Un premio incómodo (Privado)

-Sólo era una simple compra...- Se repetía contínuamente en la cabeza.

¿Qué fue lo que pasó que la tiene lamentándose abochornada en una de las bancas del centro comercial? Simple, Un par de horas más tarde se había dirigido a la tienda de ropa interior, uno de los motivos era para comprar algo que le había recomendado la profesor Lavezzi para uno de sus "proyectos". Todo ocurría normalmente en la tienda: entró, hojeó las prendas hasta decidirse por una; de no ser por el tiempo que tardó, tal vez esto no hubiera ocurrido. Al pagar tuvo la sorpresa de ser la cliente número mil de la semana y el "gran premio" se trataba de un juego de lencería de gato.

Yuki no daba fé de lo que había ocurrido. ¿Ella portando eso? ¿Para qué? Sí, una anécdota graciosa, pero que avergonzaba a la japonesa. -En serio, ¿qué haré con esta cosa?- Se volvía  a preguntar con el regalo en la bolsa de cartón en la mano.

Sólo era una simple compra, Yuki, sólo era una simple compra...

Llevaba tiempo buscando ropa sexy para cuando quiero "jugar" con mis parejas sexuales, así que estuve en diferentes tiendas de fantasía erótica y lencería. Esta vez me fui a las tiendas en mi forma juvenil, por que había que admitir que a mis 20's aun era capaz de encontrar ropa bonita que me quedara... sobretodo por mi pecho que se desarrolló rápido.
En lo que estaba viendo unos brassieres, escuché como algo se estaba festejando en caja. Si mi vista no me fallaba era una de mis alumnas, y como las de la tienda no conocían la discreción, pude oír como se había ganado un juego de lencería de gato.

Oh dios... Yo quiero eso.

Mi alumna se fue pero me aproximé a las dependientas preguntando si podría comprarlo, pero la política de la tienda decía que este juego sería solo para cuando se llegara a cierta cantidad de clientes y no podía comprarlo. Me hirvió la sangre, y solo me dejaba con la opción de preguntarle a la señorita Nakayama que me lo vendiera.
Pero apenas salí de la tienda la perdí de vista ¿pues a donde se había metido?
Subí y bajé las escaleras eléctricas, busqué en otras tiendas de ropa, de música, pero nada.
Me tomó un par de horas encontrarla, estaba en un simple banco, y se le veía atribulada. Me aproximé a ella y me senté a su lado con bastante confianza.

- ¡Hola! Perdón por acercarme así - le avisé de mi presencia con mi encantador tono de voz. Baje mi voz un poco una vez que estuve cerca de ella - Vi como te dieron ese premio y siendo sincera.... Me gustaría comprarte ese juego de lencería. ¿Cuánto quieres por él? - mis ojos eran inquisidores y apasionados, realmente me veía usando esa lencería tan juguetona y coqueta.

Se sobresaltó un poco al escuchar de repente a la chica que se colocó enseguida, casi tirando la bolsa en mano.  Sonrojándose al saber que la había visto ganarse tan llamativo "regalo". –¡¿Lo viste?!...– Preguntó. –¡Maldición! No quería que nadie más me viera ganarme eso– Trataba de mantener un rostro impasible, pero sus ojos delataban la pena que sentia.

Como si la vida le diera una oportunidad, la extraña chica se ofreció a comprarle tal juego. -¿Comprarlo? ¿En serio?- Inconscientemente ojeó a la morena, reconociendo por qué lo querría. Volteó a ver la bolsa que estaba en su regazo. –No sé cuánto cuesta esto, pero podríamos llegar a un acuerdo por el precio. Aunque...– Guardó un silencio al tratar de meditar esto. –Podría darle una oportunidad a esto– Ese pensamiento empezaba a cambiar la situación.

–La verdad...bueno...¿si me arrepiento de esto?...– Divagaba. –Realmente es un lindo juego, las modelos que salen ahí realmente les quedqa bien, y comprendo por qué lo quiere. Nunca he sido de usar esto y tal vez sea una señal que deba...probar este tipo de cosas– Sus blancas mejillas se estaban tornando rojas con forme se hacía a la idea. –Tal vez incluso le guste a Marcy...¡Qué estoy pensando!

Volteó ver a la chica. –Lo siento, no soy buena en estas cosas.

Asentí insistente, ¡claro que la vi! Tampoco es que las empleadas fueran de lo más discretas con respecto al festejo.
Casi quise brincar de emoción cuando mi alumna me dijo que si sería capaz de hacer el intercambio.. Pero dudó. Oh no. Estaba dudando. Yo quería esa ropa interior ¿Pero quién era yo para quitarle eso? ¿Debía de insistir? Estaba muy tentada a hacerlo.

- Bueno, siendo honesta... uno se arrepiente más de las cosas que uno no hace que de las que si. Si realmente la quieres no insistiré - suspiré un poco decepcionada si esa era la decisión final de mi alumna.

Pero si tenía alguna debilidad era con los chismes, y esas últimas palabras me hicieron preguntarme sobre las relaciones e intereses de Yuki.

- tienes un cuerpo bonito, siendo honesta - comente sin sonar vulgar. - Hay que admitir que siempre que puedas sorprender a tu pareja, entonces te debe algo después. Ese juego te puede servir como un as bajo la manga. - comenté con total confianza.

Por lo menos era un alivio que la señorita presente comprendía la situación y no la presionaría -por otro lado eso significaba que Yuki debía aprender a apreciar el juego de lencería.

Dubitativa, balbuceó. –Bueno...todavía no sé si es lo que quiero. Pero no debo despreciar algo que ni he probado aún.

–Eh, gracias. Lo he escuchado seguido– Apenada aceptó el elogio, otras personas que le han dicho algo parecido eran: su mejor amiga, su actual exnovia, su prima, su novia -a su manera- la maestra Lavezzi, etc. –¡Ah! ¿En serio?– Le sorprendía que aquella chica hablara de ese tema con tal libertad, aunque claro era porque Yuki es más reservada en esos temas de la intimidad. –¿Sorprender a mi pareja?– No estaba totalmente segura de qué "favor" podría pedir a cambio. –Tal vez deba aprender a ser más..."seductora" en esto. Giró u vista a la chica–Veo que usted es muy abierta para hablar de "eso", señorita...– Dejó un hueco esperando saber el nombre de la morena.

–No debería, pero...– Un pensamiento le llegaba a la mente. Tragó saliva –¿Podría?....¿Podría, guiarme en eso?– Su cara parecía un tomate después de eso, esperando que la otra chica no malinterpretara o se burlara de ella.

Tenía razón y asentí para ponerme de su lado, para que no se sintiera presionada por mi. No era el fin del mundo si no compraba ese juego de lenceria.

- Vamos a probar si el destino está de tu lado o del mío. ¿Me permitirías ver las etiquetas de talla de la ropa interior? - generalmente las panties venían con elástico pero los brassieres, los brassieres siempre son de una talla y copa definitiva, algo que tenía que aceptar que era mi enemigo mortal. - Si no me quedan entonces ¡todos tuyos!

Uuuh~, ya habia escuchado ese elogio, que bueno que la gente se lo dijera, hay que admitir que a veces el ego debe de ser alimentado periódicamente, pero yo tenía un orgullo voraz.

- Claro, cuando uno puede "satisfacer" a la pareja fuera de lo "estándar", siendo el primero en algo o haciendo algo nuevo, el otro ya te debe un favor - le guiñé picaronamente. Yuki aún así me dijo algo que me extrañó un poco, diciéndome que ra muy abierta para hablar de este tema - Bueno, eres una desconocida para mi, lo que opinen los demás no me importa... Aunque, tampoco es que este diciendo mucho - comparado con el lenguaje vulgar y explícito que usaba con amantes y allegados, me estaba censurando y bajando el tono de mis comentarios - Llámame Lilith... ¿y tú eres? - Me tarde una fracción de segundo en contestar, estaba a punto de presentarme como Katherine. Aún si lo hiciera ¿cuales eran las probabilidades de que me descubriera? Mi aspecto actual me quitó una década o más de mi vida. - ¿Guiarte en que?

Le cuestioné relajada, si quería bajarle algunos tonos de rojo a su cara, debía de demostrarle que no había nada de malo con que pidiera ayuda. Además, debía de aprender a ser un poco más decidida y clara.

Asintió. Consideró que era lo más justo, tal vez y la talla no era para los 93 cm de busto de la japonesa, problema que a veces tenía en su tierra natal. Así que sacó de la bolsa de cartón el juego que lucía de un color blanco como la nieve que parecía combinar con la tez de la joven asiática.

–Conociendola a ella me hará varios favores solamente para que le modele esto o cosas parecidas– Murmuró muy a lo bajo en referencia a Marceline. Volvió a asentir. –Bueno...esos son temas que no suelo hablar, y siempre mi amiga es muy despreocupada cuando habla– Por no decir "desvergonzada", pero a veces lo hacía para molestar a Yuki.

–¡Mucho gusto!...Soy Yuki– Devolvió la presentación.

Volvió a tragar saliva. Pensaba muy bien lo que iba a decir, no quería dar una idea errónea o que la malinterpretará. –Me refiero a...darme tips y eso para poder ser más desenvuelta o segura de mí y de mi cuerpo. No sé si me explique. No quiero tratar de impresionar a mi pareja y compre un juego que tal vez no vaya de acuerdo conmigo o tratar de ser más "seductora" y verme como una torpe. Cosas así, solamente consejos y así– El sonrojo ya no era tan fuerte, pero por dentro todavía seguía muriéndose de la vergüenza.

- Uhh~ blanco, eso da un tono inocente - dije al ver la lencería tan hermosa. Revise primero la panty, y resultó ser mediana, por lo que suspiré de alivio. Y luego busqué la etiqueta del brassier que al parecer era más elástico ¿pero que tanto? Al leer la talla mi humor declinó notablemente y guardé la lencería de nuevo - No me queda la copa, solo hasta C.

Bueno, eso significaba que no podía comprarlo, por más que quisiera no me quedaría de ninguna manera.
Ahora puse más atención a los comentarios de mi alumna, a lo cuál solo pude reírme un poco por su situación. ¡Oh! La juventud, divino tesoro.
Ooooh~ Y la pareja de Yuki era un chica, eso sí no me lo esperaba. Me daban ganas de conocer a la suertuda.

- ahí está el detalle. No es cualquier favor, es EL favor. Si quieres jugar con un poco con ella, aprovéchalo. Condicionada a que haga algo que generalmente no haría por su cuenta, eso es lo divertido.... o simplemente intentar cosas nuevas es para dar sorpresas o premios a la pareja - debo admitir que era cruel, pero eso hacía divertido las sesiones de sexo. - Parece que en expresividad chocan bastante - mencioné lo obvio.

Ahora que ya conocía su nombre, ya podía referirme a ella sin problema. Estuve muy cerca de mencionar su nombre antes de que se presentará. Esto era muy peligroso.
Escuché con atención que era lo que ella deseaba conocer, con un gesto serio, por qué quería evitar que mis otras expresiones pudieran malinterpretarse y podría provocar que se encerrara como una tortuga.

- Bueno, la única manera de lograrlo es intentándolo - le contesté con una sonrisa - suena tonto como lo digo, pero es que así funciona - pensé un poco como explicarle cómo soy yo sin dar idea de que justamente... soy yo - La seguridad viene de un amor propio y de tener refuerzos positivos. Por ejemplo, cuando te den un cumplido sobre tu apariencia o habilidad, no hay que bajarse de la nube, respondes "Gracias!" Con una gran sonrisa. Incluso la manera en que uno posa o mueve su cuerpo puede afectar como se ve uno mismo, es eso del lenguaje corporal.... No se trata de fingir orgullo, uno debe de saber sus fuerzas y ventajas para pensar "Oh si, estas muy bien", por qué así no tienes miedo a que digan tus debilidades.

Sonaba fácil como lo decía yo, pues tenía más de 30 años luchando para tener este orgullo que cargo todo el tiempo. Tal vez yo me pasé, pero fue repetirme y observarme por mucho tiempo antes de convertirme en lo que soy ahora.

–Parece que el destino quiere que uses esto, Yuki– Resignada, volvió a colocar el atuendo en la bolsa.

Proceso lo que le comentaba. –Tendría que trabajar mi imaginación..– Nunca había tomado la iniciativa en ese aspecto, y fue hasta que su pareja la había retado en "mostrar a esa otra Yuki", fue cuando ella tuvo que salir más de esa burbuja. –Je ¡Si supieras! Es toda una personalidad. En nuestra primera cita fuimos al acuario y se metió al estanque de una foca sólo para que diera un espectáculo mejor que sólo "aplaudir y jugar con una pelota"– Y le gustaría decir que eslo más loco que le ha tocado prescenciar.

–Me imagino...Y es lo que no sé cómo hacerle. "Intentarlo" e "intenatarlo"...– Miró hacia su regazo después de sacar de nuevo el atuendo y para verlo. –Supongo que tendré que practicar con esta cosa. Sería humillante que esté probando con esto y micompañera de habitación entrar de repente– Otra vez, situación jocosa, pero humillante para Yuki.

Exhaló y miró a Lillith –Disculpe, ¿podría....acompañarme?– Sonaba más relajada. –Por lo menos quiero asegurarme que es cierto que me quede bien.

Esa era la pieza clave, la imaginación. Y tal vez un poco de sadismo.

- ¿e-enserio hizo eso? - vaya que en el acuario suceden cosas muy locas, como cuando fajé con Dante escondidos en alguna parte del acuario. Debía de admitir que eso fue divertido y excitante - Al parecer es una caja de sorpresas esa chica.

Entendía la confusión de la chica. Intentarlo era difícil, pero era un paso que se tenía que hacer para lograr alzar el orgullo.

- Tal vez deberías pensar primero optando por adoptar un nuevo lenguaje corporal, he leído que eso ayuda bastante para interiorizar nuevos comportamientos. ¿Que tal si observas a la gente que tú crees que tiene esa confianza? Podría ayudarte.

No pude evitar reírme de imaginar que se está probando el interesante juego de lencería y que una compañera entre a su habitación. En esos momentos agradecía tener un cuarto para mi sola en donde podía llegar cuando quisiera y tener lo que sea en mis muebles.

- Claro, hay que re-afirmar que el destino está de tu lado. - Me paré entusiasmada, lista para ayudar a la chica.

Rió un poco. –Y no una simple caja...¡la de Pandora!– Por lo menos se alegraba que Lillith no hiciera escandalo por la orientación de Yuki. Por el momento los pocos que saben han sido compresibles.

–Aprender del lenguaje corporal... Claro, creo que usted me podría ayudar– Sonaba más confiada.

–Al menos Shizuka no entró a la habitación el otro día que estaba con Marcy. Ahi sí no podría ni verla a la cara– Pensó al escuchar a la mayor reir.

Al ver a Lillith levantarse con mucha decisión -irónicamente más que la involucrada principal- Yuki sonrió más convencida y se levantó, pero a un ritmo más calmado. –¡Vamos!– Empezó a caminar junto con la otra.

–Gracias por "ayudarme" en esto. Sé que es raro hacer esto con una desconocida y más en un tema algo íntimo. Espero no serle una molestia– Se dirijieron rumbo a la tienda donde todo inició. –¡Aquí estamos de nuevo!

No pude evitar reír ante aquel comentario, es que fue muy ingenioso. Al parecer ambas teníamos a nuestras cajas de Pandora, aunque me pregunto si eso pensaran de mi mis amantes.

- ¡Claro! Si en algo puedo darte un empujón, lo haré - respondí decidida. Al ver cómo se levantó, un cambio al menos en el comportamiento inicial de Yuki, mostre una gran sonrisa - ¡Exacto! ¡Entusiasmo! Debes de demostrar tu felicidad.

Caminamos de nuevo hacia la tienda, yo estando unos pasos más adelante que ella para que pudiera ver cómo caminaba. Tenía el paso firme y decidido, además de que las manos y bolsa a un lado. En lenguaje corporal demostraba mi confianza.

- Hey, no te preocupes, yo fui la que di el primer paso y el más raro de todos - el preguntarle por la ropa interior - Si fuera una molestia ya me habría inventado una excusa - Y por como me expreso y comporto, me hubiera creido. - Ahora expresa ese entusiasmo con las dependientas, para que te permitan medirte la ropa.

–Está bien. Verme segura– Caminó firme y natural hasta el mostrador, tratando que sus pensamientos no la traicionen. –De todos modos es normal que la gente se pruebe esto y de todos modos es mi "premio"– Todavía se estaba haciendo a la idea.

Preguntó en el mostrador, y cordialmente una de las encargadas las guió hasta los probadores e indicó uno de los que estaban a la mitad –Si gusta probarse alguna otra cosa no dude en hacerlo.

–Jeje Gracias, no se preocupe– Por el momento todo iba normal. –Espero no tardar con esto, Lillith– Abrió las cortinas con la bolsa en mano y las cerró una vez que entró. Dejó su chaqueta a un lado, pero antes de ir con el resto de su atuendo, se quedó unos segundos mirando el atuendo que yacía doblado en el banco del probador. Se giró dando espalda al espejo para que sus inseguridades no hagan de las suyas. Empezó a hacer plática para no crear un silencio incómodo –Siempre me ha llamdo la atención que...a veces las chicas parecen emocionarse más por esto que los mismos chicos...– Aunque la motivación  general de los hombres era más que la mujer se despoje de las prendas íntimass. –¡Vaya! Estas medias que vienen son muy populares allá, incluso me daba interés comprarlas un día– Se refería a unas medias largas de color negro con orejas y ojos de gato en el frente  y una cola de gato del lado posterior.

Al final se colocó la diadema con las orejas y se giró a verse al espejo. Sonrojada, todavía se notaba apenada por el atuendo, pero realmente no se veia mal. Sacó nomás la cabeza por las cortinas. –Creo que estos son los momentos que me cuestionó si fue buena idea aceptr esto...– Pero no le quedaba de otra, así que volvió a esconderse tras las cortinas para dare de valor y mostrarse frente a alguien más. –Bien...¿qué tal luzco? ¿No está de más el cascabel?– Sus manos todavía cubrían el escote en su pecho.

¡Fanservice! (cortesía de Aria y de Eminya Art):

Si en ese momento pudiera, tendría un traje de porrista encima para poder animar a Yuki, y lo hizo tan bien que levante mis pulgares en símbolo de aprobación.

- Nah, no te preocupes, entiendo si te toma un momento. - Me recargué a un lado de los probadores y saque mi celular para perder el tiempo un poco - Oh si, pasa bastante, algo tenemos las chicas que apreciamos el envoltorio y el regalo en si ¿será nuestra debilidad?... Ohh, suenan bonitas las medias. - luego no pude evitar reírme un poco - Esto me recuerda cuando me fui de fiesta y conocí una chica bien alocada, en lo que andábamos en el baile y juegos, me retó a que bailara con los pechos expuestos, ni recuerdo el castigo ¡pero lo hice! - estaba bien que fuera impúdica pero aún me sonrojé cuando tuve mis senos al aire - los dos minutos más largos de mi vida.

Cuando se asomó tuve que contener chillidos de emoción, es que Yuki se veía tan tierna que tenía que abrazarla pero me contuve.

- Voy a asomarme, para que no te expongas más - avise antes de meter la cabeza entre las cortinas. Sonreí y moví mis pies de la emoción, ellla era la cosa más hermosa del todo el centro comercial - Yuki, oh Dios, eres demasiado linda para tu propio bien... que bueno que no me quedó, te luce mil veces mejor a ti que a mi. - le dije con sinceridad y con una gran sonrisa.

–Tal vez. Debo admitir que cuando iba de compras con mi amiga a veces me quedaba viendo las imágenes de las modelos...Hasta que Erika me cachaba y se reía de mí– Confesó risueña. –Jajaja ¿En serio? Debio ser una fiesta muy loca. No me imagino haciendo eso, bueno, tampoco es que en Japón haga fiestas con mis amigas. Lo más cerca fue que cuando Erika me decía que me le confesara a...Una chica que me gustaba– No quizo mencionar que se trataba de su exnovia. –Claro, de ahí lo más "loco" que he hecho fue probar la cerveza, pero supongo que eso no es nada comparado con otra gente de mi edad...

Sonrío aún sonrojada, pero los comentarios de Lillith realmente fueron de satisfacción para la japonesa. –Jeje...¿En serio? Gracias– Volvió a girarse al espejo para echar otro vistazo ahora que se notaba más segura, incluso parecía tratar de "descubrir su lado bueno". –¿Cree que si me hago dos coletas me vea bien?– Preguntó agarrando su cabello y dividiéndolo.