¿Quién dijo que el Arcade es sólo para hombres? [Privado: Dante]

-Cuando me hablas de consentir, te veo en mi mente como un perrito sobrealimentado o algo por el estilo... –dije en realidad lo primero que se me vino a la cabeza con lo que dijo Dante, ¿acaso mentía? Si me mencionan esa palabra sólo pienso en mascotas mimadas más que en críos. Y el hecho que comenzara a lamer sus dedos como un animal ayudaba a mi comparación totalmente.

-Creo que entonces sí es probable que tengas un metabolismo rápido... o consumes mucha energía, no lo sé... –dije encogiéndome un poco de hombros y terminándome la cerveza, picoteando otra papa de a pequeños mordiscos- Quizás eres una reencarnación de Calígula si hablas de grandes comilonas... y hablaaaando de comilonas... –dije con una sonrisa algo pícara, mirándole justo cuando creía haberse salido con la suya al comerse una papa- En serio, no sé para qué lo haces a escondidas –dije riéndome, medio contagiada de su risa- Te dije que podías sacar las que quisieras.. –tras lo cual acerqué un poco más el envase de papas al medio de la mesa.

Noté su risa desganada, ¿sería que le había ofendido por el comentario del perro? Bueno, no lo culpo, cada quien tiene sus sensibilidades y no tengo idea de sus razones en caso que le resienta, supongo que no soy quien para juzgarle, por lo que preferí no volver a tocar el tema, tanto mejor para él y para mí.

-También puede ser, pero a veces eso se enmascara por alguna otra cosa, deberías tener cuidado –dije, agitando una papa en el aire al señalarle- Pero de todos modos se ve que sabes cómo cuidarte solito... –dije mascando ya algo distraída la dichosa papa, tragándola para poder contestar su pregunta- Bueno, hace mucho que no juego, en casa lo hacía seguido o iba a uno que otro arcade como acá, un poco de los clásicos shooters, ya sabes, pistolas aquí y allá, hacer explotar unas cuantas cabezas... lo clásico de aventuras y peleas, RPG’s, los de puzzles me gustan bastante, pero depende de mi humor, a veces no tengo suficiente cabeza para eso... y bueno, ya viste que me gustan los que tengan ritmo... –dije señalando hacia atrás con el pulgar para referirme al Dance Revolution- Supongo que me gusta un poco de todo, pero quita los de futbol y esas cosas, o de gangsters, no me van. ¿Qué hay de ti? Supongo que a tí si te va un poco de eso, ¿no?

Pude notar como ese “vale” había sonado algo forzado, quizás no le gustaba mucho que le tocaran aquel tema. “No soy quien para juzgar, mucho menos intrusa en lo que no me corresponde... lo dejaré así, creo que será lo mejor”, me dije en mi cabeza para dar por terminado el asunto.

-¡Oye, no se vale eso! –dije con una risa y apuntándole de nuevo con una papa frita, incluso meneándola un poco en el aire- Dices qué clase soy pero no dices más... Bueno, no es como si tuviera un título... ah, olvídalo... –saqué un poco la lengua para que entendiera que iba en plan bromista- Oh, ¡¿juegas Silent Hill...?! –pregunté entusiasmada- Me encantan aunque a veces me saquen un buen susto, sobre todo cuando salen de la nada... fuera de eso, me quedo con la trama, es interesante –dije rascándome suavemente una mejilla, pensativa- Y no es que me enloquezcan los de deportes, bueno, no me gustan... soy más de simuladores, ¿sabes? Arquería, cosas así... aunque nada reemplaza a lo real... –suspiré con un poco de nostalgia cuando recordé una vez que en mi familia hicimos un poco de arquería en el patio, aunque casi le di a un sirviente en el brazo.

-¿Ah? ¿Deporte en la cama...? –tardé un poco en comprenderlo y no pude evitar sonrojarme un poco cuando me llegó a la mente el significado de lo que quiso decir- Ah ya, eso... oh bueno, supongo que sí, ¿no? “Así que le gusta un poco disfrutar de esas cosas... bueno, para eso es la sexualidad de las personas... cada quien con lo suyo...” –la verdad no sabía ni qué decir, por lo que le di mi último sorbo a la cerveza, suspirando de disfrute al terminarla, golpeando con suavidad la mesa con la botella- Listo... como dicen, comida hecha, amistad deshecha, ¿no? ¿Qué harás ahora? –pregunté sólo por curiosidad realmente, sin más motivo.

No pude evitar echarme a reír un poco, digo, que un hombre admita que después de jugar un juego de ese tipo luego termine con pavor de siquiera ir al baño... Esas cosas no pasaban todos los días- Lo siento... es extraño que un hombre lo diga de forma tan sincera y directa... pero sí... creo que los creadores de esos juegos a veces se pasan de sádicos, ¿no crees? Sea como sea... lo mejor es a oscuras y a todo volumen... Creo que en el fondo también soy algo masoquista... –dije mirando hacia otro lado, sabiendo que Dante lo pensaría de una forma completamente distinta del sentido que yo quería darle.

Carraspeé un poco después de su burla, manteniendo mi sonrojo en el rostro- Ejem... bueno... ah.... ¿Ah, sí? ¿Dónde trabajas? –dije en un más que obvio intento por cambiar de tema, no sabiendo qué contestarle- Y yo debo estar de vuelta en la academia antes de las 9, tengo algo de tiempo, supongo.. no es tan tarde, creo.

-¡Pues claro, la sinceridad ante todo! –le contesté- Sólo dije que de muchos hombres que he conocido, no todos son así, muchos parecen darse rodeos como si siendo directos fueran a espantar a la otra persona –rodé mis ojos con suavidad- No lo sé, aunque debo decir que muchos suelen esconder cosas con razón... hasta yo misma lo hago... –admití con un poco de vergüenza y carraspeé con la misma intención ante su comentario sobre sadismo y masoquismo- Debo admitir que leí al Marqués de Sade... así que creo saber en qué sentido hiciste ese comentario –le miré de forma algo cómplice- Pero definitivamente creo que debo de ser una masoquista... –me rasqué un poco la mejilla, sabiendo a lo que me atenía por tal comentario.

-Ya veo... no soy muy de ir a pubs, pero de vez en cuando suelo ir a los que tienen karaokes, quizás y nos hemos visto sin saberlo –respondí ante su invitación y me acomodé en mi silla, dando a entender que pronto me pondría de pie- Entonces, ¿ya te quieres ir? No soy quien para detenerte, si te vas, yo me voy, en realidad.

Me acomodé un poco el cabello que llevaba en una cola al sentir que unos mechones comenzaban a caerme por la cara. Antes de pensar en ponerme de pie me revisé los bolsillos, como asegurándome que no se me pasara nada o se me hubiera caído algo al suelo por precaución. Cuando había apoyado mis manos en mis rodillas con la intención de impulsarme para ponerme de pie me quedé en mitad del acto al ser detenida por la forma de Dante de tomarme el rostro, no permitiéndome reaccionar inmediatamente por dejarme algo sorprendida.

¿Realmente estaba tocándome así de forma tan confianzuda? Ese pensamiento cruzó mi cabeza al sentir sus labios cerca de los míos y en un reflejo estiré mis brazos hacia su pecho en ademán de empujarle pero reaccioné bastante tarde, apenas y alcancé a rozarle justo cuando se alejaba- Eh... sí... de nada... –dije con voz algo queda, carraspeando inmediatamente para mantenerme firme, siendo que normalmente de haber sido otra la situación, ya habría estado gritando por la sorpresa- Oye, Dante, disculpa pero... fuera de ese malentendido al principio, no me has caído mal, pero... No quiero tener problemas por cosas como las que acabas de hacer, ¿sí? No es algo que me agrade de alguien que vengo recién conociendo... Lo siento –le dije aún firme y cruzándome de brazos- Pero supongo que no tengo problema en que nos vayamos juntos, además lo quisiera o no, vamos por la misma salida –le dije pasando a su lado y notando las variadas miradas que nos daban los presentes después del “beso” que me había dado, encaminándome hacia las salidas, trayecto durante el cual me quedé algo callada, lanzándole rápidas miradas de reojo, suponiendo no se molestaría por lo que le acababa de decir.

No fue mucho mayor el trayecto que recorrimos juntos hacia la salida del parque de diversiones, en el fondo ya olvidado el malentendido, no iba a ponerme rencorosa con semejante asunto, no de momento ahora que Dante parecía haber entendido mis razones sin haber hecho un escándalo o un desaire, mínimo no parecía de ese tipo de hombres.

Abrí los ojos un tanto sorprendida al escuchar su comentario, no era que fuera homofóbica o algo por el estilo, pero al menos a mi vista, él no parecía alguien que fuera a preferir más al sexo masculino. Bueno, ahora que lo comenzaba a pensar, sí tenía pinta de ser bisexual.

–Gracias por eso... -le agradecí sin olvidar modales para luego retomar el asunto que me daba vueltas en la cabeza- ¿Así que en serio te van más los hombres? No pareces de ese tipo a primera vista... claro, ¡sin ofender! -me apresuré a decir, esperando no haber tocado alguna fibra sensible con el tema, sólo manteniendo un poco de charla irrelevante hasta llegar por fin a la salida.

–Quién sabe... -le dije en respuesta a lo último que dijo antes de marcharse- De Glass City ya me espero cualquier cosa... -me rasqué un poco la cabeza, pensando en mis propias palabras antes de devolverle el gesto de la mano para marcharme- Supongo que sí, te daré una cerveza si nos vemos de nuevo... creo, hasta pronto... -fue lo último que dije antes de irme definitivamente del lugar, notando cómo algunos de los pasantes nos habían mirado de lejos.