¿Éste o éste? (Priv. Ren)

Aún veía a Ren detrás de ella, mínimo no se había marchado, y aunque lo hubiera hecho no podría culparlo, con su actitud simplemente podría haberlo espantado como siempre solía hacer. ¿Cuál era su manía de apartar a las personas cuando se acercaban a saber más de ella?

Mientras esperaba a Ren, ya en el piso superior y de espaldas a él, suspiró con pesadez. ¿Era por eso que no tenía amistades? No... no era eso, sí tenía amigos, había entablado conversaciones con muchos de su escuela y se llevaba bien con ellos, pero nadie solía preguntar mucho por sus preocupaciones, quizás por desinterés o porque notaban que no era muy dada a hablar de esos temas. De hecho, además de Ren sólo existía una sola persona que siempre se ponía a indagar en sus asuntos hasta que obtenía respuesta, y parecía que aquella vez terminaría en el mismo camino, quizás era por eso que se irritaba tanto. Sabía que si seguía presionando terminaría por sucumbir, por las buenas o por las malas, y eso en el fondo la aterraba un poco.

¿Y si en el fondo tenía razón? Siempre ha sido de la creencia de que las cosas pasan por una razón pero aun así le costaba dejarse llevar por sus palabras, por las palabras del joven que a primera vista le había parecido un patán cualquiera y que ahora en su mente se había transformado en un Don Juan, quien disfrutaba de tratar bien a las mujeres, de conquistar con o sin quererlo, pero no más.

No pudo evitar sorprenderse un poco ante su gesto y palabras tan serias, por alguna razón le hicieron sentir una especie de punzada, haciendo eco esa frase "Si deseas que siga siendo un extraño lo estás haciendo bien"... Claro, después de todo la soledad no era un tema para ella, había dicho mejor solo que mal acompañado... sí, eso le había dicho, ¿pero realmente lo sentía así? ¿No fue para convencerse a sí misma que eso era lo que quería pensar en ese momento? Se le quedó mirando sin decir nada mientras Ren se alejaba a mirar letreros, arrancándole otro suspiro pesado, denso, cargado con lo que no decía.

Justo cuando alcanzaba a Ren, el otro se volteó a hablarle con una sonrisa algo extraña, una sonrisa que no había visto hasta el momento en el rostro del mayor- Ah, sí, voy... perdón... -caminaba algo lento, mirando hacia uno de los restaurantes, el que había señalado antes de subir, volviendo a alcanzar a Ren mientras gruñía un poco- Mira, un extraño en sí ya no eres... eso serías si no me hubiera parado a hablarte en el café... no sé... esa es mi definición, creo... -dijo rascando su nuca, sin saber qué más decir. Aquella era una especie de disculpa a su manera, casi como dando pie a una invitación de una conversación más extensiva.

-¿Entramos? -preguntó sin más. Si tuvieran que hablar algo no iban a hacerlo en pleno pasillo del mall.

Seguía de pie frente a él, de cara a la entrada del restaurante, de brazos cruzados en espera de la respuesta de Ren. Al ver que el otro se adelantaba y entraba sin decir más, no le quedó de otra más que seguirlo- Tomaré eso como un sí, entonces -murmuró para sí con un ruedo de sus ojos y un resoplido disimulado.

Por un segundo casi se le perdió de vista entre la gente que abarrotaba las mesas del lugar (no estaba repleto, pero se notaba que aquel era un lugar popular para disfrutar de la comida y charlar amenamente), pero rápidamente podía tenerle en su campo visual, identificándole por su característica altura y cabellera, siguiendo al hombre de la camisa verde. En cuanto llegó a su lado, el otro ya estaba preparando la silla, habiéndola apartado para ella, agradeciéndole con un gesto de cabeza al pasar por su lado para sentarse mientras Ren hacía lo suyo. Desvió su mirada unos instantes hacia el techo, como pensativa, y luego al resto del lugar. ¿Se había puesto a pensar que alguna vez se habría visto a sí misma charlando de esa forma con un extraño, aceptando una invitación de comida? En su mundo, en Inglaterra, aceptar esas cosas de forma desinteresada sólo podían significar pocas cosas y ninguna que le agradase.

-¿Un título? ¿Así como "El hombre que me pagó la comida en la cafetería"? -hizo una mueca burlona con los labios, aun así un tanto sonriente al hacerlo, pero aquella sonrisa se desvaneció un tanto de su boca para dar paso a la suspicacia- ¿Libertad? Yo creo que... ello dependería del tipo de libertad que estás buscando, Ren Jinguji... -su mirada no denotaba molestia, sino precaución y alerta a lo que el de cabellos naranja pudiera decir, entrecerrando un poco sus ojos para observarle con cuidado.

-¿Ren-chan? -preguntó arqueando una ceja, negando con la cabeza- Paso, suena como algo que diría una colegiala... colegiala quinceañera -aclaró con voz firme al ver la expresión burlona de Ren que le recordaba que ella misma era una estudiante, bajando de nuevo la mirada al menú, tomando aire y exhalándolo pesadamente mientras pensaba qué comería, pero algo la inquietaba. Al escuchar la voz del otro se percató que era la mirada afilada y penetrante de Ren sobre ella, y por un segundo no pudo evitar tensarse por la forma en que llamaba su nombre, escondiendo una mueca con el menú, no era un recuerdo muy placentero lo que ese tono traía a su mente, lo mismo esa forma de mirar, magnética- Estómago, no seas imbécil, ¿querrías mantener la calma? -se dijo a sí misma en su mente, devolviendo su mirada a su menú en busca de rehuir la de Ren. -Volviendo al tema, en resumen me quedaré con Ren -dijo sin más.

-¿Soy yo o eso te ha sonado cursi? ¿Te lo aprendiste de un libreto? -preguntó riendo, no de forma irónica, realmente le divertía ver cómo Jinguji a veces parecía un cliché andante de novela para jovencitas o de alguna telenovela famosa, como ese prototipo de príncipe que muchas jovencitas querrían- La verdad es que creo yo que eso va a depender de ti... Creo que ese día en la cafetería te lo dije... no soy un libro abierto y no planeo serlo, tengo mi buena coraza -aseguró, desviando por unos segundos su mirada.

"Para bien y para mal..."

-¿¡Cita!? -aquello se le escapó casi como un chillido sin que se diera cuenta ante la sola mención de la palabra, intentando disimularlo con un carraspeo de su garganta, buscando con la mirada a alguien que los atendiera pronto, sabiendo que gracias a esa reacción se ganaría una buena mofa por parte del de cabellos naranja.

"La última vez que tuve una cita fue hace bastante... pero... ¿realmente lo fue?" -se dijo en su mente, desviando distraídamente sus ojos hacia la ventana.

"Parece que tenemos un chico travieso entre manos" -pensó mientras volvía a bajar su mirada hacia el menú, preguntándose a sí misma por qué se sentía tan indecisa aquel día, primero la ropa y ahora la comida, ¿qué le estaba pasando?- ¿Ah? No, no es que lo use sin querer en realidad... Simplemente se me da mal intentar imitar el acento japonés sin que suene falso -dijo encogiéndose de hombros como si no fuera nada- Sumado a que no sé nada de nada de japonés... creo que no me he dado el trabajo de intentarlo como se debe... mucho menos he tomado contacto con gente oriental como para familiarizarme -y es que si lo pensaba, Ren era uno de los pocos originarios de Japón que conocía y que recordara, por supuesto.

-Y bueno, tú lo dijiste, al menos te llamo por tu nombre y no con sobrenombres raros -dijo, dándole una mirada entre acusadora y bromista- Lástima que tu nombre sea demasiado corto como para poder imitar lo que hiciste con el mío... -pero se quedó pensativa por unos segundos- ¿Cómo sería en tu caso...? ¿Renii? -preguntó, resoplando al darse cuenta de lo raro que sonaba al decirlo así- Olvídalo, suena como nombre de mujer... -y lo descartó con un gesto de la mano- Y mientes, sólo te vas a dar por pagado si te dejo pagar la comida -dijo con un dedo alzado, moviéndolo de lado a lado a modo de negación y advertencia, con una ceja arqueada y una sonrisa ladina.

Se pasó la mano por el rostro una vez se dio cuenta que su reacción a la palabra cita no había pasado desapercibida a los ojos y oídos del otro- "Esto sólo me pasa a mí..." -se lamentó mientras dejaba escapar un suspiro- No es gracioso... -alegó con un mohín en los labios, casi pareciendo que en cualquier momento se pondría a inflar una de sus mejillas- ¡¿Ah?! ¿Cómo que tomate? -preguntó casi indignada, intentando pasarse una mano disimuladamente por la mejilla para cerciorarse de que no fuera así... para darse cuenta que estaba algo tibia. Demonios- No es para tanto... -reclamó con un gruñido, y mirándole con cara de "sí como no" al ver que le señalaba el menú. Tanto Ren como ella sabían que no se había referido a la comida y sólo estaba jugando con ella- Aha, claro... -dijo rascándose la cabeza mientras miraba de nuevo el menú, ignorando esas sonrisas suyas- ¿Qué? ¿En serio existen? He probado con granadas, pero nunca con naranja... supongo que no estaría mal probar un poco... -dijo mirándole entre con curiosidad y recelo.

¿Uhm? ¿Era ella o por un segundo le parecía que Ren estaba algo más callado? No, debía ser idea suya, quizás y hasta le había hablado y por mirar el menú no se había dado cuenta de nada- ¿No vas a decirme nada? Pensé que me alegarías por eso de Renii -dijo con una ceja arqueada, alzando su mirada desde el menú- Y no, no es gracioso.. -volvió a rebatirle con un resoplido y una mejilla algo inflada.

-Está bien... pero sólo te dejaré pagar eso... aunque en tal caso debería pagarla yo por escuchar tus sugerencias, ¿no crees? -cerró definitivamente el menú y lo dejó descansar sobre la mesa- Yo ya me decidí. Probaré esa dichosa ensalada, entonces... aunque no sé, me merece duda... Ensalada de lechuga con naranja con zanahorias, pepino y lima -dijo recitando lo que había leído, algo pensativa- Bueno, dicho así no suena tan mal... tomaré un jugo de mango, en estos casos prefiero jugo natural..

Se encogió de hombros- Pues no todos lo ven así como tú... a mucha gente si no le gusta un sobrenombre, se molesta, aun si la persona se dio la molestia o no de buscarlo... -negó un poco con la cabeza como si fuera lo más obvio. Al menos para ella lo era, pues así había ocurrido muchas veces- Y no es como si lo hubiera buscado -dijo con una risa algo ahogada tras un bufido- Si tú me dices Arii, sólo imité tu... patrón, et voilá, todo listo. -dijo con un gesto de su mano, cual mago que acababa de sacar un conejo de su chistera.

-Oh vamos, tiene que ser una broma -dijo entre sarcástica y realmente incrédula- No te creo eso que soy la única que te ha puesto un apodo... ¿o eso fue una forma sutil de decir que nadie te ha puesto un mote tan ridículo como ese? -preguntó con sus ojos algo entrecerrados en expresión suspicaz- Y creo que hasta aquí dejamos lo de la ensalada, que convencerte de otra cosa está difícil, ¿eh? -comentó con una sonrisa ladina, realmente rendida a insistir en ello.

Ya una vez se hubo marchado el mesero, volteó hacia Ren. Seguía halagándola de esa manera y sus labios seguían apretándose en rechazo a tales gestos. No podía aceptarlos tan de buenas a primeras... además opinaba que bella era una palabra demasiado exagerada para referirse a ella- Hmph... supongo que no... -dijo, desviando la mirada al darse cuenta que era cierto. Quizás sí era como una gata, erizada al inicio hasta que sentía que podía entrar en confianza, pero con Ren aquello aún se encontraba en tierra movediza, al menos para ella- Pero por favor no me digas bella... es demasiado... bellas son las obras de arte, musicales y artísticas... -suspiró al prever la reacción del otro.

-Pero bueno, ya que estamos aquí y dudando que tengamos nuestra orden pronto... -rodó los ojos con una sonrisa para mostrar que su comentario era medio en broma, medio en serio. Desde que habían llegado el local había comenzado a abarrotarse aún más de gente- Pues... dijiste que eres un ex-idol, ¿no? ¿Que acaso te aburriste de serlo? No lo creo pero... -dijo, en realidad sin saber qué preguntarle- "Ni siquiera sé por qué inicio yo con esto, pero no puedo negar que pica la curiosidad..."

-Hmph... –fue el suave bufido que lanzó de sus labios al ver que realmente nada que hiciera podría molestarlo tanto como a ella podrían molestarle sus apodos... mucho más ver que ni siquiera dejaba esa forma de ser coqueta que tenía Ren- ”Bueno, creo que árbol que nace torcido...” –se dijo en su mente, casi negando para sí... Pero algo había cambiado en su rostro, su sonrisa se había ido y eso realmente la extrañaba.

-¿Segunda...? –preguntó sin poder evitar sentirse curiosa al respecto. No era que en el fondo le sorprendiera que alguien más le pusiera apodos, sino que ella fuera la segunda ¿Qué acaso no debería de haber más personas? Después de todo siempre tenía chicas a su alrededor, ¿no sería normal que más de alguna le pusiera un mote o algo por el estilo? Por unos segundos se había sentido incómoda, como si hubiera tocado un tema que no debía, por lo que prefirió callar, permitiendo que se diera un silencio igual de incómodo hasta que fue interrumpido por Ren al hablar.

-Es verdad... lo bello es subjetivo –convino con una inclinación de su cabeza, acompañada de un poco de su propia risa- Es por lo mismo que digo que no lo soy... ¿Eh? ¿Cómo que las obras de arte no son tan bellas? –preguntó como asegurándose de que había escuchado bien, parpadeando un tanto perpleja. Habiéndose criado en medio de museos y colecciones, era lógico que había aprendido a apreciar la belleza del arte, la música y la arquitectura, por lo cual le parecía extraña la opinión del otro, no que no fuera a respetarla, claro está... simplemente la desconcertaba un poco- Bueno, en realidad era de esperarse un comentario así de ti –dijo rodando un poco los ojos, ya sabiendo que el otro no tendría remedio al respecto- Pero tú mismo dijiste, todo es subjetivo, la belleza, los gustos... Todo depende del lente con el que se miren las cosas, ¿no?

Ladeó la cabeza y puso una expresión que sólo podría interpretarse como un “Duh Aria...”- Tienes razón... aún lo eres... pero bueno, a veces parece que ese es el curso natural de todo grupo, ¿o no? Digo, separarse y seguir sus propios caminos y cosas así... –dijo algo reflexiva y agradeciendo el vaso de jugo que le habían traído- Supongo que en grupo es muy distinto, compartes con más personas en el escenario y te diviertes... no es que no puedas hacer eso con los músicos pero... no es lo mismo, se nota demasiado, eso creo al menos

Suspiró algo pesadamente al escuchar el comentario de Ren, casi pareciendo contagiada por su nostalgia- Bueno... si te has marchado de Japón... seguro ha sido difícil dejar algunas cosas atrás... De todos modos... –el tono de su voz comenzó a descender un tanto, casi como hablando más para sí- Siempre que se viaja a otro lado es normal abandonar ciertas cosas, dejarlas atrás... –comentó un tanto distraída.

-Ah, pero bueno, no tiene remedio pensar en cosas que no valen la pena –dijo al incorporarse mejor en su silla- Supongo que por educación deberíamos hacer un brindis, ¿no lo crees? –preguntó al señalar los vasos con su nariz.