Angustias de última hora, minuto y segundo (Privado)

La Tienda:

“No Aria, no es como si un vestido pudiera decidir tu futuro o plasmar una gran impresión en las personas más importantes del medio... de una muy mala forma...” pensó con desgano al dejar de lado otro vestido, tachándolo de su lista mental. Y allá iba otro, no había forma en que pudiera encontrar un buen vestido para la fiesta de año nuevo que había organizado el sello Merveilles, una donde estarían presentes todos los alumnos y profesores de la Academia Musette, sin mencionar los grandes mandos, vocalistas, sonidistas, managers, todos aquellos que trabajaran en el más grande sello discográfico de Glass City, y uno de los más reconocidos en el mundo, claro que iba a estar nerviosa por ello, después de todo no quería que todos pensaran algo erróneo de ella. “Me pregunto si tendré que memorizarme todas las caras que vea...” y entonces un escalofrío recorrió su cuerpo, ¿qué haría si llegaba a toparse con el mismísimo Regan Vosuet? De seguro terminaría congelada en su sitio sin poder mover, quizás y hasta sonreiría de una forma tiesa y espantosa.

-¡Me rindo! –exclamó colgando impulsivamente el vestido que acababa de sacar- Ah, ¡a este paso no encontraré nada bueno! –exclamó de forma frustrada, casi queriendo jalarse los cabellos- ¿Qué voy a hacer...? -en aquel momento lo único que deseaba era darse de golpes contra el espejo que tenía al frente. Si no era el corte del vestido, era el color o el diseño- "Muy apagado... muy brillante... muy ajustado... muy suelto" ¡Maldición! ¡¿Por qué a mí?!

Estaba a punto de tener una pataleta en medio de una elegantísima boutique como si fuera una quinceañera que recibió un auto de parte de sus padres que acababan de arruinarle su vida, sí como no, la verdad no hasta a aquel punto, pero la frustración que sentía estaba muy cerca de ello (si fuera una mocosa mal criada sin sentido común, claro está). Justo en el momento en que estaba por devolver otro vestido que acababa de sacar que no había sido en absoluto de su agrado, sintió que alguien chocaba con ella por detrás. Aquello tan repentino sólo le hacía ganas de querer gritarle a quien quiera que fuera, aunque no fue del todo capaz, pues tras voltearse con brusquedad se encontró con una joven que parecía no mucho mayor que ella y que se disculpaba reiteradamente hasta el punto de decir basta.

-A-ah... N-no... –algo tenía aquella chica que había conseguido que toda su ira se esfumara con sólo verla, tenía un aura tranquilizante por decirlo así, por lo que quedó unos segundos sin habla, tardando en reaccionar- Estoy bien... no fue nada, no... no se disculpe... Yo estaba distraída, lo siento... Uhm... –por un segundo hasta sintió ganas de echarse toda la culpa para sí misma, ¿qué le estaba pasando?- Mi nombre es Aria Ainsley, mucho gusto... –y de la nada comenzaba a presentarse, ¿con qué razón? Quizás mala (o muy buena) costumbre que le quedaba de ir de reunión en reunión allá en Inglaterra.

No podía evitar sentirse extrañada por la intensa mirada de la otra chica encima de ella, por lo cual se quedó allí parada en silencio esperando a que reaccionara, sin saber qué decir del todo, sólo mirándole con curiosidad- Ah... tranquila... no fue nada, de veras... –se acomodó un mechón detrás de su oreja, señalando parte de su incomodidad, no por la chica, sino más bien por el inicial silencio.

Observó con algo de sorpresa la intensa y pronunciada reverencia de Ren, pensando un tanto curiosa que era la segunda persona que conocía con aquel nombre. "Es japonesa, ¿verdad? Por lo visto ese nombre es... unisex o algo por el estilo... Un segundo, ¿por qué siquiera me pongo a pensar en él?” pensó con un suspiro algo pesado, reaccionando cuando Ren se volvía a levantar- Ah, s-sí, el gusto es mío, lo siento.... y.... ah.... sí, estaba buscando un vestido, pero la verdad no encuentro nada de mi agrado... –desvió la mirada e hizo una mueca con sus labios- No he tenido mucha suerte... ¿qué hay de ti? ¿Estás buscando algo en especial? –preguntó más que nada con curiosidad, si realmente estaba intentando hallar un vestido no tendría problema alguno en compartir la actividad con ella para ayudarse mutuamente, después de todo no se veía como alguien desagradable.

Suspiró un poco y sonrió algo más animada por las palabras de Ren- Sí, es verdad, pero llevo un buen rato mirando aquí... comienzo a perder la esperanza... –se rascó la nuca y volvió a hacer unas cuantas muecas- La verdad... no sé si me he puesto algo exigente o simplemente nada me queda bien... y me estoy convenciendo por lo último... –dijo con una suave risa a modo de burla hacia sí misma mientras miraba a su alrededor- De todos modos, gracias Ren... “wow, jamás pensé que estaría diciendo eso de esta forma a alguien llamado Ren” –se dijo en sus pensamientos con una risa.

-¿Eh? ¿Negro? –se sorprendió que alguien como esa joven dijera algo como buscar un vestido de color negro- No te ves como alguien que usaría un color como negro... ¿a qué tipo de fiesta vas...? –preguntó al acercarse a ella, enseñándole un vestido de color rosa pálido- Esto se ve más como algo que usarías, te ves muy finita como una muñeca –dijo con una sonrisa, haciendo un gesto con su mano al ver la forma en la que Ren la llamaba- Por favor, sólo Aria... hasta seguro tenemos la misma edad, no es necesario tanto respeto... aunque creo que es mi culpa por iniciarlo, lo siento... estoy muy acostumbrada a esa forma en un inicio hasta que me llevo mejor con alguien... –dijo encogiéndose suave pero educadamente de hombros.

-¿Eh? Claro, no tengo problema –le sonrió cálidamente ante su ofrecimiento- Yo... quiero algo que se vea bien, que hable de mi... –se rascó la nuca- Yo soy más de aquellas que saben cuál es el indicado en cuanto lo ven, pero aún no consigo verlo... pero algo en tonos celestes, rosa viejo o lila gris estaría bien, supongo... –suspiró pesadamente- No quiero causar una mala impresión... no sé si conoces el sello Merveilles... voy a la fiesta del sello y... quiero verme bien, ¿comprendes? –realmente se sentía presionada por ello, quería ser vocalista y causar una buena impresión era importante. Por más que cantara bien, si cometía un error a la vista de todos en aquella fiesta, podría ser malo para ella.

-Bueno, nada me queda bien acorde a lo que necesito vestir... –otra vez pensando en ello, quizás se estaba preocupando demasiado, quizás nadie iba a notarla en el baile, ¿qué más daba entonces? Bien podría haber estado usando un vestido hecho de coles y nadie lo habría notado... y entonces venía a su mente el pensamiento opuesto, ¿y qué tal si alguien lo notaba? Justo cuando se habría visto no en lo mejor que ella podía dar- “Pues en tal caso lo superficial no sirve...” –era su pensamiento ideal, pero... ¿no era algo irónico? No le gustaba lo superficial, pero allí estaba, escogiendo un vestido en base a criterios superficiales para una fiesta llena de gente que pertenecía a un medio donde casi todo era superficial- “No tengo remedio, ¿verdad?” –pensó con algo de amargura.

-Oh, lo siento... no me había fijado del todo... es que... no puedo imaginarte con algo completamente negro, como algo gótico –dijo, aún sosteniendo un vestido en tonos pasteles que había pensado para Ren- Se te vería bonito algo como este, digo, si siempre usas negro, no estaría mal variar de vez en cuando, ¿verdad? –preguntó al colocarlo frente a ella para que pudiera verse a sí misma con él puesto. Y entonces levantó su mirada con curiosidad- ¿En serio? Yo también voy a una fiesta de año nuevo... Y... ¿a-ah...? –no pudo evitar sonrojarse con sus cumplidos, realmente parecían sinceros, ingenuos e inocentes, salidos completamente de su corazón sin sarcasmo o malicia alguna o dobles intenciones- “¿Es este el prototipo de chica japonesa del que siempre hablan?”

Abrió sus ojos pasmada al pensar en la coincidencia- ¿Trabajas? ¡¿En Merveilles..?! –estaba boquiabierta, ¿era tan grande la posibilidad de haber conocido a alguien que fuera empleado del lugar al que soñaba pertenecer algún día?- N-no... yo no... ah... Yo soy estudiante de Musette, tercer año... –dijo, aún algo anonadada por la revelación- La fiesta a la que voy también es de Merveilles... vaya... ¿cuáles son las probabilidades, eh? –aún se encontraba realmente sorprendida, incluso hasta algo pensativa- D-disculpa, es que jamás en la vida me lo habría esperado, es demasiada coincidencia, ¿no lo crees?.

Sonrió de lado al ver que Ren parecía meditar unos instantes el usar aquel vestido- Piénsalo, realmente es muy bonito para ti, resalta tus facciones mucho más que el negro, además, deberías animarte, ¿no? Año nuevo, oportunidades nuevas, sería lo mejor iniciarlo con algo nuevo aunque sea en el color como mínimo, ¿no lo piensas así? –preguntó amistosamente, pareciendo complacida de recibir confirmación de que mínimo lo pensaría- Con eso me doy, anda, eso sí no lo pienses demasiado o luego podrías no encontrar algo así... –bajó de a poco el volumen de su voz al preocuparse por la expresión que se había adueñado tan repentinamente de su rostro- Ren... ¿estás...? –justo cuando iba a estirar su mano hacia ella para preguntarle si se encontraba bien reaccionó a su comentario sobre Musette, haciéndole cambiar drásticamente el tema.

-¿De veras? Bueno... supongo que si un alumno hace una petición... no veo por qué no podrían dejarte entrar... Después de todo si son amigos de quienes residimos en las habitaciones estudiantiles... no hay razón para impedirte pasar... –dijo con una sonrisa, realmente ilusionada. ¿Qué tenía aquella Ren que hacía que de inmediato quisiera contarle cada detalle de su vida, sentarse a platicar, hacer...? “Hacer lo que normalmente hacen las chicas con amigas...” se dijo con tristeza y nostalgia en su mente, aunque no lo decía como si fuera algo malo para Ren, pero... ¿hacía cuánto que no llevaba una amistad normal con alguien?- ¿Ah...? Ah, sí... el uniforme es... muy bonito... –comentó con suavidad- Además tiene detalles azulados... es uno de mis colores favoritos después de todo, y no es intenso, entre más suave mejor –añadió con un dejo soñador en su voz. Sí, venía de Inglaterra y sí, había asistido a muchas academias exclusivas allá con uniformes elegantes, pero aquello no le impedía apreciar la belleza y elegancia a su manera del uniforme de la Academia Musette de la cual se había comenzado a encariñar en los últimos meses que había pasado allí tras su llegada.

-¿Eh? Claro que no me importaría... la verdad sólo tendré algunos compañeros de escuela conocidos, pero no mucho más allá de eso, conozco a los profesores, claro... y un par de empleados de allí... –suspiró al recordar a Ayato, quien se decía sonidista de Merveilles y a Ren, Ren Jinguji, quien era un idol proveniente de Japón e hijo de un millonario, por lo que recordaba de sus conversaciones- Que yo recuerde no son muchos de todos modos... –dijo rascándose la nuca- Así que ténicamente iré sola, no soy de esas chicas populares que todos los chicos quieren invitar a la fiesta de graduación o algo por el estilo... “tampoco es como si tuviera mucho contacto con los chicos, ahora que lo pienso...”

-No te sientas presionada a ayudarme a escoger algo, por favor... –dijo un tanto avergonzada, se sentía como si estuviera imponiéndose ante ella con ese aire mandón que a veces solía mostrar sin darse cuenta ella misma, colocándole una mano en el hombro- Es algo difícil con alguien que recién se conoce, pero aun así aprecio tu ayuda –le dijo con una sonrisa amistosa- Uhm... por ejemplo, mira... –dijo, enseñándole un hermoso vestido de tonos rosas y mangas algo transparentes- ¿Lo ves? No todo tiene que ser blanco y negro en tu vida... depende de ti ponerle un poco de color.

Le correspondió la sonrisa a la otra chica, ampliando la suya propia al verla contemplando el vestido para darle más ánimos- Oh vamos, si te lo llevas, siempre podemos pagarle a alguien que sepa de moda para agregarle detalles como mangas o no sé... bueno, si es que encontramos a alguien libre... la fiesta es mañana después de todo... –comentó algo pensativa- “Espero que eso no ocurra, o realmente estaremos jodidas, ahora que lo pienso”

-Sí, mis colores favoritos son los tonos celestes o suavemente azulados, igual el lila –le respondió con tranquilidad- Pero sólo veo vestidos con tonos chillones... parecen para una fiesta de quinceañeras o para enceguecer a la gente, qué horror... –agregó con decepción, dejando caer sus hombros con pesar- ¿También el celeste? ¡No vayamos a ir del mismo color! –dijo, riendo divertida- Por mí estaría bien, la verdad, no me molestaría si así fuera –se apresuró a hacer gestos con las manos para demostrar que realmente no le era de demasiada importancia- Y te mostraría fotos mías con el uniforme si las tuviera... no soy muy de ese estilo, mucho menos tengo a alguien que las tome por mí –se acomodó un poco el cabello detrás de su oreja para acomodarlo mejor- De todos modos, gracias... supongo que eso es porque mi piel es un tanto pálida y combina con mis ojos... no tengo idea -reflexionó un tanto confusa.

-¿Q-qué...? ¿Intimidados? –no se esperaba un comentario así al respecto, mucho menos de ella misma, ¿de verdad podría verse intimidante a la vista de otros?- N-no lo creo.... –cruzó un brazo sobre su pecho, sobre uno de sus brazos, llevando un par de dedos a sus labios y mentón en actitud pensativa- ¿En serio crees que podría verme así a primera vista? ¡Si nunca he tratado mal a nadie...! Bueno... nadie que no se lo haya buscado, claro está... –se apresuró a agregar con una risita nerviosa.

-Sobre lo de ser popular... no lo sé, no soy demasiado conversadora en clases, suelo quedarme leyendo en los recesos o estudiando... Por las mañanas me voy practicar canto y piano a los salones... –miró hacia el techo justo cuando Ren exclamaba que se probaría el vestido, arrancándole una sonrisa del rostro- Gracias Ren, espero con ansias vértelo puesto –dijo con entusiasmo, esperándole pacientemente afuera del probador- ¿Raro? ¡Para nada! ¡Pareces una muñequita! –mantuvo bien abiertos sus ojos y parpadeó continuamente- Te ves bonita así... quizás no sea celeste, pero yo digo que te sienta... podríamos conseguir unos guantes con o sin dedos, con encaje, o unas mangas de seda que cubran tus brazos si así quisieras pero... –comentó algo pensativa, sin poder evitar decirlo de esa forma, siendo que le gustaba mucho la ropa elegante y la moda- ¿Tú qué dices? ¿Te gusta?

Intentó sonreír para calmar a Ren al sentirse igualmente inquieta por el nerviosismo que pareció irradiar la otra por unos momentos, esa inseguridad de sobre cómo se vería, sobre cómo escoger la prenda correcta. Usualmente aquello no era una preocupación para ella, nunca lo fue en Inglaterra, tanto porque sólo se preocupaba de hacer lo que debía en las fiestas y porque en parte los sirvientes la ayudaban, o simplemente le decían qué vestir, pero ahora... ahora era distinto, era la fiesta más importante a la que asistiría- Lo sé... pero no te pongas nerviosa, ¿sí? –le dijo poniéndole una mano en su antebrazo y sacudiéndolo suavemente para darle ánimos- Yo puedo ayudarte con lo que sea, ¿no te lo dije antes? De momento creo que estoy casi tan en falta de escoger cosas para mañana como tú... así que... ¿por qué no hacernos la vida más fácil ayudándonos mutuamente, cierto? –le dijo sincera, aunque usualmente no le sorprendería si la otra persona pensara que lo hacía por conveniencia, realmente parecía que Ren tenía la habilidad para hacer que otros se encariñaran de ella o le tomaran especial aprecio.

-¡A-ah! Eso... l-lo siento... –con ello ya comprendía a qué se había referido hacía un rato- No creo que sea eso la verdad... –jugueteó un poco con unos cuantos mechones de su propio cabello de forma pensativa y distraída- Te equivocas... –se acercó a un espejo y se miró en el- ¿Princesa, en serio? ¿Yo?... –nunca se lo había planteado, pero a pesar de todo se le hacía extraño que alguien le viera así- “¿Realmente lo parezco? ¿Acaso es por... mi procedencia...? ¿De veras muestro cara de niña rica?” –pensó entre confundida y desanimada al pensar en que podría haber gente que no se le acercara por eso. Pero es que Musette parecía una academia donde había mucha gente de recursos, ¿cómo podía ser eso entonces?- ¿Poca cosa? ¡En absoluto! Nunca miro a nadie en menos por eso... además en la academia no conozco a nadie que parezca así... quiero decir... –se rascó la nuca un tanto incómoda por el tema mientras esperaba a que Ren terminara de cambiarse, pasando el rato buscando algo para ella, haciendo muecas al intentar reunir paciencia para ello. Era vergonzoso que algunos fueran perfectos pero sus pechos se interpusieran en el camino, otros sus caderas... aquello sólo podía arrancarle pesados suspiros de sus labios.

Volteó al escuchar a Ren tras salir del probador- ¡Pues claro que lo creo en serio! No suelo mentir para hacer sentir bien a alguien, porque sé que habrá alguien que podría decirte la verdad de una forma desagradable... –dijo con una mueca en su rostro al pensar en algunos casos- Y mantengo mi opinión sobre buscar mangas o algo similar, guantes... Oh... Claro, si no es ese vestido, puede ser otro –dijo con tranquilidad, mirando a su alrededor en busca de alguno para Ren- Pero me alegra que mínimo te animaras a cambiar el color... aunque sea por mañana –le sonrió para animarla en su decisión- Y pues... yo... encontré esto –se volteó hacia un colgador para enseñarle uno de los vestidos que había encontrado- Uhm... el color me gusta pero... no sé, ¿qué opinas? Yo diría que parece para una fiesta de quinceañeras... –arrugó su nariz para hacer énfasis a su inseguridad.