Clave de sol [Privado]

Momoka al escuchar su comentario no sabía porque las palabras de Maeno-kun sonaban algo distantes y como tristes, esa fue su impresión en ese momento pero luego movio su cabeza de un lado a otro, como negando esa idea.

- Veo que tenemos el mismo pensamiento - dijo ella feliz mientras se acercaba un poco más a Maeno-kun y tomabas sus manos - Tal vez eres como un otro yo pero versión hombre - dijo en forma de broma para alegrar a Maeno-kun para luego mirarlo de forma como divertida - pero veo que mi contraparte - dijo como en forma graciosa para tratar de sacarle una sonrisa -  se llevo todo lo bueno, no como yo - dijo mientras se levantaba del asiento - ahhh - dijo en un suspiro - mi otro yo version hombre heredo todo lo bello que tiene madre, sobre todo su cabello rosado - dijo ella, se dio una vuelta para escucharle.

-ahh??- dijo al escuchar su comentario, se ruborizo al instante - pero que dices?? - dijo nerviosa mientras colocaba sus manos en su rostro como tratando de ocultar su pena - yo vine aqui a cumplir mis sueños de la forma mas honrada posible, nunca haría algo en contra de alguien para aplastar sus sueños o aplastar su oportunidad, eso no va conmigo - dijo mientras miraba a Maeno-kun.

 - yo lo unico que quiero es que las personas sean felices como mis canciones y yo estoy feliz por haber entrado en este maravilloso lugar - dijo ella - ya que he conocido muchas cosas que no conocía y he escuchado la melodía de distintas personas, las cuales han cautivado mi alma y la han echo estremecer, al igual que emitir una calidez - dijo - como lo ha hecho tu canción- dijo mientras un rubor en sus mejillas se dibujaba mientras miraba a Maeno-kun a los ojos - por eso me siento muy feliz y siempre sonrío, ya que todavía no puedo creer que estoy aqui ... - hizo una pausa - siento que es un sueño y que en cualquier momento voy despertar y me dare cuenta que estaré encerrada en esa jaula - dijo esto con voz apagada mientras su vista se perdía en algún punto indefinido de las paredes.

No aparté mi vista de ella, a diferencia de mí se gastaba las palabras que quería sin grandes tapujos. Pero me agradaba... Su inocencia, sus gestos, su todo. El brillo que agudizaba su mirada y la naturalidad con la que esa sonrisa se trazaba en su rostro me encandilaban, todo en ella era tan auténtico que era imposible no contemplarla en silencio, con una boba sonrisa en la cara. La sola acción de observarla me hizo olvidar durante un instante lo miserable que es este mundo y su gente.

De cuando en cuando sentí una ligera molestia, una sensación que conseguía erizar mi piel y endurecer mi entrepierna. Oh no, aquél zumbido regresaba, acompañándose de esos sórdidos pensamientos.

¿Por qué me observas de esa forma? ¡¿Por qué insistes en llamarme por el apellido?! Si me miras así... ¡Si me miras así no responderé por mis acciones!

Cállate de una vez. Vuelve a centrar tu atención en la charla, ahora.

– ¿Jaula? Esa no es la mejor forma de llamar a un hogar... – quise comentar para reintegrarme a la realidad, sin poder ignorar sus últimas palabras. Su semblante lucía un tanto más apagado que hace un momento... ¿Acaso hice algo malo? No, no he dicho nada hasta este momento, solo le he escuchado con la fascinación grabada en el rostro... Oh, mierda, ¿se me notará demasiado lo baboso? – Senpai... ¿Está usted bien? – Quise parecer preocupado... Parezco preocupado, estoy seguro. Debo hacer ver como que la del problema es ella y no yo.

Al escuchar a Maeno-kun mencionar la palabra Jaula me hizo volver a la realidad de una forma dura , tambalee un poco al escuchar esa palabra de su boca , coloque mi mano en mi cabeza como tratando de guardar el equilibrio mientras contra mi otra mano me afirmaba con el piano , movi mi cabeza de un lado a otro , como tratando de despertarme.

-tienes razón no puedo llamar a mi hogar así - dije sonrientemente mientras miraba a Maeno-kun , debía borrar esos  recuerdos dolorosos y disfrutar el presente tal como es - Si me encuentro de maravilla - dije mientiendome a mi misma , aun sentía ese temblor en mi cuerpo  es solo recordar esos años de completo aislamiento por temor de que me dañara por ser la princesa de Deviluke, la idea de estar encerrada de nuevo en una jaula me estremecía todo el cuerpo , coloque mi mano alrededor mío abrazandome como tratando de generar calor y tranquilizarme - hace un poco de frío - dije como tratando de que no se diera cuenta de mis problemas internos y era verdad tenía frío ...demasiado frió...

Mire el reloj hacia un lado - OH NO! - dije mientras colocaba mis manos en mi cara en forma de cuadro grite - ya es tan tarde? - dije mirando la hora del reloj.

Su reacción me desconcertó. Estaba fingiendo, no podía creer que incluso una chica como ella pudiera fingir, aunque lo hacía terriblemente mal... ¿Lo hacía para no preocuparme? ¿Lo hacía para no adentrarse más en el tema? ¿Acaso no confiaba en mí?

Quiero saberlo... ¡Quiero saberlo!

No parecía que estuviera bien, en lo absoluto, pero ¿qué podía hacer yo si ella así lo decía? ¿Tratarla de mentirosa? No, no quiero que se sienta incómoda en mi presencia, no quiero que me odie. Simplemente cederé a lo que me dice, le creeré aunque mi instinto me indique lo contrario. Quizás algún día consiga ser lo suficientemente cercano como para que me cuente sus problemas y temores, por el momento solo puedo asentir y sonreír.

Eso hice. Me sentí triste de mentir por primera vez en mucho tiempo.

– Deberíamos volver a nuestros respectivos salones – comenté al notar su sorpresa por la hora. Abandoné el sitial del piano y hundí una mano en mi bolsillo, un tanto divertido por su reacción. – Nos regañarán, llevamos bastante tiempo de retraso...

No quise mencionar que el timbre había sonado hace más de veinte minutos, quizás me recriminaría el hecho de no haberle avisado al respecto. Me volví hacia ella, observándola en silencio durante un breve instante... Me sentía un tanto desolado por tener que dejarle.

- Ohh en eso tienes razón - dije con el rostro expresando tristeza pero después recorde algo, comence a buscar en los bolsillos de mi chaleco algo, hasta que encontre mi celular, toda exaltada y con la respiración completamente agitada por mis máximo esfuerzo de encontrar lo más rápido que pude - Podriamos  intercambiar numeros - dije con un rubor en mis mejillas, mientras lo miraba - ah si quieres puedo darte mi numero, si no quieres darme el tuyo - dijo ella mientras entendía que podía estar la opción de que el no quisiera dar su numero a una completa extraña - Asi nos mantendremos en contacto y te informare como va el avance del proyecto que me has encomendado - dije con una sonrisa en mi rostro.

Al escuchar la palabra regaño - OTRO REGAÑO - dije con sopresa recordando que ya me había llevado un reto por la situación en la playa con el idiota de las dos caras - Sera mejor que me apure - dije mientras corría en el lugar pero no me movía ningún centimetro de ahi, luego volvi a mirar de nuevo el reloj - Oh también debo llegar a casa de Yui-chan, me debe estar esperando para que después vayamos a cenar algo - dije mientras seguía corriendo en el lugar. '''Ah que hago, debo anotarle mi número a Maeno-kun pero tampoco dispongo de un papel o de mucho tiempo... que hago'' pense en mi mente mientras seguia corriendo en el lugar, hasta que se me prendio el foco, saque de mi bolsillo de la falda una pluma que tenía tinte de color rosa, tome la mano de Meano con cuidado - disculpame por esto - dije ruborizada mientras mordía  el lapiz y le sacaba la tapa con mi boca, para luego empenzar a anotar mi numero en la mano de Maeno, escribi lo mas legible posible mientras pasaba la pluma, trate de ser lo más delicada para no causar ninguna molestia, luego de haber anotado mi numero en su mano la solte con suavidad, mientras seguía corriendo en el lugar - Listo!, cualquier cosa llamame a ese numero y hablaremos, fue un gran gusto conocerte  - dije con una enorme sonrisa en mi rostro - Ahora debo irme - dije mientras me despidía y corría hacia fuera, atravece la salida de la sala pero antes de irme definitivamente del salón de música me detuve - Oh por dios la puerta! - dije en un estado de shock, me detuve en la entrada, busque en mi blusa un estuche rosado  que tenía, de el saque un destornillo y unos tornillos, levante la puerta que estaba en el suelo como si se tratara de un cuaderno, atornille  los tornillos que había roto, reemplazandolos por unos nuevos a la puerta dejandola como si mi llegada nunca hubiera estado ahi - Listo ahora si - dije mientras me iba - Matta ne Maeno-kun~ - dije mientras me iba corriendo y me despidia con mi mano.

Hablaba bastante y muy rápido, no me permitió siquiera asentir o protestar. Tampoco es que fuera a hacerlo, me encontraba un tanto embobado y... Ya saben... Duro.

Era difícil centrar la atención en lo que me decía, la verdad es que no quería despedirme de ella, situación un tanto inusual porque detesto la compañía, por lo mismo, me quedé callado y obedecí sumiso a sus indicaciones. Poco me importó que tomara mi mano entre las suyas y anotara su número de teléfono pensando que quizás yo no quería darle el mío... Bueno, esto quizás si me afectó, pero no hice nada para detenerla ni aclarar el malentendido.

La observé en silencio mientras grababa cada dígito sobre mi piel... ¿Pensará que soy un imbécil, tímido o muy callado? Igual, la primera y tercera opción son en parte ciertas.

Decía que no era primera vez que le regañaban y que una amiga le estaría esperando en casa, dos cosas que no pensé de la "chica cosplay", quien de lejos parecía ser una estudiante tranquila y sin amigos. Me daba curiosidad preguntarle al respecto y saber de ella pero no quería retrasarla más, solo sonreí y la vi alejarse hacia la puerta, la cual reparó en un abrir y cerrar de ojos, para mi desconcierto.

– Nos vemos, Senpai – fue mi respuesta a su despedida, tan simple y mundana como cualquiera, empleando un tono amigable y acompañándome de un gesto. Noté cómo su figura, su aroma y cada parte de ella abandonaba la estancia, como si estuviera viviendo una película en cámara lenta, produciéndome un inexplicable malestar.

Grabé el número de teléfono en mi móvil y, ya seguro en el interior de la base de datos, lo cerré de golpe. Pensaría muy bien cuándo establecer un segundo contacto con mi musa.

Un tanto consternado por esta nueva sensación no fui a clases esa hora, me oculté del cuerpo docente en la azotea de la academia y decidí canalizar esas emociones que iban y venían, consiguiendo la reacción de zonas específicas de mi cuerpo. Endurecían músculos, acaloraban otros y, de por sí, me generaban insatisfacción... ¿Era esto una mera necesidad? Si, necesitaba más. Saber más, ver más, sentir... Mucho, mucho más.