Tragedy (Priv Camus)

Era primero de enero, el día siguiente a la fiesta de año nuevo y del incidente con Zinnia y Reino. La fiesta había acabado alrededor de las 4 de la madrugada y él había abandonado el recinto a eso de las 5.30. Lejos de querer regresar a su mansión, el sueño de Merveilles Records se dirigió precisamente al magestuoso edificio de su empresa como si fuera un niño volviendo a su escondite secreto. Por ser el primer día del año, la actividad en Merveilles era muy baja, solo rondaban algunos guardias y una que otra alma que algo había olvidado en su oficina que con sorpresa le vieron llegar más no emitieron comentario alguno, tan solo se limitaron a dar un simple, pero respetuoso saludo que el jefe respondió con una sonrisa cancina.

Pese a que aquel se trataba de un día decretado como festivo para toda la empresa, ahí estaba él, caminando cabizbajo por los pasillos del edificio. Se detuvo frente a una máquina expendedora en medio del pasillo, pues lamentablemente la cafetería se encontraba cerrada. Sentía su mente flotar, era un estado caótico donde parecía que el gran número de ideas, cuestionamientos y pensamientos que le bombardeaban terminaban por nublar su mente, dejándolo completamente en blanco, tanto como para mantenerse presionando el botón de la máquina que indicaba el café en lata que quería, incluso cuando este ya había caído hace quién sabe cuánto.

Un suspiro pesado se escapó de sus labios, Regan Vosuet se veía derrotado.

Cualquiera en su sano juicio tomaría el 1 de Enero para dormir hasta tarde pero el casi(insano) orden en su trabajo no permitía a Camus tener descanso si sabía que debía cuadrar datos de sus ahora representados.

Debía ir al sello por unos cuantos papeles que, en descuido de la secretaria no había guardado dentro de la carpeta y que necesitaban ser revisados para realizar unas cuantas entrevistas y sesiones de fotos.

Ya daban las 8:00 am, era un día de verano por loo cual el Sol daba una suave sensación de quedarse bajo sus rayos. Era, como solía decir el mismo conde un día completo y el hecho de que solo unos cuantos estuvieran rondando el edificio lo ponía de mejor humor.

Iba con su celular, hablando tranquilamente con su hermana- Si, no te preocupes, puedes sacar a Alexander y cabalgar con él si lo deseas, esto no me tomará mucho tiempo- Mientras decía esto caminaba por los pasillos hacia las oficinas,giró hacia la derecha cuando de repente a sus ojos llegó la sorpresiva visión  fantasmal y deprimente de un sujeto en la maquina expendedora.

Spoiler:

Recuperó la compostura luego de maldecir en su lengua nativa para cerciorarse que efectivamente era su jefe quién parecía un muerto en vida. Difícil de creer.

Se...ñor Vosuet?- pestañeo unas cuantas veces al observarlo- Espere...-si, no podía obviar el hecho de que llevaba el mismo traje que en la fiesta de año nuevo- No me diga que no ha ido a casa ¿Qué está haciendo aquí?- miró la maquina expendedora y la lata de café en el deposito. Revo aun apretaba la opción de "café caliente". Tomó la lata en una manera de disponerle al sujeto la bebida- ...- estaba fría- Señor...

Spoiler:

Tan hundido estaba en la nube de su mente que ni siquiera se percató de la presencia de Camus incluso cuando este ya le había dirigido la palabra. Solo cuando el rubio pasó a su lado para recoger la lata que había sido olvidada, Regan salió de su ensimismamiento y dio un brinco leve cuando el otro lo llamó.

" Ah, Camus ¿Qué haces aquí? " Preguntó completamente desorientado en el tiempo, dibujando una sonrisa especialmente forzada en sus labios, cosa muy inusual en él. De hecho, de no ser por las gafas oscuras, el semblante del castaño probablemente sería aún más terrible.

Regan no había escuchado la pregunta previa, pero solo con mirarlo era claro que Camus había dado en el blanco, en efecto Revo había ido a parar a ese pasillo al acabar la fiesta del sello, aún vestía las ropas de la noche y llevaba varias horas de pie frente a una máquina expendedora, sí, como un idiota.

El aura al rededor del dueño y señor de esa compañía era completamente depresiva, más que venir de una fiesta parecía venir de un funeral.

Sin decir nada y sin siquiera tomar la lata de café que Camus le había extendido, se giró para caminar cabizbajo y en completo silencio en dirección a su oficina.

Definitivamente Revo estaba en otro mundo ¿Qué era de la primera impresión que le había dado o incluso la energía que emitía cuando estuvo planificando los últimos detalles de la fiesta?

Camus recordaba que el ánimo del músico estaba particularmente "saludable". Se le veía emocionado de recibir tantos invitados, cada miembro del staff podía notar aquello y eso contagiaba a cada persona que trabajaba junto a él por mucho trabajo que este les designara.

El ex idol sostuvo la lata en sus manos con aire dubitativo y casi confuso

"No me digas que estuvo frente a la maquina expendedora tanto tiempo como para que una bebida caliente este fría ¿Acaso sucedió algo en la fiesta?"


Al ver que no era recibida le pareció descortés, creando un malestar interno a su buen ánimo matutino. Pero ver que el gran Regan Vosuet parecía un alma en pena lo devolvió a su usual comportamiento de mayordomo, después de todo ahora era su asistente y mano izquierda


Es lo que yo le he preguntado señor...no parece en muy buena for-oh!¿señor vosuet?

Revo no se quedó mucho tiempo allí, el castaño partió rumbo a su oficina casi rozando la pared como para no perder el camino de lo cabizbajo que se encontraba mientras que Camus maldecía tener que empatizar con un hombre inestable porque...bueno, él no era bueno en ello, él era una persona lógica y que mientras eso funcionara para él no veía el mayor problema.

Pero ¿qué hacer cuando es tu jefe el que está en calidad de zombie emocional?


le siguió detrás intentando de alguna forma cuidar su caminar. Tomó el celular y rápidamente coloco en un mensaje para su hermana: Tengo trabajo, no me esperes, esto es complicado.

Llegando a la puerta esperó que el susodicho abriera con sus llaves- ...-

silencio

Amm...Señor... la puerta...

Regan continuó su caminar como si el único objetivo de su existencia fuese llegar a la puerta de su oficina ¿Para qué? Ni siquiera había una razón por la cual debiese ir ahí, sencillamente era el lugar donde se sentía más reconfortado, evidencia de lo trabajólico que resultaba ser en verdad su persona como para que su oficina se sintiera más "su hogar" que su propia casa.

Soltó un automático "buenos días" al entrar a la recepción donde estaba el escritorio de su secretaria la cual, al igual que casi todo el personal de Merveilles, no se encontraba trabajando. Solo eran él y Camus.

Sacó las llaves de su oficina por mero reflejo y se quedó de pie con el aura depresiva a su alrededor.

Spoiler:

Luego apoyó la cabeza contra la puerta soltando otro largo y pesado suspiro. No era que estuviera ignorando a su asistente a propósito, simplemente su atención estaba completamente perdida en el agotamiento físico y mental después de aquella noche. Suficiente había sido aparentar desde la media noche en adelante que todo estaba bien cuando en realidad nada lo estaba para él.

Y aún con la sonrisa forzada en los labios, una lágrima se asomó por debajo de sus lentes oscuros delatando su colapso. La situación era seria y de ser conciente de cuan patético estaba siendo, le hubiese gustado que nadie, absolutamente nadie le viera.

Spoiler:

Camus no lo podía creer ¿En serio esto estaba pasando?En ningún momento pensó que tomar este puesto le traería un problema como este. Se encontraba bajo una situación completamente fuera de su control. El aura depresiva era casi absorbente, el rubio estaba se veía bajo una situación tan ajena a él que estaba a punto de pedir consejo a una guía de autoayuda

Buenos días

Spoiler:

Y cuando vio asomarse la lagrima por debajo de sus lentes oscuros el ex idol tragó con dificultad

Spoiler:

tomó las llaves de las manos contrarias- Permitame- abrió la oficina y con un ligero empujón en la espalda lo hizo pasar.

Quédese aquí, iré por algo caliente, lo necesita...Vengo enseguida.

Lo dejó en su oficina y comenzó a caminar a la suya para ir a buscar sus usuales implementos para tomar el té. Quizás Camus no era el mejor para ayudar a Revo en estos momentos, pero sabía que al menos algo caliente podría ayudar en cierta manera"Oh al menos eso mejora mis ánimos...".
 Mientras intentaba llamar a Reino, sentía que estaba en el lugar equivocado, que supuestamente este hombre de confianza debía hacerse cargo de esto.

El ligero empujón de Camus lo hizo pasar a su oficina la que lucía sombría ya que los pesados cortinajes cubrian los ventanales que la mayoría del tiempo mostraban una vista panorámica de Glass City.

Continuando con su estado automático Regan arrastró sus pasos hasta llegar al medio de la sala, ahí donde estaba el sillón en el que normalmente recibía a sus visitas. Parecía un buen lugar como para morir descansar. Tal vez en otro momento u otro estado mental Revo hubiese optado por su silla y su guitarra, pero ahora mismo y como pocas veces en su vida, no quería tocarla, no quería pensar u hacer nada, solo quería recostarse un momento en un lugar confortable y dejar de pensar una y otra vez en lo que había escuchado y en lo que había visto.

¿No era simplemente su mente jugándole una mala broma? Quizás solo estaba asumiendo cosas por su cuenta, pero de haber sido así entonces las expresiones en los rostros de las dos personas que quizás más estimaba no se justificaban.

Lentamente dejó caer el cuerpo sobre el sillón y se acurrucó a un cojín que estaba encima en una posición desastrosa y derrotada. La verdad es que Regan ahora mismo parecía un adolescente con disturbios emocionales más que el genio que se supone que era.

Spoiler:

Sus pasos eran rápidos gracias a las largas piernas que poseía. Realmente no tenía ni idea como tratar a su jefe ¿quién demonios le habría dicho que tenía que ahora ser la niñera de un hombre adulto? Estaba prácticamente orandole a la reina de Permafrost por ayuda.

No, olvídate de eso, ella era la causante de este asunto y seguramente  diría algo como "Por favor, cuida de él, atiéndelo en todo! No puedo pensar en Regan triste!"

Volvió a suspirar, molesto. Estaba a punto de iniciar unas cuantas frases llenas de improperios al estilo Permafrost cuando por fin la llamada a Reino conecto:

Ah! Buenos días, me alegra poder contactarlo. Lamento llamar tan temprano por la mañana, sobre todo en un día como este pero...verá..El señor Vosuet se encuentra en un estado muy desfavorable. Luce deprimido, quizás yo no soy el mejor para estar con él en estos momentos. Oí de su propia voz que usted es su hombre de mayor confianza por lo que estimé prudente informarle del asunto para que se hiciera cargo de él. En este momento está en su oficina y  al parecer no ha regresado a su hogar desde la fiesta de año nuevo.
¿Usted podría venir a buscarlo y hablar con él?

Trató de sonar lo más claro posible sin dejar de ser amable o formal y es que Reino DEBÍA venir.

Beber no solucionaría nada. Eso lo sabía muy bien.

"Pero vamos, ayuda a dormir."


Para Reino, la mañana del primero de enero se presentó con una horrible resaca y una canción que se coló repentinamente en la habitación. Esto le desorientó, mas no tardó en recordar que la radio estaba programada para despertarle todos los días a las 6:30 A.M. Y ese no sería la excepción. El hombre arrugó el ceño al escuchar la agradable melodía de jazz. En cualquier otra circunstancia hubiese sido una delicia despertar de ese modo. No hoy.

Abrió los ojos con lentitud y solo entonces notó que estaba amaneciendo.

En ese momento se encontraba echado de espaldas sobre su cama con la mirada clavada en el techo y la mente en blanco. Llevaba puestas las mismas ropas de la fiesta de año nuevo y su única compañía eran numerosas latas vacías de cerveza, una botella de vino abandonada a un costado y otra de vodka a medio terminar. Cada cierto tiempo se dormía, pero siempre volvía a despertar. Llevaba así desde que llegó de la fiesta.

— Just the two of us... Building castles in the sky... ♫~♫~ — Cantó en un murmullo débil.

Empezaba a disfrutar aquél deplorable estado cuando su móvil sonó.

Tuvo el impulso de ignorar la llamada pero al intuir que podía tratarse de una emergencia se incorporó lentamente para buscarlo. Al dar con él reconoció el nombre de Camus en la pantalla. Se trataba de uno de los managers que había conocido en la reunión de hace un par de meses.

— ¿Hola? — Contestó después de bajar la radio al volumen mínimo. Le extrañaba que le estuviera llamando desde tan temprano y en un festivo, pero la razón de ello no tardó en llegar. — ... — "Regan me necesita..." se dijo momentos antes de saltar de la cama y partir con lo puesto al sello, guiado por un primer impulso de sorpresa y preocupación, pero se detuvo apenas cruzó el umbral de la puerta de su apartamento. "No... No puedo..." concluyó al recordar lo sucedido la noche anterior. Por un instante, todo eso pareció ser parte de un mal sueño. Pero no era así. — Lo siento... Yo... No creo poder ayudar en esta ocasión... — Respondió a su interlocutor con voz titubeante pero clara. — Si te soy honesto, creo que soy la última persona que quiere ver... Seré más un incordio que una ayuda, así que te pido por favor que te encargues de esto, Camus. Por favor cuida a Reg... A Revo. — Se corrigió al final antes de colgar.

Había sonado tajante y sereno, pero la verdad es que aquella información acababa de avivar su angustia, sentimiento que el alcohol no sería capaz de borrar.

Era totalmente increíble. Allí estaba, con el celular en la mano mirando la pantalla mientras la puerta del elevador se abría.

...-sintió que el piso levemente se congelaba y reaccionó, estaba perdiendo los estribos demasiado fácil¿que demonios le pasaba?Apretó el celular. Tomó aire mientras que sentía la cien palpitarle y es que ¿que iba a hacer ahora?- Piensa con calma, Cryzard.

Comenzó a analizar el tema, era definitivo que Reino o era el causante de la depresión de su jefe o estaba vinculado con ello, de no ser así no veía otra razón para que la mano derecha y mejor amigo de Regan Vosuet no saltara a buscarle para ayudarle. 

El elevador comenzaba a bajar, la mano del conde se posó sobre sus labios, pensativo. Él sabía que no tenía tacto, cuando peleaba con miembros de Quartet Night generalmente era Reiji Kotobuki el que se metía en medio o incluso en algún momento Haruka se veía en aprietos porque al señor de frías tierras no se le daba bien expresarse.

Suspiró, las puertas se abrieron y Camus no tardo en ir a su oficina y sacar lo que buscaba para volver a la oficina del hombre en estado oscuro.

"supongo que lo único que puedo hacer en estos momentos es lo que suelo hacer, pero este sujeto no es una mujer que pueda calmar ni nada por el estilo de hecho...es tan extraño que no sé como tratarle"-dirigió el carrito para llevar las cosas y golpeó antes de entrar...aunque en realidad no esperaba respuesta así que solo entró.

La visión fue incluso más deprimente que antes, un cuarto oscuro, el hombre sobre el sofa donde Camus se había sentado para conversar con él y la carente ausencia de felicidad en el hombre. Volvió a suspirar.

Buscó un lugar con corriente para conectar el hervidor de agua y dejó que el tiempo comenzará con el resto para hacer el té.

Se dirigió a las cortinas y las abrió de par en par, claramente dejarle en oscuridad no era la mejor opción- Señor, no quiero ser impertinente pero he pensado que en su estado es buena idea pedirle ayuda a alguien cercano para que pueda conversar con él ¿Le ha sucedido algo no es así? porque es un hecho que no se encuentra bien... ¿Tiene a alguien a quién recurrir en momentos como este?- se volteó para ver la reacción del contrario, obviamente sabía que reino era esa opción pero el poco tacto y las ganas de saber si realmente sus suposiciones eran correctas en este momento eran más fuertes.

Al entrar de imprevisto mucha cantidad de luz a la oficina cuando Camus abrió las cortinas, Regan no pudo evitar esconder el rostro en los almohadones, incluso si aún mantenía puestos sus lentes oscuros. Hizo una pausa sospechosamente larga antes de contestar, sin siquiera volver a alzar la cabeza.

"¿De que hablas Camus? Estoy bien." Dijo con una voz que parecía más bien venir de alguna clase de espectro más que de un hombre vivo. No era que Regan soliera actuar como un niño, aunque una parte de su personalidad claramente era como uno, era una faceta que solo unos pocos conocían de él. Ahora, mezclado con la pocas (nulas) horas de sueño, el estrés y el agotamiento emocional, hacían de Revo un completo y evidente desastre.

"Estoy bien." Volvió a repetir como si intentara auto convencerse de ello. Si negaba la situación, no tendría que responder la pregunta de Camus y por consecuencia, tampoco tendría que admitir que la única persona que podría contenerlo en un momento como ese era Reino, quien precisamente era uno de los involucrados en lo que lo tenía así de mal.

Dio un gran suspiro, digno de un adolescente.

Las reacciones de un niño deprimido cualquiera eran algo que solamente había visto en los infantes de palacio o estudiando a personajes en películas varias pero ahora definitivamente sabía cara a cara que era verlo. Su jefe estaba en una completa negación y Camus sólo entrecerró los ojos al ver como se hundía en la almohada como si tal objeto estuviera relleno de su propia miseria.


Dejo que el silencio impregnara la sala, lo único que lo rompió fue la supuesta confirmación del "perfecto estado de ánimo" y luego el sonido de que el agua estaba tomando temperatura- Oh...¿es así?- Camus se dirigió a la mesa y comenzó a colocar la vajilla para servir un reconfortante té caliente para su jefe y aunque su voz sonó como el usual tono de mayordomo no escatimó en recalcar las siguientes palabras-Entonces¿qué tal estuvo su noche, señor? Fue una gran noche¿no es así? estuvo preparando ese evento con mucha dedicación, debió ser inolvidable. 

Un largo silencio de nuevo, un muy largo silencio. Luego una risa desganada y casi espeluznante acompañada de un forzado gesto para restarle importancia mientras intentaba reincorporarse en el sofá.

" Los eventos como estos nunca son buenas jornadas Camus. Ya perdí la cuenta de cuantas horas llevo sin dormir." Dijo esbozando una sonrisa tan agotada y resignada que a cualquiera que le hubiese visto, le hubiese oprimido el pecho.

Spoiler:

"Fui muy ingenuo." Comentó al aire, en parte en relación a la fiesta y en parte también a sus problemas personales, pero claramente no había intención alguna de explicarse frente al conde, ni frente a nadie. Odiaba esa clase de eventos sociales, odiaba la formalidad que debía cumplir con los medios de comunicación, cómo debía darle trabajo a Sadie Brauss y a toda la orda de paparazzis a su servicio. Estaba molesto con no haber podido disfrutar en lo más mínimo su año nuevo.

"Al menos ya acabó." Dijo esta vez pareciendo más serio y sensato, quitándose los lentes para masajear el tabique de su nariz, terminando por resfregar su rostro con la palma de su mano como si de verdad estuviera luchando por mantenerse conciente o cuerdo. Dejó las gafas oscuras sobre la mesa de centro y luego se dejó caer hacia atrás, apoyando la cabeza en el respaldo del sillón.

Tal vez era momento para unas vacaciones.

"...." Pero inmediatamente luego de ese pensamiento, se inclinó hacia adelante, apoyando sus codos sobre sus rodillas para cruzar los dedos frente a su rostro en una pose muy pensativa, exageradamente pensativa.

No. Las vacaciones no eran una opción.

"Bueno, en realidad los eventos de esta magnitud suelen ser realmente agobiantes pero¿no es mejor en ese caso darle el trabajo a otras personas?...me pregunto que tan inmiscuido estaba en todo esto...aunque teniendo en cuenta los datos, este tipo parece calcular todo como si fuera un mapa muy bien logrado.Debió ser una pesadilla, más si sucedió algo con Reino."

El rostro ajeno al revelar esa sonrisa le dejó ciertamente descolocado, pudo incluso sentir cierta empatía ante el sujeto y eso realmente era mucho decir para alguien como Camus. Sus hombros se bajaron sutilmente y su rostro de igual manera aun cuando no dejaba de verle.

En el momento en que dejó los lentes pudo ver claramente los ojos enmarcados en un tono algo oscuro y violáceo digno de lo que son las ojeras por el cansancio. Las conocía, alguna vez tuvo que maquillarlas en su rostro cuando todo era demasiado complicado en Permafrost y en la agencia. Por un momento empezó a comprender todo lo que estaba pasando y que quizás había sido demasiado incisivo con lo último que había dicho.

Regan parecía por un momento querer darse por vencido más no duró demasiado y pronto estaba en una pose completamente distinta. Era posible que en ese preciso momento Camus pudiera entender perfectamente lo que pasaba por su cabeza. No podía conectar con él en cuanto a lo que era lo sentimental pero bien conocía a la actitud de un hombre que se veía inmerso en lo que era su trabajo y era más que seguro que ahora el artista estaba pensando en eso.

Camus sirvió un té de manzanilla en una de sus finas tazas y lo deslizó cerca de su jefe con cierto dejo de elegancia y calma que ahora podía mantener al comprender un poco más la situación.- Es cierto que ha acabado y por lo mismo considero que lo más sensato es tomar un momento para obtener las fuerza correspondientes. Me veo en la...libertad de decirle que usted en este momento luce horrible y que si sigue así de seguro se desmallará y todo lo que haga será una clara falta de tino. Así que ahora, señor Vosuet, yo, Camus debo decirle esto...

Su usual voz de mayordomo se vio remplazada por la grave que solía ocupar con los miembros de Quartet Night y hasta con Shining Saotome que claramente conocía su verdadera personalidad-

Toma ese té, vete a casa y duerme al menos 8 horas. Luego podrás retomar cualquier trabajo que desees hacer...pero ahora eres un desastre que no puede consigo mismo.- Si bien no había ningún tipo de enfado en su voz parecía incluso mucho más serio que antes a pesar de no estar tratándolo de usted- Eres el rey de esta ciudad, incluso un rey sabe que tiene que descansar después de una batalla que lo ha dejado en el suelo.

Dijiste que querías que fuera tu mano izquierda¿no es así? entonces actuaré completamente distinto a tu mano derecha y te haré trabajar tan duro como tengas que hacerlo, pero ahora no vacilaré aunque seas mi jefe.
Haré caso a lo que quieras hacer luego de esto, pero ahora...intenta pensar un poco más claro, estás siendo irracional y eso afectará en tu productividad. 

No sabía si aquello iba a funcionar puesto que estaba intentado ser, dentro de su propio método lógico de personalidad "empatico" con él.  Tenía bien claro que él no era Reino pero por lo mismo tomó la decisión de ser la voz de la razón en casos como estos. Si tenía que luego trabajar el doble, lo haría.

Su mente estaba sumergida en varias cosas a la vez, tanto así que en verdad no prestó mucha atención a lo primero dicho por Camus.

Si tomaba vacaciones justo ahora, estaba seguro que Sadie iba a colgarse precisamente de eso con tal de agrandar aún más todo el asunto. Por el contrario, debía jugar el papel de que absolutamente nada había pasado o la prensa se alimentaría de él. Solo hacía falta tomar una mala decisión para caer en su juego. Pero aunque no lo pareciera el dueño de merveilles también tenía su orgullo y para él hacer "como si nada hubiese ocurrido" no era suficiente, le daría mejores cosas de qué hablar a Brauss.

La idea comenzó a encenderse en su cabeza, la posibilidad de no solo realizar un gran evento, sino de volver el mismo al escenario, a componer e interpretar su música de nuevo crecía segundo a segundo. El año recién comenzaba, los conciertos de verano seguían en pie, y también la obra escolar, no podía hacer nada durante el primer semestre y para organizar algo en verdad seis meses no serían suficientes, así que lo más coherente era planear algo para la segunda mitad del año.

¿Halloween o Navidad?

Iba a preguntarle a Camus su opinión cuando de pronto notó que este le dirigía la palabra de una manera más directa y seca, menos formal, pero incluso más tajante que otras veces.

"Oh." Se escuchó su leve exclamación de sorpresa, luego sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa, incluso si lucía agotado. Aquella combinación era extraña, media espeluznante, pero completamente suya.

"¿Así que esta es tu verdadera voz?" No lo decía con sarcasmo, sino con genuina sorpresa y algo de alegría incluso. Significaba que de alguna manera Camus comenzaba a bajar su guardia.

"Mmh, discrepo. Lo irracional no tiene porqué ser poco productivo. Incluso un desastre puede traer algo bueno de vez en cuando." Su sonrisa se amplió un poco y sus ojos brillaron. El cansancio seguía, por supuesto, pero ahora había algo que nuevamente le daba esa chispa particular. "Dime Camus ¿Qué sería mejor: Halloween o Navidad?"