Dragon's Rave {P. Dominik Vodrak}

Días soleados y cálidos habían azotado con fiereza las últimas semanas a Glass City, siendo este tipo de días los que atraían a más turistas curiosos por las diferentes celebridades que ofrecían conciertos en festivales playeros o en algunos bares por la noche; con múltiples noticias y anuncios por todas partes en calles, televisiones, sociales y radios, era muy poco probable que los interesados pasarán por alto fechas para alguna presentación de su artista favorito. Andrew, sin ser la excepción, se sintió fuertemente atraído por una de sus DJ 's favoritas que habían tomado fuerza en el mundo del espectáculo desde tu última visita a Japón, y que con mucha suerte se presentaría como uno de los muchos números esa noche en Magic Funtown.

Al alba de un atardecer de colores dramáticos y brillantes, el azabache encontró su camino, de manera tranquila y sin prisas hasta el lugar del evento. No recordaba anteriormente haber visitado esa área de la ciudad, pero sí que había escuchado buenas historias de los pocos amigos con los que había conectado en su regreso a la ciudad después de casi tres años; y a pesar de ir sin acompañamiento, planeaba que la experiencia le dejará una satisfacción tan plena como un buen recuerdo de aquella noche.

Como esperaba, temática asiática en todo su esplendor. Dragones, colores, mascaras, demonios y entre muchos otros elementos llenos de color y de luz, se elevaba un gran escenario que remataba con un fondo de montañas rusas y juegos mecánicos llenos de personas gritando con adrenalina y felicidad feroz. Andrew con el corazón acelerado, lleno de expectativa y un rostro tranquilo, se mezcló poco a poco entre las personas buscando el spot perfecto para disfrutar del rave.

“Creo que llegué demasiado temprano” Pensó el azabache, vestido con una camisa blanca, chaqueta de color negro y pantalones cortos del mismo color, junto con unos sneakers coloridos y muy certeros para el evento; pues el calor, a pesar de ya casi no haber sol en el cielo, se negaba a irse.

A simple vista se apreciaban diferentes puestos que ofrecían comida, bebidas y recuerdos del evento que a Andrew le había llamado bastante la atención, y al mismo tiempo varias atracciones y casas del terror que podrían entretenerlo un poco en lo que empezaba el evento. La noche pintaba a ser bastante buena y relajada, perfecta para desconectarse un poco de su trabajo en Glass City, nada podría salir mal, ¿Verdad?

Tras un largo día en busca de nuevas experiencias escuché un bullicio y música, tras mi propia melancolía algo en mi quería ver aquel lugar para asi quizas encontrar algo bueno. Aun que no era fanático de ese género de música, la curiosidad me hizo ir acercarme y echar un vistazo.

Mientras me adentraba en el área del festival, me encontré con un callejón lateral poco transitado y adornado con luces de neón parpadeante. Intrigado por la atmósfera misteriosa, decidí explorarlo más a fondo.

El aire estaba lleno de anticipación y energía, con cada pulso de música electrónica vibrando a través de mis huesos. A medida que avanzaba por el callejón, las luces parpadeantes creaban sombras danzantes en las paredes.

Un pensamiento fugaz apareció en mi mente, podría dejar de fingir mi apariencia solo por un momento, así sentirme libre de la propia presión imaginaria a la cual me estaba aferrando, una vida "normal" a la que estaba decidiendo vivir.

Sin darme cuenta de que estaba alejándome de la multitud, me sumergí en la tranquilidad del callejón tras este decidí tomar un momento para cambiar mi imagen, no terminaba de gustarme la apariencia la cual había tomado para esta ciudad pero en este tipo de eventos el tener mis orejas naturales y ciertos rasgos, no era extraño.

Spoiler:

Sin embargo, la transición no fue tan fluida como esperaba y me vi atrapado en una mirada.

Frustrado por mi falta de habilidad para cuidar de mi mismo, no noté la presencia de un chico el cual estaba observando con mucha atencion su ambiente. Ahora, con mis orejas puntiagudas y uno que otro rasgo fuera del común, me sentí avergonzado por ser descubierto en medio  de mi transformación. No por mi apariencia claramente, solo que al parecer este joven había logrado captar cada movimiento de mi transformación.

Andrew saboreaba con gusto un helado de frutos rojos que venía bien para el calor del verano, a pesar del atardecer, el calor en la ciudad no se iba por completo. Había caminado por algún tiempo dentro del festival, admirando y observando las diferentes atracciones y y cosas por comer ¡Había de todo! Recordaba con antaño los meses que había pasado en Japón, donde pudo conocer más a fondo la cultura de aquel país y que le parecía fascinante: la gastronomía, vestimenta, música, etc. Se sentía verdaderamente en su elemento. El azabache no tenía problemas para socializar, pronto se vio envuelto con unos conocidos que hasta hace unos momentos simplemente le saludaron y admiraron los tatuajes en tu piel, la manera perfecta de comenzar una conversación y al mismo tiempo generar buena compañía para disfrutar del festival.

Entre risas, Andrew y sus acompañantes buscaban más diversión entre todo lo que ofrecía el lugar; pero, algo llamó su atención. De manera despistada, giró la cabeza, entre la multitud, su vista se fijó en un chico que caminaba solo. No sabía exactamente el porqué de su curiosidad, pero le llamaba como si algo fuera de lo común estuviera a punto de ocurrir. Se encogió de hombros, quizá realmente no era nada importante. Dispuesto a seguir su camino, dio un par de pasos y se detuvo de nuevo ¿Un callejón? ¿Por qué ahí? Y sobre todo, en una zona que no era un área donde los espectadores debían de entrar, algo estaba ocurriendo. El agudo sentido de revolver misterios le susurraba al oído, y era un llamado que simplemente Andrew no podía ignorar. Disculpándose con sus nuevos “amigos” les pidió solo unos minutos antes de volver a encontrar con ellos después. Y se apartó.

- ¿Qué es lo que ocultas, enano? - Se preguntó a sus adentros, y caminó al callejón, dispuesto a descubrir. Cabe aclarar que alguien más bajo en estatura, para Andrew ya era motivo se hacer burla.

Se acercó sigiloso y su cabeza, apenas perceptible se asomó entre la cornisa de la pared que se abría paso al callejón oscuro; ahí hasta el fondo, Andrew miró atento lo que pasaba con el cuerpo del joven de ojos azules.

- … - ¿Había…había cambiado de forma? Se preguntaba en el interior de su mente, mientras de su mano caía la paleta helada hasta el suelo, donde se derretiría lentamente. Si bien, había sido testigo que cosas extrañas en el pasado en la ciudad; pero esto era algo con lo que no sabía cómo lidiar.

Andrew se adentró en el callejón, mirándole fijamente, de pies a cabeza, el asombro se notaba en sus ojos miel, a kilómetros

-¿Pero… pero que mierda eres? - Preguntó, acercándose un par de pasos más, notando los diferentes cambios del ajeno -  ¿Pero qué hiciste? … ¿Cómo? ¿Estoy soñando? - Se preguntó, con la necesidad de nunca despertar.

Desechó más la distancia entre ambos, hasta que quedó a unos cuántos pasos de Dominik, ignorando si era peligroso o no, estar tan cerca.

- ¡Responde! -  Exigió, no sabía si estar asustado, nervioso, fascinado, feliz a causa de su descubrimiento; pues no lo entendía. Hasta ese momento, el mundo de Andrew había cambiado por completo, pues describió que hay muchas cosas que desconocía en aquel mundo tan poco explorado. Su deseo de respuestas, le había hecho sentir una ansiedad profunda; Andrew alzó su mano y tomó una de las orejas puntiagudas de Dominik, y tiró de ella, con la suficiente fuerza como para desprenderla si es que de un sucio truco se trataba, pero no parecía serlo.

-¡Son reales! -

El momento de tranquilidad en el callejón se desvaneció en cuanto noté la presencia del chico de cabello azabache. La sorpresa inicial en sus ojos y la forma en que dejó caer su helado al suelo me indicaron que había presenciado mi transformación. Sentí una mezcla de incomodidad y frustración al darme cuenta de que alguien había descubierto mi secreto. Maldije internamente por aquel descuido.

Antes de que pudiera decir algo, él se acercó rápidamente, con los ojos llenos de incredulidad y fascinación. Sus preguntas eran directas y exigentes, y noté cómo la confusión lo dominaba. Aun así, no me sentía en peligro; tras su reacción, solo era un humano. No sabía si inofensivo, pero esto me hizo bajar la guardia.

No pude evitar sonreír un poco ante su insistencia, pero entendí que merecía una explicación.

— Es un poco complicado de explicar. Respondí, tratando de mantener la calma.
Mi nombre es Dominik. No hay una buena forma de explicar qué soy, ya que la naturaleza de mi raza es algo complicada... pero...

Antes de seguir hablando, me percaté de que sus manos seguían en mis orejas. Las retiré con cuidado, evitando reír ante la incómoda y extraña situación en la que estaba. Continué hablando, dando un paso atrás para crear un poco de espacio entre nosotros.

— Y sí, estas orejas son reales. Sé que esto puede parecer extraño, pero hay muchas cosas en este mundo que desconocemos. A veces, solo tenemos que aceptar que no todo tiene una explicación lógica.

Era un día bastante curioso, y esta situación, para alguien como yo, que disfrutaba de mantener sus secretos, no me causaba malestar ni ganas de salir corriendo. Quizás, este encuentro no fuera solo una coincidencia, sino una oportunidad para ambos de aprender algo nuevo.

— Mira... si tienes preguntas, intentaré responderlas, siempre y cuando no me pongan en una situación peligrosa. Dije, mirándolo con sinceridad. Pero tal vez podamos hacerlo en un lugar un poco más tranquilo. No querrás quedarte aquí toda la noche, ¿verdad?

Extendí mi mano hacia él, esperando que aceptara mi oferta de paz y comprensión. El camino que se abría ante nosotros estaba lleno de incertidumbre, pero también de posibilidades que valía la pena explorar juntos.

Tan inexplicable como siempre, las cosas que pasaban en la vida de Andrew resultaban ser algo, frustrantes. Tal y como en ese momento, ante sus ojos, estaba descubriendo algo desconocido que hasta hace algunos minutos era prácticamente imposible de existir. La ansiedad lo agobiaba. Cada palabra del ahora Dominik perdía totalmente el sentido mientras los minutos que pasaban en el callejón, apartados de la multitud. Se negaba rotundamente a dejar pasar por alto la situación, describiría los secretos de este chico, pero a su manera.

Andrew fijó sus ojos castaños en la mano contraria, pálida y humana, una mezcla, era tan complejo, tan … fascinante. Miró a los ojos gélidos ajenos, y una sarcástica sonrisa se reveló ante Dominik.

- ¡Ah! … pero por supuesto que me quiero quedar aquí toda la noche ¿Crees que soy tan iluso como para ir contigo a quién sabe dónde? - Comentó Andrew, sin tomar la mano que se le ofrecía; al contrario, se atrevió a reducir las distancia entre ambos, y bajar lo suficiente hasta quedar a la altura del dragón - Este es el lugar perfecto para que me expliques todo … Dominik.

Sin decir más, ni explicar nada; sujetó al chico por el brazo y le llevó consigo, no estaba dispuesto a perder ninguna de las magníficas situaciones que estaban pasando ese día: El concierto y una situación reveladora que cambió su vida, para siempre. Salió del callejón, arrastrando a Dominik por el brazo, pensaba que si le exponía ante la multitud las oportunidades de huir del chico disminuirían tarde o temprano.

Andrew estaba alucinante, agobiado y confundido, una mezcla de sensaciones que bailaban juntas, enredándose en su pecho, haciendo sentir un cúmulo que iba creciendo poco a poco.

-Comienza a hablar pequeño elfo- Comentó, sin apartar la vista de Dominik, ni detener su caminar - ¿Cuántos más hay como tú? ¿De dónde vienen? ¿Razas, de qué tipo? ¿Puedes volar? -

Las preguntas, una tras otra, salían de la boca de Andrew ignorando el hecho de que no dejaba responder nada al ahora su acompañante. Detuvo su caminar frente a un puesto de mercancía cercano, y sin dar muchas explicaciones obtuvo una cinta de tela de color rojizo, poco menos larga de un metro. Giró a ver a Dominik, y le ofreció la cinta.

-Sujeta esto a tu muñeca- Ordenó - No es una sugerencia. Nos divertiremos mucho hoy - Apesar de tener comúnmente un rostro inexpresivo, Andrew sostenía en su boca una sonrisa divertida, y un entrecejo que demostraba interés y dominancia ante la situación. No se equivocó ante la sensación de que aquella noche sería única.

Dominik observó al pelinegro con una mezcla de cautela y resignación. Sus ojos gélidos se clavaron en la sonrisa sarcástica del otro, y un suspiro casi imperceptible escapó de sus labios. No podía entender del todo la reacción y las palabras contrarias, pero decidió no darles mayor importancia.

— Tienes bastante energía... No tienes idea de lo que estás pidiendo, chico. Dije en un murmullo cargado de seriedad. Algunas cosas es mejor que permanezcan en el olvido.

Mientras era arrastrado por el más alto, su mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida sin revelar demasiado. Al llegar al puesto de mercancía y recibir la cinta roja, la tomó con dedos temblorosos y la ató a su muñeca, consciente de que la situación estaba lejos de estar bajo su control, lo cual no le agradaba en absoluto. El bombardeo de preguntas por parte de él abrumaba, pero lo que realmente resonó en la mente de Dominik fue el apodo "Pequeño elfo". Incrédulo ante aquel sobrenombre tan infantil, dejó escapar una carcajada al final de la interrogación y una vez ya tranquilo comenzó a hablar, con un rostro más sereno.

— No puedo decirte cuántos somos, ni de dónde venimos. Pero te aseguro que no somos muchos, y cada uno tiene sus propios secretos que no deben ser revelados. Por mi parte, lo único que podría decirte es que estoy solo, mi familia ya no está en este plano terrenal. Y lo de volar... sí, podemos, pero no de la forma que imaginas. Además, hay cosas que es mejor no saber, por tu propia seguridad.

La última frase quedó suspendida en el aire, una advertencia y una súplica disfrazada, mientras esperaba la reacción de su acompañante.

— Y algo me inquieta. Me estás interrogando y ni siquiera sé tu nombre... ¿Me lo dirás? ¿O tengo que responder cuatro preguntas más?

Al ser su petición aceptada y seguida como él había exigido, Andrew ató la cinta a su propia muñeca. Alzó el brazo y se aseguró que el nudo de Dominik no fuera falso, tirando un par de veces, confirmando que no fuera a escapar. Terminando esto, comenzó a caminar de nuevo, dejando el trabajo de arrastrar a Dominik a la cinta roja.

- Para ser un ser de otro mundo, eres demasiado normal - Comentó Andrew no muy feliz con las pobres respuestas del contrario -  ¿A qué te refieres con que no pueden volar como yo creo? ¿En este plano?  Es más, ni siquiera me has dicho qué eres ¿Un demonio? -

Pensó un poco; si era el caso de que hubiera más como Dominik en el mundo, incluso en la propia ciudad ¿Cuál era la principal razón de que se estuvieran escondiendo? ¿Cómo eran? Un sin fin de preguntas sin respuesta, que poco a poco le aturdía más.

- Si te digo mi nombre también correría peligro ¿No lo crees? - Se encogió de hombros - Sería muy fácil para ti dar conmigo usando tus superpoderes de elfo o yo qué sé - Se quejó tirando de la cinta roja para cambiar de dirección. Había tantas cosas por descubrir en ese lugar, que no quería perderse de nada. - Si no me vas a decir de dónde vienen o cómo son ¿Qué te parece si me muestras lo que pueden hacer? - Preguntó ansioso - Vamos, enséñame tu mejor truco -

Andrew detuvo su caminar, y fijó su vista finalmente en lo que había estado buscando desde que salió del callejón con Dominik. Las atracciones más sencillas del parque parecía estar completamente cerradas al público para enfocarse en el evento que se había organizado. Apresuró el paso, sin importarle demasiado que su compañero estuviera de acuerdo. Fue sigiloso, evitando los guardias de seguridad que vigilaban con atención que no hubiera intrusos merodeando por dónde no estaba permitido; pero para el azabache evitar a la seguridad era algo que había aprendido desde niño.

-Sígueme y no hagas ruido - Ordenó, guiando a Dominik entre escondites hasta llegar a la parte trasera de lo que vendría siendo la Casa de los Espejos. Andrew levantó un poco la carpa que rodeaba la atracción, creando un acceso lo suficientemente amplio para Dominik; ahí dentro sí que podrían discutir de todo sin ser molestados.

Observó al joven con una mezcla de frustración y curiosidad. Tras oírle con atención y al finalizar su discurso. Una mueca de disgusto apareció de inmediato, le ofendió muchísimo que pensará que fuera parte de esa horrible raza, esto posteriormente le provocó una sonrisa irónica.

— No soy un demonio, soy un tipo de "dragón", pero no somos lo que sus películas, libros e historias demuestran, no somos bestias sin control, al contrario diria que somos las criaturas más civilizadas de este mundo. Y cuando digo que no podemos volar como tú crees, me refiero a que nuestras habilidades son más sutiles. No vas a ver alas ni cosas por el estilo. Nuestra habilidad es... diferente.

El chico parecía demasiado perdido en sus propios pensamientos como para saber si realmente le estaba prestando atención a sus palabras, aún así prosigue a responder las preguntas del azabache.


La propuesta de mostrar lo que podía hacer lo dejó en una encrucijada. No quería revelar demasiado, pero sabía que tendría que demostrar algo para mantener la situación bajo control.

— Está bien, te mostraré algo. Dijo finalmente, su tono cargado de resignación. Pero no esperes fuegos artificiales.

Siguiendo a su compañero a través de las atracciones cerradas, al notar su habilidad para evitar a los guardias, esto hizo que una curiosidad hacia él fuera creciendo. Al llegar a la casa de los espejos, se agachó para pasar por el acceso  y se encontró en un espacio lleno de reflejos distorsionados.

— Interesante...   murmuró, mientras sus ojos recorrian el lugar. Ahora, quédate quieto y observaba.

Realmente no quería seguir exponiendo lo que llevaba años acarreando en una solitaria y silenciosa vida. Sin acompañantes y familia. Una gran soledad que le ayudaba en el anonimato y tener una vida "tranquila" pero las fuertes emociones que este chico totalmente desconocido le hacían opacar los pensamientos y solo  le hacía olvidar todos los muros que habia creado por si mismo, con el afán de intentar cuidarse de ser dañado nuevamente.

Dominik cerró los ojos por un momento, concentrándose. Lentamente, el aire a su alrededor comenzó a enfriarse notablemente. Extendió una mano hacia uno de los espejos y en cuestión de segundos, una fina capa de escarcha empezó a formarse sobre la superficie reflectante, expandiéndose rápidamente hasta cubrirlo por completo. Abrió los ojos, estos tenían una tenue luz, está reacción siempre pasaba una vez usará sus habilidades.

— Esto es solo una pequeña muestra de lo que puedo hacer. El frío puede ser una herramienta poderosa, pero también un arma. Y si realmente quieres más información, tendrás que ganarte mi confianza primero.

Dejó que el frío se disipara, devolviendo la temperatura de la casa de los espejos a la normalidad, mientras esperaba la reacción ajena.

Estaba algo ansioso por la respuesta y la reacción, ya que en el fondo solo quería causar una buena impresión. Aún era algo confuso para él entender la personalidad del desconocido. Fuera de su único amigo, este chico parecía muy enérgico y podía salir con cualquier cosa, algo a lo que no estaba para nada acostumbrado. Sin embargo, para su sorpresa, esto no le incomodaba. Las antiguas ganas de salir corriendo y olvidarse de todo se iban desvaneciendo, y la curiosidad se iba incrementando haciendo que quisiera saber más sobre el chico.

Una vez ambos dentro de la atracción, los espejos reflejaron a ambos, de diferentes formas, alturas e incluso colores; era tal y como un laberinto en el que si no ponías la suficiente atención en lo que te rodeaba, podrías perderte por un largo momento. Giró un par de veces en su eje, revisando con la vista y confirmando que realmente se encontraran solos; era algo difícil que cualquiera pudiera seguirles hasta ese punto, pero prefiere ser cauteloso; no por sí mismo, sino por Dominik. A pesar de su comportamiento, Andrew comprendía que estaba viviendo algo que posiblemente alguien más no fuera capaz de entender, y para una mente no preparada, entrar en pánico era la salida fácil para lo desconocido.

Pronto regresó la mirada a Dominik, recapitulando en las respuestas a sus preguntas pasadas; notoriamente decepcionado. Andrew dirigió sus manos a su propio cuerpo, y sin mucho cuidado se apartó la camisa del cuello, mostrando la cabeza de la silueta de un Dragón Chino que se tatuaba en su piel. Aclarando un poco, a Andrew le gustaban demasiado los dragones, tanto que la manga de tatuajes en su cuerpo, estaban dedicadas a ellos.

-¿Me estás diciendo que este tipo de Dragones no existen? … Pero sí alguien que puede metamorfizar su cuerpo para tener esto -  Y una vez más, jaló con cuidado de las orejas puntiagudas de Dominik, recalcando que le era aun mas dificil comprender como a la par que le revelaba sus secretos, poco a poco perdía todo el sentido.

Se cruzó de brazos expectante, una vez Dominik le dio la orden de que se quedara tranquilo y solo observó, algo que prácticamente era demasiado difícil para el azabache, quedarse tranquilo no era precisamente parte de su personalidad, ni obedecer órdenes. Pronto, su piel fue capaz de sentir el frío que comenzó a rodear el ambiente y su cuerpo. La ligera brisa movió de manera tenue su cabello, y pudo notar como el aliento que liberaba su boca, se condensaba rápidamente ante sus ojos. Andrew suspiró, confirmando que su aliento reaccionaba a un frío anormal, creado por Dominik. Siguió la mano del ajeno con la vista, y notó la escarcha que cubrió los espejos. Andrew no podía creerlo ¿Qué estaba pasando? ¿Todo era real? ¿No estaba soñando? Eran preguntas que pasaban por su mente, desde el primer momento que conoció al dragón.

Encontró sus ojos castaños con los gélidos contrarios, notando la sutil luz que se desprendían de ellos. Estupefacto frunció ligeramente el ceño y se apartó un par de pasos de Dominik.El frío, aún podía sentirlo.

- … -

El silencio hizo su aparición entre ambos, Andrew sin saber qué decir ante la demostración de Dominik, para él había sido revelador, algo que le quitaría el sueño esa noche, y probablemente el resto del mes. Estaba consciente de que no podría comprender; como un humano sin habilidades sobrenaturales, sin realmente algo más qué ofrecer, se sintió indefenso, y en una situación que no le favorecía. Aún así, Andrew no se asustaba fácil, ni se cualquiera.

-¿Fue todo? - Inexpresivo, alzó una de sus cejas, demostrando poca sorpresa a lo que acaba de ver, aunque fuera mentira - Hevisto mejores trucos de magia en la calle, enano ¿Crees que eso realmente sorprende? - Suspiró, condensando nuevamente su aliento - Tienes razón, al parecer los dragones no son como las películas. Me estoy arrepintiendo de haberme tatuado tu raza en mi brazo. -

Se burló, retador. Quería ver más, mucho más.

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Al notar el tatuaje de dragón en su cuerpo y cómo éste intentaba comprender la realidad de lo que estaba viendo. El dragón suspiró internamente, sabiendo que cualquier intento de explicar la verdad completamente sería inútil.

Cuando finalmente se detuvo, esperando una reacción más sorprendente, Dominik se mantuvo tranquilo, aunque sus ojos mostraban una ligera chispa de frustración.

— No es cuestión de mostrarte un espectáculo de magia. Dijo con firmeza.-
Esto no es un truco barato de calle. Lo que viste es real, y no tiene nada que ver con las fantasías de las películas.

Se acercó un paso más hacia el chico, desafiando el espacio entre ambos, su aliento también era visible en la fría atmósfera.

— Lo que soy y lo que puedo hacer no es algo que deba tomarse a la ligera. No tienes idea de las implicaciones de todo esto. Si estás buscando entretenimiento,  no es lo que encontrarás, no soy un animal de feria.

levantó una mano, dejando que el aire frío emana de sus dedos, formando una pequeña nevada que caía delicadamente entre ellos. Su brazo se llenó de escamas blancas tornasoles, estás brillaban aún con la escasa cantidad de luz que entraba al lugar, sus uñas crecieron quedando casi como unas garras.

— ¿Quieres ver más? Muy bien. Dijo con un tono sombrío.-  Pero ten en cuenta que cada demostración tiene su precio, y no siempre es algo que puedas pagar fácilmente.

No quería ser tan duro, pero al mismo tiempo sentia como si el contrario solo quería saber cosas y alimentar su conocimiento de una manera muy fácil, eso era algo que no le parecía, un dolor en el pecho apareció tras la incomodidad ante pensar que el pelinegro solo le veía como algo desechable para su entrentencion.  No quería pensar ese tipo de cosas, pero sus palabras y reacciones eran lo primero que se le venía a la mente, de el tipo de persona que esté chico podría de ser.

Concentrándose, Dominik hizo que el frío se intensificara, y en un abrir y cerrar de ojos, la escarcha que antes cubría solo los espejos comenzó a extenderse por el suelo, formando un patrón de hielo que se extendía como raíces por todo el lugar. Los espejos reflejaban la luz de una manera extraña, distorsionada por el hielo.

— Esto no es un juego. Hablo en voz baja, su tono cargado de advertencia.- Si realmente quieres conocer más, tendrás que demostrar que puedes manejar la verdad. Si te digo algo sobre mi raza tienes que morir con la verdad, no puedes andar alardeando sobre nuestros secretos y formas de vida.

Los ojos iluminados de Dominik se encontraron con los castaños ojos del jóven, esperando a ver si este comprendía la gravedad de la situación.

Andrew era espectador de lo que sucedía a su alrededor. La mirada seria en los ojos de Dominik de tenue brillo se alojaba en su pecho como una respiración agitada, llena de incertidumbre y asombro. Lo había conseguido, estaba satisfecho. El patrón de hielo, recorrió hasta chocar con la suela de sus zapatos, generando una sensación congelante que se apoderó de cada parte de su cuerpo, haciendo sentir un frío al que reaccionaba su piel. Su aliento ahora más notorio por las bajas temperaturas, se unió al de Dominik, al estar tan cerca. Entendió que quizá había ido demasiado lejos retando de tal manera al contrario, para que demostrara su poder; pero el deseo de Andrew por saber más, a veces le hacía tomar decisiones totalmente imprudentes.

Escuchó las palabras de Dominik mirando atento, como su mano cambiaba a una no humana. La luz de las escamas se reflejó en los ojos de Andrew, mismos que con algo de escarcha en las pestañas y en las cejas, no se desviaron en ningún momento de lo que estaba pasando. Andrew volvió a sonreír, feliz de haber logrado su cometido. La cinta roja, se congeló previamente, demostrando que la temperatura había descendido peligrosamente, al menos para un humano. Cedió entonces, consciente de que quizá ya no estaba al dominio de la situación.

- Hey calma, tú ganas - Dijo Andrew, acercando su mano a la ajena, con la intención de saber cómo eran esas escamas al tacto - No pensé que fueras tan temperamental -  Continuó hablando, tocando con la yema de su dedo la punta de una de las filosas garras, retirándola casi de inmediato. Andrew miró su dedo, y una pequeña gota de sangre brotó de la herida - Ni tan … peligroso -

Suspiró nuevamente, el frío se intensificó, y su cuerpo comenzaba a resentir las extrañas condiciones del clima dentro de esa atracción. Incluso la luz comenzaba a lastimar sus ojos; entonces comprendió que no debía de jugar con algo que no estaba al control de sus manos, con algo tan desconocido y fascinante como lo era Dominik.

- Si no te importa, me gustaría volver a sentir mis manos - Comentó con algo de burla en su voz, la gélida temperatura empezaba sus estragos - Y mis pies - Rió un poco, tomando nuevamente la distancia entre ambos, retrocediendo un par de pasos esperando que el frío se disipara al menos un poco.

Pasó una mano entre las hebras negras de su propio cabello, tomando también como él mismo estaba cubierto por una pequeña capa de nieve. Le gustaba. le encantaba, era precisamente lo que estuvo esperando toda su vida, algo fuera de lo ordinario; la sonrisa difícilmente saldría de sus labios.

- Bien Dominik, creo que tú y yo ya dimos un paso más en nuestra relación  -  Comentó sacudiendo un poco su ropa liberándose de la escarcha - No diré nada sobre ti y tus superpoderes de dragón, sólo no me congeles - Y se tomó un pequeño momento para admirar su alrededor -  Me llamo Andrew, por cierto -

Dominik observó su reaccion con una mezcla de satisfacción y cautela. A pesar de haber finalmente tenido la situación a bajo su control, no había medido que el frío que había generado fuese demasiado como para generar algo hacia el humano. Los ojos de Andrew, llenos de asombro y curiosidad, lo confirmaron.

Cuando finalmente esté cedió, reconociendo la victoria del dragón y se acercó para tocar sus escamas, sintió un leve remordimiento. No quería causar daño, pero comprendía que a veces era necesario para establecer límites.

— Antes solía ser temperamental, ya no, solo soy cauteloso. Respondió con un tono serio mientras observaba la pequeña gota de sangre en el dedo de Andrew.— Mis habilidades no son para impresionar, o usarlos para jugar.

Con un movimiento suave, hizo que el frío comenzará a disiparse, devolviendo la temperatura del lugar a la normalidad. La escarcha en los espejos y en el suelo se desvaneció lentamente, dejando solo el rastro de su poder como un recuerdo efímero.

— Entiendo que esto sea fascinante para ti, pero ten en cuenta que hay razones para mantenerlo en secreto.  Su tono fue más relajado, aunque todavía serio.— No podemos permitirnos el lujo de ser descubiertos por cualquiera.

Cuando Andrew se presentó finalmente, el ojiazul asintió, sintiendo un alivio, sentía saque finalmente estaba logrando algo bueno, más allá de solo desafiarse mutuamente.

— Andrew... Me alegra que finalmente nos presentemos adecuadamente.

Se sacudió un poco, liberándose de los restos de escarcha que aún quedaban en su ropa, y observó al contrario con una mirada más suave.

— Creo que podríamos aprender mucho el uno del otro, si estamos dispuestos a ser honestos.  Ahora que sabes un poco más de mí, espero que comprendas la importancia de mantener esto entre nosotros.

Acortó la distancia que se había formado entre ambos y extendió su mano, esta vez de manera más amigable, buscando establecer una tregua.

Finalmente el frío se disipó y junto con él, se llevó los rastros de poder que habían quedado atrás como un recuerdo. El ambiente se tranquilizó y la tenue luz que reflectante en los espejos estaba desapareció, regresando todo a la normalidad. Sus ojos castaños tardaron un poco en acostumbrarse a la nueva oscuridad; pero con calma escuchó las palabras de su acompañante, palabras que comenzaron a crecer como unas cuantas preguntas que Andrew no tardaría en buscar una respuesta.

Cuando la mano contraria le fue ofrecida, tardó un poco en reaccionar, cómo si estuviera pensando más detenidamente en lo que estaba pasando; era como si estuviera haciendo un trato con aquel ser que aún no comprendía. Comprendió en ese momento que la demostración de poner de la que había sido testigo , no era “gratis”, las palabras de Dominik resonaban en su cabeza. Atando frase con frase, pudo llegar a una conclusión creíble: Dominik no era el único en esa ciudad con tales habilidades, y posiblemente los demás no eran tan amigables, ni tan pacientes.

Tomó la mano ajena, estrechando con poca fuerza, sellando la tregua entre ambos.

- ¿Por qué es tan importante para ti guardar este secreto?  … ¿De quién? - Preguntó, buscando la mirada del dragón -

El ceño de Andrew se volvió serio y tranquilo; describiría que su propia aura se hizo más densa y pesada ¿Quizá estaba tratando con algo más peligroso de lo que se pudiera imaginar? Quería saber, pues su naturaleza curiosa no le permitiría estar tranquilo.

- ¿Hay alguien de quien te estés ocultando? Y de ser así ¿Por qué? Quizá la realidad no se parezca a las películas ni a los libros de ciencia ficción, pero existen seres que solo quieres dañar en este mundo, tu presencia me lo confirma. Solo quiero saber en lo que me estoy metiendo, no hay vuelta atrás. -

Quería de cierta manera protegerse, y evitar un peligro que le fuera a dañar más de lo que estaba dispuesto a soportar. Y tal como esa aura sombría llegó, de la misma manera desapareció. Suspiró nuevamente, relajó los hombros y en general todo su cuerpo comenzó a caminar nuevamente, dejando que la cinta que les ataba jalara consigo a Dominik.

- En fin, tenemos que salir de aquí. La noche aún es joven. Yo tengo un concierto que ver y tú tienes que enseñarme más de tus trucos - Dijo el humano, arreglando sus cabellos negros con una mano, mientras se miraba al espejo - Me dijiste algo que realmente me interesó. - Y dirigió su mirada al dragón nuevamente, por encima de su hombro - No te dejaré ir hasta que me muestres cómo vuelas -

Escuchó atentamente las preguntas de Andrew, comprendiendo la seriedad de la situación y la curiosidad insaciable del humano.

Cuando el chico estrechó su mano, sintió un alivio momentáneo, aunque sabía que esto solo era el comienzo de una relación complicada. Mantuvo la mirada fija en los ojos de Andrew, evaluando cómo responder a sus preguntas sin revelar demasiado, al mismo tiempo cansado de ocultar todo por tantos años, algo dentro de si mismo solo quería contar todo y desahogarse, de una vez por todas.

— Es importante porque nuestra existencia depende de ello. Respondió Dominik, su voz baja pero firme.—  No solo la mía, sino la de otros como yo. Si fuéramos descubiertos, la persecución sería implacable... La firmeza de su voz se desvaneció mientras su mirada se perdió, hablando en un tono casi inaudible.—  Más bien, eso de hecho, ya sucedió.


Dominik suspiró, la tensión en su cuerpo relajándose un poco al hablar, decidió que si esta era su única oportunidad de desahogarse, la tomaría, contando esto a un total desconocido. No sentía ninguna amenaza importante por parte del contrario, eso le generaba una total vulnerabilidad. Tras sus anteriores interacciones con otros seres, este era el más fácil de hablar a convicción del dragón.

— "Hay aquellos que no comprenden y temen lo desconocido. Algunos buscarían aprovecharse de nosotros, mientras que otros intentarían destruirnos. Por eso es vital mantenerlo en secreto. No estamos escondiéndonos de alguien en particular, sino de todos aquellos que no pueden aceptar nuestra existencia. Vivimos en las sombras para protegernos y mantener el equilibrio." Ese era el discurso que me dieron toda mi juventud, no se si a ti te hará sentido y responda algunas de tus preguntas.

Su mirada se suavizó un poco, no quería deprimirse ante su propia vida, pero para él era casi imposible, el dolor del pecho al recordar su pasado siempre estaba. mientras observaba a Andrew, intentaba mostrarse firme e intentar verse lo más indiferente posible.

— Entiendo tu deseo de saber más, pero debes tener cuidado. Conocer nuestros secretos implica aceptar ciertos riesgos. Sinceramente dudo que estés en peligro, el único expuesto en esto soy yo.

Cuando Andrew mencionó el concierto y la demanda de ver más trucos, Dominik sonrió ligeramente, aunque sabía que no podía cumplir todas las expectativas de él ya que era alguien con expectativas muy altas a su punto de vista.

— Está bien, Andrew. Te acompañaré al concierto. Dijo, siguiendo el jalón de la cinta.— Si te mantienes discreto y comprendes la importancia de la confidencialidad, te mostraré más de mis habilidades.

Mientras caminaban, Dominik miró al cielo nocturno, sintiendo la brisa fresca en su rostro.

— Volar... no es algo que pueda mostrar aquí, no sin levantar sospechas. Pero quizás, en un lugar más seguro, te lo enseñaré.

Se giró hacia su compañero, su expresión más relajada y menos cautelosa, era más que notoria.

— Confía en mí. Hay mucho que aprender y descubrir, pero debemos ser cuidadosos. La noche es joven y hay tiempo para todo.

Finalmente el dragón sonrío ampliamente ante el entusiasmo a lo desconocido que quedaba de la noche para ambos.

Tras caminar entre el laberinto de espejos y perdiéndose un par de veces, Andrew escuchó el discurso del dragón, entendiendo finalmente que la existencia de Dominik no había sido para nada fácil, no muy diferente a la propia. Revivir temas del pasado era algo que Andrew muy pocas veces hacía; pues ahí solo podía encontrar sufrimiento, frío, hambre y soledad. Apretó los labios ligeramente, y sacudió la cabeza un par de veces tratando de despejar su mente lo más posible antes de comenzar a hablar.

-También he conocido la crueldad del mundo … saber que las personas te miren con repudio, que lamenten tu propia existencia, como si fueras solo basura tirada a la calle a su suerte … - Hizo una pequeña pausa - Que te persigan día y noche … cuando lo único que quieres es sobrevivir otro día - Andrew suspiró llevando su mente a los recuerdos que tenía cuando era tan solo un niño, y sobrevivía como fuera posible.

Tras un momento de silencio, Andrew se recuperó gradualmente, y giró su mirada hasta toparse con los ojos zafiros de Dominik.

-Pero qué más da ¿No crees? No puedes vivir con miedo todos los días -  

Se encogió de hombros, y continuó caminando, tocándose con diferentes callejones sin salida, y en el camino maldiciendo un par de veces hasta que finalmente encontró la salida de la casa de los espejos. Al salir, Andrew pudo notar que la cantidad de gente había crecido, y a lo lejos logró escuchar cómo la música comenzaba; una mezcla de sonidos creando su género favorito: Electrónica. Por un momento pensó en que sería hora de ir y disfrutar del evento por el cuál había venido en un principio; pero … no podía negar que la presencia de Dominik le resultaba más interesante. Miró al dragón, y pese al rostro mayor mente inexpresivo de Andrew, dibujó una ligera sonrisa en la comisura de sus labios.

-Dominik, si me pides que confíe en ti, yo te pediré que confíes en mí. Creo que estoy metido hasta el cuello en tu secreto y corro casi el mismo peligro que tú al saber que existes - Comentó Andrew, acercándose a Dominik, haciendo más pequeño el espacio entre los dos  - ¿No es suficiente para ti? -

Andrew había entendido que el espacio personal para Dominik era algo importante, evidentemente utiliza eso para molestarlo un poco. Sin apartarse, continuó.

- Bien ya te arrastré a dónde quería, es tu turno de llevarme a donde gustes- Cedió un poco, quería conocer más de Dominik, y sus intereses, dejaría de presionarlo tanto, sólo momentáneamente.

Holi: