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Kono heya ga (Laurence) R+18
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Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Si Eiji debía ser honesto, aunque compartía el mismo pensamiento lógico de Laurence, la verdad es que era muy extraño qué alguien obviara el uso de preservativos con él, sin importar que tan absurdo fuera. Y lo entendía, después de todo su apariencia no era precisamente la de alguien sano ni moderado en sus prácticas sexuales. No era algo que le importara realmente.
-Va, ngh... como tu quieras.- respondió con una sonrisa simplona entre sus gemidos contenidos por las acciones de los dientes de Laurence sobre su herida.
Por supuesto el nipón no necesitaba instrucciones para simplemente seguir con lo que hacía. Sobre todo cuando el otro quitó su mano y dejó su trasero a su libre disposición. Su otra mano se acomodo para ir a jugar en su interior, comenzando a penetrarlo hasta conseguir uno que otro espasmo y dilatarlo con descaro, agregando uno, dos, tres dedos con cierta ansiedad juvenil, mientras disfrutaba de la poco sutil atención en su entrepierna. Y cómo agradecía que el pelilargo hubiese entendido tan rápidamente de qué forma tocarlo para conseguir rápidamente una erección firme entre sus manos. Y dolía, sí, claro que sí. Precisamente eso era lo que le gustaba.
- ¿Vas a quedarte arriba? - Preguntó por falsa cortesía, era más bien para recalcar las ganas evidentes que se tenían. Eiji tampoco pretendía disimular, su cuerpo era honesto, su respiración y su mirada más aún. Y es que quizás una de las cosas que más lo tenían fascinado era la versatilidad de su vecino. Esa mezcla exquisita entre un cuerpo que invitaba a ser devorado y esa actitud rebelde, difícil y controladora.
Y fantaseaba, fantaseaba con verlo vulnerable, con algún momento invertir sus papeles, pero por ahora no impondría sus imaginarios, sencillamente seguiría el ritmo impuesto por el otro y procuraría cumplir las expectativas para que ese no fuera sino el primero de muchos juegos en su cama.
-Va, ngh... como tu quieras.- respondió con una sonrisa simplona entre sus gemidos contenidos por las acciones de los dientes de Laurence sobre su herida.
Por supuesto el nipón no necesitaba instrucciones para simplemente seguir con lo que hacía. Sobre todo cuando el otro quitó su mano y dejó su trasero a su libre disposición. Su otra mano se acomodo para ir a jugar en su interior, comenzando a penetrarlo hasta conseguir uno que otro espasmo y dilatarlo con descaro, agregando uno, dos, tres dedos con cierta ansiedad juvenil, mientras disfrutaba de la poco sutil atención en su entrepierna. Y cómo agradecía que el pelilargo hubiese entendido tan rápidamente de qué forma tocarlo para conseguir rápidamente una erección firme entre sus manos. Y dolía, sí, claro que sí. Precisamente eso era lo que le gustaba.
- ¿Vas a quedarte arriba? - Preguntó por falsa cortesía, era más bien para recalcar las ganas evidentes que se tenían. Eiji tampoco pretendía disimular, su cuerpo era honesto, su respiración y su mirada más aún. Y es que quizás una de las cosas que más lo tenían fascinado era la versatilidad de su vecino. Esa mezcla exquisita entre un cuerpo que invitaba a ser devorado y esa actitud rebelde, difícil y controladora.
Y fantaseaba, fantaseaba con verlo vulnerable, con algún momento invertir sus papeles, pero por ahora no impondría sus imaginarios, sencillamente seguiría el ritmo impuesto por el otro y procuraría cumplir las expectativas para que ese no fuera sino el primero de muchos juegos en su cama.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Se sentía ligeramente obnubilado, admirado por aquel que aquella ciudad a la cual fue a probar suerte había puesto en su camino. De algún modo, al menos en un aspecto si de suerte se trataba, ahora mismo sentía que las cosas parecían estar comenzando a irle de maravilla.
Sus gustos en la cama por lo general eran muy marcados, su fetiche por la dominancia y el control más allá de su preferencia por ser penetrado eran explícitos, y si era afortunado, más aún lo era su sadismo, el cual no siempre podía llevar a cabo tan libremente como con este chico oh no.
La mayoría solía tolerar mordiscos fuertes, algun cachetazo suave, rasguños moderados y en algunos casos golpes de fusta o látigo, pero para el sueco aquello no era suficiente. Si estaba lo suficientemente excitado, la necesidad de asfixiar e incluso más, lograr hacer sangrar al otro, dejar su marca y saborear el delicioso elixir rojo que brota de las heridas que él mismo infligía era su mayor predilección. Pero ¿Qué clase de persona sana se dejaría hacer de estas prácticas? La respuesta era obvia y bien, por eso quizás ahora mismo era que miraba al muchacho con tanta satisfacción, sintiendo cómo su falo palpitaba nuevamente mientras su cuerpo se estremecía ante las penetraciones de sus dedos.
Rio entre dientes. ― ¿Es una pregunta seria?―. Murmuró sin dar lugar a respuestas, pues al sentir cómo el miembro del nipón ya se encontraba perfectamente erecto envuelto en su mano, apartó de su trasero la contraria para acomodarse en pos de lo evidente. Lentamente y solo por el gusto de generar un poco de ansiedad no solo en el otro sino en él mismo, pues si debía admitirlo se encontraba levemente impaciente, comenzó a bajar sus caderas, autopenetrándose hasta llegar a la base, quedando sentado sobre las contrarias.
― Mh~ ―. Dejó que un gemido se derritiera de sus labios al sentir por completo la rigidez ajena en su interior. ― ¿Quieres que empiece a moverme?―. Fue él quien esta vez hizo una pregunta obvia mientras llevaba su mano a la herida abierta en el torso de Eiji y esparcía su sangre para posteriormente comenzar a masturbar suavemente su propia erección.
Si bien sus ansias por ser follado bruscamente eran amplias, también sentía que tenían todo el tiempo del mundo y quería aprovecharlo. Realmente no sabía cuánto tiempo duraría aquella nueva “relación” con su vecino, o siquiera si volvería a llevárselo a la cama de nuevo, nada estaba escrito, nada era seguro, por lo que por esta vez, se aseguraría de disfrutarlo al máximo, pero también por qué no, intentar que Eiji lo hiciera lo suficiente o más como para que en efecto, aquello volviera a repetirse.
Sus gustos en la cama por lo general eran muy marcados, su fetiche por la dominancia y el control más allá de su preferencia por ser penetrado eran explícitos, y si era afortunado, más aún lo era su sadismo, el cual no siempre podía llevar a cabo tan libremente como con este chico oh no.
La mayoría solía tolerar mordiscos fuertes, algun cachetazo suave, rasguños moderados y en algunos casos golpes de fusta o látigo, pero para el sueco aquello no era suficiente. Si estaba lo suficientemente excitado, la necesidad de asfixiar e incluso más, lograr hacer sangrar al otro, dejar su marca y saborear el delicioso elixir rojo que brota de las heridas que él mismo infligía era su mayor predilección. Pero ¿Qué clase de persona sana se dejaría hacer de estas prácticas? La respuesta era obvia y bien, por eso quizás ahora mismo era que miraba al muchacho con tanta satisfacción, sintiendo cómo su falo palpitaba nuevamente mientras su cuerpo se estremecía ante las penetraciones de sus dedos.
Rio entre dientes. ― ¿Es una pregunta seria?―. Murmuró sin dar lugar a respuestas, pues al sentir cómo el miembro del nipón ya se encontraba perfectamente erecto envuelto en su mano, apartó de su trasero la contraria para acomodarse en pos de lo evidente. Lentamente y solo por el gusto de generar un poco de ansiedad no solo en el otro sino en él mismo, pues si debía admitirlo se encontraba levemente impaciente, comenzó a bajar sus caderas, autopenetrándose hasta llegar a la base, quedando sentado sobre las contrarias.
― Mh~ ―. Dejó que un gemido se derritiera de sus labios al sentir por completo la rigidez ajena en su interior. ― ¿Quieres que empiece a moverme?―. Fue él quien esta vez hizo una pregunta obvia mientras llevaba su mano a la herida abierta en el torso de Eiji y esparcía su sangre para posteriormente comenzar a masturbar suavemente su propia erección.
Si bien sus ansias por ser follado bruscamente eran amplias, también sentía que tenían todo el tiempo del mundo y quería aprovecharlo. Realmente no sabía cuánto tiempo duraría aquella nueva “relación” con su vecino, o siquiera si volvería a llevárselo a la cama de nuevo, nada estaba escrito, nada era seguro, por lo que por esta vez, se aseguraría de disfrutarlo al máximo, pero también por qué no, intentar que Eiji lo hiciera lo suficiente o más como para que en efecto, aquello volviera a repetirse.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Habian veces que el nipón se hacía ciertas expectativas en sus encuentros y en su mayoría solían terminar en decepción. Y es que ser completamente compatible con sus tendencias y a la vez con su cuerpo eran condiciones un tanto difíciles. Por eso es que cuando se sintió completamente dentro de Laurence tuvo que morderse los labios para no gemir junto con él. A la vez, sus manos se aferraron a las caderas ajenas y frenaron cualquier intento de movimiento en respuesta a la absurda pregunta que le había hecho.
Más absurda sería su respuesta.
-No.- Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, aunque quizás más que malicia lo que reflejaban era meramente un desafío. Después de todo, en juegos de resistencia Eiji se tenía mucha confianza. A diferencia de Laurence Eiji ya no pensaba si mañana o más adelante aquello se repetiría o no, simplemente se había sumergido en el placer y la ridicula compatibilidad que había entre ellos.
-Cuenta hasta diez. - Bromeó pero con cara seria mientras sentía su propio miembro palpitar ansioso en su interior. Un par de escalofríos subieron por su espalda cuando el otro volvió a tocar su herida, y ante el estímulo no pudo evitar si no reír realmente a gusto con la situación.
-¿Cómo diablos es que se siente tan bien dentro tuyo?-
Más absurda sería su respuesta.
-No.- Una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios, aunque quizás más que malicia lo que reflejaban era meramente un desafío. Después de todo, en juegos de resistencia Eiji se tenía mucha confianza. A diferencia de Laurence Eiji ya no pensaba si mañana o más adelante aquello se repetiría o no, simplemente se había sumergido en el placer y la ridicula compatibilidad que había entre ellos.
-Cuenta hasta diez. - Bromeó pero con cara seria mientras sentía su propio miembro palpitar ansioso en su interior. Un par de escalofríos subieron por su espalda cuando el otro volvió a tocar su herida, y ante el estímulo no pudo evitar si no reír realmente a gusto con la situación.
-¿Cómo diablos es que se siente tan bien dentro tuyo?-
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Sentir sus caderas estrujadas por los dedos contrarios le hicieron temblar desde la base de su espalda con un goce ansioso que se tradujo en una sonrisa que debió reprimir con sus dientes.
Alzó sus cejas un tanto sorprendido por la respuesta que obtuvo, pero lo entendió rápidamente, por lo que ladeó el rostro suavemente como si pareciera confundido aunque explícitamente tentado con aquello. ―¿Estás seguro? ― Se movió bruscamente, alzando rápida e inútilmente sus caderas. El rose por supuesto fue mínimo, torpe y rudo con el único objetivo de molestarlo y entonces rió a la par del otro pues sí, estaba disfrutando tanto o más que él.
Aceptaría el desafío con gusto si tantas ganas tenía Eiji de ponerle a prueba.
―Si con eso estás alagándome... ―Se acercó y nuevamente saboreó sus labios a la vez que estrechaba su entrada, probando qué tanto “más bien” podía sentirse su interior. ―Uno…―Y se separó, arqueando su espalda hacia atrás mientras arrastraba sus manos por las sábanas buscando algo. ―…Dos… ―Siguió contando, susurrándole como si estuviera contándole un secreto, dando con el cinturón que habían utilizado previamente.
Al dar con él pasó sus dedos por el cuero, estirándole lentamente a medida que pasaba su lengua por él. ―Cinco…seis… ― Y con la misma actitud se aproximó al otro para deslizar el objeto alrededor de su cuello, pasando la punta de éste por la hebilla para nuevamente crear un collar de ahorque, ―…Ocho…nueve… ― cerrándolo de a poco hasta tenerlo sujeto firmemente, para solo entonces tirar de él con la suficiente fuerza y rapidez como para sentarlo de un golpe, quedando ambos cara a cara.
Fue Laurence quien esta vez esbozó una sonrisa maliciosa, pegando su frente a la contraria. ―…Diez. ―
Alzó sus cejas un tanto sorprendido por la respuesta que obtuvo, pero lo entendió rápidamente, por lo que ladeó el rostro suavemente como si pareciera confundido aunque explícitamente tentado con aquello. ―¿Estás seguro? ― Se movió bruscamente, alzando rápida e inútilmente sus caderas. El rose por supuesto fue mínimo, torpe y rudo con el único objetivo de molestarlo y entonces rió a la par del otro pues sí, estaba disfrutando tanto o más que él.
Aceptaría el desafío con gusto si tantas ganas tenía Eiji de ponerle a prueba.
―Si con eso estás alagándome... ―Se acercó y nuevamente saboreó sus labios a la vez que estrechaba su entrada, probando qué tanto “más bien” podía sentirse su interior. ―Uno…―Y se separó, arqueando su espalda hacia atrás mientras arrastraba sus manos por las sábanas buscando algo. ―…Dos… ―Siguió contando, susurrándole como si estuviera contándole un secreto, dando con el cinturón que habían utilizado previamente.
Al dar con él pasó sus dedos por el cuero, estirándole lentamente a medida que pasaba su lengua por él. ―Cinco…seis… ― Y con la misma actitud se aproximó al otro para deslizar el objeto alrededor de su cuello, pasando la punta de éste por la hebilla para nuevamente crear un collar de ahorque, ―…Ocho…nueve… ― cerrándolo de a poco hasta tenerlo sujeto firmemente, para solo entonces tirar de él con la suficiente fuerza y rapidez como para sentarlo de un golpe, quedando ambos cara a cara.
Fue Laurence quien esta vez esbozó una sonrisa maliciosa, pegando su frente a la contraria. ―…Diez. ―
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
-Tch...- Apenas sintió al otro estrecharse, Eiji no pudo evitar reclamar por la acción. Su cuerpo sentía perfectamente cada mínimo movimiento en su interior y eso agregaba dificultad para aguantar lo que el mismo había impuesto.
Lejos de cualquier respuesta negativa a su desafío malicioso, Laurence agregó más de lo que el tuerto podría haber esperado. Tuvo que tragar en seco cuando lo vio tomar nuevamente el cinturón e sus manos. Su mente hizo un flashback rápido a solo unos momentos atrás y claro, su entrepierna reaccionó al pensamiento endureciéndose un poco más. Y entonces su absurdo juego se transformó en una tortura para él. Las ganas de moverse le robaban pequeños temblores del cuerpo, pero se mantenía terco en su intención, mordiéndose los labios y jadeando contenidamente mientras la cuenta avanzaba, por lo que se concentró en regular su respiración en la medida que el cuero se cerraba de nuevo al rededor des u cuello.
El jalón que acompañó el número diez casi lo hizo perder la cordura, aunque esta vez su efecto fue menor a la primera ocasión meramente por que lo anticipó, pero no sería hipócrita, ambos sabían perfectamente que su estado estaba al borde del clímax, pero Eiji no iba a permitirse a si mismo acabar tan pronto.
Una carcajada ronca resonó desde su garganta, una risa espontánea, sincera, quizás demasiado en relación a su estado mental. Estaba extasiado y ligeramente demente.
Es por eso que de un momento a otro y haciendo uso de la fuerza que tenía, abrazó la cintura de Laurence y lo alzó lo suficiente como para acomodar sus piernas de forma tal que pudiera permitirle dar estocadas rápidas, profundas y continuas en su trasero mientras con la otra mano apoyaba el peso de ambos.
No fue para nada considerado, pero tampoco era un animal, por el contrario, aunque la lujuria lo tenía mucho más ansioso de lo normal, Eiji era bastante perceptivo en la cama, por lo que procuraba repetir los movimientos de cadera que lograban mejores respuestas de Laurence. Luego de unas decenas de segundos de intensidad y fiereza, el menor bajó el ritmo, mas no se detuvo.
Lejos de cualquier respuesta negativa a su desafío malicioso, Laurence agregó más de lo que el tuerto podría haber esperado. Tuvo que tragar en seco cuando lo vio tomar nuevamente el cinturón e sus manos. Su mente hizo un flashback rápido a solo unos momentos atrás y claro, su entrepierna reaccionó al pensamiento endureciéndose un poco más. Y entonces su absurdo juego se transformó en una tortura para él. Las ganas de moverse le robaban pequeños temblores del cuerpo, pero se mantenía terco en su intención, mordiéndose los labios y jadeando contenidamente mientras la cuenta avanzaba, por lo que se concentró en regular su respiración en la medida que el cuero se cerraba de nuevo al rededor des u cuello.
El jalón que acompañó el número diez casi lo hizo perder la cordura, aunque esta vez su efecto fue menor a la primera ocasión meramente por que lo anticipó, pero no sería hipócrita, ambos sabían perfectamente que su estado estaba al borde del clímax, pero Eiji no iba a permitirse a si mismo acabar tan pronto.
Una carcajada ronca resonó desde su garganta, una risa espontánea, sincera, quizás demasiado en relación a su estado mental. Estaba extasiado y ligeramente demente.
Es por eso que de un momento a otro y haciendo uso de la fuerza que tenía, abrazó la cintura de Laurence y lo alzó lo suficiente como para acomodar sus piernas de forma tal que pudiera permitirle dar estocadas rápidas, profundas y continuas en su trasero mientras con la otra mano apoyaba el peso de ambos.
No fue para nada considerado, pero tampoco era un animal, por el contrario, aunque la lujuria lo tenía mucho más ansioso de lo normal, Eiji era bastante perceptivo en la cama, por lo que procuraba repetir los movimientos de cadera que lograban mejores respuestas de Laurence. Luego de unas decenas de segundos de intensidad y fiereza, el menor bajó el ritmo, mas no se detuvo.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
―Ha ha...Ngh..― El sueco no pudo evitar soltar una pequeña carcajada tal cual el otro al este tomarle tan desesperadamente de la cintura, pues aquello le hacía suponer que quien había salido victorioso en aquel pequeño juego había sido él, pero sin dudas no esperó el brusco cambio de posición. ―Ah, ¡¿Qué…?! ― Aquello sin dudas le tomó por sorpresa, mas la sonrisa que Eiji le había sacado no desapareció sino hasta que las penetraciones comenzaron.
La reacción del nipón a su pequeña cuenta fue mucho mejor de lo que esperaba y si bien en un principio no había estado en sus planes tomar esa posición, es decir, una en la que no podía tomar por completo el control, no era tan embustero como para decir que aquella forma desesperada e intensa con la que el tuerto había comenzado a follarle no era por completo de su agrado, pues así era exactamente como le gustaba que le penetraran.
―Damn…así que…de verdad estabas conteniéndote, ¿ha? ― Se burló entre jadeos apenas pudiendo sostenerse, dejando en aquella última frase los juegos de lado, cerrando sus ojos y buscando agarrarse de la espalda contraria con uno de sus brazos, mientras que con el otro usaba la cama como punto de apoyo.
Sin reparos, a partir de entonces se permitió gemir, gozar de forma genuina aquel tosco, rápido y exquisito vaivén, pues ¿a quién demonios le importaba mantener las apariencias en semejante momento? Siquiera fue capaz de usar la correa que había puesto en el cuello de Eiji como tenía pensado y aun así no le importaba, ya tendría tiempo, y en efecto este llegó una vez el otro desaceleró un poco el ritmo.
―Pareces un perro… ―Susurró dentro de lo que los constantes jadeos le permitieron, dejándose caer sobre el colchón. Fue entonces que sí, tiró del cinturón a la vez que sus piernas se aferraban a la cadera ajena, rodeándola para no perder el ángulo de las penetraciones que oh, bien podía sentir cómo comenzaban a golpear esa zona particular en su interior, notándose aquello en la ya excesiva humedad que caía de su desatendida erección. ―Va…mghn…mastúrbame. ―Ordenó a la vez que tiraba un poco más del cinturón, entrecerrando los ojos un momento para calcular qué tanto estaba estrangulándole, tan solo por no tener que cortar la situación por cometer un error estúpido.
Dicho lo último fue que nuevamente sintió esas ansias por dominar, por no permitirse llegar al orgasmo sin ver brotar nuevamente algo de sangre. De alguna forma al otro darle un “respiro” fue que con algo de desesperación buscó entre las sábanas el punzón con el que habían comenzado todo aquello, mas al no encontrarlo el instinto del escandinavo tomó el control y bien por frustración o bien por un exceso de excitación sin mediar palabras o meditar su accionar fue que descargó una bofetada en la mejilla ajena sin previo aviso. ―¡¡¡Mgh!!! ― Acto que sin dudas le fue una retribución en efecto placentera. Aunque por supuesto, no podía aseverar que así haya sido para su vecino.
La reacción del nipón a su pequeña cuenta fue mucho mejor de lo que esperaba y si bien en un principio no había estado en sus planes tomar esa posición, es decir, una en la que no podía tomar por completo el control, no era tan embustero como para decir que aquella forma desesperada e intensa con la que el tuerto había comenzado a follarle no era por completo de su agrado, pues así era exactamente como le gustaba que le penetraran.
―Damn…así que…de verdad estabas conteniéndote, ¿ha? ― Se burló entre jadeos apenas pudiendo sostenerse, dejando en aquella última frase los juegos de lado, cerrando sus ojos y buscando agarrarse de la espalda contraria con uno de sus brazos, mientras que con el otro usaba la cama como punto de apoyo.
Sin reparos, a partir de entonces se permitió gemir, gozar de forma genuina aquel tosco, rápido y exquisito vaivén, pues ¿a quién demonios le importaba mantener las apariencias en semejante momento? Siquiera fue capaz de usar la correa que había puesto en el cuello de Eiji como tenía pensado y aun así no le importaba, ya tendría tiempo, y en efecto este llegó una vez el otro desaceleró un poco el ritmo.
―Pareces un perro… ―Susurró dentro de lo que los constantes jadeos le permitieron, dejándose caer sobre el colchón. Fue entonces que sí, tiró del cinturón a la vez que sus piernas se aferraban a la cadera ajena, rodeándola para no perder el ángulo de las penetraciones que oh, bien podía sentir cómo comenzaban a golpear esa zona particular en su interior, notándose aquello en la ya excesiva humedad que caía de su desatendida erección. ―Va…mghn…mastúrbame. ―Ordenó a la vez que tiraba un poco más del cinturón, entrecerrando los ojos un momento para calcular qué tanto estaba estrangulándole, tan solo por no tener que cortar la situación por cometer un error estúpido.
Dicho lo último fue que nuevamente sintió esas ansias por dominar, por no permitirse llegar al orgasmo sin ver brotar nuevamente algo de sangre. De alguna forma al otro darle un “respiro” fue que con algo de desesperación buscó entre las sábanas el punzón con el que habían comenzado todo aquello, mas al no encontrarlo el instinto del escandinavo tomó el control y bien por frustración o bien por un exceso de excitación sin mediar palabras o meditar su accionar fue que descargó una bofetada en la mejilla ajena sin previo aviso. ―¡¡¡Mgh!!! ― Acto que sin dudas le fue una retribución en efecto placentera. Aunque por supuesto, no podía aseverar que así haya sido para su vecino.
- Spoiler:
SEHHHH SE NOTA JAJAJAJALZDMV.FAS"en juegos de resistencia Eiji se tenía mucha confianza."
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
- Spoiler:
- se tenía es verbo en pasado, ya ves que en presente no imaginaba encontrarse a Laurence en su vida, jajajaja
Eiji hizo oídos sordos a las provocaciones, y es que estaba más concentrado en las penetraciones qué en seguir una guerra de egos. Podía llamarlo perro, puta o quien sabe cuánto más y eso no lo sacaría de su laboriosa tarea, ni siquiera el tirón de la correa lo hizo detener el vaivén de sus caderas qué ahora variaban de lento a rápido y viceversa, sin tener un patrón claro más que simplemente el capricho del Nipon.
Tan ensimismado estaba en la tarea que aquella bofetada le tomó por completa sorpresa, provocando no solo una estocada errática, sino también aturdimiento por parte del menor.
-¿Hah? - jadeó como un cuestionamiento mientras sentía su piel hormiguear por el golpe. Y es que una peculiaridad para él dentro de toda su tendencia sadomasoquista era que los golpes lo llevan a otro estado mental, otro lugar en su cabeza que se relacionaba a cosas no tan buenas.
Y la molestia de Eiji no se traducía a gritos, golpes ni empates. Simplemente hubo una pausa, y una sonrisa casi infantil se dibujó en su rostro. Algo cambió en su mirada, como si de pronto quien estuviera bajo su peso no fuese Laurence y susurró, tan suave que podría confundirse con un timbre meloso.
-Nani sore? - sus ojos se entrecerrar ligeramente mientras su cuerpo se inclinaba sobre el sueco, todavía sin salir de su interior, pero deteniendo en seco todo movimiento. -Hice algo que no te agradara, máster? - se rió un poco fuera de si, era una risa diferente a la exitada de hace solo unos instantes, parecía confundido y ligeramente disociado de la situación.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Su pecho subía y bajaba agitado producto del éxtasis de la situación, aunque un tanto insatisfecho pues lo que ahora mismo buscaba más que una inocente cachetada era abrir una nueva herida en la ya tan marcada piel del nipón.
Ladeó el rostro esbozando una media sonrisa al notar cómo de alguna forma su acción había descolocado al otro, apretando un poco más tanto el agarre de sus piernas como el del cinturón. Sin embargo, ante el freno tan abrupto de las penetraciones quien quedó descolocado esta vez fue el mismo sueco. ¿Se había excedido? Cómo esperarlo de parte de un muchacho que gemía al sentir desgarrada una herida que nada más ni nada menos tenía suturada. Si se lo preguntaban, Laurence seguramente hubiese esperado que el juego se volviese aun más rudo o incluso obtener una respuesta en represalia por parte de Eiji, pero nada como lo que acababa de ocurrir.
―Ah…no… ― Respondió alzando las cejas, viéndole por unos instantes con los parpados abiertos signo de la sorpresa que se había llevado para pasar entonces a una mirada más suspicaz, inquisidora. Aquella risilla, la forma en que Eiji había soltado aquellas palabras, no le conocía, pero era obvio que de un instante a otro su actitud había cambiado y aquello llamaba poderosamente su atención. ¿Tan poco había bastado para hacerle reaccionar de esa manera? ¿Y a qué se debía? No podía asegurarlo pero bien alguien como el sueco podía deducir que había algo más allí detrás. Un interruptor que tal vez no debió encender.
De cualquier modo, lo hecho ya estaba hecho.
―¿…Acaso me excedí? ― Le preguntó llevando una mano hasta su mentón, sujetándole y moviendo su rostro para verle de ambos costados como si quisiera comprobar su estado mental, pero aquello duró solo unos instantes pues si bien su interés en su vecino era alto tampoco podía decirse que ello abarcara el terreno de la preocupación.
Deshaciendo el agarre llevó su mano hasta su cabello para tirar de él, acercando su rostro al suyo para dejar una mordida en sus labios. ―Va, no volveré a hacerlo si no quieres, pero quiero correrme, así que continúa. ― Respondió sin una pizca de empatía, rodeándole del cuello y moviendo sus caderas para girarle y quedar nuevamente sobre él, retomando el movimiento a la vez que hundía el rostro en su cuello, mordiéndole a la par que dejaba un nuevo par de rasguños en su pecho.
Ladeó el rostro esbozando una media sonrisa al notar cómo de alguna forma su acción había descolocado al otro, apretando un poco más tanto el agarre de sus piernas como el del cinturón. Sin embargo, ante el freno tan abrupto de las penetraciones quien quedó descolocado esta vez fue el mismo sueco. ¿Se había excedido? Cómo esperarlo de parte de un muchacho que gemía al sentir desgarrada una herida que nada más ni nada menos tenía suturada. Si se lo preguntaban, Laurence seguramente hubiese esperado que el juego se volviese aun más rudo o incluso obtener una respuesta en represalia por parte de Eiji, pero nada como lo que acababa de ocurrir.
―Ah…no… ― Respondió alzando las cejas, viéndole por unos instantes con los parpados abiertos signo de la sorpresa que se había llevado para pasar entonces a una mirada más suspicaz, inquisidora. Aquella risilla, la forma en que Eiji había soltado aquellas palabras, no le conocía, pero era obvio que de un instante a otro su actitud había cambiado y aquello llamaba poderosamente su atención. ¿Tan poco había bastado para hacerle reaccionar de esa manera? ¿Y a qué se debía? No podía asegurarlo pero bien alguien como el sueco podía deducir que había algo más allí detrás. Un interruptor que tal vez no debió encender.
De cualquier modo, lo hecho ya estaba hecho.
―¿…Acaso me excedí? ― Le preguntó llevando una mano hasta su mentón, sujetándole y moviendo su rostro para verle de ambos costados como si quisiera comprobar su estado mental, pero aquello duró solo unos instantes pues si bien su interés en su vecino era alto tampoco podía decirse que ello abarcara el terreno de la preocupación.
Deshaciendo el agarre llevó su mano hasta su cabello para tirar de él, acercando su rostro al suyo para dejar una mordida en sus labios. ―Va, no volveré a hacerlo si no quieres, pero quiero correrme, así que continúa. ― Respondió sin una pizca de empatía, rodeándole del cuello y moviendo sus caderas para girarle y quedar nuevamente sobre él, retomando el movimiento a la vez que hundía el rostro en su cuello, mordiéndole a la par que dejaba un nuevo par de rasguños en su pecho.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
Llamarlo exceso no sería correcto y es que ¿Qué sería un exceso para un cuerpo como el suyo, lleno de marcas y una gran cicatriz qué cruzaba su espalda? Porque claro, aquella herida si había sido un exceso.
-iee..-negó suavemente ante la pregunta de su vecino, era más bien una mala jugada, no prohibida, pero no precisamente placentera para él.
Y es que Eiji no era consciente de lo que realmente generaba en él una bofetada o un puñetazo en la cama. Su mente lo bloqueaba, no lo dejaba navegar en los recuerdos pasados. Su mejor mecanismo de defensa era siempre permanecer mentalmente en el presente, pero su cuerpo lo resentia, como una voz muda de que aquel terreno encendía, por lo menos, un botón de alerta y apagaba un tanto la lujuria inmoral en él. Era evidente que aunque no había perdido su erección, si se había alejado del clímax del cual estuvo tan cerca. Ni los rasguños, ni las mordidas, ni probablemente un nuevo corte en su piel lo llevarían de nuevo tan arriba otra vez, pero el nipon estaba entrenado desde temprana edad a ser un espectáculo sexual, muchas veces independiente de su estado físico o mental, por lo que cedió el control si reclamar y apenas el otro retomó el movimiento de sus caderas, también lo hizo él, procurando el roce donde ya había notado que era más placentero para Laurence.
Su mano buscó la erección ajena y comenzó a masturbarle con destreza, mas su mirada y su sonrisa se mantuvieron con esa leve particularidad. Una que no ameritaba explicaciones ni mucho menos pausas.
-iee..-negó suavemente ante la pregunta de su vecino, era más bien una mala jugada, no prohibida, pero no precisamente placentera para él.
Y es que Eiji no era consciente de lo que realmente generaba en él una bofetada o un puñetazo en la cama. Su mente lo bloqueaba, no lo dejaba navegar en los recuerdos pasados. Su mejor mecanismo de defensa era siempre permanecer mentalmente en el presente, pero su cuerpo lo resentia, como una voz muda de que aquel terreno encendía, por lo menos, un botón de alerta y apagaba un tanto la lujuria inmoral en él. Era evidente que aunque no había perdido su erección, si se había alejado del clímax del cual estuvo tan cerca. Ni los rasguños, ni las mordidas, ni probablemente un nuevo corte en su piel lo llevarían de nuevo tan arriba otra vez, pero el nipon estaba entrenado desde temprana edad a ser un espectáculo sexual, muchas veces independiente de su estado físico o mental, por lo que cedió el control si reclamar y apenas el otro retomó el movimiento de sus caderas, también lo hizo él, procurando el roce donde ya había notado que era más placentero para Laurence.
Su mano buscó la erección ajena y comenzó a masturbarle con destreza, mas su mirada y su sonrisa se mantuvieron con esa leve particularidad. Una que no ameritaba explicaciones ni mucho menos pausas.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
No entendía por qué, tampoco le importaba, pero sentía que algo efectivamente había cambiado. Lo notaba en la mirada ajena, pues ya no sentía lo mismo que hacía minutos atrás, esa “complicidad”, esas ganas de devorarse mutuamente. Más bien, ahora parecía que estuviera fallándose a un muñeco y si era sincero, estaba un poco decepcionado. De cualquier modo, si bien el cambio en la actitud de Eiji era evidente, no era un impedimento para que el sueco retomara lo que hacían, quizás incluso con mayor intensidad. Sus caderas se movían acompasadas a las contrarias y apenas el otro comenzó a masturbarle él volvió a sujetar el cinturón, relamiéndose entre los gemidos que nuevamente escapaban de sus labios.
Quería obtener lo mismo del chico, verle al límite una vez más pudiendo apenas contenerse, mas simplemente se dejó llevar, disfrutando de cómo la piel en su rostro comenzaba a enrojecerse levemente gracias a la presión del cuero en su cuello, de cómo los rasguños y cortes en su piel se inflamaban y dejaban brotar pequeños hilos de sangre que con completo descaro se acercó a lamer con suma devoción.
Se sentía cerca del clímax, pero quería más. Las atenciones a su miembro eran lo suficientemente efectivas como para hacerle temblar al igual que las constantes penetraciones, mas algo en su cabeza le obligaba a no conformarse solo con eso. Una nueva bofetada no era opción, por lo que volvió a echar un vistazo rápido por la cama, dando esta vez por fin con el maldito punzón.
―¿Cuánto crees poder aguantar…? ―Jadeó lamiendo la punta del objeto para sin ninguna sutileza presionar el filo sobre su pecho y rajarlo de arriba a abajo como si se tratase de un paquete, pudiendo esta vez sí sentir a su miembro palpitar más intensamente entre los dedos del nipón, al igual que unos primeros espasmos en su vientre, los cuales se intensificaron al pasar su lengua por toda la extensión del corte que acababa de hacer.
―Ah…~ ―Volvió a cerrar los ojos, pues sentía que al menos él no podría aguantar mucho más que eso.
Quería obtener lo mismo del chico, verle al límite una vez más pudiendo apenas contenerse, mas simplemente se dejó llevar, disfrutando de cómo la piel en su rostro comenzaba a enrojecerse levemente gracias a la presión del cuero en su cuello, de cómo los rasguños y cortes en su piel se inflamaban y dejaban brotar pequeños hilos de sangre que con completo descaro se acercó a lamer con suma devoción.
Se sentía cerca del clímax, pero quería más. Las atenciones a su miembro eran lo suficientemente efectivas como para hacerle temblar al igual que las constantes penetraciones, mas algo en su cabeza le obligaba a no conformarse solo con eso. Una nueva bofetada no era opción, por lo que volvió a echar un vistazo rápido por la cama, dando esta vez por fin con el maldito punzón.
―¿Cuánto crees poder aguantar…? ―Jadeó lamiendo la punta del objeto para sin ninguna sutileza presionar el filo sobre su pecho y rajarlo de arriba a abajo como si se tratase de un paquete, pudiendo esta vez sí sentir a su miembro palpitar más intensamente entre los dedos del nipón, al igual que unos primeros espasmos en su vientre, los cuales se intensificaron al pasar su lengua por toda la extensión del corte que acababa de hacer.
―Ah…~ ―Volvió a cerrar los ojos, pues sentía que al menos él no podría aguantar mucho más que eso.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 216
Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
-Mas...ter...-Jadeó un tanto sofocado por la presión del cinturón en su cuello. Lamentablemente devolverlo a su estado mental previo una vez ya se encontraba en aquel modo defensivo era bastante difícil, por no decir improbable, pero distaba de ser simplemente un muñeco, sus acciones y movimientos eran coherentes y oportunos, pero efectivamente se había perdido aquel la complicidad y entendimiento mutuo.
Ante la pregunta de resistencia no pudo evitar soltar otra risa aterciopelada.
-Todo lo que mi amo quiera que aguante. - el tono de su voz hizo parecer que aquella respuesta era la más lógica y la única que podía ser aceptada. Pero pronto esa risa se convirtió en un gemido derretido que acompañó el corte en su pecho. Su cuerpo tembló y su vaivén de caderas de nuevo fue errático únicamente por el placer, pero dudaba poder correr se antes que Laurence.
-Ah...! - su mano apresuró la presión y el ritmo con el que lo masturbaba y su otra mano estrujó su muslo cuando su lengua recorrió la herida de su pecho.
Ante la pregunta de resistencia no pudo evitar soltar otra risa aterciopelada.
-Todo lo que mi amo quiera que aguante. - el tono de su voz hizo parecer que aquella respuesta era la más lógica y la única que podía ser aceptada. Pero pronto esa risa se convirtió en un gemido derretido que acompañó el corte en su pecho. Su cuerpo tembló y su vaivén de caderas de nuevo fue errático únicamente por el placer, pero dudaba poder correr se antes que Laurence.
-Ah...! - su mano apresuró la presión y el ritmo con el que lo masturbaba y su otra mano estrujó su muslo cuando su lengua recorrió la herida de su pecho.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
Mensajes : 292
Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
―Ha~ ¿Y quién se supone qué es ese, hm? ― Se le escapó una risilla entre medio de los gemidos constantes que ya no podía retener, pues más allá de la excitación y lo efectivas que fuesen las acciones propinadas por el menor, el ser llamado “amo” no dejaba de causarle cierta gracia. Por lo menos para Laurence, más allá de cuán marcado fuese su gusto por dominar en la cama, sin saber explicárselo bien aquel juego de amo y esclavo no iba del todo con él. De cualquier forma, fuese este o no el caso se encontraba en su límite y por muy sardónicas que hubiesen sonado sus palabras, su cuerpo no podía evitar reaccionar de forma sincera a las atenciones que Eiji le daba.
Aquel gemido en respuesta al trazar de su lengua, el gusto metálico en su boca y la dedicación con que el muchacho atendía su erección fueron mucho más de lo que pudo soportar. ―D-damn…mgh! ― Tomó una bocanada de aire antes de dejar caer el punzón y aferrar esa misma mano al cabello ajeno, curvando su espalda hacia adelante mientras sentía cómo el orgasmo se apoderaba de él, cómo su cuerpo temblaba sobre Eiji y su mente se nublaba mientras eyaculaba sobre su pecho.
El agarre al cinturón fue aún mayor, habiéndolo sujetado con una fuerza poco calculada a la vez que dejaba caer su rostro contra el cuello del nipón, sintiendo cómo paradójicamente el aire no parecía caber en sus propios pulmones sin tener realmente en cuenta qué tanto el otro podía respirar.
Más allá de las circunstancias, de los cambios que había percibido durante aquella sesión, buenos y malos, estaba en éxtasis, uno mucho mejor del que podía hacer memoria. Apenas podía hilar algún pensamiento coherente, mas lo único que pasaba por su cabeza es que aquel encuentro no sería suficiente, que quería ver más y tal vez, entender todo aquello que en esta ocasión había hecho tanto ruido en su cabeza.
Aquel gemido en respuesta al trazar de su lengua, el gusto metálico en su boca y la dedicación con que el muchacho atendía su erección fueron mucho más de lo que pudo soportar. ―D-damn…mgh! ― Tomó una bocanada de aire antes de dejar caer el punzón y aferrar esa misma mano al cabello ajeno, curvando su espalda hacia adelante mientras sentía cómo el orgasmo se apoderaba de él, cómo su cuerpo temblaba sobre Eiji y su mente se nublaba mientras eyaculaba sobre su pecho.
El agarre al cinturón fue aún mayor, habiéndolo sujetado con una fuerza poco calculada a la vez que dejaba caer su rostro contra el cuello del nipón, sintiendo cómo paradójicamente el aire no parecía caber en sus propios pulmones sin tener realmente en cuenta qué tanto el otro podía respirar.
Más allá de las circunstancias, de los cambios que había percibido durante aquella sesión, buenos y malos, estaba en éxtasis, uno mucho mejor del que podía hacer memoria. Apenas podía hilar algún pensamiento coherente, mas lo único que pasaba por su cabeza es que aquel encuentro no sería suficiente, que quería ver más y tal vez, entender todo aquello que en esta ocasión había hecho tanto ruido en su cabeza.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
-¡MGH...!- Efectivamente la presión de su cuello fue excesiva y el respirar se le dificultó en los últimos momentos, situación que al menos lo ayudó a correrse solo unos cuantos segundos después de Laurence, potenciado por el mismo orgasmo ajeno que generó mayor presión al rededor de su miembro, sin importar que su mente siguiera un poco desconectada de la situación.
Probablemente sin el asunto de los golpes aquel hubiese sido uno de los mejores encuentros de sexo que había tenido en mucho tiempo, pero aquel fue un final más mecánico, por decirlo de algún modo. Claro que el tuerto no estaba para nada cerrado a la idea de repetir un encuentro a futuro, solo que en ese mismo instante la idea no estaba aún presente en su cabeza.
Apenas eyaculó intentó soltar la presión de su cuello, pues sentía que si no lo hacía probablemente terminaría desmayándose. De nuevo su garganta se resintió un poco ya que la presión del cinturón no era únicamente en sus venas y arterias sino también sobre su tráquea, por lo que fue inevitable que su post orgasmo se viera interrumpido por su tos.
Hubo al menos un minuto completo de silencio en el cual únicamente re preocuparon de retomar el aliento, luego Eiji le dio una suave palmada sobre la mano que aún tenía su cabello tomado para pedir sin palabras que le soltara para poder incorporarse y salir de su interior antes de perder por completo su erección.
-¿Quieres agua? -preguntó casual mientras con una mano mantenía su peso y con la otra mezclaba el desastre de fluidos sobre su pecho. Parecía que el orgasmo en parte había ayudado a traerlo de vuelta a un estado mental basal.
Probablemente sin el asunto de los golpes aquel hubiese sido uno de los mejores encuentros de sexo que había tenido en mucho tiempo, pero aquel fue un final más mecánico, por decirlo de algún modo. Claro que el tuerto no estaba para nada cerrado a la idea de repetir un encuentro a futuro, solo que en ese mismo instante la idea no estaba aún presente en su cabeza.
Apenas eyaculó intentó soltar la presión de su cuello, pues sentía que si no lo hacía probablemente terminaría desmayándose. De nuevo su garganta se resintió un poco ya que la presión del cinturón no era únicamente en sus venas y arterias sino también sobre su tráquea, por lo que fue inevitable que su post orgasmo se viera interrumpido por su tos.
Hubo al menos un minuto completo de silencio en el cual únicamente re preocuparon de retomar el aliento, luego Eiji le dio una suave palmada sobre la mano que aún tenía su cabello tomado para pedir sin palabras que le soltara para poder incorporarse y salir de su interior antes de perder por completo su erección.
-¿Quieres agua? -preguntó casual mientras con una mano mantenía su peso y con la otra mezclaba el desastre de fluidos sobre su pecho. Parecía que el orgasmo en parte había ayudado a traerlo de vuelta a un estado mental basal.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 10/10/2013
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
―Mngh~ … ―Sentir el calor de Eiji corriéndose dentro de él fue el último estimulo que sirvió de broche para aquel encuentro, haciendo que se sintiera aún más relajado allí con el rostro hundido en su cuello, soltando una risilla al escuchar al otro toser, como si fuese el resultado de una travesura de la cual él era culpable.
Le soltó el cabello y le permitió salir de su interior, sintiendo como parte del semen del nipón escurría por sus piernas. Ambos eran un desastre, pero de algún modo era un desastre que le hacía sentir bien.
―En verdad, se me antoja una ducha… ― Murmuró recostándose boca arriba en la cama, mirando alrededor en busca de sus cigarrillos. Dando con la caja metálica sacó uno y se lo colocó en la boca, jugando con él antes de tomar su encendedor eléctrico y encenderlo. Fue entonces que se dio unos instantes para cerrar los ojos y disfrutar el momento, era extraño. Se sentía bien, satisfecho y sin embargo había algo que para él no terminaba de cuadrar, algo que no dejaba de rondar por su mente y era aquel particular cambio de actitud que había notado en ese muchacho que ahora tan suelto de cuerpo le ofrecía agua.
Lo sentía como un rompecabezas al que se le había perdido una pieza y ciertamente, aquella imagen inconclusa no terminaba de ser del todo agradable, al menos no hasta lograr completarla. Pero por supuesto, sabía que ese no era el momento ni el lugar para ponerse a buscar.
Dando una calada le miró de reojo y sonrió de costado, ofreciéndole su vicio. ―¿Me permites? ― Preguntó fingiendo modales. No planeaba quedarse mucho más ni fingir melosidad por mucho que el orgasmo hubiera ablandado su actitud, aunque esta sí denotaba que esa no sería la última vez que planearía terminar en aquella cama. Eso estaba claro, al menos para él.
Le soltó el cabello y le permitió salir de su interior, sintiendo como parte del semen del nipón escurría por sus piernas. Ambos eran un desastre, pero de algún modo era un desastre que le hacía sentir bien.
―En verdad, se me antoja una ducha… ― Murmuró recostándose boca arriba en la cama, mirando alrededor en busca de sus cigarrillos. Dando con la caja metálica sacó uno y se lo colocó en la boca, jugando con él antes de tomar su encendedor eléctrico y encenderlo. Fue entonces que se dio unos instantes para cerrar los ojos y disfrutar el momento, era extraño. Se sentía bien, satisfecho y sin embargo había algo que para él no terminaba de cuadrar, algo que no dejaba de rondar por su mente y era aquel particular cambio de actitud que había notado en ese muchacho que ahora tan suelto de cuerpo le ofrecía agua.
Lo sentía como un rompecabezas al que se le había perdido una pieza y ciertamente, aquella imagen inconclusa no terminaba de ser del todo agradable, al menos no hasta lograr completarla. Pero por supuesto, sabía que ese no era el momento ni el lugar para ponerse a buscar.
Dando una calada le miró de reojo y sonrió de costado, ofreciéndole su vicio. ―¿Me permites? ― Preguntó fingiendo modales. No planeaba quedarse mucho más ni fingir melosidad por mucho que el orgasmo hubiera ablandado su actitud, aunque esta sí denotaba que esa no sería la última vez que planearía terminar en aquella cama. Eso estaba claro, al menos para él.
Laurence Förakt- Ocupación : Ciudadano
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Fecha de inscripción : 28/04/2014
Edad : 24
Re: Kono heya ga (Laurence) R+18
La consistencia de la mezcla del semen y la sangre era, por decirlo menos, curiosa. No era la primera vez que ambos fluidos pintaban su cuerpo a la vez, pero siempre le llamaba la atención la consistencia extraña y un poco repulsiva que generaba la mezcla de ambos.
Eiji no solía tener mayores interacciones después del sexo, por lo que difícilmente se pondría a charlar de la vida, mucho menos podría buscar contacto más romántico después de acabar. Simplemente ese tipo de conductas le parecían un sin sentido y él no era precisamente fan de la hipocresía, ni siquiera de la cortesía o la mínima educación, pero claro, le agradó ver que nada de eso era necesario con su vecino. La casualidad con la que le respondió y ofreció su cigarro le pareció idónea.
- Va, siéntete libre de utilizar la ducha. Hay toallas limpias en el mueble junto al lavabo. -Le indicó mientras tomaba el cigarrillo con su mano limpia y se sentaba en un costado de la cama a fumar sin reparos en el desastre que era no solo su pecho, sino su cuerpo completo.
-Si necesitas algo avísame. -Dijo ya poniéndose de pie, arreglando el parche de su ojo y el cabello que con el sudor se había pegado a su frente, comenzando lentamente a buscar un par de cosas en su velador, otras en el estante donde tenía el equipo de música y finalmente posicionarse frente a un espejo de medio cuerpo que tenía cerca de su armario para comenzar a limpiar la sangre de las heridas reabiertas y las nuevas hechas, especialmente la más grande y reciente.
Pronto el olor a hospital mezclado con el olor a tabaco inundaron la habitación.
Eiji no solía tener mayores interacciones después del sexo, por lo que difícilmente se pondría a charlar de la vida, mucho menos podría buscar contacto más romántico después de acabar. Simplemente ese tipo de conductas le parecían un sin sentido y él no era precisamente fan de la hipocresía, ni siquiera de la cortesía o la mínima educación, pero claro, le agradó ver que nada de eso era necesario con su vecino. La casualidad con la que le respondió y ofreció su cigarro le pareció idónea.
- Va, siéntete libre de utilizar la ducha. Hay toallas limpias en el mueble junto al lavabo. -Le indicó mientras tomaba el cigarrillo con su mano limpia y se sentaba en un costado de la cama a fumar sin reparos en el desastre que era no solo su pecho, sino su cuerpo completo.
-Si necesitas algo avísame. -Dijo ya poniéndose de pie, arreglando el parche de su ojo y el cabello que con el sudor se había pegado a su frente, comenzando lentamente a buscar un par de cosas en su velador, otras en el estante donde tenía el equipo de música y finalmente posicionarse frente a un espejo de medio cuerpo que tenía cerca de su armario para comenzar a limpiar la sangre de las heridas reabiertas y las nuevas hechas, especialmente la más grande y reciente.
Pronto el olor a hospital mezclado con el olor a tabaco inundaron la habitación.
Eiji Mitsuo- Ocupación : Ciudadano
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