(Libre) Viendo el atardecer

Como mi apartamento se veía un poco vacío fui al centro comercial a ver qué podía comprar para decorarlo un poco, pero el problema es que tenía poco dinero y la verdad no quería gastarlo todo, así que nomás estuve mirando sin comprar algo en ese momento.

-¡Que día tan tranquilo!-Fuera del día de "compras sin compras" no hubo nada fuera del otro mundo, debería preocuparme en buscar trabajo o audicionar para el Sello, pero creo que no sentía que fuera aun el momento.

-¡Vaya que hermoso!- En mi errante andar en la ciudad, mi vista se distrajo en la bella vista que el mirador me ofrecía. Me acerqué y me apoyé en la orilla viendo hacia la ciudad que era bañanda por el sol que ya se ocultaba poco a poco. Decidí quedarme ahí hasta que llegara el anochecer.

Aquel día había sido de prácticas y ensayos, Aomine se estaba tomando demasiado enserio lo de su audición con sello y no quería fallar en su primer intento. Tal vez era muy ambicioso al querer tener éxito con la primera audición pero podría decirse que así era su naturaleza, después de terminar con los ensayos decidió darse un baño para después salir en su deportivo a dar una vuelta por la ciudad.

La luz del sol comenzaba a bajar poco a poco tornándose en un pequeña oscuridad que comenzaba a hacerse más fuerte conforme transcurría el tiempo, después de conducir por un rato decidió pararse en el mirador. Aunque ya llevaba algún tiempo en Glass City nunca se había dado el tiempo para conocerlo, decían que era un lugar muy hermoso desde el que se podía apreciar la ciudad desde otro punto de vista.

Aquello podía tornarse un poco tedioso o hasta aburrido para el chico de cabellos azul oscuro pero tendría que conocerlo alguna vez así que lo mejor sería hacerlo de una vez por todas, se bajó del auto y después de colocar la alarma camino en dirección hasta el ascensor. Por fortuna no parecía a ver mucha gente a esas horas así que podría disfrutar del paisaje sin ser molestado, pero cuál fue su sorpresa cuando por fin llego hasta arriba y se percató de que una chica de cabellos rubios había llegado hay antes que él.

Sin dar mucha importancia a los demás o a lo que había a su alrededor camino hasta la orilla del mirador donde se encontraba la chica y se detuvo a un lado de ella para después decir con un tono de voz muy claro y directo.

-Es una vista realmente hermosa y más ahora que se está oscureciendo, las luces de la ciudad le dan un brillo interesante ¿No crees?-

Coloco las manos dentro de su chaqueta y continuo mirando la ciudad sin voltear a ver a la chica, el paisaje lo había cautivado de una extraña manera y por alguna razón no podía dejar de mirarlo.
Las luces continuaban encendiendo una a una conforme el manto negro de estrellas se iba haciendo más visible poco a poco los pequeños rayos del sol fueron desapareciendo y la noche cubrió totalmente el cielo, dejando ver un Glass City lleno de varias luces de colores así como de anuncios neón luminosos.

Una voz captó mi atención, se encontraba cerca de mí. Voltee mi rostro al lado y vi a un joven ahí parado que también estaba contemplado el paisaje. ¡Era bueno saber que alguien se detenía a apreciar estos detalles que la vida nos da. -¡Claro! Un paisaje natural y combinado con la obra del hombre nos regala una postal tan bella- Me gustaría tener una foto de lo que veía, pero supongo que con el recuerdo me bastará.

Siguió atardeciendo mientras nosotros dos seguíamos ahí parados disfrutando de la vista. -Supongo que se está dando un respiro después de un día tan agitado ¿no?- Pregunté con curiosidad volviendo mi vista hacia el horizonte.

Ambientacion:

Aomine seguía con la vista hacia aquel hermoso paisaje mientras la chica de cabellos rubios le dirigía aquellas palabras, era verdad que el paisaje era una combinación de naturaleza y mano del hombre y aun que sin duda él le daba preferencia a los paisajes cien por ciento naturales. Aquella vista de Glass City se podía decir que en cierta manera le da un deje de melancolía, no podía explicar con palabras de dónde provenía ese sentimiento pero era el sentir que le daba el paisaje.

-Sí y ¿tu?-

Las palabras del chico de orbes azules oscuro salieron lentamente de sus labios, en aquel momento se estaba dejando llevar puramente por el paisaje el peso que sentía en sus hombros a causa del cansancio de aquel día se comenzaba a ir poco a poco. Era difícil creer que un simple paisaje le ayudara a relajarse un poco, el aire frio que soplaba en lo alto del mirador Antares le hizo regresar un poco a la realidad.

-Por cierto soy Aomine Daiki ¿Cuál es tu nombre?-

Era raro que Aomine preguntara el nombre a un extraño, aunque en ese momento sentía que si los dos estaban disfrutando de aquel especial momento por lo menos tendría que tener la atención de presentarse. Las luces de los automóviles iban y venias por aquellas calles que dividían las manzanas eh iban dando una forma de cierta manera peculiar a la estructura de la ciudad, desde abajo no se podían apreciar ese tipo de detalles pero desde arriba era muy fácil notarlos y que fueran capaces de captar la atención.

¡Las pequeñas cosas de la vida! Nada como detenerse unos segundo a admirar un paisaje. -Yo la verdad sólo estaba errante por la ciudad. Curiosee por las tiendas para ver qué necesitaba mi apartamento, y cuando volví, me topé con esta maravilla...- Di un gran suspiro de tranquilidad al sentir la brisa acariciar mi cabello. -Básicamente estoy aprovechando el tiempo que tendré para mí misma

Cortésmente el joven se presentó ante mientras el sol ya se ocultaba, dando paso a la luz de la ciudad para que iluminara nuestra vista. -¡Mucho gusto Aomine! ¡Soy Andrea Laakonen! De Finlandia...Llegué hace poco- Agregué para hacer nuestra charla más amena. -Debo suponer que al igual que yo no lleva mucho en esta ciudad ¿o me equivoco?- Voltee un poco curiosa para escuchar mejor su respuesta.

Aomine dibujo una pequeña sonrisa en su rostro al escuchar la palabras de la rubia, se dio media vuelta y dio un paso hacia enfrente para después dejarse caer hacia atrás recargando los antebrazos en la valla de seguridad del Mirador Antares.
Hecho la cabeza hacia atrás dejando que la corriente de aire le refrescara un poco la cabellera, dejándole una sensación muy agradable.

-Interesante nombre.-

Dijo el joven de cabellos azul oscuro después de que se presentara la chica de orbes amatista, Las cuales pudo apreciar ahora que había volteado a mirarle el rostro. Era un color muy bello sin lugar a dudas que combinaba perfectamente con su tono de piel. Andrea Laakkonen había sido bendecida con aquellas cualidades aun que claro estaba que no solo eso era necesario para estar en Glass City, La ciudad siempre se había dado a conocer por el gran talento que tienen sus artistas y por los que había conocido Aomine hasta ahora no se trataba solo de un eslogan turístico.

-Así es, yo tampoco soy de Glass City ¿Qué te trajo a esta ciudad?-

Regreso la mirada hacia el oscuro y estrellado manto estelar mientras aguardaba tranquilo la respuesta de Andrea, Se encontraba realmente cómodo en aquel momento y estaba disfrutando de la charla con la chica de cabellos rubios.

Me recargué de lado apuntando ahora hacia el joven que se había presentado como Aomine. Se veía un joven interesante, podía sentir gran pasión y talento en él, pero también se veía algo "serio". -Usted también tiene un interesante nombre, Señor Aomine- ¡Suena japonés!

Como mis suposiciones indicaban, él también era nuevo en Glass City. Tengo entendido que muchos vienen a esta ciudad a audicionar para Merveilles Records, así que tal vez y él era otra de esas personas. Claro que tenía que responder primero a su pregunta.

-¡Volar del nido!- Le dije. -Era hora de dejar el calor de mi hogar y buscar una nueva vida...Y espero y sea en la música. Así que esta ciudad es perfecta para lo que busco- Dijo girando mi cara hacia el paisaje, contemplándolo. -Y me atrevo a suponer que usted busca alguna oportunidad en Merveilles Records ¿No?

-Realmente lo que me trajo a Glass City fue la búsqueda de un verdadero reto, de donde yo provengo no hay mucho nivel si se le puede denominar de alguna manera. Así que cuando escuche del Glass City y sobre el famoso sello que en ella radica Mervilles Records, no pude dejar pasar la oportunidad para conocer a personas con un verdadero talento.-

Aomine realizo un lento y alargado suspiro para después cerrar los ojos para dejar que sus oídos lo emergieran en los ruidos que tenía la ciudad, en cierto punto era otra manera de “ver” la ciudad ya que los ruidos también decían mucho de ella. La garganta del joven de cabellos azulados ya se sentía un tanto seca, sin dudas necesitaba pasar un poco de líquido por ella para refrescarla.

-A tomado una decisión excelente al salirse de casa.-

Abrió los ojos lentamente para dejar que sus orbes azul oscuro se centraran en la estrella que brillaba más en aquella noche en todo el firmamento, Sin duda Glass City era igual que el cielo en aquella noche. Una ciudad llena de estrellas donde algunas brillan mucho más que otras, Aomine esperaba que Andrea consiguiera brillar con fuerza en ese firmamento.

Entonces mis sentidos no estaban tan errados. El joven Aomine realmente tenía una gran pasión por la música y al parecer le tiene un gran interés en los músicos prodigio. -Jeje, siempre es bueno rodearse de gente con gran talento.

Seguí con mi mirada al horizonte sorniendo ante lo que habíamos comentado hace un tiempo. Fue cuando como consejo, supongo, aplaudió que haya dejado el calor de mi hogar para volar por mí sola. Tenía razón, amaba a mi familia, y más a mi padre, que en paz descansa, pero tenía que seguir con mi vida en otro lugar. -¡Gracias!...Espero que este sea el lugar correcto para mí.

Di un gran suspiro y recargué mi mentón en mis manos que se apoyaban en la barda. -También espero que usted consiga conocer varias personas con gran talento.

-Ya eh encontrado a algunas personas de ese estilo y espero encontrarme con más.-

Hizo una sonrisa un tanto traviesa y desafiante como si le divirtiera el saber que podía encontrar personas aun con mucho más talento del que él contaba, Los retos siempre le habían llamado la atención y así mismo había aprendido que para el talento no había límites. Se levantó de donde se encontraba y sacudió un poco su cabeza para mover su cabello, camino unos pasos así enfrente para después decir en un tono de voz muy claro.

-¿Conoces algún lugar donde pueda beber algo?-

Aomine estaba disfrutando tanto de la vista como de las corrientes de aire que solo se podían sentir en el Mirador Antares, pero había llegado el momento en que bebiera algo ya que su garganta se lo estaba pidiendo. Se quedó quieto en el lugar al que había avanzado mientras seguía contemplando otro Angulo del hermoso cielo nocturno de Glass City.

-¡Oh, ya veo! Veamos qué más te prepara el futuro- También le devolví la sonrisa desafiante. Estaba muy conciente del encanto de mi voz, y tal vez el futuro nos volvería a cruzar, espero y esa vez sea ya como cantante profesional. -El destino es muy caprichoso.

Todo indicaba que nuestra velada en el mirador había terminado y era tiempo de que cada quien siguiera su rumbo. -Sí. Tome la ruta que sigue la calle, luego la primera desviación que tome al centro de la ciudad. Ahí encontrará varios bares. Con mis manos le di indicaciones.

Empecé a retirarme no sin antes despedirme como se debe el joven Aomine. -Bueno, joven Aomine. Fue un gusto tener esta charla con usted. ¡Espero y nos volvamos a encontrar algún día ¡Cuídese y disfrute su noche!- Le tendí la mano para estrecharla. Una vez que caminaba para la salida, le dije. -No se preocupe por mí. Puedo caminar hasta mi apartamento- Más bien, volar.

Escucho con suma atención las indicaciones que le dio la chica de cabellos rubios, al parecer el día para el aún no había terminado y la suerte seguía tocando a su puerta. Ya que el lugar donde se encontraban los bares no estaba muy lejos de Mirador Antares al parecer por lo que describía Laakkonen, lo mejor sin duda seria cenar algo ligero para después ir a descansar.

-Nos vemos-

El chico de cabellos azulados correspondió a tender la mano para despedirse de Andrea, Las palabras que la joven había dicho era muy ciertas. Seguramente se verían de nuevo más adelante y para Aomine seria toda una dicha re-encontrársela sobre un escenario, así como también poder verla en acción en algún otro momento.

Volteo de reojo para ver el paisaje del Mirador Antares por última vez antes de bajar por el ascensor y subir a su auto deportivo, para después esconder el auto y salir a toda velocidad en dirección hacia los bares. Sin duda había sido un encuentro agradable, aunque hubiese preferido disfrutar del Mirador Antares sin más compañía que la suya.

-Ya habrá otra ocasión.-