Una colección familiar (Katherine)

Bueno, al parecer borró la foto. Por lo menos ya me libré de un problema...Yo no estaría tan seguro. ¿Será así? Se tardó en enseñar la prueba. Es claro que oculta ella algo, no creo que deba confiar tan fácilmente en ella. Tendré que usar disimuladamente mis poderes de hielo para congelar y que la memoria del aparato se estropee. Complicado, y sé que suena poco amable de mi parte, pero es por el bien común.

Levanté mis manos lentamente simulando que "obedezco" su petición. -¡Tranquila! No empeoremos las cosas. Estamos un poco tensos porque el otro parece ocultar algo...- Empecé a mandar ondas frías al aparato sin que estas se vieran, pero tardaría un poco en lograr mi cometido. -Pero no me iré de aquí hasta saber qué fue lo que ocurrió adentro- Seguí en mi misma posición esperando que nada malo sucediera, pero... Ahora siento que alguien más está presenciando.

Spoiler:

- Tensos es una palabra muy suave para lo que sucede - se cruzó de brazos, muy a la defensiva de aquel tipo, pero en realidad tambien queria una excusa para que su mano estuviera cerca de su spray pimienta del bolso - Te recuerdo que quien dio el primer paso a este tema fuiste tu, yo me retiré por que no quiero que sepas de mi vida y como vez, tampoco quiero saber de la tuya... se me advirtió de alejarme de estas cosas "fuera de lo normal"

Fue sincera con sus intenciones. Ella quería mantener una vida tranquila como lo habían hecho sus antecesores, viviendo por muchos años, divirtiendose y, creía, sin hacer daño a nadie. Pero este hombre no le dejaría en paz. Si pudo aventajarla una vez, habría una segunda y tercera. Tenía que lograr deshacerse de él y no le iba a ser dificil, así que recurrió a actuar y engañarle, no le era dificil pues de eso trabajaba.

- Esa mujer del retrato era un ancestro mio, me sorpendió verla en otro tipo de fotos - le miró directamente a los ojos, tecnicamente hablando no mentía pues realmente era familia - Mi familia se dedica a guardar "secretos" que podían hacer daño a la gente, por eso me curé rápido... he estado tomando pocimas por dias para acelerar mi regeneración y volver a mi trabajo, si, tengo otro trabajo y el negocio del espectáculo facilita mis redes de conexión.

Ahora solo quedaba ver que le creyera aquella mentira.

Seguía con las manos en la misma posición, mientras estoico escuchaba a sus palabras. Todo parecía ser una historia muy convincente, pero...¿Vida tranquila, pócimas, guardar secretos peligrosos? ¡Esta mujer sí que es experta en mentir! -¡Muy hábil, Señorita Howell! Pero esa historia ya es un poco forzada ¿no cree?...- Bajé mis manos a mis costados y le daba la vuelta al automóvil mientras caminaba tranquilamente.

-Perdón, pero si usted tuviera ese "trabajo" creo que ya nos hubiéramos topado antes...- Después de todo eran 2 siglos de obsesiva búsqueda sobre mi pasado, y hubiera recordado a alguien así. -Es más, incluso se hubiera acordado de mí allá dentro- Finalicé cruzándome de brazos cuando me detuve a un par de metros en frente de ella.

-Ahora...Asumo que esa foto mía aún la conserva. Por nuestra seguridad le recomiendo que se deshaga de ella-Hablaba en serio, si corría el rumor de que yo seguía vivo cosas malas podrían pasar, incluso a ella.

Justo cuando estiraba un poco mi mano para pedirle el celular, de repente un sujeto se acercó a nosotros, casi de la nada. Vestía como policía, pero no era como los que alcancé a ver del otro lado de la calle, es mas...ya no estaban.

-¿Se encuentra todo bien?- Seriamente preguntaba volteando primero a ver a Katherine, y después a mí de una manera muy desafiante.

Spoiler:

Su historia empezó a perder credibilidad. 200 años vagando por el mundo, pude haberme topado con ella. -Si en realidad supiera lo que soy sabría que no soy esa clase de amenaza...- Para quiénes yo podría representar una amenaza sería para seres del infierno, o aquellos que están enemistados con cielo e infierno.

Kath se acercó al guardia que apareció de la nada. Tramaba algo, eso lo podía de notar, pero me preocupaba que aquel sujeto pudiera ser peligroso. -Eh...Señorita no creo que sea bueno...- ¡Muy tarde! Usó una especie de gas que le irritó los ojos.

Naturalmente el sujeto se llevó las manos a su rostro por el ardor del gas, pero molesto miró a Katherine con esa mirada que sólo se veía más molesta con esos ojos rojos. -¡Iba a ser amable contigo, pero no me dejas opción!- Apareció una daga con su mano y se dirigía atacar a Kath. Iba a intervenir, pero...

-¡Tú mejor atento a tus problemas, angelito!...- Confundido me detuve, hasta que sentí otra presencia detrás de mí. -¡¿Pero qué?!- Al voltearme sólo pude ver otro demonio que saltó y me encajó una lanza, cerca del corazón.

Empecé a temblar, me sentía mareado, pero...no era como aquella vez que estaba agonizando ¿Qué me está pasando?...Me siento...Me siento diferente. *Aquí los ojos de Julius se tornan rojo* ¡Sorpresa! ¡Vaya! El infeliz en frente de mí se empezó a ver pálido

Saqué mis alas que pasaron de ser blancas a un color gris oscuro. Aprovechando que estaba petrificado, agarré la lanza con mi mano derecha, y empecé a congelarla hasta que el pobre sufrió el mismo destino. Me di media vuelta para ver al otro sujeto que asustado se colocó detrás de la mujer y amenazaba con cortarle la yugular -¡Tú de nuevo!...¡Atrás!...No creo que quieras otra baja, ¿o sí?

Lo miré confundido, incrédulo ante su amenaza. -¿De nuevo?...Me gustaría poder recordar eso- Comenté antes de soltar unas risas y dirigirme hacia él

-¡Atrás! ¡O voy a degollarla!- Sonriendo de medio lado, sólo levanté una mano derecha. -¿Con qué?- El sujeto sólo observó su brazo que quedó totalmente congelado; inútil, y en un intento desesperado, lanzó a Kath hacia mí y trató de escapar.

Exhalé. -¿Por qué se hacen los valientes sólo cuando creen tener la ventaja?...Disculpa, preciosa- Moví a Kath a un lado, me troné los dedos y empecé a preparar una de mis habilidades: Mi brazo derecho salió un aura azul claro que adquirió forma de una cabeza de dragón, el izquierdo una naranja que también adquirió forma de dragón; un poder de fuego y otro de hielo. Lo lancé hacia el pobre que no alcanzó a escapar y quedó totalmente desintegrado.

Observé mis manos, incrédulo a lo que yo veía. ¡En realidad podía mover este cuerpo después de varios años-¡Qué bueno es volver!- Exclamé feliz y luego voltee hacia la mujer con la que...yo estaba pasando el día anteriormente. -¡Oh!...¡Lo siento! Me emocioné...Eh, Kath, ¿correcto?- Guardé mis alas en lo que me recargaba en su vehículo.

Dio unos pasos hacia atrás, lista para correr a su carro pero por desgracia sus sospechas se tornaron peores de lo que ella podría imaginar. La razón por la que pareció helarse en su posición fue cuando vio a Julius atacado por otra persona... o ser... ¡¡Ella no sabía que diablos pasaba!!
Su acosador ahora se tornaba más oscuro, sacando a flote una agresividad que no hubiera creído posible de lo que había convivido en esas pocas horas con su compañero.

Por andar observándolo, Kath fue tomada como rehén pero sus amenazas no sirvieron de mucho ante el rubio. Fue a dar con aquel ser alado pero le empujó para alejarse de él. Tenía miedo, esto no era comparado con nada peligroso que había vivido.
Iba a gritar y probablemente salir huyendo a pesar de que imaginaba que iba a ser inútil cualquier esfuerzo; pero poco a poco sintió como ya no era protagonista de este caos, sino una espectadora. Era como si su cuerpo ya no fuera suyo.

- No soy Kath... - respondió la mujer y sus ojos cambiaban a uno violáceo y su cabello crecía y crecía hasta llegar sus pies

Antes de proseguir a hablar con Julius, fue con el demonio congelado. Posó una de sus manos en el hielo, derritiendose poco a poco hasta que quedó libre. Pero solo fue para enfrentarse a algo peor.
Su otra mano le tomó del cabello y lo azotó contra suelo, generando unas grietas.

- No hay muchas reglas en el infierno, ¡pero ustedes rompieron una de las más importantes! - alzó su cara para que quedara a su nivel - NO. INVOLUCREN. A. MIS. HIJAS. - Una y otra vez golpeo su cabeza contra el suelo hasta que pareció aburrirse con el castigo - Sus conflictos con otros seres no me interesan, pero tocar siquiera un cabello de mis hijas les costará caro... Vuelve al infierno. AHORA.

El demonio desapareció en una nube de humo aterrorizado, pues sabía perfectamente con quien se había metido en problemas. El cuerpo de Kath siguió moviendo hasta llegar con el ángel, sin estar realmente asombrada por presenciar uno.

- ¿Recuerdas lo que te dijo Katherine? Ella no quiere involucrarse el mundo de lo sobrenatural. Yo se lo advertí. - Sus dedos empezaron a pasearse por el brazo hasta el hombro del rubio con una aparente calma. Pero quien posesionaba su cuerpo no lo estaba, muchos están haciendo cosas que la hacían enojarse. - Deja a mi descendiente en paz, ninguna de ellas quiere ser parte de este mundo... y mas vale que respetes eso.

Los ojos de Katherine volvieron a la normalidad pero ella quedó en el suelo. ¿Que había sentido? ¿Por que ella? ¿Donde estaba su normalidad? Todo esto estaba fuera de su control.

No estaba prohibido, hasta donde sabía, contar sobre su naturaleza. La única indicación de Lilith era alejarse de lo sobrenatural, por lo que pensó que si satisfacía la curiosidad de lo que sea que fuere Julius y lo que le posesionaba, no tendrían más encuentros de esta naturaleza.

- Díselo tu, tú eres el que está todo el tiempo con él, no yo. Pero sus asuntos, como reitero, no me interesan... Entre menos información me des, más feliz seré. - luego escuchó su respuesta ante la narrativa, que según parecía no parecía conocer la versión completa - No te preocupes, yo me perdí de todo desde siempre.

Ese tono sarcástico le molestaba, claro que sabía que no podía escapar de la realidad de la que estaba envuelta, pero si podía postergar en lo posible cualquier contacto no deseado con lo sobrenatural... le bastaría por el momento. Tal vez se acostumbraría a todo esto en un futuro, creía que su madre también así lo hizo. Recordó que iba a preguntarle si eran ciertos algunas mañas o trucos para mantenerse alejada o protegida de cualquier criatura.

- Si fuera el caballero que yo creía, entonces no hubiera formulado esa pregunta... Este tema no es de su incumbencia, no le importa y prefiero que no vuelva a cuestionarme sobre ese asunto en el futuro. - abrió la puerta de su carro y se sentó en el asiento del piloto, buscando algo en el carro. Una navaja suiza que usó para cortar su cabello al largo original que poseía anteriormente - ¿Alguna otra duda que no tenga que ver con asuntos privados señor?