El comienzo del misterio {Priv. Aria}

Viernes por la mañana caminando por los pasillos del dormitorio de chicas, agradeciendo con una sonrisa que aquel día sus labores hubieran terminado de forma adelantada, con su bolso en mano, sujeto por su hebilla, subía de uno en uno cada peldaño que le llevaba a su cuarto en el último piso del edificio, inclusive siendo casi el último del mismo. Si bien le habían otorgado una habitación doble, hasta el momento no había recibido ninguna notificación de tener una compañera o algo por el estilo. De hecho, el asunto lo pensaba en más de una ocasión y sentía que no le molestaría en absoluto, después de todo, podría tener a alguien con quien charlar o compartir o hasta estudiar.

De todos modos, fue grande su sorpresa cuando vio a alguien de pie en medio del pasillo y mirando a todas partes, que hasta incluso parecía estar hablando consigo misma o en su mente. Fue justo entonces que volteó para mirarla- Uhm... ¿sí...? ¿disculpa...? –se acercó de a poco a la joven rubia de lentes que parecía mirarle con algo de desesperación y esperanza en sus ojos- ¿Necesitas algo? ¿Te perdiste? No te había visto por aquí antes... -dijo con un tanto de curiosidad.

Ladeó la cabeza un tanto preocupada de que la joven no le respondiera en un inicio, seguro sería tímida, por lo que esperó algunos momentos a que hablara. Bien, en efecto se encontraba perdida, no era la primera persona en la academia que veía algo desorientada ya fuera en los dormitorios o en cualquier parte, después de todo era un edificio bastante amplio- Ah, tranquila, ya se está haciendo normal... –comentó, mirando a todos lados- Claro que puedo ayudarte –dijo con tranquilidad- ¿Recuerdas al menos en qué piso quedaba tu habitación? Si no, tendremos que ir a hablar a las oficinas, a ver qué pueden hacer desde allí... –dijo, casi pareciendo hablar para sí, pensativa al estar considerando las opciones que tenía para poder ayudar a la joven.

-Mucho gusto Louise –le dijo, extendiéndole su mano de forma elegante para estrecharla- Mi nombre es Aria, Aria Ainsley. Si te sirve de algo yo vivo en el cuarto piso, departamento 7, ¿entonces? ¿Recuerdas algo? –le preguntó con curiosidad, esperando pacientemente- ¿Ah...? ¿R-Rapunzel? -parpadeó extrañada- Vaya... a todos les gusta mi cabello, supongo que les llama la atención lo largo que es... –agregó con una sonrisa algo nerviosa- Jeje, pero... ¿Rapunzel? Oh... bueno...

-¿Número 7, dices? Hmm... me pregunto si sería mucha coincidencia si fuera el mio... –dijo un tanto pensativa- De todos modos, si fuera a recibir a alguna compañera de habitación me lo habrían notificado, o eso supongo, al menos... –dijo para sí con confusión en su voz. Hasta donde alcanzaban sus conocimientos, se notificaba a los alumnos con un espacio vacante en sus cuartos el arribo de nuevos estudiantes para ser alojados en sus dependencias, notificación que ella nunca recibió.

-Lo peor de todo es que tu ingreso debe ser tan nuevo que ni siquiera estará en la lista de cuartos que hay en el primer piso... –gruñó con suavidad al no saber qué otras opciones considerar- ¿Eh? Oh... claro, largo y rubio... –musitó al encontrarle algo de razón a su apelativo, mirando su peinado y elegante cabello al voltear hacia atrás- Pues, te diré qué haremos. Iremos a mi habitación, dejaré mis cosas y llamaré a la oficina para preguntar, ¿qué tal? Si no recibimos respuesta, siempre podremos ir a la oficina, es que a veces tienen las líneas ocupadas, ya sabes, es una academia muy cotizada al parecer... –sin decir mucho más encaminó la marcha hacia las escaleras, esperando que Louise le siguiera.

Una vez arribaron al cuarto piso, se dirigió sin vacilar hacia la puerta tras la cual se encontraba su mini apartamento y su cuarto- Bienvenida entonces, Louise, sea este tu cuarto o no –rió un poco al dejar que pasara primero- Siéntete cómoda, yo llamaré de mientras... –le invitó a tomar asiento para luego acercarse a una esquina de la sala de estar donde había algo enmarcado, una lista de números de emergencia, otros de asuntos estudiantiles y demases anexos de la academia, y un plano final para señalizar las salidas en caso de ocurrencias y de planes de emergencia- Veamos... –marcó el número en su móvil, golpeando su pie rítmicamente en el suelo para señalar su impaciencia en tanto la línea seguía marcando por bastante rato hasta que milagrosamente atendieron la llamada- Ah, sí, buenos días, habla Aria Ainsley, 3er año. Llamaba para consultar por una alumna perdida, dice que confundió la habitación que le corresponde, por lo que quisiera corroborar la información, si fuese tan amable... –hablaba con porte y elegancia, notándose claramente su origen y que no era ajena a los tratos diplomáticos y educados para con otras personas, después de todo su padre le había inculcado aquella forma de ser para relacionarse con sus contactos y dejar con buena reputación a su familia- Sí, Louise Nevermind, de... -fue entonces en que se dio cuenta que no había preguntado a qué curso pertenecía la joven, por lo que se volteó hacia ella en busca de una respuesta, asintiendo al recibir la correcta con 3 dedos de su mano- 3er año igualmente... –esperó unos minutos más y miró a la interpelada, rodando sus ojos para señalar que estaba tardando un poco en hallar la información- ¿Eh...? ¿407, dice...? Pero si esa es mi... –el desconcierto se apoderó de sus facciones y arqueó una ceja, perpleja- ¿Cómo es que no se me notificó de ello? Oh, comprendo... de todos modos me habría gustado haber sido informada con antelación, cuando mucho para haber sido quien le recibiera para evitar que situaciones como la que acaban de ocurrir no llegaran a suceder... –suspiró algo cansada, realmente no tenía ganas de hacerse problemas con algo así- Sí,  comprendo... muchas gracias...

Colgó el móvil, mirando por unos segundos la pantalla antes de cerrar su móvil- Bien pues... parece que somos compañeras de cuarto desde hoy en adelante –se le acercó y volvió a tomar su mano- Bienvenida oficialmente a nuestro cuarto, Louise, ¿necesitas algo entonces? Digo, ahora que ya se solucionó el misterio de tu cuarto... ¡Oh, y no te lo tomes a mal! No es que me moleste tenerte de compañera, es sólo que me habría gustado saber de antes, ya sabes... –se rascó un poco su nuca, esperando no le malinterpretara.

Había asentido con comprensión ante el comentario de Louise sobre lo apresurado de su llegada y el retardo de los trámites por causa de la tan ocupada agenda del director Vosuet- Comprendo que así sea, pero hasta donde llegan mis conocimientos hay... o al menos debería de haber, gente encomendada a esa tarea en caso que él se encuentre ocupado, ¿no lo crees? Es esencial en cualquier escuela, o en cualquier lugar si lo quieres pensar de esa forma... –intentó no darle más vueltas al asunto de aquella fiesta que le ponía completamente nerviosa, considerando que debería ir por algo para vestir en aquella ocasión, por lo que prefirió dejarlo pasar en su mente hasta otro momento.

Oyó que Louise tosió un poco, volteando hacia ella justo cuando guardaba su móvil- ¿Estás resfriada? ¿Quieres beber algo? –le preguntó con cortesía, mirando a las maletas que ambas habían traído hacia el departamento- ¿Eh? ¡No, no! –hizo gestos con sus manos para indicar negación- ¡Claro que no, te equivocas! No es que no me haya caído bien... es sólo que me tomó por sorpresa... suelo... la verdad me gusta ser precavida, sólo es eso, de veras... –se disculpó rascando un poco su nuca- Lo siento si te he dado otra impresión...

Volvió a su actitud ya más normal y se paró más derecha, levemente cruzada de brazos- Bueno, técnicamente si quieres verlo así es una suite con dos habitaciones, por lo que sería nuestro departamento con tu habitación y mi habitación –dijo con una suave risa- Y el tuyo es el de allá –le señaló la dirección correcta delicadamente con su dedo- Oh, sí, claro... los aviones son algo incó... –se detuvo en seco al escuchar desde donde venía y bajó lentamente su dedo- ¿Vienes desde Londres? Yo... yo también... –dijo algo sorprendida, callando el entusiasmo que habría tenido en cualquier otra ocasión- Vaya, no me había encontrado antes con otro compatriota, bueno, no es como que vaya preguntando por doquier el origen de cada quien, así que... bien puede que sí, ¿quién sabe? –le dijo tomando con confianza la maleta de Louise para llevarla a su cuarto- Por cierto el baño tiene agua caliente en caso que quieras darte una ducha o un baño, también tengo unas cuantas sales y espumas que compré en caso que quieras... no tengo problema en caso que se te antoje usar alguna –le dijo con total calma pero aun así curiosa por saber un poco más de su compañera.