Refugio para un cachorro (Priv. Dante)

Logré coordinar todo lo mas rápido posible para conseguir una nueva guarida a Dante para lo que sea que se estuviera escondiendo. Lo que tuve más problemas fue esconder el dinero en otras rutas fiscales, aunque quien más me sorprendió para responder este problema era mi madre, al parecer las razas no-humanas buscaban mover su dinero y propiedades todo el tiempo sin revelar su naturaleza, así que consiguió un "manitas" para este tipo de problemas.
Todo lo demás fue sencillo, los muebles y algunas ropas básicas en lo que fuéramos de comprar de marca.

En la tarde recogí a Dante del hotel desde su carro nuevo,  para lo cual tuve que comprar un carro de alta gama para hacerlo convincente. Yo lo hacía con gusto y esperaba que él no se cohibiera por los gastos. Era sencillo hacer las compras en linea y recibirlas, pero lo físico tenía que hacer otras estrategias como cambiando a mi apariencia juvenil para perder el rastro de los paparazzis que pudieran rondar por la escuela, y volver a mi figura adulta una vez lejos de la escuela.

- Hey boy, buenas tardes - le dije mientras le entregaba un sobre blanco y una caja pequeña - esa es tu nueva tarjeta de crédito y un celular, para tus mandados u antojos, también si necesitas comunicarte - el celular era también de alta gama y la tarjeta sería reconocida en bares y antros como algo muy poderosa. - Tienes que parecer trust fund baby incluso en los más pequeños detalles, no hay que dar cabida a la duda Dante.

Una vez que entrara el muchacho al carro, empecé a manejar hacia los condominios donde compré una casa para él. Empecé a explicarle que era una casa con una planta alta, sótano, jardín grande atrás y estacionamiento para dos vehículos al frente, ya con conexión a internet y cable, solo los muebles mínimos requeridos, ya que si él quería decorar las cosas a su antojo no le iba a negar que expresara su personalidad decorando.

- ¿Podrías hacerme un favor en la noche?... necesito que me cocines la cena, haré un ritual y voy a usar mi sangre y voy a requerir reponer hierro - todos estos días que estuve preparando el refugio de Dante he cuidado mi alimentación todo lo que pude, incluso dejando el cigarro, el alcohol e incluso el café, no se cual de todos mis vicios me dolió mas no consumir - ¿Alguna vez has visto a Lilith hacer... esto? No me explicó mucho fuera de los ingredientes y condiciones para realizar el ritual, como eso de que tenía que ser en noche de luna nueva. - No iba a negar que estaba algo nerviosa con ese asunto.

Llevaba media hora mordiendome los dedos de la ansiedad mientras esperaba que Kath pasara a recogerme. Casi me caí de culo cuando llegó en un auto que era la mejor puta cosa que había visto en la vida. Agradecí el detalle que fuera de color negro, para que combinara bien con mi onda.

Me sentía un poco mal por dejar que Kath gastara en todo este embrollo, pero yo no podía mover tanto dinero de mis cuentas sin generar sospechas. Por lo que humildemente acepté todo. Luego ya vería como sacarle guita a Luci, después de todo si quería un jueguito, debía pagar la partida, no?

Anyways, una vez dentro del auto saludé a la morena con un cálido y meloso besito en la mejilla. Like a good boy. Acepté el sobre y el teléfono, la tarjeta la guardé de inmediato en mi billetera, notando que pronto tendría que también comprar una nueva y con el celular me entretuve gran parte del camino configurándolo a mi gusto.

"Yo sé darling~ voy a dar lo mejor de mi para aparentar ser hijito de papá~" Lo decía enserio, pero la verdad es que aunque debido a mis trabajos en mi otra ciudad mi cuenta bancaria era enorme, nunca jamás había vivido como una persona ricachona. Tampoco sabía como se comportaban realmente, pero supongo que podía aprender.

"Okay! déjamelo a mi. ¿Alguna preferencia? ¿Legumbres? ¿Huevos? ¿Carnes rojas? " Dije pensando en varios platitos para cocinar ya que yo mismo solía ser un gran tragón. Ska me había enseñado bien varias recetas, no creía que fuera a fallar en esa misión.

"¿A Lilith? Mmmm... la verdad es que no. Los rituales y pactos suelen ser íntimos y hay condiciones y especificaciones por cada quién lo haga y con qué propósito. Yo por ejemplo nunca he hecho nada de eso, mi único vínculo es con mi amo." Dije temiendo no ser de mucha ayuda. "Ah, pero creo que podemos preguntarle.... ¿ o no?" dudé un momento, la verdad no terminaba de entender la relación de Kath con Lily. Yo las estimaba muchísimo a ambas, pero después de lo vivido con Kath sentía que a ella no le terminaba de entrar mucho la idea de ser del linaje de la primera mujer.

Ese beso en la mejilla ayudó a mejorar mi humor después de todo lo que tuve que pasar estos días.

- Carnes rojas, tengo una hielera atrás para que justamente las prepares y me consientas - respondí siguiendo su tono juguetón. - Vale, entonces no sabremos hasta que sea hora de la verdad, que sería en la madrugada.

Ya cuando llegamos al área de los condominios fue cuando le expliqué como sería el acceso, en la entrada había dos vigilantes con cámaras supervisando los alrededores, mientras entrara un vehículo registrado o presentando su tarjeta de identidad, podría entrar sin problemas. Aunque claro, ya con el tiempo que le conocieran de vista, solo abrirían las puertas automáticas a su gusto.

- Mira, avanzas por aquí, giras acá... y sigues unos metros - Y llegamos a la casa, con el click de un botón el garaje se abría para meter el carro - Como ves, la casa no está en las orillas de los condominios, tuve que sacrificar un poquito la privacidad entre los vecinos para evitar que pudieran brincar la barda y meterse - Al ser casas nuevas, les faltaba un poco de originalidad entre ellas, fuera de las modificaciones que los dueños pudieran hacerles.

Pero ese era el objetivo, perderlo en un aburrido laberinto burgués con jardines y gimnasio.
Al empezar a cerrarse el portón del garaje, salí del carro y abrí el maletero para empezar a bajar las cosas.

- ¿Puedes cargar las hieleras por mi? Es que la despensa es muy pesada, y tu lugar mommy no se quiere romper una uña - Dije fingiendo ser una dama en apuros, en lo que yo cargaba con las bolsas para el ritual.

Abrí la puerta primero para que Dante pudiera pasar y contemplar cómodamente el interior de su nuevo hogar.

- Ojalá te guste, puedes modificar lo que tu quieras, intenté que los muebles esenciales fuera a tu gusto, pero puedes cambiar lo que sea en la casa. Quiero que estés cómodo. - dije intentando mostrar mi empatía de este cambio tan drástico que viviría Dante.

"Carnes rojas será entonces!" Dije entusiasmado y es que no era novedad para nadie que la carne era uno de mis platillos favoritos, daba igual como estuviera preparada (o si no lo estaba), pero para KAth supongo que podía hacer algún esfuerzo. Ya vería con qué podía trabajar.

En el camino estuve atento a todas las indicaciones, sí, estaba un poco escondida dentro del condominio, pero no era nada tan difícil. Los de la puerta no parecían ser odiosos, seguro me los podía ganar con comida o algunos billetes. ¿no es así como piensan los arribistas? Well, ya veríamos, porque eran los únicos que me interesaba tener de buenas. Mis vecinos me daban igual.

"Fiuu~ Se respira el aire high class." Y es que parecía que casi no hacía falta salir del condominio para vivir cómodamente. "Sure! Déjame el trabajo duro a mi, mommy ~~" Mi voz sonó casi como un ronroneo, pero más que nada por seguirle el juego. Ah, sería genial en verdad si Kath y yo pudiesemos vivir juntos, pero entendía que no se podía, nada más me gustaba hacer un poquito de daydreaming al respecto. Quizás simplemente era mi subconsciente buscando la compañía de mis hermanos.

Sacudí la cabeza y alejé ese pensamiento, no quería llamarlos sin querer, no quería arruinar los planes ni tampoco fallar en mi misión, no quería hacer enojar a mi amo. Un suspiro pesado se me escapó antes de tomar las hieleras y seguir a Kath hasta el interior de la casa.

Casi me caí de culo cuando entramos. La casa era probablemente el lugar más grande que había habitado en toda mi puta vida. Era unas 4 veces lo que era mi antiguo departamento.

"Wow... woooow.... " Fue mi exclamación mientras observaba todo con detalle. "Que va, está todo bastante bien para mi gusto eh, no soy regodión."

Me quedé pensativo un momento, y es que mas que con cosas de estructura, adornos o muebles, había otro detalle que me inquietaba.

"Mmmm, no es bueno que traiga a nadie aquí, verdad?" pregunté como un buen chico, y es que iba a tener que pensar bien como suplir mis necesidades sexuales de forma responsable para no arruinar todo el plan.