Solo, aburrido y con peces

Había pasado solo dos semanas desde que el joven de pelo rosado llego a la ciudad en busca de su sueño de convertirse un gran músico de violín. La mudanza no fue un problema ya que la nueva casa fue amueblada con facilidad, pero el nuevo local de repostería de su padre aun no había abierto sus puertas al público aun le faltaba algunos detalles para la inauguración. Con respecto a su nueva escuela todo iba normal, él y su hermana iban a la misma, como siempre su hermana no tardaba en hacer amigos, pero para Darian no era tan fácil...siempre le costó hacer nuevas amistades tenía un carácter algo fuerte con las personas desconocidas, solo después de un tiempo de conocer a la persona podía demostrar su verdadero yo.

Esa mañana de sábado su hermana Penélope había salido con unas nuevas amigas al centro comercial, sus padres estaban trabajando en el local así que él se encontraba completamente solo y aburrido. Para salir de ese aburrimiento decidió  salir solo a dar un paseo. Tal vez eso se oiga como lo mas solitario y patético, pero el peli rosado estaba acostumbrado a estar solo, en cierto modo le gustaba…pero había otras veces que no le gustaba tanto estar solo.

Ese día el joven de 17 años se había puesto una camiseta mangas largas negra con un estampado blanco en el centro, arriba de esta tenía una campera de polar verde, marón y naranja, sin duda era muy peculiar, pero a él le gustaba, en la parte inferior usaba unos jeans de color azul oscuro que tenía un detalle de desgaste, haciendo que pareciera que fuesen viejos, se había peinado su cabellera rosada con una coleta alta dejado dos de sus mechones, del lado derecho de su cabello traía una hebilla a presión en forma de mariposa, por suerte pudo convencer a su madre de no usar la vincha con orejas de conejo. Aquella hebilla en forma de mariposa blanca era suficiente para mantener controlado su poder.

Después de un rato de dar vueltas Darian se encontró con el acuario de la ciudad, sin tener nada mejor que hacer, se encogió de hombros y compro una entrada para entrar al lugar, camino por un largo pasillo donde había hueso de animales marinos y exposiciones de crustáceos, incultos e antiguos animales marinos antiguos, lleno de letreros de como se llamaban los seres, su habitad y de más cosas aburridas que casi nadie lee. El no se quedo mucho tiempo siguió caminando hasta llegar a un gran estanque lleno de peces tropicales, se detuvo allí mirando aquel coral artificial tan colorido casi tanto como los peses que habitaban allí-owooa…son hermosos-murmuro apoyando sus brazos sobre la barra que estaba frente al cristal.

vestimenta :

Un día libre en mí vida, hasta el momento me habían pasado unas cuantas cosas que si bien, al ser pocas eran lo mejor que me habían podido pasar, eso me hacía sentir genial y hacía que realmente no importaba si eran pocas y no muchas, su importancia era una gran compensación en mi vida así que eso era motivo suficiente para hacerme feliz, pero bueno, aquel día mío libre quería aprovechar para poder pasar tiempo conmigo misma y claro, con mi encantador amigo de toda la vida, mi fiel conejo de bolsillo, Ryosuke.

Con el fin de liberar mi mente y parte mi cuerpo de tensiones acumuladas, o como quien diría, distraerme más que nada, había decidido ir a dar una vuelta por el lugar y ver hasta donde me llevarían mis pies sin tener algún lugar fijo al cual ir. La vestimenta para este día sería la de un vestido algo pomposo pero nunca en exceso, era de color rojo con negro cuadriculado y de manga larga, un collar que iba a juego con el vestido, unas medias negras y unos zapatos negros tipo loli, ah y claro, un pequeño sombrero negro, el sombrerito tenía un especie de lazo rojo, sobre este mi fiel compañero se acomodó haciendo como de costumbre, fingiendo ser todo un accesorio de la vestimenta, y en los bolsillos de la ropa simplemente metí lo de costumbre, teléfono, llaves y cartera, ah, y el cabello, bueno, lo traía recogido como de costumbre pero con algunos mechones de cabello salidos, algo desalineado tal vez pero realmente no se veía mal.

Al fin de cuentas tras no caminar mucho llegué a estar parada frente al acuario, y bueno, realmente nunca había estado antes en uno, sería mi primera vez si me decidía a entrar, cosa que al final terminé haciendo tras comprar la entrada. El pasillo estaba lleno de fósiles que sinceramente algunos me impresionaban tanto que rayaban ya en el miedo, así que realmente intentaba pasar de estos, luego fue como si todo un mundo completamente desconocido se hubiera abierto ante mis ojos los cuales al instante comenzaban a brillar perdiéndose entre los tantos colores que podía. -Es tan maravilloso…- Las palabras parecían ahogarse en mi garganta y apenas salían de mi boca, estaba embelesada con tantos colores, los peces y aquel coral eran simplemente majestuosos.

Mientras miraba como si fuese una niña pequeña aquel estanque tan colorido, unos niños que imagino estarían de excursión pues realmente eran un gran número como para ser todos hermanos hijos de los mismos padres, habían llegado y entre tanta emoción y revuelo que ellos mismos causaban habían terminado empujándome lo cual hizo que terminase chocando con la persona que tenía alado la cual voltee a ver tan rápido como me fue permitido, solamente podía ver a un chico realmente alto o al menos mucho más que yo sí, el cual poseía cabellos rosados y al que miré con un cierto temor por su reacción ante lo acontecido. -Lo siento, realmente lo siento, no era mi intención.- Comencé a disculparme al instante haciendo una reverencia tan típica en mi país como era inclinarse para adelante agachando la cabeza en muestra de arrepentimiento claro está.

Darian estaba concentrado en los peses sobre todo en los peces ángeles era tan lindos, escucho los grito de lo que parecía ser una manada de niños, pero solo chasqueo la lengua no era muy paciente con los niños y detestaba cuando esto  se ponían a gritar o cuando hacían algún berrinche para que sus padres de compren algo. No les prestó atención y siguió mirando el estanque cuando se despeja de la baranda y se dirigía a continuar con su paseo en el acuario sintió como alguien chocaba con el-pero qué? Porque no te fijas por dónde vas imbécil!!…-como lo choco de espalda  no pudo saber que se trataba de una chica y con su mal carácter decidió insultar antes de ver de quien se trataba, pero al ver que era de una joven que solo fue empujada se sintió avergonzado-ohoo lo...lo siento pensé que eras …bueno no pensé que eras una chica-se disculpo rascándose la nuca, su madre y hermana siempre le decían que debería pensar antes de decir las cosas, pero él no era de esos.

-no....no está bien...no vi que fuiste empujada...lo lamento soy…soy algo impulsivo y bruto no pienso bien antes de decir las cosas o de actuar-miro a la joven con un leve sonrojo en sus mejillas-estas bien?-no sabía si tal vez fue lastimada en el empujón.

La verdad era que al haber chocado con aquel alto chico pelirosa estaba preocupada por su reacción la cual realmente me asusto, sabía, o al menos intuía y pensaba que se iba a poder molestar, digo, sería lo más probable una reacción común, pero los gritos que había dado me habían asustado en gran medida aunado a que me tomo por sorpresa en cierta la levantada de voz motivo el cual unas cuantas lagrimas se habían logrado escapar de mis ojos dando un pequeño brinco en señal del susto creado por el chico que dé siguiente comenzaba a disculparse y parecía estar arrepentido por lo sucedido, por parte yo solamente negaba un poco con la cabeza aún con algo de miedo y más que nada intentando hacer que se me pasará para luego sonreírle tímidamente.

-De…descuida…estoy bien y…realmente lo siento, fue….fue mi culpa…es solo que…- Ante el grito los niños que habían estado cerca de mí que eran los que me habían empujado y haciendo que perdiera el equilibrio para que chocara, aquellos pequeños se habían quedado completamente paralizados del susto, aunque otros más no habían reparado en ello y seguían como si nada, y bueno, realmente no podía decirle que había chocado con él por culpa de los niños, realmente no era su culpa solamente había sido un accidente.

-Lo siento…me…tro…tropecé y…y bueno…lo siento, y-y y estoy bien, descuida.- Aunque actuaba con un cierto nerviosismo y me temblaba un poco la boca intenta sonreírle a aquel chico, además sus gestos me demostraban que estaba realmente arrepentido de lo sucedido cosa que me hacía creer que realmente era un buen chico y eso hacía de algún modo que mi nerviosismo poco a poco se fuera yendo y le pudiera sonreír con más calma.

Ver que le había hecho llorara a la joven de pelo violeta fue una puñalada, detestaba hacer llorar a las chicas buenas…pero no tenía ningún remordimiento si la chica resultaba ser una de zorra o alguna niña de papi con tarjeta de crédito, claro que la joven que estaba llorando no era ninguna de esa clase de chica. En la mente del peli rosado había un debate entre dos chibis de él mismo-"te felicito Darian has hecho llorar a una pobre jovencita"-dijo uno de los chibis aplaudiendo sarcásticamente al otro chibi-"cállate Darian!!"-respondió el otro chibi enojado y con la cara roja de el enojo.

Dejando de lado a esos dos Darian pequeños que se encontraban discutiendo dentro de la mente del mitad hado, volvamos al mundo real-de verdad lo siento…no…no quería hacerte llorar…puedes golpearme si te hace sentir mejor-dijo el joven de ojos celestes a la chica, busco en su bolsillo un paquete de pañuelos de papel desechable y le ofreció uno para que se secara las lagrimas. Sonrió un poco al ver que la joven sonreía y debajo de temblar como si el fuera un lobo que estaba a punto de comérsela –no…tú no tienes que disculparte…yo no debí gritarte y asustarte de ese modo…¿puedo invitarte un helado como disculpa de mi mal carácter?-su hermana siempre le dijo que la mejor manera de disculparse con alguien es invitarle algo de comer,  y que mejor forma de pedir perdón que comprando algo dulce