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Estimulación [Privado] (+18)
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Estimulación [Privado] (+18)
Lo conseguí, ¡lo conseguí! Tardé al menos una semana, pero lo hice. Todos esos intentos fallidos por entrar a los dormitorios femeninos finalmente habían dado resultado. La tenía en mi poder, ¡no era un sueño ni una alucinación! Cada vez que hundía la mano en el bolsillo de mi pantalón lo comprobaba. Estaba allí, realmente estaba allí.
Mi ansiedad crecía por cada hora que pasaba, las clases se volvían tediosas e insustanciales, quería que terminaran cuando antes. Esta sensación tan pesada y desagradable me acompaña desde que conocí a Momoka Rito, las cosas han cambiado para mí desde nuestro encuentro, el mundo se tiñó de un color diferente y me siento incapaz de reprimir mis impulsos más básicos. Soy un crío después de todo. Un chiquillo de quince años con la libido alta y las ideas poco claras.
Me dirigí al piso más alto de la academia, ese que suele estar desocupado a estas horas y me encerré en los baños femeninos. Elegí estos porque están bastante alejados de los salones y, de por sí, son difíciles de encontrar en esta planta. Una vez allí, me encerré en un cubículo y saqué el tesoro que me traía en el bolsillo. Ropa íntima, una sola prenda, una braga, para ser precisos. Una braga de mi querida Senpai.
Hundí mi nariz en el pequeño pedazo de tela, captando cada pequeño aroma que provenía de éste. Como lo había robado de un cajón de su habitación estaba limpio, pero aún así, el solo hecho de ser la prenda que rozaba a diario su intimidad conseguía entusiasmarme. Sin poder contener más mi deseo, me bajé la cremallera del pantalón y comencé a tocarme, presionando la fina tela del calzón contra mi miembro, envolviéndolo en ésta y acariciándolo con insistencia.
Me encontraba fascinado por la deliciosa estimulación que yo mismo me provocaba, imaginando que indagaba el hueco entre las piernas de mi superior, cuando el sonido de una respiración ajena a la mía me paralizó. Antes de detener mi accionar y esconder la evidencia, escuché unos pasos acercarse y la puerta del cubículo en el que me encontraba se abrió, por lo que me encontré cara a cara con una chica desconocida.
Mierda, mierda, mierda...
Mi ansiedad crecía por cada hora que pasaba, las clases se volvían tediosas e insustanciales, quería que terminaran cuando antes. Esta sensación tan pesada y desagradable me acompaña desde que conocí a Momoka Rito, las cosas han cambiado para mí desde nuestro encuentro, el mundo se tiñó de un color diferente y me siento incapaz de reprimir mis impulsos más básicos. Soy un crío después de todo. Un chiquillo de quince años con la libido alta y las ideas poco claras.
Me dirigí al piso más alto de la academia, ese que suele estar desocupado a estas horas y me encerré en los baños femeninos. Elegí estos porque están bastante alejados de los salones y, de por sí, son difíciles de encontrar en esta planta. Una vez allí, me encerré en un cubículo y saqué el tesoro que me traía en el bolsillo. Ropa íntima, una sola prenda, una braga, para ser precisos. Una braga de mi querida Senpai.
Hundí mi nariz en el pequeño pedazo de tela, captando cada pequeño aroma que provenía de éste. Como lo había robado de un cajón de su habitación estaba limpio, pero aún así, el solo hecho de ser la prenda que rozaba a diario su intimidad conseguía entusiasmarme. Sin poder contener más mi deseo, me bajé la cremallera del pantalón y comencé a tocarme, presionando la fina tela del calzón contra mi miembro, envolviéndolo en ésta y acariciándolo con insistencia.
Me encontraba fascinado por la deliciosa estimulación que yo mismo me provocaba, imaginando que indagaba el hueco entre las piernas de mi superior, cuando el sonido de una respiración ajena a la mía me paralizó. Antes de detener mi accionar y esconder la evidencia, escuché unos pasos acercarse y la puerta del cubículo en el que me encontraba se abrió, por lo que me encontré cara a cara con una chica desconocida.
Mierda, mierda, mierda...
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 02/07/2013
Re: Estimulación [Privado] (+18)
-Rayos.. Hace mucho frío.. O quizá solo sea yo?. - No podía evitarlo. Por estar tanto tiempo rondando en la escuela la chica no se percataba que el lugar en que se encontraba se había vuelto más fresco por no decir frío. El sol que en algún momento daba a su espalda abrigándola ahora se había movido dejándola en sombras, pero sólo era que ella estaba mal posicionada porque aún no atardecía.
Decidió quedarse un rato más desde que sus actividades escolares habían finalizado, terminando de organizar las pocas cosas en su mochila, traspasando notas en la escalera, lugar predilecto para pescar un resfriado. Pudo haber evitado la baja de presión que sentía si llevase alguna chaqueta consigo, pero terca como era al salir de la habitación la dejó a propósito. Quedando desprotegida al frío.
Sintió gente pasar a su lado a la cual no le prestaba mucha atención, a excepción de vez en cuando se le caía algun útil rodando escaleras abajo y con la vergüenza visible en sus mejillas rosadas pedía disculpas de que sus cosas casi tuvieran vida propia con deseos de lesionar a quienquiera que sea el desafortunado.
Ya dispuesta a irse asegurándose que nada le faltaba decidió pasar al baño de damas más cercano que encontrara para coger papel, si es que más adelante necesitaba sonarse o algo. Cosas como esas nunca están de sobra.
Mientras caminaba por ese pasillo sintió una extraña melancolía que si bien no se había dado cuenta hasta ahora, siempre la acompañaba en sus paseos por los pasillos del colegio. Tendría que aprender a lidiar pronto con su timidez y soledad característicos de ella. Puede que algún día alguien la ayudase a superar su dificultad. Pero al parecer todavía no aparecía ese "alguien".
Casi escondido estaba el baño al que había ingresado. Como siempre silenciosa al andar, su presencia no se sentía en el baño. Antes de revisar si en los cubículos había papel se detuvo a revisar su apariencia, abstrayéndose de cualquier sonido ajeno a ella. Blanca y pareja como siempre, sólo cambiaba cuando se ruborizaba por x y ó z motivo.
Sintió que iba a tener un ataque de hipo por lo que su respiración sonó bruscamente distinta. Pero esta vez era una falsa alarma y se estabilizó al acto. Por el espejo pudo notar que el cubículo justo atrás de ella estaba cerrado. Quizá había alguien dentro o quizá no. Se giró recordando su objetivo de buscar papel y revisando el perímetro con la vista intentó dar con su objetivo. Pero al parecer en todo el baño no había rastro siquiera.
Podría ser que dentro del cerrado hay?
Pensó sin articular palabra alguna de sus labios. Se acercó con la intención de empujar la puerta por si se abría. Sino simplemente buscaría en otro piso. No tenía problema, pero en lo que la puerta cedía mostrando al intruso en su interior su mente se nubló y su cuerpo quedó medio petrificado ante tal "situación". Sus mejillas lentamente se fueron tornando escarlata y su mirada se desvío al techo a penas vió la figura del chico. No atinó a hacer nada más.
Tuvo horribles flashes de cuando era más pequeña y el problema que tuvo con "ese" trabajador de la familia. Recuerdos que no DEBÍAN ser recordados, rememorados o evocados siquiera la encandilaron internamente para luego conectarse nuevamente con su cuerpo y retroceder lentamente.
- L.. Lo-lo siento.. No era mi.. intención - Sus palabras salían automáticas, casi como susurros de ella. Se le había ido el aire de los pulmones y su cabeza estaba ahora agachada para evitar a toda costa contacto visual. Se sentía pequeña, insignificante y débil.
Nunca creyó encontrarse en una situación similar previamente. El mundo se derrumbaba a su alrededor.
Decidió quedarse un rato más desde que sus actividades escolares habían finalizado, terminando de organizar las pocas cosas en su mochila, traspasando notas en la escalera, lugar predilecto para pescar un resfriado. Pudo haber evitado la baja de presión que sentía si llevase alguna chaqueta consigo, pero terca como era al salir de la habitación la dejó a propósito. Quedando desprotegida al frío.
Sintió gente pasar a su lado a la cual no le prestaba mucha atención, a excepción de vez en cuando se le caía algun útil rodando escaleras abajo y con la vergüenza visible en sus mejillas rosadas pedía disculpas de que sus cosas casi tuvieran vida propia con deseos de lesionar a quienquiera que sea el desafortunado.
Ya dispuesta a irse asegurándose que nada le faltaba decidió pasar al baño de damas más cercano que encontrara para coger papel, si es que más adelante necesitaba sonarse o algo. Cosas como esas nunca están de sobra.
Mientras caminaba por ese pasillo sintió una extraña melancolía que si bien no se había dado cuenta hasta ahora, siempre la acompañaba en sus paseos por los pasillos del colegio. Tendría que aprender a lidiar pronto con su timidez y soledad característicos de ella. Puede que algún día alguien la ayudase a superar su dificultad. Pero al parecer todavía no aparecía ese "alguien".
Casi escondido estaba el baño al que había ingresado. Como siempre silenciosa al andar, su presencia no se sentía en el baño. Antes de revisar si en los cubículos había papel se detuvo a revisar su apariencia, abstrayéndose de cualquier sonido ajeno a ella. Blanca y pareja como siempre, sólo cambiaba cuando se ruborizaba por x y ó z motivo.
Sintió que iba a tener un ataque de hipo por lo que su respiración sonó bruscamente distinta. Pero esta vez era una falsa alarma y se estabilizó al acto. Por el espejo pudo notar que el cubículo justo atrás de ella estaba cerrado. Quizá había alguien dentro o quizá no. Se giró recordando su objetivo de buscar papel y revisando el perímetro con la vista intentó dar con su objetivo. Pero al parecer en todo el baño no había rastro siquiera.
Podría ser que dentro del cerrado hay?
Pensó sin articular palabra alguna de sus labios. Se acercó con la intención de empujar la puerta por si se abría. Sino simplemente buscaría en otro piso. No tenía problema, pero en lo que la puerta cedía mostrando al intruso en su interior su mente se nubló y su cuerpo quedó medio petrificado ante tal "situación". Sus mejillas lentamente se fueron tornando escarlata y su mirada se desvío al techo a penas vió la figura del chico. No atinó a hacer nada más.
Tuvo horribles flashes de cuando era más pequeña y el problema que tuvo con "ese" trabajador de la familia. Recuerdos que no DEBÍAN ser recordados, rememorados o evocados siquiera la encandilaron internamente para luego conectarse nuevamente con su cuerpo y retroceder lentamente.
- L.. Lo-lo siento.. No era mi.. intención - Sus palabras salían automáticas, casi como susurros de ella. Se le había ido el aire de los pulmones y su cabeza estaba ahora agachada para evitar a toda costa contacto visual. Se sentía pequeña, insignificante y débil.
Nunca creyó encontrarse en una situación similar previamente. El mundo se derrumbaba a su alrededor.
Invitado- Invitado
Re: Estimulación [Privado] (+18)
No la conocía, podía apostar que jamás la había visto rondar por los pasillos del instituto.
Apenas reconoció el calibre de mi pecado desvió los ojos, ¿asqueada, tal vez? Ni idea, creí ver desorientación, vergüenza, incluso miedo... Deseos de salir corriendo cuánto antes.
Pero no, yo no le dejaría escapar bajo ningún precepto. Mi desahogo personal se había visto arruinado por su presencia y testificación, arriesgaba mi tranquila vida escolar, mi reputación y el aprecio de mi amada musa si dejaba a esta puta irse con una simple disculpa.
Solté mi erección envuelta en la prenda de Senpai y me volví a ella por completo, sin molestarme en ocultar mi virilidad expuesta. Hacerlo le daría tiempo para escapar.
– Lo viste... – murmuré tranquilo, casi con dulzura. Esbocé una amplia sonrisa, lo suficientemente amigable como para que bajara la guardia y se confundiera, a medida que me acercaba a ella, paso por paso. Antes de que pudiera reaccionar la así del cabello y la atraje violentamente hacia el interior del cubículo, sirviéndome de mi pie para hacerle tropezar y lanzarla contra el inodoro. – Lo viste, ¡¿verdad?! – Repetí en un tono mucho más grave y agresivo, sin apartarle la mirada de encima mientras deslizaba mi mano para cerrar la puerta y bloquearla con el cerrojo. No tenía escapatoria.
Agradecía que casi nadie pasara a esas horas por este baño medio deshabitado, aún no sabía exactamente qué hacer con ella. Parecía ser una virgen con poca gracia y personalidad, pero había visto mis verdaderos colores y era algo que no podía dejar pasar. Le dejaría claro que calentarme la olla era un asunto serio.
– Mal, mal, mal~ Una señorita bien educada no debería de entrar a un baño sin tocar la puerta... – le reproché sonriente, aplicando la falsa amabilidad otra vez.
La desconocida se encontraba en el suelo, con el rostro apuntando en dirección a la taza del baño; me aproveché de mi posición para colocarle el pie derecho encima de su cabeza, en la nuca, forzándole a inclinarse más hacia el agua, mas sin tocarla. Es una lástima que no tuviera el pelo largo, así podría joderla un poco más.
Apenas reconoció el calibre de mi pecado desvió los ojos, ¿asqueada, tal vez? Ni idea, creí ver desorientación, vergüenza, incluso miedo... Deseos de salir corriendo cuánto antes.
Pero no, yo no le dejaría escapar bajo ningún precepto. Mi desahogo personal se había visto arruinado por su presencia y testificación, arriesgaba mi tranquila vida escolar, mi reputación y el aprecio de mi amada musa si dejaba a esta puta irse con una simple disculpa.
Solté mi erección envuelta en la prenda de Senpai y me volví a ella por completo, sin molestarme en ocultar mi virilidad expuesta. Hacerlo le daría tiempo para escapar.
– Lo viste... – murmuré tranquilo, casi con dulzura. Esbocé una amplia sonrisa, lo suficientemente amigable como para que bajara la guardia y se confundiera, a medida que me acercaba a ella, paso por paso. Antes de que pudiera reaccionar la así del cabello y la atraje violentamente hacia el interior del cubículo, sirviéndome de mi pie para hacerle tropezar y lanzarla contra el inodoro. – Lo viste, ¡¿verdad?! – Repetí en un tono mucho más grave y agresivo, sin apartarle la mirada de encima mientras deslizaba mi mano para cerrar la puerta y bloquearla con el cerrojo. No tenía escapatoria.
Agradecía que casi nadie pasara a esas horas por este baño medio deshabitado, aún no sabía exactamente qué hacer con ella. Parecía ser una virgen con poca gracia y personalidad, pero había visto mis verdaderos colores y era algo que no podía dejar pasar. Le dejaría claro que calentarme la olla era un asunto serio.
– Mal, mal, mal~ Una señorita bien educada no debería de entrar a un baño sin tocar la puerta... – le reproché sonriente, aplicando la falsa amabilidad otra vez.
La desconocida se encontraba en el suelo, con el rostro apuntando en dirección a la taza del baño; me aproveché de mi posición para colocarle el pie derecho encima de su cabeza, en la nuca, forzándole a inclinarse más hacia el agua, mas sin tocarla. Es una lástima que no tuviera el pelo largo, así podría joderla un poco más.
Última edición por Maeno Raito el Vie Nov 22, 2013 5:27 pm, editado 1 vez
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 02/07/2013
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Sus palabras le hicieron volver a la realidad, sólo que no era precisamente lo que esperaba de alguien que había sido descubierto en un acto "inapropiado". El chico casi llego hasta sonar amable y para colmo ¡Estaba sonriendo!. En lo que hacía lo anterior se iva acercando a la confundida Vitto, quien no supo reaccionar ante tal comportmiento.
¿Que esta pasando?
Estaba apunto de decir, o mejor dicho, de pensar cualquier cosa cuando el chico lentamente se había movido al punto de estar frente a ella, y siendo agredida para entrar en el cubiculo tropezó, sin darse cuenta si fue debido a su torpeza o algo en el piso, hasta quedar reducida en el piso junto a la taza.
La voz de aquel alto sujeto ahora se mostraba potente y agresiva, con lo que quedaba mas que claro que habia metido narices donde no debia. Su sola presencia la intimidaba y observandolo bien se dio cuenta de nunca antes haberlo visto. Quiza fueran sus proporciones pero habían dos opciones; O era un alumno de curso superior al de ella o, de su curso. ¡Estaba tan nerviosa que ya no controlaba bien el flujo de sus pensamientos!
¿Que rayos querrá hacer conmigo?
Lo que quedaba por hacer en una situación así sería ¿suplicar? Pero ¿porqué? Era la verdadera pregunta. La única salida que le quedaba estaba bloqueada y el sujeto recurría a esa dulce voz denuevo, nisiquiera escuchó lo que dijo, francamente comenzaba a irritar. Molesta, giró la cabeza para mirar cualquier cosa excepto al tipo. Al parecer no fué tan buena idea hacer eso porque, tuvo que resistirse a ser introducida al inodoro.
¿Qué rayos pasa por tu cabeza? -Exclamó con creciente ira en la voz - ¡Se supone que hace un momento estaba buscando tranquilamente papel para sonarme!
Esto estaba comenzando a ser frustrante en muchos sentidos.
¿Que esta pasando?
Estaba apunto de decir, o mejor dicho, de pensar cualquier cosa cuando el chico lentamente se había movido al punto de estar frente a ella, y siendo agredida para entrar en el cubiculo tropezó, sin darse cuenta si fue debido a su torpeza o algo en el piso, hasta quedar reducida en el piso junto a la taza.
La voz de aquel alto sujeto ahora se mostraba potente y agresiva, con lo que quedaba mas que claro que habia metido narices donde no debia. Su sola presencia la intimidaba y observandolo bien se dio cuenta de nunca antes haberlo visto. Quiza fueran sus proporciones pero habían dos opciones; O era un alumno de curso superior al de ella o, de su curso. ¡Estaba tan nerviosa que ya no controlaba bien el flujo de sus pensamientos!
¿Que rayos querrá hacer conmigo?
Lo que quedaba por hacer en una situación así sería ¿suplicar? Pero ¿porqué? Era la verdadera pregunta. La única salida que le quedaba estaba bloqueada y el sujeto recurría a esa dulce voz denuevo, nisiquiera escuchó lo que dijo, francamente comenzaba a irritar. Molesta, giró la cabeza para mirar cualquier cosa excepto al tipo. Al parecer no fué tan buena idea hacer eso porque, tuvo que resistirse a ser introducida al inodoro.
¿Qué rayos pasa por tu cabeza? -Exclamó con creciente ira en la voz - ¡Se supone que hace un momento estaba buscando tranquilamente papel para sonarme!
Esto estaba comenzando a ser frustrante en muchos sentidos.
Invitado- Invitado
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Su cuerpo era frágil, más que el de una mujer ordinaria. En serio, ¿cuántos años tenía esta chiquilla? Sostenía en su mirada un dejo de debilidad que me asqueaba, y aún después de la maniobra se dignaba a mascullar estupideces. ¿Qué tanto decía? Quería averiguarlo por lo que mantuve el pie en su nuca y el miembro expuesto, inclinándome hacia adelante, esperando escucharla. Este movimiento provocó que recargase mi peso sobre ella, presionando su garganta contra el sucio contorno del excusado.
¿Culpa? Ninguna. Exteriorizar el daño me hacía sentir pleno, tranquilo, dudo haberme encontrado mejor en mucho tiempo. El único desagrado que aún prevalecía en mi cuerpo era la creciente ansiedad de mi inquieta erección, cada vez más apretada por este pequeño lapsus de violenta estimulación.
¿Qué pasa conmigo?
– ¿Ah? ¿Con que si? – Pregunté divertido ante su resuelta indignación, parecía molesta. Interesante pero paradójico. Fue ella quien descubrió a un estudiante modelo como yo realizando actividades inapropiadas como ésta, ¿y estaba molesta? – Eso no expía tu falta. Viste algo que no debías – le recordé afilando mis palabras con perfidia, fastidiado por la sola idea de ser acusado por esta metiche. Si Senpai se enteraba de esto sería mi fin, me odiaría de seguro.
Esta idea me aterraba, hacía a mi sangre hervir de rabia. Golpear a una niña está mal ¿verdad? Si, si, vale, pero no la perdonaría si lo hacía. Estaba dispuesto a hacer cuánto fuera necesario para garantizar su silencio. Corría un grave peligro con su sola existencia, con su saber.
– Tu nombre – Más que una pregunta resultaba una imposición, necesitaba tenerla fichada en mis registros. Me eché un momento hacia atrás, permitiéndole mayor libertad para hablar y así escucharle responder con claridad. Hundí la diestra en mi bolsillo y saqué mi teléfono de celular, iniciando el proceso de grabado sin que pudiera percatarse. Solo para divertirme.
¿Culpa? Ninguna. Exteriorizar el daño me hacía sentir pleno, tranquilo, dudo haberme encontrado mejor en mucho tiempo. El único desagrado que aún prevalecía en mi cuerpo era la creciente ansiedad de mi inquieta erección, cada vez más apretada por este pequeño lapsus de violenta estimulación.
¿Qué pasa conmigo?
– ¿Ah? ¿Con que si? – Pregunté divertido ante su resuelta indignación, parecía molesta. Interesante pero paradójico. Fue ella quien descubrió a un estudiante modelo como yo realizando actividades inapropiadas como ésta, ¿y estaba molesta? – Eso no expía tu falta. Viste algo que no debías – le recordé afilando mis palabras con perfidia, fastidiado por la sola idea de ser acusado por esta metiche. Si Senpai se enteraba de esto sería mi fin, me odiaría de seguro.
Esta idea me aterraba, hacía a mi sangre hervir de rabia. Golpear a una niña está mal ¿verdad? Si, si, vale, pero no la perdonaría si lo hacía. Estaba dispuesto a hacer cuánto fuera necesario para garantizar su silencio. Corría un grave peligro con su sola existencia, con su saber.
– Tu nombre – Más que una pregunta resultaba una imposición, necesitaba tenerla fichada en mis registros. Me eché un momento hacia atrás, permitiéndole mayor libertad para hablar y así escucharle responder con claridad. Hundí la diestra en mi bolsillo y saqué mi teléfono de celular, iniciando el proceso de grabado sin que pudiera percatarse. Solo para divertirme.
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 123
Fecha de inscripción : 02/07/2013
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Desgraciadamente para ella el sujeto estaba cegado por la ira de haber sido descubierto por lo que no entendería de disculpas de ningún tipo. Si tuviese más personalidad y fuerza quiza podria salir del cubiculo, pero era demaciado debil.
En un intento desesperado intento gritar por ayuda, pero el chico era más rápido y al parecer cubria toda posibilidad de escapatoria. La presion de su cuello le dificultaba respirar.
¿Ver algo que no debía?. Ese punto se había asegurado de dejarlo bien en claro pero, ¿Porqué le avergonzaba su actuar? ¿Porqué no la liberó? ¿A qué le tenía miedo? Si tan solo hubiese sido pacifico en vez de ser tan brutal sabría que Vitto guarda los secretos ajenos por sobre los suyos. Obviamente una conversacion seria inservible a estas alturas.
-P-para!! Me duele!!- decía entre los pisotones. Pequeñas lagrimillas bajaban por sus mejillas más por las emociones acumuladas que por el dolor, si esque sentía. Entonces sintió su garganta liberada, ¿Se habría calmado? No, Sólo le preguntaba por ¿Su nombre?.. ¡¿Esque acaso esto nunca acabaría?!
Se reponía para responder ante tan enigmática persona. -Para que? -Sus ojos ya no brillaban con la amabilidad de siempre, ahora emanaban odio.. Odio a quien la hacia sufrir de esa manera. Se lo estaban diciendo con notable autoridad, pero se le estaba saliendo la rebeldia reprimida, si es que alguna vez tuvo.
En un intento desesperado intento gritar por ayuda, pero el chico era más rápido y al parecer cubria toda posibilidad de escapatoria. La presion de su cuello le dificultaba respirar.
¿Ver algo que no debía?. Ese punto se había asegurado de dejarlo bien en claro pero, ¿Porqué le avergonzaba su actuar? ¿Porqué no la liberó? ¿A qué le tenía miedo? Si tan solo hubiese sido pacifico en vez de ser tan brutal sabría que Vitto guarda los secretos ajenos por sobre los suyos. Obviamente una conversacion seria inservible a estas alturas.
-P-para!! Me duele!!- decía entre los pisotones. Pequeñas lagrimillas bajaban por sus mejillas más por las emociones acumuladas que por el dolor, si esque sentía. Entonces sintió su garganta liberada, ¿Se habría calmado? No, Sólo le preguntaba por ¿Su nombre?.. ¡¿Esque acaso esto nunca acabaría?!
Se reponía para responder ante tan enigmática persona. -Para que? -Sus ojos ya no brillaban con la amabilidad de siempre, ahora emanaban odio.. Odio a quien la hacia sufrir de esa manera. Se lo estaban diciendo con notable autoridad, pero se le estaba saliendo la rebeldia reprimida, si es que alguna vez tuvo.
Invitado- Invitado
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Há, si que era extraña. ¿Pretendía cuestionarme aún encontrándose en esta situación? Idiota, no era más que eso. Una mujer muy, MUY idiota.
– ¿No quieres decírmelo? Bueno, lo averiguaré de todos modos... – mascullé, aún incrédulo de que pretendiese hacerse la valiente. Dejé mi celular en la taza superior del baño, apuntando el lente de la cámara hacia ella. Su repugnante rostro quedaría grabado en mi memoria y en la de mi teléfono, no había necesidad de que ella misma me revelase su identidad. Bastaba capturar esa postura humillante, subordinada a mis movimientos.
La pisoteé repetidas veces con mi pie hasta patear su cabeza lejos del inodoro, ella chocó contra la pared contigua del baño e incluso creo haber visto un poco de sangre. Pero en lugar de afectarme esto me emocionó, me detuve un momento para enderezarme y observarla desde lo alto. Mis pupilas se dilataron ligeramente y sonreí en lo que deshacía el nudo que mantenía mi corbata sujeta al cuello, sirviéndome de esta para atar las manos de la chiquilla a su espalda. Aún si ella intentara escapar en esa breve fracción de segundos sus muñecas se encontraban firmemente atrapadas por mí.
Después de un rato conseguí apresar sus manos y la jalé del cabello, alzando su rostro lastimado para enseñárselo a mi cámara.
– Esta es mi amenaza. Si decides delatar lo que viste haré de tu vida un infierno, si yo caigo tú caerás conmigo – dije apegando mis labios a uno de sus oídos, alternando mi vista entre su rostro y mi celular. – Sabes que voy en serio, ¿verdad? – Agregué en un gruñido que hizo a mi garganta vibrar, buscando intimidarla a medida que intrusamente colaba mi mano libre bajo su falda, permitiéndome acariciar su entrada sin permiso ni delicadeza.
– ¿No quieres decírmelo? Bueno, lo averiguaré de todos modos... – mascullé, aún incrédulo de que pretendiese hacerse la valiente. Dejé mi celular en la taza superior del baño, apuntando el lente de la cámara hacia ella. Su repugnante rostro quedaría grabado en mi memoria y en la de mi teléfono, no había necesidad de que ella misma me revelase su identidad. Bastaba capturar esa postura humillante, subordinada a mis movimientos.
La pisoteé repetidas veces con mi pie hasta patear su cabeza lejos del inodoro, ella chocó contra la pared contigua del baño e incluso creo haber visto un poco de sangre. Pero en lugar de afectarme esto me emocionó, me detuve un momento para enderezarme y observarla desde lo alto. Mis pupilas se dilataron ligeramente y sonreí en lo que deshacía el nudo que mantenía mi corbata sujeta al cuello, sirviéndome de esta para atar las manos de la chiquilla a su espalda. Aún si ella intentara escapar en esa breve fracción de segundos sus muñecas se encontraban firmemente atrapadas por mí.
Después de un rato conseguí apresar sus manos y la jalé del cabello, alzando su rostro lastimado para enseñárselo a mi cámara.
– Esta es mi amenaza. Si decides delatar lo que viste haré de tu vida un infierno, si yo caigo tú caerás conmigo – dije apegando mis labios a uno de sus oídos, alternando mi vista entre su rostro y mi celular. – Sabes que voy en serio, ¿verdad? – Agregué en un gruñido que hizo a mi garganta vibrar, buscando intimidarla a medida que intrusamente colaba mi mano libre bajo su falda, permitiéndome acariciar su entrada sin permiso ni delicadeza.
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
- Ocupación : Estudiante de 1°
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Fecha de inscripción : 02/07/2013
Re: Estimulación [Privado] (+18)
La cosa se iba poniendo de mal en peor para la pobre chica. Sin escapatoria y con un chico enfurecido no existía lugar donde esconderse. Siempre escuchaba en las noticias o en portadas de diarios que cosas así de terribles le sucedían a chicas de su edad. El destino al parecer quería que gente como ella sufriera mas de una vez la desgracia de una violación.
Averiguarlo de todos modos? Le iría a preguntar a alguien de su curso acaso? O a algún profesor? Era una alumna, según ella, que siempre pasaba desapercibida por su poca actividad en la escuela, por lo que estaba confiada que por ese lado el chico no obtendría muchas respuestas sobre ella. Con lo ocupada que estaba internamente no se percataba de la cámara grabadora puesta en acción, pero eso no tenía importancia.
Su contextura frágil daba claros indicios que no aguantaría mucho tiempo los golpes, por lo que al chocar contra la pared, su visión se limitó a ver una mancha de un escarlata intenso, dando paso al aturdimiento y cuadros desenfocados. Ya veía venir lo que ocurriría ,por lo que no presentó resistencia y, con sus manos atadas estaba reducida, indefensa y solo podía quedar a disposición de su atacante, sea lo que fuere a hacerle.
Palpitaba en sus oídos el compás de un miedo profundo, que se logró colar en sus ojos y reflejaba jadeante su respiración. Luego ... Las palabras ajenas.. -Por ...ssupuesto que .. entiendo- dijo arrastrando la "s" con dificultad. Se diría que la clase de deporte no era de su agrado ni preferencia, razón por la cual siempre se cansaba de más incluso caminando grandes extensiones. Si es que llegaba a recorrerlas procuraba mantenerse a su propio ritmo.
Sintió el contacto de piel con asco y extremo desagrado, se coló intrusamente entre sus ropas lo que le erizo la piel como nunca antes nadie lo había hecho, ahora era consiente de lo que pasaba, no así como entonces.. Años atrás .. Su cuerpo sentía el deseo de forcejear y liberarse, aunque sabia que lo peor aun no pasaba, trató vanamente. Todo esfuerzo era inútil. El era en proporciones, mucho mas grande que ella, era obvio que tendría que adoptar una actitud sumisa, de otra manera todo se complicaría y saldría dañada. Pero, ¿Era posible salir peor?
Averiguarlo de todos modos? Le iría a preguntar a alguien de su curso acaso? O a algún profesor? Era una alumna, según ella, que siempre pasaba desapercibida por su poca actividad en la escuela, por lo que estaba confiada que por ese lado el chico no obtendría muchas respuestas sobre ella. Con lo ocupada que estaba internamente no se percataba de la cámara grabadora puesta en acción, pero eso no tenía importancia.
Su contextura frágil daba claros indicios que no aguantaría mucho tiempo los golpes, por lo que al chocar contra la pared, su visión se limitó a ver una mancha de un escarlata intenso, dando paso al aturdimiento y cuadros desenfocados. Ya veía venir lo que ocurriría ,por lo que no presentó resistencia y, con sus manos atadas estaba reducida, indefensa y solo podía quedar a disposición de su atacante, sea lo que fuere a hacerle.
Palpitaba en sus oídos el compás de un miedo profundo, que se logró colar en sus ojos y reflejaba jadeante su respiración. Luego ... Las palabras ajenas.. -Por ...ssupuesto que .. entiendo- dijo arrastrando la "s" con dificultad. Se diría que la clase de deporte no era de su agrado ni preferencia, razón por la cual siempre se cansaba de más incluso caminando grandes extensiones. Si es que llegaba a recorrerlas procuraba mantenerse a su propio ritmo.
Sintió el contacto de piel con asco y extremo desagrado, se coló intrusamente entre sus ropas lo que le erizo la piel como nunca antes nadie lo había hecho, ahora era consiente de lo que pasaba, no así como entonces.. Años atrás .. Su cuerpo sentía el deseo de forcejear y liberarse, aunque sabia que lo peor aun no pasaba, trató vanamente. Todo esfuerzo era inútil. El era en proporciones, mucho mas grande que ella, era obvio que tendría que adoptar una actitud sumisa, de otra manera todo se complicaría y saldría dañada. Pero, ¿Era posible salir peor?
Invitado- Invitado
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Acaricié con más experticia de la normal el clítoris de mi víctima, sosteniéndolo entre mi índice y mi anular, pellizcando dolorosamente esa zona sensible. En contraste con su piel tan suave mis inquisidores dedos eran mucho más grandes y ásperos, amenazadores. Me pregunté entonces si era virgen, esperando de todo corazón que lo fuera... Ver la sangre del himen sin estrenar es una escena que me calienta muchísimo, más si puedo aunarlo a gritos de desesperación.
Hice uso de mi mano libre para apretar con fuerza uno de sus senos, buscándole el pezón interferido por la presencia de la tela de la camisa y el sujetador. No me enorgullezco de conocer tan bien el cuerpo de las mujeres, no con toda la mierda que he vivido. Pero no vale la pena cuestionarse en estos momentos, no cuando la estoy pasando tan bien.
– ¿Hm? No te noto muy convencida... – comenté, empleando un tono ciertamente travieso. – ¿Cómo sé si al salir de acá no irás con el cuento a tu mami o a algún profesor? Ah, no puedo correr un riesgo así... – empleé un tono sumamente casual, como si me estuviese refiriendo a cualquier trivialidad. Adoraba hacer eso, de alguna u otra manera le recalcaba a mi compañera cuán tranquilo me encontraba.
Retiré la mano dedicada a sus genitales para dirigirla hacia los míos. La braga de mi Senpai se mantenía permanentemente atada a mi miembro, me encargué de retirarla y de acercarla a mi rostro. Hundí la nariz en la suave tela, captando con mi respiración su dulce fragancia. Debía mantener ese pequeño secreto por el bien de su relación, de nuestra inocente amistad.
Me estoy esforzando, Senpai.
– Inclínate hacia adelante y separa las piernas... Como un perro, anda~ – le susurré a la muchacha segundos después de esconder la prenda en mi bolsillo, ansiando sumisión.
Hice uso de mi mano libre para apretar con fuerza uno de sus senos, buscándole el pezón interferido por la presencia de la tela de la camisa y el sujetador. No me enorgullezco de conocer tan bien el cuerpo de las mujeres, no con toda la mierda que he vivido. Pero no vale la pena cuestionarse en estos momentos, no cuando la estoy pasando tan bien.
– ¿Hm? No te noto muy convencida... – comenté, empleando un tono ciertamente travieso. – ¿Cómo sé si al salir de acá no irás con el cuento a tu mami o a algún profesor? Ah, no puedo correr un riesgo así... – empleé un tono sumamente casual, como si me estuviese refiriendo a cualquier trivialidad. Adoraba hacer eso, de alguna u otra manera le recalcaba a mi compañera cuán tranquilo me encontraba.
Retiré la mano dedicada a sus genitales para dirigirla hacia los míos. La braga de mi Senpai se mantenía permanentemente atada a mi miembro, me encargué de retirarla y de acercarla a mi rostro. Hundí la nariz en la suave tela, captando con mi respiración su dulce fragancia. Debía mantener ese pequeño secreto por el bien de su relación, de nuestra inocente amistad.
Me estoy esforzando, Senpai.
– Inclínate hacia adelante y separa las piernas... Como un perro, anda~ – le susurré a la muchacha segundos después de esconder la prenda en mi bolsillo, ansiando sumisión.
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
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Re: Estimulación [Privado] (+18)
Un gemido ahogado salió al tiempo que un choque eléctrico la recorrió de piez a cabeza, más bien por lo sorpresivo del contacto, tratando un poco más de forcejear con el chico.
Situación incómoda, posición incómoda. No podía evitarlo.
Con una complexión algo más frágil de lo que debería, era de esperarse que la pobre tuviera una sensibilidad algo más receptiva en las zonas erógenas de su cuerpo en discusión. Sumándole el hecho de que a pesar de no ser virgen, Vitto jamás se había tocado ni acariciado, por no decir masturbado anteriormente, gracias a la crianza religiosa que había adquirido a lo largo de su vida. Algo inpensado para su mentalidad infantil que bloquea lo que no comprende. Odió definitivamente la sensación que estaba experimentando. Odió lo que le estaban haciendo. Lo odió porque, era con él.
Lo que había vivido en su niñez más bien se podría considerar como una "violación limpia", ya que el sujeto no habría estimado el uso de ningún método de "estimulación" previa a sus encuentros. Se podría decir que ella había sido únicamente objeto de su "momento de ira" de la semana, de manera que desconocía el placer hasta en el sentido mismo de la palabra.
Otra vez su voz.
Ya estaba asociando el temor ante la diversión de su voz. Comenzaba a aterrarse, como si mientras más tranquilo estuviese él, más decidido se encontrara a hacerle cualquier cosa que tuviese en mente. Algo malo obviamente.
-¡¿Ahh?! ¡N-noo podría!.. aunque quisiera- Soltó angustiada al final recordando el balance de todoa quello. A ninguno de los dos le convendría la situación si se hablara de ello en un futuro.
Quizá eso último revelara algo más del silencio que debería adoptar, ya que, si alguien se enterara de esto. Si llegara a los oídos de sus padres o su tía, quién confió ciegamente en la institución como un nuevo inicio para ella, seguramente terminaría en una especie de claustro o confinamiento religioso hasta el fin de sus días por provocar en los hombres una suerte de deseo. Algo que quizá les decía que era una presa fácil. Un letrero invisible pegado en su frente probablemente. Por que, a fin de cuentas, lo era. Una corderita.
Y como tal, tendría que ceder nuevamente antes los deseos de un hombre extraño. Sin voz ni voto. Lentamente siguió las indicaciones dictadas, no sin antes sentir retorcijones en su estómago. Otro signo de rechazo.
Situación incómoda, posición incómoda. No podía evitarlo.
Con una complexión algo más frágil de lo que debería, era de esperarse que la pobre tuviera una sensibilidad algo más receptiva en las zonas erógenas de su cuerpo en discusión. Sumándole el hecho de que a pesar de no ser virgen, Vitto jamás se había tocado ni acariciado, por no decir masturbado anteriormente, gracias a la crianza religiosa que había adquirido a lo largo de su vida. Algo inpensado para su mentalidad infantil que bloquea lo que no comprende. Odió definitivamente la sensación que estaba experimentando. Odió lo que le estaban haciendo. Lo odió porque, era con él.
Lo que había vivido en su niñez más bien se podría considerar como una "violación limpia", ya que el sujeto no habría estimado el uso de ningún método de "estimulación" previa a sus encuentros. Se podría decir que ella había sido únicamente objeto de su "momento de ira" de la semana, de manera que desconocía el placer hasta en el sentido mismo de la palabra.
Otra vez su voz.
Ya estaba asociando el temor ante la diversión de su voz. Comenzaba a aterrarse, como si mientras más tranquilo estuviese él, más decidido se encontrara a hacerle cualquier cosa que tuviese en mente. Algo malo obviamente.
-¡¿Ahh?! ¡N-noo podría!.. aunque quisiera- Soltó angustiada al final recordando el balance de todoa quello. A ninguno de los dos le convendría la situación si se hablara de ello en un futuro.
Quizá eso último revelara algo más del silencio que debería adoptar, ya que, si alguien se enterara de esto. Si llegara a los oídos de sus padres o su tía, quién confió ciegamente en la institución como un nuevo inicio para ella, seguramente terminaría en una especie de claustro o confinamiento religioso hasta el fin de sus días por provocar en los hombres una suerte de deseo. Algo que quizá les decía que era una presa fácil. Un letrero invisible pegado en su frente probablemente. Por que, a fin de cuentas, lo era. Una corderita.
Y como tal, tendría que ceder nuevamente antes los deseos de un hombre extraño. Sin voz ni voto. Lentamente siguió las indicaciones dictadas, no sin antes sentir retorcijones en su estómago. Otro signo de rechazo.
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Re: Estimulación [Privado] (+18)
Dejé escapar un gruñido al compás del movimiento realizado, el cumplimiento de la orden. El espacio que compartíamos en el cubículo era reducido y la posición que ahora adquiría la muchacha permitía que su retaguardia acariciara forzosamente mi erección expuesta. Era una invitación muy sugerente y la idea de que estuviera inmovilizada me calentaba aún más, al punto de que perdí el control de mi respiración durante una breve fracción de segundos. Creé una fricción entre mi carne y su entrada, acariciándola en un suave vaivén que iba y venía mientras sus bragas iban captando la humedad del interior.
Aún en contra de su voluntad su cuerpo me recibía, obedeciendo a las leyes naturales.
Mi celular continuaba grabando la escena desde la taza superior del excusado, plasmando en un filme completamente personal ese momento tan erótico en el que nuestros cuerpos se deseaban a pesar de que allí no existía nada. Ni amistad ni afecto ni ninguna clase de unión emocional... Ni siquiera las tensiones diarias que solían compartir los estudiantes de este instituto. Ella y yo éramos perfectos desconocidos, unidos por una desafortunada coincidencia. Pero ahí estaba mi miembro erguido por su imprudencia, y su entrepierna me esperaba ansiosa, húmeda bajo la interferencia de la tela. No podía confiar en su silencio ni en su discreción, pero sí en el miedo que hacía a sus muslos temblar, al brillo implorante de sus ojos que repetían a gritos, y en un lenguaje gestual que curiosamente entiendo muy bien, que todo esto termine pronto.
Deslicé cuidadosamente la tela hacia un costado, dispuesto a clavarme en su cálido interior con toda la urgencia que me movilizaba, pero la voz de un tercero me detuvo en seco. Una muchacha acababa de entrar al baño y parecía ir hablando por teléfono.
Frené mis movimientos a puertas de la penetración, paralizado por la idea de ser descubierto y sentenciado, de regresar con el rabo entre las piernas a la mierda de hogar del que provengo. En un sitio público hubiera continuado igualmente, excitado ante la idea de ser escuchado y de tener que ocultarme, pero esto es diferente.
Me incliné hacia el frente, acortando distancias entre mi rostro y el de mi víctima. Con un sólo gesto de mi diestra le di a entender que debía guardar silencio en presencia de la intrusa.
Aún en contra de su voluntad su cuerpo me recibía, obedeciendo a las leyes naturales.
Mi celular continuaba grabando la escena desde la taza superior del excusado, plasmando en un filme completamente personal ese momento tan erótico en el que nuestros cuerpos se deseaban a pesar de que allí no existía nada. Ni amistad ni afecto ni ninguna clase de unión emocional... Ni siquiera las tensiones diarias que solían compartir los estudiantes de este instituto. Ella y yo éramos perfectos desconocidos, unidos por una desafortunada coincidencia. Pero ahí estaba mi miembro erguido por su imprudencia, y su entrepierna me esperaba ansiosa, húmeda bajo la interferencia de la tela. No podía confiar en su silencio ni en su discreción, pero sí en el miedo que hacía a sus muslos temblar, al brillo implorante de sus ojos que repetían a gritos, y en un lenguaje gestual que curiosamente entiendo muy bien, que todo esto termine pronto.
Deslicé cuidadosamente la tela hacia un costado, dispuesto a clavarme en su cálido interior con toda la urgencia que me movilizaba, pero la voz de un tercero me detuvo en seco. Una muchacha acababa de entrar al baño y parecía ir hablando por teléfono.
Frené mis movimientos a puertas de la penetración, paralizado por la idea de ser descubierto y sentenciado, de regresar con el rabo entre las piernas a la mierda de hogar del que provengo. En un sitio público hubiera continuado igualmente, excitado ante la idea de ser escuchado y de tener que ocultarme, pero esto es diferente.
Me incliné hacia el frente, acortando distancias entre mi rostro y el de mi víctima. Con un sólo gesto de mi diestra le di a entender que debía guardar silencio en presencia de la intrusa.
Maeno Raito- Delegado/a de Clase
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Fecha de inscripción : 02/07/2013
Re: Estimulación [Privado] (+18)
Su cuerpo terminó cediendo ante todo aquello encogiéndose y arqueándose. La presión del momento, el cubículo pequeño, la posición de su cuerpo, aunque se podría decir que la mayor presión provenía del propio chico con su miembro preparado para cualquier cosa. Cualquier cosa, excepto una interrupción. Recordandole que todavía estaban en la escuela, si bien, fuera del horario normal, pero era la misma institución a fin de cuentas. En la que habría consecuencias para ambos.
Quedó realmente sorprendida al sentir que el chico no se movía. Sintió un pequeño rayo de esperanza. Quizás... Pero todo se desmoronó cuando escuchó lo mismo que él. Otra estudiante había ingresado. Algo que era mucho peor que ser dañada, era que la descubrieran en su "accidente". Y para cuando se dió cuenta de ello, él se estaba acercando dando a entender el no hacer ruido. ¿Tan tonta se veía? Por supuesto que no haría ruido.
De lo que escuchó, se trataba de una conversación de pareja. De esas conversaciones que, suponía era de adultos, o más bien no sabía que existían hasta esos momentos. -¡Pff! Ni que lo digas. Fue un día agotador. Y no, no hay absolutamente nadie en la escuela, sino no te habría llamado ¿No crees? Mi día ya es más brillante desde que me llamaste, amor. ¿Me vendrías a buscar? Necesito diversión urgentemente y eres el que mejor sabe hacerlo~. Hahaha, por supuesto que me refiero a ir a tomar algo con tus amigos, tontito. Pero quiero hacer algo distinto para esta noche, una sorpresa sólo-para-ti~. ¡No seguiré dándote más pistas! Si, estoy lista ¿Por? ¿Ya estás llegando? ¡Genial! Te amo. Voy volando.
Y sin demorarse más, se fue. Ni se imaginaba el "espectáculo" que tenía a sus espaldas. Tan sólo había entrado al baño más cercano para arreglarse y estar más deseable para su novio, como lo había hecho Vitto en un principio pero sin la parte del "novio". ¿Ironías del destino acaso?
Lo único que deseaba, era que la extraña se hubiese demorado aunque sea un poco más. Fue demasiado breve. Otra petición no escuchada. Ahora era totalmente vulnerable, incluso más que antes porque no había nadie en los pasillos, según dijo la chica. Era totalmente de él y para él. Podía hacer lo que quisiera con ella luego del error de haber confiado que no había nadie. Pero eso era antes. Ahora sabían ambos perfectamente que no existía otra persona a parte de ellos.
La respiración la había abandonado, sin que el chico la hubiese amordazado o algo por el estilo. No hubo necesidad. Su propio cuerpo la había paralizado. Y se reanudó su movilidad con un temblor más notorio que antes. Su cuerpo sabía lo que venía y no podía negarse.
Quedó realmente sorprendida al sentir que el chico no se movía. Sintió un pequeño rayo de esperanza. Quizás... Pero todo se desmoronó cuando escuchó lo mismo que él. Otra estudiante había ingresado. Algo que era mucho peor que ser dañada, era que la descubrieran en su "accidente". Y para cuando se dió cuenta de ello, él se estaba acercando dando a entender el no hacer ruido. ¿Tan tonta se veía? Por supuesto que no haría ruido.
De lo que escuchó, se trataba de una conversación de pareja. De esas conversaciones que, suponía era de adultos, o más bien no sabía que existían hasta esos momentos. -¡Pff! Ni que lo digas. Fue un día agotador. Y no, no hay absolutamente nadie en la escuela, sino no te habría llamado ¿No crees? Mi día ya es más brillante desde que me llamaste, amor. ¿Me vendrías a buscar? Necesito diversión urgentemente y eres el que mejor sabe hacerlo~. Hahaha, por supuesto que me refiero a ir a tomar algo con tus amigos, tontito. Pero quiero hacer algo distinto para esta noche, una sorpresa sólo-para-ti~. ¡No seguiré dándote más pistas! Si, estoy lista ¿Por? ¿Ya estás llegando? ¡Genial! Te amo. Voy volando.
Y sin demorarse más, se fue. Ni se imaginaba el "espectáculo" que tenía a sus espaldas. Tan sólo había entrado al baño más cercano para arreglarse y estar más deseable para su novio, como lo había hecho Vitto en un principio pero sin la parte del "novio". ¿Ironías del destino acaso?
Lo único que deseaba, era que la extraña se hubiese demorado aunque sea un poco más. Fue demasiado breve. Otra petición no escuchada. Ahora era totalmente vulnerable, incluso más que antes porque no había nadie en los pasillos, según dijo la chica. Era totalmente de él y para él. Podía hacer lo que quisiera con ella luego del error de haber confiado que no había nadie. Pero eso era antes. Ahora sabían ambos perfectamente que no existía otra persona a parte de ellos.
La respiración la había abandonado, sin que el chico la hubiese amordazado o algo por el estilo. No hubo necesidad. Su propio cuerpo la había paralizado. Y se reanudó su movilidad con un temblor más notorio que antes. Su cuerpo sabía lo que venía y no podía negarse.
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