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Solo una vez (Privado)
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Solo una vez (Privado)
Llevaba meses esperando ese momento...muy en secreto. A eso de las nueve un sábado por la noche Ayato consiguió colarse en las salas de grabación, vacías de personal por tratarse de un día y un período con poca demanda. Era su espacio de trabajo por lo que tenía copia de todas las llaves, además era el lugar con mejor acústica en toda esa institución y llevaba bastante tiempo con ganas de practicar allí.
¿Practicar qué? Por desconcertante que sonara, su voz.
Se caracterizaba por ser un tipo solitario, de malas pulgas, que en privado vivía pegado a la consola, humillando a los ídolos de turno en el trabajo o buscando a alguna dama de la cual alimentarse. Pero nadie sabía que en ese par de años Ayato se había esforzado en cantar mejor, por la mera convicción de que todos en esa maldita ciudad cantaban y él no quería ser menos que nadie.
El problema estaba en que le avergonzaba bastante hacerlo frente a otras personas pues él mismo reconocía gracias a su audición desarrollada los muchos errores que cometía, además su voz no era especialmente armónica.
Sin abandonar este viejo temor suyo a ser escuchado se adueñó de una de las cabinas de sonido, esas donde solo se puede escuchar lo que hay en el interior con los audífonos correspondientes que utilizan los sonidistas. Hizo un par de arreglos, colocó la pista y se encerró, colocándose los audífonos de monitoreo y acomodando el micrófono flotante en torno a su dirección.
Y sin más preámbulos, al coro de la tonada, cantó.
Se sentía más pleno que nunca, la inseguridad poco a poco se disipó y se dejó llevar por la potencia de su voz. A fin de cuentas, nadie que no se pusiera los audífonos de su cabina podía escucharle.
Imaginó una audiencia ante él, un público enardecido que no hacía más que clamar su nombre. En su fantasía Ayato les arrebataría hasta el último aliento, nadie mejor que él podría hacerlo. Mejoraría y mejoraría, sin tener un fin concreto, solo por el goce personal de ser el mejor. Esa era la razón de su existencia. Su vía de escape.
Toda cosa viva en este mundo debía de arrodillarse ante él.
¿Practicar qué? Por desconcertante que sonara, su voz.
Se caracterizaba por ser un tipo solitario, de malas pulgas, que en privado vivía pegado a la consola, humillando a los ídolos de turno en el trabajo o buscando a alguna dama de la cual alimentarse. Pero nadie sabía que en ese par de años Ayato se había esforzado en cantar mejor, por la mera convicción de que todos en esa maldita ciudad cantaban y él no quería ser menos que nadie.
El problema estaba en que le avergonzaba bastante hacerlo frente a otras personas pues él mismo reconocía gracias a su audición desarrollada los muchos errores que cometía, además su voz no era especialmente armónica.
Sin abandonar este viejo temor suyo a ser escuchado se adueñó de una de las cabinas de sonido, esas donde solo se puede escuchar lo que hay en el interior con los audífonos correspondientes que utilizan los sonidistas. Hizo un par de arreglos, colocó la pista y se encerró, colocándose los audífonos de monitoreo y acomodando el micrófono flotante en torno a su dirección.
Y sin más preámbulos, al coro de la tonada, cantó.
- Canción:
Se sentía más pleno que nunca, la inseguridad poco a poco se disipó y se dejó llevar por la potencia de su voz. A fin de cuentas, nadie que no se pusiera los audífonos de su cabina podía escucharle.
Imaginó una audiencia ante él, un público enardecido que no hacía más que clamar su nombre. En su fantasía Ayato les arrebataría hasta el último aliento, nadie mejor que él podría hacerlo. Mejoraría y mejoraría, sin tener un fin concreto, solo por el goce personal de ser el mejor. Esa era la razón de su existencia. Su vía de escape.
Toda cosa viva en este mundo debía de arrodillarse ante él.
Última edición por Ayato el Mar Mar 04, 2014 10:17 pm, editado 4 veces
Re: Solo una vez (Privado)
La castaña ya había incoroporado como parte de su rutina el quedarse hasta altas horas de la noche en las instalaciones del Sello, quizás ya no era solo por el miedo de encontrarse con cierto pelirrojo, después de todo trabajaban en el mismo sitio y vivían en el mismo complejo de departamentos...según recordaba. Parecía casi un milagro que no se hubiesen topado ni una sola vez en todo un mes, aun así, pese a las razones ahora era natural practicar hasta bastante tarde. Debía admitir que lo disfrutaba mucho más, todo en silencio, tranquilo, un lugar donde no tenía que fingir sonrisas para nadie, pues se encontraba solo ella y la música, y claro más de un artista que rara vez veía y los guardias del Sello.
A causa del gran silencio del edificio la fina melodía que escuchaba proveniente de unos audífonos de la sala de grabaciones atrajo su curiosidad. Entró al lugar con cierta indecisión, ya dentro divisó a un joven de cabello rojo, cantando con tal ímpetu como si fuera el único en el mundo. A causa de esto Ren sintió aun más ganas de escuchar con claridad la voz del joven frente a sus ojos. Terminó por ponerse aquellos audífonos de los que la melodía nacía, si bien la voz del chico no era una excepcional, no estaba para nada mal. Lo más resaltante de todo era la energía que ponía.
La chica se acomodó en la silla junto al panel de sonido de la sala, apoyando su rostro sobre su misma mano, mirando con detención al muchacho. Era, quizás, uno de los grandes males que ella sufría...una vez que la música la atrapaba olvidaba todo a su alrededor...y sí, también la privacidad personal al parecer, pues después de todo ese joven se había quedado por su cuenta hasta estas horas para efectivamente, no ser descubierto.
Al terminar la canción, también acabó el transe de la chica, saltándo de golpe justo cuando sus miradas terminaron por cruzarse.
A causa del gran silencio del edificio la fina melodía que escuchaba proveniente de unos audífonos de la sala de grabaciones atrajo su curiosidad. Entró al lugar con cierta indecisión, ya dentro divisó a un joven de cabello rojo, cantando con tal ímpetu como si fuera el único en el mundo. A causa de esto Ren sintió aun más ganas de escuchar con claridad la voz del joven frente a sus ojos. Terminó por ponerse aquellos audífonos de los que la melodía nacía, si bien la voz del chico no era una excepcional, no estaba para nada mal. Lo más resaltante de todo era la energía que ponía.
La chica se acomodó en la silla junto al panel de sonido de la sala, apoyando su rostro sobre su misma mano, mirando con detención al muchacho. Era, quizás, uno de los grandes males que ella sufría...una vez que la música la atrapaba olvidaba todo a su alrededor...y sí, también la privacidad personal al parecer, pues después de todo ese joven se había quedado por su cuenta hasta estas horas para efectivamente, no ser descubierto.
Al terminar la canción, también acabó el transe de la chica, saltándo de golpe justo cuando sus miradas terminaron por cruzarse.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
Apenas la melodía dejó de retumbar en sus oídos el dhampiro volvió la vista hacia el exterior de la cabina, como buscando aprobación en ese público imaginario que su fantasía narcisista había creado para él.
La realidad lo golpeó fuerte al cruzar miradas con una desconocida, una mujer no mucho mayor que él y de apariencia promedio...con los malditos audífonos puestos. Restó quieto un momento, observándole con una consternación que poco a poco empezaba a resultar evidente al comprender de qué iba el asunto.
Con el ceño arrugado y la impresión dibujada en sus pequeñas pupilas se sacó los auriculares de forma brusca, lanzándolos con violencia hacia el vidrio que los separaba. Este solo movimiento forzó la desconexión del aparato, el cual además se hizo trizas por la fuerza del impacto, cosa que Ayato ni importancia dio.
Se aproximó furioso hacia la salida, dispuesto a golpear a la intrusa si así fuera necesario. Apenas abrió la puerta se abalanzó contra ella entre bramidos:
- ¡¿Quién eres, estúpida?! ¡¿Quién te dio el maldito permiso de escucharme cantar?! - Replicó con indignación, forzándole a ponerse de pie con la izquierda la cual se aferró celosamente a su hombro diestro. En ese fogoso desquite el muchacho notó que la niña en cuestión le resultaba algo conocida, ¿trabajaba allí? Como fuera, no le importaba. Se sentía demasiado avergonzado como para gastarse en un buen trato o en presentaciones.
La realidad lo golpeó fuerte al cruzar miradas con una desconocida, una mujer no mucho mayor que él y de apariencia promedio...con los malditos audífonos puestos. Restó quieto un momento, observándole con una consternación que poco a poco empezaba a resultar evidente al comprender de qué iba el asunto.
Con el ceño arrugado y la impresión dibujada en sus pequeñas pupilas se sacó los auriculares de forma brusca, lanzándolos con violencia hacia el vidrio que los separaba. Este solo movimiento forzó la desconexión del aparato, el cual además se hizo trizas por la fuerza del impacto, cosa que Ayato ni importancia dio.
Se aproximó furioso hacia la salida, dispuesto a golpear a la intrusa si así fuera necesario. Apenas abrió la puerta se abalanzó contra ella entre bramidos:
- ¡¿Quién eres, estúpida?! ¡¿Quién te dio el maldito permiso de escucharme cantar?! - Replicó con indignación, forzándole a ponerse de pie con la izquierda la cual se aferró celosamente a su hombro diestro. En ese fogoso desquite el muchacho notó que la niña en cuestión le resultaba algo conocida, ¿trabajaba allí? Como fuera, no le importaba. Se sentía demasiado avergonzado como para gastarse en un buen trato o en presentaciones.
Re: Solo una vez (Privado)
Sus ojos se cerraron en forma abrupta por el fuerte sonido de los auriculares al chocar, y mucho antes de que pudiera siquiera disculparse por haber hecho algo tan descortez como escuchar cantar al joven sin su consentimientos. El muchacho parecía sumamente furioso, esque acaso ¿era tan terrible haberle escuchado? Si después de todo su voz no estaba nada mal, ¿qué rayos le pasaba?
-L-lo lamento...la música termi---No fue capaz de finalizar la oración cuando ya el pelirrojo se encontraba frente a ella, gritándole y sujetándola sin demasiada delicadeza, en ese momento las ganas de disculparse desaparecieron.- ¡Has dejado la puerta abierta...El sonido de la música llegaba hasta el pasillo...!-replicó mirando al chico con severidad, frunciendo levemente el ceño.-Lamento si te he incomodado...-por unos segundos esa actitud más activa que había desarrollado por estar junto a Madison demasiado tiempo se hizo presente, más la Ren de siempre no tardó en volver, disculpándose.
-¿Puedes soltarme? Me haces daño...-pidió volviendo la vista hasta su apretado hombro, adolorido. Al mismo tiempo alzaba la mano para sujetar la del joven, la cual estaba empeñada en sujetar sin delicadeza, presionandolo muy levemente para que la dejara. Realmente ¿qué rayos le pasaba a este muchacho?
-L-lo lamento...la música termi---No fue capaz de finalizar la oración cuando ya el pelirrojo se encontraba frente a ella, gritándole y sujetándola sin demasiada delicadeza, en ese momento las ganas de disculparse desaparecieron.- ¡Has dejado la puerta abierta...El sonido de la música llegaba hasta el pasillo...!-replicó mirando al chico con severidad, frunciendo levemente el ceño.-Lamento si te he incomodado...-por unos segundos esa actitud más activa que había desarrollado por estar junto a Madison demasiado tiempo se hizo presente, más la Ren de siempre no tardó en volver, disculpándose.
-¿Puedes soltarme? Me haces daño...-pidió volviendo la vista hasta su apretado hombro, adolorido. Al mismo tiempo alzaba la mano para sujetar la del joven, la cual estaba empeñada en sujetar sin delicadeza, presionandolo muy levemente para que la dejara. Realmente ¿qué rayos le pasaba a este muchacho?
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
- ¡¡Eso no te da derecho alguno a escuchar mi voz!! ¡No eres digna de ello! - Respondió a sus excusas sin pizca de humildad.
Las réplicas solo conseguían irritarlo más pero aún así, entre gruñidos, Ayato soltó su hombro con brusquedad empujando a la muchacha en el acto sin atisbo de delicadeza. No obedecía a su pedido por consideración, simplemente empezaba a comprender que había sobrerreaccionado...pero bah, ¿quién la mandó a meter las narices donde no le importaba? Con esto en mente ladeó el cuerpo, intentando ordenar sus pensamientos nublados por la rabia.
Fuera como fuera, esa era la forma que Ayato tenía para disimular la vergüenza que sentía. Odiaba ser escuchado o interrumpido mientras cantaba, y desde su llegada a la ciudad era la primera vez que ocurría, no estaba seguro de qué debía decir...¿"olvida lo que escuchaste"? ¿"Te mato si lo cuentas"? ¿"Qué te pareció"?
El egocéntrico dhampiro sacudió la cabeza por solo pensar esta última posibilidad, ¿en qué podía ayudarle una niñata entrometida como ella?
- Tsk...aún no me has contestado...¿quién eres tú y qué haces por acá? Casi todo el personal se ha marchado...¿o qué? ¿Eres una fisgona? - Le preguntó más tranquilo pero sin dejar de observarle con desdeño.
Las réplicas solo conseguían irritarlo más pero aún así, entre gruñidos, Ayato soltó su hombro con brusquedad empujando a la muchacha en el acto sin atisbo de delicadeza. No obedecía a su pedido por consideración, simplemente empezaba a comprender que había sobrerreaccionado...pero bah, ¿quién la mandó a meter las narices donde no le importaba? Con esto en mente ladeó el cuerpo, intentando ordenar sus pensamientos nublados por la rabia.
Fuera como fuera, esa era la forma que Ayato tenía para disimular la vergüenza que sentía. Odiaba ser escuchado o interrumpido mientras cantaba, y desde su llegada a la ciudad era la primera vez que ocurría, no estaba seguro de qué debía decir...¿"olvida lo que escuchaste"? ¿"Te mato si lo cuentas"? ¿"Qué te pareció"?
El egocéntrico dhampiro sacudió la cabeza por solo pensar esta última posibilidad, ¿en qué podía ayudarle una niñata entrometida como ella?
- Tsk...aún no me has contestado...¿quién eres tú y qué haces por acá? Casi todo el personal se ha marchado...¿o qué? ¿Eres una fisgona? - Le preguntó más tranquilo pero sin dejar de observarle con desdeño.
Re: Solo una vez (Privado)
-¿Eh?-musitó con una cara de suma extrañeza. ¿Estaba frente a un miembro de la realeza? ¿Un idol sumamente importante? ¿O una diva de la música? La última opción parecía ser la indicada, despues de todo con ese humor de perros y esos comentarios definitivamente daba con el perfil de "Diva". De otra forma no se explicaba como podría decir esas palabras tan...humildes. Las ideas se le revolvieron con la sutil forma de soltarla, terminando por retroceder algunos pasos, chocándo con la silla donde antes estaba sentada. Logró mantener el equilibrio para no caer sobre la misma.
Simplemente suspiró ante las preguntas del muchacho.-Soy guitarrista del Sello, Ren Hikari es mi nombre...-terminó por responder dando una pequeña reverencia, sólo con la cabeza y cerrando los ojos un momento.-Debo suponer que tu eres vocalista, ¿verdad?- preguntó con cierto miedo, el tipo era un agresivo sin control, esperaba no irritarlo más de lo que ya estaba.
Su mano izquierda se trasladó hasta el hombro derecho que el otro había sujetado con fuerza, había quedado resentido y aun sentía una leve palpitación en el.-Quizás lo que vaya a decir...sea demasiado intruso de mi parte...pero...-dudó unos segundos antes de volver a hablar.-No deberías molestarte porque otros te oigan...digo...tienes una buena voz...-terminó por decir, sin verle a la cara, siempre con la vista situada hacia los pies del pelirrojo frente a ella. Aquel comentario no era para adularlo y esperar que con eso su enojo se fuera, sino porque en realidad así lo pensaba, y no entendía el porque de su respuesta sobrexagerada.
Simplemente suspiró ante las preguntas del muchacho.-Soy guitarrista del Sello, Ren Hikari es mi nombre...-terminó por responder dando una pequeña reverencia, sólo con la cabeza y cerrando los ojos un momento.-Debo suponer que tu eres vocalista, ¿verdad?- preguntó con cierto miedo, el tipo era un agresivo sin control, esperaba no irritarlo más de lo que ya estaba.
Su mano izquierda se trasladó hasta el hombro derecho que el otro había sujetado con fuerza, había quedado resentido y aun sentía una leve palpitación en el.-Quizás lo que vaya a decir...sea demasiado intruso de mi parte...pero...-dudó unos segundos antes de volver a hablar.-No deberías molestarte porque otros te oigan...digo...tienes una buena voz...-terminó por decir, sin verle a la cara, siempre con la vista situada hacia los pies del pelirrojo frente a ella. Aquel comentario no era para adularlo y esperar que con eso su enojo se fuera, sino porque en realidad así lo pensaba, y no entendía el porque de su respuesta sobrexagerada.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
- ¿Vo-vocalista? ¡Claro que no! Qué estupidez... - respondió incrédulo, las deducciones de la muchacha no eran más que un disparate...¡qué corte le daba que tuviese esas ideas! Solo para evadir su mirada mantuvo el mentón en alza y el rostro ladeado, temeroso de evidenciar en sus expresiones algo similar a la timidez. ¡El grandioso de él no podía quedar al descubierto por semejante tontería!
Por otro lado, parecía que más de la mitad de los habitantes de Glass City pretendían hacerse vocalistas tarde o temprano. Él no era así, era lo suficientemente realista como para darse cuenta de sus facultades (o eso creía...) y no pretendía darse a lucir a medias, es por esa ambición que practicaba en secreto.
- ¿Ah? - Pese a todo el último comentario de Ren le desconcertó, si mal no estaba había adulado su voz. Ayato se volvió a ella con desconcierto, dibujando de manera involuntaria una sonrisa nerviosa en su antes arisco semblante. - ¡Ahhhh! ¡Ti-tienes razón, jajajaja! ¡Estamos hablando de mí después de todo! ¿Molesto? ¿Quién está molesto? - Exclamó con un inusitado y repentino buen humor que le llevó a inflar el pecho y llevarse ambas manos a la cintura mientras sonreía con presunción.
Parecía que la muchachita no era tan idiota como aparentaba pues era capaz de valorar su voz, ahora solo debía disimular cuán feliz le había hecho su comentario.
- Ren te llamas ¿no? Mi nombre es Ayato, soy sonidista - se presentó con simpleza y una gran sonrisa, ya volviéndose a ella con el ego inflado. Cualquier persona que pudiese ver cuán grandioso era él merecía algo de consideración, mas aún no se disculparía por lo anterior.
Por otro lado, parecía que más de la mitad de los habitantes de Glass City pretendían hacerse vocalistas tarde o temprano. Él no era así, era lo suficientemente realista como para darse cuenta de sus facultades (o eso creía...) y no pretendía darse a lucir a medias, es por esa ambición que practicaba en secreto.
- ¿Ah? - Pese a todo el último comentario de Ren le desconcertó, si mal no estaba había adulado su voz. Ayato se volvió a ella con desconcierto, dibujando de manera involuntaria una sonrisa nerviosa en su antes arisco semblante. - ¡Ahhhh! ¡Ti-tienes razón, jajajaja! ¡Estamos hablando de mí después de todo! ¿Molesto? ¿Quién está molesto? - Exclamó con un inusitado y repentino buen humor que le llevó a inflar el pecho y llevarse ambas manos a la cintura mientras sonreía con presunción.
Parecía que la muchachita no era tan idiota como aparentaba pues era capaz de valorar su voz, ahora solo debía disimular cuán feliz le había hecho su comentario.
- Ren te llamas ¿no? Mi nombre es Ayato, soy sonidista - se presentó con simpleza y una gran sonrisa, ya volviéndose a ella con el ego inflado. Cualquier persona que pudiese ver cuán grandioso era él merecía algo de consideración, mas aún no se disculparía por lo anterior.
Re: Solo una vez (Privado)
Alzó levemente la vista del suelo al escuchar nuevamente su voz, al parecer no parecía tan molesto como antes, es más incluso sonaba un poco apenado, como si el que creyera que se encontrara frente a un vocalista avergonzara un poco al muchacho. Y luego evidenció como el ego del otro crecía a niveles incalculables.-Eeeeeh...¿Si verdad...? -comentó con una emoción neutra y unos ojos vacios mirándo hacia él. Realmente le sorprendía el cambio drástico y fácil de personalidad que podía tener el pelirrojo, solo ante un par de palabras de alago. Estaba tan sorprendida que su rostro no supo que expresar y quedó completamente en blanco, con una sonrisa bastante plana. Siquiera pudo contradecir algo.
¿Quién está molesto?, tal parecía que estaba frente a una persona bastante fácil de complacer y mantenerlo con un buen estado de humor. Era una suerte para el chico que ella no fuera de quienes manipulaban a los demás.- Ayato -repitió a su seguidilla. Enseguida escuchó lo siguiente. Era sonidista.-¿D-de verdad?-su neutral y apagada mirada nuevamente se encendió ante ello, sería una suerte que así fuera, después de todo no tenía idea a quien recurrir cuando tuviese problemas técnicos...el otro sonidista estaba simplemente descartado hasta que pudieran verse frente a frente otra vez. Y ahora que lo pensaba...¿era solo una coincidencia que ambos fueran pelirrojos, verdad?
-En ese caso, Ayato-san...-estiró su mano hacia él, como un saludo.- Espero que podamos trabajar juntos de ahora en adelante -sonrió levemente. Aunque la situación actual fuera completamente diferente y drástica a la que les acontecía solo hace algunos minutos, se trataba de un compañero de trabajo...y aunque sonara algo "mal", uno que necesitaba bastante, después de todo un músico no podía trabajar si la parte técnica iba mal, y ella se declaraba absolutamente ignorante.
¿Quién está molesto?, tal parecía que estaba frente a una persona bastante fácil de complacer y mantenerlo con un buen estado de humor. Era una suerte para el chico que ella no fuera de quienes manipulaban a los demás.- Ayato -repitió a su seguidilla. Enseguida escuchó lo siguiente. Era sonidista.-¿D-de verdad?-su neutral y apagada mirada nuevamente se encendió ante ello, sería una suerte que así fuera, después de todo no tenía idea a quien recurrir cuando tuviese problemas técnicos...el otro sonidista estaba simplemente descartado hasta que pudieran verse frente a frente otra vez. Y ahora que lo pensaba...¿era solo una coincidencia que ambos fueran pelirrojos, verdad?
-En ese caso, Ayato-san...-estiró su mano hacia él, como un saludo.- Espero que podamos trabajar juntos de ahora en adelante -sonrió levemente. Aunque la situación actual fuera completamente diferente y drástica a la que les acontecía solo hace algunos minutos, se trataba de un compañero de trabajo...y aunque sonara algo "mal", uno que necesitaba bastante, después de todo un músico no podía trabajar si la parte técnica iba mal, y ella se declaraba absolutamente ignorante.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
Ren extendió su mano hacia él en un gesto de presentación bastante típico...echándole un vistazo de arriba hacia abajo tampoco estaba tan mal. De igual modo Ayato hizo caso omiso a su saludo, escondió ambas manos en sus bolsillos y le quedó viendo con altanería.
- Ayato-sama para ti - le corrigió tajante manteniendo el mentón en alza y una presuntuosa sonrisa en los labios. Era su clásica forma de demostrar que se sentía cómodo con la presencia de otra persona, cosa que últimamente rara vez le pasaba. - ¿Estás segura de que quieres trabajar conmigo? Soy muy exigente~ No te permitiré dañar mis sensibles oídos con mala música - le advirtió divertido, enarcando una ceja. - Pero vale...¡si te mola mi voz claramente sabes reconocer el talento! Será divertido ver qué tienes para mostrar...
No estaba acostumbrado a interactuar con sus compañeros de trabajo y era primera vez que la veía pero ya le caía un poco bien por aminorar, sin quererlo, su latente inseguridad.
Sin esperar respuesta Ayato se sentó arriba del mueble de sonido, echando a un lado los auriculares antes usados por Ren. Separó sus piernas y las apoyó despreocupadamente en una de las sillas que por allí se encontraban, ni los conserjes deambulaban a esas horas por la sala así que no tendría a nadie encima regañándole.
- Por cierto ¿no es algo tarde para que una niña se ande paseando? - Preguntó como si lo hubiera recordado de la nada, echando su cabeza hacia atrás y apoyándola en la superficie de vidrio que le separaba de la cabina de sonido.
- Ayato-sama para ti - le corrigió tajante manteniendo el mentón en alza y una presuntuosa sonrisa en los labios. Era su clásica forma de demostrar que se sentía cómodo con la presencia de otra persona, cosa que últimamente rara vez le pasaba. - ¿Estás segura de que quieres trabajar conmigo? Soy muy exigente~ No te permitiré dañar mis sensibles oídos con mala música - le advirtió divertido, enarcando una ceja. - Pero vale...¡si te mola mi voz claramente sabes reconocer el talento! Será divertido ver qué tienes para mostrar...
No estaba acostumbrado a interactuar con sus compañeros de trabajo y era primera vez que la veía pero ya le caía un poco bien por aminorar, sin quererlo, su latente inseguridad.
Sin esperar respuesta Ayato se sentó arriba del mueble de sonido, echando a un lado los auriculares antes usados por Ren. Separó sus piernas y las apoyó despreocupadamente en una de las sillas que por allí se encontraban, ni los conserjes deambulaban a esas horas por la sala así que no tendría a nadie encima regañándole.
- Por cierto ¿no es algo tarde para que una niña se ande paseando? - Preguntó como si lo hubiera recordado de la nada, echando su cabeza hacia atrás y apoyándola en la superficie de vidrio que le separaba de la cabina de sonido.
Re: Solo una vez (Privado)
Terminó con la mano estirada, en realidad había sido una acción sin muchas esperanzas, dada la forma de ser del pelirrojo frente a ella. Simplemente le sonrió retrayendo la misma hasta dejarla a su lado, dejando escapar un leve suspiro. Ultimamente estaba conociendo gente bastante rara, pero bueno, era mejor que pasarsela como alma en pena, al menos esto la mantenía ocupada a pensar otras cosas.
-Tal parece que sí tengo un bueno oído, después de todo el Sello no acepta a cualquiera- comentó con una sonrisota para así no reír por lo que acababa de escuchar. Incluso luego de la agresiva forma en que se habían conocido ahora hasta le causaba algo de ternura la forma de ser del chico, como un niño pequeño, el cual terminaba por aplacar todas sus inseguridades tras escuchar las palabras que deseaba escuchar de un ajeno. Pero claro, Ren apenas lo conocía y seguramente sería una percepción erronea de la completa forma de ser de Ayato.
-¿N-niña?-respondió ofendida y algo deprimida por siempre aparentar ser una adolecente.-...Creo que hasta podría ser mayor que tú, Ayato....sama?-aquella frase con un claro tono de decepción, terminó resignada a llamarlo como le había pedido. No quería mas problemas con este voluble joven, al menos no por ahora. Aun así no pretendía tratarlo como un superior para siempre, menos si trabajarían juntos.-La verdad es que prefiero volver a casa lo más tarde posible...Bueno, así puedo practicar más...heheh-rió algo nerviosa para encubrirse a sí misma.
-Si gustas, alguna vez podría tocar algo para tí...eh...Para acompañar tu canto, ¿quizás?-le sonrió al final de la frase, sería algo interesante, y tal vez con un acompañamiento musical la confianza del pelirrojo en su canto aumentaría un poco.
-Tal parece que sí tengo un bueno oído, después de todo el Sello no acepta a cualquiera- comentó con una sonrisota para así no reír por lo que acababa de escuchar. Incluso luego de la agresiva forma en que se habían conocido ahora hasta le causaba algo de ternura la forma de ser del chico, como un niño pequeño, el cual terminaba por aplacar todas sus inseguridades tras escuchar las palabras que deseaba escuchar de un ajeno. Pero claro, Ren apenas lo conocía y seguramente sería una percepción erronea de la completa forma de ser de Ayato.
-¿N-niña?-respondió ofendida y algo deprimida por siempre aparentar ser una adolecente.-...Creo que hasta podría ser mayor que tú, Ayato....sama?-aquella frase con un claro tono de decepción, terminó resignada a llamarlo como le había pedido. No quería mas problemas con este voluble joven, al menos no por ahora. Aun así no pretendía tratarlo como un superior para siempre, menos si trabajarían juntos.-La verdad es que prefiero volver a casa lo más tarde posible...Bueno, así puedo practicar más...heheh-rió algo nerviosa para encubrirse a sí misma.
-Si gustas, alguna vez podría tocar algo para tí...eh...Para acompañar tu canto, ¿quizás?-le sonrió al final de la frase, sería algo interesante, y tal vez con un acompañamiento musical la confianza del pelirrojo en su canto aumentaría un poco.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
Ayato enarcó una ceja, sumamente extrañado al escuchar esa supuesta teoría de que pese a su apariencia ella podía ser mayor que él. Hizo lo que siempre hacía cuando el tema de la edad salía a flote, se inclinó hacia adelante sobre el mueble de audio y analizó a la chiquilla de arriba hacia abajo, con mayor detenimiento y descaro.
- ¡Imposible! Si fueras mayor que yo tendrías más tetas, no es posible que los años y tu metabolismo te hayan traicionado de tal modo ¿o si? - Protestó enseñándole una sonrisa burlona en la que exhibía con orgullo sus blancos colmillos, igual le agradaba escuchar el 'Ayato-sama' de una boca que no fuera la suya propia. - Jeh...con que te gusta volver tarde a casa, en eso nos parecemos un poco - agregó sin enderezarse, apoyando un codo sobre su pierna se llevó el rostro a la palma, sin dejar de observarle divertido.
Era una persona algo sumisa y obediente lo que generaba en él cierto interés y deseos de seguirla mosqueando cuánto fuera posible. Sin embargo su propuesta no hizo más que despertar su sorpresa, frunció el ceño ante esta sugerencia tan atrevida. Le irritaba la sola idea de volver a ser escuchado por otra persona que no fuera él mismo...pero aquél enojo estaba directamente relacionado con la vergüenza y una muy encubierta timidez.
- Un momento, antes de pensar que podrás volver a escucharme de nuevo debes mostrarme lo que sabes hacer. No te pases de lista - replicó en un bramido molesto pero sin pasarse de la raya como hace minutos atrás. Restó en la misma posición y le observó con desconfianza, como un perro rabioso que no termina de acostumbrarse a su condición.
- ¡Imposible! Si fueras mayor que yo tendrías más tetas, no es posible que los años y tu metabolismo te hayan traicionado de tal modo ¿o si? - Protestó enseñándole una sonrisa burlona en la que exhibía con orgullo sus blancos colmillos, igual le agradaba escuchar el 'Ayato-sama' de una boca que no fuera la suya propia. - Jeh...con que te gusta volver tarde a casa, en eso nos parecemos un poco - agregó sin enderezarse, apoyando un codo sobre su pierna se llevó el rostro a la palma, sin dejar de observarle divertido.
Era una persona algo sumisa y obediente lo que generaba en él cierto interés y deseos de seguirla mosqueando cuánto fuera posible. Sin embargo su propuesta no hizo más que despertar su sorpresa, frunció el ceño ante esta sugerencia tan atrevida. Le irritaba la sola idea de volver a ser escuchado por otra persona que no fuera él mismo...pero aquél enojo estaba directamente relacionado con la vergüenza y una muy encubierta timidez.
- Un momento, antes de pensar que podrás volver a escucharme de nuevo debes mostrarme lo que sabes hacer. No te pases de lista - replicó en un bramido molesto pero sin pasarse de la raya como hace minutos atrás. Restó en la misma posición y le observó con desconfianza, como un perro rabioso que no termina de acostumbrarse a su condición.
Re: Solo una vez (Privado)
Un pequeño tick en el ojo acompañó su rostro tras el comentario de Ayato. ¿Qué le pasaba a los chicos ahora con el tamaño de su busto? ¡Esto ya se estaba poniendo personal! Eso o el pelirrojo solo quería mosquearla y tocarle la moral. Cerró los ojos unos momentos y dejó escapar un suspiro, corto. El próximo con un comentario como ese la terminaría sacándo de sus casillas.-Lamentablemente-sonrió hacia él, trasladando su mano derecha hasta su mejilla-Es una láaastima que no sea de su agrado, Ayato-sama-le respondió con una pizca de ironía en sus palabras.
Una sonrisa arqueó sus labios junto a las palabras de Ayato. Si de algo estaba realmente segura, era de su destreza con su fiel instrumento.-Pero eso es algo obvio-dijo sacando la guitarra de su mochila. Al haber estado practicando, esta vez, se trataba de la eléctrica, una del mismo color celeste de sus ojos con detalles en color blanco.-Si gusta, puede prestarme atención...-dijo junto con una pequeña reverencia hacia el muchacho, jugando un poco con sus palabras, como si el joven frente a ella fuese un señor sumamente importante.
Conectó la guitarra al amplificador que traía, y se acomodó apoyándose en el mismo sitio donde el otro estaba sentado. Al posicionar su compañera entre sus manos, su mirada cambió a una decidida y segura, cerró sus ojos y comenzó a tocar una tonada bastante conocida, pero que permitía dislumbrar la destreza en sus dedos y capacidad con la guitarra.
Al terminar abrió los ojos direccionandolos automáticamente hacia el pelirrojo, sonrió -¿Qué tal? ¿Estoy a su altura, Ayato-sama?-preguntó acercándose unos cuantos pasos hacia él.
Una sonrisa arqueó sus labios junto a las palabras de Ayato. Si de algo estaba realmente segura, era de su destreza con su fiel instrumento.-Pero eso es algo obvio-dijo sacando la guitarra de su mochila. Al haber estado practicando, esta vez, se trataba de la eléctrica, una del mismo color celeste de sus ojos con detalles en color blanco.-Si gusta, puede prestarme atención...-dijo junto con una pequeña reverencia hacia el muchacho, jugando un poco con sus palabras, como si el joven frente a ella fuese un señor sumamente importante.
Conectó la guitarra al amplificador que traía, y se acomodó apoyándose en el mismo sitio donde el otro estaba sentado. Al posicionar su compañera entre sus manos, su mirada cambió a una decidida y segura, cerró sus ojos y comenzó a tocar una tonada bastante conocida, pero que permitía dislumbrar la destreza en sus dedos y capacidad con la guitarra.
- Spoiler:
Al terminar abrió los ojos direccionandolos automáticamente hacia el pelirrojo, sonrió -¿Qué tal? ¿Estoy a su altura, Ayato-sama?-preguntó acercándose unos cuantos pasos hacia él.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
Escuchar de nuevo el 'Ayato-sama' de los labios de la humana consiguió erizar su espina dorsal, y si no le pedía a gritos que lo repitiera una y otra vez era por mero narcisismo suyo. Volvió a esbozar inmediatamente esa sonrisa satisfactoria llena de presunción, sin poder borrarla a lo largo de toda la demostración de Ren.
En tanto los dedos de ella se deslizaban con gracilidad por las cuerdas de la guitarra eléctrica los sensibles oídos del dhampiro no perdían el compás ni el ritmo de la tonada, reconociendo internamente que la muchachita no alardeaba por alardear y que bien merecido tenía el puesto de músico en esa disquera tan exigente.
- A mi altura nunca pero si me ha gustado - dijo divertido en respuesta a su comentario, volviéndose a ella con secreto interés - te llevas puntos extra porque me ponen las mujeres que tocan guitarra... - agregó sin pelos en la lengua ni timidez incluso se dispuso a observarle de un modo más intenso, sin miedo a que percibiera el deseo en su mirada.
Pero dejando ese asunto de lado la interpretación había estado bien, incluso sentía un poco de envidia ya que siempre había querido aprender a manejar mejor la guitarra para sus propias composiciones.
- Qué va, te ayudo. Solo no abuses de tu buena suerte - respondió apegando su cabeza al vitral y desviando la mirada de ella, refiriéndose con esto último a que no cualquiera recibía ese buen trato de su parte y que debía considerarse afortunada.
En tanto los dedos de ella se deslizaban con gracilidad por las cuerdas de la guitarra eléctrica los sensibles oídos del dhampiro no perdían el compás ni el ritmo de la tonada, reconociendo internamente que la muchachita no alardeaba por alardear y que bien merecido tenía el puesto de músico en esa disquera tan exigente.
- A mi altura nunca pero si me ha gustado - dijo divertido en respuesta a su comentario, volviéndose a ella con secreto interés - te llevas puntos extra porque me ponen las mujeres que tocan guitarra... - agregó sin pelos en la lengua ni timidez incluso se dispuso a observarle de un modo más intenso, sin miedo a que percibiera el deseo en su mirada.
Pero dejando ese asunto de lado la interpretación había estado bien, incluso sentía un poco de envidia ya que siempre había querido aprender a manejar mejor la guitarra para sus propias composiciones.
- Qué va, te ayudo. Solo no abuses de tu buena suerte - respondió apegando su cabeza al vitral y desviando la mirada de ella, refiriéndose con esto último a que no cualquiera recibía ese buen trato de su parte y que debía considerarse afortunada.
Re: Solo una vez (Privado)
Sonrió tras la respuesta del pelirrojo, ¿debía tomarlo cómo un halago, verdad? Después de todo no creía que Ayato terminara por decirle que tocaba genial o algo así, quedó satisfecha con el que le haya gustado. Al segundo siguiente se sonrojó un poco, abriendo los ojos con la declaración del chico, después de todo no estaba acostumbrada a ese tipo de...¿piropos?- ¿E-eh? -terminó por encojerse un tanto en si misma, abrazando su guitarra.
Dejó escapar un suspiro alviada cuando el tema cambio. Era una chica bastante tímida, pese a que en el último tiempo comenzaba a mejorar su relación con las personas en su entorno, por un simple deseo de no estar sola...después de todo, a su regreso todos se habían ido, se sentía sola y perdida, necesitaba ser capaz de abrirse a otros para al menos charlar.
-Muchas gracias-respondió con una amplia sonrisa y una pequeña reverencia hacia el joven, para luego girarse apoyando su instrumento en la pared más cercana, volviéndose a su posición original, con cierta distancia.-Espero no darle muchos problemas...No me llevo demasiado con la tecnología...Hehe-rió suavemente, moviendo sus manos hasta su cabello, moviendolo hacia el lado derecho comenzando a trenzarlo, pues incluso siendo de noche la temperatura en la sala de grabaciones no era de lo más fresca, por la hora la mayoría de los aires acondicionados permanecían apagados.
-Mh...¿Y Ayato-sama, toca algún instrumento?-la verdad le muchacho la traía algo intrigada, no solo por su actitud, sino también por su destreza en el ámbito musical, más allá de su voz.
Dejó escapar un suspiro alviada cuando el tema cambio. Era una chica bastante tímida, pese a que en el último tiempo comenzaba a mejorar su relación con las personas en su entorno, por un simple deseo de no estar sola...después de todo, a su regreso todos se habían ido, se sentía sola y perdida, necesitaba ser capaz de abrirse a otros para al menos charlar.
-Muchas gracias-respondió con una amplia sonrisa y una pequeña reverencia hacia el joven, para luego girarse apoyando su instrumento en la pared más cercana, volviéndose a su posición original, con cierta distancia.-Espero no darle muchos problemas...No me llevo demasiado con la tecnología...Hehe-rió suavemente, moviendo sus manos hasta su cabello, moviendolo hacia el lado derecho comenzando a trenzarlo, pues incluso siendo de noche la temperatura en la sala de grabaciones no era de lo más fresca, por la hora la mayoría de los aires acondicionados permanecían apagados.
-Mh...¿Y Ayato-sama, toca algún instrumento?-la verdad le muchacho la traía algo intrigada, no solo por su actitud, sino también por su destreza en el ámbito musical, más allá de su voz.
Invitado- Invitado
Re: Solo una vez (Privado)
- Tu ineptitud no será problema, teniendo a un experto como yo a tu lado estarás bien - murmuró pedante, sin responder gestualmente a la sonrisa de la cálida joven. - Solo tenemos que hablar con tu representante para cerrar el trato...
Ayato estiró el cuello a medida que dirigía su distraída mirada hacia el techo de la estancia, apoyado en la superficie del vitral sin esbozar expresión alguna en realidad.
No le molestaba trabajar con la muchacha de forma especializada puesto que le agradaba, además ella contaba con la suerte de que su hambre estaba ligeramente saciada...pero ¿qué ocurriría cuando no fuera así? ¿Se arriesgaría a ser descubierto por un desliz? Le observó con el rabillo del ojo, analizando cuidadosamente las líneas que dibujaban su clavícula, consciente de que no sería conveniente dejar escapar uno de sus arranques con ella.
Eso pensaba cuando un comentario suyo le distrajo.
- Mh...¿Y Ayato-sama, toca algún instrumento? - Preguntó ella, cautivándole de nuevo. No había forma en que se cansara de ser llamado así, por lo que el dhampiro se volvió a ella con una sonrisa socarrona y algo traviesa.
- ¿Mh? No me he dado el tiempo de aprender aunque me compré dos guitarras, una acústica y otra eléctrica. Dicen que es un instrumento sencillo pero para mí ha sido un coñazo - respondió divertido por su propia actitud. Llevaba dos años de ser independiente y debido a todas sus vivencias anteriores la música no había sido más que un accidente en su vida, un modo de desahogarse y de ganar dinero. Solo hace unos meses había captado su interés de forma seria.
Ayato estiró el cuello a medida que dirigía su distraída mirada hacia el techo de la estancia, apoyado en la superficie del vitral sin esbozar expresión alguna en realidad.
No le molestaba trabajar con la muchacha de forma especializada puesto que le agradaba, además ella contaba con la suerte de que su hambre estaba ligeramente saciada...pero ¿qué ocurriría cuando no fuera así? ¿Se arriesgaría a ser descubierto por un desliz? Le observó con el rabillo del ojo, analizando cuidadosamente las líneas que dibujaban su clavícula, consciente de que no sería conveniente dejar escapar uno de sus arranques con ella.
Eso pensaba cuando un comentario suyo le distrajo.
- Mh...¿Y Ayato-sama, toca algún instrumento? - Preguntó ella, cautivándole de nuevo. No había forma en que se cansara de ser llamado así, por lo que el dhampiro se volvió a ella con una sonrisa socarrona y algo traviesa.
- ¿Mh? No me he dado el tiempo de aprender aunque me compré dos guitarras, una acústica y otra eléctrica. Dicen que es un instrumento sencillo pero para mí ha sido un coñazo - respondió divertido por su propia actitud. Llevaba dos años de ser independiente y debido a todas sus vivencias anteriores la música no había sido más que un accidente en su vida, un modo de desahogarse y de ganar dinero. Solo hace unos meses había captado su interés de forma seria.
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