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Llegaron a la puerta de la escuela. Se encontraba cerrada, lo sabía, lo mismo ocurría con la entrada a los dormitorios, pero eso no suponía un alto para él, con el pasar del tiempo había aprendido a ir y venir, sin depender de nada ni de nadie, aunque a veces se encontrase afuera sin saber cómo, o había vuelto a la jaula aún sin quererlo.
Las luces de la escuela estaban ausentes y con ello un toque lúgubre se apoderaba de toda la instalación en penumbras. Rodearon los muros hasta un punto en el que se encontraba un gran y viejo árbol, junto a una de las bodegas traseras.
-Vamos a subir.- Anunció interrumpiendo su melodía tarareada mientras se quitaba el pañuelo y lo hacía pasar por una de las ramas más bajas. Se impulsó con los pies en el muro, como todo un alpinista y cuando logró estar sobre el muro, miró a la chica, como si hubiese recordado su existencia de pronto, tendiéndole la mano.
-Tienes que subir.- Y con su tono parecía querer decir que si no lo hacía, no habría otra forma de comer lo que habían comprado. Sería en vano.
Las luces de la escuela estaban ausentes y con ello un toque lúgubre se apoderaba de toda la instalación en penumbras. Rodearon los muros hasta un punto en el que se encontraba un gran y viejo árbol, junto a una de las bodegas traseras.
-Vamos a subir.- Anunció interrumpiendo su melodía tarareada mientras se quitaba el pañuelo y lo hacía pasar por una de las ramas más bajas. Se impulsó con los pies en el muro, como todo un alpinista y cuando logró estar sobre el muro, miró a la chica, como si hubiese recordado su existencia de pronto, tendiéndole la mano.
-Tienes que subir.- Y con su tono parecía querer decir que si no lo hacía, no habría otra forma de comer lo que habían comprado. Sería en vano.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Opciones (Mine)
¿Dónde estaban? ¿Hacia dónde se dirigían? La respuesta apareció ante sus ojos con cierta dificultad, la imagen del edificio se confundía entre todas esas luces ficticias que desdibujaban el horizonte. Mine abrió sus orbes de par en par al reconocerlo... ¿No era esa la escuela donde Lucien estudiaba? ¿Por qué le había llevado hasta ese lugar?
Aún entonces Mine se mantuvo silente, permitiéndose guiar por su acompañante hasta la parte trasera del establecimiento. Antes de poder siquiera dirigir sus dudas a Skyle éste se arrimó sobre el muro sirviéndose de su pañuelo y la rama de un árbol que no cedería con facilidad.
La droga seguía haciendo efecto en su cuerpo por lo que la petición de Skyle por poco le saca una carcajada. Tras liberar una breve risilla de sus finos labios, enarcó una ceja y le observó de un modo ciertamente despectivo.
– Debes estar bromeando... – respondió sonriente y burlona, negándose a trepar el muro como él había hecho hace un instante, como si se tratase de un primate o un bandido. – ¡Soy una señorita! ¡No entraré a hurtadillas a tu cochino colegio! – Protestó haciendo una mueca, comportándose de un modo inusitado y desagradable.
Se acompañó de un ademán indignado antes de deslizar su mano por el muro aledaño hasta encontrar una grieta en la infraestructura.
– ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?~ – Levantó el tono de voz para llamar la atención de un conserje o un nochero. Poco y nada le importaba las represalias que caerían sobre el estudiante, ella sólo quería ingresar al recinto como la gente bien educada, tal y como le habían instruido.
Aún entonces Mine se mantuvo silente, permitiéndose guiar por su acompañante hasta la parte trasera del establecimiento. Antes de poder siquiera dirigir sus dudas a Skyle éste se arrimó sobre el muro sirviéndose de su pañuelo y la rama de un árbol que no cedería con facilidad.
La droga seguía haciendo efecto en su cuerpo por lo que la petición de Skyle por poco le saca una carcajada. Tras liberar una breve risilla de sus finos labios, enarcó una ceja y le observó de un modo ciertamente despectivo.
– Debes estar bromeando... – respondió sonriente y burlona, negándose a trepar el muro como él había hecho hace un instante, como si se tratase de un primate o un bandido. – ¡Soy una señorita! ¡No entraré a hurtadillas a tu cochino colegio! – Protestó haciendo una mueca, comportándose de un modo inusitado y desagradable.
Se acompañó de un ademán indignado antes de deslizar su mano por el muro aledaño hasta encontrar una grieta en la infraestructura.
– ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?~ – Levantó el tono de voz para llamar la atención de un conserje o un nochero. Poco y nada le importaba las represalias que caerían sobre el estudiante, ella sólo quería ingresar al recinto como la gente bien educada, tal y como le habían instruido.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
-¿Eh?- Skyle tal vez no se esperaba esa clase de reacción por parte de su primera cita, menos cuando después de mucho pensarlo, sentía que había dado con el lugar ideal para ir a comer el antojo de ambos. ¿Acaso no era así?
-¿Por qué no? Ah, espera, mi colegio no está cochino...- Inocente hasta la idiotez, skyle se fijó en los alrededores como si creyera que la chica de rizos hubiese detectado algún rastro de basura en el suelo, o algo por el estilo. Claramente, ese no era el caso. ¿Pero qué era lo que estaba mal en su esquema? No podía encontrarlo, no tenía como detectarlo sin otra referencia.
Métela a la fuerza.
No...
Te meterá en problemas.
No quiero eso...
¡Que se calle de una vez!
Cállate.
-Cállate.- Su mirada fue demasiado serie por un lapsus de segundo, luego volvió a dudar- P-por...favor...- Agregó con temor de haber hecho algo incorrecto.- Permíteme buscar otra manera para que puedas entrar, pero por favor, manten baja la voz. No quiero que me encierren aquí, ¡no quiero no poder salir!- Casi colgado desde el otro lado de las grandes cercas, Skyle daba la impresión de ser exactamente un ave en una muy incómoda jaula.
-¡B-buscaré una escalera! U otra entrada, pero por favor... ¡solo espera!.- Sus manos comenzaron a sudar frio, hasta su estómago se había apretado ante la incertidumbre, pero el hambre debía volver, debía llegar a tiempo para unos fideos instantáneos, al igual que esa escalera, al igual que su cita en su pequeño e impersonal castillo que hacia a veces, de sanatorio.
-¿Por qué no? Ah, espera, mi colegio no está cochino...- Inocente hasta la idiotez, skyle se fijó en los alrededores como si creyera que la chica de rizos hubiese detectado algún rastro de basura en el suelo, o algo por el estilo. Claramente, ese no era el caso. ¿Pero qué era lo que estaba mal en su esquema? No podía encontrarlo, no tenía como detectarlo sin otra referencia.
Métela a la fuerza.
No...
Te meterá en problemas.
No quiero eso...
¡Que se calle de una vez!
Cállate.
-Cállate.- Su mirada fue demasiado serie por un lapsus de segundo, luego volvió a dudar- P-por...favor...- Agregó con temor de haber hecho algo incorrecto.- Permíteme buscar otra manera para que puedas entrar, pero por favor, manten baja la voz. No quiero que me encierren aquí, ¡no quiero no poder salir!- Casi colgado desde el otro lado de las grandes cercas, Skyle daba la impresión de ser exactamente un ave en una muy incómoda jaula.
-¡B-buscaré una escalera! U otra entrada, pero por favor... ¡solo espera!.- Sus manos comenzaron a sudar frio, hasta su estómago se había apretado ante la incertidumbre, pero el hambre debía volver, debía llegar a tiempo para unos fideos instantáneos, al igual que esa escalera, al igual que su cita en su pequeño e impersonal castillo que hacia a veces, de sanatorio.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Opciones (Mine)
Un murmullo crispó sus nervios, algo que creyó oír sin gran certeza... ¿Acaso el muchachito osó en callarla? No, eso era imposible. Una respetable dama como ella no podía ser silenciada de un modo tan brusco, incluso él tenía modales... De no ser el caso ni se hubiera molestado en invitar los fideos, ¿verdad?
Detenida por el llamado y la desesperación de Skyle, Mine giró su cuerpo con gracilidad en su dirección. Volvió sus pasos de la grieta hasta detenerse bajo él, alzando el mentón para observarle directamente a los ojos. Una mueca desdibujó la perfecta forma de sus labios y se acompañó de un ceño fruncido que evidenciaba cuán frustrante le resultaba la situación.
– Hmp, patético – comentó con fastidio, manteniendo ambos brazos bien estirados a cada lado de su cuerpo. Secretamente se sentía identificada con ese temor suyo a ser encerrado, por lo que la pianista mostró cierto atisbo de condescendencia al observar la rama con desdén y luego detenerse en el muro aledaño. – No es necesario... Solo tengo que trepar, ¿no? ¡Pan comido! – Exclamó con presunción, muy segura de poder ejecutar el mismo movimiento que el estudiante.
Algunos elementos le jugaban en contra, como que vistiera una falda y no fuera una deportista excepcional, pero no se percató de esto hasta que dio un torpe y mal elaborado salto en el que intentó asirse de la misma rama que Skyle. En menos de unos segundos Mine acabó estrellando su retaguardia contra el césped que rodeaba la academia, lo que le produjo un intenso mareo.
– Uh... Dolió... – se quejó débilmente sin moverse del lugar, maldiciendo en su fuero interno a Skyle, a la escuela entera y a los fideos.
Detenida por el llamado y la desesperación de Skyle, Mine giró su cuerpo con gracilidad en su dirección. Volvió sus pasos de la grieta hasta detenerse bajo él, alzando el mentón para observarle directamente a los ojos. Una mueca desdibujó la perfecta forma de sus labios y se acompañó de un ceño fruncido que evidenciaba cuán frustrante le resultaba la situación.
– Hmp, patético – comentó con fastidio, manteniendo ambos brazos bien estirados a cada lado de su cuerpo. Secretamente se sentía identificada con ese temor suyo a ser encerrado, por lo que la pianista mostró cierto atisbo de condescendencia al observar la rama con desdén y luego detenerse en el muro aledaño. – No es necesario... Solo tengo que trepar, ¿no? ¡Pan comido! – Exclamó con presunción, muy segura de poder ejecutar el mismo movimiento que el estudiante.
Algunos elementos le jugaban en contra, como que vistiera una falda y no fuera una deportista excepcional, pero no se percató de esto hasta que dio un torpe y mal elaborado salto en el que intentó asirse de la misma rama que Skyle. En menos de unos segundos Mine acabó estrellando su retaguardia contra el césped que rodeaba la academia, lo que le produjo un intenso mareo.
– Uh... Dolió... – se quejó débilmente sin moverse del lugar, maldiciendo en su fuero interno a Skyle, a la escuela entera y a los fideos.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
Por cada segundo que marcaba el reloj que se posaba en lo más alto del edificio, ahí a donde pretendía llegar, más nervioso, o más bien ansioso se colocaba. Sus manos sudaban a la espera de una acción o reacción de la muchacha. Una que rogaba, le favoreciera más que causarle problemas, pues la idea bajo tan poco meditada invitación era hacer aquello que nunca habían hecho, no mucho más de lo que dos infantes podrían planear, y es que a final de todo analisis, ellos dos no eran más que eso.
Y contra todas sus bajas espectativas, aquella muchacha de pronto pareció congeniar con él, aunque a los ojos más críticos, tal vez solo hubiese sido una acción compensatoria, más que empática. Skyle tuvo que pestañar un par de veces para entender las intenciones que la chica de cabello espeso tenía. Al punto que su reacción fue tardía como para prevenir la inminente caída. No había que ser físico para saber en que terminaría su mal elaborado salto.
-¡Ah! ¡E-espera!- No alcanzó a hacer mucho más que estirar su mano en vano y luego cerrar los ojos por sentir que el golpe fue un tanto más duro de lo que debió haber sido.
Se asustó.
En dos instantes de tiempo Skyle había retrocedido en su ruta, sin haber dudado en bajar de aquel arbol con tal de notar si la chica estaba bien. Y era una simple cuestion de mirar su cara de terror y el no muy ligero temblor de manos. Bien, claro que el castaño sabía que muerta no estaba, su temor radicaba más en la idea de que con aquel accidente, cualquier plan pudiese ser cancelado, o incluso, peor aún, llegar a ser odiado por tan mala idea.
-Lo lamento, debí buscar la escalera después de todo... -Sus rodillas se flectaron para poder quedar a la altura de ella, su vista se centró en sus pies más que nada por instinto y por no querer enfrentar una posible realidad.- ¿P-puedes ponerte de pie?- Susurró ofreciendo sus manos para que ella pudiera ponerse de pie.- ¿Te rompiste algo?- Su preocupación era tan sincera como la de un niño ansioso de compartir la bandita de colores que su madre le dio.
-¿Prefieres que vayamos a otro lugar...?-Sus manos se cerraron en un pequeño signo de frustración, pero no quería aproblemar más a la muchacha. Ideas podría tener muchas, si hasta estaba dispuesto a hacer de piso humano para ella, mas no sabía como expresar una oferta como esa sin sonar demasiado insistente y... raro.
Y contra todas sus bajas espectativas, aquella muchacha de pronto pareció congeniar con él, aunque a los ojos más críticos, tal vez solo hubiese sido una acción compensatoria, más que empática. Skyle tuvo que pestañar un par de veces para entender las intenciones que la chica de cabello espeso tenía. Al punto que su reacción fue tardía como para prevenir la inminente caída. No había que ser físico para saber en que terminaría su mal elaborado salto.
-¡Ah! ¡E-espera!- No alcanzó a hacer mucho más que estirar su mano en vano y luego cerrar los ojos por sentir que el golpe fue un tanto más duro de lo que debió haber sido.
Se asustó.
En dos instantes de tiempo Skyle había retrocedido en su ruta, sin haber dudado en bajar de aquel arbol con tal de notar si la chica estaba bien. Y era una simple cuestion de mirar su cara de terror y el no muy ligero temblor de manos. Bien, claro que el castaño sabía que muerta no estaba, su temor radicaba más en la idea de que con aquel accidente, cualquier plan pudiese ser cancelado, o incluso, peor aún, llegar a ser odiado por tan mala idea.
-Lo lamento, debí buscar la escalera después de todo... -Sus rodillas se flectaron para poder quedar a la altura de ella, su vista se centró en sus pies más que nada por instinto y por no querer enfrentar una posible realidad.- ¿P-puedes ponerte de pie?- Susurró ofreciendo sus manos para que ella pudiera ponerse de pie.- ¿Te rompiste algo?- Su preocupación era tan sincera como la de un niño ansioso de compartir la bandita de colores que su madre le dio.
-¿Prefieres que vayamos a otro lugar...?-Sus manos se cerraron en un pequeño signo de frustración, pero no quería aproblemar más a la muchacha. Ideas podría tener muchas, si hasta estaba dispuesto a hacer de piso humano para ella, mas no sabía como expresar una oferta como esa sin sonar demasiado insistente y... raro.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Opciones (Mine)
Un intenso malestar le inundó tras la caída, indicio de que algo no andaba bien con su organismo. Mine se llevó deliberadamente una mano a los labios, abstraída por la percepción borrosa e inestable de su mundo circundante. Su compañero no tardó en acudir hasta ella, preocupado por su estado físico ¿o por mera culpabilidad? La joven heredera hizo un gran esfuerzo para poder enfocar la vista en él, al hacerlo le observó de un modo afilado, desconfiando de su insistencia.
– No seas ingenuo. Estoy perfectamente bien – respondió tajante, antes de ponerse dificultosamente de pie, sin demandar ayuda. Se sacudió reiteradas veces el vestido, haciendo visible su fastidio. No quería echarse a morir por el posible efecto secundario que tendrían los fármacos en ella; decidió dejar la pedantería de lado, lo que dio paso a la testarudez. – ¡No! ¡Ni creas que me rendiré! – Espetó a Skyle poco antes de volverse a lanzar contra la rama y reiterar la penosa caída. – ¡Ugh!
Un espectáculo realmente penoso se exhibía en el sector trasero de la academia Musette. Mine intentó una y otra vez escalar el muro, ayudándose de la rama tal y como lo había hecho Skyle, pero carecía de la fuerza para hacerlo, sumado al mareo y al debilitamiento físico producto de la droga que comenzaba a drenarle la sangre. De un momento a otro no resistió más y, agotada por tantos intentos, bramó:
– ¡Argh, basta! ¡¿Por qué no llamamos a Lucien para que nos ayude a entrar?! – Había dicho de un modo totalmente inconsciente, recordando casi de súbito, en plena mención de su nombre, que eso no era posible. Ah... Cierto... Lucien no querría verle, no después de lo ocurrido en su habitación, no después de haberle rechazado.
Un pensamiento sucedió a otro atormentando su inestable corazón, alejándole de Skyle y de la academia, de toda la situación actual. La obstinación previa de Mine se transformó en un auténtico berrinche, puesto que el recuerdo de su amado consiguió inundar sus ojos de lágrimas.
– ¡Uwaaah! ¡Lucien! ¡¿Por qué?!~~ – Lloró con todas sus fuerzas, como una niña pequeña a la que acababan de quitarle un caramelo.
– No seas ingenuo. Estoy perfectamente bien – respondió tajante, antes de ponerse dificultosamente de pie, sin demandar ayuda. Se sacudió reiteradas veces el vestido, haciendo visible su fastidio. No quería echarse a morir por el posible efecto secundario que tendrían los fármacos en ella; decidió dejar la pedantería de lado, lo que dio paso a la testarudez. – ¡No! ¡Ni creas que me rendiré! – Espetó a Skyle poco antes de volverse a lanzar contra la rama y reiterar la penosa caída. – ¡Ugh!
Un espectáculo realmente penoso se exhibía en el sector trasero de la academia Musette. Mine intentó una y otra vez escalar el muro, ayudándose de la rama tal y como lo había hecho Skyle, pero carecía de la fuerza para hacerlo, sumado al mareo y al debilitamiento físico producto de la droga que comenzaba a drenarle la sangre. De un momento a otro no resistió más y, agotada por tantos intentos, bramó:
– ¡Argh, basta! ¡¿Por qué no llamamos a Lucien para que nos ayude a entrar?! – Había dicho de un modo totalmente inconsciente, recordando casi de súbito, en plena mención de su nombre, que eso no era posible. Ah... Cierto... Lucien no querría verle, no después de lo ocurrido en su habitación, no después de haberle rechazado.
Un pensamiento sucedió a otro atormentando su inestable corazón, alejándole de Skyle y de la academia, de toda la situación actual. La obstinación previa de Mine se transformó en un auténtico berrinche, puesto que el recuerdo de su amado consiguió inundar sus ojos de lágrimas.
– ¡Uwaaah! ¡Lucien! ¡¿Por qué?!~~ – Lloró con todas sus fuerzas, como una niña pequeña a la que acababan de quitarle un caramelo.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
La desconfianza demostrada en una sola mirada provocó una pausa instintiva, un reflejo a modo de defensa ante una posible agresión que en verdad nunca llegó. Tampoco ningún insulto totalmente esperado ante tan mala idea como el escalar un muro de una manera que, evidentemente la joven no era capaz.
- ¡A-ah! ¡Por favor espe-…! – No alcanzó a terminar de articular la palabra para cuando un nuevo golpe se escuchó. - ¡P-por favor pa-…!-No una, sino reiteradas veces producto de los intentos fallidos de su compañera, a la que no encontraba cómo frenar sin, de paso, ofender de una u otra manera. Para él, apenas un muchacho, sin ninguna experiencia, ni con chicas, ni en algo como lo que planeaban hacer, esta situación de pronto se volvía insostenible. La evidencia de esto quedó completamente al descubierto en el mismo momento en que la joven frente a él, media lastimada y despeinada, había bramado el nombre de su compañero. ¡Ah, pero no de cualquier compañero! ¡No, no, no, no! Sino de aquel que a la vista de la mayoría, y de el mismo Skyle, era un ejemplo a seguir, cercano a la perfección esperada de cualquier alumno de la academia, aunque por ello mismo, habían otros tantos, y el mismo Zebra, que detestaban la sola imagen o mención de tal prodigio. Además, ahora mismo tenía a la joven, con la cual se suponía pasar una agradable velada, y primera cita, llorando el nombre de alguien más, de una forma descontrolada. ¿Qué tan mal podía llegar a salir todo eso?
¿Por qué demonios tenía que mencionarlo ahora?
…
¿Skyle?
…
Oye, no estás pensando en llamarlo, ¿verdad?. ¡Ni se te ocurra tal estupidez!
…
…
-¡UWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!- Sin llegar a ser realmente una respuesta esperada por cualquier joven muchacho de su edad, lo único que el castaño pudo hacer dentro de las emociones que de un momento a otro habían vertido sobre él, había sido nada más que romper a llorar, tanto o más fuerte que la misma muchacha. ¿Por qué? Tal vez era la respuesta defensiva a la impotencia ante la situación y ante la evidente desventaja que tenía de solucionarla. Quizás también era debido a ese silente pero notorio complejo de inferioridad que le daba Lucien, complejo que no le permitía más que sentirse como una cucaracha siendo comparada con alguna ave exótica, que no solo es hermosa, sino misteriosa, perfecta en su escencia. ¿Y él? Solo un bicho inútil, sin la fuerza siquiera para hacer otra cosa que rendirse a su mediocridad. E incluso siendo así, Skyle no podía sino admirar, de un modo casi fanático, a su propio compañero, anhelando en lo más profundo de su ser que éste pudiera llegar a rescatarlo, a él y a ella, pero no al otro, pues seguramente algo malo ocurriría. Sí, lo sabía. Había mantenido la distancia con él, justamente, por ese último detalle.
Zebra.
-¡Ah! - Exclamó de pronto, frenando su llanto en seco, sin preocuparse de secar sus lágrimas o de explicarlas siquiera.- ¿Acaso... conoces a Lucien? - Y por ese instante, luego de percatarse, Skyle sintió que el tiempo se detuvo, en el preciso momento en que ambos cruzaban miradas, en suspenso.
¿Y zebra? Era probable que se mantuviera a raya, tal vez por el fastidio, tal vez por la vergüenza ajena.
- ¡A-ah! ¡Por favor espe-…! – No alcanzó a terminar de articular la palabra para cuando un nuevo golpe se escuchó. - ¡P-por favor pa-…!-No una, sino reiteradas veces producto de los intentos fallidos de su compañera, a la que no encontraba cómo frenar sin, de paso, ofender de una u otra manera. Para él, apenas un muchacho, sin ninguna experiencia, ni con chicas, ni en algo como lo que planeaban hacer, esta situación de pronto se volvía insostenible. La evidencia de esto quedó completamente al descubierto en el mismo momento en que la joven frente a él, media lastimada y despeinada, había bramado el nombre de su compañero. ¡Ah, pero no de cualquier compañero! ¡No, no, no, no! Sino de aquel que a la vista de la mayoría, y de el mismo Skyle, era un ejemplo a seguir, cercano a la perfección esperada de cualquier alumno de la academia, aunque por ello mismo, habían otros tantos, y el mismo Zebra, que detestaban la sola imagen o mención de tal prodigio. Además, ahora mismo tenía a la joven, con la cual se suponía pasar una agradable velada, y primera cita, llorando el nombre de alguien más, de una forma descontrolada. ¿Qué tan mal podía llegar a salir todo eso?
¿Por qué demonios tenía que mencionarlo ahora?
…
¿Skyle?
…
Oye, no estás pensando en llamarlo, ¿verdad?. ¡Ni se te ocurra tal estupidez!
…
…
-¡UWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH!- Sin llegar a ser realmente una respuesta esperada por cualquier joven muchacho de su edad, lo único que el castaño pudo hacer dentro de las emociones que de un momento a otro habían vertido sobre él, había sido nada más que romper a llorar, tanto o más fuerte que la misma muchacha. ¿Por qué? Tal vez era la respuesta defensiva a la impotencia ante la situación y ante la evidente desventaja que tenía de solucionarla. Quizás también era debido a ese silente pero notorio complejo de inferioridad que le daba Lucien, complejo que no le permitía más que sentirse como una cucaracha siendo comparada con alguna ave exótica, que no solo es hermosa, sino misteriosa, perfecta en su escencia. ¿Y él? Solo un bicho inútil, sin la fuerza siquiera para hacer otra cosa que rendirse a su mediocridad. E incluso siendo así, Skyle no podía sino admirar, de un modo casi fanático, a su propio compañero, anhelando en lo más profundo de su ser que éste pudiera llegar a rescatarlo, a él y a ella, pero no al otro, pues seguramente algo malo ocurriría. Sí, lo sabía. Había mantenido la distancia con él, justamente, por ese último detalle.
Zebra.
-¡Ah! - Exclamó de pronto, frenando su llanto en seco, sin preocuparse de secar sus lágrimas o de explicarlas siquiera.- ¿Acaso... conoces a Lucien? - Y por ese instante, luego de percatarse, Skyle sintió que el tiempo se detuvo, en el preciso momento en que ambos cruzaban miradas, en suspenso.
¿Y zebra? Era probable que se mantuviera a raya, tal vez por el fastidio, tal vez por la vergüenza ajena.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Opciones (Mine)
Un estruendoso alarido acompañó el suyo propio, para desconcierto de la joven heredera. Al caer en cuenta de ello Mine dejó de chillar, su voz había sido brutalmente solapada por la de Skyle, quien era la viva representación del desconsuelo. Ella le observaba desde el suelo aún con las lágrimas asomadas en sus ojos y sus cejas, antes fruncidas por la tristeza, ahora se ampliaban en dos perfectos arcos, como si con ese solo gesto dijeran: Esto tiene que ser una broma.
Y sí, por más irónico que resultara, la sola voz aguzada del muchacho le ponía de mal humor, como si sólo ella tuviera derecho a expresar impotencia. No era momento de ser consecuente con los propios actos ni con las amonestaciones, estaban aún en medio de una cita... ¡No debía olvidarlo! Se incorporó desde el suelo y sacudió su vestido, para entonces observarlo con descontento.
– Y tú... ¿Por qué lloras? – Quiso saber cuando Skyle se calló y formuló aquella pregunta, más irritada que preocupada. Iba a ignorarlo y a regañarlo por lo de hace un momento, ¡con semejante grito seguro les descubrirían! Pero en lugar de eso su atención se centró plenamente en la conversación. ¿Razón? Estaba hablando de Lucien. – ¿Eh? ¡Claro que lo conozco! ¡Él es mi...! – Sus protestas se detuvieron en seco y dejó la frase sin acabar.
¿Qué podía decirle? ¿Que Lucien era su profesor de piano? ¿Que le amaba? ¿Que no era correspondida? ¿Que detrás de esa fachada de aparente perfección se escondía un monstruo? No, primero lo primero, debía ordenarse. Skyle parecía conocer a Lucien, algo que no era tan extraño pues ambos pertenecían a Musette, pero no esperaba que un muchachito como él se relacionara de alguna forma con su amado. Eran tan incompatibles como el agua y el aceite, como si un crío sin experiencias, imperfecto, intentara amistarse con una deidad.
Mine reflexionó un momento antes de volver a dirigirse al estudiante.
– ¿Qué conoces de Lucien? – Sí, era la pregunta adecuada. La formuló con mayor calma y modulación, obviando las lágrimas aún visibles en sus ojos y en los de Skyle. El parecido entre ambos se volvía aterrador, pero Mine no era consciente de ello. Sólo quería cumplir con ese pequeño pacto que ambos sostenían, se había convertido en una especie de ritual que debía seguirse hasta el pie de la letra.
Y sí, por más irónico que resultara, la sola voz aguzada del muchacho le ponía de mal humor, como si sólo ella tuviera derecho a expresar impotencia. No era momento de ser consecuente con los propios actos ni con las amonestaciones, estaban aún en medio de una cita... ¡No debía olvidarlo! Se incorporó desde el suelo y sacudió su vestido, para entonces observarlo con descontento.
– Y tú... ¿Por qué lloras? – Quiso saber cuando Skyle se calló y formuló aquella pregunta, más irritada que preocupada. Iba a ignorarlo y a regañarlo por lo de hace un momento, ¡con semejante grito seguro les descubrirían! Pero en lugar de eso su atención se centró plenamente en la conversación. ¿Razón? Estaba hablando de Lucien. – ¿Eh? ¡Claro que lo conozco! ¡Él es mi...! – Sus protestas se detuvieron en seco y dejó la frase sin acabar.
¿Qué podía decirle? ¿Que Lucien era su profesor de piano? ¿Que le amaba? ¿Que no era correspondida? ¿Que detrás de esa fachada de aparente perfección se escondía un monstruo? No, primero lo primero, debía ordenarse. Skyle parecía conocer a Lucien, algo que no era tan extraño pues ambos pertenecían a Musette, pero no esperaba que un muchachito como él se relacionara de alguna forma con su amado. Eran tan incompatibles como el agua y el aceite, como si un crío sin experiencias, imperfecto, intentara amistarse con una deidad.
Mine reflexionó un momento antes de volver a dirigirse al estudiante.
– ¿Qué conoces de Lucien? – Sí, era la pregunta adecuada. La formuló con mayor calma y modulación, obviando las lágrimas aún visibles en sus ojos y en los de Skyle. El parecido entre ambos se volvía aterrador, pero Mine no era consciente de ello. Sólo quería cumplir con ese pequeño pacto que ambos sostenían, se había convertido en una especie de ritual que debía seguirse hasta el pie de la letra.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
En el mismo estado de desconcierto en el que estaban ambos la escena transcurrió tomando un giro distinto, puesto que ahora el protagonista pasaba a ser otro. Lucien.
-¿El es tú....?- La ignorancia, a veces llamada inocencia de Skyle, llegaba a rozar la estupidez y es que las opciones que el muchacho podía formular eran múltiples, pero en base a su propia ignorancia. Era su... ¿Hermano? No, no, esa era Julietta, ¿verdad?. Entonces... ¿Primo? Podría ser. ¿Prometido? ¡Claro! Eso no era tan raro de oír en la escuela...
¿Novio?
No, no... No puede ser.....
¿O sí?
La pregunta de la joven lo sacó de su ola de pensamientos que corrian descarrilados por su mente, ¿Qué conocía de Lucien? Su nombre y su apariencia. Nada a decir verdad.
-Somos compañeros. Yo también voy en tercer año.- Explicó, creyendo que de alguna manera eso lograba dar respuesta a la interrogante de Mine aunque en verdad se tratara casi de la evasión de la misma.
Entonces Skyle se puso también de pie, secando sus lágrimas y mirando el árbol, y luego de nuevo a la chica.
-Será más fácil si me dejas ser tu soporte- Insistió una vez más. Incansable. El muchacho no iba a rendirse en su tarea. Lo sabía, de alguna manera ya no había vuelta atrás en ello. A costa de lo que fuera debian llegar a comer los fideos instantáneos.
Y de nuevo el eje de aquello había vuelto a cambiar.
-¿El es tú....?- La ignorancia, a veces llamada inocencia de Skyle, llegaba a rozar la estupidez y es que las opciones que el muchacho podía formular eran múltiples, pero en base a su propia ignorancia. Era su... ¿Hermano? No, no, esa era Julietta, ¿verdad?. Entonces... ¿Primo? Podría ser. ¿Prometido? ¡Claro! Eso no era tan raro de oír en la escuela...
¿Novio?
No, no... No puede ser.....
¿O sí?
La pregunta de la joven lo sacó de su ola de pensamientos que corrian descarrilados por su mente, ¿Qué conocía de Lucien? Su nombre y su apariencia. Nada a decir verdad.
-Somos compañeros. Yo también voy en tercer año.- Explicó, creyendo que de alguna manera eso lograba dar respuesta a la interrogante de Mine aunque en verdad se tratara casi de la evasión de la misma.
Entonces Skyle se puso también de pie, secando sus lágrimas y mirando el árbol, y luego de nuevo a la chica.
-Será más fácil si me dejas ser tu soporte- Insistió una vez más. Incansable. El muchacho no iba a rendirse en su tarea. Lo sabía, de alguna manera ya no había vuelta atrás en ello. A costa de lo que fuera debian llegar a comer los fideos instantáneos.
Y de nuevo el eje de aquello había vuelto a cambiar.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
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Fecha de inscripción : 09/07/2012
Re: Opciones (Mine)
Skyle le incentivó a terminar la frase, pero Mine le ignoró por completo. No tenía por qué darle explicaciones, ¿verdad? Sólo estaban allí para compartir una velada juntos comiendo fideos en la azotea de Musette, por ilógico que resultara, no eran amigos ni nada parecido. Además, en esos momentos ni ella podía definir qué tipo de relación sostenía con Lucien... Era su profesor particular de piano pero ella gustaba de él, y en su último encuentro estuvieron a poco de intimar hasta que unos tatuajes extraños se extendieron sobre la piel del muchacho. Mine se asustó, le gritó y lo amenazó para que se fuera... Uh... Sí, ese era el resumen didáctico.
La muchacha suspiró al recordar aquello.
No puedo decirle eso...
– Oh, ya veo... – respondió de forma escueta ante su revelación. Claro, si eran compañeros no era difícil que se conocieran de la escuela. La joven heredera quiso preguntar más detalles, como qué pensaba de Lucien o qué tipo de cosas hacía durante clases pero la propuesta de Skyle desorientó nuevamente su atención, recordándole por qué estaban allí. – ¿Oh? ¿Mi soporte? – Repitió ella, sintiéndose un poco estúpida por no comprender de inmediato a qué se refería. La muchacha separó sus labios y luego se llevó la diestra empuñada hasta los mismos, al tiempo que sus mejillas se ruborizaban. – ¿Estás seguro? Peso bastante... – Comentó apenada, pues de pequeños Sel le había convencido que pesaba más que un elefante por culpa de su cabello.
Qué... Qué tonterías estoy recordando...
Carraspeó ligeramente y, tras tomar un poco de aire, volvió a emplear ese tono firme y autoritario:
– Bien. De acuerdo, ponte en posición y yo escalaré sobre ti – le ordenó, dejando abruptamente de lado su "lapso" de chica tímida.
La muchacha suspiró al recordar aquello.
No puedo decirle eso...
– Oh, ya veo... – respondió de forma escueta ante su revelación. Claro, si eran compañeros no era difícil que se conocieran de la escuela. La joven heredera quiso preguntar más detalles, como qué pensaba de Lucien o qué tipo de cosas hacía durante clases pero la propuesta de Skyle desorientó nuevamente su atención, recordándole por qué estaban allí. – ¿Oh? ¿Mi soporte? – Repitió ella, sintiéndose un poco estúpida por no comprender de inmediato a qué se refería. La muchacha separó sus labios y luego se llevó la diestra empuñada hasta los mismos, al tiempo que sus mejillas se ruborizaban. – ¿Estás seguro? Peso bastante... – Comentó apenada, pues de pequeños Sel le había convencido que pesaba más que un elefante por culpa de su cabello.
Qué... Qué tonterías estoy recordando...
Carraspeó ligeramente y, tras tomar un poco de aire, volvió a emplear ese tono firme y autoritario:
– Bien. De acuerdo, ponte en posición y yo escalaré sobre ti – le ordenó, dejando abruptamente de lado su "lapso" de chica tímida.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
-¡Claro que estoy seguro! Los fideos están esperando. No voy a dejar que algo como un tonto muro nos detenga. ¿Y tú? - Sus palabras sonaban cual quinceañero enamorado, dispuesto a ir en contra del mismo estado con tal de ver su fantasía triunfar aunque ésta se resumiera simplemente a una tonta ilusión del momento.
- ¡De acuerdo! - Accedió tan animado que era quizás muy difícil llegar a creer que aquel chico había roto en llanto tan solo unos minutos atrás, de no ser por el leve enrojecimiento de la línea sus párpados inferiores producto de las escuetas lágrimas.
Sin dudarlo un solo momento Skyle se arrodilló en el piso, justo al lado del muro de la escuela, colocándo al acto seguido, las manos en el suelo como soporte, imitando una mesa, un peldaño, cualquier soporte que pudiera compararse a tan bochornosa y patética postura, aunque no sin antes mirar por última vez a su cómplice e igual de perdida compañera.
-N-no te preocupes... -Tartamudeó el muchacho.- ¡Estoy seguro de que no pesas nada!-Por supuesto, la mirada de Skyle luego de eso se mantuvo anclada al suelo.
- ¡De acuerdo! - Accedió tan animado que era quizás muy difícil llegar a creer que aquel chico había roto en llanto tan solo unos minutos atrás, de no ser por el leve enrojecimiento de la línea sus párpados inferiores producto de las escuetas lágrimas.
Sin dudarlo un solo momento Skyle se arrodilló en el piso, justo al lado del muro de la escuela, colocándo al acto seguido, las manos en el suelo como soporte, imitando una mesa, un peldaño, cualquier soporte que pudiera compararse a tan bochornosa y patética postura, aunque no sin antes mirar por última vez a su cómplice e igual de perdida compañera.
-N-no te preocupes... -Tartamudeó el muchacho.- ¡Estoy seguro de que no pesas nada!-Por supuesto, la mirada de Skyle luego de eso se mantuvo anclada al suelo.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
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Re: Opciones (Mine)
Parece un perro en esa postura... pensó al descender la mirada hacia Skyle, quien le esperaba con un leve dejo de impaciencia. Una mueca de hastío llenó su semblante, cual reina en descontento. ¿No podía ser más opuesto a Lucien? ¿Ni siquiera iba a hacer el intento de competir con su perfección? Tsk.
Hubiese rechazado la propuesta del modo más pedante posible, hubiese pisoteado sus fútiles esperanzas de modo literal... Pero la Mine de ese entonces compartía el mismo absurdo objetivo que su compañero: tener una cita en la azotea de la escuela, comiendo un tazón de fideos instantáneos. Lucía como un escenario sumamente simple, algo que podía prestarse en el diario vivir de los estudiantes de la academia pero, asimismo, representaba un imposible para una muchacha de su categoría. Y Skyle, dentro de su misteriosa singularidad, tampoco parecía capaz de pertenecer a esa cotidianidad.
¿Qué estaban haciendo, entonces? ¿Qué intentaban probar con esa obstinación?
– Aquí voy... – anunció la joven heredera momentos antes de clavar su talón en la espalda del estudiante. Con un suave impulso se subió en él como si se tratara de una silla o un soporte, no tardó en asirse del muro contiguo y se ayudó de la rama del árbol utilizada previamente, la cual se hallaba bastante próxima desde esa posición. Fue un movimiento medianamente sencillo, salvo porque Mine traía un vestido de seda y su postura resultaba bastante desfavorable si quería preservar su intimidad. – No mires hacia arriba – ordenó con un tono amenazante, ruborizada de manera imperceptible gracias a la oscuridad de la noche.
Apoyó sus pies en puntillas y, enfocándose en mantener el equilibrio a pesar de su estado de leve enajenación, logró impulsarse hacia el muro y escalarlo.
– Lo... ¡Lo hice! – Exclamó emocionada e incluso algo orgullosa de su logro, olvidándose por completo de que aquella maniobra fue gracias a la ayuda de Skyle. Pero claro, no podía omitir su presencia cuando le necesitaba: – Pero... Y ahora... ¿Cómo bajo? – Preguntó desorientada mientras alcanzaba rápidamente la cumbre de la pared y se balanceaba de manera inestable sobre la misma. Echó un vistazo hacia el otro lado, hacia el interior de la academia y comprendió que, a pesar de que no fue tan difícil subir, estaban a bastante altura del suelo y cualquier mala caída podría resultar en lesión.
Hubiese rechazado la propuesta del modo más pedante posible, hubiese pisoteado sus fútiles esperanzas de modo literal... Pero la Mine de ese entonces compartía el mismo absurdo objetivo que su compañero: tener una cita en la azotea de la escuela, comiendo un tazón de fideos instantáneos. Lucía como un escenario sumamente simple, algo que podía prestarse en el diario vivir de los estudiantes de la academia pero, asimismo, representaba un imposible para una muchacha de su categoría. Y Skyle, dentro de su misteriosa singularidad, tampoco parecía capaz de pertenecer a esa cotidianidad.
¿Qué estaban haciendo, entonces? ¿Qué intentaban probar con esa obstinación?
– Aquí voy... – anunció la joven heredera momentos antes de clavar su talón en la espalda del estudiante. Con un suave impulso se subió en él como si se tratara de una silla o un soporte, no tardó en asirse del muro contiguo y se ayudó de la rama del árbol utilizada previamente, la cual se hallaba bastante próxima desde esa posición. Fue un movimiento medianamente sencillo, salvo porque Mine traía un vestido de seda y su postura resultaba bastante desfavorable si quería preservar su intimidad. – No mires hacia arriba – ordenó con un tono amenazante, ruborizada de manera imperceptible gracias a la oscuridad de la noche.
Apoyó sus pies en puntillas y, enfocándose en mantener el equilibrio a pesar de su estado de leve enajenación, logró impulsarse hacia el muro y escalarlo.
– Lo... ¡Lo hice! – Exclamó emocionada e incluso algo orgullosa de su logro, olvidándose por completo de que aquella maniobra fue gracias a la ayuda de Skyle. Pero claro, no podía omitir su presencia cuando le necesitaba: – Pero... Y ahora... ¿Cómo bajo? – Preguntó desorientada mientras alcanzaba rápidamente la cumbre de la pared y se balanceaba de manera inestable sobre la misma. Echó un vistazo hacia el otro lado, hacia el interior de la academia y comprendió que, a pesar de que no fue tan difícil subir, estaban a bastante altura del suelo y cualquier mala caída podría resultar en lesión.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Opciones (Mine)
El muchacho sintió los segundos pasar tan lentamente que sentía un tortuoso tic tac en su cabeza que no hacía otra cosa más que acrecentar esa ansiedad de por fin ver lograda una meta. Es por ello que cuando la chica anunció que lo haría Skyle sintió el triunfo mucho más cerca de lo que jamás lo había sentido.
Sus brazos temblaron ligeramente por el peso. Aunque su estado físico no era deplorable, tampoco era un estudiante con clara tendencia a los deportes, pues a decir verdad, casi nadie en la escuela lo era.
-¡N-no lo haré! -Dijo casi con espanto, no porque la idea le resultara desagradable por completo, ¿pero alguien le creería que no había tenido tal intención sino hasta que la misma muchacha hubo hecho la advertencia? ¿Como se veía la ropa interior de chicas, esas que en las tiendas nadie se molestaba en esconder pudorosamente, en las delgadas y delicadas piernas de una chica de verdad?
Pues averígualo.
¡NO! Él no era un pervertido. Aunque su cuerpo, gracias a su otro yo más molesto, no fuera virgen, la mente de Skyle era la de un muchacho todavía puro, sin tendecias claras, incapaz de lidiar con su ámbito sexual y hormonal, pues el mismo estaba convencido de que tal cosa practicamente no existía para él. O algo así había dicho el médico. Aunque la verdad fuera que Skyle simplemente había exagerado mucho el diagnóstico que le habían dado y había intentado bloquear ese lado de sí debido a su infertilidad. No así lo hacía zebra que por el contrario parecía hasta aprovecharse un poco de la situación para ser bastante libertino a la hora de tener sexo.
¡Reacciona ya!
-¡Ah! - Se olvidó de la ropa interior y cuando escuchó a la chica hablar, se sintió hasta orgulloso de ella. ¿Acaso tenía ese derecho? De cualquier manera lo expresó en una sonrisa tonta y el gesto universal de "bien hecho" con el pulgar hacia arriba. - Ah, espera ahí. Procura sujetarte. - dicho eso Skyle se las ingenió a su manera para subir el muro como acostumbraba, ocupando un mecanismo similar con la rama del árbol para bajr, apenas balanceándose un poco, pero no podía pretender que la chica hiciera lo mismo.
Tocando suelo del otro lado se acercó al muro donde la joven de rizos aún esperaba.
-¿Crees poder saltar? Te recibiré. -Aseguró alzando los brazos, hacia ella, seguro de poder sostener su caída de una u otra manera.
¿Crees que si salta se le vea.. la ropa interior?
¡Solo levántale la falda de una vez Skyle!
Sus brazos temblaron ligeramente por el peso. Aunque su estado físico no era deplorable, tampoco era un estudiante con clara tendencia a los deportes, pues a decir verdad, casi nadie en la escuela lo era.
-¡N-no lo haré! -Dijo casi con espanto, no porque la idea le resultara desagradable por completo, ¿pero alguien le creería que no había tenido tal intención sino hasta que la misma muchacha hubo hecho la advertencia? ¿Como se veía la ropa interior de chicas, esas que en las tiendas nadie se molestaba en esconder pudorosamente, en las delgadas y delicadas piernas de una chica de verdad?
Pues averígualo.
¡NO! Él no era un pervertido. Aunque su cuerpo, gracias a su otro yo más molesto, no fuera virgen, la mente de Skyle era la de un muchacho todavía puro, sin tendecias claras, incapaz de lidiar con su ámbito sexual y hormonal, pues el mismo estaba convencido de que tal cosa practicamente no existía para él. O algo así había dicho el médico. Aunque la verdad fuera que Skyle simplemente había exagerado mucho el diagnóstico que le habían dado y había intentado bloquear ese lado de sí debido a su infertilidad. No así lo hacía zebra que por el contrario parecía hasta aprovecharse un poco de la situación para ser bastante libertino a la hora de tener sexo.
¡Reacciona ya!
-¡Ah! - Se olvidó de la ropa interior y cuando escuchó a la chica hablar, se sintió hasta orgulloso de ella. ¿Acaso tenía ese derecho? De cualquier manera lo expresó en una sonrisa tonta y el gesto universal de "bien hecho" con el pulgar hacia arriba. - Ah, espera ahí. Procura sujetarte. - dicho eso Skyle se las ingenió a su manera para subir el muro como acostumbraba, ocupando un mecanismo similar con la rama del árbol para bajr, apenas balanceándose un poco, pero no podía pretender que la chica hiciera lo mismo.
Tocando suelo del otro lado se acercó al muro donde la joven de rizos aún esperaba.
-¿Crees poder saltar? Te recibiré. -Aseguró alzando los brazos, hacia ella, seguro de poder sostener su caída de una u otra manera.
¿Crees que si salta se le vea.. la ropa interior?
¡Solo levántale la falda de una vez Skyle!
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
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Re: Opciones (Mine)
Estaba arriba del muro, Skyle sonreía. Eso era bueno, ¿no? Ella le devolvió la sonrisa al ver el pulgar en alza. Pese a sus quejas y a la adrenalina reinante, se lo estaba pasando realmente bien. Llevaba años sin jugar de ese modo tan inocente... Porque eso es lo que estaban haciendo, ¿verdad? Skyle y ella sólo estaban jugando a tener una cita, a ser dos adolescentes normales en busca de una velada perfecta. Pero ese escenario ilusorio peligraba en hacerse pedazos cuando una idea malintencionada cruzó por su mente.
No podía olvidar dónde estaba. Se estaba infiltrando en la prestigiosa academia Musette. Desde la altura en la que se encontraba podía apreciar su fachada y, aunque estaba oscuro, notaba que era un sitio gigantesco y de una arquitectura muy bien cuidada. Por supuesto, se trataba del sitio donde estudiaba y dormía su querido Lucien. Su residencia, su pequeño hogar... ¿Estaría durmiendo ahora mismo? ¿O quizás estaría leyendo un libro? Quería saberlo.
Ahora. Cuanto antes.
Poco importaba si él le despreciaba o si ella misma le tenía terror. No pasaba nada con echar un pequeño vistazo a su ventana y luego huir a la azotea... ¿Verdad? Estaba decidido, aún si Skyle le odiara, no podía desperdiciar esa oportunidad.
Pero no todo era tan sencillo, tenía otro problema con el cual lidiar por el momento: se encontraba sentada a horcajadas en su sitio, luchando contra el vértigo que le producía mirar hacia el suelo. Y al contrario que ella, su acompañante demostró gran destreza al escalar, subiendo el muro en el que ella se encontraba varada con la misma facilidad de hace unos momentos. Al verle saltar hacia el otro lado la joven heredera le observó con altivez, ocultando el extraño sentimiento de inferioridad que comenzaba a inundarle en esos momentos. ¿Y qué si podía atravesar sin problemas una estúpida pared? ¡Seguía siendo un chico silvestre del montón! ¡No podía compararse a la hija de la familia Sagan!
Mas estos pensamientos se disiparon por completo cuando él ofreció atajarle, alzando los brazos en el acto. Inevitablemente y sin explicación, Mine se ruborizó de manera notoria.
– E... Está bien... Confiaré en ti... – Balbuceó nerviosa después de una pequeña pausa. Tenía miedo, pero la dulzura de Skyle le había convencido de hacerlo. Además, tenía que llegar donde Lucien y tener la cita prometida. – ¡Si me tiras no te lo perdonaré! – Agregó con fastidio, momentos antes de lanzarse. Estaba tan concentrada en sus futuros planes que descuidó por completo su falda y cayó pesadamente sobre él.
No podía olvidar dónde estaba. Se estaba infiltrando en la prestigiosa academia Musette. Desde la altura en la que se encontraba podía apreciar su fachada y, aunque estaba oscuro, notaba que era un sitio gigantesco y de una arquitectura muy bien cuidada. Por supuesto, se trataba del sitio donde estudiaba y dormía su querido Lucien. Su residencia, su pequeño hogar... ¿Estaría durmiendo ahora mismo? ¿O quizás estaría leyendo un libro? Quería saberlo.
Ahora. Cuanto antes.
Poco importaba si él le despreciaba o si ella misma le tenía terror. No pasaba nada con echar un pequeño vistazo a su ventana y luego huir a la azotea... ¿Verdad? Estaba decidido, aún si Skyle le odiara, no podía desperdiciar esa oportunidad.
Pero no todo era tan sencillo, tenía otro problema con el cual lidiar por el momento: se encontraba sentada a horcajadas en su sitio, luchando contra el vértigo que le producía mirar hacia el suelo. Y al contrario que ella, su acompañante demostró gran destreza al escalar, subiendo el muro en el que ella se encontraba varada con la misma facilidad de hace unos momentos. Al verle saltar hacia el otro lado la joven heredera le observó con altivez, ocultando el extraño sentimiento de inferioridad que comenzaba a inundarle en esos momentos. ¿Y qué si podía atravesar sin problemas una estúpida pared? ¡Seguía siendo un chico silvestre del montón! ¡No podía compararse a la hija de la familia Sagan!
Mas estos pensamientos se disiparon por completo cuando él ofreció atajarle, alzando los brazos en el acto. Inevitablemente y sin explicación, Mine se ruborizó de manera notoria.
– E... Está bien... Confiaré en ti... – Balbuceó nerviosa después de una pequeña pausa. Tenía miedo, pero la dulzura de Skyle le había convencido de hacerlo. Además, tenía que llegar donde Lucien y tener la cita prometida. – ¡Si me tiras no te lo perdonaré! – Agregó con fastidio, momentos antes de lanzarse. Estaba tan concentrada en sus futuros planes que descuidó por completo su falda y cayó pesadamente sobre él.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Re: Opciones (Mine)
-Blancos -
Blancos
Fue una serie de pensamientos mezclados donde el más predominante fue el color de la ropa interior de la chica que provocó la anormal sincronía de pensamientos entre Skyle y Zebra, un completo milagro. Pero aquello no fue todo, el castaño no solo fue movido por la hermosa e inesperada vista de las piernas y lencería femenina, sino también por las palabras dichas y por aquel sonrrojo sutil que delató apenas la luz de un farol cercano.
La frecuencia cardiaca de su adolescente corazón aumentó, pues eran situaciones a las que no estaba para nada acostumbrado, desde lo íntimo a lo inocente, al provocar un sonrojo, sintió un extraño placer que nunca antes creía haber experimentado, de tal modo que fue incapaz de reaccionar del todo.
Al recibir el peso de la chica sobre sus brazos y haber sido distraído, se tambaleó, mas no la dejó caer, porque lo había prometido, incluso si aquello le significó ejercer un mal movimiento de contención que se tradujo en un doblés en el pie izquierdo, aquel que ocupó como freno para los dos. De no ser por ello y por la baja condición física del muchacho, aquella podría haber sido una buena y casi perfecta maniobra, pero no, más bien terminó siendo una especie de comedia en cámara lenta en la que Skyle perdió su centro de equilibrio, cayendo hacia atrás, sin soltar nunca la figura de la chica que había jurado atrapar, la cual al menos, aterrizó sobre él.
-¡Ouch!- Se quejó bajito, sujeto a la cintura de ella, apenas evidenciando el dolor por el aterrizaje forzado, porque claro, ¡aquello definitivamente no era lo importante!
Abrió los ojos que por reflejo había cerrado intentando confirmar que la menos Mine estaba bien, pero antes de eso sus ojos notaron que la falda que se supone debía caer ordenadamente sobre sus caderas había quedado, de alguna manera, atrapada en el abrazo, haciendo de la escena y postura actual, una bastante comprometedora.
El rostro de Skyle se encendió como tal vez nunca antes, mezcla de sorpresa, de bochorno y quizás también algo más.
Blancos
Fue una serie de pensamientos mezclados donde el más predominante fue el color de la ropa interior de la chica que provocó la anormal sincronía de pensamientos entre Skyle y Zebra, un completo milagro. Pero aquello no fue todo, el castaño no solo fue movido por la hermosa e inesperada vista de las piernas y lencería femenina, sino también por las palabras dichas y por aquel sonrrojo sutil que delató apenas la luz de un farol cercano.
La frecuencia cardiaca de su adolescente corazón aumentó, pues eran situaciones a las que no estaba para nada acostumbrado, desde lo íntimo a lo inocente, al provocar un sonrojo, sintió un extraño placer que nunca antes creía haber experimentado, de tal modo que fue incapaz de reaccionar del todo.
Al recibir el peso de la chica sobre sus brazos y haber sido distraído, se tambaleó, mas no la dejó caer, porque lo había prometido, incluso si aquello le significó ejercer un mal movimiento de contención que se tradujo en un doblés en el pie izquierdo, aquel que ocupó como freno para los dos. De no ser por ello y por la baja condición física del muchacho, aquella podría haber sido una buena y casi perfecta maniobra, pero no, más bien terminó siendo una especie de comedia en cámara lenta en la que Skyle perdió su centro de equilibrio, cayendo hacia atrás, sin soltar nunca la figura de la chica que había jurado atrapar, la cual al menos, aterrizó sobre él.
-¡Ouch!- Se quejó bajito, sujeto a la cintura de ella, apenas evidenciando el dolor por el aterrizaje forzado, porque claro, ¡aquello definitivamente no era lo importante!
Abrió los ojos que por reflejo había cerrado intentando confirmar que la menos Mine estaba bien, pero antes de eso sus ojos notaron que la falda que se supone debía caer ordenadamente sobre sus caderas había quedado, de alguna manera, atrapada en el abrazo, haciendo de la escena y postura actual, una bastante comprometedora.
El rostro de Skyle se encendió como tal vez nunca antes, mezcla de sorpresa, de bochorno y quizás también algo más.
Skyle- Ocupación : Estudiante de 3°
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