Un paseo al atardecer (libre)

El día me había favorecido enormemente al estar nublado, al menos mis ojos no sufrían tanto, pero incluso así debía caminar con una sombrilla para que los rayos del sol no me hicieran daño en la piel. Por ello es que siempre prefería las tardes para pasear, esta vez el elegido fue el barrio chino. Me causaba curiosidad aquel sitio ya que guardaba una atmosfera misteriosa, muy agradable para mi gusto pese a que la gente que lo visitaba no era poca.

Pese a que el frio no me afectaba al igual que a los humanos no podía negar que este invierno estaba siendo más duro que los que recordaba de decadas atrás. Yo vestía mi abrigo negro largo, adornado con piel negra en el cuello y los puños, un pantalon negro a juego y unas botas de taco, ideal para esta estación del año. Mis alas casi no resaltaban en mi espalda y eso lo gradecía, muy poca gente reparaba en mí y gracias a que de un momento a otro la nieve comenzó a caer la calle se despejó aún más, los humanos corrían a refugiarse.

Me detuve un momento en plena calle y alcé la vista al cielo, era hermoso ver como los copos de nieve de a poco se volvían más y más densos. De pronto reparé en que alguien me estaba mirando por lo que bajé la cabeza y le busqué con la mirada...

Vestimenta:

Spoiler:

Pese a las advertencias de mi manager, he decidido salir a dar un paseo por la ciudad, aprovechando este lindo día de invierno, en el que el frió nos cubre... lo cual me tranquiliza mucho.
Me he puesto al pensar un poco, en ponerme mi saco favorito que cubría un poco mi rostro para así poder ocultarme de aquellos ¨admiradores¨... me refiero al saco cafe claro que tiene detalles en los bordes, lo suficientemente largo para llegar a mis rodillas, dejando ver las medias negras que traigo puestas.

Tras haber caminado un largo tramo, mire un taxi del que se bajaba una señora y al parecer su hija pequeña, mire el letrero que indicaba que pasa por el barrio chino... seguramente seria algo divertido ir a tal lugar. Corrí rápidamente al taxi antes de que se fuera y me subí a el, el taxista amargado que conducía lo único que hizo fue seguir su ruta... ni una sonrisa... ni un saludo... que descortez... antes de cualquier otro mal gesto que hiciera, le pague de antemano y así llegue al barrio chino tras un par de minutos.

Apenas bajar del taxi, quede maravillada por el tipo de decoración que tenia cada negocio. Camine y camine solo para poder quedar maravillada por el lugar, no es que sea mi primera vez aquí... simplemente que es imposible no quedar asombrada por tanta belleza. Pero tras algunos pasos me percate de un chico en especial, que llamaba la atención no solo por su estilo tan... ¿ sombrío? ... sino que tenia creo yo que unos accesorios de alas en la espalda. - ¿Sera cosplay? - me pregunte en voz baja mientras miraba curiosa.

Nuestros ojos se encontraron y me sentí un poco avergonzado, no me gustaba llamar tanto la atención pese a que sé que eso es realmente difícil. Inconscientemente moví mis alas ante la incomodidad, solo un poco, como el gesto que haría un animal al percatarse de la presencia de alguien más. Resignado solté un suspiro y giré mi cuerpo, dando algunos pasos firmes en dirección a aquella chica. La que por cierto resultaba ser la primera con el pelo tan claro o más que el mio.

Una vez estuve lo suficientemente cerca puse sobre su cabeza la sombrilla con la que me había paseado durante la tarde. "-Me temo que si se queda ahí de pie se convertirá en una estatua de hielo.-" Susurré con la elegancia y tranquilidad característica de mi voz. Pese a que no tenía nada que ver conmigo me causó curiosidad, pese a que estaba acostumbrado a las miradas curiosas de los humanos estos nunca eran tan valientes como para mantener miradas conmigo, no, por el contrario, a penas me volteaba a verlos hacían como si nada, siguiendo su camino. Por eso es que mi intriga por la clase de personas que salen de este esquema, parece ser lo suficientemente fuerte como para incitarme incluso a hablar con ellos. Era lo mismo que había ocurrido con la muchacha que dibujaba en el acuario.

Sus ojos celestes profundo contrastaban con su piel blanca y su cabello albino, a diferencia de mi imagen ella tenía un aura, hasta cierto punto, muy angelical. Ante esa idea, el único que terminó desviando la mirada, fui yo. Mis ojos carmines resultaban inquietante para la mayoría.

No se que fue lo que vi, pero me recorrió un escalofrió por todo mi cuerpo al ver esos ¨accesorios¨ moverse por si solos. Habra sido mi imaginación, eso quiero pensar... no existen criaturas así... ¿o si?. Si existiesen, definitivamente seria algo que nunca olvidaría y si fuera así, que mejor manera de recordar un Barrio Chino ...

En mi vaga mente no me di cuenta que ese chico se estaba acercando, lo miraba... veía que se movía hacia mi, mas mi mente no identificaba la acción, por lo que no pude evitar sorprenderme al notar una sombra sobre mi cabeza, abrí por completo los ojos por un segundo por la misma sorpresa y abrí mi boca como queriendo decir algo.

Habra sido apenas unos segundos, pero estando tan cerca aproveche para mirarle con mas detalle el rostro. Es alguien muy bien parecido, bastante alto también.
- Gracias - dije mostrando una cálida sonrisa ante su gesto, me acerque un poco mas a el para que pudiera cubrirse también, no seria bueno enfermar a quien quiere ayudar.

- Estas alas que tiene... son accesorios... ¿verdad? - pregunte curiosa, tocando con la punta de mi dedo indice su ala izquierda para no maltratara. Mas había notado un pequeño gesto de pena en el rostro del chico, es algo realmente adorable, antes de que pudiera contestarme aproveche el silencio -aahh.. por cierto, mi nombre es Ia - Dije tranquila y a la vez alegre, con mi suave voz que se escucha como un suspiro delicado, todo por querer cuidarla por indicaciones del Manager.

Me sorprendió que agradeciera y no saliera corriendo como ya muchas veces antes me ha pasado. Gracias a este gesto educado fui capaz de volver a mirarla a los ojos, con un poco más de confianza en que no me trataría como un monstruo. O eso pensé hasta que hizo la pregunta referente a mis alas.

"-Eh... Sí, algo así.-" Dije un poco más inquieto, sintiendo a la perfección el tacto de su dedo en mi ala izquierda la que frente a esto, por suerte, no se movió, sin embargo dudaba que después de haberla tocado ella creyera a ciegas mis palabras, después de todo no estaban hechas de plástico, agradecía el hecho de no haber bebido nada durante el día pues al menos la temperatura que tenía, tanto mi cuerpo como mis alas, era muerta.

A decir verdad no soy un mentiroso, solo un chico orgulloso. Por ello es que no engaño a las personas directamente, ni siquiera con mi naturaleza, me gusta seducirlas de un modo natural y sublime, no como lo haría un hombre en busca de compañía, sino como nosotros, como vampiros, lo hacemos por naturaleza.

Los seres humanos siempre son atraídos a lo misterioso, a lo desconocido y a lo sombrío.

"-Es un gusto joven Ia, mi nombre es Yuli.-" Le susurré despacio, con una suave sonrisa en los labios. "-¿Iba a algún lugar en particular? Puedo dejarla en algún lugar donde guste refugiarse de la nieve, al menos hasta que deje de caer.-" Le ofrecí y es que el viento y la nieve de pronto parecieron aumentar, no era de extrañar que para la noche hubiese tormenta.

Apenas al tacto sentí las alas muy suaves, no conocía el material del que estaban hechas, peor igual se sienten muy agradables al tacto. Mire el gesto del chico y pensé que le molestaba que tocara sus alas por lo que deje de tentar lo que no era mio y le volví a sonreír al escuchar su presentación.

Moví mi cabeza a manera de negación, pues ahora que lo pienso me he alejado demasiado de mi departamento sin haberlo pensado bien. El dinero o transporte no era problema, pero pensándolo mejor el clima si.
Voltee la mirada a ambos lados pensando a donde podría ir, pestañee varias veces confundida... como si acabara de reaccionar ante mis propias acciones. Me encogí de brazos e hice u sonido interrogante que daba a entender que ¨no sabia¨.

- He estado caminando sin siquiera pensar a donde ir, es uno de mis pocos días de descanso... así que me puse a vagar por la ciudad- dije pensativa, aun que mi expresión cambio a risa - la verdad es que no pensé nunca en el clima, solo quería caminar jeje -

Me puse a jugar con un mechón de mi cabello que colgaba por encima de mis hombros, pensando en que podría hacer ahora y mire una vez mas a Yuli.

- No se preocupe por mi, creo que seguiré recorriendo... si empeora el clima me quedare en algún lugar de por aquí - Dije sin preocupación, aun que en el fondo si estaba un poco preocupada... seguramente mi manager se enojaría, no seria de extrañar ni mucho menos la primera vez. - Pero si gusta puede acompañarme un rato, si es que no esta ocupado - dije con un tono coqueto para finalizar con un guiño y una sonrisa.

Dejé escapar una risa suave, en verdad agradado por la sinceridad de la chica y por esa forma coqueta evidente con la que estaba actuando, Lo admito, eso era algo lindo en las muchachas, sin embargo, no creía que lo más correcto fuera coquetear con un chico extraño que recién conoces. Y no estoy hablando temas morales, únicamente lo digo por su bien.

"-No debería recorrer sola bajo este clima, tampoco debería estar pidiendo la compañía de un extraño, pese a que esta es una ciudad tranquila también hay personas mal intencionadas.-" Dije tomando un mechón de su cabello, acariciándolo antes de continuar mis palabras.

"-Pero prefiero acompañarla durante su trayexto antes de que alguien más lo haga-" Agregué con una mirada profunda, volteandome hasta quedar en la misma dirección que ella.

"-Si no tiene un lugar concreto al que desee ir, ¿le gustaría aprovechar e ir a un salón de té no muy lejos de aquí? Está ambientado en la cultura china como todo lo demás aquí, será agradable para pasar un poco el frío. ¿No lo cree?-" No esperé su respuesta y comencé a caminar luego de haberle ofrecido mi brazo, no quería que mi ahora, bella acompañante, sufriera alguna clase de accidente producto de la capa de hielo en nuestros pies.

Le permití hablar antes de decir nada, seria descortés interrumpirlo cuando se ha comportado tan amablemente. Una vez que termino, me regrese un poco de tema y dije seriamente
- Si no debo de hablar con extraños ¿como haré amigos? - sonreí tan traviesamente, como la sonrisa de un niño pequeño que acababa de hacer una travesura
- En esta vida hay que tomar riesgos. Si le temo a lo que pueda pasar todo el tiempo, no lograría mis objetivos - Dije tan segura de mis palabras, que salieron fluidamente de mi boca.
- Ademas, ¿como desconfiar de un chico tan lindo que se acerco para cubrirme con su sombrilla? - Esto ultimo lo dije colocando una mano sobre mi mejilla, entrecerrando los ojos, ligeramente sonrojada.

Afirme por ultimo con la cabeza, con gran viveza haciendo referencia ante sus ultimas palabras - En cuanto a su propuesta, me encantaria ir con usted. -
Tome su brazo sin dudarlo y empece a caminar junto a el. Lo primero que sentí fue lo frió de su cuerpo, es realmente curioso siendo que esta muy bien cubierto. Pero seguramente es solo la parte superficial de su ropa lo que se siente así, no le di importancia pues estar con un chico tan agradable era algo de agradecer en este día.
A pesar de el frió que transmitía, era agradable tomarlo del brazo, se siente una gran comodidad que podria acostumbrarme.

Sonreí con aceptación a los argumentos que me entregó, parecía segura de si misma, incluso convencida de que todo cuanto hacía estaba correcto. Sentí un poco de lástima por la ingenuidad de la muchacha, si quisiera podría arrebatarle lo más preciado ahí, en ese mismo momento, bajo mi sombrilla, sin que nadie lo notara.

Para su suerte, o tal vez para la mia, esas no resultaban ser mis prácticas habituales, y no porque fuera un considerado y caballeresco vampiro, al contrario, me considero un ser muy caprichoso y obstinado. Y por lo mismo es que no bebo cualquier sangre. Ya era selectivo en mi pueblo natal y en esta ciudad a penas había bebdio de un par de personas por mera necesidad. Ahora que Ash había llegado no necesitaba preocuparme de tan pequeño detalle, pues él era mi plato principal favorito.

Volviendo a la muchacha, creo que su escencia era coqueta en sí, pero lo hacía de una forma dulce y sutil. Me recordaba un poco a Poet, una linda niña que conocí hace un tiempo, y confundirías con un ángel.

"-Entonces vamos-" Una vez aceptó mi propuesta la guié hasta dicho lugar, sin molestarme demasiado su cercanía, tampoco temiendo que pudiera notar mi temperatura corporta, después de todo hera una fría tarde de invierno.

Llegamos al sitio donde como en muchos otros lugares de aquel barrio nos ofrecieron vestir ropas tradicionales chinas a modo de "ambientación" aunque claro, no era ninguna obligación.

"-¿Desea probarse algo? Ya que está paseando supongo que debería disfrutar de el ambiente particular de este lugar. ¿Qué dice?-"

Una ves en el sitio, se acercaron unas chicas con vestimentas típicas de china a ofrecerme que me vistiera con ropas como las de ellas, mire a Yuli quien me hizo la misma pregunta, sonreí mientras firmaba con la cabeza - ¡Por supuesto! -
Casi seguido de haber afirmado en voz alta, uno de las chicas tomo de mi brazo y empezó a jalar para llevarme a la parte trasera del lugar.

Durante el camino pude apreciar la bella decoración de china, no admiraba nada mas en ese momento que aquellos detalles en los que se veían figuras de dragones. Cada criatura que se considere mitológica es de mi agrado y admiración, aun en un cuadro de pintura.

No tarde mas de un par de segundos en llegar al lugar, la señorita había abierto un armario en donde se encontraban muchos vestidos de diversos colores. Me acerque para elegir uno, pero me ponía nerviosa al ver que la señorita no dejaba de mirarme mientras sonreía. "Sera que... ¿Sabe quien soy? " Dije en mi mente, pero claro que lo sabría... en este momento no tengo puesto nada en el rostro, quizá no ha dicho nada por que duda de mi apariencia.

Al final me decidí por el color tradicional, rojo con detalles en dorado, el cual me probé detrás de un cortinero que se encontraba en una esquina de la habitación.
Al terminar la señorita también se ofreció a peinarme, accedí puesto que un vestido chino no se luciría con el cabello suelto y ondulado. Tardo no mas de 7 minutos, aun que ya me había tomado mi tiempo en cambiarme y eligiendo el vestido, espero que Yuli no se haya desesperado.

Tras haberme peinado y guardado mi ropa en un estante enumerado, me pidieron mi identificación la cual entregue a la señorita sin pensarlo. Pero es ahí cuando ella se agito y empezó a hacer movimientos de emoción incontrolable, saco una pequeña libreta en la que me pidió le diera mi autógrafo - jooo... he sido descubierta... - Ante este comentario y antes de firmar, le guiñe un ojo a la chica mientras "cerraba el cierre de mi boca" para darle a entender que no debia decir nada de esto. Ella afirmo y lo unico que hice fue firmar su libreta con una dedicatoria. Agradecí como es debido y sali a la parte delantera volteando a los lados para saber donde se encontraba Yuli.
- Yuli... ¿donde estara? - dije en voz baja mientras seguia buscando con la mirada algo preocupada.
Aun que me sonroje al ponerme a pensar que pensara de mi peinado con dos coletas enrolladas a los lados, y este vestido algo destapado.

Imagen de referencia:

off: Perdona si he escrito demasiado, en otro foro me están acostumbrado a escribir así jeje.

Pese a que mis planes iniciales eran meramente esperar a la muchacha que por casualidad había terminado acompañando para luego entrar a este lugar curioso y a mi juicio divertido pues rompía el esquema, la rutina de la vida de la ciudad. Sin embargo mis intenciones se vieron alteradas cuando noté las miradas maliciosas de algunas chicas pertenecientes al local sobre mi. Una de ellas gentilmente me preguntó si no deseaba probarme algún traje a lo cual cortés, como siempre, respondí que no. Y la verdad no era porque no me agradara el estilo o algo así, simplemente temía que ellas se percataran de las características de mi piel que, si bien no brillaba como los vampiros de novelas baratas, si era extremadamente pálida y helada.

Incluso ante mi negativa noté la insistencia por parte del grupo de chicas y luego de intentar resistirme un poco terminaron ganando a mi voluntad bajo la condición de que me permitieran cambiarme por mi cuenta. Me decidí pronto y es que quería algo sencillo para no llamar demasiado la atención, el gran problema, por supuesto eran mis alas las que con esfuerzo pude discimular bajo las ropas, contrayendolas lo más posible.
El traje consistia en un conjunto blanco de dos piezas, muy simple pero con detalles en negro y celeste y encima de este una prenda más de color celeste que combinaba muy bien con mi cabello.

Salí antes que la muchacha, un poco avergonzado pese a que mis ropas eran bastante simples. Era extraño vestir con colores suaves y claros, me sentía un poco inseguro más intentaba que no se notara por nada del mundo.

Spoiler:

Al poco tiempo de esperar logré divisarla y vaya que eran provocativo esos trajes, tal vez mucho para lo que la mayoría de la gente esta acostumbrada pero no iba a negar que aquel conjunto lo quedaba excelente y realzaba sus mejores atributos.

Sonreí y discimulé mi verguenza mientras avanzaba unos cuantos pasos para ir a su encuentro.

"-Se ve muy bien-" Le comenté con respeto, sin esperar comentario de su parte sobre mi propia apariencia. "- ¿Vamos?-" Había un mesero esperando para acomodarnos dentro del bien ambientado y místico lugar. Tomamos asiento y esperé a que la chica quebrara el silencio.


[Lamento la tardanza. El trabajo me consume.]

Mi mirada parecía mas perdida de lo que yo me encontraba, estaba por acercarme a una de las meseras para preguntar donde podría estar Yuli, pero antes de poder hacer nada escuche unos pasos detrás de mi y al voltear pude admirar con gran asombro aquel traje que llevaba puesto. Un hermoso color azul, combinado con blanco y un poco de negro.

Ya era de por si Yuli un chico atractivo, y con aquel traje que le combinaba perfectamente con su cabello era simplemente alguien a quien no se le podía dejar de admirar.
No pude decir nada en el momento, pero en lo que caminábamos a la mesa no podía dejar de sonreír. Apenas sentarnos le mire a los ojos y conteste a su anterior comentario.

-Muchas gracias por el cumplido... tu... te ves realmente bien -

Dije ligeramente sonrojada, mientras cubría un poco mi rostro con mi mano derecha hecha puño - El color azul es mi color favorito y en este momento lo eres tu. - Guiñe el ojo, pues era un pequeño coqueteo, ya que el estaba casi por completo de mi querido color azul.

Mientras esperaba su respuesta acomode un poco mi cabello, no acostumbraba a peinarme con el cabello amarrado y este peinado me hace sentir que algo no esta bien en mi cabeza... prefiero siempre dejarlo suelto y apenas con una pequeña y floja trenza.

No estaba acostumbrado a recibir palabras como esas por lo que aunque no quise, la verguenza se apoderó notoriamente de mi, obligándome a bajar la cabeza, por lo general a mis oído siempre llegaban palabras como "Qué extraño" "Qué lúgubre" Qué miedo." cosas de ese estilo o bien me confundían con una chica por mis rasgos finos lo cual, en verdad, tampoco me dejaba muy contento.

"- Gracias, agradezco entonces haber elegido este color. -" Contesté con una actitud un poco orgullosa, pero luego decidí ser un poco más sincero.

"-No quiero que me malinterprete, pero me es extraño este coqueteo. No en relación a que sea desagradable, simplemente no estoy acostumbrado. Me gustaría saber porqué lo hace. Considerando que soy un mero extraño.-" Dije cortés mientras el mesero dejaba a nuestra disposición una pequeña carta con lo que podían ofrecernos. Se la pasé a Ia para que pidiera cualquier cosa, en mi caso no podía comer nada, no había pensado como discimular eso, pero ya se me iba a ocurrir algo.

Recargue mis codos sobre la mesa para poder recargar mi mentón sobre mis manos que se unían con los dedos entrecruzados, para poder oír mas cómodamente las palabras de Yuli, en especial su agradecimiento al cual sonreí al ver que le he causado un poco de pena, aun que no era esa mi intención.
Abrí por completo mis ojos de manera repentina ante el comentario de Yuli e incline ligeramente mi cabeza mientras el hablaba y yo pensaba en como contestarle.
Antes de decir nada, quite mis codos de la mesa y me puse derecha para ver al mesero y agradecerle con una sonrisa, tome la carta que me ofrecía Yuli y la abrí para ver lo que tenia escrito.

- No eres un completo extraño, eres Yuli... el chico que me ha invitado a este lugar tan lindo - deje salir una pequeña risa, sabia que esa respuesta no era suficiente, aun que claro... iba a seguir respondiendo. - pero.. si tengo que decir algo mas... humm... creo que seria el simple echo de que todos somos completos extraños en un principio. No hay manera de saber a ciencia cierta quien es buena o mala persona solo por su apariencia, para mi todo chico atractivo debe ser buena persona si sus primeras acciones o palabras son también buenas - mire a Yuli - Perdona mi " coqueteo", si es algo que te incomoda creo que puedo detenerme ... creo que es algo que esta muy arraigado en mi- deje la carta sobre la mesa, ya había tomado mi decisión, pero antes quería saber que iba a elegir Yuli.
- dejando el tema de lado, ¿ya has elegido algo de la carta? -
Empece a jugar con una de las esquinas de la carta, al mismo tiempo que movía ligeramente mi otra mano al ritmo de una canción que se encontraba en mi cabeza, pensando a la vez en como contenerse con su actitud tan confiada que tiene, o al menos de manera que Yuli no se encuentre incomodo.

Me sorprendió que la muchacha se diera el tiempo para responder de tal manera que pese a que me parecía una frase muy elaborada no dejaba de tener el sabor a sinceridad, situación que siempre se me ha hecho grata, porque de por si yo no soy alguien sincero, sin embargo, soy lo suficientemente embustero como para rodearme de personas así. Me hacen sentir bien.

"-Pareces confiada en tus palabras. Pero la verdad es que discrepo contigo. En este mundo hay distintas clases de "maldad". No solo una mala acción es negativa, lo sería también una blanca mentira, ¿no?-" Sonreí misterioso otra vez, más que nada porque me encontraba compartiendo un pensamiento muy personal, en mi mundo no existen cosas como el bien o el mal o simplemente no podría tolerar mi mera existencia.

"-Creo que dije que no me incomodaba, solo no estoy acostumbrado.-" Apoyé mi rostro en mi mano y mi brazo sobre la meza, estirando un poco el cuello para lograr una vaga cercanía con ella. Estiré mi mano hasta a penas rozar su mejilla y decender por su barbilla delicadamente, dejándole sentir el frío implacable de las llemas de mis dedos.

"- La mayoría de las chicas gustan de hombres a los que podrías catalogar como "masculinos", Un chico como yo, con rasgos asexuados, no suele recibir atención de este tipo muy seguido. Solo miradas raras y una que otra llena de curio sidad.-" Aparté mis dedos y me incorporé, girando el rostro hacia el camarero, llamándolo con un gesto igual de fino que todo en mí y luego volví mi mirada hacia Ia.

"-Solo un té que sea especialidad de la casa. Recuerda que puedes pedir lo que sea, no te prives. No soy bueno comiendo fuera de casa.-" Acoté entre el límite de la mentira y la verdad