Escape (Privado) [+18]

Sus nervios estaban al máximo, los doctores y demás enfermeras se encontraban a escasos centímetros de ellos y, además, cuando el chico pelinegro volvió a tomar entre las ropas al vampiro dio un pequeño grito, era fingido, lo sabía pero aún así la reacción fue natural. Otro pequeño grito llenó el lugar cuando el pelinegro realizó su jugada, levantándola  no podía moverse mucho, solo se dejaba llevar.

En el transcurso hacia quien sabe qué lugar mantenía los ojos cerrados, esperando a que nadie que los viera pasar notara que no tenía ropa interior. Estaba totalmente desnuda con la única prenda que le cubría; la chamarra del chico pelirrojo. Su cabello era largo, podría taparle las partes íntimas pero con el movimiento que hacia el chico corriendo ya no estaba tan segura, se moría de vergüenza pero en su mente estaba el que estaba siguiéndoles el chico vampiro.

Cuando notó que ya no se movían abrió los ojos. Lo que pudo ver eran edificios que parecían abandonados, era la parte fea de la ciudad que siempre procuraba evitar debido a las malas energías que sentía al estar solo unos pocos metros. Parecía que estaba en un edificio ¿Sería el hogar del chico que les salvo a los dos? Dio un largo suspiro de alivio, todo su cuerpo se relajó aun estando en la espalda de Dante como costal de papas- Sí que logramos salir del asunto, Zephaniah estaba muy nerviosa de que el doctor pudiera capturarnos y hacernos preguntas, es decir ¿Cómo iba a decirles que el chico pelirrojo era un vampiro y yo le ayudé a limpiarle la sangre?...-Comenzó a hablar rápido hasta que se detuvo de repente y su cuerpo tembló un poquito.

El temblor fue debido a la pequeña brisa que se presentó recordando de esa manera que necesitaba ya ropa- Mi ropa….Se quedó en el hospital y necesito ya algo de ropa por que comienzo a tener frío ¿Tu me podrías prestar algo de ropa?-Volvió a quedarse de repente callada, por un momento se olvidó del pelirrojo, esta vez comenzó a moverse para tratar de bajarse de los hombros de la persona que le habá salvado para tratar de ver si él los había estado siguiendo- El vampiro ¿Dónde está?- Dijo muy preocupada, lo podría llamar por su nombre pero en todo ese tiempo no tuvo oportunidad de preguntarle si quiera su nombre.

Se mantuvo en silencio, a la espera del famoso "plan" que les sacaría de allí. Pero después de una muy breve pausa el tipo del tatuaje simplemente tomó a la pelirroja sobre su hombro y corrió a gran velocidad, lejos de los doctores que denotaban un semblante lleno de impresión. Ayato se quedó un instante allí, indignado por haberse inmiscuido en una situación tan caótica...aún cuando él había sido el causante de todo.

El doctor consiguió colocar una mano sobre su hombro, dirigiéndose a él con un tono autoritario pero que, a su vez, dejaba entrever la confusión.

- No sé qué pasó exactamente pero debo pedirte que ve-...
- ¡QUE ESTOY BIEN, COÑO! - le respondió el dhampiro, quien impetuosamente se volvió hacia el médico y se liberó de un tirón. El mayor le observó perplejo y no pudo hacer más que verle escapar, después de todo su fuerza humana no podía compararse con la de Ayato, quien encima estaba bastante cabreado por culpa de Dante y sus muy apropiados comentarios.

De saber que solo huirían de allí, sin excusas ni parafernalias, no se habría gastado en hacer un trato con ese imbécil. Corrió a gran velocidad, procurando ir siempre por las zonas más verdes para así ocultar entre los árboles los vivos colores que manchaban su camisa. Se valió de grandes saltos para ir por techos y eludir a las personas que podrían verle como un sospechoso. No era usual ver a un sujeto cubierto de sangre, no a menos que estuvieras en los barrios bajos...

Y para su sorpresa, allí acabaron.

Todo el tiempo se dejó guiar por el dulce aroma de la sangre de Zephaniah, aún asomada por las prudentes heridas en su busto. De lejos alcanzó a divisar la carrera que se estaba dando Dante antes de entrar a un edificio, lo cual no dejó de desconcertarle: le había herido de gravedad (de ser humano ya estaría muerto) hace algo más de una semana y corría como si estuviera sano como una lechuga. Definitivamente debía tener precaución.

- El vampiro, ¿dónde está?
- Jaja ¿me extrañaste? - preguntó Ayato, asomándose por la escalera contigua al departamento de Dante con las manos hundidas en los bolsillos y la media sonrisa dibujada en el rostro. Era bastante curioso que estuvieran a solo una cuadra de su casa pero aquél fue un comentario que se quiso ahorrar por el momento.

Bueno, que saco con mentir, que les juro que me quedé de una pieza cuando a la chica se le escapó el pequeño secreto de mi nuevo amiguito. ¿un vampiro? ¿enserio? ¿Asi como lestat? WOAH!!! Me cago si existen! wait, de alguna forma, aquello me calzaba, después de todo el sujeto humano no era, eso lo tenía claro después de nuestra peleita, y luego de bueno, tomar conciencia de que yo exactamente tampoco radicaba en los estandares de normalidad humanoide.

Mhhhhh.... Me quedé pensativo un rato, sin querer ignoré a la chica, pero de inmediato, luego de oír la vocecita de mi nuevo amor platónico -entiendase que le digo así porque me gusta molestarlo y ya- atiné entonces a hablar.

"Oh, cierto. Esto no termina."

Le sonreí al sujeto y luego tomé a la chica del brazo, subimos las escaleras hasta mi departamento, al que luego de girar la llave y una no muy sutil patada en la puerta, se mostró ante ellos, ante mi no porque ya me lo conozco entero.

"Bueh, pasen."

Y a saber yo porqué estaba tan tranquilo, bueno, tenía que verme cool igual, no? La otra parte de mi estaba que le preguntaba a ayato si es que las cosas eran como las contaba la Anita Arroz.

"Hey tu." Le dije a la chica. "Ve a ducharte, apestas a sangre." Luego miré al pelirojo. "Tu también deberías, aunque supongo que estás acostumbrado." Sonreí con malicia. la verdad me interesaba más que la chica se quitara ese olor metalico de encima, más que él. Por alguna razón me producen efectos diferentes. Culpen a la menstruación de las mujeres si quieren.

"Sientanse como en casa~" Pasé a la cocina y saqué de la nevera un par de cervezas, dejándolas sobre la mesa. "Si quieren, saquen." Wait, ¿los vampiros pueden beber alcohol?

Sus ojos brillaron mucho al escuchar la voz de su amigo pelirrojo, lo saludó con una mano en el aire, con mucha energía. Se sentía feliz de que ambos pudieran escapar de la situación, y mejor aún, que nadie hubiera resultado herido. Quería corre hacia él y abrazarlo para decirle que estaba feliz de verlo y que los pudiera alcanzar pero el otro chico la invitó a que se adentrara a su departamento y ella no dudo en seguirlo. Se maravilló de que tuviera su propio hogar aunque fuera pequeño.

Una vez que el pelirrojo se adentró en el departamento zephaniha corrio hacia él para abrazarle con la fuerza que le quedaba dando un suspiro de alivio- Lo logramos¡¡ Salimos del hospital- le dijo dedicandole una gran sonrisa, entonces escuchó la invitacion a que se bañara del chico con el cabello azabache asintiendo mirándolo- Esta bien, gracias por prestarme tu baño- dejó de abrazar al otro chico- No tardaré puedes estar con tu amigo, estoy seguro que estarás feliz de verlo-

Al ser de un piso el departamento no tuvo problemas de encontrar el baño. Entrando enseguida se quitó la chamarra y en un espejo trató de verse las heridas, no sin antes abrirle al agua, esperaba a que saliera caliente. En su cuello y pecho aparte de la sangre seca podia observarse las marcas, en donde le mordió y al verlas sintió pequeños escalofríos tratando de no pensar en lo que paso en el baño. No tardo mucho en sentir el agua caliente metiéndose, limpiandose aquella sangre, se sentía más limpia.

Le encantaban los baños, solía tardarse mucho por lo que ganaba regañadas de las sirvientas pues solo gastaba el agua. Estaba tan feliz que sin darse cuenta comenzó a cantar muy alto y en algunas estrofas desafinaba. Se lavo el cabello y cuando se estaba lavando el cuerpo comenzó a tener sueño, dio un bostezo, terminó de lavarse el cuerpo y el sueño no se le quitaba, incluso dejó de cantar y al momento en que iba a cerrar el agua de la llave sus ojos eran tan pesados que los cerró, de este modo se desmayó cayendo al piso.

Ingresó al departamento apenas el tipo del tatuaje dio la señal, manteniendo las manos hundidas en los bolsillos y con Zephaniah a su lado. En los barrios bajos se respiraba el hedor de la decadencia, era un sitio donde la ley del más fuerte primaba por sobretodo. Pero al ser su barrio de residencia estaba más que acostumbrado, incluso el departamento de una pieza de Dante se asemejaba bastante al suyo.

¿Acaso todos los arquitectos de este lugar se guiaron por el mismo plano?

- ¡Oi! - Una vez dentro sus pensamientos fueron abruptamente interrumpidos por el animoso abrazo de la pelirroja, aunque el contacto con sus protuberantes senos rozando su torso y la sangre seca esparcida sobre ellos provocaba en él sensaciones bastante placenteras. Si, a él también le alegraba haber salido del hospital...solo esperaba que todo ese pequeño incidente pasara a la historia. De pronto la muchacha le soltó y obedeció al dueño de casa pero antes de llegar al baño soltó un comentario totalmente innecesario:

- No tardaré puedes estar con tu amigo, estoy segura que estarás feliz de verlo.
- ¡QUE NO ES MI AMIGO! - Bramó Ayato desde la distancia que ahora mantenían.

En contra de sus deseos él y el sujeto se habían quedado solos en la habitación. El dhampiro se volvió a mirarle con una ceja en alza, observando las cervezas de un modo ciertamente despectivo. Era consciente de que el comentario de la chiquilla le había revelado su verdadera naturaleza, ¿acaso esa estúpida no tenía una mínima noción de lo que era un secreto? ¿Acaso ella veía chupasangres todo el maldito día? Como fuera, en esos momentos era imposible ponerse cómodo o abandonar la tensión.

- Paso - Respondió serio, sin apartarle la mirada de encima. Podía beber alcohol como cualquier otro alimento o sustancia, su condición le permitía degustar las comidas humanas aunque éstas no fueran ni la mitad de apetitosas ni le satisfacían tanto como la sangre. Aunque agradecía no compartir el rasgo de los vampiros puros, donde absolutamente todas las comidas mortales sabían a tierra. - Más importante que eso, ¿tu nombre? - Preguntó manteniendo la actitud defensiva, indeciso si considerarse en territorio "enemigo" o no.

Me sorprendí de la obediencia de la chica, pero se lo agradecí. Por otro lado la negativa del colorin no me hizo ninguna sorpresa. Solo me encogí de hombros y luego me fui a sentar en el sillón, destapando mi cerveza y dandole un trago largo.

"Mh~ anda hombre, relájate. No voy a violar ese culo tuyo si lo cuidas con tanto recelo." Moví la mano arriba y abajo en señal de que podía despreocuparse. "Ah, pero sí vamos a jugar de todos modos. Tratos son tratos en estos barrios."

Sonreí con un tantito de burla, pero en buena onda eh, que tampoco me quería bancar a un tipo que de seguro podía dejarme más seco que piojo de muñeca en una sola mordidita.

"Dante~ ¿Y usted señor Vampiro?"

Me cago si se llama armand, porque lo del pelo rojo le venía muy bien, pero no tenía ni pito de descripción de "angel" como decía la anita, asi que lo dudaba. Ok, sí, me estaba dejando llevar por ese lado fanboyero oculto, pero déjenme ser feliz que un zancudo tan sensual no se ve todos los días. Mi mirada repasaba la figura ajena con descaro, pero no como un hambriento por sexo, sino más bien con curiosidad.

¿Si le corto la pirula, le crece de nuevo?

Esa clase de pensamientos absurdos no son raros en mí, asi que no se sorprendan, pero si de verdad podían regenerarse estos tipos la tenían fácil para jugar al sadomaso como quisieran!

Y sí, lo pensé con toda la envidia de la tierra.

Los nervios de Ayato se crisparon rápidamente ante el comentario del sujeto, provocando que le enseñase el filo de sus colmillos en un simple apretón de mandíbula. Pero se contuvo, no podía atacarlo en su territorio, mucho menos cuando éste le había ayudado a salir del hospital con tipeja incluida. Aunque debía estar loco si esperaba un agradecimiento de su parte.

Tratos son tratos, ¿eh?

Repitió aquella frase en su mente, divertido. Cerró los ojos al tiempo que dejaba escapar un casi imperceptible gruñido, manteniendo los puños ceñidos a cada lado de su cuerpo.

- Ayato - respondió a secas, fijando su penetrante mirada en el ajeno. Tan despreocupado, con esa peculiar diferencia en sus orbes, ese tatuaje manchándole el níveo rostro...no era un tipo normal pero ¿valdría la pena preguntar? De haber estado en su situación él jamás le hubiese revelado su origen vampírico; maldijo en su fuero interno el descuido de la pelirroja.

No sabía qué ocurriría pero podía apostar que no se parecería en nada a algo que hubiera hecho antes, era la primera vez que compartiría una mujer con otro tipo...¿o quizás sería él el compartido? No, no, el imbécil debía tener sus límites. Esperaba que todo lo anterior hubiera sido una broma de mal gusto...eso se traía en pensamientos hasta que oyó cierto ruido proveniente del interior del baño.

Volvió su cuerpo hacia la puerta donde Zephaniah había desaparecido y, tras luchar inútilmente con la cerradura, la abrió de una fuerte patada resultando un tanto imprudente con la inmobiliaria de Dante. Una cortina de vapor cubrió su vista en el momento que pudo ingresar al baño pero pudo descubrir a los pocos segundos el cuerpo desnudo e inconsciente de la pelirroja.

- Oi, ¡despierta! - se acercó hasta ella para tomarla de los hombros y zarandearla, sin obtener resultado. - Tsk... - sirviéndose de la fuerza de sus brazos la levantó con bastante facilidad, regresando hasta la sala donde Dante seguía bebiendo su cerveza mientras buscaba con la mirada un sitio dónde depositarla. - Está desmayada - le informó al anfitrión sin abandonar aquél tono hostil, cayendo repentinamente en cuenta de que la situación quizás se facilitaría así. - ...Toda tuya - anunció segundos antes de dejarla bruscamente sobre Dante, como si se tratara de un mero objeto, - tratos son tratos, ¿no?

No alcancé a reaccionar cuando ya tenía sobre mis piernas el cuerpo desnudo de esta tipa y a este otro idiota ofreciendomela como carne asada.

"Y yo que pensé que no podías ser más maricón." Suspiré tomandole al menos la cabeza a la mujer. "Acaso esperas que la viole mientras está desmayada cual necrofílico con su cadaver amoroso? Jodete, así no es divertido, para eso me compro una muñeca inflable."

Alcé una ceja en claro signo de cuestionamiento, o mas bien, de profunda negativa. No tenía gracia de esa forma! ¿Acaso este weon lo disfruta así? Oh wait...

"Hey... ¿Ustedes pueden tener sexo, verdad?"

Pregunté mientras mi mano libre tocaba la frente y luego el cuello de la chica. Parecía estar estable. Seguro y solo era un típico desmayo de baño por lo que con la misma mano le tiré un poco de viento y despues le puse la botella helada en la mejilla.

"Tratos son tratos pero apuesto que este desmayito tiene que ver con tus hábitos alimenticios. Que malo~"

Lo culpé directamente y luego la miré otra vez, esta vez aprovechando de hacerle el scaner anatómico y por el amor de lulu, copa D?

Nice~

- ¡¿Qué?! ¡Es sólo una humana! ¡Puedo usarla como se me plazca! - Bramó con clara irritación, conteniendo de nuevo aquél ferviente deseo de abalanzarse sobre Dante y retomar lo que dejaron la semana pasada.

Su reacción resultaba completamente incongruente, considerando que él había aceptado pactar dicho trato. ¿Esperaba que tuviera condescendencia, respeto y todas esas mierdas con una simple humana? ¡Ni de coña! ¿A qué venía esa variante de discurso moral? No podía tragárselo de un sujeto como Dante, ambos sabían que la presencia de la pelirroja no les suponía otra cosa que un negocio.

- Hey... ¿Ustedes pueden tener sexo, verdad? - Aquella pregunta inesperada acababa de neutralizar su fiera expresión, aún cuando estaba directamente relacionada con el tema.

El dhampiro levantó la mirada hasta él, estupefacto...¿acaso se trataba de otra de sus bromas? Ignoró el hecho de que Dante le estuviera culpando por el desmayo de la niña, tras un breve instante de reflexión se llevó una mano hasta el cinturón propio, abandonando en apariencias el enojo reciente.

- Devuélvemela y te muestro~ - respondió con una ceja en alza, dibujando en su semblante una maliciosa sonrisa en la que presumía su afilada dentadura.

En su idioma, mediante sus gestos, Ayato quería decirle 'yo si puedo hacer lo que tú claramente no harás'.

"Creo que no me entendiste eh, que no es condecendencia, sino que tener a una tipa desmayada solo para ñeque ñeque es aburrido. Si a ti te es suficiente así, no es mi problema, pero eso no va conmigo, no lo disfruto."

Me encogí de hombros y cuando respondió mi incógnita, lo miré de pies a cabeza, inevitablemente sonriendo por la insinuante postura que había hecho en respuesta.

"Muestramelo conmigo mejor..." Susurré muy por lo bajo, ahí donde los humanos se supone, no deben escuchar, pero qué se yo del talento de un vampiro. Rápidamente respondí a su desafío.

"Pues es toda tuya, hasta que despierte yo no me divertiré, asi que puedes hacer el preámbulo. Si me lo pones en una balanza, entre joder un cuerpo con peso muerto y verte la cara mientras tienes sexo, me quedo con la segunda por orden de interés y placer~"

Sonreí amistoso, pero que va, si entre nosotros la tensión no desaparecía. Sí, para mi el sexo es sexo y puta que es rico, pero también tengo mis prioridades. Si es hacerlo de una forma que no me dará placer, prefiero masturbarme y ya, pero podía notar claramente que en eso, el vampirito y yo discrepabamos.

"Toda tuya~"

Extendí el brazo de la chica cual damisela en espera de su príncipe. Podía tomarla cuando quisiera.

Las insinuaciones de Dante no le resultaban indiferentes, al contrario, conseguían recalcar cuán susceptible podía llegar a ser. Solo eran las palabras de un tipo tan perdido como él, un residente de esa pocilga, pero ¿acaso le veía cara de marica? El solo pensarlo hacía que tuviera deseos de vomitar.

- ¡Deja de decir tonterías, imbécil, que puedo oírte! - Bramó enrabiado, enseñándole uno de sus puños ceñidos.

Debía contenerse, aunque en el fondo le importaba una mierda estar en territorio ajeno y atacar de alguna forma debía retribuir la ayuda que le había dado en el hospital. Si no era mediante el sexo, podía ahorrarle una golpiza. Con esto en mente Ayato intentó calmarse mientras sostenía con firmeza la mirada del contrario, más allá de sus comentarios había algo en él que le desagradaba de sobremanera.

- ¿Te quedarás mirando mientras me la follo? No me la trago...¿cuál es el truco? - Le preguntó con suspicacia, dirigiendo sus pasos en su dirección mientras recuperaba a la chica, cargándola en sus brazos del mismo modo principesco que Dante. Ayato chasqueó la lengua antes de volver la mirada hacia ella, estudiando detenidamente su cuerpo desnudo: - Bah, es aburrido si no se resisten pero... - murmuró antes de volver sus pasos hacia el sofá más cercano, hizo una breve pausa antes de agregar: - tengo sed...

Dicho lo anterior Ayato se dejó caer sobre el asiento y acomodó a la pelirroja sobre él, sentándola entre sus piernas y jalando su largo cabello hacia atrás, dispuesto a facilitar el acceso hacia el punto de interés. Sin contener más sus ansias hundió el filo de sus colmillos en la nívea garganta ajena, deleitándose con el dulce sabor de su fluido carmín. Al cabo de un instante separó sus labios de la mujer, esbozando una afilada sonrisa decorada con la sangre que ahora se le rebalsaba de las comisuras.

- Oi, voy a perforarte todo el cuerpo si no despiertas... - le advirtió al oído a Zephaniah, en un profundo susurro.

¿De verdad tenía que haber algún truco? ¿Era yo el mal enfocado? No sé, no lo creía y es que hombre o mujer, eso de la pseudo necrofilia no va conmigo. Y bueno, ya ven, tampoco va con él. Rapidito se retractó de sus palabras y decidió que era tan aburrido como una paja follar con un cuerpo que no reacciona. But, cuando mencionó sobre su sed, sentí como un escalofrío me recorría desde la base de mi espalda hasta la nuca y de inmediato mis ojos se pegaron a la figura del tipo éste.

Caminé lento, casi incrédulo mientras veía como el otro se alimentaba tal y como decían las peliculas de vampiros. Hey, que admito que la vista sobre eso fue bastante sexy. Tanto que me provocó querer un poco de eso también. ¿PORQUE MIERDA ESTE TIPO TENIA QUE SER HOMOFOBICO? ¡LA HUBIESEMOS PASADO LA MAR DE BIEN!

"Hey... I wanna try that..."

No es que me llamara la atención la sangre de una manera particular pero sí lo hacía el proceso. ¿Qué se sentiría? Ah! Joder! Que lo partan los mil rayos. Aproveché que se enocontraba sentado en uno de los asientos y lo aprisioné ahí mismo, dejándo a la muchacha entre nuestros cuerpos.

"Hey... C'mon, si no vas a follar por miedo a que te duela el culo... podrías al menos jugar con esos, no?"

Mi mano señaló su boca de forma directa, sí, parecía un fanboy cazando a lo que quería que me diera caza a mí. ¿Cómico? bah! A mi me daba igual con tal de que esta noche resultara interesante, después de todo la carrera no me la había pegado por que sí.

"¿O también eres alérgico a eso?" Pregunté de malas pulgas, esperándome su negativa. De reojo miré a la chica... ¿no estaba muerta, cierto?

Por un momento no recordaba en donde se encontraba, todo lo veía oscuro pero pensaba que estaba en la habitación de los dormitorios de la escuela y que aquel encuentro con el vampiro y el amigo del vampiro no había sido otra cosa que un bizarro sueño hasta que algo la volvió a la realidad y por ende despertándola. No fue una cosa que la despertó de manera suave, todo lo contrario, volvió a sentir dos pequeñas punzadas, que las recordaría a la perfección y entonces cayó en cuenta que todo lo que pasó momentos antes no había sido un sueño. Cerro con fuerza los ojos para abrirlos lentamente, levantando la mano hacia la herida de aquellos dos colmillos, curbiéndola.

Primero los abrio poco pero al sentir que estaba entre el cuerpo del vampiro y su amigo, no tardó mucho en reaccionar, su cuerpo se sentía debil y algo frío al estar desnuda, pudo escuchar un poco la conversación de ellos, una la cual no entendió por las palabras que decía. Miró primero a Dante y luego a Ayato, apenandose un poco por la cercanía de sus cuerpos- Volviste a alimentarte de mi ¿Cierto?-Trató de recordar como es que había llegado a ese lugar, frunciendo levemente el entrecejo. Lo único que recordaba es que se estaba bañando y luego…nada, de seguro el chico vampiro se preocupó por ella y fue a rescatarla- Pero te perdono por que me salvaste de la ducha cuando me desmayé ¿Verdad?- El entrecejo fruncido desapareció. Volteó a ver esta vez a Dante, aun sintiéndose débil pero tratando de conservar una pequeña sonrisa- ¿También te preocupaste por mi? ¡Gracias!

-Disculpen pero comienzo a tener frío, ya que estoy desnuda, hehe debo de ir por mis cosas y luego podemos pagarte por salvarnos- Dijo sin moverse, quería ir a buscar su ropa pero no tenía mucha fuerza y estaba confundida de cómo es que estaba entre dos hombres y era sorprendente cómo es que momentos antes no se movía, pero ahora que estaba despierta no paraba de hablar y de ver lo que ocurría a su alrededor-Por cierto ¿Podrían decirme qué significa de esa palabra que dicen mucho? Esa que comienza con F , ¿Es una clase de juego?

Ayato volvió su extasiada expresión hacia Dante cuando éste se abalanzó de forma repentina sobre ellos. Hizo lo posible por disimular el placer que le provocaba el beber sangre de un cuello tan joven y limpio. Tuvo que carraspear un poco antes de retomar el habla, pero el rubor que momentáneamente adquirían sus mejillas al alimentarse no desapareció.

- ¡Pi-piérdete! N-no quiero que me pegues algún bicho... - la negativa fue rotunda al oír el ofrecimiento, pero lo que más le irritaba era tenerle encima en una situación como esa. No había podido hacer nada para evitarlo, para su disgusto Dante era rápido e impredecible. Los cuerpos de ambos estaban interrumpidos por la presencia de la mujer, quien en ese entonces seguía con la consciencia desvanecida.

¿Beber su sangre? Era una locura, ¡estaba demente! El dhampiro evitó mantener contacto visual con él pero entonces una idea atravesó su mente: ¿no le permitiría eso averiguar un poco más acerca de la especie de Dante? Una probada, era todo lo que necesitaba para desmentir o corroborar sus conjeturas.

- ...Tsk, vale, vale...pero sólo una vez - dejó escapar en un gruñido resignado y casi imperceptible, pero lo suficientemente audible para seres sobrenaturales como ellos. A penas dijo esto una voz femenina intercedió la escena:
- Volviste a alimentarte de mi, ¿cierto? - Era Zephaniah, quien parecía querer incorporarse en medio de esa fraudulenta escena.
- Al fin despiertas... - Ayato volvió la mirada hacia ella, sorprendido, aunque en el fondo estaba aliviado de no tenerle muerta en su regazo.

Entre comentario y comentario Zephaniah buscaba incorporarse, un deseo bastante iluso de su parte, ¿acaso no se daba cuenta de la situación en la que se encontraba? Su última frase fue la gota que rebalsó el vaso, Ayato intentó disimular la pronunciada erección que empezaba a formarse en su entrepierna. Le jodía estarse excitando en un contexto tan desagradable como ese, teniendo a otro tipo encima de su presa. Sólo desvió la mirada, secretamente avergonzado.

- Por cierto, ¿podrían decirme qué significa de esa palabra que dicen mucho? Esa que comienza con F, ¿es una clase de juego?
- Já, creo que puedo ayudarte con eso - dijo divertido, emitiendo un tono de voz ronco, momentos antes de asir el brazo de Dante y observarlo con intensidad. En medio de ese 'abrazo' tan particular que sostenían los tres, Ayato acercó la muñeca del muchacho tatuado hasta sus fauces, deteniéndose momentos antes de clavar el filo de sus colmillos en su piel. - Oi, ¿puedes voltearte? Necesito algo de estimulación para morder a este imbécil... - se dirigía a Zephaniah, quien aún le estaba dando la espalda - venga...basta con que me abraces... - más que una petición, sonaba a orden.

No pienso hacer esto sin al menos sacarle provecho a la situación.

Joder, creo que ni se bien como describir la expresión que vi en el pelirojo ese cuando se alimentó, I mean, ya había oído y leído en muchas partes eso de que los vampiros son jodidamente sensuales, pero eso quedaba corto al momento de presenciar una escena como esa con tus propios ojos. Por mí, me lo violaba ahí mismo, aunque bueno, es solo un decir, la rotunda negativa y comentarios estúpidos eran totalmente predecibles viniendo de él, y eso que en total no tenía sino unas horas compartiendo con él.

“No seas estúpido, no puedo pegarte nada.”

Aseguré confiado en ello, y es que pese a mi vida libre y descontrolada, sexualmente hablando, en mi puta vida me había pegado ni el más mínimo “bicho”, pero entrar a explicar algo como eso era difícil, y en verdad, creo que él de todos modos no lo creería. Bajo ese pensamiento fue que me tomó por sorpresa su repentino cambio de idea, aceptando la oferta como si con ello pudiera dejarme tranquilo. “Solo una vez” me sonaba a tacañería, pero no iba a reclamar cuando al menos se había abierto una oportunidad. Oh wait. ¿Y si a este idiota le daba por matarme? No, la chica no había muerto, porque de hecho, ahora mismo comenzaba a hablar, y según él, mi sangre no le era tan apetecible… ¿Pero entonces porqué de pronto había…? AH! JODER! A LA MIERDA! Que Bobby Jackson se encargue de pensar en los detalles del misterio, yo voy por lo bueno!

“Trato hecho.”

Murmuré en el mismo tono, inaudible para la chica que comenzaba a hablar como si en su puta vida hubiese estado desmayada, peor aún, como si le diera igual estar o no desnuda entre dos chicos. No iba a mentir, ella no dejaba de causarme sorpresa por su grado de inocencia (o tal vez era idiotez) como para no darse cuenta de que el frio era cosa de segundo plano. Nada que decir, respecto a su última petición, hasta yo sentía vergüenza ajena por tener que explicar algo tan básico como la palabra “follar”, pero ayato se la sacó de oro.

Los colores se me subieron al rostro cuando el otro tiró de mi mano y pareció prepararse para morderme de un modo rápido, como el tramite detestable que no quería hacer. ¿No se supone que tenía que ser un poco más… estimulante todo eso? Ah, uno que no tiene nada de fino puede darse cuenta de esas cosas, era sorprendente que el vampiro de pronto resultara tan banal.

“Hey, wait.” Frené mi mano y lo miré desde arriba, soportando mi peso contra el sillón con la mano contraria. “Ustedes dos me deben algo, y van a pagarme con mi pequeño capricho, aquí y ahora. ¿Ok?” De pronto mi libido se había disparado al cielo, sentía mi mejilla comenzar a picar y mis ojos reaccionar con la ola de excitación que la sola idea me daba.

“Vamos a jugar” Miré a la chica con una sonrisa pícara y no necesitarás tu ropa para eso dear.” Me incliné y deposité en su mejilla un beso, con la mirada clavada en el pelirojo.

“¿No te van los chicos, no? ¿Entonces porque no disfrutas un poco antes del trago amargo? Si me muerdes en tu éxtasis no debería ser tan malo, no?”

Inconscientemente mi voz, mis palabras y todos mis gestos se volvieron una tentadora invitación y sin esperar a que la muchacha accediera a la petición del otro sujeto, la tomé y la volteé hacia él. Por mi parte me quité la camisa, dejando solo la polera negra sin mangas y acto seguido me posicioné en la espalda de la chica, pasando mis manos por su cintura, subiendo suavemente hacia sus exuberantes pechos. WOW, what a big size.

“¿Y bien? No creo que tengan quejas si el pago es barato y encima la podemos pasar bien.” Y esta vez le hablé a ella en su oído. “Te haremos sentir bien my dear, no preguntes, solo juega con nosotros.”

Ok, sí, de pronto la idea me pareció la mar de buena, la chica estaba desnuda, ahora despierta, el tipo tsundere quizás accedería con ella de por medio y yo, saciaria mi curiosidad y mi subida hormonal de la mejor forma posible. Ya hace bastante que no hacía un trio y esta parecía una muy buena oportunidad para ello!