Andrea Laakkonen

Desconoce su origen o nacimiento ya que desde que era un bebé fue dejada afuera de una casa en un pequeño poblado cerca de Helsinki. La pareja ya era mayor y sus hijos estaban fuera de la ciudad en la universidad, pero eso no evitó que la hayan adoptado y criado con amor. Su madre se dedicaba a atender una biblioteca, mientras que su padre era maestro de música en una escuela cerca de su casa, por lo que creció rodeada de libros y clases de canto, piano y violín.

Ella no sabía que era un ángel hasta que ella y su familia lo descubrieron en su octavo cumpleaños, cuando sus alas sorpresivamente aparecieron en ella. Sabiendo esto lo tomó como una “bendición del cielo” para su familia adoptiva. Aunque también parecía ser una maldición, pues una vez un demonio se atrevió a lastimarla a ella y sus padres, pero fue rescatada por otro misterioso ángel, el cual no pudo saber su nombre, ni ver su rostro. Y para no hacer de menos, también empezó a desarrollar una parte licántropa en ella: orejas, cola, en ocasiones sus brazos y piernas adquieren garras, incluso hasta transformarse totalmente en un lobo blanco. Con un poco de práctica logró controlar sus transformaciones, pero siente que todavía hay una parte feral que podría desatarse…Algo que Andrea teme.

Continuó su vida tranquila hasta ir a Nueva York a estudiar música. Si bien deseaba entrar a Broadway, logró algunos papeles menores y presentaciones en clubes locales. Ahí se enamoró de una chica con quien pasó algunos años maravillosos, tanto que ella le había propuesto matrimonio a la joven Andrea. Pero, inexplicablemente, su prometida no se presentó, y Andrea quedó plantada en el altar.
Con el corazón roto, volvió a casa a cuidar de su padre que había enfermado, hasta que año y medio después él empeoró y falleció. A pesar de esta tragedia, su familia continuó adelante y le sugirió que era tiempo de volver a “volar lejos del nido” y rehacer su vida, que siempre los tendrá a ellos para apoyarla. Fue así como decidió buscar un nuevo horizonte que la dirigió a Glass City, para dedicarse a lo que más ama: la música.