Otro tipo de delicias (Priv. Dante) [+18]

Después de divertirse y pervertise en el acuario, la hora de la cena fue más que exquisita, aunque fuera algo sencilla como un menú o buffet de comida china que no se encontraba en ninguna de las calles mas refinadas de Glass City, a las que hubiera ido la cantante si estuviera con sus viejos amigos de Europa. Aun así  a Katherine le gustaba mucho lo que había probado aunque la cantidad de grasa le hacía pensar que se arrepentiría unos días después cuando notara los gramos de más en la temible báscula de su casa. Pero bueno, no tenia sentido preocuparse frente a Dante, quien se había convertido en su guía de turistas por todo un día y ahora Katherine quería un tour por el motel a donde habían parado en esa noche.

- Lo prometido es deuda - dijo con su voz cantarina y armoniosa mientras pagaba su habitación que usarían esa noche en justamente un motel. Ella jamas había estado en uno así que la experiencia se le hacia muy interesante - Espero estar a la altura de esa bestia  - con su mirada señala a la entrepierna de Dante, emocionada de como resultaría esa noche. - ¿Si compraste los globitos, verdad? - cuestionó con un tono de voz un poco mas serio puesto que ella no quería accidentes fuera de la cama.

La maestra rodeo sus brazos al cuerpo de aquel chico tatuado  con las llaves en la boca mientras le guiaba hacia su cuarto donde se desfogarían a una larga pasión.
Esta iba a ser la segunda vez en su vida que se metía con alguien tan joven, pero esta vez la diferencia era mas marcada pero no le importaba puesto que él otro había aceptado y de buena gana que lo hicieran.

Había sido un día bastante provechoso, al menos para mi, en más de un sentido. Eran pocas las ocaciones en las que salía a recorrer la ciudad en compañía de alguien. Ese tipo de "citas" no me eran para nada usuales, pero supongo que una de vez en cuando no me sienta mal. Había comido hasta saciarme y había disfrutado de la compañía de aquella mujer. Incluso, a diferencia de lo que creía, las horas compartidas pasaron bastante rápido.

¿Sería que al final me entretuve lo suficiente? Mh~

Finalmente había llegado la hora de cumplir nuestra descarada promesa. Lo mejor de todo, a esta altura hasta yo estaba turisteando y es que pese a todas las relaciones sexuales que había tenido ya en esta ciudad, nunca había ido a parar a justamente ese motel, por lo que todo el trámite previo se me hizo divertido. Con el transcurso del día la confianza entre nosotros pareció darse con naturalidad. Ya hablabamos descaradamente y eso me hacía sentir cómodo. No importaban las miradas de los otros cuando ella actuaba tan relajadamente conmigo.

"Vamos, soy exigente pero tienes más de un par de cosas a tu favor." Respondí riéndome, por un momento, como un niño. Era divertido que llamara bestia a mi polla y no a mí~

"Por supuesto dear~ No hay forma de que lo olvidara~"

Palmié mi bolsillo, ahí donde estaban los muchachos esperando a ser usados mientras Kath y yo avanzabamos por el pasillo hasta la habitación, me causaba curiosidad que tipo de habitación había elegido Kath y es que por lo general dejaba que mis acompañantes decidieran ese tipo de cosas. (Después de todo, a mi me viene bien incluso el callejón)

"Ok, puede que esté empezando a sentirme algo nervioso~"

Bromeé con ella de pie frente a nuestra puerta. Y en parte era cierto, por alguna razón esta vez me parecía más divertida que los encuentros de otras noches y mi pecho estaba algo emocionado. ¿Nervios como tal? No lo sé, pero sí comenzaba a sentir ansiedad.

"Vamos, abre de una vez."

Exigí en un susurro haciendo luego el ademán violento de querer morder la boca que cargaba las llaves.

Tal vez no era un hotel deslumbrante como los que había en otras áreas de la ciudad pero el motel tenia apariencia de ser para las "parejas" con capital suficiente para divertirse, como de empresarios con sus secretarias para evitar ser reconocidos pero estando cómodos, como ella lo necesitaba.
A pesar de que la opera no es un genero muy reconocido, ella no quería que la vieran con alguien. Todas sus pseudo relaciones y parejas de sexo las había tenido en el mas absoluto de los secretos.

Pero mientras estaba feliz pues el otro tenía los condones listos y parecía emocionado con lo que iba a pasar. Tomó la llave de su boca y emitió una risita divertida por verle tan descolocado y ansioso de ya querer empezar el tema. La llave que era una tarjeta la metió en donde se supone que iría una ranura y luego la sacó mientras ella entraba al cuarto y Dante era el que cerraba la puerta.

- ¿Entonces, al grano? - dejó su bolso y sus llaves en una mesita de noche mientras ella se quitaba su saco y sombrero. Ella quería provocarlo, desvertise de manera lenta y tortuosa solo para fastidiarle pero en el acuario vio que este chico era capaz de ir al asunto sin premeditaciones y tal vez no sería capaz de resistir más por andar siempre caliente - Es hora de la diversión... Round 1.

Se quitó sus tacones y se aproximó a Dante para darle un fogoso y atrevido beso, su lengua ya buscaba entrar en la boca del y sus manos acariciaban la cara del jovencito para gozarle a su manera, ya quería ver como el otro iba a actuar, tuvo esa curiosidad por todo el día.

Esperé a que ella entrara y luego caminé dentro, cerrando la puerta con suavidad, algo que normalmente no hacía. Bien, lo admito, en primera instancia, más que prestarle atención a Kath lo que hice fue recorrer la habitación entera con la mirada, saciando mi curiosidad mientras guardaba por un momento, las manos en mis bolsillos.

"Pues no está mal..."

Comenté con una media sonrisa en el rostro. La habitación no era temática, pero sí bastante agradable a mi gusto. Las paredes rojas contrastaban con las sábanas oscuras que se apreciaban en la cama. Seguro y las dejaríamos hechas un desastre~ En el techo estaba posicionado estratégicamente un gran espejo sobre la cama y algunas velas adornaban el respaldo de ésta. Sí, un aire muy romantico pero también sensual. Había una puerta del otro lado, seguro y se trataba del baño. De hecho... Si Katherine no hubiese sugerido ya comenzar, tal vez y hasta la hubiese invitado a ducharnos juntos, pero que va... podemos hacerlo luego.

Mi mirada volvió sobre ella y entonces saqué las manos de mis bolsillos, en una de ellas habían 4 condones que dispuse a modo de cartas de baraja inglesa y le di a elegir.

"Let's do this something interesting~ No tengo ningún apuro. Asume que dificilmente dormiremos esta noche."

Susurré como si fuera un desafío, una amenaza y casi una declaración de guerra. Ciertamente la ansiedad no había bajado, pero eso en mi era casi cotidiano y no por que anduviera todo el día caliente o algo así~ (si, a diferencia de lo que muchos creen) Sino porque dificilmente me sentía confortable en algún lugar. Podía esperar, quería esperar y deglutir todo aquello de forma exquisita y es que era mi primera vez con alguien con una diferencia de edad tan marcada. Había que conmemorarlo.

Si, todo bellamente hecho, incluso le asombraba lo detallado de su cuarto por lo decente que se veía para ser un simple motel, aunque sonreía al ver aquel espejo, ya andaba pensando en como poder sacarle partida aunque cuando miró a la puerta del baño también se sentía antojada de poder hacerlo ahí. Eran tantas las opciones y al parecer solo tenían 4 condones para hacerlo, pero se preguntó si tenía algún cajoncito con condones escondidos por saber que tipo de gente venía ahí.

- Humm... ¿Que tal este? -  dejó de besarle y tomó el condón de color verde, le gustaba ese color - Uy, me encanta cuando hablas así... ¿Es una amenaza o promesa? - se empieza a desabotonar su camisa de botón a botón - ¿Qué tal si nos bañamos y entramos al tema ahí? Ha sido un día muy largo y probablemente te quieras lavar y divertir ahí - le dijo con una sonrisa mientras sus manos traviesas iban por debajo de la camisa de Dante, quería oír su opinión.

¿Quien diría que la famosa cantante de opera Katherine Howell iba a intimar con un desconocido de la calle? Nadie lo hubiera adivinado a menos que fuera alguien con quien ya se habría acostado antes.
Cuando ella tenía hambre, nadie se le podía negar.

[ops~ perdon baby, me comi la parte del beso y recién noté que se me quedó ese trozo en el word, haha. mil disculpas, a la otra avisame~]

"Es todo lo que quieras dear~ Hehe" Me lamí los labios, agradado de que ella entendiera mi pensamiento. ¿entonces la posibilidad de la ducha estaba abierta, no?

"De acuerdo, acepto, pero no necesitaremos esto allá." Dije para despues quitarle el condón de las manos y dejar los cuatro tirados sobre la cama. Luego dejé que me desvistiera mientras mis labios pasaban de los suyos hasta su cuello, lamiendo desde su clavícula hacia arriba, procurando saborear su piel antes de que el agua le arrebatara su esencia. Mordí suavemente, probando qué tanta fuerza me dejaba aplicar y comencé a ayudarla a desvestirse de igual manera.

Como siempre en esas circunstancias, me asaltaba la duda de ver su reacción o comentario sobre los distintos tatuajes y piercings que habían en mi cuerpo.

No detuve mis manos ni tampoco di un paso sino hasta tenerla solo con su ropa interior, arreglandomelas para quitar prenda a prenda sus ropas. Como era de esperarse, su lencería parecía refinada y de buen gusto.

"So? Hay algo en particular que deba saber de tus gustos? I mean, puedo irlos descubriendo si quieres, pero podría satisfacerte mejor si me das algunas pistas~"

[No te preocupes. a veces a si pasa luego]

Volteó a verlo un poco espantad apor el hecho de que allá no necesitaría un condón. Bueno, si estuvieran en alguna piscina tal vez el semen no sobreviviría pero solo por bañarse... No, ella no quería correr ningún riesgo así que con la mirada le recriminó el no usar un condón.

Ella empezó a tocár el cuerpo de joven de una vez e incluso echaba unas miradas para verlo, un tatuaje y un piercings que de verlo incluso le dolió de verlo. Ella no sería capaz de hacerse uno en sus atributos femeninos.

- mmmgh... ¡Aah~! - cuando la empezó a lamer ya se sentía algo acalorada e incluso deseada, le halagaba sentirse deseada por alguien tan joven como él aunque fue una sorpresa aquella mordida que le emocionó aún más, quería ser devorada en cuerpo y alma por Dante. Katherine acarició el costado del jovencito y el pezón donde estaba el piercing - ¿no te dolieron? - preguntó curiosa.

Al final quedó en ropa interior, panty y brassier de encaje blancos que bien resguardaban su cuerpo. Katherine dio una sonrisa cuando lepreguntó sobre algún gusto en específico.

- pues, siempre he tenido del sexo convencional... Mis parejas han sido algo mojigatos a pesar de que siempre me he ha dado curiosidad de otras maneras de disfrutar. - luego empezó a susurrarle con una voz suave y seductora, incluso cantarina - jamás me habían mordido ni he tenido sexo fuera de la cama... Digamos que quiero ser curiosa contigo, quiero descubrir mis gustos ¿de acuerdo? - luego tomó el condón aún en su paquete - ¿hay algo que te guste? Tienes pinta de que te gusta el sexo rudo.

No quería caer en los estereotipos pero desde aquel incidente en el acuario le hizo pensar que así era Dante y por eso le dieron más ganas de estar con el. Todos sus amantes habían sido muy blandos con ella, aunque así le gusta pues tenía todo bajo control.
Puso el pequeño paquetito entre sus senos y empezó a desabotonar y bajar el cierre de los pantalones de Dante emocionada de ver lo que ocultaba aquel niño.

¿Otro tatuaje?¿algún piercing? Se sentía curiosa.

Los dedos de ella me causaban leves cosquillas. Las mujeres ciertamente algo tenían en sus manos que fuera cual fuera la caricia que diesen, siempre se sentían más suave y juguetonas que la de un hombre.

"Por supuesto que sí." Contesté ante la obvia pregunta si que re perforen un pezón dolía o no. "Pero esa es justamente la gracia~" Dejé escapar una risa entre dientes mientras sentía como mi cuerpo comenzaba a reaccionar ante su voz y ante la vista que tenía, junto con las ideas que me cruzaban la cabeza.

"Haha, si te soy sincero no planeaba follarte en el baño, solo jugar un poco, pero con aquella confesión, creeme que lo último que haré será dejarte tocar la cama~" La vi ir por el condón y no me rehusé. Ahora si que le daría buen uso detrás de esa puerta que nos invitaba.

"Ah si~?" Ladeé la cabeza mientras mis dedos rozaban a penas la tela del brassier sobre sus pezones, buscando que sobresalieran por el estímulo, dejándola desatar mis pantalones. Sin ellos el tatuaje que quedó expuesto esta vez fue el de mis talón y claro, mis boxers negros. En ellos se podía apreciar el bulto de mi miembro semierecto, y antes de que Kath fuera más allá, detuve sus manos, llevando una de ellas hasta mis labios, lamiendo la palma de su mano mientras le dedicaba una mirada algo más intensa. Poco a poco comenzaba a ponerme un poco más "serio", claro, a mi modo.

Con un movmiento simple me quité los zapatos y luego los calcetines, dejándolos sin cuidado sobre el piso. Volví a mirar a Katherine y tras acercarme a dar una mordida sobre uno de sus senos, me alejé en dirección al baño, esperando por ella en el marco de la puerta, luego de encender la luz.

"Pues... Sí, me gusta hard & rough. Me gusta jugar, me gusta compartir fetiches y satisfacer curiosidades. Me gusta el dolor y tanto sentirme controlado como controlar. Asi que desde ya te digo... no te acomplejes. Deja que todas tus perversiones salgan a la luz. Me ocuparé de satisfacerlas una a una." Eso último se me escapó de los labios con una voz más profunda, indicio de que las hormonas comenzaban a alborotarse en mi. Seguramente pronto se vería reflejado también en el aumento de contraste entre mis ojos diferentes y en mi cuerpo. Solo esperaba que mi condena no me jodiera al menos por esta noche y mi mejilla, o más bien el tatuaje en ella, se comportara.

- Bueno, yo no les haría nada a las mías - se sostuvo sus senos y de solo imaginarse el dolor de que le perforaran uno ya la hacía desmayarse pero revivió cuando le declaró lo último que planearían hacer - Oh~ ¿En serio? Me tienes curiosa de ver que me harás - se dejó acariciar, de hecho le daban más ganas que la tocara directamente.

Estaba a punto de bajar los boxers negro, pues de solo ver como el miembro de Dante parecía reaccionar ya quería verlo en directo y acariciarlo, pero el mismo "niño" le frenó solo para que él lamiera su mano... Y esa mirada le hizo dar un largo suspiro mientras su mano acariciaba la mejilla del contrario. Su corazón se había acelerado un poco por aquella erótica acción, ya no se quería imaginar lo que pasaría cuando fueran más en serio.

- ¡Mnk! - una mordida, ese chico estaba lleno de sorpresas. - ¿Todas? Pues, quisiera averiguar las mías propias y las tuyas, quiero complacerte y también quiero sentir placer - Aquel tono de voz casi la puso loca, todo lo que le dijo casi la derretía pues ella quería probar eso que le prometía. Jamás se había sentido curiosa con respecto al sexo, siempre había sido placer a lo normal, esperaba llegar a niveles nuevos.

Le siguió al baño, el cual tenía regadera y tina incluidas y miró a Dante mientras ladeaba hacia donde estaban como preguntandole cual preferiría que usaran. Pero ella ya no perdería tiempo en lo que él emitía una opinión, de hecho dejó el condón en el lavabo para empezar a quitarse la ropa interior, mostrando un hermoso cuerpo bien proporcionado y cuidado, toda una Venus de piel canela y cabellos castaños, los años parecían solo haberla mejorado como al vino.

Sonreí desde la puerta ante su sentencia. Me gustaba la propuesta de dejarla averiguar cosas del sexo que aún no descubría, como por ejemplo sus fetiches o locas preferencias y que estuviera dispuesta a disfrutar de ellas y claro, también de complacerme.

Quizás y si lo pensaba un poco, la diferencia que generalmente tengo con las personas es que para mi el sexo no es ninguna novedad, mucho menos un tabu o un problema. Es una necesidad básica más, es algo que me da tanto placer como saciar mi hambre. Me gusta, es rico después de todo. Conozco mi cuerpo, conozco mis gustos, y con ello, para mi es un encanto descubrirlo en otros. Y afortunadamente, aquí tenía una excelente disposición a ello.

"Me viene mas una ducha que un baño de tina." Confesé mientras me tomaba el tiempo de mirar su cuerpo, quizás más bien, admirar. Era la primera vez que iba a estar con una mujer como aquella. Sí, es cierto, muchas prostitutas podrían tener el mismo físico, pero no la misma elegancia de ésta mujer.

No dije nada, solo le sonreí con la mirada clavada en ella, como sin con eso fuera suficiente para devorarla. Acto seguido lleve mis pulgares al elástico de mis boxers y los deslicé por mi piel lentamente. Miré mi propia entrepierna en un gesto de invitación para ella y no, no para que viera mi falo, o mas bien, no solo mi falo, sino el último tatuaje que adornaa la zona de mi pelvis, rodeando mi miembro y casi rozando mis testículos. Por supuesto, procuraba mantener la zona depilada para que el tatuaje se luciera como debía. Debía mencionar también el piercing que adornaba mi pene. Una barra de piercing industrial atravesaba mi carne por la zona ventral, cercana a la base, aunque dudaba que lo notara en la distancia que aún manteniamos y por el angulo de vision.

Devolví la mirada a los ojos de ella una vez mi miembro semi erecto quedó expuesto y mis boxers fueron olvidados en algún lugar del baño.

"Ven. Ah, por el momento deja eso ahí." Señalé el condón y le sonreí, indicando que por ahora, confiara en mi criterio. Luego solo abri la llave del agua caliente. Seguro y mi espalda se veía ridiculamente normal y vacía a diferencia de mi lado frontal.

Había olvidado un pequeño detalle, el justamente desamarrar su cabello que tenia en una trenza aunque su cabello no era constante de forma pero era fácil de dominar, y el cual dejó caer un poco debajo de sus hombros. Miró con curiosidad el tatuaje tan grande que tenía ahí, hasta donde había conocido y visto era concienre de que esas áreas donde tenía tatuajes eran de las más dolorosas por lo que admiró el diseño y valor para tenerlos pues ella no seria capaz de cometer semejante locura aunque claro, ahí andaba un "amiguito" algo animado, eso tampoco se podía ignorar pero el tatuaje era interesante.

Entró a la regadera y apegó su cuerpo al de Dante para que le cayera agua caliente pues sentía sus pies fríos. Se consintió un poco a si misma lavandose el cabello con  shampoo, el otro ya sabría como lavarse a si mismo. Tomó un poco de jabón corporal empezando a frotar su propio cuerpo y luego por mera ocurrencia empezó a realizar una especie de masaje y caricias por todo lo largo de la espalda hasta por donde perdía nombre, sus palmas entraban en contacto con la espalda y el cuello a veces ejerciendo cierta presión o caricias, de alguna manera le gustó consentir a Dante con quel masaje que además le lavaba la espalda.

- ¿Me podrías lavar la espalda Dante? - Katherine se dio la vuelta y acomodó su cabello en espera de también ser tocada por el jovencito. - es que no me alcanzo, anda, yo ya lavé la tuya.

Al comienzo solo me dediqué a disfrutar la sensación del agua caliente sobre mi cuerpo, lavandome rápido como siempre pensando en darle el espacio a Katherine, pero cuando ella se hubo pegado a mi entonces entendí que quizás no era necesario.

Cerré los ojos unos momentos, disfrutando del roce de sus manos al lavarme. Por supuesto, no era necesario que lo dijera para querer devolverle "el favor". Cambie de lugar, posicionandome yo esta vez en su espalda, al comienzo llené de jabón toda la extensión de ésta, delineando con mis manos la figura de la mujer. Era curioso pues su cuerpo y sus curvas eran, sin duda, muy femeninas, pero a diferencia de las crias, esta mujer parecía estar conciente de cada rincón de su cuerpo, y eso me daba una sensación de más firmeza o integridad... sí, creo que esa es la palabra.

Una vez terminé con su espalda no pregunté y llevé mis manos a su abdomen, rodeandola en un abrazo que pegó nuestros cuerpos. Mis manos enjabonaron su abdomen y rápidamente subieron hacia los senos de Kath. Lejos de agarrarlos de buenas a primeras, lo que hice fue rozar sus pezones, clavando mi mirada en ella, apoyando mi cabeza en su hombro. Quería ver sus expresiones. Vale decir también que mi miembro se hacia notar presionando en sus nalgas, pero por despierto que estuviese mi amigo, aún tenía que esperar su turno~

A pesar de que caía un poco de agua en su cuerpo le agradó la sensación cuando cambiaron de lugares, un baño caliente y relajante era un lujo del cual no podría vivir sin el.
Se dejó consentir con Dante que parecía intentar memorizar los detalles de su cuerpo, analizarlos, sus manos eran cuidadosas a pesar de ser de hombre. Tal vez la curiosidad hacía que el tacto de las caricias fuera suave o incluso estaba la posibilidad de su amplia experiencia.

Katherine se dejó abrazar en incluso se recargó en el pecho del otro aun gozando el agua caliente que caía sobre ellos. La inglesa dejaba escapar pequeños suspiros que revelaban su goce, sus ojos cerrados, su boca ligeramente entreabierta y sus cejas que parecían fruncirse un poco. Dante se aventuraba a tocarla con cierta galantería y cuidado de caballero cuando se encontraba acostumbrada a que los hombres siempre se emocionaran con su cuerpo y agarraban sus senos y su cuerpo como si hubieran perdido el control.

La turista mostró su sonrisa divertida al sentir en su retaguardia el miembro de Dante ya despierto y ella movió sus caderas para que solo se rozaran, como él lo hacia con ella con sus manos sobre su cuerpo.

"Sin duda tu cuerpo es una obra de arte, eh~" Dije entre risas, llevando mis manos más arriba de sus senos, hasta su cuello, el que recorrí ascendente con ambas manos, como el gesto que alguien haría al tratar de ahorcar a su víctima, pero sin ejercer ninguna presión. Luego mis manos fueron a sus hombros y fue entonces cuando senti las caderas de Kath moverse, generando un roce descarado contra mi falo, pero no era grotesco, al contrario, por un momento me pareció estar bailando alguna canción de ritmo suave y sensual.

"Mh.." Dejé escapar un sonido de agrado de mis labios, mi respiración de a poco se comenzaba a agitar y por supuesto, quería provocar lo mismo en ella, a mi manera.

La intuición me daba una idea de mas o menos como la habían de tratar los hombres, y es por eso que, como nunca, me estaba forzando a ir lento, claro, dentro de lo que podía.

Mis manos decendieron de sus hombros a su cintura mientras mi boca se tentó con su cuello. Apartándo su cabello pude tener el espacio para comenzar a besar y lamer la zona, dejandole sentir de nuevo la textura de mi lengua.

"No soy de preguntar por permisos dear, asi que si hay algo en lo que me llegue a pasar o simplemente no te guste, solo detenme con confianza y simpatía, vale?"

Dicho eso mis manos delinearon sus nalgas y mis dientes mordieron su piel tostada en el hombro, dejando una pequeña marca. No, no lo hice muy bruto, pero sí, debió doler un poco.

Ella también se rió por semejante comentario aunque alzó su ego, se sentía orgullosa de su cuerpo pues siempre lo cuidaba, era su orgullo junto con su voz.
Esas caricias la estaban matando, eran simplemente maravillosas y de su boca escapaban expresiones de sumo agrado, los dos se encontraban gozando las acciones del otro.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir besos y lamidas en su cuerpo, oir como la besaba era maravilloso junto con sentir su lengua que la saboreaba. Y su voz, era maravillosa por muchas razones. ¿Adivinaría el otro a su manera que le gustaba el dirty talk? La única vez que le hablaron así fue hace años y juraba que quería repetir la experiencia.

- Oh God~... S-si... n-no te preocupes, yo te aviso D-dante - no pudo decir bien la frase, se encontraba jadeante en el momento en que la mordía, se sentía voluntariosa a dejarse morder por el jovencito aunque le doliera un poco que incluso detuvo un poco sus movimientos apoyando sus manos en la fría pared de enfrente. - Please... devour me~ - pidió con una voz que sonaba más como una invitación que a una súplica.