solo siendo un molestía

No tener hogar le permitía conocerse la ciudad como la palma de su mano, y la verdad es que el mirador era un lugar bastante hermoso como para que pasara desapercibido para el peliazul. El hecho que hubieran parejas le molestaba y le agradaba a partes iguales, era bonito ver cómo la gente se amaba y buscaba un momento que compartir con sus enamorados, Everett era un romántico en cierto modo… pero al mismo tiempo le provocaba urticaria, quizá por envidia, o quizá porque él mismo es un caos dentro de su cabeza que no es capaz de decidirse por un lado de la balanza. De todos modos prefería ignorarlos a todos y fijarse en lo que de verdad amaba de ese lugar: las luces que bañaban aquel paisaje.

La noche le obsequió con un buen clima, de todos modos no es que tuviera demasiada ropa que ponerse aparte de una camiseta, unos jeans ajustados y unas botas, a veces cuando iba de ocupa en casa de alguien le obsequiaban con algo más de ropa, pero era tan descuidado que, en ocasiones, cuando llegaba el cambio de estación y ya no necesitaba la prenda,la perdía en alguna parte. Precisamente estaba sentado en uno de los puestos en su total comodidad, ligeramente apoyado en su mano derecha con las piernas cruzadas manteniendo el tobillo sobre la rodilla contraria.

Escuchó a una pareja quejarse no muy lejos, no estaba seguro si se estaban quejando por su puesto o por algún otro, así que les miró de reojo siendo entonces cuando de pasada se percató de la presencia de una jovencita solitaria. La escaneó con la mirada, pareciendo más bien que la estuviera acosando por tener los ojos fijos en ella, y torció los labios pero, no de disgusto como se pudiera apreciar a simple vista, sino por curiosidad.