Organizando a tiempo (Privado Delegados)

“El Musette es pequeño”, dijeron. “No te perderás”, dijeron. “Será divertido” ¡Dijeron! ¡Estoy llegando y no tengo ni la más mínima idea de donde estaba metido! Sé que la puerta está detrás de mí, así que debo de estar en toda la entrada. Veía gente pasar a mi lado cuchicheando entre sí, alumnas y estudiantes que hablaban alegres de cualquier tema que los jóvenes de ahora solían discutir. ¡Ah, la juventud! Pero tampoco es que sea muy viejo, de hecho, mucha gente me cree más joven de lo que soy, así que… ¡Oh, esperen! ¡Verdad que estoy perdido! No hay tiempo para recordar cuando usaba un uniforme parecido y corría esperando llegar a tiempo a mis clases.

Para mi fortuna, me conseguí (o mejor dicho, tropecé) con alguien que parecía ser un profesor, y fue una muy buena orientación para ir sabiendo a dónde me llevaba cada cosa. Me dio una vuelta por el patio mientras me señalaba cada edificio, cada planta y me explicaba que debía seguir el camino amarillo. ¿Era amarillo, verdad? Miré el suelo debajo de mis pies, y en efecto, era amarillo. ¡Qué genial! Era como el Mago de Oz, pero sin el hecho de que llevaba puesto botas rojas que me ayudarían a derrotar una bruja. En fin, el profesor me indicó que a ser posible me dirigiera a la sala del profesorado donde me darían las instrucciones para las clases y nos despedimos, aunque… ¿Era normal en Glass City que algunos profesores se despidieran con un “Guapo” de por medio?

Seguí el camino amarillo hasta un edificio que parecía ser de estudiantes, ya que la campana sonó y muchos chiquillos salieron por la puerta a tropezones. Caminando contra la corriente, me encontré con la secretaria que me entrevistó para ingresar al Musette, alcé la mano en señal de saludo y me devolvió la sonrisa, haciéndome una seña para que me acercara mientras “nadaba” entre los estudiantes.

- Ah, Ryan, qué alegría verte. – dijo la dama, sonriéndome dulcemente – Veo que estás conociendo el Musette. La sala de profesores está por allá, asumiendo que la estás buscando. Hay un par de muchachitos que están organizando el próximo festival, ¿Por qué no les echas una mano? – me invitó con una mano en dirección a una puerta que estaba al final del pasillo.
- ¡Sin problemas! ¡Adoro los festivales! – respondí, empezando a caminar de espaldas mientras los ánimos se duplicaban con sólo imaginarlo todo – Buena comida, música, luces, espectáculos, ¡Será grandioso! – iba a decir algo más, pero tropecé con mi bufanda que no estaba tan bien puesta a mi cuello y por poco me caigo, lo que hizo que la joven riera antes de entrar a su oficina de nuevo. ¡Qué mujer tan adorable!

Me volví hacia la puerta y me fijé en un joven más entraba, no supe si era otro profesor o era un estudiante, pero era alguien bastante alto. Conseguí llegar a la puerta un segundo después de que él la cerrara (haciendo que, técnicamente, cerrara la puerta en mi cara…), iba a tocar unas tres veces por cortesía para entrar, pero escuché un ruidito como de unas sillas y temí interrumpir algo, así que me quedé unos segundos frente a la puerta para esperar al momento adecuado. No supe si fue por cosas del destino o porque inconscientemente lo había calculado fríamente, pero cuando creí haber escuchado la palabra “profesores”, giré la perilla y entré con extremo cuidado, asomando la gran melena roja por la puerta y después mis ojos, temiendo a haber interrumpido algo de verdad.

- ¿Permiso? – pregunté, abriendo la puerta mientras me incorporaba dentro de la habitación – Eh… Siento interrumpir, pequeños poodles, – había clavado la mirada en la jovencita que estaba allí con una sonrisa ladina y algo nerviosa, a lo que por accidente había soltado mi característico “poodle” de siempre – pero me habían mencionado algo sobre unos chicos que estaban organizando un festival escolar y pues… creo que tengo la tarea de hacerles orientación… o algo así – me acerqué hasta la mesa rascándome la nuca, tendiéndole una mano a los estudiantes con un poco más de confianza – . Muy buenas, por cierto, ¡Soy el profesor de Improvisación!

Pude sentir una mirada curiosa de parte de unos de los muchachos, sonriendo nerviosamente como queriendo transmitirle confianza. También me sobresalté con el gritito de parte de la pequeña poodle que estaba entre ellos, ¿Es que acaso tenía una araña cerca? Me dio un escalofrío de sólo pensarlo, no me gustaban nadita y menos cuando estaban cerca de mi cabello. Finalmente, una voz (y una cara también) conocida llegó a mis oídos, volteando instantáneamente hacia el joven de cabello bicolor que me hizo sonreír de oreja a oreja. ¡Era el joven Lucien! ¿Será pura casualidad o cosas del Dios del Rock N’Roll que ya lo haya visto tantas veces? Bueno, no importa. Estreché su mano y le sonreí de oreja a oreja, aceptando su invitación para escuchar los planes de los poodles.

Acepté los archivos dados por cada uno, echándoles un ojo rápidamente para así mirar algunos expedientes, recordando haber visto uno o dos en los pasillos o en la clase. Miraba de reojo a los que hablaban, asintiendo un par de veces ante las propuestas e imaginándomelo todo sobre la casa de terror: Telarañas colgando, muy poca luz, cosas con qué tropezarse, una sala de espejos, algo como una trampa del suelo que te lleve hasta la sala más terrorífica… ¡Todo sonaba tan genial! Hasta escuchar lo del Host Club, que llamó poderosamente mi atención, aunque el rostro de tomate de la pequeña me había causado risa. Tuve que morderme la .lengua para no reír alto y que creyese que me burlaba de ella, ¡Era tan adorable!

- ¡Oh, la idea del Sello suena genial! – exclamé, mirando con una sonrisa de oreja a oreja a la pequeña Hanako – Podría hablarse con algún miembro o algo. Tengo un par de conocidos dentro, podría preguntarles para saber si están interesados en participar – ladeé la cabeza con la misma sonrisa, cerrando los expedientes que tenía en mis manos – También podríamos incluir grandes puestos de comida, y que hayan diversas competencias y mini-eventos a lo largo del día. ¿Han escuchado acerca de esas competencias de “todo lo que puedas comer” o espacios donde hayan eventos deportivos. Hace poco al llegar he visto que tienen un gimnasio bastante grande, ¡También podría haber algo como una búsqueda de tesoro a lo largo de todo el Musette, aprovechando que es bastante grande!

Ideas, ideas y más ideas. Me sentía repleto de ellas, ¡Es que un evento así daba para muchas cosas! Sentía que todas ellas mermaban de mi cabeza repentinamente, y peleaba con mi lengua para no hablar y hablar y aburrir a los alumnos sólo con mi palabrería. Tenía que ser partícipe que los estaba cuidando y supervisando. ¡Actúa como un adulto, Jones! Después de todo, eras el mayor y supuestamente el más responsable. Dejé los brazos sobre la mesa, todavía con esa sonrisa radiante en los labios mientras los veía a cada uno.