Ratas (Priv. Dante)

Hoy se pasaría por el forro las normas, llevaba toda la mañana con el estómago rugiendo cual bestia infernal y los vecinos no ayudaban mucho con sus malditas quejas, ¿es que acaso su estómago no hacía el mismo ruido? Pues no, ellos eran meros humanos. No tenía nada en la nevera y, como tuviera que andar hasta el supermercado más cercano, terminaría por estrenar alguna receta caníbal que había encontrado por internet… eso si llegaba a tiempo a casa. Podía imaginarse perfectamente en la cárcel por culpa de ello, era muy descuidado y distraído con cosas tan importantes como aquello, pero bueno, como que su cerebro funcionaba de otra manera y esa lección se la había pasado por donde no brilla el sol.

Llevaba ya unas cuantas cucarachas y dos gatos en el estómago, y no satisfecho del todo con ello, anduvo persiguiendo por todo el callejón a una rata que no se lo estaba poniendo nada fácil, se cagó en ella, en su estirpe y en todos los Dioses cuando ésta logró colarse por el agujero de un edificio.

- ¡Puta mierda! -exclamó pateando un cubo de basura, al menos no estaba ya tan hambriento, pero él necesitaba más energía, maldijo la hora en que pensó que podía irse a dormir sin cenar. Craso error. Decidió entonces sentarse de cuclillas y esperar paciente, quizá aquel animalillo asomaría la cabeza, o saldría corriendo… o lo más seguro que se habría ido por otro lado, pero bueno, soñar era gratis. Paseó el reverso de la mano por su boca intentando limpiar la sangre de aquellos felinos, consiguiendo más bien lo contrario al esparcirla más hacia sus mejillas, por no decir que sus manos, muy limpias, pues no estaban tampoco- vamos, Jerry, asoma la puta cabecita…. -musitó entre dientes, tozudo como nadie.

"¡¿AH?!" Mi voz resonó potente en medio de la calle y es que no iba a guardarme la indignación ante un hijo de puta que intentaba intimidarme para sacarme los pocos morlacos que (por suerte) tría encima para quien sabe qué que le tenía tan angustiado.

"Dude, no estoy de humor, no me jodas." Intenté advertirle por las buenas, después de que me agarró de la camisa, haciendo que tirara mi humilde bolsita del mc donalds, pero el tipo no me dejó ni terminar de hablar antes de aforrarme un puñetazo de plantón en la cara.

"Joder.. ¡¿Estás sordo o lo idiota no te deja entender el idioma?!" Gruñí sintiendo perfectamente como la sangre empezaba a brotar de mi nariz. "Hey, más te vale no habérmela quebrado." Cabreado apreté los dientes y sin medir realmente mi fuerza me abalancé sobre el sujeto que al comienzo me dio la pelea (si creo que hasta un cuchillo traía), pero mientras más se resistía yo más me encabronaba y sin darme cuenta, siendo incapaz de controlar mi ira, terminé golpeando al tipo hasta dejarlo inconsciente y hasta romperme los nudillos de las manos.

Últimamente estaba demasiado reactivo. ¿Serán las hormonas?

"Y AGRADECE QUE NO TRAIGO MI REVOLVER. PUTO." Le tiré tierra en la cara y con el dorso de mi antebrazo me limpié la nariz... o al menos eso intenté.

"¡Sabía que tenía que haberme comido esta mierda allá!" Exclamé en cuclillas después de ver mis papitas, mi soda y mi hamburguesa en el piso. Tomé parte de lo que quedaba como si tratara de ver si algo podía rescatar y terminé por arrojar las sobras en la cara del tipo. Me valía madre si alguien había visto o no todo el show.

No sólo pudo escuchar perfectamente lo que ocurría no muy lejos de ahí, sino que además podía sentir cierta energía, aparte de la que desprende la violencia y el enfado, ¿qué diantres tenía aquella ciudad? ¿estaba en medio del triangulo de las bermudas o qué? De primeras intentó ignorar lo que estaba pasando, quizá su rata estaría a punto de asomar la cabeza, pero alguien estaba más entretenido con la idea de presenciar una posible tragedia “¿qué mierda haces esperando por la rata?” “Déjame en paz, necesitamos energía” “¡A la mierda! Eso es mucho más interesante, ¡Joder, qué aburrido eres!” “Que he dich…” sus pensamientos se quedaron en blanco cuando el olor de la comida golpeó su nariz, eso ya era distinto, quizá con suerte podría sacar algo de ahí.

Curioseó de primeras mirando hacia el lado, pero había un cubo de la basura que no le dejaba ver, así que en vez de levantarse (como haría todo el mundo) no se le ocurrió nada mejor que inclinarse hacia atrás para poder ver mejor. Pudo observar a alguien joven patearle el culo a alguien, pero donde puso los ojos era en esa bolsa del McDonalds, para él aquello era más de su interés… pero no tanto para el que tenía metido entre sus entrañas “¡Joder! ¡Algo interesante que ocurre y tenías que mirar hacia la maldita bolsa!” pero Eos no respondió, simplemente se quedó esperando el mejor momento, no obstante el rojo fue lo que llamó más su atención. La sangre que tenía en la cara aquel joven. Se levantó al fin como si el cuerpo le pesara un poco, en realidad las piernas ya se le estaban durmiendo de estar tanto en aquella posición; se acercó al tipo que estaba en el suelo, pestañeó al ver que tenía sobras de comida por la cara, ¿cómo podía tirar la comida?- ¡Hey! -alzó la voz- ¡Oye tú! ¿No te vas a comer ésto?.... ¿Ni al gilipollas tampoco? -recordando de golpe que la gente normal no come personas- digo… la comida, claro…. ¿quién se comería un cacho mierda como éste? -mirando a otro lado ahí, con todo su respeto y disimule- Y…. tienes… -se señaló la nariz, que él muy guapo tampoco iba precisamente- tienes… este… puta sangre por aquí, parece que te acabes de comer a una jodida tía en el puto mejor momento del mes-rebuscó entre sus bolsillos, encontrando al fin un pañuelo- puedes… -se fijó en que éste estaba de todo menos limpio, pero lo giró un poco buscando algún pedacito decente- aquí, puedes usar éste puto cacho, no hay mierda… no mucha… -corrigió. No le conocía de nada, pero puestos a comerse sus sobras, al menos algo de colegueo no venía mal.

"¿Ah? No que va. ¿Quién se comería esa mierda? No tengo tan mal gusto." Respondí de forma inmediata y natural al tipo que había salido de quién rayos sabe donde a curiosear al imbécil en el suelo (o la comida que estaba sobre él).

Ante la señal que me hizo por la sangre en mi nariz volví a intentar limpiarme con el dorso de mi mano, pero su comentario me sacó una carcajada que solo hizo que la sangre comenzara a brotar de nuevo. ¡Jodida coagulación!

"Por la mierda..." Maldije alzando la cabeza para que la puta gravedad no me jugara tan en contra. Más le valía al puto no haberme roto la nariz o volvería a romperle el culo por malnacido.

"¿...?" Quedé mirando de reojo al sujeto amistosito que había llegado y al pañuelo roñoso que me ofrecía. ¿De qué iba tanta amabilidad? Quiero decir, no es común encontrarse con estos modales aquí en los barrios bajos así que sí, me daba mala espina o al menos me hacía pensar que algo más quería de mí.

"Wtf bro, tu también estás con la sonrisa de payaso." Dije riendo entre dientes y es que no sabía si no se había dado cuenta o qué pero él también llevaba sangre en el rostro. "Bah, no me digas que este imbécil también se metió contigo." Intenté conectar las ideas, pero ¿no estaba siendo todo esto muy raro...? A ver, generalmente ningún idiota se entrometía en una pelea o de la nada llegaba después de una a ofrecer pañuelitos. So... yeah, is weird as fuck.

- No, claro, es lo jodidamente normal, ¿no? -siguió intentando disimular, él por lo pronto le daba un buen uso a su carne, el problema sería que no se enteraran los vecinos que el olor a muerto era difícil de disimular. No quiso decir nada cuando le vio echar la cabeza hacia atrás, pero había escuchado algo sobre llevar la sangre hacia la garganta y todo eso, no estaba seguro de si aquello era verdad pero calladito estaba más guapo, que él no era un médico precisamente.

Vio perfectamente cómo miraba de reojo a su pañuelo, bueno, a él también pero como que su cerebro ignoró eso, se fijó más bien en lo otro, pensando que quizá sí que su pañuelo tenía demasiada mierda, como que lo mismo llevaba meses por ahí pululando en su bolsillo. A saber qué clase de civilización se habrá criado ahí.

- ¿Qué dices, tío? -de golpe, al escuchar que él también estaba poco presentable, corriendo a comprobarlo pasando la mano por la cara, pero al entrar ésta en su campo de visión (y fijarse en ella) se percató que precisamente, muy limpia, no la tenía- …… -se quedó unos segundos procesando y conectando sucesos en su cabeza, entreabriendo un poco los labios casi como percatandose de golpe- ¡Hostia puta que es verdad! -siendo de las pocas veces que alzaba la voz- pues nada, oye, vamos a crear una puta tendencia, de aquí a la jodida pasarela, ¿no estaban de moda los putos payasos?…. lo mío ya debe estar algo seco, a ver cómo coño me lo quito ahora... -pero no queriendo desistir, cogió el borde de su camiseta e intentó limpiar su cara- ¿a mi? ¿qué mierda me tiene que tocar a mi el piltrafa éste? Ésto es de comer dos putos gatos, uno tiene hambre y se mete entre pecho y espalda todo lo que encuentra -hizo un gesto con la cabeza- estaba esperando que sacara la cabeza un jodido ratón del agujero de allá, y te he visto patear el jodido culo… en realidad estaba mirando esa bolsa, pero no soy un puto ladrón de mierda como éste -empujando con el pie al pobre desgraciado- pues me conformo con las sobras.

Se paseó la lengua por el labio superior, o lo que pudiera llegar para al menos terminar de humedecer la zona y hacer un último intento, sentándose de cuclillas después para coger algo de las sobras… pero notó cómo su mano se movía por sí misma, cogiendo una de las patatas para meterla por la nariz del pobre hombre “Eos, ¡¿Qué mierda?! ¡¿EN SERIO?!” “NYAHAHAHAHAHA” “¡Déja el brazo tranquilo y vete al fondo!” carraspeó un poco como forma de disimulo, abriendo y cerrando el puño para asegurarse que el brazo volvía a estar bajo su control- ¿Eres de por aquí? No había visto antes tu jeto -recogiendo todo lo que pudo de sobras, que por la cara impasible permanente que tenía, parecía como si aquello fuera el pan de cada día- ¿vas a estar bien con eso? -señalando su propia nariz en un par de toquecitos- sería una jodida pena que te quedara mal la nariz, tienes todas las pintas de ser todo un puto pimp -o al menos, así lo veía él.

Mi cara de buenas pulgas cambió de un momento a otro cuando el tipo pasó de hacerme gracia a darme asco al comentar que se había tragado dos gatos y es que ya, aunque no me llevaba bien con esas criaturas, en general solía ser más aliado de cualquier ser vivo antes que de las personas. Mi cara de rareza, disgusto y desconfianza se notó de lleno.

"What the hell?!" Alcé una ceja realmente aturdido y es que well, yeah, yo mismo soy un caso bien raro, eso lo admito, pero este tipo ya se pasaba de la norma. Lentamente enderecé la cabeza y al igual que él intenté limpiarme el rostro con cualquier parte de mi camisa mientras él intruseaba la comida y al tipo y quien sabe qué diablos hacía en verdad...

"Llevo años aquí, soy yo el que no te había visto antes." Me incliné para quedar frente a él, con el tipo entremedio de nosotros para mirarlo fijo un rato. "Eres la mar de raro, pero tienes una cara bonita eh, eso no lo niego." Comenté mientras apenas con el índice de mi mano derecha le alzaba un poco el mentón.

"Pfft ¿Pimp? Nah qué va. Dejemoslo en que soy todo un puto y nada más." Lo solté al poco rato y me puse de pie para sacudirme la ropa, pegando un suspiro grandote luego de estirar también el cuerpo.

"Hey, te invito un mierdolnald, me has caído bien. Excepto por eso de comerse los gatos, que ya los cuchos son una cosa pero como te vea comiéndote un chucho te hago tragarte mi pija, eh." Y aunque lo decía con aire ligero, mis ojos de alguna forma decían que hablaba enserio. Con los perros si que no.

"Aunque... deberíamos pasar a lavarnos la cara primero..." Murmuré más para mi mismo que para el come-cuchos.

Podía apreciar perfectamente el cambio de expresión facial del tipo, pero no lograba entender un porqué, ¿había hecho algo malo? De todos modos supuso que ese chico era así de primeras así que decidió no preocuparse mucho por ello, lo que sí llamó su atención era que en ocasiones empleaba palabras o frases en inglés, ¿sería de algún país anglosajón? Quizá debería hablarle también en su idioma, o al menos hacer el mejor esfuerzo para que le entendiera, o lo mismo no era necesario si ya se entendían perfectamente.

- Pues ya nos hemos visto el jeto, ¿vienes mucho por aquí? -preguntó entretenido aún con el hombre, pero al notar el dedo en su mentón, ya sí que le clavó la mirada de una forma muy, pero que muy fija, como si quisiera atravesarle con ella, frunciendo ligeramente el ceño, ¿estaba invadiendo su espacio personal con un dedo? Encima va y le tira un piropo el colega… aunque eso pasó un poco desapercibido con el asunto del espacio personal, lo cual prefirió ignorar al final- así que eres un putón -no tenía absolutamente nada en contra de ello, pero le llamó la atención- ¿y cómo sientes eso de ser putón? -la pregunta era genuina, realmente quería saberlo- en mi caso cuando fui putón de lujo no sentía una puta mierda, pero era entretenido, aun si nadie me tomaba en serio -si de todo podía sacar algo bueno, nunca se sintió mal por ello, y aunque ahora mismo no volvería a aquella época, aprendió muchas cosas y tiene muchos recuerdos.

Escuchar “te invito” fue lo más bonito que le habían dicho aquel día, incluso hacía eco en su cabeza, no le brillaban los ojos porque Eos parecía muerto por dentro con esa expresión neutra que solía tener- joder, vaya que si acepto, tío, pero no creas que me paso la vida comiendo gatos, ¿eh? A mi me gustan los bichos, pero cuando tengo hambre a veces no puedo controlar mis putos instintos, esa mierda puede conmigo, ¿no forma eso parte de la jodida naturaleza? -podía ignorar casi todas sus necesidades fisiológicas, de algunas hasta no sentía siquiera las ganas de ponerles solución, pero el recuperar energías era sagrado- ¡¿Qué dices?! -bajó la vista a la entrepierna del ajeno, subiendo luego la mirada- ¿es que castigas a la gente a pollazos o qué mierda? -pero podía imaginarlo, quizá atragantaba a la gente usando a su “mini yo”, o quizá la tenía tamaño caballo y en vez de atragantarlos, los convertía en pinchitos… no, mejor dejaba de pensar en esas cosas, eso se estaba volviendo algo perturbador, no quería recordar cierto vídeo de dos hombres y un caballo que vio una vez por internet.

Se levantó estirando un poco las piernas, pudiendo escuchar al ajeno, siendo algo con bastante sentido, de hecho él también debería de haber pensado lo mismo, pero la idea de comer eclipsaba todo sentido común.

- Oye, vivo aquí cerca, al lado del puticlub, podemos lavarnos la puta cara ahí y…. me llamo Eos, a mi también me has caído de puta madre -le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera.

No hizo falta ir muy lejos, de verdad su casa estaba al lado de cierto local, ahí se metió en el edificio de al lado, el cual parecía que estaba en tan buenas condiciones que uno podía pensar que de un soplido iba a derrumbarse. Ni siquiera funcionaba el ascensor, las luces parpadeaban y algunas ni siquiera funcionaban, había mucha humedad y además de algunos pisos se podía escuchar música a todo volumen, o ciertos ruiditos subidos de tono, los cuales Eos ignoraba completamente. Ni siquiera usó ninguna llave para abrir la puerta, no la había ni cerrado. Prendió la luz, pudiendo apreciarse que no era un lugar muy grande, había una pequeña cocina con su nevera a un lado, una cama, un armario empotrado y lo demás era un escritorio y estanterías llenas de cómics y libros, cables, pantallas y varios ordenadores, el suelo estaba lleno de papeles y algo de basura… y más cables. A otro lado había un pequeño pasillo que llevaba a un baño y a una habitación, la segunda estaba cerrada con llave y algunos candados.

- Ven -se acercó a la puerta del baño, donde dentro de la bañera se podía ver la puerta del baño en malas condiciones. Le dejó espacio para que pudiera limpiarse también, Eos por su parte mojó una de las toallas para rascar bien los restos de sangre- ahí hay de limpias -señalando una pequeña estantería que había cerca de la bañera- ¿sueles comer en el puto McMierda? -mientras frotaba con esmero una de sus manos.

"Suelo pasar al menos un par de veces al día, está de camino a mi casa" Le expliqué señalando la dirección a sus espaldas, riéndome por cómo el otro parecía interesado en su vida de "puto". "Nah, la verdad es que solo tengo mucha energía y, ya sabes, hay que gastarla en algo. No es que ande de puto por necesidad ni nada, solo me acuesto con lo que me prende and that's all." No alcancé a responder lo demás puesto que parece que mi invitación se le hizo agua a la boca. Antes de que pudiera siquiera aceptar la idea de ir a su casa, ya estabamos entrando en aquel departamento que no distaba mucho al estado del mio. Bien parecida que hacian toda las casas en los barrios bajos eh, como por default.

Le di un buen ojo a todo el lugar, queriendo disimular mi curiosidad pero bah, que los candados y todo el ajetreo del cuarto al lado del baño no habían pasado desapercibidos para mi, pero preferí hacerme el tonto.

"Nice place~" Comenté con un poquito de burla y es que vaya que le hacía falta un poquito de orden, arreglos varios y limpieza a ese lugar. Lo dice el idiota que son suerte cambia las sábanas.

"Lo de la puerta me hace sospechar que hace un rato no tedas una ducha eh." Me reí y bueno, no me importaba realmente ese detalle siempre y cuando no apestara lo suficiente como para dañar mi sensible olfato.

Me lavé primero las manos que poco a poco mostraban el daño en los nudillos y reactivaba un poquito del sangrado, pero nada grave. Después fui a lavarme el caracho, teniendo que repetir varias veces el proceso para poder quitar los rastros de sangre de mi nariz.

"Nah, qué va. En verdad suelo comerme lo que sea que pille cuando me entra el hambre. Ah, pero cuchos y chuchos no. Soy un tacho sin fondo, así como con el asunto del sexo. Si tú también eres igual de bestia para la cama como lo eres con la comida creo que... ya no me pareces tan bonito." Sacudí la cabeza como perrito saliendo del agua y después lo miré.

"Enserio ¿Por qué mierda te comes los gatos? ¿Eres tan pobre que ni para el mc combo de la semana te da? Sin ofender."

- ¿Qué dices? Es la puerta más limpia del puto vecindario -pero pasó por mejores momentos, de eso no cabía duda- se baña conmigo la jodida, me acosa el culo con el puto pomo -bromeando aunque no se le notara demasiado por la cara. Era un desastre con su aspecto pero al menos iba limpio a todos lados. Miró de reojo los puños de Dante, sintiendo que había algo que hacía falta pero no recordaba exactamente qué, ¿qué usaba la gente para hacer curas en las heridas? Intentó hacer memoria mientras parecía querer quemar con la mirada las manos del ajeno.

- Coño, eso explica porqué puedes dar tanta mandanga, ya podrías prestarme de tu puta energía, oye -que a lo que a él respecta, eso era lo que más le faltaba ahora mismo, desde luego que si acostarse le diera energía no habría nadie necesitado en la ciudad… eso si lograba superar su problema con el espacio personal, gran detalle a tener en cuenta- ¿pero qué puta imagen tienes de mi? -una que se tenía bien merecida, pero pensar eso sería demasiado para sus neuronas- no soy tan bestia, me enseñaron a adaptarme a los gustos de mi puto compañer… agua oxigenada -dijo de golpe al acordarse qué necesitaba.

Se puso a buscar el botiquín que una vez su vecina le regaló, le vio tan desastre que pensó que seguro que ni eso pensaría en tener, y tenía razón, la verdad. Lo buscó por todos lados mientras escuchaba a Dante- en realidad no es que tenga nada en contra de los putos animales, ¿eh? De hecho me gustan aunque no lo parezca, pero cuando tengo hambre mis neuronas no terminan de calibrar jodidamente bien, ¿dónde mierda lo dejé? -como si encima el ajeno supiera dónde, pero no tardaría en encontrarlo, justo debajo de la cama cuando se le ocurrió mirar ahí- en realidad comería también putos humanos, pero eso llama más la atención, me da igual qué llevarme a la boca, la verdad, pero nunca a alguien que yo conozca… humano o animal -abrió el botiquín y sacó una botellita de agua oxigenada, acercándose a Dante- pero no es algo que suela hacer, hoy fue un puto caso especial, normalmente como cosas normales, ¿eh? -cogió la mano del chico con algo de esfuerzo para abandonar las distancias, vertiendo un poco por encima de las heridas.

- Comer otros animales es lo natural, ¿no? -alzó la vista a él como queriendo confirmar que es así- …. ¿no? Al menos eso ocurre en los putos documentales y en la vida diaria… ¿tu no comes putas vacas? Al menos yo si me como a alguien no lo hago sufrir como hacen en los putos mataderos, eso sí que es ser hijo de puta, en especial los que van con jodida saña -tenía la impresión de estar en un deja vu, cuando sus antiguos vecinos se quejaban por verle comer animales callejeros e incluso plagas, por suerte dejó de hacerlo- pero entiendo qué mierdas quieres decir -guardó la botellita en la caja- sólo es por necesidad, es… es complicado, tío, pero no lo hago por puta maldad ni por gusto, si por mi fuera me enchufaba a la maldita corriente y que ahí me diera el subidón -a ver cómo le contaba que no era un ser humano y cómo funcionaba su cuerpo- ¿necesitas vendas o algo? Sino, vámonos

Le dio por si acaso algunas tiritas y vendas, que eligiera lo que quisiera o lo guardara para otro día que lo necesitara, si ya de por sí le costó recordar sobre el uso del agua oxigenada, ya como para fiarse que vendara a nadie, Dante saldría del edificio dando envidia a Tutankamón. Al salir de la casa ya andó hacia el McDonalds, en parte pensando en el hincapié que hacía el chico sobre comer animales.

- Veo que eres un buen tipo, o eso creo -mientras estaban en la cola esperando su turno- tienes jodida simpatía hacia los animales, eso dice mucho de una puta persona…. -frunciendo un poco el ceño al darse cuenta que eso también podría decir mucho de él, negando luego con la cabeza- no debe ser casualidad que los psicópatas empiezan con los putos animales…. ¿has tenido alguna vez algún animal como amigo? Eso tiene que ser la hostia

"Feliz te daría algo de mi energía hombre, que de vez en cuando es un dolor de cabeza" Comenté dando un suspirote, notando después como me miraba la mano, así que la quité de su rango de vista porque no sé... ¿no tenía hambre el tipo este?

"¡¿Ah?!" Exclamé confundido, estaba seguro que estaba diciendo algo interesante pero la repentina aparición del agua oxigenada en nuestra conversación me descolocó a tal punto que puse la misma expresión esa del meme del negro. Solo entendí qué diablos cuando vi la botellita del agua oxigenada en su mano. Se dio la molestia de tomarme la mano y echarme esa cosa que hacía espumita.

Qué buen tipo.

"Es que las vacas son ricas." Dije medio broma y medio enserio. "En verdad prefriría que comieras personas eh, pero entiendo a lo que vas. Es como más complejo." Igual no terminaba de entender como rayos es que este tipo pasaba tanta hambre, pero bueno en verdad me daba un tanto igual.

"Nah, está bien así." Dije sacudiendo la mano, aunque después igual le acepté algunas curitas.

No nos tardamos mucho en llegar al local, como siempre había gente esperando so, lo mismo tuvimos que hacer nosotros.

"Nah, solo es reflejo." Me rasqué la cabeza un poco apenado y es que no sentía que realmente llevarme mejor con los animales que con las personas me diera algo así como la impresión de ser "un buen tipo".

"Solo que a veces me siento más animal que persona. Ya sabes, solo me siento identificado de alguna forma. Nunca he creído calzar bien en... en esto." Hice un gesto con la cabeza, indicando la multitud. "Quizás fue por ser de calle o quizás solo soy un tipo más salvaje y ya." Me encogí de hombros y al ratito avanzamos en la cola, pedí dos mc combos para cada uno y es que bueno, era mi revancha por la hamburguesa perdida y bah, andaba en son del espíritu navideño. Supongo.

"Y no, con suerte me se cuidar a mí mismo (mentira) no podría hacerme responsable de una mascota o algo así. Pero los chuchos de la calle me caen bien." Respondí a su duda que bueno, eso de los amigos era como... dificil de explicar. Humano o animal.

Si Dante dijo que lo había entendido, daba por hecho que así era y que no necesitaba dar más explicaciones, eso se le hacía mucho más sencillo. Tenía que ser sincero, él también prefería comer humanos pero eso era mucho más arriesgado y no quería terminar en prisión, ahí estaba seguro que creerían que está loco por comerse a su compañero de celda del hambre que acumularía.

Escuchar a Dante decir que se sentía más animal o persona llamó la atención de Eos, podía empatizar con ello pues se sentía más o menos igual… bueno, él no se sentía animal tampoco, pero si tenía que elegir, estaría más cerca de una fiera a un humano.

- Yo tampoco creo calzar bien en ésta mierda -admitió sin problema alguno- de hecho el ser humano me ha jodido mil veces más la puta vida -negó con la cabeza- ¿cómo ha sido tu vida en las calles? -sentía curiosidad al respecto- veo que no eres de los que tienen una puta mascota… pero si te soy sincero, yo tampoco, me toca los huevos tener que amarrar a una criatura a mi, ¿sabes?.... Si quiere estar conmigo debería ser por su puta voluntad, si alguna vez un animalillo decidiera quedarse junto a mí, aceptaría. Y no me lo comería, sé notar esas cosas -se rascó la nuca mirando a un lado.

- En mi caso fui la puta mascota de alguien, cada vez que pienso en eso se me tuerce el puto ano -cogió aire para soltarlo en un pesado suspiro- sólo me hace pensar que la vida que tengo ahora es mil veces mejor, no es que guarde malos recuerdos pero… no sé, me sentía como un electrodoméstico con un dildo pegado -que ahora que lo pensaba, estaba seguro que alguien pensó en juntar una lavadora y un dildo para darse un meneo- vivir como lo hago ahora es mucho mejor que vivir en un puto palacete con un tipo que cagaba lingotes de oro -mirando a Dante- pero no los soltaba por ahí de verdad, que uno tenía que tenerle bien atendido y aunque no me quejo de lo que cargo ahí abajo, no puedo rellenar túneles de carretera con eso, milagros yo no hago, joder -lo peor de todo, es que ahora que lo imaginaba todo así de literal, no sabía si asustarse con la imagen mental que acababa de tener, se imaginaba hasta haciendo exploraciones urbanas ahí dentro… no, mejor no seguir por ahí, y eso que él no le hacía ascos a nada realmente, de hecho podría escribir un libro entero con sus anécdotas y no solamente con sus experiencias con aquel tipo.

- ¿Cómo llegaste a ser como eres ahora? -sí, había preguntado cómo fue su vida, pero todos tienen una historia, todo el mundo tiene una familia hasta donde sabía, sabía que habría un inicio. O eso pensaba mientras observaba su combo ya con ganas de tenerlo hasta el fondo del estómago, de hecho, tan pronto como pudo casi embutió media hamburguesa en su boca de un bocado.

"Pues lo normal. Ya sabes, peleas, hambre, frio, pulgas, sexo por dinero, pandillas. Como suele ser la vida en las calles." Respondí tomando asiento en una mesa algo alejada de la multitud. Dudé un momento con qué cosa partir comiendo, pero al final tomé un par de papas y las engullí mientras abría mi hamburguesa y escuchaba lo que el tipo me contaba.

Vaya que parecía que la había pasado mal, a su manera, porque en verdad a mi no me importaría ser la mascota de alguien si me tienen bien cuidadito. Aunque si cohiben mi libertad... Ok, yeah... Parece complicado.

"Puta mascota... ¿Literal no?" Pregunté con el hocico lleno y poco y nada se me entendió, así que después de tragar volví a repetir la pregunta y es que al menos de lo que yo había entendido, él había sido más bien como... un juguete sexual ¿no?

Pues yo no me quejaría~

"Ummhh... ¿?" Me quedé con la boca abierta, apunto de darle otra mascada a la hamburguesa cuando la pregunta filosófica salió de sus labios. Joder, que para esas cosas sí soy malo.

"Pues ¿viviendo...?" Dudé de mi respuesta y es que no había entendido bien la pregunta en primer lugar.

"Crecí en otra ciudad, en las calles como te dije, luego pasaron muchas cosas y terminé cambiando de aire, ahora trabajo de barman en algunos bares y vivo solo. En verdad no hay mucho que contar." Resumí mi vida de una forma bonita y sencilla, ¿para qué contar lo de la cárcel y toda esa mierda? No venía y nunca vendrá al caso~

Con dos mordiscos más mi hamburguesa desapareció, así que fui por la segunda. "¿Y tú como coño llegaste a ser una mascota sexual?" Pregunté curioso.

- Exacto, jodidamente literal -asintió llenando su boca con una hamburguesa. Creyó tener suerte de que no le tocara vivir una vida así, si bien también tuvo sus dificultades en su día no podía quejarse en absoluto, desde luego que creía que Dante era todo un badass. Apenas masticó antes de tragar por el hambre que tenía, los gatos no habían sido suficientes y ni qué hablar de las cucarachas que también se había comido, eso no llenaba a nadie. Ahora que lo pensaba, podría haber vivido en china, por lo menos podría haberse metido en el estómago lo que le viniera en gana sin que nadie se escandalizara, pero bueno, no es que ese lugar fuera muy de su agrado realmente.

-¡Joé! Pues qué puta vida más ajetreada -lo de barman le llamó la atención, lo mismo era él que estaba cegato pero le era difícil imaginarle tras una barra y vistiendo como tal, además demasiado adorable para el ambiente. Quizá adorable no era la palabra más adecuada pero es que Eos tenía su forma de ver las cosas, era capaz de ver adorable hasta un portero de discoteca mazado hasta la luna si sentía simpatía hacia él. Paseó el pulgar por su comisura al sentir que había quedado algo de salsa, se relamió y tomó un poco de tiempo antes de responder a la pregunta.

- Es una larga historia -dijo, tenía que buscar un modo de adornarlo pero, ¡bah! Era más sencillo de lo pensaba, las palabras le salían solas- fui vendido, como las putillas de contrabando. Mas o menos, yo no me negué en absoluto, ¿eh? Que eso era un puto chollo, pasa que nunca me vieron como a un ser vivo, el tipo era majo y me trató bastante bien de todos modos, le tengo hasta cariño… bueno, hasta que recuerdo que cuando cansó de mí y decidió que sería divertido probar "cosas nuevas" y se me pasa -miró a un lado y suspiró- las personas son unas hijas de puta cuando no hay leyes que las limiten, no me daba la gana morir por el morbo de cuatro gilipollas ricos -creía que con eso lo explicaba todo sin llegar a detalles, prefería dejarlo a su imaginación- a la gente rica se le va la puta bola con eso de sentirse intocables, ¡joder! Ojalá me hubieran dado el dinero que pagaron por mí -terminó la hamburguesa y fue a por la otra, no sin antes darle su atención a las patatas- pero habría sido genial que no se le hubiera ido la pinza, lo mismo ahora mismo estaría aún con él, pero eso de que me compartiera con todo cristo no me hizo mucha gracia -en especial cuando ninguno de ellos le trató como a un ser vivo que mereciera un mínimo de respeto, nunca sintió que nada de eso fuera una violación ya que siempre sacaba lo mejor de la situación, y de piedra precisamente no es.

Spoiler:

Spoiler:

Un silbido de asombro se escapó de mis labios y es que ya, más o menos había imaginado un poco la cosa esta de la mascota puta o puta mascota que es lo mismo, pero la verdad es que escuchando un poco más de detalles me daba cuenta que este era uno de esos casos donde la realidad superaba la ficción.

Pobre culo.

"Osea, los trios y cuartetos y las orgías no son malas, de hecho, son ricas, pero siempre y cuando... ya sabes, haya común acuerdo, sino la cosa se pone turbia." Hice una pausa prudente después de la primera hamburguesa, tomé bebida y después volví por las papitas, porque las papas frías se ponen chiclosas y se les acaba la magia.

"¿Y ahora?" Pregunté alzando una ceja "Si andas muerto de hambre imagino que no estás precisamente en tu mejor momento." Volví a la carga después de las papas contra la hamburguesa. En dos mordiscos más la hice desaparecer. Me quedé con la panza llena pero ahora el dolor en la nariz había aumentado un poco. A saber como rayos se me iba a poner la cara en un par de horas.

- Estoy totalmente de acuerdo con esa mierda -mientras todo el mundo sea feliz que haga lo que quiera, Eos no era precisamente un puritano que fuera por ahí intentando cambiar a las personas a hacer lo que se supone que es “correcto”, dudaba mucho que alguien pudiera afirmar con la verdad absoluta que disfrutar de la sexualidad de uno fuera malo.

Negó con la cabeza, no, no estaba en su mejor momento y mucho menos monetariamente, sí, era sonidista y era bueno en lo suyo, pero no lo suficientemente popular como para estar ganándose el pan como nadie, su plato favorito de cada día era lo que todo el mundo repudiaba…. Pero, ¡eh! Es algo gratis, ¿cómo podría negarse a tomar algo que no le costaba un centavo? Podría decirse que ahora mismo estaba metiéndose entre pecho y espalda todo un banquete. Era capaz de comerse el restaurante entero pero prefirió quedarse en ese punto donde estaba satisfecho, no quería arruinar a ese pobre chico con su gula.

- ¿Qué hay de tí? He rajado de mi vida como nadie, yo también puedo escuchar desgracias ajenas -se acomodó en la silla y cazó la pajita de su bebida para beber, le miraba tan fijamente que parecía que pudiera atravesarle- ya que me has ayudado puedo devolverte el puto favor cuando quieras, yo no olvido éstas mierdas, si alguna vez necesitas ayuda call me -hizo el gesto con la mano como si tuviera un teléfono en ella- ….. Ah, joder -buscó en sus bolsillos para sacar su móvil- pues va a ser que si no te doy mi puto número a grito pelao’ iría a ser chungo

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