[Mansión Courtois] Secuestros al atardecer (Antoinette)

Me incorporé un poco, pero sin ampliar mucho la distancia entre nosotros. La miré con un poco de sorpresa pues no creí que formularía tal pregunta.

Negué lentamente con la cabeza, fijé la mirada en mis manos ahora libres y contesté sin despegar la vista de ellas.

"- Es algo que me pregunté en el momento que todo pasó... Eran varias décadas vividas con él, comenzamos como animales, depredadores cazándose el uno al otro por un odio injustificado entre nuestras especies. Antes de entenderlo yo ya me sentía fuertemente atraído a él y él por mí. Y tal vez lo volví dependiente de mí... Sabiendo perfectamente que estaba haciendo algo muy egoísta.-" Hice una pausa y apreté las manos, realmente no quería seguir llorando.

"-Tal vez todo esto es simplemente lo que merezco por ser tan egoísta. -" Mi mirada volvió a buscar la de ella para finalmente responder con seguridad su pregunta.

"-No, no me arrepiento. Estoy siendo egoísta de nuevo, esta vez con lo que me ha hecho encantarme de nuevo con el mundo. Tampoco me arrepiento de haber acaparado a Ash, de haber manipulado todo para que se quedara lo más posible a mi lado, hasta que ya no resultó.-" Mi expresión era una mezcla entre vergüenza, culpa y orgullo.

"- Soy un ser terrible. Me doy cuenta de que soy mas retorcido de lo que creía... Y no me arrepiento. -" Cada recuerdo lo valía, cada momento y lo mismo creía ahora. Incluso si lloraba y me dolía.

"-Lamento que tengas que ver este lado de mí. Me hubiese gustado mantenerme como el chico sereno y elegante, pero ahora sigo siendo un egoísta desconsiderado.-"

Guarde silencio en toda su respuesta, saber algo mas del el era... no sabría explicarlo, entre una sensación de satisfacción personal y al mismo tiempo incomodidad, había emociones que no sabia diferenciar una de otra.

Estaba mal sentir cierta emoción cuando dijo que no se arrepentía de venir a la ciudad?, Ante mis ojos, con aquellas revelaciones mi visión de el no había variado mucho, nadie era perfecto, y todos tenían sus defectos escondidos... eso tal vez es lo que hace interesante a alguien de una forma u otra.
Tome su mano y como hice antes, enrede nuestros dedos con delicadeza sin quitar la vista de aquellos ojos ya mas rojos por el llanto.

-todos somos un desastre... tu ya me viste a mi hace un rato de la misma forma, no quita que sigas siendo encantador, con tus mañas de caprichoso que no sabias disimular muy bien. 

le di una leve sonrisa manteniendo tanto el conectado de nuestras manos como el visual.

-así como dijiste que te gusto ver aquella fase miá... podría decir lo mismo en este momento por mi parte. Mantener el porte es difícil, pero mostrar los miedos y el dolor que tenemos dentro es mas difícil... nunca le mostré mis debilidades a nadie, no a Charlotte... pude haberte golpeado e irme hace unas horas mientras me empujabas mas a que libere todo... pero no lo hice, por que te tengo un sentimiento especial, podría decirse...

no sabia si podía mal interpretarse lo dicho, aun cuando le dije que olvidara mi confesión sabia que no lo iba a hacer.

-puedes ser egoísta, caprichoso y hasta peor que un niño mimado, llorar hasta que te duelan los ojos, pero siempre seras noble a mis ojos, entiendes?

No pude evitar sentirme avergonzado. Ella tenía razón, a fin de cuentas era exactamente la misma situación que habíamos vivido en el atardecer, pero esta vez a la inversa. Oírla decir que también le gustaba ver esta faceta mía me hizo desviar la mirada, pero no rompí el contacto de su mano, esa mano que desde hace un tiempo solía buscar casi siempre y que calzaba perfectamente con mis dedos.

“Noble” Era un término que muy pocas personas habían ocupado para catalogarme, pero me robó una suave sonrisa.

“- Gracias…-“ Volví a susurrarle y terminé de limpiar mis ojos para luego dar una mirada a las manchas rojizas en mis manos, mis puños y por sobretodo, en las ropas de Antoinette. Di un suspiro pesado y me puse de pie, invitándola a ella a hacer lo mismo.

”- No dejaré que vuelvas a casa con la ropa en ese estado. Acompáñame. -“ Sin soltar su mano la guié a paso tranquilo por las estancias de la casa, subimos la escalera del salón principal para llegar al segundo piso en donde habían varias habitaciones que incluían una biblioteca, una sala de estudio, cuatro habitaciones y dos baños. La guié hasta mi habitación, una particularmente oscura por lo que fue necesario encender las luces para que ella pudiera poner un pie adentro. Las paredes estaban pintadas en un tono violáceo y la cama, que rememoraba un modelo barroco, lúgubre y dramático lucía sábanas negras intactas y almohadones a juego con el color de la pieza.

”- Adelante, puedes pasar. -“ No había mala intención en mi invitación. Caminé hasta uno de los muebles y busqué entre mis ropas una blusa cómoda y no tan masculina que pudiese quedarle.

Al otro lado de la habitación, cerrado y cubierto por un terciopelo negro, había un ataúd con la misma combinación de colores, con tallados en la madera e incrustaciones de piedras que le daban un aspecto elegante, pero al estar cubierto por la tela, el sarcófago no parecía más que una extraña mesa puesta en una esquina de la habitación. Esa habitación era la que me correspondía de manera privada, había también un cuarto de visitas, el cuarto de Ash que había cerrado bajo llave y también el cuarto matrimonial, que era mucho más grande y luminoso que en el que nos encontrábamos y era el lugar donde Ash y yo solíamos dormir juntos. No había entrado a ninguno de los dos últimos desde que el lobo se había marchado pues era ahí donde su aroma y los recuerdos más me acosaban.

“- Si quieres puedes tomar un baño. Dame tu ropa para lavarla, aunque la casa tenga ese aire antiguo tengo electrodomésticos modernos, así que tu ropa estará seca en una o dos horas.-“

Seguía Yuli hasta los pisos superiores sin soltar nuestras manos, Mientras más avanzamos por la casa podía notar la cantidad de pinturas que habia, las antigüedades y podía apreciarse esa sensación de soledad continúa.

-a donde vamos?

Un par de pasillos más y llegamos hasta lo que pude ver era su habitación, dudé por un momento si debía entrar o no, hasta que el mismo me invito.  En el primer vistazo vi la combinación de colores y mobiliario, todo oscuro pero elegante, el púrpura  era algo muy elegante y se podría decir que combinaba perfecto con su persona.  También noté algunas puertas que pasé por alto enseguida ni pregunté nada.

-me encanta tu gusto en la decoración.

Comenté ya quedándome a un lado para no estorbar, no era incomodidad, pero era su lugar y no deseaba tocar nada que no quisiera.  Fue hasta un armario buscando una camisa, no me cerraba mucho la idea por el tema del talle...

-no creo que sea buena idea

Mi que mencionar sobre ducharme y darle mi ropa, no es que desconfiara de el no algo pero...  eso sí sería incómodo al no ser mi casa justamente.

-...  solamente me cambiaré la blusa, no necesito ducharme ni nada... gracias.

Tomé la prenda y examine nuevamente la habitación

-emm...  donde esta el baño?  No quiero entrar donde no debo. .. 

"- ¿Te agrada? Solían decirme que era un poco lúgubre. -" Me reí aunque un tanto forzado. El que hacía esos comentarios por supuesto, era mi antiguo compañero.

"- Estoy seguro que te quedará, al menos se verá mejor que tu blusa manchada.-" Notaba su inseguridad ante la idea, pero no podía imaginar que clase de excusa pudiera dar para llegar con tales manchas en su ropa, era mejor así.

"-Está bien, no hay problema, pero al menos dame la blusa para ponerla a lavar. Tampoco creo que sea buena idea que llegues a casa vistiendo las ropas de un hombre.-" Expliqué sonando más serio al respecto, tomandola por los hombros luego de girarla hacia la puerta, guiándola hacia el cuarto de baño que se encontraba entre mi habitación y la habitación matrimonial.

"-Tómate el tiempo que quieras. Estaré abajo. Si necesitas cualquier cosa puedes llamarme.-" La dejé frente a la puerta y le di un beso fugaz en la mejilla. "- Esperaré aquí para que me pases la blusa.-"

Sin muchas palabras me tomó de los hombros y sacó del cuarto, sólo unos metros fuera de este me dejo delante de una de las tantas puertas elegantes.  Antes de dejarme pasar plantó un beso en mi mejilla de la nada, no es como si molestará en verdad pero...  se le estaba haciendo una costumbre bastante particular.

-gracias?  En un momento salgo...

Abrí la puerta del baño y cerré una vez dentro.  Me tomé un momento para ver la decoración de este;  No diferenciaba de lo que era la casa en si, algo oscuro pero con su fina elegancia como su dueño.
Me dispuse a quitarme la blusa manchada, a estas alturas agradecía usar ropa interior oscura, la sola idea de darle mi sostén para lavar era completamente humillante...  ya libre de la blusa sucia intenté ponerme la camisa que me entregó Yuli y...

-como esperaba...

Hasta una parte del busto pude abotonarla,  pero quedaron dos que no pude cerrar y quedaba en un escote, no muy grande pero para alguien que no le gustaba mostrar mucho,era algo molesto...
Resignada, salí del baño al rato con la blusa manchada y tratando de disimular la incomodidad, sólo eran dos miseros botones!  Pero me sentía expuesta aunque ante ojos de otros estaba exagerando.

-ten...  gracias por tomarte la molestia

Esperé paciente, no pensé que tardaría tan poco en salir así que mi sorpresa al verla inicialmente fue por eso, pero tras recibir su blusa pude notar el escote de mi camisa en su cuerpo.

“-¿Eh?-“ Se me escapó por la sorpresa. Nunca antes había caído en cuenta de lo voluptuosa que era Antoinette, tal vez por la costumbre de verla más tapada. No pude evitar sonrojarme un poco, más que nada por no haber tenido intención alguna de reparar en algo así y de todas formas haber quedado algo sorprendido.

“-¿Q-quieres probar otra cosa?-" No quise sonar obvio, pero tampoco era mi intención que ella se sintiera incómoda. “- Ve a mi habitación, puedes revisar mis prendas con confianza, si encuentras algo más cómodo solo sácalo. Iré a dejar esto en la lavadora, ya regreso.-“ Intenté actuar con normalidad, pero tal vez la velocidad de mis palabras delató parte de mi nerviosismo.

No, no era que su pecho fuese exageradamente grande o que yo jamás haya visto el escote de una mujer, era sencillamente haber caído en cuenta de que pese a su edad, el cuerpo de ella ya era el de toda una mujer y eso, de alguna manera, me tomó por sorpresa.

Bajé las escaleras y dejé lavando su ropa. Esperé unos minutos pero al no sentirla bajar subí un tanto preocupado.

La cara de Yuli decía todo, en parte me sentía agradecida ya que eso demostraba que nunca se fijaba en mi  cuerpo de ni una u otra forma, aunque tratará de disimular la sorpresa su sonrojo lo delató enseguida

-...

No tenía mucho que decir y apenas entendí todo lo que me dijo a las carreras antes de irse con mi blusa.  Me quedé un momento de pie en el pasillo, no iba a entrar a su habitación a buscar en su armario aunque me diera el permiso, no me parecía para nada correcto, además...   si antes vivía con su pareja seguro compartían habitación, no quería tocar nada que no debería por no saber y por alguna razón tampoco me sentía realmente incómoda con todo el asunto, fuera de lo que sea una ruptura amorosa.

Tras meditar un rato decidí volver al baño y verificar si había visto una toalla de cuerpo como para usar sobre los hombros a modo de cubrir sólo la parte del busto donde estaba el escote; para buena fortuna si había una, no era una solución muy elegante pero al menos no me sentía más segura y no iba a incomodar a Yuli.
Ya saliendo del baño lo vi llegar con una preocupación leve en el rostro, habrá pedido que bajará en esa carrera de palabras antes de salir corriendo?  Pues no sabía.

-aunque me dijeras que busque en tu cuarto...  No me parecía para nada correcto, así que con esta toalla estoy bien, si no te molesta claro.

Desvíe un momento la mirada a otro lado

-por eso decía que no tenía nada victoriano en mi ropa y debía buscar...  la gente tiende a perderse con mis tallas por...  Bueno, ya lo notaste...  por eso siempre escojo mi ropa o me la hago yo misma

Me encogi de hombros, aveces no me gustaba haber heredado esta parte de la familia de mi padre.

-comúnmente el gen asiático es más fuerte que el europeo, pero me toco el físico más de mi familia británica y los rasgos faciales, descontando la forma de ojos y color, de mi lado japonés...  era algo incómodo en cualquiera de los dos lugares que pise, Lotte salió más beneficiada siempre dije.

Legalmente era japonesa por nacer en territorio y por madre, pero era más alta que el promedio general, muchas no pasaban del 1. 60, y las medidas eran fuera del estándar básico, por ende era todo un caso por allá a esta edad.

-en un "chiste" que hago es...  soy demasiado inglesa para Japón y demasiado japonesa para inglaterra.

La miré sorprendido, no esperaba que fuera a complicarla el entrar a mi cuarto.

"-¿Por qué no te parece correcto si yo te autoricé?-" Solté una suave risilla y después me acerqué a ella, por supuesto que la toalla me molestaba, no me parecía correcto que estuviera con eso habiendo prendas de ropa de sobra en la casa. Escuché su explicación, sonaba tragicómico, pero tenía razón, ahora que prestaba más atención a su figura podía entender a lo que se refería. Debía ser bastante complicado.

"- Ven conmigo. -" La arrastré de vuelta a la habitación y esta vez la hice acompañarme hasta el mismisimo armario.

"-No hay nada de lo que tengas que tener cuidado. Podrías dar vuelta esta habitación y no me importaría. Tengo la suficiente confianza en ti. -" Declaré mientras urgeteaba entre mis ropas. "- No te preocupes, esta es mí habitación.-" Hice énfasis en la palabra mientras le pasaba en las manos un par de chalecos negros, uno de mangas largas y cierres colocados en adornos que le daban un aire más punk, otro con cuello redondo y de una talla más grande que me cubría hasta los gluteos, mucho más casual."-Cuando Ash y yo dormiamos juntos lo haciamos en la habitación principal. No veo motivos para tu incomodidad...-" Me detuve en seco y luego llevé la mirada a su rostro.

"-¿Puede ser que es la primera vez que estás en el cuarto de un chico?-" Le sonreí pícaro, evidentemente estaba bromeando con ella, intentando que se relajara un poco pues no era mi intención que se sintiera así de ajena a la mansión.

"-Anto... Si hay cosas que quieres saber deberías simplemente preguntarlas. Esta noche es para eso.-"

-por el simple hecho de que no es correcto para mi y punto

No quería empezar una discusión sobre ello, pero no llegó, en ese momento, ya que me arrastró  a su habitación nuevamente.  En lo que pensaba en algo para que no se tomará la molestia de revolver su armario me aclaró que esa era su habitación y compartia con su...  bueno, ex pareja en otra.

-que no quita el hecho de que es tu lugar

Por cosas que mi cabeza o yo me hacía la tonta, me tranqulizaba enormemente saber que no estaba en un lugar que compartió cosas con alguien a quien amo, más por todo el asunto bajo el sauce sería realmente...  molestó.
Viendo las cosas que estaba sacando, las primera yo sabía a simple vista que seria el mismo caso que la camisa que portaba ahora, la especie de camisón larga ya vez podría servir. Cuando su pregunta llegó a mis oídos me molestó un poco.

-y que si fuera así?  No debería sorprenderte tal caso sabiendo  como soy y medianamente lo que pasé.  No entró ni a la habitación de Lotte si ella no esta o sea de una extrema emergencia...  es sólo...  algo queme inculcaron a la fuerza

Me encogi de hombros mirando a otro lado aún con el sentimiento de molestia dándome vueltas la cabeza, junto con algunas cosas que no quisiera recordar.

De inmediato noté su molestia y no pude evitar arquear las cejas en una expresión complicada. No entendía muy bien qué era lo que le había molestado. No, más bien no terminaba de entender qué clase de confianza y relación se supone que teníamos en su mente.

"- No creí que tuvieras que preocuparte por esas cosas aquí, conmigo.-" Dije sin más y me giré para salir de la habitación. "- Estaré en la cocina, cuando estés lista baja, prepararé algo más de té y algo para que puedas comer.-" Sentía que de alguna manera Antoinette había vuelto a alzar sus muros frente a mí, incluso si aquella tarde se habían desmoronado, incluso si yo mismo hace nada había demostrado lo débil y patético que podía ser. Ahora mismo volvía a sentir una distancia notoria y a la vez invisible que nos separaba.

Al llegar al primer piso pasé por el salón para llevar conmigo las tazas antes servidas. Entre a la cocina, al menos esta vez sin sentir la presión en el pecho de antes. Tenía que poner de mí parte para no caer en la melancolía, para decir qué haría de ahora en adelante en esta ciudad.

No respondí nada hasta que se retiró de la habitación, lleve mi mano para apretar el puente de mi nariz en lo que suspiraba pesadamente.  Por esto odiaba abrirme, era recordar todo lo que tuve que soportar por culpa de....  ese anciano desgraciado, lo peor era seguir llamándolo "abuelo" por meros modales....
Respirando profundamente y tratando de aclarar la mente, me despoje de la camisa que me había dado Yuli en primer lugar y tomar la prenda que, a mi parecer, era la más suelta de todas;  aquella camisola iba a ser más suelta aunque me siguiera sintiendo incómoda por usar la ropa de otra persona. 

Por cuestiones físicas, esta quedo más a la altura de mi cadera, no importaba.  Ya con todo en orden sali de aquel cuarto y traté de ubicar las escaleras que daban a la planta baja;  pese a la poca iluminación podía notar los cuadros y otras antiguedades que estaban presentes de decoración, sumando lo grande de la casa...  siempre me pregunté que necesidad hay de los hogares tan grandes?  Más si son dos personas como muchos, y ahora que el estaba sólo daba cada vez más la sensación de frío. 

Baje con cuidado y pude ubicar donde nos habíamos sentado antes, ese era un paso, mejor era esperar allí antes que terminar perdiendome por ahí.

Preparé una taza más de té y volví al salón junto con una caja pequeña de dulces, galletas y bombones para acompañar que no se había abierto, la fecha de vencimiento aún estaba lejana.

"- Tendré que vaciar las cosas de la alacena ¿Tal vez tú y Charlotte puedan llevárselas? Imagino que les podrán ser más útiles a ustedes que a mí. -" Comenté casual dejando la bandeja de té junto a la mesa de antes. Preferí volver a las conversaciones casuales y ligeras, poco importantes. De lo contrario sentía que todo iba a terminar muy mal.

Me había rendido a mi primera intención de tener una conversación más desinhibida con ella. Ahora mismo mi ánimo y mi salud mental no estaban para lidiar con más incetidumbre de la que ya sentía.

"- Quizás también me cambie de lugar. Esta casa es muy grande para una sola persona.-" Agregué con tono más bajo.

Lo vi volver al rato con una caja de golosinas y el té, trate de cambiar mi semblante y pensamientos para no arruinar mas la noche, después de todo, ninguno la pasaba bien y empeorar las cosas no era la mejor de las soluciones...
Tome asiento nuevamente en el sofá y me limite  a ver lo que trajo, iba a preguntar el porque tenia aquellas cosas si no comía comida de humanos hasta que recordé a su ahora ex pareja y mejor era callarse la boca.

-Gracias... y sobre lo que dijiste, creo que si la mayoría de las cosas son dulces Lotte estaría encantada, si esa chica sigue así va a tener una muy larga visita al dentista.

Santa ironía seria, puesto que en japón pasaban un comercial donde ella combatía las caries de un diente gigante con un cepillo igual de gigante... Tome la taza de té y le di un sorbo, nunca me cansaría de tan majestuosa bebida con siglos de tradición y costumbres; eleve un poco la vista al oírle decir por lo bajo sobre cambiar de hogar.

-nunca entendí a la gente, sean dos o tres, de tener casas con tantos cuartos o pisos... cuando vivía en Inglaterra teníamos una casa de tres pisos que mi abuelo le había comprado a mi padre para su "futura familia perfecta"... no usábamos una planta entera, aun sigue siendo suya pero hace 10 años que no estoy allá.

Volví a darle otro sorbo y pensé en algo que capaz sonaría como una idea trillada, al menos para matar la tensión.

-Podrías mudarte a nuestro sótano, esta limpio, ordenado y es bastante grande, Lotte y yo lo íbamos a usar como lugar de ensayos pero la sala se volvió mas fácil de llegar. Siempre habria alguien para no morirte de aburrimiento

"- Bien.-" Reí ligeramente por la idea de Charlotte en el dentista. "- Acordemos una noche para desabastecer la cocina junto a Charlotte. Me ayudarían mucho." Comenté con bastante humildad. Si fuera a cambiar de casa, probablemente también tendría que pedirle ayuda a las dos.

Ante el cuestionamiento de Antoinette me di el tiempo de meditar seriamente al respecto. Y es que sí, era una constante al menos en mi vida optar por mansiones y espacios grandes para vivir. Quizás siempre pensaba en un espacio cómodo para Ash, Smile y yo, pero también había un tema personal en todo ello.

"-Es una buena pregunta, aunque creo que para nosotros, los vampiros, sería más como un complejo. Después de todo, dormir en un ataúd por décadas o incluso siglos, es deprimente y estrecho. Supongo que entonces las grandes mansiones, las decoraciones y los lujos son un forma, no lo niego, un poco tonta de compensarlo.-" Esta vez mi risa fue más relajada, más honesta y casi juvenil, pero frené en seco al oír su propuesta.

Entendía que nuestra confianza era alta, pero invitar a un hombre, más aun a un vampiro, a vivir con ella y su prima era una locura. Los motivos sobraban.

Cerré los ojos y negué suavemente con la cabeza esperando que mi respuesta no fuera mal tomada.

"-Realmente agradezco la consideración, y me honra enormemente, pero creo que sería abusar de tu confianza, u por sobre todo, de nuestra suerte. Ya sabes que el sello... mi relación con la industria...-" No tenía idea de cómo expresar correctamente mi preocupación. "- Si fueran otras las circunstancias, no dudaría en aceptar. En estos momentos lo que más anhelo es refugiarme en ti, pero no quiero ser esa clase de persona. Por otro lado,  no creo que algo tan fácilmente mal interpretable, como vivir en el mismo lugar, sea bien visto por Merveilles Records, ni por el público.... Así que debo rechazar esta tentadora oferta.-" Y es que claramente los años de experiencia me ayudaban a ser consiente de los posibles escenarios que la farándula podría aprovechar para quemar mi carrea e incluso la de Antoinette.

"-Lo siento...-" Acompañé mis palabras con una reverencia, era una disculpa desde lo más profundo de mi corazón.