Otro tipo de delicias (Priv. Dante) [+18]

"Tch..!" Se me escapó una queja de los labios cuando Kath pidió ir más lento, asunto que inevitablemente pasó, no solo por ser parte de su petición, sino porque un ritmo tan salvaje no podía llevar siempre o aquello sería como un pestañeo de gato.

Whatever, ella tenía razón, no sacaba mucho pensando en el futuro si no era capaz de dejarla conforme esta noche. Ella comenzó a moverse y yo me incorporé para poder abrazarla. Ambos quedamos sentados, y por la posición me era fácil alcanzar sus senos, mi boca se ocupó de atender a uno y mi mano derecha el otro mientras mi izquierda rodeaba su cintura y le permitía seguir marcando el ritmo.

Mis jadeos de a poco se empezaron a notar, mi mejilla ardía y mi aura se había vuelto un poco más intensa, como si el aire fuera pesado pero viciante, mis ojos estaban fijos en el rostro de ella, se alimentaban de cada una de sus expresiones, de cada uno de sus gemidos, cada vez que ella se apretaba en su interior mi alma parecía regocijarse en el deleite de su lujuria.

Dame más... Necesito más...

No pasó mucho hasta que en un impulso acompañé sus movimientos, ambos ibamos sincronizados en las embestidas. Tiraba, mordía y lamia sus pezones, la piel de sus senos, en su cuello, perdiendome en un mar de excitación. El ritmo aumentó, al igual que los gemidos, al igual que la dureza de mi miembro en su interior, quien buscaba la zona con la que Kath respondía mejor cada embestida.

Nos acercabamos peligrosamente al final, el problema era que yo, mentalmente, no estaría satisfecho de que todo acabara ahí.

No quería perder, no se permitía perder en ese aguante por experiencia que poseía. Simplemente quería mantener fría su mente y controlarle o poseerle, aquella maldita necedad de ser la posesiva y dominante.
¿Pues que tenían los chicos que vivían en Glass City? Parecía que incluso en la cama hacía que ella perdiera el control y se envolvía en el placer.

- ¡Mnnk!... Haa~ - sus pezones reaccionaron a los juegos que hacía Dante con ellos, se sentía tan sensible cuando se los tocaba que incluso parecía gemir de diferente manera. No eran los gemidos eróticos, sino sumisos que reflejaban lo vulnerable que estable. - Devórame, ¡por favor~!

Por cada espasmo que sentía de los jugueteos con sus senos ella parecía aminorar el ritmo, pero intentaba no detenerse para dar placer a ambos.
Pero los dos se terminaron coordinando, ayudandose a penetrarla, siendo sus jugos que nada impedían las embestidas de Dante y el miembro de él que parecía aumentar de dimensiones; y por último su propia estreches que provocaba las penetraciones más placenteras para ambos.

- ¡Ahh~! Ahh, Dante... - La vulnerabilidad de Katherine en sus gemidos era algo inusitado, pocas veces se había perdido en el placer y su compañero, que era capaz de hacer y recibir lo que él pidiera. No podía ocultarlo, el orgullo se había ido con él diablo, pero la excitación se quedaba con ella - more, more~... ¡Aah~! ¡MORE! - Su amante tocaba su parte más sensible, perdiendose en el extasis en lo que parecía ella agarrar el mejor ritmo y velocidad de sus caderas. - M-me estoy viniendo, Dante~ - le dijo en lo que el empezaba a morder su piel, intentando advertirle esta vez.

La mujer en pocos segundos terminó por venirse en un largo y gozoso gemido, sus paredes se contrajeron y su cuerpo se estremeció por completo mientras el orgasmo empezaba a poseerla.
Casi fue un peso muerto que descansó sobre Dante, el lo que dejaba que los efectos del orgasmo recorrieran sus nervios y su piel.

"Ah... Nh...!" Yo mismo estaba dejando escapar jadeos y hasta gruñidos mientras follabamos. Nuestro líbido había tocado el techo y en verdad, en ese preciso momento me sentía en una extraña conexión con Katherine, como si me pudiera alimentar de toda esa descarga hormonal que estabamos teniendo. Como si algo me urgiera desde dentro a devorarla en más del sentido metafórico.

El ritmo se mantuvo intenso, salvaje, nuestros cuerpos sudados, mis brazos apretando su piel, mis labios devorando cada centímetro que podía alcanzar, succionando su cuello hasta dejar en el una marca, solo por el gusto de dejar mi huella ahí.

Pronto sentí como ella se iba acercándo al límite y eso me impulsó a darle aún más duro. Supongo que si a ella en verdad no le iba ese tipo de sexo, esta seria probablemente la última vez que nos veriamos. Cuando se corrió sentí que ahí yo iba en ascenso hacia mi clímax. Si estrechez repentina, sus temblores y las pulsaciones de mi miembro me obligaron a llevar toda mi concentración a aquellas sensaciones y borrar de mi mente cualquier otro distractor.

"AH... JODER....!" La tumbé en la cama en el momento en que ella se dejó caer sobre mi, y di las ultimas embestidas antes de salir de su interior, quitar el puto preservativo y masturbarme hasta correrme sobre su abdomen en una cantidad algo exagerada para quién se supone vive una vida sexual de al menos 4 veces por semana.

Katherine se dejó posicionar como él le dejó y observó complacida como Dante la embestía y después se masturbaba, creyó que entendió aquella vista que tuvo cuando estuvo encima de ella, era como contemplar arte. Una obra erótica e intensa de incalculable valor.

"Este será el comienzo de una hermosa alianza" - lo pensó con una sonrisa en los labios mientras dejaba que el joven se corriera sobre ella.
Tomó un poco de ese semen entre sus dedos mientras se lo metía en sus labios. Como sospechaba, la base cárnica de su dieta lo hacía contrario a lo dulce, pero era divertido.

La cantante se quedó descansando en la cama, aun teniendo los efectos del orgasmo. Necesitaba descansar antes de hacer cualquier otra cosa.

- Humm~, me pregunto como se sentirá dentro - le dijo en un suspiro mientras observaba al joven - Dante, ¿donde has estado toda mi vida?... Mi cuerpo no te dejará ir nunca - le miró divertida, había pasado tiempo en que se había sentido así de complacida y al borde del éxtasis. ¿Qué tendría Glass City para tener hombres tan enérgicos en el sexo?

Me quedé unos momentos hundido en las sensaciones del post orgasmo, mis rostro no solo mantenía ese aire salvaje, sino que la mejilla de mi tatuaje seguía caliente y mi respiración agitada, aunque no me sentía del todo cansado.

Bueno, energía me sobraba y no por ello sería mal agradecido, de hecho, la había pasado la mar de bien.

Me acerqué a su rostro para lamer la comisura de sus labios luego de la sensual acción de ella al probar mi semen, aunque me sorprendió que no bromeara respecto a la cantidad.

"Dicen que raro pero rico." Comenté con una sonrisa traviesa para después robarle un beso más tranquilo pero igual de apasionado para finalmente sentarme a su lado, ya medio recuperando el aliento.

"Mh? donde? pues en los barrios bajos, llevo un buen tiempo ahí sabes? y eres la primera mujer con la que puedo decir que realmente he gozado. Anyways, la próxima vez será sin gorrito, y por más rato, vale?" Bueno, eso era una invitación directa, sin dudas la próxima follariamos como conejos, o al menos esa era mi idea.

"well, no me importa si no me dejas ir, mientras no te enamores, todo bien, porque esas cosas rosas me dan nauseas." Fui sincero y creo que Katherine en ese sentido era un poco similar a mi. "Además ahí podemos venir un poco más preparados~ oh well, si prefieres te vas a mi casa, aunque es un poco peligroso, pero bah, te escolto, anda, dame tu número o algo así nos oficializamos como sex friends~"

Un escalofrío recorrió de pies a cabeza su cuerpo al mencionar lo agradable que era esa sensación. Ya quería sentirla al compartir cama con él en otra oportunidad.
Y por las energías que tenía Dante, sentía que su actividad sexual semanal se incrementaría.

La mujer se dejó besar pero sabía que no importaba como fuera dado el beso en la boca, despertaría su lujuria interior en vez del romance.

- Bueno, he estado con muchos hombres de diferentes partes... debo decir que estas en mi top 30 - dijo entre risas sin revelarle en que posición estaría - Of course... volveré a mis pastillas, es lo más cómodo para mi.

Kath se paró y tomó la toalla para lavarse el torso que fue bañado por la descarga de Dante. Dejó la puerta abierta del baño mientras agarraba el mango de la regadera para seguir escuchando lo que tenía que decir mas una carcajada salió de los labios de la dama.

- Are ya kidding, right?! - se quitó uno de las lagrimas de sus ojos al oír sobre enamorarse - Si me enamorara por cada vez que tuviera sexo con alguien la lista de contactos de mi celular sería muy diferente. - Al terminar de lavarse, se cubrió el cuerpo con la toalla - No te preocupes, soy Aromantica, no siento el amor romántico del que huyes... pero eso no implica que tenga necesidades

Buscó en su bolso su celular y le dejó la lista de entradas de números para que se registrara. Su lista de contactos era de tantas parejas sexuales que había hecho desde hacía años.

- Humm... Prefiero que sigamos haciendolo en hoteles, he estado en la zona fea de Glass City y no me siento cómoda - confeso mientras recordaba algunos eventos de su pasado - Pero tampoco te puedo invitar a donde vivo, es el dormitorio de profesores y la verdad prefiero que esto se quede en secreto. - su vida privada y pública debían estar en los extremos más opuestos posibles, por algo sus parejas sexuales no tenían nada que ver con el negocio del espectáculo - Vamos a dormir y luego veremos como nos juntamos... pero antes.

La mujer se quitó la toalla y se tumbó encima de Dante, aproximando su boca a su cuello para chupar y morder como le había hecho a ella. Y le dejó una marca para que no la olvidara.

- Bueno, como fuiste mi perra en la ronda anterior, la siguiente vez que nos veamos te dejaré que me mandonees a mi... Considéralo un servicio especial, por que yo jamas me dejo controlar - enfatizó al última frase mientras se recostaba a su lado y tomaba la cobija - Vamos a dormir, ¿si?

“Vaya que honor~”

Dije entre risas y es que bueno, me imaginaba que nuestra historia sexual era más o menos similar, al menos como de buenas a primeras Kath lo describía, y decir que estaba dentro de los top 30 era ya sin dudas algo bastante bueno. “Well, no niego que tu andas por ahí también, eh~ “

La miré ir al baño y yo por mi parte me acomodé en la cama, ya bajo las sábanas, ocupando mis brazos como apoyo de mi cabeza. Oír su risa no me dio otra cosa más que alivio, de verdad agradecía que ella y yo, en definitiva, habláramos el mismo idioma cuando se trataba de sexo y que en ningún momento el factor romance como tal fuera uno de nuestros objetivos, sino el simple hecho de pasarlo bien y tener sexo porque… bueno, el sexo es rico. ¿no?

“Mh, ¿quién está huyendo?” Fruncí el ceño, me sentía un poco leído entre líneas y escuchar algo así tan directamente me hacía sentir un poco indefenso. Porque era verdad, simplemente huía de todo ese rollo sentimental.

“Solo es que esto es menos problemático.”

Tomé el móvil y me di el tiempo para dejar mi nombre en él -Danchii <3- Suponía que aquello era suficiente para identificarme, ah, talvez podía agregar una foto de mi ser ahí mismo. ¿no? Oh sí, ¡Por supuesto! De un momento a otro me saqué una de torso hacia arriba y la adjunté al contacto.

“Claro, claro, está bien, no esperaba de hecho que te sintieras cómoda ahí, así que está bie… Ah wait….” Me senté un momento, cayendo en cuenta de algo. “¿Vives en los dormitorios de mussete?” Eran territorios ya conocidos para mi, después de todo mas de alguna vez me había ido a meter ahí por asuntos que ahora mismo no vale la pena explicar, pero había que ser idiota como para pretender que esto NO se quedara en secreto. Si ella era profesora, y algo de esto se sabía, no solo estaría ella en problemas, sino también él…

Estaba dándole vueltas a eso cuando de pronto tuve a Kath de nuevo sobre mi, atacando mi cuello como una vampirsera y… “Oh, dear! Detente o se me empinará de nuevo.” Apelé para que me soltara, pero ella solo lo hizo cuando se dio por satisfecha. Y well, la verdad es que no me molesta que me dejen esas marquitas de amor, si lográbamos reencontrarnos antes de que la marca desapareciera sería una excelente señal para mi.

“Oh, eso suena jodidamente tentador. Aceptaré tu regalo y promesa. Pensaré en algo bueno para entonces.” Aseguré ya con algunas ideas de bondage en la cabeza, aunque nada extremo. “Yes, vamos a descansar o me empezaré a arrepentir de haber parado.” Entonces abrí las sabanas para ella y como un cachorro meloso me acerqué a reposar sobre sus suaves y prominentes pechos. Se sentía caliente y suave, quizás era una de las pocas veces que disfrutaba de las curvas y aroma de una mujer. Dentro de poco terminé quedandome dormido abrazado a su cintura.