[Mansión Courtois] Secuestros al atardecer (Antoinette)

Ya con el ambiente mas tranquilo me di el lujo de escuchar atentamente sobre el té que había preparado, asentí con tranquilidad antes de, aunque no me hubiera gustado pero debía hacerlo ya por comodidad, separar nuestras manos.

-Me parece una excelente opción el té chai, teniendo la misma capacidad de estimular como el café me vendrá de maravilla.... puedo?

Dije haciendo ademan de servir las tazas, tal vez era la mala costumbre de siempre servir. Tomando con cuidado la tetera, después de disponer bien las tazas, comencé a servir con la misma delicadeza como si fuese una ceremonia.... bueno, era prácticamente una ceremonia  especial entre ambos.

-Puede ser por influencia mas del trabajo de mi madre, pero de todas las disciplinas que aprendí como maiko, el servir el té es mi favorita. Es tan meticulosa y elegante que todo es fundamental, desde como se sirve hasta la temperatura perfecta del agua.

Con las tazas servidas me tome un momento para apreciar el aroma salido del té, por un momento creía entender cuando mi abuela decía de servirle a un joven señor como en su época, si usabas mejor la imaginación podía ser una escena perfecta.

-se sincero, te emocionaría mas usar un traje como los antiguos señores de japón o un kimono como usaban aprendizas o las mismas geishas? porque realmente me quede con el pedido de mi abuela para vestirte

Le observe de reojo esperando su respuesta, no íbamos a mentir, el tenia una facciones tan delicadas, casi femeninas dependiendo de la expresión que coloque; buena estatura y porte para usar uno de los kimonos de seda y si tuviera el cabello mas largo, con algo de arreglo y maquillaje seria una perfecta maiko, al menos en aspecto.

-ahora yo tengo las duda de como te verías vestido como maiko... pero siendo sincera de verdad, te imagino mas con un traje digno de un señor de la epoca 

"- Sí claro, adelante.-" Permití que liberara su mano e hice un gesto para invitarla a adueñarse de las tazas. Me parecía algo adorable el gusto y el apego que Antoinette mostraba a esa clase de cosas.

Su pregunta me tomó un tanto por sorpresa, mas no pude contener una risa que reflejaba en verdad lo divertida que me parecía la situación.

"- Honestamente me da igual. Podrías probar ambas y no creo que me sentiría mejor con uno o con otro, muchas veces me he vestido como mujer por diferentes circunstancias y no considero que me sea más cómodo uno o lo otro. Puedes hacer la prueba con ambos, incluso puedo hacer que mi cabello crezca para que te diviertas peinándolo, pero si es más de tu agrado verme como un señorito, entonces yo también tendré esa preferencia.-" La miré de forma sugerente, queriendo plantar algo de curiosidad en ella respecto a las opciones.

"- Ya dije que voy a conceder tus caprichos, Antoinette.-"

-yo creo que un kimono en tonos oscuros te sentaría muy bien, con el maquillaje adecuado y el peinado perfecto te podría considerar una digan rival... las geishas y maikos eran realmente competitivas en esa época, al punto de dañar las reputaciones de otras con horribles rumores, era muy raro los casos de daños físicos.

Seguro se hubiera ganado una buena cantidad de rivales en esa época, incluso yo sentiría algo, muy en el fondo, de envidia, pero si vamos al otro ámbito... un porte mas de joven japones, un buen hakama haori le sentaría bastante bien. Era una muchacho con ambas facciones y podía sacar provecho, pero siempre seria un encantador desastre...
De nuevo con el asunto de los caprichos permitidos esa noche, ya iba a empezar a sacar provecho.

-Si vas a cumplir mis caprichos.... el primero que te estaría pidiendo para cumplir seria el que abreviaras mi nombre, me es un poco.... pesado que me llamen "Antoinette" a cada rato, estamos en confianza, no? asi que... puedes decirme como me llama mi familia que es, simplemente, Anto.


Me provocaba un leve tick el escucharlo siempre decirme por el nombre completo, tan formal, como si no fuéramos amigos, incluso mi compañera de clases, que tenia poco de conocerla, me llamaba por abreviación y no por nombre completo. Iba a tenderle su taza de té hasta que recordé cierto detalle que ya ocurrio antes.

-ah... necesitas gotas de sangre para beber, verdad? quieres que...

Hice una leve indirecta de pincharme el dedo como aquella vez, aunque habia un problema

- Esta vez no tengo agujas, si tienes alguna cosa para pinchar seria mas facil.

"- Oh ¿enserio? -" Pregunté genuinamente sorprendido por su petición respecto a su nombre y es que jamás se me cruzó por la cabeza que podía llegar a molestarle. "- No creí que te molestara. La verdad no lo hago por un tema de respeto, educación, cortesía o formalidad. Simplemente me gusta pronunciar tu nombre, pero si así lo quieres entonces no tengo problemas en llamarte como estimes conveniente, Anto.-" Accedí a su petición con completa naturalidad y le di una sonrisa muy cómplice antes de negar suavemente con la cabeza.

"- Temo que tendré que negar el té esta vez.-" Sí, dije que sería honesto y de verdad estaba dando mi mejor esfuerzo en ello. "- No me he alimentado como corresponde, mi estado anímico no me ha permitido sentir apetito como normalmente lo haría. Supongo que a veces no somos demasiado diferentes a ustedes, emocionalmente hablando.-" Decidí explayarme un poco más, no quería dejar a medias el tema. "- Para un vampiro con algunos siglos encima no es realmente un problema no beber, por supuesto, vamos perdiendo cada vez más las pocas características humanas que todavía nos quedan mientras más pasa el tiempo. Los jóvenes en cambio enloquecerían con uno o dos días sin beber. Pero incluso así, estoy seguro que si llego a saborear... no, siquiera a oler tu sangre, mis instintos serán difíciles de controlar y por supuesto, no tengo la intención de atentar contra tu vida.-" La miré de reojo y agregué "- Prometo que esto estará regulado la próxima vez que nos veamos-" Crucé las piernas y me incliné un poco hacia adelante en dirección hacia ella, apoyando mi rostro sobre los nudillos de mi mano y mi codo en mi pierna para darle soporte.

"-Retomando el tema anterior ¿Cuando quisieras hacer la prueba de vestuario? Ah, pero a cambio yo también pediré una prueba de vestuario de tu parte ¿Te parece bien? Quisiera dar un paseo alguna vez, quizás con trajes victorianos ¿Me concederías el capricho? -"

No insistí en la petición del té y me dispuse a tomar mi taza, seguramente deba beber la otra en el caso que el no pueda, por el momento me deleitaba con la sutil fragancia del Chai; bebí de a sorbos sin dejar de prestar atención a la explicación de el, con esa información ya aclarada ya iba a estar mas preparada para la próxima.

-Espero que así sea, no me querrás enojada, entendiste?

Le lance una mirada un poco amenazante, aunque no duro mucho antes de que una sonrisa maliciosa se dibujara en mi rostro y seguí con el té. Para habérselo planteado hace poco se veía entusiasmado con la futura prueba de vestuario.

-No sabría decirte bien, ya que acabo de proponertela... ademas debería tener tus medidas exactas, creo que en una o dos semanas te parece bien? quiero encontrar el kimono ideal.

Me tome unos segundos para analizarlo mejor con la mirada y dar otro sorbo a la taza, medidas básicas, estatura media, creo que no seria difícil. Ya con eso en mente me desvió un tanto el tema al escuchar su pedido.

-Trajes victorianos? creo que podría... aunque por el momento no tengo nada en mi armario con ese estilo, tendrías que darme algo de tiempo, esta bien?

"- Claro, por mi no hay problema. Mientras me avises con un poco de anticipación.- " Asentí y dejé que mis ojos se fijaran en sus manos, en la manera en que sus dedos tomaban la taza y la llevaban hasta sus labios. Fue tan solo un momento, pero sentí que estaba, inconscientemente, fijándome en detalles que normalmente no haría y ya no sabía exactamente a qué culpar.

"- Oh no. Así como tú vas a encargarte de mi vestuario japonés, seré yo quien se encargue de tus ropas occidentales ¿Es lo justo, no? -" No me esforcé por esconder ese ligero rastro de malicia en mis palabras y es que ya tenía algo en mente. Mejor aún, estaba seguro de que no tendría problemas con las tallas, después de todo no eramos tan diferentes.

Suspiré suavemente, estaba aliviado de tener a Antoinette distrayéndome de mis propios torbellinos, pero estaba seguro que en el momento en que ella abandonara la mansión, inevitablemente volvería a hundirme en esos pensamientos que ahora me esforzaba por ignorar.

Y estaba bien, así debía ser. Tampoco podía depender de ella para salir de eso, pues no era justo, ni tampoco necesario.

Una parte de mi detestaba ser lo que ahora mismo era, pues me acercaba más a un muchachito con el corazón adolescente herido que a un vampiro de un par de siglos.

¿Por qué después de tanto tiempo volvía a sentir tanto miedo a la soledad?

"- Anto...-" Bajé la mirada, estaba dudoso de lo que iba a decir, pero precisamente mi idea de traerla a casa había sido una charla completa, honesta, detallada.

"- ... -"

-ummm...  creo que seria justo, pero cuidadito con lo que me hagas usar.  Ni se te ocurra un escote

Le mire con un dejé de reprimenda.  Si bien tenía un busto considerado, siendo eso herencia por el lado de la familia paterna, odiaba los escotes, era demasiado recatada para la hora de vestirse.

Volví a darle un sorbo largo a mi te, había terminado la primera taza al fin, esperaba que la que había servido se mantuviera en una buena temperatura.  No había dejado pasar la sensación de como Yuli me miraba, era un silencio cómodo, me sentía tranquila y cómoda en ese lugar.

Levante la otra taza con intención de beber antes de que se enfríe, me detuve un segundo al escuchar  mi nombre por parte de mi anfitrión.


-si?

Al no escuchar lo que iba a decir, y viendo que parecía dudar, dejé la taza nuevamente en la mesita.

-pasa algo?

"- Yo... -"

¿Cómo podía comenzar a explicarle todo el caos en mi cabeza y en mi pecho? Una parte de mi decía que por nada del mundo debía hacerlo, sin embargo, la otra parte añoraba sus oídos, su silencio, su juicio y tal vez también su comprensión.

¿Podía un vampiro de docientos o más años abusar de esa manera de una chiquilla de apenas 17?

"- Yo... -"

Había pronunciado su nombre antes de haber ordenado las ideas en mi cabeza, por lo que cuando se suponía que debía seguir hablando me quedé sin palabras.

Ahora mismo los recuerdos de al menos los últimos 50 años me abrumaban, como si mi esfuerzo por retenerlos no hubiese hecho más que explotar en el minuto que decidí darme a entender. Esa misma casa y los aromas aún presentes me hacian querer huir de ahí, no volver o encerrarme en mi ataúd hasta que mis recuerdos se desvanecieran, hasta que la imagen de Ash en mi cabeza se volviera borrosa y confusa, hasta olvidar el sabor de su sangre y el calor de su cuerpo.

Me quedé en silencio, hundido en el torbellino que no lograba hilar. Una de mis manos alcanzó mi labio inferior en un gesto inconciente y entonces por primera vez en todo ese tiempo, me di cuenta del triste y solitario futuro para mí.

"- Me quedaré solo... -" Murmuré, no para Antoinette, estaba absorto en la realización de algo que era evidente, pero que no había querido notar hasta entonces.

La vida de Anto era fugaz, como la de cualquier persona frente a un vampiro. Ya no tenía a ninguna criatura sobrenatural junto a mí. Que aunque no todos fuesen inmortales, al menos su tiempo era mucho mayor a las de las criaturas del mundo humano.

Los dedos que antes tocaron mis labios ahora se recogieron en un puño sobre ellos y no fui capaz de retener el par de lágrimas rojizas que bajaron por mis mejillas. Cubrí mi rostro con ambas palmas en una postura algo indefensa y un sollozo se escapó, como si fuese un niño rompiendo a llorar.

No quería que me viera así, no quería arruinar el buen ambiente, así que intenté retener el llanto, pero fue peor, la presión sobre mi pecho aumentó y otro sollozo se escapó de mi boca.

¿De verdad aún había algo de humano en mi corazón?

Un desastre, eso era lo que están viendo frente a mi, pero no un desastre desonhoroso o desagradable, era un desastre que te movía hasta la más profunda fibra de sensibilidad. El vampiro de porte que se mantuvo hasta ahora sereno y elegante estaba mostrando algo que me recordaba a mi... Se estaba quebrando. 

Traté de darle un espacio para que se tomará un momento de recuperarse. ...  sabía que era igual de orgulloso que yo, que no era alguien que deseará que lo vean llorar, y trate de respetarlo. 


-Yuli? 


Hasta que lo escuche


Ese sonido de alguien ya no soportando la situación, podía ser leve, ppdia parecer el de un pequeño niño, pero algo se movió dentro mío, sin pensarlo más me levanté del sillón y rápidamente me dispuse a su lado.  
Yo no era de la clase de persona que consuela a alguien llorando, pero algo me motivó a rodearlo co  mis brazos, protegerlo como si fuera el ser más frágil de este mundo.  

-tranquilo....  puedes llorar, no voy a juzgarle

Acaricia su cabeza con cuidado, dándole a entender que podía llorar todo lo que quisiera en ese momento.  Un leve flashback apareció en mi mente, poco tiempo después de que llegue a Japón, Lotte tenia un conejo que falleció por una especie de moquillo, nunca la había visto llorar tanto y desconsolada, la abrace con tanta fuerza esperando que dejará de llorar porque me DOLIA verla así.. ..  y así me sentía de nuevo. 

-estaré aquí todo lo que quieras... 

Bastaron sus dulces palabras y el calor de sus brazos rodeándome para terminar de romper mis defensas. Rompí a llorar como un muchachito, como ella misma había llorado frente a mí o quizás un poco peor.

Pasé de esconder mi rostro a aferrarme con mis dos manos a las mangas de su ropa como si estuviera a punto de caer a un precipicio, dejando escapar sollozos audibles y afligidos.

¿Era mi culpa haber terminado de esa manera? ¿Qué exactamente había sido lo que había hecho mal? Si lo pensaba la única respuesta a eso era que la culpa había sido seguir un sueño, el de tomar la música enserio. Si no hubiese optado tan determinadamente por venir hasta Glass City mi vida con Smile y Ash hubiese continuado tal como antes, quién sabe por cuántas décadas más.

"- Es mi culpa... Es... mi culpa....! - " Mis lágrimas no paraban y por el momento todo lo que hacía era aferrarme al único y último pilar que me quedaba. Antoinette.

"- No quiero volver a estar solo...! -" Confesé entre el llanto, abrazándola un poco más.

-esta bien...  desahogate... 

Deposité un beso en su coronilla apenas se rompió en llanto, uno fuerte y agónico, lo único que podía hacer era estar ahí y darle el pase libre a que soltara hasta la ultima lágrima que tuviera retenida en su interior. 

Escucharle decir que era su culpa y que no queria esta solo era doloroso, nisiquiera su fuerte agarre a mis brazos, como si fuera su único salvavidas, provocaba ese dolor. 

-no estas sólo... me escuchas? 

Le aleje un poco sólo para tomar su rostro con ambas manos y que no desvíe la mirada

-se que mi vida es extremadamente corta y sólo estaré unas décadas contigo, pero ahora estoy aquí, escuchandote y dejando que sientes todas esas lágrimas...  Yuli

Limpié algunas de las clientas de lágrimas que habían empapado su rostro, sin mucho éxito. 

-yo voy a estar contigo todo lo que quieras, cuando quieras y donde quieras....  conmigo no vas a estas sólo... entiendes?  Hay cosas que no puedes controlar, cosas que el destino quiere y hay que saber sobrellevarlas...  pero no es culpa de uno siempre... 

Suspire y volví a abrazarlo y dejar que siga liberando todo ese dolor, ya no me impprtaba estar hasta la siguiente noche si era necesario.

Intenté esconder la mirada de la de ella, pero el agarre en mi rostro no me lo permitió. Sus orbes doradas se clavaron en las mías que rebosaban en lágrimas carmines. Sus palabras que eran precisamente parte de mis pensamientos dolieron más al ser dichas por sus labios.

"Apenas unas décadas" Esa era la verdad de su tiempo, un tiempo que por egoísmo, pensaría en cambiar, pero no, mi corazón no era tan egocéntrico. Mi aprecio hacia ella era ya de por sí suficientemente grande como para poder condenarla a la eternidad por el simple hecho de no querer estar solo.

No me lo perdonaría.

Volví a hundirme entre sus brazos dejando escapar el llanto desgarrador que tanto había suprimido, pero al cabo de un rato este fue calmándose, poco a poco.

La verdad era que prefería mil veces lo efímero de esos momentos antes de deshacerme de su humanidad.

"- Gracias... -" Murmuré apenas, entre algunos gimoteos, varios minutos después de sus palabras de consuelo.

Me separé solo un poco para limpiar mi rostro y entonces caí en cuenta de algo.

"- Ah... He manchado tu ropa... -" La linda blusa que Antoinette vestía ahora se encontraba teñida con mis lágrimas carmines. Alcé la vista a su rostro, arqueando las cejas, sintiendome como un estúpido por llorar de esa manera y con esas consecuencias. "- Lo lamento... -"

Volví a acunarlo  en mis brazos como a un Nuño pequeño, simplemente estando ahí para el y siendo su salvavidas por esos momentos. 

Cuando vi que se fue tranquolizando suavice el agarre, el se alejó de a poco y vio directo a mi blusa, comentando lo que había pasado.  Baje la mirada y vi claramente como esta tenía un tono rojizo considerado, tendría que pensar en alguna excusa creíble  Cuando llegará a la casa. 

-no te preocupes, es sólo una blusa, y no seria la primera vez que debo limpiar este tipo de manchas. 

Traté de bromear con la  cruda verdad del pasado antes de darme cuenta que sonó muy estúpido lo que dije. 

-ignora eso, diré que algún idiota salio de la nada y me quiso jugar una pésima broma. 

Lotte le costaría creer me pero ni modo,  Levante una de mis manos para acariciar con cuidado el rostro de Yuli, limpiando las lágrimas rebeldes que se quedaban ahí. 

-te sientes mejor? 

Aun con las cejas arqueadas por la pena le di una sonrisa pequeña que decía que su excusa para la blusa era una realmente mala.

Dejé que secara mis lágrimas y llevé mis manos sobre las suyas para acariciarlas. Cerré los ojos un momento y tomé una bocanada de aire que dejé ir lentamente antes de retomar la palabra.

"- Pasaron muchas cosas...-" Comencé a explicar como pude "- Ash, el hombre lobo que vivía conmigo y era mi pareja, decidió que no podía quedarse más tiempo en esta ciudad... Simplemente no era para él... Supongo.-" Abrí los ojos lentamente, dejando caer las últimas lágrimas.

"- Tal vez no solo fue eso... Ya desde hace un tiempo las cosas iban mal... Pero yo realmente quiero estar en esta ciudad, realmente quiero intentar entrar al sello... Incluso si tengo que hacerlo solo. -" Mencioné con una mirada un poco más decidida. "- Es difícil apasionarse por algo después de vivir siglos, por eso la música y todo lo que conlleva significa tanto para mí. Pero no puedo evitar sentirme culpable. -" Baje la mirada y un suspiro tembloroso salió de mis labios.

"- Honestamente no pensé que se iría... -"

Limpie mis manos en la blusa, importandone nada si se ensuciaba mas de aquella lagrimas carmesís; recobre la postura en el sofá y dejando que el pudiera hacer lo mismo. Ya un tanto mas tranquilo prosiguió a contarme sobre aquel que na vez escuche muy por encima, mas que nada para respetar su privacidad.

Durante la explicación no dije nada, si bien era consciente de que el tenia una pareja, no dejaba d provocarme cierta fibra por dentro, decidí ignora aquello y enfocarme en la situación actual; Yuli se había quedado solo, con quien estuvo por años se había ido y dejado con un sentimiento de culpa por querer seguir lo que mas le apasionaba, era complicado... las relaciones en si eran complicadas, y lo peor, no podía opinar del todo seguro ya que ni siquiera había conocido al tal Ash.

-yo.. no sabría que decirte... por un lado esta tu pasión por la música, lo que aprendí con los años es que uno no debe abandonar sus sueños por nada ni nadie... y por el otro es respetar las sediciones del otro y tratar de que haya una convivencia... pero este caso, es difícil, incluso para cualquiera...

desvié la mirada un momento antes de pensar bien como seguir

-aqui debo decir... puede que esto estaba destinado a pasar... la pregunta es, te arrepientes de querés seguir este camino? te arrepientes de venir aquí?

Puede que su respuesta llegue a ser un SI rotundo... y eso conllevaría al pensamiento egoísta de a que si el no hubiera venido aquí no nos hubiéramos conocido, aunque eso también aplicara que si yo no hubiera decidido seguir el camino de la música jamas nos hubiéramos cruzado para nada.

-Bueno... no es como si yo tuviera derecho a opinar, es tu situación y lo que tu quieras hacer de ahora en mas, disculpa...