¿Quién dijo que el Arcade es sólo para hombres? [Privado: Dante]

Por dato fue que llegué a ese lugar que en verdad había estado evitando desde el primer día que llegué a la ciudad y es que un "parque de diversiones" me sonaba a mucha gente, mucho ruido, muchos niños, familias y parejas acarameladas que no estaba dispuesto a soportar. Claro que cambié de idea cuando me comentaron que ahí también se encontraba el único y gran arcade de la ciudad.

Perfecto.

No tenía que hacerme con ninguna consola para matar el ocio y podía a su vez descargar un poco de mi energía en los arcade de baile. Me gustaban esa clase de juegos en especial porque mi motricidad era buena.

Entré al lugar solo con dinero en los bolsillos, lo suficiente como para pasarme la tarde entera jugando si se me antojaba. Habían algunos sujetos mirando a una chica en los shooters, curioso, pues parecía que la chica no encajaba bien con el ambiente, sin embargo no le di mayor importancia, habían otros tipos a un lado del DDR, jugando fuera de la plataforma, siguiendo las flechas a costa del dinero de alguien más.

"Bemani~"

Dije con una voz chistosa al meterme a jugar. Puse un par de fichas y simplemente comencé.

Spoiler:

Continué jugando, y hasta algunos chicos se turnaron para jugar a mi lado, me empezaba a sentir a gusto en el ambiente y claro comenzaba a entrar en calor. Jugué un par de canciones más cuando de pronto la misma chica llamativa de los shooters se apareció, sorprendiéndome bastante pues no esperaba que llegara hasta ahí, pensé que tal vez era la primera vez que vería a una chica como ella jugando DDR y lo admito, me pareció interesante, claro, hasta que the queen abrió la boca.

“Whut?”

Alcé una ceja mientras veía a la chica comenzar su juego claro, no sin antes ¿desafiarme? ¿Se supone que era eso? Joder, no necesito colgarme de nadie para divertirme.  Mucho menos de alguien que llegue con tan odiosa actitud. A diferencia de ella, yo no iba a ahí con el fin de lucirme, sino simplemente descargar un poco de la frustración física que tenía, necesitaba agotarme un poco para calmar mi humor de perros y mis ganas de matar al primero que me agotara la poca paciencia que esos días tenía. Joder! Y es que sí, yo sin sexo satisfactorio soy peor que unas veinte mujeres en pleno periodo. ¿y qué?

“Tsk, jódete.”

Respondí a su absurdo desafío, sumándole mi dedo medio sin respeto alguno por el género femenino. Escuché algunos chiflidos y comentarios varios del resto de los chicos, pero poco me importaban sus palabras o sonidos de hienas, no necesitaba ponerme de peor humor por culpa de una “aparecida”.

“Todo tuyo, dear princess~”

Hice un gesto de desinterés antes de bajarme de la plataforma e ir a comprar una botella de agua, para luego echarme en la pared más cercana al jueguito y mirar con póker face a la princesita lucirse. De paso me desabroché la camisa negra, ya que debajo tenía una musculosa negra y había tomado un poco de calor con el primer juego. Necesitaba aire. Probablemente terminaría amarrando la camisa a mis caderas a la próxima ocasión.

Spoiler:

Miré a la mujer acercarse y para mi sorpresa la vi hasta disculpandose por su actitud reciente. Curioso, no sabía que las princecitas se podían discupar también. Con algo de malicia y queriendo ver su reacción fue que le contesté.

"¿Mh? Te dije que te jodieras."

Dejé pasar un lapsus de silencio incomodo y luego me reí, dejando de lado el mal rato, después de todo no soy un sujeto orgulloso. No había ido ahí para amargarme, sino todo lo contrario, pero bueno, dado que la chica había tenido la decencia de disculparse, olvidaría aquello como el mejor de los amnesicos.

"Pero vale, sin rencores, pero ten cuidado con esa actitud dear, más de uno aquí pudo haberte respondido unas 10 veces peor que yo." Y es que los chicos naturalmente eran bastante competitivos en el arcade.

"¿Mh? Si quieres invitarme algo puedes hacerlo, aún no he comido nada~"

Dije con descaro cruzandome de brazos frente a ella, sí, soy la clase de persona que se dejaría invitar por cualquiera, fuera hombre o mujer, y es que mi estomago siempre lo va a agradecer.

"Por cierto, nice play."

Sonreí ampliamente cuando la chica aceptó invitarme algo, solo entonces me paré del lugar donde me encontraba hechado y estiré las piernas, cerrando la botella con agua y sacudiéndome un poco el cabello que se había pegado a mi frente por el sudor al jugar. Me gustaba mantenerlo desordenado.

“Mh… Pues en mi caso, solo he venido un par de veces antes. No me gusta mucho el ambiente de ahí afuera.”

Señalé la puerta del arcade, más allá de ella se encontraba el bullicioso y alegre parque de diversiones. Ante esa misma idea fue que lo mejor que me pareció era que comiéramos simplemente algo del lugar, en ese puesto de comida rápida que había. Se me antojaba una hamburguesa o tal vez dos.

“Solo quedémonos acá, me siento más cómodo.”

Dije de forma sincera avanzando hacia el lugar guardando mis manos en los bolsillos, el sitio se encontraba prácticamente a la entrada del recinto, donde había una especie de terraza, lo cual me llamaba. Necesitaba un poco de aire fresco y tal vez una cerveza.

Detuve mis pasos cuando escuché su última pregunta. Sí, joder, siempre olvido la parte de las cortesías y modales. Me giré hacia ella y sonreí despreocupadamente.

“Ah, lo siento, no me presenté, eh?” Me rasqué la cabeza, desviando la mirada hacia un lado y luego volviendo a mirar a la chica. “Me llamo Dante Rivelli. Nice to meet you, my dear~” Dije devolviéndome unos pasos hacia ella. “¿Y tu?”

“¿Aria qué? Oh, whatever, solo te diré Aria o o tal vez Achii~, si es que no te molesta~”

Reí ante su entonación de british girl y simplemente la seguí hasta donde ella decidiera detenerse, esperando que algo o alguien nos prestara atención para poder hacer nuestro pedido. Mi molestia y cualquier otro pensamiento en contra de la chica o del mundo se había disipado fácilmente ante la idea de un bocado. Además, debía decirlo, la chica no parecía ser mala compañía ahora que empezábamos a hablar.

“Ya veo, entonces no vienes con frecuencia, con razón la baba corría entre los espectadores dear, deberías venir con más frecuencia, de seguro ellos se alegrarían.” Comenté antes de oírle preguntarme lo que quería de comer.

“Hey, nada de señorito Rivelli, ¿Qué es eso? Bah, suena demasiado ajeno para mi. Solo llámame Dante.”

Gruñí un momento pero luego simplemente su deducción me hizo soltar una carcajada.

“Anda, ¿que eres? ¿Adivina, vidente o brujita~?”

Me crucé de brazos como si mi pregunta fuera enserio pero luego solo me incliné ligeramente hacia ella, sonriente y pícaro como mi buen humor me demandaba.

“Pues tu intuición no te falla, quiero cerveza y de comer… tal vez una hamburguesa. O tú.”

Susurré lo último con una clara intención de fastidiarla un poco. Hacer comentarios como esos no era raro en mi y por supuesto, no me dejaba ni una pizca de vergüenza en los labios.

“No me gusta tratar a la gente por sus apellidos, así que poco me vale como se pronuncie. Y lo de mi propio apellido… no lo sé.”

Reí despreocupadamente, encogiéndome de hombros. La verdad es que estaba evitando responderle ya que el apellido aquel, tenía todo el aire a pastas y esas cosas pero la verdad es que no era mi nombre, quiero decir, solo era parte de mi actual identificación. De la ciudad de la que vengo los críos de los barrios bajos no necesitan llevar un apellido, como mucho, un sobrenombre era suficiente.

“Ahahaha, la idea es que no se me olvide, así que quedarás así a menos que se me ocurra algo mejor en este rato. Me puedes decir Dan si es más fácil y corto” Miré impaciente hacia el mostrador, la verdad es que mis tripas empezaban a rugir al percibir el aroma tentador de hamburguesas y papas fritas que venía desde dentro.

“Ah bueno, eso sí, pero créeme que a ellos no les molestó para nada. Hasta yo lo hubiese disfrutado si hubiésemos comenzado bien eh~” Dije con toda la sinceridad del mundo, mejor llamada descaro, como siempre.

“Eh?”

Por un segundo quedé sorprendido por su comentario. La gente no tendía a decirme derechamente que tenía pintas de malas pulgas, sino mas bien me lanzaban miradas deconfiadas. Era chistoso oírlo de la boca de una damita.

“So, don’t you like that kind of guys? Ahaha, la verdad es que no soy de los que tratan muy duro con algo así eh, así que si no te interesa, pues entonces no.”

Me encogí de hombros, sin cambiar mi modo. No pude ocultar una risa al ver como la chica se hacía notar entre las personas ineficientes del otro lado, las que se exasperaron y vinieron de inmediato atendernos. Le dejé el tema del pedido a ella, mientras mis ojos inspeccionaban los rincones de ése lugar, curiosos. En determinado momento los cerré solo para concentrarme más en el olor de la comida y torturarme solo con ello. Al abrirlos de nuevo llevé mi mirada a la muchacha y me acerqué a su oído solo para preguntar.

“¿Quieres que busque alguna mesa?”

Con el dedo índice señale el grupo de chicos que antes estaban jugando y que ahora parecía también habérseles abierto el apetito. ¿O era que venían tras ella? Oh bueno, el punto era que la gente comenzaba a llegar y claro, la idea no era quedarse comiendo de pie.

“Me adelanto~”

No esperé su respuesta y como el peor de los caballeros, la dejé a ella con el tema del pedido y me fui a centar a la terraza del lugar, ahí donde el aire no estaba tan viciado con la comida y el ruido era mucho más tolerable. Di un suspiro y me sobé la panza. Tranquilo, ya llegará~

Me acomodé en la mesa y al tener la posibilidad, saqué un cigarrillo y lo encendí, manteniéndolo un rato en mis labios antes de quitarlo y dejar ir el humo de la primera calada. Di una mirada analítica a todo el lugar, de esas que muchas veces no me daba la paja de dar. La gente hablaba animada y tanto dentro como fuera del arcade el ambiente era, en sí, bastante bueno.

Di otra calada mientras me sentía un poco ajeno a todo aquello, como un turista que no hace mas que perder el tiempo en tonteras. Pero como no era de mi naturaleza vacilar mucho en ese tipo de cuestiones fue que al instante siguiente ya estaba pensando sobre lo que haría esa noche.

Trivialidades de siempre.

Vi a la muchacha avanzar con nuestro pedido y le hice una seña para que notara donde estaba. Cuando llegó no pude evitar sonreírle como si en sus manos trajera oro o algo similar. Cerveza y hamburguesa, qué más podría pedir?

“Mhhh~ Tacaña”

Bromeé ante su advertencia con las papas, pero de todos modos le robé una, al menos para probarlas~ No me di tiempo ni hice otro comentario, de inmediato tomé mi hamburguesa y con dos mordiscos ya había acabado con la mitad de ésta. Cuando la muchacha abrió mi cerveza hice una pausa para responderle el gesto y hacer un casual brindis antes de beber de ella como si fuera agua mineral.

“Ahh~” Dejé escapar realmente feliz de comer. Como un animal. “Punta de famélico? Es la que tengo siempre.” Aseguré antes de volver a devorarme la hamburguesa y hacerla desaparecer.