillar, como dos estrellas inagotables en el firmamento.
— Buen trabajo, Ren. — Dijo al finalizar, muy gratamente sorprendido del resultado. Luego volvió la vista hacia Andrew, quien al igual que él yacía desde el otro lado del estrado, como un simple espectador. — Tu turno. — Le indicó, dedicándole sin querer una sonrisa socarrona. Conocía de primera mano lo talentoso y hábil que era el muchacho pero le resultaba difícil no seguir la treta que él mismo había comenzado. A fin de cuentas Reino también era tremendamente infantil.
Los guitarristas se encontraban estudiando sus respectivas partituras cuando Reino se traía esto en mente. Layla le tomó el brazo de improviso, apartándole de sus pensamientos, el mánager se volvió hacia ella con la candidez habitual.
— Ren Hikari, lleva al rededor de un año trabajando aquí. — Le respondió, consciente de que la hostilidad de la vocalista se debía en parte a lo territorial que era. Pero no creía justo cerrarle la posibilidad a una posible candidata sólo por su relación con Andrew (fuera cual fuera). — Se dio de baja durante unos meses por motivos personales, pero Revo permitió su re-ingreso al sello sin mayores dificultades. No conozco los pormenores del caso pero no es algo que él haga a menudo. Luego estuvo a cargo de un representante bastante complicado, Madison Kurtz. — Reino no tuvo la oportunidad de tratar directamente con él pero sabía por boca de todos que era un tipo peligroso, muy exigente e insoportable. — Sólo parece ser una chica de campo pero si su guitarra pudo enamorar a dos pelmazos como esos, no le costará nada seguirnos el ritmo — comentó, volviendo la mirada hacia ella con un dejo de interés.
Mantuvo la vista fija en Ren un instante pero decidió volverla de inmediato hacia Layla. No quería que existieran malos entendidos entre ellos, lo mejor era explicarle la situación cuánto antes:
— Fuera de eso no la conozco, Madison me la recomendó tras su retiro. Tengo entendido que no tiene experiencia sobre el Glass Dome aunque quizá sí sobre escenarios más pequeños — agregó, un poco extrañado consigo mismo. ¿Estaba mimándola otra vez? No le debía explicaciones de ningún tipo y aún así... — Como sea, me es indiferente a quien escojas, sólo quiero lo mejor para el grupo y lo sabes — sentenció de manera arbitraria, desviando la mirada hacia un punto indefinido de la sala. — Anda, no tenemos mucho tiempo.
Cuando Layla se puso en posición, Ren era la primera en tocar. La canción comenzó sin grandes rodeos y, aún desde un principio, la tensión entre ambas pudo sentirse. Los errores iniciales debieron ser producto de ello, del vínculo aún inexistente y algo tirante que existía entre cantante y guitarrista. Pero al cabo de unos cuántos acordes Ren tomó confianza y Layla pareció percibirlo, pues ella también abrió su corazón a la melodía que juntas interpretarían. ¿Rivalidad? ¿Amistad? Reino desconocía qué clase de relación podría existir entre esas dos mujeres tan diferentes, pero al menos en ese instante pudo verlas brillar, como dos estrellas inagotables en el firmamento.
— Buen trabajo, Ren. — Dijo al finalizar, muy gratamente sorprendido del resultado. Luego volvió la vista hacia Andrew, quien al igual que él yacía desde el otro lado del estrado, como un simple espectador. — Tu turno. — Le indicó, dedicándole sin querer una sonrisa socarrona. Conocía de primera mano lo talentoso y hábil que era el muchacho pero le resultaba difícil no seguir la treta que él mismo había comenzado. A fin de cuentas Reino también era tremendamente infantil.
Reino- Moderador
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Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Respondió con una amplia sonrisa al guitarrista tras la aceptación a su petición. A simple vista le había parecido alguien difícil de llegar, pero tal parece que sólo era la impresión que daba. Se volteó poniéndose en marcha junto a Layla, conectando la guitarra al amplificador y probando algunas notas para afinar los ajustes finales. Comenzó con las primeras notas, algo perdida más poco a poco las cosas se daban por si solas, más cuando la voz de la mujer resonó en su cabeza, era como si la partitura se viera mucho más clara, de tal forma que pudiese compatibilizar el sonido de la guitarra con la lírica de ella. Si bien no era exactamente igual a lo que hubiese sonado si Ren supiera a la perfección como leerlas, sonaba armónico, agradable. Fluctuaba entre la personalizada melodía de Ren y la original, entregándo un sello diferente incluso acompañándola en voz bastante baja en el coro pegajoso que llevaba la canción, le había encantado. No era tal como se encontraba plasmado en el papel, más no era desagradable al oído, al contrario y al parecer a Layla no le había molestado en absoluto, permitiéndose dejarse llevar por esto; el resultado, como ella lo dijo fue increíble.
-¡Tiene una voz maravillosa, Layla-san!-Si bien no era lo primero que hubiera querido decir, se limitó solo a ello. Sus primeras palabras hubieran sido "¡Lo siento mucho! No pude seguir las notas al pie de la letra", pero la mirada asesina de Madison en su cabeza la detuvo en forma abrupta, seguro la mataría si se enteraba de algo así, pues si ni Layla ni Reino habían protestado al respecto significaba que les había gustado, ¿no? Y Madison bien le había enseñado a no resaltar sus errores si a su "público" no le parecían tales.
Se alejó del "escenario", situándose junto a Reino, aun con la guitarra colgándole en el cuello gracias a la correa. Estaba ansiosa, ansiosa de escuchar los acordes a manos de Andrew. Jamás había competido con nadie de forma directa como ahora, ¿cómo sería? ¿lo haría mejor que ella? Juntos parecían realmente un grupo, Layla era una profesional, la seguridad en su mirada y en su propia voz no dejaban dudas de ello, ¿y Andrew? Apretó los labios y las manos, sus dedos le picaban por ponerse a tocar nuevamente junto a ambos. Ah...Quiero tocar..., repitió en su mente una y otra vez antes de que la música sonara nuevamente, esta vez una distinta, cada nota muy diferente a la suya.
-¡Tiene una voz maravillosa, Layla-san!-Si bien no era lo primero que hubiera querido decir, se limitó solo a ello. Sus primeras palabras hubieran sido "¡Lo siento mucho! No pude seguir las notas al pie de la letra", pero la mirada asesina de Madison en su cabeza la detuvo en forma abrupta, seguro la mataría si se enteraba de algo así, pues si ni Layla ni Reino habían protestado al respecto significaba que les había gustado, ¿no? Y Madison bien le había enseñado a no resaltar sus errores si a su "público" no le parecían tales.
Se alejó del "escenario", situándose junto a Reino, aun con la guitarra colgándole en el cuello gracias a la correa. Estaba ansiosa, ansiosa de escuchar los acordes a manos de Andrew. Jamás había competido con nadie de forma directa como ahora, ¿cómo sería? ¿lo haría mejor que ella? Juntos parecían realmente un grupo, Layla era una profesional, la seguridad en su mirada y en su propia voz no dejaban dudas de ello, ¿y Andrew? Apretó los labios y las manos, sus dedos le picaban por ponerse a tocar nuevamente junto a ambos. Ah...Quiero tocar..., repitió en su mente una y otra vez antes de que la música sonara nuevamente, esta vez una distinta, cada nota muy diferente a la suya.
- *Sobs*:
- PERDÓOOOOOOON por la tardanza ;A;...La U, la vida(?) le todoooo, pero ya volví!
Invitado- Invitado
Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Se mantenía atento una vez empezaron la audición. De brazos cruzados y mirada fija en los movimientos de las manos de la chica llamada Ren. Posiblemente tu rostro se viese un poco más rígido de lo normal, pero no era por lo cual alarmarse, simplemente estaba concentrado. Había sido bueno el dejar a la chica actuar primero, así podría “estudiarle” y ¿Por qué no? Lucirse.
El término de la representación sus brazos se relajaron al igual que sus hombros, se sentía bastante tranquilo y confiado, no negando de que había resultado sorprendido por la gran destreza de la chica, sin lugar a duda tenía un talento el cual alabar – Me has impresionado – Dijo dedicando aquellas palabras a la de cabellos castaños, de igual manera la voz de Layla le había cambiado la perspectiva – No recordaba que tu voz sonara tan bien – Andrew comenzó a avanzar manteniendo la mirada fija en Reino, aquella sonrisa que puedo notar en su boca la había tomado como una especie de reto, el azabache arqueó la ceja y continuó caminando hasta llegar al lado de Layla – Sup – Exclamó mientras conectaba su “bebe” a el amplificador.
Después de ajustar el sonido, miró a la vocalista con una sutil sonrisa llena de confianza – No me hagas quedar mal – Dijo de manera juguetona y recordando el primer acorde comenzó a hacer audible las partituras que se había aprendido con anterioridad. Con un fuerte comienzo, se dejó llevar por la voz de Layla, dejando que sus dedos se deslizaran por las cuerdas perfectamente afinadas de su guitarra, se mantenía con los ojos cerrados, solo sentía que escuchar para llevar el ritmo acordado.
Finalizó abriendo los ojos, se sentía satisfecho al haber compartido nuevamente un “escenario” con Layla, dejó salir un suspiro y desconectó su guitarra del aparato. Se mantenía en silencio, realmente no tenía mucho que decir. Caminó hasta regresar al lugar que había adoptado para ver a la castaña tocar. Intercalaba la mirada entre los presentes, mostrándose de manera curiosa e impaciente - ¿Y bien? – Finalmente habló, dejó colgar el instrumento en su espalda, pues se cruzó de brazos esperando que Reino o Layla hablaran.
De manera discreta miró a Ren, realmente le había gustado su estilo de tocar el instrumento, a pesar de la timidez que desbordaba se podía notar que su confianza al tener una guitarra entre manos crecía bastante “Quiero tocar con ella” Pensó Walker apartando la mirada, pues deseaba saber qué se sentiría intercambiar acordes con otro guitarrista.
El término de la representación sus brazos se relajaron al igual que sus hombros, se sentía bastante tranquilo y confiado, no negando de que había resultado sorprendido por la gran destreza de la chica, sin lugar a duda tenía un talento el cual alabar – Me has impresionado – Dijo dedicando aquellas palabras a la de cabellos castaños, de igual manera la voz de Layla le había cambiado la perspectiva – No recordaba que tu voz sonara tan bien – Andrew comenzó a avanzar manteniendo la mirada fija en Reino, aquella sonrisa que puedo notar en su boca la había tomado como una especie de reto, el azabache arqueó la ceja y continuó caminando hasta llegar al lado de Layla – Sup – Exclamó mientras conectaba su “bebe” a el amplificador.
Después de ajustar el sonido, miró a la vocalista con una sutil sonrisa llena de confianza – No me hagas quedar mal – Dijo de manera juguetona y recordando el primer acorde comenzó a hacer audible las partituras que se había aprendido con anterioridad. Con un fuerte comienzo, se dejó llevar por la voz de Layla, dejando que sus dedos se deslizaran por las cuerdas perfectamente afinadas de su guitarra, se mantenía con los ojos cerrados, solo sentía que escuchar para llevar el ritmo acordado.
Finalizó abriendo los ojos, se sentía satisfecho al haber compartido nuevamente un “escenario” con Layla, dejó salir un suspiro y desconectó su guitarra del aparato. Se mantenía en silencio, realmente no tenía mucho que decir. Caminó hasta regresar al lugar que había adoptado para ver a la castaña tocar. Intercalaba la mirada entre los presentes, mostrándose de manera curiosa e impaciente - ¿Y bien? – Finalmente habló, dejó colgar el instrumento en su espalda, pues se cruzó de brazos esperando que Reino o Layla hablaran.
De manera discreta miró a Ren, realmente le había gustado su estilo de tocar el instrumento, a pesar de la timidez que desbordaba se podía notar que su confianza al tener una guitarra entre manos crecía bastante “Quiero tocar con ella” Pensó Walker apartando la mirada, pues deseaba saber qué se sentiría intercambiar acordes con otro guitarrista.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 01/05/2014
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Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
Debía reconocer que la jovencita la había impresionado, la había juzgado mal bajo la lente de sus celos hacia su manager, y reconocía que había sido una magnifica idea darle una oportunidad. Aunque sin duda aquello complicaba las cosas. Deseaba cantar junto con Andrew, no sólo por su talento, y por su capacidad de adaptarse maravillosamente a su voz, sino porque además le había tomado cariño. Ahora se sentía en un aprieto, ¿como escogería entre ellos? ¿Debería dejar que fuera Reino quien tomara la decisión? Ren llevaba tiempo en el sello, eso le daba una pequeña ventaja pues estaría más acostumbrada a moverse en las instalaciones, sin embargo no es algo que en verdad importara, pues no estaba en los planes de la vocalista ensayar allí de todos modos. Los datos que Reino le había brindado sobre ella le daban una vaga idea de que era una profesional, pese a su aspecto simple y su actitud insegura. No podía culparla, no había sido la persona más amable del mundo y ahora se sentía algo apenada al haberla tratado así. A veces se sorprendía de aquellas actitudes que, sin pensarlo, llevaba a cabo en contra de otras mujeres. Quizás estar tanto tiempo con su hermano y su representante no fuera del todo bueno, debería conseguir alguna amiga con la que pasar el rato y hablar de cosas de chicas. No podía negar que se alegraba que no hubiera nada especial entre Reino y Ren, sus celos le impedían imaginar a su representante con alguna mujer, sin embargo en el fondo sabía que ese día llegaría y tendría que tragarse sus caprichos.
El tocar con Ren se sintió extraño, nunca antes lo había hecho con una joven, aunque sin dudas le gustaba su estilo se percibía su inseguridad inicial durante los primeros acordes. De todas formas pronto demostró saber adaptarse y tuvo un excelente desempeño que la dejo satisfecha. La castaña comenzaba a simpatizarle, llevándola a pensar que podrían ser buenas amigas llegado el caso, no parecía una joven difícil de tratar y probablemente encontrarían cosas en común. Le gustó su capacidad para darle un toque personal a aquella melodía interpretada montones de veces por su voz, le resultó especial y valiente por su parte hacerlo, cualidades que sin duda valoraba en los artistas. Sin duda la elección entre los dos guitarristas sería complicada, sin embargo aquello era sumamente excitante, aquel entusiasmo se dejaba ver en la expresión alegre de Layla, en el brillo de sus ojos, en su modo de moverse alocado e inquieto. Cantar era lo que la completaba, lo que conseguía hacerla feliz y olvidar el resto del mundo.
Luego fue el turno de Andrew, ambos intercambiaron una mirada divertida, sintiéndose seguros y cómodos al no ser su primera vez. Él corría con aquella ventaja, que sin dudas lo beneficiaría en su interpretación. -Tranquilo, juntos somos perfectos-bromeó sacándole la lengua juguetonamente antes de tomar el micrófono en su diestra. Esperó a que conectara su guitarra y estuviera listo para iniciar, cuando le indico que lo estaba comenzaron la interpretación juntos. Con Andrew era más fácil dejarse llevar, tan sólo porque se sentía más relajada y cómoda con él gracias al vínculo entre ellos. No necesitaba esperar sus acordes, simplemente sabía que estarían allí justo cuando los necesitara, y no la decepcionó ni una sola vez. La melodía tenía fuerza y una sincronía perfecta. Fue divertido y excitante, sin dudas pasó un excelente momento que disfrutó al máximo. Le sorprendió que no necesitara repasar las partituras, al parecer su buena memoria y su voz eran suficiente guía.-¡Yay! Fue divertido-exclamó entusiasta. Era una pena que Andrew no fuera más expresivo, le hubiera gustado que chocaran los cinco o algo así, pero el chico se retiro hacia su rincón sin decir mucho. Layla colocó el micrófono de nuevo en su suporte y bebió un poco de agua que llevaba en la cartera, conciente de que no debía forzar demasiado su voz. -Ummmm....-frunció los labios, pensativa, paseando su vista entre ambos guitarristas, poseían características diferentes, y a decir verdad creía que los dos eran igual de valiosos. Lo mejor sería que lo conversaran un poco antes de decidir de modo apresurado. -¿Nos dejan a solas un momento?-pidió amablemente aguardándo que ambos salieran al pasillo y esperaran allí por una resolución. Una vez la puerta se cerró la joven se acercó presurosa a su manager. -¿Que crees? ¡Es tan difícil elegir!-se mordió el labio, inquieta, odiaba tener que escoger sólo a uno de ellos cuando ambos le habían gustado. -Ren lo hizo de maravilla, fue capaz de darle un toque personal y adaptarse a mi voz.... Sin embargo, Andrew tiene mas fuerza y confianza, se apega a la perfección a la partitura y nos llevamos muy bien...-llevó una de sus manos a sus rizos, jugando con ellos como solía hacer cuando pensaba.
El tocar con Ren se sintió extraño, nunca antes lo había hecho con una joven, aunque sin dudas le gustaba su estilo se percibía su inseguridad inicial durante los primeros acordes. De todas formas pronto demostró saber adaptarse y tuvo un excelente desempeño que la dejo satisfecha. La castaña comenzaba a simpatizarle, llevándola a pensar que podrían ser buenas amigas llegado el caso, no parecía una joven difícil de tratar y probablemente encontrarían cosas en común. Le gustó su capacidad para darle un toque personal a aquella melodía interpretada montones de veces por su voz, le resultó especial y valiente por su parte hacerlo, cualidades que sin duda valoraba en los artistas. Sin duda la elección entre los dos guitarristas sería complicada, sin embargo aquello era sumamente excitante, aquel entusiasmo se dejaba ver en la expresión alegre de Layla, en el brillo de sus ojos, en su modo de moverse alocado e inquieto. Cantar era lo que la completaba, lo que conseguía hacerla feliz y olvidar el resto del mundo.
Luego fue el turno de Andrew, ambos intercambiaron una mirada divertida, sintiéndose seguros y cómodos al no ser su primera vez. Él corría con aquella ventaja, que sin dudas lo beneficiaría en su interpretación. -Tranquilo, juntos somos perfectos-bromeó sacándole la lengua juguetonamente antes de tomar el micrófono en su diestra. Esperó a que conectara su guitarra y estuviera listo para iniciar, cuando le indico que lo estaba comenzaron la interpretación juntos. Con Andrew era más fácil dejarse llevar, tan sólo porque se sentía más relajada y cómoda con él gracias al vínculo entre ellos. No necesitaba esperar sus acordes, simplemente sabía que estarían allí justo cuando los necesitara, y no la decepcionó ni una sola vez. La melodía tenía fuerza y una sincronía perfecta. Fue divertido y excitante, sin dudas pasó un excelente momento que disfrutó al máximo. Le sorprendió que no necesitara repasar las partituras, al parecer su buena memoria y su voz eran suficiente guía.-¡Yay! Fue divertido-exclamó entusiasta. Era una pena que Andrew no fuera más expresivo, le hubiera gustado que chocaran los cinco o algo así, pero el chico se retiro hacia su rincón sin decir mucho. Layla colocó el micrófono de nuevo en su suporte y bebió un poco de agua que llevaba en la cartera, conciente de que no debía forzar demasiado su voz. -Ummmm....-frunció los labios, pensativa, paseando su vista entre ambos guitarristas, poseían características diferentes, y a decir verdad creía que los dos eran igual de valiosos. Lo mejor sería que lo conversaran un poco antes de decidir de modo apresurado. -¿Nos dejan a solas un momento?-pidió amablemente aguardándo que ambos salieran al pasillo y esperaran allí por una resolución. Una vez la puerta se cerró la joven se acercó presurosa a su manager. -¿Que crees? ¡Es tan difícil elegir!-se mordió el labio, inquieta, odiaba tener que escoger sólo a uno de ellos cuando ambos le habían gustado. -Ren lo hizo de maravilla, fue capaz de darle un toque personal y adaptarse a mi voz.... Sin embargo, Andrew tiene mas fuerza y confianza, se apega a la perfección a la partitura y nos llevamos muy bien...-llevó una de sus manos a sus rizos, jugando con ellos como solía hacer cuando pensaba.
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Re: ¿Eso es un sí? (Privado)
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Un comienzo vertiginoso, totalmente gobernado por la guitarra, estrofa que el muchacho supo dominar a la perfección. Se suponía que era la primera vez que interpretaba esa composición en particular pero sabía ir y venir al ritmo de Layla como si se tratara de una orquesta sinfónica perfectamente armada. Reino les observaba de brazos cruzados y expresión seria, un tanto desconfiado. ¿La vocalista no le habría presentado anticipadamente las partituras de sus canciones? Atolondrado ante esta posibilidad Reino dirigió una mirada afilada hacia Layla, quien continuó cantando como si nadie más que ella y el guitarrista existieran en el mundo. No, era imposible. Ella sabía lo serio que era el asunto y él le conocía lo suficiente como para saber que era incapaz de hacer trampa en algo tan delicado. Era una banda profesional, no un club de amigos y ligue.
Sólo algo era seguro y le tenía bastante desconcertado: la sintonía existente entre Andrew y Layla era innegable, sin mencionar que el joven tenía un talento envidiable para sus cortos dieciocho años. No obstante, Reino pensaba que Ren le hacía el peso, sobretodo si consideraba que era la primera vez que trataba con el equipo. No tuvo la mejor de las recepciones y la misma vocalista pareció rechazarle de inicio, aún así supo sobreponerse y dar una interpretación más que decente. Lamentablemente, como Andrew no vivió esta distancia inicial y se notaba a leguas que mantenía alguna especie de vínculo con Layla, su presentación era superior y más formidable que la primera. Le parecía una injusticia, pero así estaban las cosas.
Una vez terminado el segundo coro el representante sonrió para sí, frustrado. Si sólo se basaba en esta audición sin lugar a dudas Andrew ganaría el encuentro, pero no por una diferencia abismal de talentos. ¿Qué pasaría si en unos meses Ren aprendiera a llevarle el ritmo a Layla, pudiera conocerla y considerarla su aliada? Sólo entonces ella sería rival para Andrew, sólo así la competencia sería equitativa.
— Condenado mocoso. — Gruñó por debajo de la música, de manera que sólo Ren pudiese oírle. Pero en ningún momento dejó de sonreír, observaba a Andrew con una mezcla de fastidio y admiración. Por frustrante que fuera el tener que escoger a uno, le emocionaba tener entre sus posibilidades a dos guitarristas tan calificados.
La canción finalizó y Layla tomó la iniciativa, pidiendo hablar a solas con él acerca de la decisión que tomarían. Después de que los guitarristas se retiraran de la sala, Reino escuchó atento a su representada. Su análisis era certero y pertinente, había llegado a la misma conclusión que él.
— Andrew lo hizo ligeramente mejor... Pero ambos sabemos a qué se debe eso. — Layla desde sus jóvenes inicios demostraba mayor entusiasmo al compartir escenario con quienes tuviera una buena relación. Era una profesional, sonaba excelente con quien tuviese a su costado, pero Reino podía captar esas ínfimas diferencias entre un concierto y otro. Lo mismo había sucedido ahora. — Si tuviera que basarme en lo observado acá, me vería en la obligación de escogerlo a él. Brillas mucho más tocando con alguien que aprecias. — Valoró inexpresivo, no quería entrar en temas delicados ni personales. Estaba siendo objetivo. — Pero si descartamos a Ren de este modo... Siento que me arrepentiré. Estaríamos echando al tacho a una gran guitarrista. Si no fueras tú el eje del grupo diría que ella y el muchacho están igualados en destreza, sólo varían en estilo e imagen pero el profesionalismo es el mismo. — Por estos motivos y por los que Layla había dado con anterioridad, la decisión era más que difícil. Tras un reflexivo silencio, Reino se quitó las gafas y descendió un instante para alcanzar la altura de la vocalista, sonriéndole con un dejo pícaro que sólo podía exhibir ante ella.— ¿Realmente necesitamos un bajista? — En pocas palabras decía: Quedémonos con los dos.
Reino- Moderador
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