Casualidad (Privado+18)

Llegué a la enfermería y recibí las llaves. No podía entender cómo la enfermera de la escuela podía ser tan diligente al atender heridas, como el corte leve que me hice al momento de que una cuerda de mi bajo cedió; y a la vez, podía pedirme tan tranquilamente que me quedara el resto de la tarde por si alguien venía y atenderle, todo para que ella pudiera salir y no me delatara de que he estado cortando clases todo el día.

Recibí las instrucciones de que una alumna descansaba de una herida hecha por quemaduras, al término del día debía dejar que se fuera.

Esperé a que la enfermera se fuera, y rápidamente cerré la puerta, después de todo, no quería que nadie me molestara en el resto del día, no era mi obligación atender a nadie, y además la chica que estaba ahí dormía, si despertaba simplemente la dejaría salir.

-¡Tsk!- rechiné con mis dientes, ante la imposición de tener que esperar todo el día en ese lugar.

Pude oír que la chica que se encontraba ahí me habló, eso me alertó que no estaba dormida como pensaba, me giré rápidamente para verle, pero no fue sino hasta que corrió la cortina que la vi. Pude observar que su apariencia era un tanto menuda, su cabello rojizo como el mio, pero con un tono un tanto rosáceo, y entre uno o dos años menor que yo.

-¿Eh? Oh, no. Simplemente estoy aquí para cuidarte mientras estás aquí.- Dije, cruzándome de brazos, mientras poco a poco en mi rostro se dibujaba una leve sonrisa. Después de todo, la confianza que ella profesaba me hacía querer seguirla en su juego y decidí no acercarme aún, pues primero quería ver su reacción ante tal afirmación. Pero de seguro, las cosas se pondrían interesantes.

La confianza de esta chica, inspiraba en mi ser una forma de actuar un tanto atrevida, pero ¿por qué iba de estar mal? Dejarse llevar de vez en cuando no era algo a lo que era ajeno, ni mucho menos algo a lo que debiese temer.

-¿Oh? ¿Cuidarme de ti? ¿Acaso hay algo que temer? -Mientras decía esto, lentamente acerqué mi mano derecha hacía mis labios y cada vez mi sonrisa se extendía más, esto definitivamente se ponía interesante.

Al ver que ella, después de pasearse y me miraba de manera que pareciera analizarme, detuvo su paso para apoyase en una mesilla; me incorporé rápidamente y le acorralé, la miré directamente a los ojos, levantando su barbilla con mi dedo índice, proporcionando que su rostro indudablemente estuviera fijo en mi.

-Logan Stratsborg, tercer año-Mientras le miraba fijamente, esperando despertar en ella un tanto de atrevimiento y soltura.

Jamás había sentido tal alivio debido a su forma de ser que le hacía mantener cierta distancia de los otros, como el que le provocó el cerrar inmediatamente la puerta que daba paso a la enfermería. Esta situación tan conveniente, brindó el espacio ideal para dar rienda suelta a lo que el accionar de ambos los llevaría.

La acción de ella, de llegar lentamente hasta su cinturón, hizo denotar que el preludio de esta pieza estaba por terminar, lo que daría paso al inicio al desarrollo del acto principal.

-¿Eh? - Con un tono un tanto juguetón - Todo dependería de que tan grave quisieras llegar a hacer tales quemaduras...- Lentamente, acariciando sus labios de forma circular con el pulgar, acercándose lentamente a sus labios - Después de todo, lo divertido de jugar con fuego es el miedo que pueda llegar a salirse de control- Se dispuso a besar sus labios, para lentamente bajar hasta su cuello, e intensificar la acción con leves mordiscos, y nuevamente dirigirse a sus labios cada vez actuando de manera más intensa y mordiendo su labio inferior.

Dejándose llevar por la excitación, y manteniendo la calma al mismo tiempo, procedió a responder a tal traviesa acción provocada por el mismo momento. Instintivamente procedió a conectar ambas lenguas, y haciendo nacer con cada movimiento el deseo que, en un azar difícilmente explicable y al cual no se buscaba respuesta, estaba naciendo poco a poco en cada movimiento.

Sintió el impulso de recorrer su ser en ese mismo instante, se apresuró en el arrebatado acto de pasi+on presente, lentamente deslizándose hacia la cama, dejando el cuerpo de ella extendido bajo el suyo, sujetando sus brazos con sólo su mano izquierda y con la derecha, lentamente masajeando su cuerpo sin tener recato alguno, sin dejar centímetro sin recorrer, y a su vez atacando su cuello con ligeros mordiscos, y dejando extender su aliento hasta su nuca.

La joven deslizó una de sus manos hasta a aquel bulto creciente ante la presencia de ella, sintiendo como lentamente era acariciado de una manera cuidadosa, y a la vez juguetona, queriendo incitar a más acción.

-¿Eh? ¿Jugar un poco? ¿Sólo un poco? - Remarcando con un tono un tanto sarcástico lo dicho. Lentamente terminó por librarle la otra mano acercándola hacia si, y con un fulgor creciente, despojaba cuidadosamente de sus ropajes a la fémina que tenía enfrente, mientras ella hacía lo mismo con él. Procuró dejarla sólo en su ropa interior, el placer de arrancársela en un arrebato pasional, era un gozo que debía ser saboreado lentamente.

Se dio rienda suelta a la pasión. Él lentamente recorría su cuello, besándolo, presionando y succionando en los lugares precisos; se acercó a sus pechos bajando ligeramente, dejando que su exaltación se hiciera presente, procediendo a lamer uno de ellos, utilizando levemente los dientes, sin tener reparo en la joven que gemía; a su vez recorría lentamente su cuerpo para llegar a su entrepierna, gradualmente acariciando, aumentando intensidad introduciendo poco a poco sus dedos y sintiendo la excitación de su compañera en el proceso.

-Ah...-Dejando escapar bocanadas de aire con su aliento, siendo partícipe del vaivén del movimiento de sus dedos y el movimiento masturbatorio provocado en su persona, sintiendo como poco a poco se iba elevando la temperatura de los cuerpos de ambos.

En un movimiento brusco, detuvo toda la acción y el movimiento provocado, arrancando violenta y salvajemente lo poco y nada que quedaba de las ropas de su compañera y depojándose al mismo tiempo de la suya, sin tener reparo alguno en lo áspero del trato.

Lentamente acercó su miembro a la entrepierna de la joven, simulando comenzar el acto, pero no eran más que movimientos superficiales; y al mismo tiempo, mordía su cuello, y lentamente recorrerlo hacia arriba, llegando a su lóbulo, y susurrando de manera frívola en su oído.
- ¿Aún quieres jugar?-Buscando en la provocación, una respuesta efusiva por parte de la presente.