(Katherine) La noche es joven (+18)

Oh dios, que una mujer le tomara de la nuca era una de las mejores sensaciones y con tal y de sentir más su lengua insistió en tocar aquel punto que le volviera loca.
Kath era obediente a los deseos de Andrea, jugueteaba con el pecho de la rubia y le gozaba. Todos sus sentidos se encontraban obnubilados debido a lo percibían de ella. La tersa piel, el sabor de su interior, la temblorosa voz, su hermosa cara y el aroma a sexo que emitía... si pudiera emborracharse de todo eso tendría una legendaria resaca sexual debido a ella.

Sonrió orgullosa de sus habilidades al haber logrado que la otra llegara el climax, en lo que Andrea se recomponía, la inglesa empezó a limpiar la entrepierna y jugó por unos breves instantes, dando besos y lamidas.
Aceptó las muestras de cariño pero su cara se tornó roja debido a aquella amenaza. ¿Ahora ella sería la vulnerable? Su orgullo le decía que no pero sus ansias de sexo aceptaron, dejandose besar por Andrea y posteriormente cargar, lo cual le recordó lo pequeña que era en comparación de la escandinava.

Fue llevada a la cama donde ella continuó la acción entusiasta, pero claro que no se los quitaría, aunque el motivo fuera para no sentirse tan baja.
Empezó jadeando en voz baja, intentando hacerse la ruda ante las lamidas y mordidas pero su entrepierna reveló la verdad.

- Bueno, es imposible no... ahh~... reaccionar al estar con una mujer t-tan excitante... - se mordió el labio, recordando lo hecho hace poco.

Verla sonrojada la hacía ver más linda. Porque a pesar de tener esa apariencia seductora y segura de si misma, ese tono carmín le daba un toque lindo y vulnerable que también me atraía en una mujer.

Empecé a lo mío escuchando sus leves jadeos que lo único que hacían era prenderme más y querer hacerla gritar de placer por toda mi habitación. Cuando mis dedos jugaban con su intimidad se empezaron a llenar de aquel jugo íntimo. -Jeje...Verás que tan excitante puedo ser...- La miré mientras sacaba mi mano de su intimidad y lamía mi dedo índice en frente de ella.

-Ahora, se buena niña y deja que te consienta- Me hinqué en la cama, levantándola de la cintura para llevar su entrepierna cerca de mí y empezar a darle placer oral a su clítoris, muslos e intimidad: Primero empecé con suaves besos al rededor, casi iguales a los que me ha hecho, pero luego queriendo que ella gimiera más, no me contuve y me fui a su clítoris y al interior de su vagina; lamiéndola e insertando mi lengua en su interior, a su punto delicado.

Para acompañar la actividad, mientras seguía sosteniéndola de la cintura con una mano, mi diestra se fue a uno de sus pechos y empezó a juguetear con su pezón; primero masajeando suavemente su seno, luego jugando con la órbita de su pezón, para después concentrarme plenamente en el.

Los jadeos no aumentaron al principio de intensidad, solo en cantidad. Colmaba las ansias que le provocaba el placer de los dedos ajenos en su intimidad aferrandose a las sabanas o cobijas.
Recordó entonces que en la cama era más difícil el sexo oral, así que colocó una almohada en su espalda baja para que quedara más arriba y así no complicarle la vida a Andrea en lo que ella lamía sus dedos de una manera excitante que la hacía querer incluirse en aquel juego.

- Yo no soy una chica buena Andrea~ - le respondió mientras se abría de piernas ante ella - Pero me dejaré consentir, me lo merezco.

Aunque intentara parecer ruda, la inglesa empezó a quebrarse fácilmente cuando aquella lengua empezó a jugar con ella, provocando estremecimientos en su cuerpo que hicieron sus gemidos más audibles. Esto siempre le recordaba cuanto las mujeres eran superiores a los hombres, tenían una mejor técnica para el sexo.

- Mnnaa... ¡¡Aaah~!! - la lengua dentro de ella alteró el ritmo de su respiración haciendo que sus senos se movieran de manera arrítmica, siendo uno de ellos presa de la mano de la chica, en específico su pezón -... Gy-gyaah~

Había perdido su control apenas empezando el round.

Antes de que mi lengua jugueteara con su clítoris, le sonreí de forma seductora. -¡Tienes razón! Niña buena o no...- Ahí fue cuando pasé mi lengua por su clítoris. -...Sí te lo mereces.

Mi boca siguió dándole placer a su intimidad, sin dejar que mi lengua se detuviera en su punto débil. Es mas, entre más fuertes eran sus excitantes gemidos, cada vez jugueteaba más fuerte con toda su entrepierna. En mi caso sólo se escuchaban las rápidas bocanadas de aire que hacía para no interrumpir el momento.

-¡Linda chica!...- Dejé la mano que jugueteaba con su pezón para apoyarla mejor: sus piernas las descansaba en mis hombros y mis manos la sujetaban entre sus caderas y sus nalgas. Ahora que estaba apoyándola más cómoda, decidí hacer mis movimientos más fuertes; insertando al máximo mi lengua y sacándola para que esta rozara su clítoris, haciéndolo repetidamente.

Sin poder contenerme por lo excitada que me tenían sus gemidos y al tener toda su entrepierna mojada, fue cuando la acosté suavemente y junté nuestros clítoris para empezar a frotarse entre si.
Como pude la besé en los labios mientras caderas se movían al mismo ritmo, y nuestros gemidos ahogados entre los labios alimentaban nuestro ambiente. Un hilo de saliva se vio cuando nuestro beso terminó e incorporándome a una posición más cómoda, viéndola desde lo alto mientras nuestros cuerpos seguían moviéndose al ritmo de nuestras caderas.

-Agh...¡Quiero escucharte toda!...¡No importa que toda la ciudad nos escuche!...Que esos gemidos den celos a cualquiera que los escuchara...- Nuestros audibles jadeos y gemidos eran música para mis oídos y alimento para mi cuerpo que pedía volver a llegar al clímax junto con ella. -¡Ah!...¡Kath!...¡No te contengas!- Decía en voz alta mientras me apoyaba en su pierna y mi otra mano volvía al ya reconocido pecho de Katherine.

El cuerpo parecía convulsionar ante los movimientos de la lengua, que se paseaba exquisitamente en su interior y sobre su ya muy sensible clítoris; que incluso las bocanadas de aire, que al exhalar chocaban con su entrepierna, estremecían su cuerpo. La podían tocar con una pluma y eso incluso la volvería loca.

Más comoda no podía estar con Andrea, e incluso se tomó la confianza de aprovechar el momento y cruzar sus piernas para que no pudiera escapar de ahí. Sus manos fueron hasta la hermosa cabellera rubia de su amante de la cual se aferró con gran emoción.

- Yeah~... Aaah!, Andrea you bitch! - se le escapó la maldición pero se lo merecía, ¿cómo podía una mujer tener tanta habilidad con su lengua? Aquello incluso era sublimemente terso que sentía como su cuerpo se derretía. Pero no era eso, simplemente estaba mojadísima de su entrepierna.

Su cuerpo débil de fuerzas fue fácil de manipular que ella hizo lo que quizo, sus entrepiernas se frotaban ansiosas. La inglesa correspondió el beso, las lenguas se lamina entre si, Kath no evitó morderle y abrazarle por breves instantes.
Andrea se veia sexy de esa manera, tan dominante con ella al dictar los ritmos y el como poseía su cuerpo.

- Ah, ah... n-no quiero terminar ¡no quiero~! - sus caderas se movieron desesperadas de más placer, pero Kath quería que esto fuera eterno a pesar de que sabía que el orgasmo sería lo mejor de todo - An-andrea ¡Andrea!... Oh fuck~.... ¡¡Gyaaahhh~!! - Su espalda se arqueó al sentir aquel espasmo orgásmico por todo su cuerpo volverle loca.

Saqué mi lengua donde aún colgaba un leve hilo de saliva, y le sonreí ante su comentario. -Las niñas lindas como tú no deberían maldecir- Como castigo, mi lengua tuvo que introducirse a su intimidad para que ese espasmo recorriera todo el cuerpo de Kath.

La excitación del acto sobre nuestros cuerpos desnudos me hizo mover mis caderas lo más rápido posible sin detenerme, mis labios y mi lengua que apenas podía controlarlos jugaban con la lengua ajena por el tiempo que los posee ahí, y su mano en mi cabello...¡Dios, sabía cómo darle más calor al acto!

Podía sentir como nuestras piernas se ponían tensas cuando nos acercábamos al clímax, conteniéndonos lo más posible. Al igual como yo, no quería que esto terminara. -¡Tampoco yo!...Me gustaría estar así para siempre...ah...ah...- Mis gemidos y mi voz quebrada estaban tan mezclados que me era casi imposible hablar bien.

-Kath...Kath...Ka...¡aaahhh!- Nuestras voces sincronizadas fueron calladas por el gemido de placer de la otra. Al igual que ella, ese calambre recorrió toda mi espalda, sintiéndolo por todo el cuerpo haciéndome arquearme e impulsándome un poco para enfrente, deteniéndome con mis manos a los lados del rostro de Kath viéndola a los ojos.

Jadeando, nos mirábamos frente a frente. Me recosté suavemente sobre ella, depositando ambas manos en su mejilla y besar sus labios, esta vez de una forma suave y serena. Mientras que acomodé mejor mis piernas para poder estar más cómoda junto a ella. -¡Eso fue...maravilloso!- Mi voz débil pronunció esas palabras cuando nuestros labios se separaron un poco, acomodándome un poco a su lado, pero sin dejar de abrazarla ni despegarme de ella.

Se contrajeron los dedos de las manos y los pies cuando aquella lengua entró en ella, cuantas sensaciones, cuanto placer. Katherine se ponía roja de la cara, avergonzada de su manera de actuar tan vulnerable pero a la vez de toda esa calentura que no podía controlar.

Pero aquella pose que la volvía mas loca fue cuando ambas intimidades quedaron en contacto, el roce se aquellos labios, lo que escurría de cada uno de ellos, la mano blanca que se aferraba a su pecho canela... le afectaba más su ya sensible cuerpo.

- Aah... mmngh!... An-andrea~ - sus manos libres se dedicaron a lo único que quedaba libre, a acariciar su propio clítoris y el de su amante en turno, sobreestimulandolas con más placer. - N-no puedo más~ ¡¡Andrea~!!

Aquellos últimas oleadas de placer fueron las mejores, ahí estaba el climas y aquel estado de paz de mente y cuerpo, en que ambos fueron complacidos en todos los sentidos.
Kath abrió poco a poco los ojos, teniendo frente a ella a aquella belleza rubia que le besó con dulzura.

- Creo que... haa~... ya te lo han dicho antes, pero tienes unos ojos preciosos - suspiraba en lo que se dejaba abrazar - Of course~, conmigo todo es maravilloso - dijo llena de orgullo - tu también lo fuiste poppet - le plantó un beso en la mejilla

Su mano en nuestras intimidades me había agarrado desprevenida, dándome un espasmo más grande mientras nuestras caderas se movían para llegar el clímax. Mis ojos se habían abierto por eso, pero una vez que pude seguir controlándome los cerré para sentir el cuerpo de mi amante y el mío.

Su mirada; sonrojada y jadeante era tan linda que podía comérmela a besos. Pero creo que abrazarla y pasar el resto de la noche junto a ella sería suficiente para mí, era algo que disfrutaba después del sexo, pero que no ocurría seguido con parejas de una sola noche.

-Jeje...Sí, es muy común que me lo digan, pero siempre agradezco el cumplido...Tus ojos son hermosos, al igual que tus labios...y- Recorrí un poco con mi vista lo que podía ver de su cuerpo, mordiéndome los labios y sonriendo. -...al igual que el resto de ti- Sí, ella era maravillosa, y un gran espíritu libre al parecer.

Sonreía ante su elogio sobre mí en el acto, que también estaba consiente. -Bueno, cuando dos expertas se juntan cosas increíbles suceden- Sonreí acunándola más en mis brazos mientras que acariciaba uno de sus flecos de esa gran y hermosa cabellera negra.

Nos quedamos mirando un par de minutos, hasta que recordé que había permitido que siguiera usando los zapatos durante el acto. Invitándola a que estuviera más cómoda le dije: -Sé que me excita ver a una hermosa dama desnuda usando sólo una prenda, pero si quieres puedes ponerte más cómoda y quitarte los zapatos...A no ser que ya haya sido suficiente para ti y quieras retirarte dejándome sola en la cama- Fingí un rostro "triste" mientras la veía a los ojos.

- También me lo dicen muy seguido... pero cuando es en el momento adecuado, es bonito, justo como ahora.

Se dejó acunar, aprovechando esos momentos de "cariño" por otra persona, después del sexo era reconfortante y tranquilizado. Era cuando menos se sentía sola debido a que su circulo social se achicaba poco a poco.
De tanto tiempo así estaba a punto de dormirse, pero recordaba las cosas que tendría que hacer al día siguiente y la hacía aterrizar en la realidad adulta y con responsabilidades. Solo faltaba el momento para zafarse de aquella situación, pero Andrea ofreció la oportunidad.

- Bueno, la verdad es que tengo que irme, no puedo quedarme - le siguió el juego haciendo ella un puchero - Los adultos tenemos que trabajar - poco a poco se alejó de ella y buscó su ropa en la habitación. Se la puso de manera erótica para tentarla de nuevo, pero no era como si planeara un segundo round. - Pero en serio fue divertido, no lo niego.

Sonriéndole la besé en la frente cuando dijo ese comentario. De alguna manera lo tomé como un "gracias por el halago". A pesar de ser una pareja de una sola noche, me gustaba tratarla con cariño.

Por desgracia las responsabilidades rompieron el lindo momento que teníamos, y Kath tenía que irse. Me dirigí a ella con mirada lujuriosa -De acuerdo linda. Lástima que no te puedes quedar, te hubiera hecho el desayuno temprano. Pero...- Me acerqué y le di un beso antes que se levantara. -...Las responsabilidades son importantes- Me levanté para acompañarla, aunque yo no me tomé la molestia de vestirme de vuelta.

La miré sin dejar de quitar esa mirada que le había dedicado en la habitación y luego la acompañé para despedirme. -Yo también lo disfruté- Acaricié su mejilla y luego tomé su mano para que sus dedos pasaran desde mi abdomen hasta el cuello, y luego besé la palma de esta con una sutil sonrisa. -¡Sueña conmigo!

- Que curioso, a mi siempre me gusta levantarme temprano para hacer el desayuno a mis amantes - iba en todos los sentidos que uno quisiera imaginar. Antes de que se separara de ella, le dio un beso tan apasionado como cuando empezaron, sus lenguas juguetearon, ella mordió sus labios hasta que se acabo el aire - Lo siento, es que no quería olvidarte.

Quedo de nuevo vestida, aunque no era como si su vestido pudiera esconder el hermoso cuerpo que poseía. Y a ella le encantó la vista que tuvo de Andrea, que se veía exquisita y ahora no se sentía tan ofendida por ser mas pequeña que su amante. De hecho se sentía con suerte, tenía el porte y cuerpo de una hermosa modelo.

- Espero que podamos vernos de nuevo - de su bolsa sacó una libreta y lápiz, dejando su numero de celular entre su oreja y cabellos dorados - En los fines de semana estoy libre, aunque no siempre - le guiñó el ojo divertida.

Aunque su aire picarón pasó a un sonrojo cuando ella tomó su mano, tentando mas y después finalizó con aquel beso. Le hizo sentir como una princesa... hacía tiempo que no se sentía así.

- Voy a soñarte por largas noches... Y tu no me olvides - se relamió los labios en lo que sus ojos contemplaban por última vez el hermoso cuerpo de la escandinava - Buenas noches, poppet~

Con "dolor" en su corazón salió de la puerta y se alejó de aquel departamento que escondía su noche de pasión emocionante y atrevida. Solo escapó un suspiro pesado.

Que gran noche.