Bienvenida a mí casa, mi princesa [con Andrea Laakkonen] (+18)

-Puedes venir todas las veces que quieras –Le susurra con una sonrisa.

Mientras ella se cambia, Sora enseguida le da la espalda para no verla cambiarse a pesar de que Andrea se había girado también para no avergonzarla, pero la morena en verdad se podría ruborizar con cualquier cosa que hiciera la rubia. Cuando la escucha decir que ya está lista, se gira para verla con una sonrisa y acercarse a ella.

-Y bien, ¿te llevo a casa o quieres quedarte un rato más? –Pregunta al acordarse de que la rubia tenía que hacer cosas varias, igual que ella tiene que preparar las cosas para mañana con sus clases.

Le besa en la frente mientras le pide que espere, pues tiene que ir a su habitación para poder coger los cascos. A los pocos minutos baja hasta la entrada principal, que es donde se calza y coge sus llaves que están en un cubo de cerámica. Abre la puerta y sale con ella para dirigirla hasta donde la moto, que está al lado de la casa; al ser un vecindario seguro, esas casas no necesitaban de parking propio alguno, con un espacio bastante amplio suficiente.

-Creo recordar que a la hora del almuerzo dejan que los familiares y parejas vayan a la escuela, y los días especiales todo el día –Le comenta extendiéndole un casco mientras se coloca el suyo- Bien, dime dónde vives para poder llevarte –Le dice riendo suavemente al no saber donde vive.

Sube a la moto y espera a que su pareja se suba y se agarre correctamente antes de arrancar la moto y llevarla hasta donde vive.

Se abrocha el casco para que este no se moviera, igual que la rubia hace lo mismo. Siente como sus brazos rodean su cintura, haciéndole sonreír mientras le da una suave caricia a una de sus manos cuando se la toma, haciendo memoria de donde le dice que vive.

-Está bastante cerca… Bien, agárrate bien –Le dice soltando su mano para bajarle el cristal del casco para que el aire no moleste a sus ojos y hace lo mismo con el suyo.

Arranca la moto y empieza a conducir dirección a los apartamentos Il Sole, cuales tal como había dicho su rubia, en unos 10 minutos estarían. Al ser domingo no había mucho tráfico, pues si hubiera sido otro día se hubieran tardado un poco más.