Clave de sol [Privado]

La inspiración suele invadirme en contextos completamente inadecuados, siempre que me encuentro en medio de las clases que dictan los profesores advienen a mí nuevas ideas, justo en ese momento que vuelvo distraídamente la vista hacia la ventana. Odio que me suceda siempre lo mismo. Ese día cierta melodía repercutía en mi cabeza, necesitaba plasmarla cuanto antes en el papel sino se me olvidaría, ¿cuántas canciones he perdido ya de la misma forma?

Confío demasiado en mi memoria, en serio.

Por el mismo motivo, apenas sonó el timbre del descanso decidí ir directo a la sala de música, la cual, por suerte, se encontraba desocupada. Me senté sobre el sitial del piano que protagoniza esa estancia, como poseído por una sola idea: tocar la maldita canción y escribirla. Hice un breve repaso a los pentagramas que hice sobre mi cuaderno de idiomas, parecían garabatos hechos por un niño de primaria pero al menos me ayudarían a recordar cómo empezaba la melodía en cuestión.

Me acomodé mientras retiraba la tapa del piano, respiré de forma pausada y me dispuse a deslizar mis dedos sobre el instrumento. A menudo necesitaba ordenar mis ideas en ausencia de cualquier compañía. No, más bien, las únicas instancias donde podía ser yo mismo se hallaban en soledad.


Una vez finalizada la canción, me quedé observando el vacío, en silencio, secretamente irritado por saber que jamás existiría una voz digna de mis composiciones. A que soné un poco arrogante, pues lo soy, solo que nadie lo ha notado. Prefiero esconderme bajo la fachada del estudiante modelo.

En mi tiempo libre me he dedicado a escuchar a mis compañeros, incluso a los alumnos de cursos superiores, y aún si hay un par de personas que merecen mi atención por su gran talento vocal no consiguen contagiarme con su chispa. No me fascinan y soy de esos tipos que viven de fascinaciones.

Apoyé mis brazos sobre las blancas teclas, produciendo un sonido seco y uniforme, para luego recostar mi cabeza entre ellos.

Se encontraba recorriendo los pasillos de la escuela Musette, como le encantaba deambular por esos pasillos, era algo que le daba tranquilidad a pesar de que de repente se perdiera por ahí... eso le pasaba a menudo.
Camina con pasos tambaleantes, mientras su cola que terminaba en corazón iba de un lado a otro con un meneo divertido, de repente sus oidos escucharon una melodia... al principio era muy tenue casi poco percibible... asi que colo ambas manos sobre su oreja tratando de ampliar su audición. Identifico de que dirección provenia esa melodia, fue caminando hacia esa dirección primero con pasos lentos, fue avanzando cada vez más rapido, como si estuviera hipnotizada. Se dio cuenta que llego a una escalera, la subio primero caminando a paso rápido, llego al segundo piso, noto que la melodia se hacia cada vez mas y mas fuerte, se puso a correr más rapido ya que sentía que esa melodia se iba a acabar en cualquier momento. Corrio y corrio por los pasillos, que ahora se le hacían eternos.... hasta que por fin llego a la sala de donde provenia esa tonada. Abrio la puerta de par en par, no midio su fuerza y la puerta se salio.

Observo sala hacia todos lados, su respiración era agitada, hasta que encontro el instrumento ''un piano'', luego observo que había alguien que estaba tendido sobre las teclas del piano, aun con su respiración entre cortada y con las mejillas coloradas.

- que hermosa melodía ~ - dijo aun en el marco de la puerta con la puerta tirada en sus pies, le costaba recuperar el aire, - tu la compusiste? - dijo acercandose al chico que estaba tendido en las teclas del piano. Se agacho un poco para estar a la altura de su cara mientras se afirmaba del piano.

Un estrepitoso sonido me despertó de mis ensoñaciones. Alterado, me incorporé a ver qué demonios había ocurrido, aquél ruido había sido demasiado fuerte como para ser un simple portazo. Pero antes de que pudiera prestarle atención a su origen, mi mirada se posó sobre los orbes ambarinos de una extraña joven que se encontraba ante mí.

Me alejé bruscamente, como por inercia.

¡¿Hace cuánto que estaba allí?! ¡¿Acaso ella me escuchó tocar?!

– Qué... ¿Qué fue ese ruido? – Pregunté, alterando ligeramente mi tono de voz y desviando el tema de la canción. No quería hablar de ello, prefería enfocarme en otros asuntos antes que comentarle a una entrometida al respecto. Me dirigí hacia la puerta, la cual, extrañamente, se encontraba desplomada en el suelo. Ante esto me volví hacia la chica, sin contener mi impresión. – ¡¿Se encuentra usted bien?! – Era evidente que las bisagras de la puerta se encontraban en mal estado o algo aflojadas, de manera que cuando la abrió ésta se zafó de su lugar; me dirigí inmediatamente a ella, acercándome unos pasos con notoria preocupación.
– Le informaré a un profesor de esto... Qué incompetencia... – comenté algo irritado, mientras le observaba con un poco más de atención.

Las líneas que dibujaban sus facciones me resultaban agradables, creo haberla visto antes rondando por la escuela. Ya, si no me equivoco es de segundo, y por la extraña cola que disfraza debe ser la chica cosplayer. Es un rumor un tanto difundido en la escuela pero jamás creí que llegaría a interactuar con este fenómeno ni mucho menos que oiría una de mis melodías. Me siento un tanto ofuscado por ello, espero olvide el asunto y se marche en paz.

Momoka al darse cuenta de la reacción del chico por su entrada tan estripitosa ''oh de veras ...fui yo quien derribo esa puerta... debo aprender a medir mi fuerza '' dijo mientras se regañaba interiormente - Pues si...- dijo algo nerviosa y con una gota de sudor recorriendo su frente - las puertas de hoy en día ya no estan tan fuerte como antes - dijo tratando de cambiar el tema - usted? - dijo señalandose con su dedo indice - ahh a todo esto, prefiero que me digas de otra manera en vez de usted, no se porque pero me hace sentir como si fuera algo mayor- dijo con una sonrisa - Soy Momoka Rito de segundo año, encantada de conocerte - dijo esbozando una sonrisa - tu música es muy bella- dijo cerrando sus ojos y colocando su mano en su pecho - me genero una sensación de calidez ... por así decirlo...  sentía que si se iba esa música se me acababa el aire - dijo, luego abrio los ojos y se dio cuenta de las payasadas que decía - por favor... no tome en cuenta mis comentarios tontos, y me disculpo - dijo haciendo una reverencia de disculpa - por haber entrado sin permiso aca, lo mas probable es que te haya molestado en tu momento de descanso - dijo para luego acercarse un poco a él y observarlo mejor - eres alguien - dijo ladeando su rostro - muy interesante...- dijo - no solo tu música, algo en ti - dijo mientras acercaba su mano al cabello del chico, lo acariciaba como si fuera algo asi como su mama...

Momoka se dio cuenta de su reacción, alejo su mano - Oh disculpa no quise... me disculpo por mi imprudencia  - dijo toda ruborizada, moviendo sus manos de un lado a otro - sera mejor que vaya a arreglar esa puerta

Era curioso que no me permitiera tratarla de 'usted', no manteníamos ningún lazo que impidiera tal formalidad, además, tras su presentación confirmé que se trataba de alguien mayor que yo. Aún así asentí en silencio ante su petición, sumiso. Rito-senpai parecía dispuesta a insistir con el tema de mi canción, asunto que me molestó secretamente. Me limité a cruzarme de brazos y desviar la mirada a un punto vacío del salón.

No era necesario que me elogiara tanto, odio a quienes hacen eso de buenas a primeras con la esperanza de agradar. Soy consciente de la perfección métrica de mis canciones, lo que a mí me falta es otra cosa, algo que una chica como ésta nunca entenderá aún si se lo explico, hubiese preferido una simple crítica o un abucheo de su parte.

Por supuesto, no le dije nada de esto, no le dije nada. Resté ante ella en silencio y solo me volví cuando pareció retractarse de sus comentarios, al juzgar por su actitud creí que se marcharía pronto, sin embargo su acercamiento repentino me descolocó.

Eres alguien muy interesante.

Mis músculos se paralizaron, perdí los estribos de mi propia cabeza en el instante que ella me observó con intensidad. Solo en ese entonces le presté mi completa atención, incluso ignoré el asunto del piano y el tema en cuestión, me quedé mirándola por una fracción de segundos en la que todo mi universo cambió. ¿Podría haber sido a raíz de su comentario? ¿O era la mano que ahora acariciaba mi cabeza? No lo sabía, no entendía cómo mi impresión de la situación había dado un vuelco tan fuerte. El aroma de Rito-senpai me alcanzó, era dulce y embriagador, captarlo consiguió endurecer una erección en mi entrepierna.

Esto no es bueno, no lo es...

Sin abandonar la sorpresa que se dibujó en mi rostro, extendí una mano hacia ella y la detuve, sosteniendo su brazo de forma delicada pero firme.

– ¡Maeno Raito, de primer año! – Me presenté con las mejillas encendidas, suplicándole con la mirada que no se marchara. – Es... un placer... – murmuré tímidamente, liberándola de mi agarre.

Momoka estaba apunto de avanzar pero sintio como una mano la detenía, por la reacción del chico al escuchar que el se presentaba se dio media vuelta y tomo con sus dos manos la mano del chico - Mucho gusto en conocerte Maeno-kun - dijo con una sonrisa - el placer es mío - dijo muy feliz mientras acercaba un poco su rostro - sabes, me has hecho muy feliz, es la primera vez que conozco alguien menor que yo, eso significa que soy tu senpai - dijo moviendo los brazos del chico mientra lo tenía sujeto - TENGOO UN KOUHAI!! - dijo emocionada mientras saltaba de arriba hacia abajo con las manos tomadas del chico.

Luego se dio cuenta de su actitud algo inmadura, dejo de saltar mientras seguia tomando la mano del chico y un enorme rubor se dibujaba en su rostro - perdona por eso - dijo algo apenada - entonces no te molesta mi presencia? - dijo preguntándole mientras ladeaba su rostro hacia un lado mientras le observaba con sus ojos, luego de eso se dio cuenta que tal vez estaba siendo intimidante asi que solto sus manos y volvió a disculparse - perdón por eso también - dijo algo apenada pero después lo miro de nuevo - pero es que no puedo evitar estar feliz - dijo esto último mostrando una sonrisa en su rostro y un pequeña lágrima salía de su ojos mientras su cara mostraba un leve rubor.

Me tomó con cierta imprudencia, su emoción no daba cabida a esa presentación tan sencilla, ¿o si? Esta era la primera vez que me encontraba de frente con una muchacha tan efusiva y espontánea, brincaba de un lado a otro por la sola idea de tener un kouhai.

¿No la hacía eso un poco linda rara?

– Le llamaré Senpai a partir de hoy... Ya que eso le hace feliz – respondí con sencillez, intentando disimular mi voz temblorosa, sin conseguirlo.

Ah, la contradicción acaba de llenarme otra vez... De todas formas, aún si me parece un comportamiento del todo inadecuado, ¿por qué mi pecho no deja de golpear con fuerza? ¿Por qué no puedo apartar la mirada de su sonrisa? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en este simple contacto que nos une? Tengo calor, me siento mareado, necesito un refresco y golpear algo con mucha fuerza, la presencia de esta mujer me confunde pero tampoco quiero apartarme de ella. No es lo que suele pasarme con otras chicas, no es como si quisiera hundir mi nariz en su entrepierna o amarrarla de pies a cabeza... Es algo mucho más fuerte.

– ¡Claro que no! Puede quedarse si lo desea... Yo... Solo estaba tocando una canción que se me vino a la cabeza en medio de la clase... Nada importante. – Me sinceré con ella, ¿qué más daba? Se quedaría a mi lado después de todo y la idea no me desagradaba para nada. – Para serle honesto, no creí que alguna vez conocería a la chica cosplayer en persona, es usted mucho más agradable de lo que pintan los rumores – comenté, esperando no fastidiarle.

Al escuchar sus oidos la palabra senpai sintio como una enorme felicidad invadía su cuerpo, no podía no saltar, su cola se meneaba de un lado a otro - suena tan lindo - dijo ruborizada mientras colocaba sus manos en las mejillas.

Luego al escuchar que podía quedarse - nada importante - dijo ante su comentario - no deberia decir eso, Maeno-kun - dijo como regañandole pero de forma tierna - cada canción que uno crea es algo muy bello, es porque quieres transmitir algún sentimiento o mensaje que sentiste - dijo dandole su opinión - no debería nunca darle esa palabra - dijo ella, se acerco un poco como para contarle algo - te pasan cosas malas - dijo recordando un pequeño trauma que le había sucedido cuando niña.

Luego al escuchar su comentario... no parecio agradarle las palabras con las que la había etiquetado pero trato de disimular su tristeza con eso de la ''chica cosplayer'' - oh muchas gracias - dijo feliz como mintiendose a si misma - Me alagas Maeno-kun - dijo ella feliz - pues aveces la aparencia engaña

Luego ella camino hacia el piano y se sento en la butaca, deslizo sus dedos por las teclas...solo pudiendo emitir un pequeño tono que había escuchado de la hermosa melodía había compuesto Maeno-kun... ella tarareo la tonada... pero la unica frase que pudo formular mientras cantaba fue - Baby please don't go ~ - canto ella, luego de eso miro a Maeno-kun con una pequeña sonrisa y un rubor en su rostro - jejeje - dijo riendose - es la unica frase que se me vino a la cabeza... cuando pense en tu canción

¿Mensaje? Ella decía cosas muy singulares, cosas que había escuchado con anterioridad pero que jamás presté suficiente atención. La letra de una canción es algo que solo quien la cante puede escribir, es lo que se requiere para crear un vínculo con algo no compuesto por uno. Al escribir música no pienso en expresar algo en particular... Después de todo, no hay nada que las palabras puedan decir por mí. Todo consiste en la intensidad, el ritmo y los bemoles correctos para hacer de una melodía algo bello. Si, es un buen método para desahogarse y dejar fluir las ideas con libertad, pero jamás he pretendido dar un mensaje.

Quizás, solo quizás, es eso lo que me hace falta. Un mensaje

Observé un ligero cambio de expresión en ella, ¿habré dicho algo malo? Le seguí con la mirada en silencio, temeroso de preguntar.

Una tonada interceptó en mis pensamientos, mi tonada... Replicada en su voz. Reconozco que en mi mente figuraba siempre un timbre mucho más dulce interpretando mis canciones pero de alguna forma el suyo encajaba a la perfección. Pude deleitarme al escucharle unos segundos y comprendí que era una especie de complemento, lo que me faltaba estaba justo ante mis ojos y había llegado a mí como por accidente.

– ¡Por favor, continúe improvisando! – Le pedí apenas se detuvo, acercándome a ella casi de forma invasiva. No me importaba suplicarle si era necesario. Poseído por la idea de escucharle cantar mi canción me senté a su lado, acomodando mi postura ante el piano.– Por favor, tocaré una vez más para usted, solo cante lo que se le venga a la mente... Da igual si balbucea... – hablé acelerado mientras empezaba nuevamente a tocar.

Momoka cuando termino de cantar esa pequeña estrofa estaba apunto de levantarse cuando de repente vio acercarse a su pequeño Kouhai, sentandose al lado suyo, ella lo miro a sus ojos observo que no le había desagradado su pequeña improvisación, le pedía que continuara. Esta idea le dio un poco de pena pero a la vez se sentía muy feliz, vio como el chico se sento al lado suyo y colocaba sus manos en las teclas del piano, estas empezaban a tocar... ella solo pudo asentir a su petición - de acuerdo Maeno-kun, tratare de hacer mi mayor esfuerzo... - dijo mirandolo con ojos decididos.

Cuando apenas escuche como sus dedos comenzaban a volver a resonar esa melodía, mi corazón parecía que volaba con cada tonada que emitía el piano, no podía evitar que mi cola que se encontraba detrás de nosotros no se balanceara de un lado a otro... no sabía en que momento debía a empezar a improvisar, pero algo en el cambio de la tonada me dijo debía empezar a cantar, al principio solo balbuceaba un poco y podía solo decir alguna palabras como...


No tenía ninguna conexión lo que decía, pero estaba segura que esa frase le pertenecían a esas tonadas... mientras seguía avanzando balbuceaba un poco como tratando de seguir la canción, cuando hubo cambio de tonada fue donde el foco se le prendió y las palabras aparecieron casi como si estuvieran siempre en su cabeza y canto casi instintivamente, mientras miraba como Maeno-kun tocaba, era como si la cantara para él.

Me pregunto si alguna vez, fuera de hoy, de este momento, me permití divertirme tanto.

Componer me parecía tan natural como respirar, jamás me detuve a cuestionarme demasiado al respecto, de un momento a otro aprendí a tocar un sinfín de instrumentos y me vi con la obligación de sacarle partido a mi talento. Mi único objetivo era salir de esa casa... Lejos de esa mujer.

La campana del receso ya había sonado pero yo seguí con mi interpretación, ignorando las clases, centrándome en la persona que estaba a mi lado y no en el orden del pentagrama dibujando en mi mente. Me deleitaba oír su voz improvisando palabras en inglés, me sentí en la gloria... ¿Sería esta una nueva forma de querer coger con alguien? ¿Por qué me gustaba tanto percibir el dulce aroma de una completa desconocida tan cerca de mí? ¿Desde cuándo ésta se había convertido en una canción de amor?

Ah, me siento como un crío...

– Senpai... ¿Le gustaría cantar para mí? – Pregunté tímidamente al acabar la canción, retiré mis manos del instrumento y me volví a ella con un rubor. – He estado buscando por mucho tiempo una voz que llene el vacío de mis canciones... – Ahora que la había encontrado no querría soltarla jamás.

Cuando acabo la bella melodía me senti mas feliz porque había podido escuchar y ver como la interpretaba Maeno-kun, su forma de tocar cada tecla generaba una calidez en mi corazón

-yo?? - dije como si fuera en forma de pregunta mientras colocaba mi dedo indice señalándome a mi misma, como no creyendo lo que decia Maeno-kun, di un par de parpadeos, comprendiendo que si era a mi quien estaba pidiendo eso, mi corazón se lleno de una enorme felicidad, mientras mi cola se meneaba a un lado a otro, no podía creer que alguien me estaba pidiendo que interpretara sus tonadas, la música que el companía era maravillosa

- Me siento halagada Maeno-kun - dijo mientras colocaba sus manos sobre las de Maeno tomandolas - me haria muy feliz cantar para ti -dijo con una sonrisa - estoy a tu cuidado Maeno-kun

Incluso un tipo como yo pudo notar cuán contenta se encontraba ante mi propuesta. Estaba siendo sincera, cosa que rara vez ocurre en las mujeres de hoy.

El único problema residía en mi propio autocontrol, ella no dejaba de decir 'Maeno-kun', consiguiendo erizar mi piel y paralizar mis sentidos. Muchas chicas de mi salón me llamaban así, ¿por qué con ella reaccionaba diferente? Ya detente, un zumbido en mi cabeza me está molestando, deja de llamarme así o tomaré tu cuerpo aquí mismo, llenaré de nuestros fluidos las pulcras teclas del piano y te obligaré a llamarme por mi nombre... Decir algo así me costaría una repentina bofetada y su odio eterno, debo comportarme.

Aparenta, Raito.

– Ah, qué bien... – respondí sonriente, sin esbozar atisbo alguno de la serie de sentimientos que me recorrían en ese preciso instante. – Quisiera que éste fuera nuestro primer trabajo en conjunto, la letra es algo que suelo dejar a la persona que canta, así que... ¿Cree que pueda escribirla? Lo que hizo ahora está muy bien encaminado, aunque no soy un tipo especialmente romántico, hahaha. – Estaba intentando retenerla un poco más a mi lado antes de que un profesor o auxiliar nos hallara escaqueando clases en el salón de música.
– Senpai, ¿por qué decidió entrar a esta academia?

Hacía años que no me sentía tan patético como ahora.

-de acuerdo - dijo acercandose a él mirandolo fijamente a sus ojos - Yo, Momoka Rito, prometo dar mi mejor esfuerzo y escribir una buena canción que cumplan con las expectativas de tu música y prometo no defradaurte, Maeno-kun - dijo decidida, luego de eso escucho su pregunta, ella puso su dedo indice tratando de recordar porque había querido entrar a la escuela Musette y un recuerdo se le vino a la mente.

- pues eso - dijo acercandose a él mientras miraba las teclas del piano - fue por una canción que escuche cuando era niña- dijo cerrando sus ojos mientras recordaba.

Ella era pequeña y como la princesa y la unica heredera del trono de los Deviluke estaba siempre muy bien cuidada y muy limitada, siempre andaba en entrenamiento o en clases, no se le dejaba jugar afuera del palacio por que tenía miedo de que le pudiera pasar algo... ella se sentía como un pajaro enjaulado.

Un día estaba caminando por los pasillos del enorme castillo, entro a la habitación de su padre el Rey cuando de repente encontró entre las cosas un CD, Momoka la observo algo extrañada, fue a su pieza y busco algún artefacto que le hiciera funcionar, pero como no había ninguno que le coincidiera fue a la pieza de su padre donde encontró un objeto que si coincidía. Lo coloco ahí y luego escucho la hermosa música y esa voz, sintió como todo su cuerpo se iba de ese lugar que era su jaula y viajaba por muchos lugares, veía como ese cantante aparecía y la hacía salir de esas cuatro paredes y la llevaba por el cielo azul, mientras en su corazón experimentaba una enorme calidez, cada palabra de esa canción se introducía en su ser llenándola... y sintiéndose por fin fuera de esa jaula era un pájaro libre.

-digamos que eso me hizo ser libre y me dio a entender que una canción puede hacerte tan feliz y transmitir una serie de emociones- dijo mientras colocaba sus manos en su pecho - quiero poder transmitir eso sentimientos a la gente o darles algun mensaje para que se sientan felices consigo mismos como a mi me ocurrio - dijo sonriendole.

Luego de haber dicho coloco sus dos manos en el asiento se impulso un poco hacia adelante acercandose a Maeno-kun, mientras lo miraba con ojos de niña pequeña cuando le daba curiosidad algo - Y dime Maeno-kun, por que entraste tu a la academia Musette si se puede saber??, si no quieres decirme - dijo haciendo una pausa- te entendere y no te preguntare - dijo ella esto último con una sonrisa mientras ladeaba su rostro hacia un lado.

Sonreí ante su respuesta, ¿estaba solo siendo educada o realmente le agradaba la idea de ser mi cantante? No supe identificar la razón. No sería extraño que se sintiera incómoda ante esta situación, después de todo nos acabamos de conocer y yo he estado presionándola con mis deseos egoístas... Aún así prefiero conservar la esperanza de que esa sonrisa es real y no mera cortesía, prefiero pensar que me la está dedicando únicamente a mí. ¿Seré demasiado ambicioso con una persona de la que aún no sé nada?

Muchos de mis compañeros quieren que componga para ellos, incluso he recibido ofertas de alumnos mayores, pero esta es la primera vez desde que llegué a la academia que me siento deseoso de ser escuchado por otra persona y presumir mi talento.

Le escuché en silencio, perdiéndome un instante en su bello semblante. Sus motivaciones para hacer música eran bastante similares a las mías pero al juzgar por su expresión no contaban con la misma siniestra esencia, muy por el contrario, sus pensamientos eran puros.

A diferencia de ella... Mi música me hizo libre de una forma mucho más concreta, me sacó de mi hogar y me trajo aquí, me alejó de esa horrible mujer.
– Por la misma razón que usted... – Recordar aquello solo hizo que mis ánimos disminuyeran; sonreí con tristeza, por lo que aparté un instante mi mirada de su rostro, reflexivo. – Quería ser libre – sentencié con simpleza, consciente de estar escondiendo la verdad detrás de mi objetivo.

No puedo decírselo. Quiero parecer normal ante sus ojos, absolutamente normal. Con esto en mente, me volví a ella con una sonrisa llena de amabilidad.

– Usted es muy diferente a los demás, sonríe aún en este lugar lleno de personas hambrientas de fama, deseosas de aplastar a la competencia sin importar el costo. La admiro mucho, Senpai – confesé un tanto avergonzado, esforzándome por mantener la calma y el control de todo. De la situación, de mi cuerpo.