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Aliados por una noche.
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Aliados por una noche.
¿Se había hecho ya un hábito el salir por las noches? Walker caminaba tranquilamente por las concurridas calles de la ciudad, esta era la tercera noche que dejaba la seguridad de su nueva casa por las peligrosas calles. El azabache saco el móvil de su bolsillo y reviso la hora – 11:20- era algo tarde para pensar en una salida nocturna, pero el vicio por el tabaco que se hacía presente en Walker lo obligaba a salir de su cómodo hogar. Faltaban unos 30 minutos para que cerraran las tiendas y la verdad es que no estaba tan lejos de casa por lo menos pensó en todo.
Dando vuelta en una esquina divisó una pequeña tienda al lado de un callejón, tranquilamente se acercó al lugar, jalo de la perilla y entro en el local para ir directo a la caja a pedir una cajetilla de cigarros. Parecía un lugar tranquilo y sin mucho peligro, pero algo era inquietante. Sus ojos que ahora eran de un color violeta, examinaron completamente el lugar topando con la mirada de alguien más, los ojos eran de un color rojo y parecía tener la pupila afilada, como si de un gato se tratase, al recordar los ojos de un gato pudo sentir como los cabellos de su nuca se erizaron, pertenecían a un hombre de tez morena y aparentemente tenia compañía. Pagó lo que había ordenado y caminó a la salida del local, con algo de prisa, de cierta manera no le daba un buen presentimiento el ser observado por esos hombres.
Pero había algo más que le daría problemas. Miro hacia ambos lados de la calle y froto su cara con ambas manos, si bien, ahora tenía prisa de llegar a su hogar, pero no se acordaba que dirección tomar o por donde había venido, más que simple desorientación esto clasificaba como estupidez pura – Maldita sea – Dijo con cierto enfado y opto por el camino contrario por el que había llegado a la tienda.
Pocas veces el azabache se metía en problemas. Claro era pasivo y una persona que no llamaba mucho la atención por lo que hacía, prefería mantenerse neutral ante todas las situaciones y no ser parte de un caos que le trajera problemas, pero esta vez no era el caso. Una mano había cubierto la boca del azabache y un brazo rodeado su cintura. Walker forcejeaba y se quejaba, pero el impacto y la rapidez de la acción no le habían dejado mucho tiempo para actuar.
Sin que se pudiera dar cuenta, estaba acorralado por un hombre que sin duda era mucho más grandes que Andrew. Ese era el momento en el que la política de no golpes fuera considerada basura, pero estaba claro que él no comenzaría una pelea. Pronto se le unieron dos más generando un trio. Walker pudo reconocer los ojos rojos de gato y sentía cierto asco al mirarlos. Estaba tranquilo con la misma cara inexpresiva de siempre, pero atento a lo que pudiera pasar – ¿A qué se debe tanta agresividad? – Fue lo único que dijo el joven, quizá no era una pregunta que se debería hacer en este tipo de casos, pero Walker no había estado en una situación parecida a esta. Su pregunta fue respondida por un puñetazo en la comisura de sus labios y un fuerte empujón que hizo que la cabeza de Andrew golpease la pared de ladrillos – ¿Te gusto la respuesta? – Hablo el aparente líder del trio el cual dejaba ver ahora unos dientes descuidados y amarillentos.
Su labio inferior comenzaba a sangrar, el sabor era ferroso el cual Walker escupió al suelo – No quedó claro, ¿podrías repetir? – Retador regreso su mirada al que le había golpeado, el cual se preparaba para hacerlo de nuevo.
Dando vuelta en una esquina divisó una pequeña tienda al lado de un callejón, tranquilamente se acercó al lugar, jalo de la perilla y entro en el local para ir directo a la caja a pedir una cajetilla de cigarros. Parecía un lugar tranquilo y sin mucho peligro, pero algo era inquietante. Sus ojos que ahora eran de un color violeta, examinaron completamente el lugar topando con la mirada de alguien más, los ojos eran de un color rojo y parecía tener la pupila afilada, como si de un gato se tratase, al recordar los ojos de un gato pudo sentir como los cabellos de su nuca se erizaron, pertenecían a un hombre de tez morena y aparentemente tenia compañía. Pagó lo que había ordenado y caminó a la salida del local, con algo de prisa, de cierta manera no le daba un buen presentimiento el ser observado por esos hombres.
Pero había algo más que le daría problemas. Miro hacia ambos lados de la calle y froto su cara con ambas manos, si bien, ahora tenía prisa de llegar a su hogar, pero no se acordaba que dirección tomar o por donde había venido, más que simple desorientación esto clasificaba como estupidez pura – Maldita sea – Dijo con cierto enfado y opto por el camino contrario por el que había llegado a la tienda.
Pocas veces el azabache se metía en problemas. Claro era pasivo y una persona que no llamaba mucho la atención por lo que hacía, prefería mantenerse neutral ante todas las situaciones y no ser parte de un caos que le trajera problemas, pero esta vez no era el caso. Una mano había cubierto la boca del azabache y un brazo rodeado su cintura. Walker forcejeaba y se quejaba, pero el impacto y la rapidez de la acción no le habían dejado mucho tiempo para actuar.
Sin que se pudiera dar cuenta, estaba acorralado por un hombre que sin duda era mucho más grandes que Andrew. Ese era el momento en el que la política de no golpes fuera considerada basura, pero estaba claro que él no comenzaría una pelea. Pronto se le unieron dos más generando un trio. Walker pudo reconocer los ojos rojos de gato y sentía cierto asco al mirarlos. Estaba tranquilo con la misma cara inexpresiva de siempre, pero atento a lo que pudiera pasar – ¿A qué se debe tanta agresividad? – Fue lo único que dijo el joven, quizá no era una pregunta que se debería hacer en este tipo de casos, pero Walker no había estado en una situación parecida a esta. Su pregunta fue respondida por un puñetazo en la comisura de sus labios y un fuerte empujón que hizo que la cabeza de Andrew golpease la pared de ladrillos – ¿Te gusto la respuesta? – Hablo el aparente líder del trio el cual dejaba ver ahora unos dientes descuidados y amarillentos.
Su labio inferior comenzaba a sangrar, el sabor era ferroso el cual Walker escupió al suelo – No quedó claro, ¿podrías repetir? – Retador regreso su mirada al que le había golpeado, el cual se preparaba para hacerlo de nuevo.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Aliados por una noche.
Con el tiempo comenzaba a conocer mejor la zona, había tomado la costumbre de salir por las noches a vagar por diferentes partes de la ciudad para lograr de esa manera conocer cada rincón y poder moverse a gusto. En sus paseos había descubierto cosas muy interesantes, y conocido personas variadas. Aquella noche no planeaba meterse en líos, deseaba ir a beber algo a un bar que le gustaba cerca del apartamento que rentaba. Llevaba un par de noches coqueteando con una de las camareras y estaba casi seguro de que esa noche conseguiría llevarla a la cama. Las perspectivas eran buenas, intentaría que no bebiera demasiado pues eso estropearía su sangre. Tenía aquella costumbre de alimentarse de sus amantes durante o después del encuentro sexual, dejando de lado cualquier posibilidad de volver a verlas luego. En el caso de la chica era diferente, pues no dejaría de ir a beber a ese lugar, pero era sencillo crear espejismos en las frágiles mentes humanas y hacerle creer que lo había soñado. El sitio estaba lo suficientemente cerca como para ir a pie, además era una noche fresca pues el otoño ya casi iniciaba.
Iba distraído, con los auriculares en sus oídos y tarareando inconcientemente la melodía de la canción que sonaba cuando el sonido de voces cercanas lo hizo detenerse. Al final de la calle podía divisar a un grupo de jovenes que parecían en medio de un pleito. Gracias a su buena visión nocturna no le fue dificil identificar a algunos de ellos, habían tenido un conflicto un par de noches atrás en un antro cuando Ethan golpeo al que parecía ser el "lider" de la banda al ver que maltrataba a su novia. El vampiro tenía muchos defectos, definitivamente podía hacerse una extensa lista con ellos, pero una de sus reglas era no hacerle daño a las chicas. Podía ser una basura en diversos aspectos, sádico y cruel cuando se lo proponía, pero nunca golpeaba a una mujer ni toleraba que otros lo hicieran. Comprobó que ese sujeto era en definitiva una ruina de ser humano al descubrir que el trío se estaba encargando de dar una paliza a otro que estaba en el suelo. No estaba seguro de que se encontrara muy bien, pues apenas se movía intentando protegerse de los golpes que los otros le propinaban sin ninguna piedad. No es que se destacara por ser un defensor de la paz, pero aquello le resultaba demasiado injusto. Además el odio a ese tipo justificaba que se entrometiera sin que lo tacharan de justiciero.
-Parece que se divierten.-comentó acortando la distancia que lo separaba del grupo, y tomando la mano de uno de los chicos antes de que golpeara otra vez al chico en la cabeza. -¿Tres contra uno? -los observó con una sonrisa divertida, incitándolos a que lo intentaran. Estaban evidentemente enfadados por la interrupción y no dudaron en lanzarse contra él, olían a alcohol y probablemente habían consumido también alguna droga. Sus movimientos eran torpes, y a Ethan le resultaba fácil esquivarlos, aunque se notaba que la presencia de los químicos en su sistema los dotaba de mas fuerza y resistencia al dolor. No demoró mucho en dejar a los dos más débiles inconcientes, para después ocuparse del líder, quien a juzgar por su mirada tampoco se había olvidado de él, aún llevaba una venda en la nariz que le había roto un par de noches atrás como castigo por sus actos. Se abalanzó sobre él acorralándolo contra la pared golpeándolo contra esta, no le daría oportunidad, quería terminar eso deprisa, pero no esperó que el humano tuviera un cuchillo escondido en su cinturón que no tardó en clavar en el vientre del pelirrojo. Lanzó un quejido de dolor pero no se dejó vencer, atrapó la malo del maldito y torció su muñeca hasta escuchar que los huesos se partían. Aullando de dolor el muchacho se apartó y Ethan cogió su oportunidad para de un golpe derribarlo.
Las luces y el sonido de la policía lo dejaron atontado por un momento, aunque atinó a quitar el cuchillo de su vientre permitiendo a su cuerpo que comenzara a sanar. Los oficiales se acercaron al grupo, corroborando los signos vitales de los presentes y metiendo a todos en dos autos para llevarlos a la comisaría. A Ethan le tocó compartir el auto con la victima del asunto, el chico estaba repleto de morados y algunos cortes, pero estaba conciente y no parecía tener heridas de gravedad. Probablemente le hubiera salvado la vida, esos tipos lo hubieran golpeado hasta que dejara de moverse. Seguro lo dejarían irse pronto, aunque en realidad desconocía el origen de la disputa no se veía como alguien dispuesto a enfrentar a tres sujetos como esos. -¿Les debías algo a esos tipos?-cuestionó por simple curiosidad, cubriendo con su mano la zona de la herida simplemente para disminuir la hemorragia, para cuando llegara a la dependencia ya habría sanado por completo y sólo quedarían las manchas de sangre oscura en la tela.
Iba distraído, con los auriculares en sus oídos y tarareando inconcientemente la melodía de la canción que sonaba cuando el sonido de voces cercanas lo hizo detenerse. Al final de la calle podía divisar a un grupo de jovenes que parecían en medio de un pleito. Gracias a su buena visión nocturna no le fue dificil identificar a algunos de ellos, habían tenido un conflicto un par de noches atrás en un antro cuando Ethan golpeo al que parecía ser el "lider" de la banda al ver que maltrataba a su novia. El vampiro tenía muchos defectos, definitivamente podía hacerse una extensa lista con ellos, pero una de sus reglas era no hacerle daño a las chicas. Podía ser una basura en diversos aspectos, sádico y cruel cuando se lo proponía, pero nunca golpeaba a una mujer ni toleraba que otros lo hicieran. Comprobó que ese sujeto era en definitiva una ruina de ser humano al descubrir que el trío se estaba encargando de dar una paliza a otro que estaba en el suelo. No estaba seguro de que se encontrara muy bien, pues apenas se movía intentando protegerse de los golpes que los otros le propinaban sin ninguna piedad. No es que se destacara por ser un defensor de la paz, pero aquello le resultaba demasiado injusto. Además el odio a ese tipo justificaba que se entrometiera sin que lo tacharan de justiciero.
-Parece que se divierten.-comentó acortando la distancia que lo separaba del grupo, y tomando la mano de uno de los chicos antes de que golpeara otra vez al chico en la cabeza. -¿Tres contra uno? -los observó con una sonrisa divertida, incitándolos a que lo intentaran. Estaban evidentemente enfadados por la interrupción y no dudaron en lanzarse contra él, olían a alcohol y probablemente habían consumido también alguna droga. Sus movimientos eran torpes, y a Ethan le resultaba fácil esquivarlos, aunque se notaba que la presencia de los químicos en su sistema los dotaba de mas fuerza y resistencia al dolor. No demoró mucho en dejar a los dos más débiles inconcientes, para después ocuparse del líder, quien a juzgar por su mirada tampoco se había olvidado de él, aún llevaba una venda en la nariz que le había roto un par de noches atrás como castigo por sus actos. Se abalanzó sobre él acorralándolo contra la pared golpeándolo contra esta, no le daría oportunidad, quería terminar eso deprisa, pero no esperó que el humano tuviera un cuchillo escondido en su cinturón que no tardó en clavar en el vientre del pelirrojo. Lanzó un quejido de dolor pero no se dejó vencer, atrapó la malo del maldito y torció su muñeca hasta escuchar que los huesos se partían. Aullando de dolor el muchacho se apartó y Ethan cogió su oportunidad para de un golpe derribarlo.
Las luces y el sonido de la policía lo dejaron atontado por un momento, aunque atinó a quitar el cuchillo de su vientre permitiendo a su cuerpo que comenzara a sanar. Los oficiales se acercaron al grupo, corroborando los signos vitales de los presentes y metiendo a todos en dos autos para llevarlos a la comisaría. A Ethan le tocó compartir el auto con la victima del asunto, el chico estaba repleto de morados y algunos cortes, pero estaba conciente y no parecía tener heridas de gravedad. Probablemente le hubiera salvado la vida, esos tipos lo hubieran golpeado hasta que dejara de moverse. Seguro lo dejarían irse pronto, aunque en realidad desconocía el origen de la disputa no se veía como alguien dispuesto a enfrentar a tres sujetos como esos. -¿Les debías algo a esos tipos?-cuestionó por simple curiosidad, cubriendo con su mano la zona de la herida simplemente para disminuir la hemorragia, para cuando llegara a la dependencia ya habría sanado por completo y sólo quedarían las manchas de sangre oscura en la tela.
Invitado- Invitado
Re: Aliados por una noche.
El hilo de sangre que caía por la comisura de sus labios no paraba, goteaba poco a poco y al parecer seguiría así durante unos minutos más. Se limpió con la manga de su camisa nuevamente. Walker era una persona pacifica, pero no era nada débil y frágil. Aquel puño que amenazaba de nuevo con golpear su rostro, fue detenido por la mano del azabache que resistía bien a la presión con su pierna pateó el abdomen del más grande logrando que se alejara de él, sin duda no iba a luchar, no había motivo, pero tampoco se dejaría golpear así nada más, se limpió de nuevo la sangrante herida y la sangre que entraba a su boca la escupió de nuevo. Permaneció en silencio, atento a lo que vendría después, pero el más grande del trio se abalanzo de nuevo contra Walker, dando su duro golpe esta vez en el abdomen del azabache – Tsk- Se quejó sosteniendo su estómago con las manos para después recibir otro empujón logrando que Andrew cayera de sentón al suelo, esta no es tu noche Walker.
Al parecer los tres hombres no tenían nada que hacer, más que molestar al primero que les pasara por enfrente, y para mala suerte del moreno le tuvo que tocar a él y habían guardado lo mejor para el final. El líder cuyos ojos de gato hizo a un lado su camisa dejando a la vista un cuchillo que guardaba en su cinturón. Walker les miraba tranquilo mientras aguantaba el dolor que sentía en su abdomen, seguro al día siguiente dolería más y al parecer su mirada tranquila les hacía tener cólera pero no habían acabado aun, esta vez no se quedaría con los brazos cruzados y justo cuando preparaba su contra ataque una voz masculina interrumpió el asunto. Giro su cabeza logrando distinguir un cabello rojo y una piel pálida, se sentía bastante aliviado de que al menos alguien le ayudaría con este asunto.
Mientras el pelirrojo se lucia luchando, Andrew se levantaba torpemente con la ayuda de la pared mirando detenidamente los agiles movimientos de su aliado, el cerebro de Walker procesaba que por lo que miraban sus azulados ojos él no era humano. Camino un par de pasos y cuando quiso entrar en acción (Si claro) miro como los tres hombres estaban inconscientes en el suelo, fue algo perturbador ver cómo le rompían la mano a uno y el escuchar los huesos romperse hizo que los cabellos azabaches de Andrew se erizaran. Miro detenidamente al pelirrojo, a pesar de que le había ayudado no se sentía muy confiado. Justo antes de que le pudiera agradecer por su acto heroico escucho como las sirenas de las patrullas se acercaban, más suerte para ti Walker.
Suspiro pesadamente –No es para tanto- Murmuro molesto sintiendo como los oficiales le sujetaban como si él fuera el culpable de todo el asunto, por suerte no le habían puesto esposas pero si habían sido algo hostiles cuando lo introdujeron en una de las patrullas, vaya en los primeros 3 días Walker había pasado más experiencias extrañas mientras que en su vida en Londres. Cerro los ojos sintiendo el recorrido que hacia el hilo de sangre que salía de su boca, si bien llegaba muerto a la comisaria seria por pérdida de sangre, giro su cabeza mirando los mismos cabellos rojos que le habían salvado de una mala noche, bueno más de lo que ya era –Ni puta idea- Molesto exclamo bajando su mirada hasta ver como la mancha de sangre que había quedado impregnada en su ropa – Al parecer ya los conocías – Walker era una persona observadora y al mirar la impresión en los rostros de los agresores le pareció que ya se habían encontrado anteriormente.
Después de minutos incomodos de silencio Walker se dignaría a agradecerle por lo que había hecho – Yo…- pero justo en ese momento el auto se detuvo frente a lo que parecía una central de policía. De nuevo con la misma agresividad de antes, el oficial saco a Andrew del auto, dentro parecía bastante tranquilo, pocas de las celdas que se alcanzaban a ver estaban vacías incluyendo a donde habían metido a Walker, no sin antes quitarle su móvil, su billetera, la plumilla que siempre cargaba con él y su nueva cajetilla de cigarros, consideraría terminar con ese vicio lo antes posible. Se sentó en el suelo con dificultad, aquel sujeto enorme pegaba duro, el dolor en el abdomen del Walker lo confirmaba y mala mente le había tocado a él sentirle aquella noche. Se resignó al pensamiento de que llegaría temprano a casa y dormiría tranquilamente toda la noche y parte del día, si vete olvidando de eso Andrew. Por suerte a los agresores les habían encerrado en una celda diferente, ya no quería más problemas así que se sintió tranquilo por eso – Quiero a mi bebe – Murmuro cerrando los ojos, tocar la guitarra en momentos de estrés era algo que relajaba al azabache, era como si todo el peso de sus hombros se desvaneciera por completo y quedara como nuevo para los problemas de la vida, pero había dejado a su ‘’bebe’’ en casa sola y sin el cuidado que se merecía.
Al escuchar que la puerta de la celda se abría y se cerraba de nuevo, abrió los ojos y reconoció al de cabello rojo, otra cosa por la cual se sentía aliviado, al menos ahora si podría agradecerle por lo de hace rato, pero aun no, esperaría hasta que su orgullo le dejara dar el primer paso.
Dato curioso de Andrew: A su guitarra le dice ‘’bebe’’.
Al parecer los tres hombres no tenían nada que hacer, más que molestar al primero que les pasara por enfrente, y para mala suerte del moreno le tuvo que tocar a él y habían guardado lo mejor para el final. El líder cuyos ojos de gato hizo a un lado su camisa dejando a la vista un cuchillo que guardaba en su cinturón. Walker les miraba tranquilo mientras aguantaba el dolor que sentía en su abdomen, seguro al día siguiente dolería más y al parecer su mirada tranquila les hacía tener cólera pero no habían acabado aun, esta vez no se quedaría con los brazos cruzados y justo cuando preparaba su contra ataque una voz masculina interrumpió el asunto. Giro su cabeza logrando distinguir un cabello rojo y una piel pálida, se sentía bastante aliviado de que al menos alguien le ayudaría con este asunto.
Mientras el pelirrojo se lucia luchando, Andrew se levantaba torpemente con la ayuda de la pared mirando detenidamente los agiles movimientos de su aliado, el cerebro de Walker procesaba que por lo que miraban sus azulados ojos él no era humano. Camino un par de pasos y cuando quiso entrar en acción (Si claro) miro como los tres hombres estaban inconscientes en el suelo, fue algo perturbador ver cómo le rompían la mano a uno y el escuchar los huesos romperse hizo que los cabellos azabaches de Andrew se erizaran. Miro detenidamente al pelirrojo, a pesar de que le había ayudado no se sentía muy confiado. Justo antes de que le pudiera agradecer por su acto heroico escucho como las sirenas de las patrullas se acercaban, más suerte para ti Walker.
Suspiro pesadamente –No es para tanto- Murmuro molesto sintiendo como los oficiales le sujetaban como si él fuera el culpable de todo el asunto, por suerte no le habían puesto esposas pero si habían sido algo hostiles cuando lo introdujeron en una de las patrullas, vaya en los primeros 3 días Walker había pasado más experiencias extrañas mientras que en su vida en Londres. Cerro los ojos sintiendo el recorrido que hacia el hilo de sangre que salía de su boca, si bien llegaba muerto a la comisaria seria por pérdida de sangre, giro su cabeza mirando los mismos cabellos rojos que le habían salvado de una mala noche, bueno más de lo que ya era –Ni puta idea- Molesto exclamo bajando su mirada hasta ver como la mancha de sangre que había quedado impregnada en su ropa – Al parecer ya los conocías – Walker era una persona observadora y al mirar la impresión en los rostros de los agresores le pareció que ya se habían encontrado anteriormente.
Después de minutos incomodos de silencio Walker se dignaría a agradecerle por lo que había hecho – Yo…- pero justo en ese momento el auto se detuvo frente a lo que parecía una central de policía. De nuevo con la misma agresividad de antes, el oficial saco a Andrew del auto, dentro parecía bastante tranquilo, pocas de las celdas que se alcanzaban a ver estaban vacías incluyendo a donde habían metido a Walker, no sin antes quitarle su móvil, su billetera, la plumilla que siempre cargaba con él y su nueva cajetilla de cigarros, consideraría terminar con ese vicio lo antes posible. Se sentó en el suelo con dificultad, aquel sujeto enorme pegaba duro, el dolor en el abdomen del Walker lo confirmaba y mala mente le había tocado a él sentirle aquella noche. Se resignó al pensamiento de que llegaría temprano a casa y dormiría tranquilamente toda la noche y parte del día, si vete olvidando de eso Andrew. Por suerte a los agresores les habían encerrado en una celda diferente, ya no quería más problemas así que se sintió tranquilo por eso – Quiero a mi bebe – Murmuro cerrando los ojos, tocar la guitarra en momentos de estrés era algo que relajaba al azabache, era como si todo el peso de sus hombros se desvaneciera por completo y quedara como nuevo para los problemas de la vida, pero había dejado a su ‘’bebe’’ en casa sola y sin el cuidado que se merecía.
Al escuchar que la puerta de la celda se abría y se cerraba de nuevo, abrió los ojos y reconoció al de cabello rojo, otra cosa por la cual se sentía aliviado, al menos ahora si podría agradecerle por lo de hace rato, pero aun no, esperaría hasta que su orgullo le dejara dar el primer paso.
Dato curioso de Andrew: A su guitarra le dice ‘’bebe’’.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Aliados por una noche.
Se relajó en el asiento trasero de la patrulla, llevando sus brazos tras su nuca para acomodar la cabeza sobre ellos, y descansando la espalda contra el respaldar del asiento deteriorado. Tomaba todo el asunto con una gran calma, no era la primera ni la última vez que iba detenido, sólo debía preocuparse porque nadie corroborara sus signos vitales o podría encontrarse en un problema. Era habitual en él meterse en peles callejeras, lo concernieran o no, le gustaba la pelea, y simplemente lo hacía por diversión. Claro que en algunos sitios las reglas eran un poco más estrictas en relación a estos actos en la vía pública, incluso durante su estadía en Londres años atrás había ido a presión durante unos meses hasta que encontró el modo de escabullirse. Deseaba fumar un cigarro, pero los oficiales se enfadarían si lo hacía dentro de la patrulla, así que postergó su deseo para cuando estuvieran dentro de la celda. Al parecer se había tratado de un ataque casual, no parecían con intenciones de robarle, lo más probable es que estuvieran ebrios y sólo buscaran alguien más débil para descargar su frustración. -Te dejarán ir pronto, después de todo apenas te defendiste.-mencionó como si aquello fuera algo bueno, lo era en relación a su libertad, pero no tanto en el día a día. Realmente había tenido suerte que Ethan pasara por allí, de otro modo probablemente el final de la historia no sería muy feliz para Andrew. -Tuve un altercado con ellos unas noches atrás-explicó sin dar mucho mas detalle, pues no tenía sentido perder el tiempo rememorando esa situación. -Son una pandilla de cobardes que se divierten a costa de los que no pueden defenderse-agregó sonando sus nudillos e incorporándose un poco al notar que el vehiculo finalmente se detenía en la dependencia policial.
Los oficiales los bajaron del vehiculo con la misma escasa amabilidad de antes y los guiaron hacia el interior, donde los revisaron para quitarles todas sus pertenencias en busca de identificaciones. Llenaron un par de formulario con datos y los metieron en una de las celdas vacías, el papeleo llevaría tiempo, y probablemente acabarían pasando allí buena parte de la noche. ¡Lo peor de todo es que esos malditos le habían robado sus cigarros! Al menos se herida ya había sanado, ya no sangraba y no sentía dolor o incomodidad. A diferencia del chico frente a él, que aún se veía magullado y probablemente le doliera cada rincón de su cuerpo. Se sentó frente a él, separados por la distancia del tamaño estrecho de la celda. Lo observaba con cierta curiosidad, aunque el otro parecía aún demasiado incómodo y desanimado como para notarlo. Cruzó sus piernas descansando las manos en las rodillas y sonrió con diversión. -Piensa en esto como una grandiosa anécdota que contar a tus amigos mañana-mencionó burlón aunque intentando animarle el cierto modo, aquel parecía el típico crío que no se metía en líos, probablemente era la primera vez que se encontraba en una celda, y no debía gustarle nada vivir esa situación.-Soy Ethan.-se presentó sin tener intenciones de acercarse pues se encontraba cómodo en su posición. Iban a pasar unas cuantas horas juntos, y lo mejor sería que se llevaran bien. Debía convertir esa noche llena de complicaciones en algo divertido.
Un oficial se acercó a la celda llamando la atención de ambos con un sonoro carraspeo. -¿Tienen a alguien a quien llamar por su fianza?-preguntó sosteniendo un anotador en su mano listo para anotar un número telefónico en caso de que los detenidos le ofrecieran uno. El pelirrojo no pudo evitar soltar una carcajada ante esa pregunta que le resultó ridícula, ganándose un gesto agresivo por parte del policía. -En caso de que nadie pague por ustedes deberán quedarse aquí hasta la mañana-informó con cierta impaciencia. Sin quitar su expresión jocosa Ethan negó con la cabeza. -Tendrán que disfrutar de mi compañía toda la noche oficial -la verdad es que era nuevo en la ciudad, y no tenía a nadie de confianza que llamar en una situación como esa. De todos modos eso no le preocupaba, tendría tiempo para conocer al muchacho frente a él y quizás la noche podía resultar bastante divertida al final.
Los oficiales los bajaron del vehiculo con la misma escasa amabilidad de antes y los guiaron hacia el interior, donde los revisaron para quitarles todas sus pertenencias en busca de identificaciones. Llenaron un par de formulario con datos y los metieron en una de las celdas vacías, el papeleo llevaría tiempo, y probablemente acabarían pasando allí buena parte de la noche. ¡Lo peor de todo es que esos malditos le habían robado sus cigarros! Al menos se herida ya había sanado, ya no sangraba y no sentía dolor o incomodidad. A diferencia del chico frente a él, que aún se veía magullado y probablemente le doliera cada rincón de su cuerpo. Se sentó frente a él, separados por la distancia del tamaño estrecho de la celda. Lo observaba con cierta curiosidad, aunque el otro parecía aún demasiado incómodo y desanimado como para notarlo. Cruzó sus piernas descansando las manos en las rodillas y sonrió con diversión. -Piensa en esto como una grandiosa anécdota que contar a tus amigos mañana-mencionó burlón aunque intentando animarle el cierto modo, aquel parecía el típico crío que no se metía en líos, probablemente era la primera vez que se encontraba en una celda, y no debía gustarle nada vivir esa situación.-Soy Ethan.-se presentó sin tener intenciones de acercarse pues se encontraba cómodo en su posición. Iban a pasar unas cuantas horas juntos, y lo mejor sería que se llevaran bien. Debía convertir esa noche llena de complicaciones en algo divertido.
Un oficial se acercó a la celda llamando la atención de ambos con un sonoro carraspeo. -¿Tienen a alguien a quien llamar por su fianza?-preguntó sosteniendo un anotador en su mano listo para anotar un número telefónico en caso de que los detenidos le ofrecieran uno. El pelirrojo no pudo evitar soltar una carcajada ante esa pregunta que le resultó ridícula, ganándose un gesto agresivo por parte del policía. -En caso de que nadie pague por ustedes deberán quedarse aquí hasta la mañana-informó con cierta impaciencia. Sin quitar su expresión jocosa Ethan negó con la cabeza. -Tendrán que disfrutar de mi compañía toda la noche oficial -la verdad es que era nuevo en la ciudad, y no tenía a nadie de confianza que llamar en una situación como esa. De todos modos eso no le preocupaba, tendría tiempo para conocer al muchacho frente a él y quizás la noche podía resultar bastante divertida al final.
- Spoiler:
- Perdón por la demora y lo breve del post Andrew.
Última edición por Ethan Lancovich el Lun Jul 28, 2014 6:07 pm, editado 1 vez
Invitado- Invitado
Re: Aliados por una noche.
Tras haber dejado las cosas claras de quienes eran los que habían atentado contra la paz del azabache y saber cuáles eran sus intenciones se sintió bastante derrotado, no era un tío que se dejaba tan fácil, pero la única escusa que se le ocurría en esos momentos para explicar la paliza que le habían dado era: ‘’me tomaron desprevenido’’. Claro a ningún hombre le gusta aceptar que había perdido en una pelea callejera incluso a Walker no le gustaba y no quería admitirlo, puesto que su orgullo era bastante grande y lo defendía celosamente, solo se limitó a suspirar mientras rodeaba su abdomen con los brazos, presionando la zona para evitar que doliera más, parecía funcionar, pero él sabía que el dolor de verdad llegaría a la mañana siguiente.
Al parecer la mirada de Walker ya había recorrido todo el suelo de la celda así que pensó en mirar algo que fuera más interesante, sus ojos se alzaron dando con los de su compañero de celda. Miro su sonrisa, parecía como si la herida que había recibido a causa de la apuñalada no había logrado ningún daño, dato que le pareció bastante curioso a Walker, fijo su mirada en la mancha de color rojo en la camisa del contrario – Sería una buena historia para que se rieran de mi – dijo en un tono bastante seco, Andrew aun no tenía ‘’amigos’’ en la ciudad, apenas si había llegado hace 3 días y a decir verdad sus habilidades sociales no estaban en el tope de sus cualidades – Llegue hace poco a la ciudad- Aclaro el detalle y miro de nuevo a los ojos del pelirrojo – ¿No te duele? – Pregunto curioso pues le intrigaba - ¿Acaso no te dio con el cuchillo?- parpadeo un par de veces algo confundido por los pensamientos que ahora recorrían su cabeza, quizá no era humano ¿Pero qué clase de conclusión es esa?, todos en la tierra son humanos ¿Verdad?
Escucho el nombre de su acompañante, al parecer compartirían un buen rato juntos, así que el azabache prefirió entrar en formalidades – Andrew Walker – se mordió el labio inferior, al parecer era el momento perfecto en el cual le podía agradecer por el gesto de…compasión, que había tenido – Gra…- sintió como el orgullo obligo a que la garganta se le hiciera un nudo – ah- balbuceo un par de veces, se aclaró la garganta - ¡Gracias por lo de hace rato! – quizá alzo demasiado el tono, pero era la única manera en lograr que la timidez voz saliera de su escondite.
Miro de reojo al oficial, al parecer era el mismo que había tratado con tanta amabilidad a Walker, solo se dignó a voltearle la cara como adolecente regañado por sus padres y no decir nada. Finalmente la autoridad se marchó dejando el lugar en un incómodo silencio. Andrew recargo su cabeza en los barrotes de la celda finalmente mirando a su compañero con la frente alzada – Así que…toda la noche – dijo tratando de procesar la información – No sé tú, pero yo tengo bastante hambre – su apetito había despertado ¿Quién dice que el hambre no despierta de una buena golpiza?, bueno Walker había confirmado que si lo hacía, por su mente pasaban las imágenes de todos los platos que se podía preparar a las 11 de la noche: cereal; pero seguramente ese cereal le hubiera sabido a gloria. Suspiro, milagrosamente no tenía sueño y eso era bastante extraño en el azabache, ya que casi todo el tiempo solo deseaba dormir.
Al parecer su compañero tampoco había pasado mucho tiempo en la ciudad, quizá también había venido a audicionar en el sello como muchas otras personas con talento - ¿Vienes a audicionar?- pregunto sin temor a meterse en asuntos que no le correspondían, al menos intentaba ser amigable o simplemente no aburrir con su seriedad al que le había ayudado.
Al parecer la mirada de Walker ya había recorrido todo el suelo de la celda así que pensó en mirar algo que fuera más interesante, sus ojos se alzaron dando con los de su compañero de celda. Miro su sonrisa, parecía como si la herida que había recibido a causa de la apuñalada no había logrado ningún daño, dato que le pareció bastante curioso a Walker, fijo su mirada en la mancha de color rojo en la camisa del contrario – Sería una buena historia para que se rieran de mi – dijo en un tono bastante seco, Andrew aun no tenía ‘’amigos’’ en la ciudad, apenas si había llegado hace 3 días y a decir verdad sus habilidades sociales no estaban en el tope de sus cualidades – Llegue hace poco a la ciudad- Aclaro el detalle y miro de nuevo a los ojos del pelirrojo – ¿No te duele? – Pregunto curioso pues le intrigaba - ¿Acaso no te dio con el cuchillo?- parpadeo un par de veces algo confundido por los pensamientos que ahora recorrían su cabeza, quizá no era humano ¿Pero qué clase de conclusión es esa?, todos en la tierra son humanos ¿Verdad?
Escucho el nombre de su acompañante, al parecer compartirían un buen rato juntos, así que el azabache prefirió entrar en formalidades – Andrew Walker – se mordió el labio inferior, al parecer era el momento perfecto en el cual le podía agradecer por el gesto de…compasión, que había tenido – Gra…- sintió como el orgullo obligo a que la garganta se le hiciera un nudo – ah- balbuceo un par de veces, se aclaró la garganta - ¡Gracias por lo de hace rato! – quizá alzo demasiado el tono, pero era la única manera en lograr que la timidez voz saliera de su escondite.
Miro de reojo al oficial, al parecer era el mismo que había tratado con tanta amabilidad a Walker, solo se dignó a voltearle la cara como adolecente regañado por sus padres y no decir nada. Finalmente la autoridad se marchó dejando el lugar en un incómodo silencio. Andrew recargo su cabeza en los barrotes de la celda finalmente mirando a su compañero con la frente alzada – Así que…toda la noche – dijo tratando de procesar la información – No sé tú, pero yo tengo bastante hambre – su apetito había despertado ¿Quién dice que el hambre no despierta de una buena golpiza?, bueno Walker había confirmado que si lo hacía, por su mente pasaban las imágenes de todos los platos que se podía preparar a las 11 de la noche: cereal; pero seguramente ese cereal le hubiera sabido a gloria. Suspiro, milagrosamente no tenía sueño y eso era bastante extraño en el azabache, ya que casi todo el tiempo solo deseaba dormir.
Al parecer su compañero tampoco había pasado mucho tiempo en la ciudad, quizá también había venido a audicionar en el sello como muchas otras personas con talento - ¿Vienes a audicionar?- pregunto sin temor a meterse en asuntos que no le correspondían, al menos intentaba ser amigable o simplemente no aburrir con su seriedad al que le había ayudado.
Andrew Walker- Ocupación : Músico
Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 01/05/2014
Edad : 27
Re: Aliados por una noche.
Pasar una noche más dentro de una celda no le molestaba. ¿Que diferencia hacía? Quizás pudiera ser un poco aburrido, aunque tenía la posibilidad de conocer a su compañero de celda. Un chico apuesto sin duda, aunque un poco debilucho y magullado, podrían pasar una noche divertida. No es que se hubiera propuesto rescatarlo, no era esa clase de persona, las cosas se habían desarrollado de tal modo que se había visto enredado en una pelea que en cierto modo no le pertenecía. Aquellos sujetos habían tenido la mala fortuna de cruzarse fortuitamente con el vampiro, en cambio podía calificarse de dichoso al muchacho a quien quizás le había salvado la vida. Ebrios y drogados como estaban era probable que no se conformaran con robarle, sino que además lo mataran a golpes. Había visto pandillas como esas antes, no tenían códigos que respetar, y más bien eran como animalillos salvajes carentes de conciencia de culpa. Andrew le debía una, y Ethan adoraba que las deudas fueran saldadas. -¿Reírse de ti?-su voz potente resonó apenas en el recinto, las demás celdas se encontraban vacías, y los guardias habían partido, dejándolos a solas. -No era una pelea justa-recordó comprobando los bolsillos recordando con una maldición que le habían quitado los cigarros. Probablemente fuera lo único que en realidad lamentara. Se encogió de hombros ante su pregunta, y cubrió discretamente la zona de la herida con la mano. Su camiseta había quedado manchada con sangre, pero la herida debajo ya había sanado. Los poderes de sanación de los vampiros eran realmente una bendición. -Sólo fue un roce, nada importante-respondió restándole importancia al asunto para no levantar sospechas. Debía cuidar su identidad si quería convertirse en un músico popular, aunque en la era actual ya nadie creía en vampiros. Hoy día su raza poblaba ñoñas novelas de adolescentes enamorados estropeando su fama de asesinos a sangre fría. Algo totalmente deprimente.
Se encogió de hombros sin darle importancia, haciendo un gesto con la mano. -Olvídalo, no fue nada- chasqueó la lengua, realmente deseaba fumar un cigarro. -¿Tienes tabaco?-preguntó con la absurda fantasea de que quizás habían olvidado quitarle sus cigarros al otro, si es que en realidad el muchacho fumaba. Descansó la nuca contra la fría pared de piedra, sin darle mucha importancia al asunto por el que el otro se preocupara. Sus noches eran eternas, una mas o una menos no hacía gran diferencia en su existencia. -¿Tenias planes emocionantes para hoy? ¿Quizás una cita?-bromeó sólo buscando incomodarlo un poco, lucía como un chico atractivo, probablemente no le costaría trabajo conseguir alguien con quien divertirse. Aunque no todos eran cómo él, puede que sólo fuera a reunirse con amigos, o quizás había salido a tomar algo de aire. -Ya cené-respondió con una media sonrisa peculiar, dejando deliberadamente sus incisivos ocultos detrás de sus labios. Se había alimentado la noche pasada, y no lo necesitaba todavía. Pese a sus años nunca le había gustado la comida humana, y sólo la probaba en contadas ocasiones.
Tamborileó con los dedos sobre el suelo, un poco aburrido, la noche resultaría increíblemente larga, aunque no se sentía cansado, si algo hastiado por el olor a encierro y podredumbre de aquellas celdas. -Si, he venido a audicionar a Merveilles, soy guitarrista-explicó sin titubeos, volviendo a clavar sus ojos en los del chico sentado en el extremo contrario de la celda, probablemente él estuviera allí por lo mismo. Nuevos talentos llegaban constantemente a la ciudad en busca de oportunidades. -¿Tu también? Déjame adivinar...-aquella sonrisa socarrona de nuevo adornó sus facciones juveniles pese a los años que llevaba sobre la tierra. -¿Vocalista?-por alguna razon los cantantes pululaban, como si cantar fuera tan simple, algunos siquiera tenían talento, pero parecían creer que pararse en un escenario y cantar era una tontería. El aspecto de Andrew encajaba bien con el de un cantante, y sencillamente por eso sumado a las estadísticas supuso que era su papel. Algo al menos tenían en común, estaban tan solos que no podían pedir a nadie que fuera a pagar su fianza. Que gran estupidez. -¿Por que venir tan lejos persiguiendo un sueño?-murmuró en voz alta, dirigiéndose al otro, pero clavando sus ojos en la enorme luna llena que se veía desde la ventana diminuta de la celda, al menos su luz transmitía tranquilidad, y permitía que Andrew pudiera verlo mejor.
Se encogió de hombros sin darle importancia, haciendo un gesto con la mano. -Olvídalo, no fue nada- chasqueó la lengua, realmente deseaba fumar un cigarro. -¿Tienes tabaco?-preguntó con la absurda fantasea de que quizás habían olvidado quitarle sus cigarros al otro, si es que en realidad el muchacho fumaba. Descansó la nuca contra la fría pared de piedra, sin darle mucha importancia al asunto por el que el otro se preocupara. Sus noches eran eternas, una mas o una menos no hacía gran diferencia en su existencia. -¿Tenias planes emocionantes para hoy? ¿Quizás una cita?-bromeó sólo buscando incomodarlo un poco, lucía como un chico atractivo, probablemente no le costaría trabajo conseguir alguien con quien divertirse. Aunque no todos eran cómo él, puede que sólo fuera a reunirse con amigos, o quizás había salido a tomar algo de aire. -Ya cené-respondió con una media sonrisa peculiar, dejando deliberadamente sus incisivos ocultos detrás de sus labios. Se había alimentado la noche pasada, y no lo necesitaba todavía. Pese a sus años nunca le había gustado la comida humana, y sólo la probaba en contadas ocasiones.
Tamborileó con los dedos sobre el suelo, un poco aburrido, la noche resultaría increíblemente larga, aunque no se sentía cansado, si algo hastiado por el olor a encierro y podredumbre de aquellas celdas. -Si, he venido a audicionar a Merveilles, soy guitarrista-explicó sin titubeos, volviendo a clavar sus ojos en los del chico sentado en el extremo contrario de la celda, probablemente él estuviera allí por lo mismo. Nuevos talentos llegaban constantemente a la ciudad en busca de oportunidades. -¿Tu también? Déjame adivinar...-aquella sonrisa socarrona de nuevo adornó sus facciones juveniles pese a los años que llevaba sobre la tierra. -¿Vocalista?-por alguna razon los cantantes pululaban, como si cantar fuera tan simple, algunos siquiera tenían talento, pero parecían creer que pararse en un escenario y cantar era una tontería. El aspecto de Andrew encajaba bien con el de un cantante, y sencillamente por eso sumado a las estadísticas supuso que era su papel. Algo al menos tenían en común, estaban tan solos que no podían pedir a nadie que fuera a pagar su fianza. Que gran estupidez. -¿Por que venir tan lejos persiguiendo un sueño?-murmuró en voz alta, dirigiéndose al otro, pero clavando sus ojos en la enorme luna llena que se veía desde la ventana diminuta de la celda, al menos su luz transmitía tranquilidad, y permitía que Andrew pudiera verlo mejor.
- Spoiler:
- Finalmente... Despues de siglos! Perdón de verdad por la demora. Espero te guste el post.
Invitado- Invitado
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