El comienzo del fin (Priv.)

Como era de esperarse del director, estaba incluso antes de que el vuelo de la muchacha aterrizara. Esta vez había venido como particular, sin ningún otro productor o manager de por medio pues aquello estaría de sobra. De seguro la chica se llevaría una sorpresa puesto que en aquellos tiempos solamente había dado a conocer su nombre y por supuesto, ella desde francia poco y nada sabría de la industria musical (y de su éxito en esta) de este país.

Caminó con confianza, vistiendo una camisa negra con botones dorados. Pantalones negros ajustados lo necesario para lograr la prestancia que deseaba y una chaqueta de traje blanca con botones negros, sumando unos guantes blancos que le protegian del frío que se comenzaba a sentir en la ciudad. La parte larga de su cabello estaba tomada en una coleta baja y sus lentes oscuros le permitian permanecer un poco en el anonimato.

La vió chocar con alguien más y no pudo evitar reír y pensar: "Sigues igual que siempre" Mas aquello solo se quedaría en sus pensamientos o probablemente la ofendería.

"¿Señorita Millaray?"

Le llamó a una corta distancia mientras se quitaba las gafas, dejando al descubierto sus orbes azules y su rostro, dispuesto a ser reconocido aunque no estaba seguro de que ella lo hiciera, después de todo en la época en que se conocieron el llevaba el cabello más largo, incluso levemente ondulado y mas oscuro que ahora.

No pudo evitar reír ante su reacción. Obviamente sospechaba más no parecía estar segura, incluso es más, pareció como si la joven hubiese visto un fantasma.

"¿Pero qué dices? Si nosotros ya nos conocemos."

Contestó el castaño con su tono suave de siempre. Tomando las maletas de la muchacha para ayudarla a salir con ellas del aeropuerto hasta donde esperaba su auto, tan blanco como si chaqueta.

"Regan, Regan Vosuet. Es una lástima que no te hayas dado el tiempo de escuchar sobre mí."

Prefirió dar su nombre mientras caminaba ya que nada le aseguraba que la muchacha no se iba a arrepentir de ultimo momento y tomaría el primer avión que regresara a Francia.

Salió con paso firme hasta el estacionamiento dónde cargó las maletas con cuidado, esperando en cualquier momento la reacción de la joven, y es que de reojo la podía ver bastante atónita en primera instancia.

"¿mh? Pero por supuesto, ¿sino como crees que dí con tan exitosa bailarina de fama internacional?"

Respondió el con total seguridad e inocencia, con el tono tranquilo que solía ocupar siempre que se sentía en confianza.

"Dentro de lo posible siempre he mantenido información de dónde has vivido en francia. De hecho, te mandé varias cartas desde que te marchaste pero como no respondiste ninguna supuse que o estabas muy ocupada o no tenías mucho interés de mantener el contacto con este país. De cualquier manera, llegó a mi escritorio tu nombre y antecedentes como bailarina y entonces mi compañía puso los ojos en tí, se comunicaron contigo, hicieron la oferta y bien... aquí estás."

Resumió terminando por cerrar el portamaletas del auto y dirigirse a la puerta del copiloto para abrirla, educadamente, para que la muchacha subiera al carro. El cambio de temperaturas era evidente por lo que era recomendable para Zinnia subir rápido si no quería pescar un resfriado.

"Lamento que no hayas puesto atención a mi nombre, pero realmente me gustaría trabajar contigo. Si realmente te desagrada la idea podemos cancelar el contrato si así lo deseas."

Se volvió a colocar las gafas mientras esperaba que la muchacha abordara, le parecía increíble que no hubiese sabido de él, pese al leve resentimiento que sentía por como ella le había ignorado entendía perfectamente que siempre hubo esa clase de distancia entre ellos. Y lo respetaba.

"¿De verdad?"

Le tomó completamente por sorpresa oír que no había sido el único que había dedicado tiempo a intentar mantener el contacto entre ellos. Pero incluso así no comprendía como es que nunca llegaron a poder comunicarse, y entonces, de un momento a otro todo le pareció más claro. No sería raro que la familia de Zinnia tuviera que ver con la extraña pérdidas de tales cartas. Mas prefirió no comentarlo de forma directa para no ofender a la muchacha.

"No voy a dudar de lo que me dices, asi que por favor, te suplico, no dudes tú de mis palabras. Si de alguna manera no logramos establecer contacto evidentemente no fue nuestra culpa no lograrlo, asi que por favor... no llores."

Le dio una caricia sutil en la mejilla antes de cerrar la puerta y subirse al carro por el otro lado, colocándose el cinturón pero sin encender el motor aún. Sentía que por el bien de ambos sería bueno terminar de hablar antes de partir, la situación ameritaba toda la atención de Revo.

"No voy a recriminarte nada... pero fuiste tú la que se fue del país. Pese a todo no tenía los medios como para seguirte y cuando al fin alcancé la fama y el dinero para poder hacerlo no podía dejar todo tirado, pero incluso así me esforcé para que, mediante los medios que ahora poseo, poder encontrarte."

Contestó apoyando la cabeza entre sus brazos y estos apoyados en el manubrio del vehículo. Bajo sus gafas se podía notar una mirada un tanto dolía, pues no esperaba un reproche, tampoco quería sonar principesco y decir que todo cuanto habíá hecho hasta ahora era con el fin de que pudieran estar juntos. Despu+es de todo, todo lo que había hecho era perseguir sus sueños, cada uno por su parte, sin tener la responsabilidad de ello, no al menos uno más que el otro. Incluso sintiendo todo eso no fue capaz de decir nada al respecto, no era bueno demosrando ese tipo de emociones. Frustración o dolor.

Estaba intentando articular palabra cuando las ultimas de la muchacha lo sacaron de su estado. Quedó pasmado sin creer lo que escuchaba.

"¿De verdad?"

Vio que la chica primero se ponía a la defensiva y pese a que argumentara que la decisión había sido de sus padres no podía negar que fue lo que mejor pudo haber hecho para impulsar su carrera profesional como bailarina. Por suerte los ánimos se calmaron rápidamente y bastó oír el "Lo siento" de ella para sensibilizar de nuevo su corazón. Le devolvió una sonrisa, mas luego de su comentario hizo más bien una mueca, un poco incomodo.

"Lo haces sonar como si yo fuera alguna clase de hombre pedófilo...."

Y no dejaba de ser un poco cierto, proque la diferencia de edad en algún momento pudo haber pesado, sin embargo ahora parecía carecer de importancia. Después de todo eran dos adultos.

"Me alegra que te interese"

Comentó de forma sincera, ya decidiendo encender el motor y hechar marcha hacia el sello, el ambiente se había vuelto más ligero y mucho más ameno ahora.

"Vamos a tomar las cosas con calma, ya sabes que no soy alguien del todo impulsivo. Pero jamás me ha molestado estar contigo. ¿Te parece bien si volvemos a conocernos?"

Le regalo una sonrisa, un poco más intima y quizas un poco seductora para ella. No iba a negar que le seguía pareciendo tan bella como una modelo y bien sabía que era una muchacha inteligente, sin embargo el tiempo no había sido poco y tenían que partir por recuperar la amistad antes que cualquier otra cosa.

"Te daré un paseo por la escuela primero, luego por el sello. Tengo intenciones de que seas la tutora de baile de la escuela siempre y cuando te intere el trabajo, pero también me gustaría que dirigieras a los bailarines de Merveilles."

Dejó fluir una suave risa de sus labios, sin quitar la vista del camino. Ya atrás iban dejando el apartado aeropuerto y se encaminaban por la carretera rumbo a la ciudad. Sabía que quizás la joven se iba a sorprender por su loca propuesta, pero no era extraño, después de todo tener una tutora y una cabecilla de tan buena formación como Zennia sería algo que para su compañía, sin dudas se volvería favorable y muy conveniente.

"Puedes pensarlo bien si tienes dudas, incluso planeo que te integres poco a poco al sello. Por ahora es más urgente que comienzes las clases para la escuela, asi que iremos allá primero."

Le explicó pero fue interrumpido al notar que la muchacha, al parecer, había sufrido las consecuencias del cambio de temperatura.

"Debiste recordar que el clima aquí es diferente."

Volvió a reír con suavidad y, con el debido cuidado se quitó la chaqueta, sin dejar de conducir, pero si bajando un poco la velocidad. Por lo que hacía no pudo parecer del todo un caballero, pero no era su idea dar la fachada de principe azul, únicamente quería que la muchacha no pescara un resfriado, menos habiendo recién llegado. Por ello es que le pasó su caqueta.

"No es mucho pero te hará falta, afuera deben haber a penas unos cuantos grados."

Indicó como explicando su acción antes de retomar el tema.

"La escuela Musette es una institución que prepara artistas para la carrera musical. Tanto vocalistas, músicos y bailarines, todo lo que nuestra compañía necesita. Incluso hay una división especial para formar futuros productores y managers. Quisiera que tras conocer las instalaciones puedas aportar ideas para mejorar la infraestructura y la formación de los muchachos. Es una escuela mixta y semi internado. Tenemos dormitorios para los internos pero hay chicos que viven en la ciudad, así mismo puedes optar vivir dentro o fuera del campus. ¿Tienes algo visto o irás a casa de tus padres? "

Preguntó con cierto temor, ya que si el asunto era así.. las cosas posiblemente se complicarían un poco, pese a que dudaba que los padres de la muchacha supieran que tanto la escuela como el sello le pertenecían a él.

"Te lo encargo"

Dijo luego de que la chica confirmara y prometiera llevar el instituto a nivel de la fama mundial. Era importante pues ya dentro del país la fama los tenía bien posicionados, pero hablar de un reconocimiento mundial era otra cosa, otra cosa que sin dudas quería poder alcanzar. Por eso estaba buscando profesores que fueran grandes músicos o cantantes, asi como también buenos docentes.

"¿De verdad te interesa vivir en el Campus? Hace poco habilitamos los dormitorios, es un agradable lugar, no hay problemas en que te quedes ahí pero si es tu intención quedarte por un buen tiempo no sería malo que vieras algún departamento para hacer tu vida independiente. ¿no?"

Comentó él de buena gana, como medida previsoria estaría bien si la joven aceptaba quedarse en el campus, pero revo no creía que esa sería la condición adecuada para la chica, después de todo su vida no sería solo la escuela.

Cuando Zinnia hizo el comentario respecto a sus padres el castaño nu pudo evitar frenar de manera imprevista, aunque con el cuidado necesario.

"¿L-les dirás?"

Preguntó recuperandose de la sorpresa y volviendo a conducir. Por un lado él no tenía problemas con que ellos conocieran en quién se había convertido, pero incluso así sentía la duda, el miedo a que pese a todo los prejuicios siguieran primando en ello y de alguna u otra forma volvieran a interceder por apartar a Zinnia de su lado, esta vez no solo como mujer sino también como profesional. Sería caótico si algo así sucedía.

Para colmo la chica preguntó otra cosa que no se esperaba.

"Bueno... No estoy saliendo con nadie actualmente..."

Respondió sincero, mas no especificaría que no había tenido una pareja estable despues de la muchacha, habían pasado varios años y no creía que fuera necesario decir algo así. No iba a negar tampoco que sí había mantenido relaciones abiertas sin futuro alguno. Pensar en por qué la joven decía eso le puso nervioso y a pesar de que también deseaba saber si ella tenía pareja, evitó preguntar.