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Un caballo negro como la Noche [Mine]
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Un caballo negro como la Noche [Mine]
- ambiente en la playa:
- mirando el espejo de agua:
*Es cierto soy un Kelpie...eso es lo que me dijeron mis padres poco antes de irme de la casa, por eso mis colmillos, mi habilidad en el agua, es algo muy difícil de creer, no podía evitar ver mis manos y darme cuenta de que eran humanas, podía verme como humano y como un caballo a voluntad, ese era un poder de los Kelpies, una forma de atraer a su presa al fondo del mar para devorarlos con sus afilados dientes....pase el pulgar entre mis dientes sintiendo su forma y su filo, eran los dientes de una criatura...los colmillos de un tiburon....*
eso es lo que soy una criatura...
*Siegfried se quito la chamarra mostrando su torso desnudo y bien esculpido por pasar nadando tanto tiempo, la aventó a un montículo de arena, se quito el traje de baño, aventándolo junto a la chamarra y se quedo unos segundos sintiendo la brisa marina golpear su cuerpo desnudo, movió la cabeza sacudiendo su cabello como lo haría un caballo y en unos segundos este dejo de verse como humano, se veía como un enorme semental negro de ojos rojos el cual trotaba camino al mar, era una de las pocas noches en las que dejaba que su aspecto de caballo saliera y nadar en esa forma le hacía feliz, lo que no sabía es que no estaba solo esa noche y alguien observaba al caballo negro*
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
La inseguridad asediaba nuevamente sus pensamientos esas últimas semanas, como una dulce dama que no quería ser echada al olvido. Regresaba, sobretodo cuando los quehaceres en el sello empezaban a sobrepasar sus pobres capacidades. No estaba lista para ello, no estaba lista para nada.
Necesitaba a Lucien para seguir respirando y cumplir con las expectativas de su padre, aún si no había pasado mucho tiempo desde su último encuentro la imagen del semi-ángel no había desaparecido de su cabeza como una fuerte obsesión que aún no tocaba fondo.
¿Felicidad o conformismo? ¿En qué se traducía aquél sentimiento? Nunca iba a poder sustituir a Lucia pero, a su vez, había sido ella misma quien decidió sumergirse en la oscuridad de aquél amor no correspondido... ¿Cuánto tiempo duraría, entonces, esa maldita y perecedera satisfacción que de tan buen humor le tenía cada mañana?
¿Dónde estoy?
Abrió los ojos un instante y, desorientada, distinguió el anochecer. Llevaba horas caminando sin rumbo tras haber terminado su jornada laboral. Charles se ofreció numerosas veces a llevarle adonde quisiera pero Mine se limitó a pedirle un acercamiento a la playa, para luego pedir a su viejo mayordomo que le esperase a distancia. Él acató, confiando un poco en el actual bienestar mental de la joven heredera quien se había adentrado en las rocas, huyendo de su vigilancia.
Su consciencia volvió de lleno a la realidad al percibir el frío contacto del agua lamer sus pies descalzos y el suave rumor del viento revolotear su cabello rizado. Notó que, a cierta distancia de su posición actual, se hallaba la silueta de un hombre. Los colores se le subieron al rostro al notar su desnudez, pero antes de que tuviera la ocurrencia de desaparecer sin ser vista vio con claridad la transformación de este sujeto a un imponente caballo negro.
Los labios de Mine se separaron y la vergüenza se transformó en impacto. Sus pupilas se dilataron horrorizadas y su cuerpo comenzó a temblar, incapaz de responder a la orden de huida que gritaba en pensamientos. Dio un paso en falso hacia atrás y cayó al piso con torpeza, siendo ligeramente amortiguada por la consistencia húmeda de la arena, sin apartar la mirada de la criatura.
Necesitaba a Lucien para seguir respirando y cumplir con las expectativas de su padre, aún si no había pasado mucho tiempo desde su último encuentro la imagen del semi-ángel no había desaparecido de su cabeza como una fuerte obsesión que aún no tocaba fondo.
¿Felicidad o conformismo? ¿En qué se traducía aquél sentimiento? Nunca iba a poder sustituir a Lucia pero, a su vez, había sido ella misma quien decidió sumergirse en la oscuridad de aquél amor no correspondido... ¿Cuánto tiempo duraría, entonces, esa maldita y perecedera satisfacción que de tan buen humor le tenía cada mañana?
¿Dónde estoy?
Abrió los ojos un instante y, desorientada, distinguió el anochecer. Llevaba horas caminando sin rumbo tras haber terminado su jornada laboral. Charles se ofreció numerosas veces a llevarle adonde quisiera pero Mine se limitó a pedirle un acercamiento a la playa, para luego pedir a su viejo mayordomo que le esperase a distancia. Él acató, confiando un poco en el actual bienestar mental de la joven heredera quien se había adentrado en las rocas, huyendo de su vigilancia.
Su consciencia volvió de lleno a la realidad al percibir el frío contacto del agua lamer sus pies descalzos y el suave rumor del viento revolotear su cabello rizado. Notó que, a cierta distancia de su posición actual, se hallaba la silueta de un hombre. Los colores se le subieron al rostro al notar su desnudez, pero antes de que tuviera la ocurrencia de desaparecer sin ser vista vio con claridad la transformación de este sujeto a un imponente caballo negro.
Los labios de Mine se separaron y la vergüenza se transformó en impacto. Sus pupilas se dilataron horrorizadas y su cuerpo comenzó a temblar, incapaz de responder a la orden de huida que gritaba en pensamientos. Dio un paso en falso hacia atrás y cayó al piso con torpeza, siendo ligeramente amortiguada por la consistencia húmeda de la arena, sin apartar la mirada de la criatura.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
*Ahora en su verdadera forma podía sentir todo de manera diferente en su pelaje, sentía la sal del mar en su crin, la arena húmeda en sus cascos, todo se sentía correcto, aunque prefería el agua dulce no se quejaba aquella sensación, a fin de cuentas era un ser acuático, cerro sus pestañas sintiendo aquella agradable sensación, fue entonces cuando se dio cuenta de que no estaba solo.
La oreja del majestuoso animal se sacudió al escuchar a la joven tropezar, abriendo lentamente sus párpados este volteo despacio a verle, con aquellos ojos rojos salidos desde el mundo mistico*"...vio mi transformación..."*eso fue lo que pensó justo antes de comenzar a ir hacía donde estaba la joven de cabellos naranjas, el trote fue lento en un comienzo y luego agarro velocidad hasta donde ella se encontraba, la arena era levantada por sus cascos con fuerza, su cola y crin se movían, pero este no despegaba la mirada de la joven.
Justo antes de llegar el corcel se levanto postrándose en sus patas traseras, de manera imponente y soltando un relinchido, aun viéndola con aquellos penetrantes ojos rojos, todo ocurrió muy rápido, aquella figura imponente del caballo se deshizo en forma de agua dejando a Siegfried agachado sobre una rodilla frente a la Joven, sabía que ella lo vio convertirse de humano a caballo así que daba igual el que viera ahora su transformación de de nuevo, sabía por el rostro de la señorita frente a el que su acercamiento no fue el mas adecuado para mostrarse pero que mas daba, a el le gustaba mucho la teatralidad y eso era una muestra de ello*
shhh tranquila, no te hare nada, así que no grites ok?
*la mirada de Siegfried aunque era penetrante como la del caballo, era sincera y esperaba que ella no gritase en ese momento, era la primera persona que aparte de sus padres le había visto en su verdadera forma; la miro por un segundo y se percato de la belleza que poseía, parecía una muñeca, rizos de color naranja que contrastaban en una piel blanca y bella como la misma porcelana*
La oreja del majestuoso animal se sacudió al escuchar a la joven tropezar, abriendo lentamente sus párpados este volteo despacio a verle, con aquellos ojos rojos salidos desde el mundo mistico*"...vio mi transformación..."*eso fue lo que pensó justo antes de comenzar a ir hacía donde estaba la joven de cabellos naranjas, el trote fue lento en un comienzo y luego agarro velocidad hasta donde ella se encontraba, la arena era levantada por sus cascos con fuerza, su cola y crin se movían, pero este no despegaba la mirada de la joven.
Justo antes de llegar el corcel se levanto postrándose en sus patas traseras, de manera imponente y soltando un relinchido, aun viéndola con aquellos penetrantes ojos rojos, todo ocurrió muy rápido, aquella figura imponente del caballo se deshizo en forma de agua dejando a Siegfried agachado sobre una rodilla frente a la Joven, sabía que ella lo vio convertirse de humano a caballo así que daba igual el que viera ahora su transformación de de nuevo, sabía por el rostro de la señorita frente a el que su acercamiento no fue el mas adecuado para mostrarse pero que mas daba, a el le gustaba mucho la teatralidad y eso era una muestra de ello*
shhh tranquila, no te hare nada, así que no grites ok?
*la mirada de Siegfried aunque era penetrante como la del caballo, era sincera y esperaba que ella no gritase en ese momento, era la primera persona que aparte de sus padres le había visto en su verdadera forma; la miro por un segundo y se percato de la belleza que poseía, parecía una muñeca, rizos de color naranja que contrastaban en una piel blanca y bella como la misma porcelana*
- Off:
- Despues de mucho buscar y escoger música no encontre ninguna que me gustara mas que 1 realmente y esta la usare para después igual en este post XD sorry por hacerte esperar
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
Ponte de pie... Ponte de pie...
Sus pensamientos insistían, imploraban, pero ella no podía moverse siquiera. Se mantuvo sentada en la arena con la mirada fija en la bestia que no tardó en notar su presencia, y ni así hizo ademán de poder levantarse. Su cuerpo se encontraba dominado por el miedo, algo que se acentuó con creces al notar el rápido acercamiento de la criatura. Mine apretó los párpados y volvió el rostro hacia el costado, notando cómo una corriente de nerviosismo le recorría la espalda y volcaba su estómago.
Lucien... ¡¡Lucien!!
En su fuero interno clamó su nombre, como si supiera que la única persona capaz de defenderle sería él. Anheló su abrazo en ese instante crucial, pero este no era más que un fantasma cruel que se desvanecía como un recuerdo. Percibió su ausencia como una sentencia de muerte.
Al cabo de una pausa, de unos breves segundos, Mine notó que nada le había pasado. Abrió los ojos con lentitud y se volvió hacia el contrario, notando que ya no era un corcel sino un joven. Pero ella lo había visto con claridad, reconocía esa mirada carmín aún si estaba en un cuerpo diferente. De no ser por su experiencia con Lucien seguramente no creería en tales conclusiones y no habría hecho más que desmayarse al atestiguar que un humano se convirtiera en animal, pero ya era más o menos consciente de cuán amplio podía ser ese misterioso mundo.
– ¿Qué... Eres...? – Preguntó con voz temblorosa, acatando su orden de no gritar pues se sentía medianamente mejor al verle en esa forma. Pero aún así desconfiaba de sus intenciones. – ¡Ah! – El mar se deslizó de forma inesperada por su respectiva orilla, empapando a Mine de la cintura para abajo y haciendo que dejara escapar un pequeño gemido por cuán helada se encontraba el agua. Encogió un poco su cuerpo y bajó la mirada, notando solo entonces que el pelirrojo se encontraba desnudo. – ¡N-no! – Gritó de nuevo en lo que, sonrojada, cubría su visión con ambas manos.
Sus pensamientos insistían, imploraban, pero ella no podía moverse siquiera. Se mantuvo sentada en la arena con la mirada fija en la bestia que no tardó en notar su presencia, y ni así hizo ademán de poder levantarse. Su cuerpo se encontraba dominado por el miedo, algo que se acentuó con creces al notar el rápido acercamiento de la criatura. Mine apretó los párpados y volvió el rostro hacia el costado, notando cómo una corriente de nerviosismo le recorría la espalda y volcaba su estómago.
Lucien... ¡¡Lucien!!
En su fuero interno clamó su nombre, como si supiera que la única persona capaz de defenderle sería él. Anheló su abrazo en ese instante crucial, pero este no era más que un fantasma cruel que se desvanecía como un recuerdo. Percibió su ausencia como una sentencia de muerte.
Al cabo de una pausa, de unos breves segundos, Mine notó que nada le había pasado. Abrió los ojos con lentitud y se volvió hacia el contrario, notando que ya no era un corcel sino un joven. Pero ella lo había visto con claridad, reconocía esa mirada carmín aún si estaba en un cuerpo diferente. De no ser por su experiencia con Lucien seguramente no creería en tales conclusiones y no habría hecho más que desmayarse al atestiguar que un humano se convirtiera en animal, pero ya era más o menos consciente de cuán amplio podía ser ese misterioso mundo.
– ¿Qué... Eres...? – Preguntó con voz temblorosa, acatando su orden de no gritar pues se sentía medianamente mejor al verle en esa forma. Pero aún así desconfiaba de sus intenciones. – ¡Ah! – El mar se deslizó de forma inesperada por su respectiva orilla, empapando a Mine de la cintura para abajo y haciendo que dejara escapar un pequeño gemido por cuán helada se encontraba el agua. Encogió un poco su cuerpo y bajó la mirada, notando solo entonces que el pelirrojo se encontraba desnudo. – ¡N-no! – Gritó de nuevo en lo que, sonrojada, cubría su visión con ambas manos.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
*una sencilla pregunta salió de los labios de la delicada joven, "¿que eres?" una pregunta sencilla, el sabía la respuesta pero realmente era lo que el creía, habían cosas que el aun no sabía sobre su verdadero "el" no sabía quienes eran sus verdaderos padres, no sabía por que le habían puesto Siegfried, pero ella no pregunto todo eso solo le pregunto que que era, justo cuando Siegfried se disponía a responder, ella soltó un pequeño grito a causa del agua que jugueteaba con su cuerpo mojándola cosa que automáticamente produjo una sonrisa en Siegfried mostrando sus afilados dientes*
¿que soy? pues...
*fue interrumpido con un pequeño grito que decía no, por un segundo pensó que se era a causa de ver sus colmillos hasta que noto la mirada de ella viendo hacía abajo y tapándose el rostro con las manos, levanto una ceja y miro para abajo y fue cuando recordó que estaba desnudo, este se paro y miro a la joven con miedo de que esta se fuera, en lo que el iba por su ropa, tenía ganas de hablar con ella, era la primera que le veía como realmente era, aparte también el no lo sabía pero otra cosa por lo que se acerco a ella es que en su interior había un deseo de llevarla a las profundidades, por que al final el seguía siendo un Kelpie*
espérame unos segundos no te muevas
*Se paro rapidamente y comenzó a correr camino a donde dejo su ropa, ciertamente no era tan rápido como ir a galope, llego donde estaba la ropa y volteo a rápido a ver a la joven que parecía muñeca para percatarse de que siguiera ahí, lo mas rápido que pudo se puso la chamarra y el traje de baño, mientras regresaba cosa que hizo que se tropezara y estampara de lleno la cara en la arena, se paró, en lo que se limpiaba regreso a donde estaba la muñeca de porcelana*
mejor? ya no estoy desnudo... ahora con respecto a lo otro...según me dijeron los que me criaron, soy un Kelpie un espíritu del agua con forma de caballo*le pareció correcto mejor no contarle que son caballos que llevaban a sus víctimas al fondo del mar como las sirenas para comérselas* puedo convertirme en caballo en si esa es mi verdadera forma supuestamente... pero bueno, ya me viste desnudo, en mis dos formas y ya te dije que soy así que...¿me podrías decir tu nombre ? *dijo pasando su mano por su cabello pasándolo para atrás mientras se sentaba en la arena húmeda junto a ella y le sonrió con calma* por cierto....Soy Siegfried
¿que soy? pues...
*fue interrumpido con un pequeño grito que decía no, por un segundo pensó que se era a causa de ver sus colmillos hasta que noto la mirada de ella viendo hacía abajo y tapándose el rostro con las manos, levanto una ceja y miro para abajo y fue cuando recordó que estaba desnudo, este se paro y miro a la joven con miedo de que esta se fuera, en lo que el iba por su ropa, tenía ganas de hablar con ella, era la primera que le veía como realmente era, aparte también el no lo sabía pero otra cosa por lo que se acerco a ella es que en su interior había un deseo de llevarla a las profundidades, por que al final el seguía siendo un Kelpie*
espérame unos segundos no te muevas
*Se paro rapidamente y comenzó a correr camino a donde dejo su ropa, ciertamente no era tan rápido como ir a galope, llego donde estaba la ropa y volteo a rápido a ver a la joven que parecía muñeca para percatarse de que siguiera ahí, lo mas rápido que pudo se puso la chamarra y el traje de baño, mientras regresaba cosa que hizo que se tropezara y estampara de lleno la cara en la arena, se paró, en lo que se limpiaba regreso a donde estaba la muñeca de porcelana*
mejor? ya no estoy desnudo... ahora con respecto a lo otro...según me dijeron los que me criaron, soy un Kelpie un espíritu del agua con forma de caballo*le pareció correcto mejor no contarle que son caballos que llevaban a sus víctimas al fondo del mar como las sirenas para comérselas* puedo convertirme en caballo en si esa es mi verdadera forma supuestamente... pero bueno, ya me viste desnudo, en mis dos formas y ya te dije que soy así que...¿me podrías decir tu nombre ? *dijo pasando su mano por su cabello pasándolo para atrás mientras se sentaba en la arena húmeda junto a ella y le sonrió con calma* por cierto....Soy Siegfried
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
¿Que lo esperara? ¡¿Cómo pretendía que lo esperara?! ¡Debía huir de allí cuánto antes! Pero por más que estos fueran sus pensamientos su cuerpo seguía sin reaccionar, ya no sólo por la impresión de haber visto a un hombre convertirse en caballo y viceversa sino que también por haberlo visto desnudo antes que a su supuesto prometido... ¡Dios, Lucien no podía enterarse!
Una vez el muchacho se largó a buscar sus ropas Mine coló la mirada entre sus dedos, aún sintiendo las mejillas calientes por el desliz anterior. Le observó vestirse a distancia, replanteándose nuevamente si podía confiar en un ser tan misterioso como él. No estaba segura de ello pero tampoco era muy difícil deducir que si el muchacho realmente quería hacerle daño no hubiera tenido tanta consideración, poco y nada le hubiese importado su desnudez antes de asegurarla como presa.
Si, ella seguía siendo libre y podía permitirse la huida. Tal vez... Solo tal vez... Aquél desconocido no era una mala persona. De igual modo permaneció en el mismo lugar, acatando su pedido de espera en lo que movía un poco sus piernas para evitar que se entumecieran por el frío. Las olas seguían lamiéndole los pies desnudos cuando el pelirrojo regresó donde ella, ya vestido, presentándose y situándose a su lado.
– ¿Kel... pie? – Musitó apartando las manos de sus ojos al fin y volviéndose hacia él, ladeó el rostro con delicadeza esbozando una irreprimible curiosidad. Era primera vez que escuchaba una palabra como esa... "Kelpie". Sólo esperaba que la criatura en cuestión no comiese carne humana ni nada parecido. – Soy Mine – se presentó más tranquila, intentando tímidamente responder a su sonrisa. – Tu forma original es impresionante... Aunque intimida un poco... – aceptó avergonzada, sabía que debía disculparse por su reacción anterior pero los nervios aún la mantenían en guardia.
Una vez el muchacho se largó a buscar sus ropas Mine coló la mirada entre sus dedos, aún sintiendo las mejillas calientes por el desliz anterior. Le observó vestirse a distancia, replanteándose nuevamente si podía confiar en un ser tan misterioso como él. No estaba segura de ello pero tampoco era muy difícil deducir que si el muchacho realmente quería hacerle daño no hubiera tenido tanta consideración, poco y nada le hubiese importado su desnudez antes de asegurarla como presa.
Si, ella seguía siendo libre y podía permitirse la huida. Tal vez... Solo tal vez... Aquél desconocido no era una mala persona. De igual modo permaneció en el mismo lugar, acatando su pedido de espera en lo que movía un poco sus piernas para evitar que se entumecieran por el frío. Las olas seguían lamiéndole los pies desnudos cuando el pelirrojo regresó donde ella, ya vestido, presentándose y situándose a su lado.
– ¿Kel... pie? – Musitó apartando las manos de sus ojos al fin y volviéndose hacia él, ladeó el rostro con delicadeza esbozando una irreprimible curiosidad. Era primera vez que escuchaba una palabra como esa... "Kelpie". Sólo esperaba que la criatura en cuestión no comiese carne humana ni nada parecido. – Soy Mine – se presentó más tranquila, intentando tímidamente responder a su sonrisa. – Tu forma original es impresionante... Aunque intimida un poco... – aceptó avergonzada, sabía que debía disculparse por su reacción anterior pero los nervios aún la mantenían en guardia.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
*Aun estaba sorprendido de que una completa desconocida le hubiera visto en esa forma, recuerdos de su juventud venían a el, por otra parte el aroma a miedo que ella desprendía le atraía bastante no entendía el por que pero le agradaba, quizas nunca podría quitarse ese deseo de caza, entonces escucho su nombre, Mine, un nombre sencillo pero bonito, de nuevo sus pensamientos se centraron en que Mine parecía una muñeca de porcelana, "aunque intimida un poco" palabras que no se le hacían dificiles de entender*
intimida he?... realmente no quise asustarte disculpa si así fue, eres la primera desconocida que me ve en esa forma mi ni hermana ni mi mejor amigo han visto mi verdadera forma...tampoco es que suela usarla mucho, solo la uso para desahogarme.... *metió la mano a su chamarra sintiendo la carta del sello rechazando su solicitud, no pudo evitar apretar sus dientes en forma de colmillos lleno de frustración, esa mañana le llego la carta que decía que lo lamentaban mucho pero que no, "como si eso fuera a detenerme" pensó por unos segundos, era cierto era mas terco que una mula y seguro audicionaría de nuevo* cuando me siento distraído o algo por el estilo camino y camino mucho, siempre desde pequeño eso es lo que hacía y de un modo o otro siempre un cuerpo de agua era el que me atraía a el *dijo mirando el mar con una expresión algo llena de nostalgia*
el problema es que como no suelo transformarme muy seguido no puedo hacerlo con ropa por eso... paso lo de hace rato....aunque hay poderes que si se controlar a la perfección
*Siegfried sonrió al decir eso mostrando sus afilados dientes, realmente no sabía por que le contaba todo eso, seguro ella pensaba que el era un monstruo y por eso no se alejaba aun, pero aun así el con tranquilidad le comentaba sobre su verdadero el, algo en ella le tranquilizaba aparte hace rato que no platicaba con alguien de esa manera, aparte el aroma a miedo en ella se disipaba un poco, el tranquilo mar comenzó a agitarse al momento que aparecían unas nubes no era nada de cuidado realmente* ya te explique que hacía solo aquí pero ¿y tu ? es raro que una bonita joven ande sola menos una que parece una muñeca de porcelana *menciono tranquilo sin ningún tono en especial, claro eso era sin contar su acento irlandes*
intimida he?... realmente no quise asustarte disculpa si así fue, eres la primera desconocida que me ve en esa forma mi ni hermana ni mi mejor amigo han visto mi verdadera forma...tampoco es que suela usarla mucho, solo la uso para desahogarme.... *metió la mano a su chamarra sintiendo la carta del sello rechazando su solicitud, no pudo evitar apretar sus dientes en forma de colmillos lleno de frustración, esa mañana le llego la carta que decía que lo lamentaban mucho pero que no, "como si eso fuera a detenerme" pensó por unos segundos, era cierto era mas terco que una mula y seguro audicionaría de nuevo* cuando me siento distraído o algo por el estilo camino y camino mucho, siempre desde pequeño eso es lo que hacía y de un modo o otro siempre un cuerpo de agua era el que me atraía a el *dijo mirando el mar con una expresión algo llena de nostalgia*
el problema es que como no suelo transformarme muy seguido no puedo hacerlo con ropa por eso... paso lo de hace rato....aunque hay poderes que si se controlar a la perfección
*Siegfried sonrió al decir eso mostrando sus afilados dientes, realmente no sabía por que le contaba todo eso, seguro ella pensaba que el era un monstruo y por eso no se alejaba aun, pero aun así el con tranquilidad le comentaba sobre su verdadero el, algo en ella le tranquilizaba aparte hace rato que no platicaba con alguien de esa manera, aparte el aroma a miedo en ella se disipaba un poco, el tranquilo mar comenzó a agitarse al momento que aparecían unas nubes no era nada de cuidado realmente* ya te explique que hacía solo aquí pero ¿y tu ? es raro que una bonita joven ande sola menos una que parece una muñeca de porcelana *menciono tranquilo sin ningún tono en especial, claro eso era sin contar su acento irlandes*
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 25/10/2013
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
Restó con ambos brazos cruzados sobre sus rodillas flectadas, sin perderle de vista ni dejar de escucharle con atención. Al juzgar por su relato Siegfried originalmente se veía como el imponente animal de hace un rato, eso significaba que su apariencia humana actual era ficticia. Su cuerpo bien tonificado, su cabello rojo e inclusive esos ojos que con tanta parsimonia le observaban eran un señuelo para despistarle de su verdadera naturaleza.
¿Serían él y Lucien similares en algún sentido? Si lo pensaba de esta manera un sentimiento ambivalente nacía en ella... ¿Podía confiar en otra bestia?
– Uh... Descuida... Sólo estaba sorprendida... – respondió negando suavemente con la cabeza al notar que el chico intentaba justificarse. Quería hacerle ver lo evidente que era el impresionarse por una transformación como la que ella había atestiguado pero la curiosidad acabó acaparando su atención otra vez. Al notar que Siegfried observaba un misterioso papel que acababa de sacar Mine asomó la mirada por sobre su hombro sin mucha sutileza. – Ese timbre... ¿No me digas que tú también...? – Musitó cerca de él sin terminar la pregunta, reconociendo la forma y los sellos que aderezaban la misiva.
Era una carta de Merveilles Records, la misma que ella había recibido hace casi dos meses. Se alejó un poco del pelirrojo, sin apartarle la mirada de encima pues se sentía ciertamente curiosa por él. También había mencionado que ni su hermana ni su mejor amigo le habían visto antes con semejante apariencia... Era un Kelpie pero ¿vivía con seres humanos?
¡Qué persona tan extraña!
– ¿Una muñeca...? – Repitió al oírle, un tanto apenada por escucharle decir aquello... ¿Su condición era tan obvia? – Me gusta mucho pintar y suelo venir a la playa a buscar algo de inspiración – le explicó con mayor soltura cuando él le preguntó acerca de sus propias razones para estar deambulando por esos lares. No quería referirse a las inseguridades que con el paso del tiempo empezaban a aparecer, prefería tomarse el asunto con humor... Como casi nunca hacía. – Si bien la luz no me ayuda para hacer un buen dibujo vale la pena memorizar el paisaje nocturno... Además el mar me despeja bastante – explicó sonriente, más confiada.
¿Serían él y Lucien similares en algún sentido? Si lo pensaba de esta manera un sentimiento ambivalente nacía en ella... ¿Podía confiar en otra bestia?
– Uh... Descuida... Sólo estaba sorprendida... – respondió negando suavemente con la cabeza al notar que el chico intentaba justificarse. Quería hacerle ver lo evidente que era el impresionarse por una transformación como la que ella había atestiguado pero la curiosidad acabó acaparando su atención otra vez. Al notar que Siegfried observaba un misterioso papel que acababa de sacar Mine asomó la mirada por sobre su hombro sin mucha sutileza. – Ese timbre... ¿No me digas que tú también...? – Musitó cerca de él sin terminar la pregunta, reconociendo la forma y los sellos que aderezaban la misiva.
Era una carta de Merveilles Records, la misma que ella había recibido hace casi dos meses. Se alejó un poco del pelirrojo, sin apartarle la mirada de encima pues se sentía ciertamente curiosa por él. También había mencionado que ni su hermana ni su mejor amigo le habían visto antes con semejante apariencia... Era un Kelpie pero ¿vivía con seres humanos?
¡Qué persona tan extraña!
– ¿Una muñeca...? – Repitió al oírle, un tanto apenada por escucharle decir aquello... ¿Su condición era tan obvia? – Me gusta mucho pintar y suelo venir a la playa a buscar algo de inspiración – le explicó con mayor soltura cuando él le preguntó acerca de sus propias razones para estar deambulando por esos lares. No quería referirse a las inseguridades que con el paso del tiempo empezaban a aparecer, prefería tomarse el asunto con humor... Como casi nunca hacía. – Si bien la luz no me ayuda para hacer un buen dibujo vale la pena memorizar el paisaje nocturno... Además el mar me despeja bastante – explicó sonriente, más confiada.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
*noto la curiosidad de la joven sobre la carta que tenía en sus manos, agarro y la partió en varios pedazos como si fuera basura, escucho apenas las palabras que ella mustió, levanto la mano con los pedazos y dejo que el viento los arrancara de su mano* lo que fue no importa solo importa el presente y el futuro *dijo con una sonrisa que demostraba orgullo al igual que su mirada*
* le escucho preguntar sobre su comentario a referirse a ella como una muñeca así que sin mas problema le respondió con calma volteando a verla y señalando cada parte a la que se refería* Si, una muñeca, ese cabello esa piel, ese cuerpo y sobretodo esa mirada, una verdadera muñeca de porcelana si me permites decirlo
*Siegfried puso atención a cada palabra que ella decía, le comentaba que le gustaba pintar y que valía la pena memorizar un paisaje nocturno y entonces comento algo que no pudo evitar mostrar una sonrisa de sorpresa y alegría en el,"el mar me despeja bastante", Seigfried nunca fue de esas personas que ocultaran como se sentían y ciertamente ella no era alguien con quien aprender a hacerlo a fin de cuentas se podría decir que ya le tenía mas confianza que a su mejor amigo, se puso de píe y comenzó a caminar cambiando de lugar, colocándose al otro lado de ella recargándose en la piedras por las cuales ella había llegado*
así que el mar te despeja bastante, es interesante que lo menciones, pero a la ves ves no es extraño, el mar tiene muchos trucos y secretos
*comento volteando a verle y guiñándole un ojo* y dime...¿que es lo que quieres despejar de tu cabeza esta noche? * de nuevo se movió colocándose enfrente de Mine y entonces fue cuando noto que ella aun no se ponía de píe, acaso ¿aun le tenía miedo?, no eso no era, su aroma era muy diferente al principio ya no tenía ese aroma a miedo, pero sus ojos demostraban aun una fuerte defensa aunque bueno no era algo difícil de comprender después de verlo transformarse y haberle visto desnudo, Siegfried le extendió la mano para ayudarle* ¿no te lastimaste o si ? disculpa que no te lo preguntara antes, a fin de cuentas ¿fue mi culpa el que te cayeras verdad?
* le escucho preguntar sobre su comentario a referirse a ella como una muñeca así que sin mas problema le respondió con calma volteando a verla y señalando cada parte a la que se refería* Si, una muñeca, ese cabello esa piel, ese cuerpo y sobretodo esa mirada, una verdadera muñeca de porcelana si me permites decirlo
*Siegfried puso atención a cada palabra que ella decía, le comentaba que le gustaba pintar y que valía la pena memorizar un paisaje nocturno y entonces comento algo que no pudo evitar mostrar una sonrisa de sorpresa y alegría en el,"el mar me despeja bastante", Seigfried nunca fue de esas personas que ocultaran como se sentían y ciertamente ella no era alguien con quien aprender a hacerlo a fin de cuentas se podría decir que ya le tenía mas confianza que a su mejor amigo, se puso de píe y comenzó a caminar cambiando de lugar, colocándose al otro lado de ella recargándose en la piedras por las cuales ella había llegado*
así que el mar te despeja bastante, es interesante que lo menciones, pero a la ves ves no es extraño, el mar tiene muchos trucos y secretos
*comento volteando a verle y guiñándole un ojo* y dime...¿que es lo que quieres despejar de tu cabeza esta noche? * de nuevo se movió colocándose enfrente de Mine y entonces fue cuando noto que ella aun no se ponía de píe, acaso ¿aun le tenía miedo?, no eso no era, su aroma era muy diferente al principio ya no tenía ese aroma a miedo, pero sus ojos demostraban aun una fuerte defensa aunque bueno no era algo difícil de comprender después de verlo transformarse y haberle visto desnudo, Siegfried le extendió la mano para ayudarle* ¿no te lastimaste o si ? disculpa que no te lo preguntara antes, a fin de cuentas ¿fue mi culpa el que te cayeras verdad?
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 25/10/2013
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
La muchacha arqueó las cejas con ligereza, impresionada por la acción del pelirrojo. Acababa de destruir una carta de Merveilles Records... ¿Cuántas veces ella había soñado con hacer algo así? ¿Cuántas veces anheló renunciar a esa obligatoriedad, a esa deuda que ni siquiera le correspondía? Se quedó viendo maravillada los restos del papel danzando desde la mano de Siegfried hacia el vacío, empujados por la brisa nocturna.
Lucía como un chico carismático y decidido, ni siquiera Mine podía ser del todo inmune a sus encantos. Esa pudo haber sido la principal razón por la que un leve rubor coloró sus mejillas al oírle mencionar el por qué le parecía una muñeca. Mantuvo la mirada gacha en lo que se llevaba una mano a los labios, secretamente sorprendida. Pensaba que había descubierto una de sus facetas más oscuras, la verdadera razón por la que ella se consideraba a sí misma una simple marioneta. Y bien, ¿por qué no mencionarlo? ¿Por qué no contar tal banalidad a quien parecía haberse expuesto involuntariamente ante ella?
Esta posibilidad le hizo levantar la mirada y establecer contacto visual con quien ahora le ofrecía una mano. Mine la sostuvo con delicadeza y se ayudó de su impulso para ponerse de pie, sin dejar de observarle con timidez y precaución.
– E... Estoy bien, gracias... – musitó en respuesta, dedicándole una sonrisa escueta que al menos reflejaba su confianza en él. – Intercambiaré mi secreto contigo... Ya que tú me has compartido algo tan íntimo como tu verdadera forma... – retomó la palabra pronto, puesto que él había querido saber qué clase de pensamientos indeseables importunaban su mente. – Pertenezco a una familia muy estricta, ellos me obligan a seguir un legado que yo no quiero y no tengo la tenacidad suficiente como para negarme a sus deseos... – le explicó, no había forma más resumida de relatarlo.
Tampoco podía silenciarse ante una persona tan interesante como él. Debía ser eso, sin duda, lo que la empujaba a establecer un nexo de confianza entre ambos: la curiosidad, el interés.
Lucía como un chico carismático y decidido, ni siquiera Mine podía ser del todo inmune a sus encantos. Esa pudo haber sido la principal razón por la que un leve rubor coloró sus mejillas al oírle mencionar el por qué le parecía una muñeca. Mantuvo la mirada gacha en lo que se llevaba una mano a los labios, secretamente sorprendida. Pensaba que había descubierto una de sus facetas más oscuras, la verdadera razón por la que ella se consideraba a sí misma una simple marioneta. Y bien, ¿por qué no mencionarlo? ¿Por qué no contar tal banalidad a quien parecía haberse expuesto involuntariamente ante ella?
Esta posibilidad le hizo levantar la mirada y establecer contacto visual con quien ahora le ofrecía una mano. Mine la sostuvo con delicadeza y se ayudó de su impulso para ponerse de pie, sin dejar de observarle con timidez y precaución.
– E... Estoy bien, gracias... – musitó en respuesta, dedicándole una sonrisa escueta que al menos reflejaba su confianza en él. – Intercambiaré mi secreto contigo... Ya que tú me has compartido algo tan íntimo como tu verdadera forma... – retomó la palabra pronto, puesto que él había querido saber qué clase de pensamientos indeseables importunaban su mente. – Pertenezco a una familia muy estricta, ellos me obligan a seguir un legado que yo no quiero y no tengo la tenacidad suficiente como para negarme a sus deseos... – le explicó, no había forma más resumida de relatarlo.
Tampoco podía silenciarse ante una persona tan interesante como él. Debía ser eso, sin duda, lo que la empujaba a establecer un nexo de confianza entre ambos: la curiosidad, el interés.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
tecnicamente no compartí mi forma verdadera contigo, se podría decir mas bien que y tu la descubriste por tu cuenta, pero te agradezco la confianza de quererme contar algo intimo, aunque no tienes motivo por que
*Puso atención a cada detalle a aquel secreto que Mine le contó, el mismo escapaba de un legado del cual el nunca se entero hasta el momento en el que salió de la isla esmeralda, pero la diferencia entre ella y el es que el si tenía la tenacidad necesaria para hacerle frente a quien fuera, fuesen humanos o criaturas; sonrió en cuanto termino de contar su secreto al percatarse de que aun tenia la mano de ella*
la tenacidad es algo con lo que todos nacemos pero lo que la hace fuerte son las experiencias por ejemplo esta... es un pequeño truco que poseo y puedo compartir siempre y cuando no dejes de tocarme *le guiño el ojo moviendo la cabeza para señalar que la tomaba de la mano* observa...
*Dijo con una sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes, dio un paso hacía atrás,comenzando a pisar el agua del mar pero en ves de que esta cubriera sus pies la piso como si fuese piso duro le jalo con delicadeza un poco hacía donde estaba compartiendo aquel sencillo poder, mientras ella le tocara sus pies tocarían el agua como si fuera un solido piso, estaban aun muy en la orilla y no estaban sobre una gran cantidad de agua pero se podía notar sobre que estaban parados*
es interesante ¿no crees? vamos al mar, no todos los días se puede caminar sobre el y mucho menos acompañado*le dedico otra sonrisa había algo que le hacía querer llevarla al mar, acaso era el que pareciera una delicada muñeca, era entonces el que ella vio a aquel caballo negro, no importaba ella comenzaba a confiar en el y eso le agradaba tener alguien que confiara en el era bastante agradable* entonces vienes de una familia estricta, no creo que te dijeran que estuvieras aquí esta noche entonces...¿estas portándote mal y desafiando su autoridad? toda una chica mala jejeje
*El no solía ser tan platicador y "alegre", por lo general era el chico malo del cual todas las madres quieren alejar a sus hijas mas por que tenía un historial de busca pleitos y sus colmillos no ayudaban a su imagen, pero ella se asusto mucho al verle y tenía que terminar de hacer se sintiera cómoda ante su presencia, aparte por que no generarle un poco mas de confianza en ella misma*
*Puso atención a cada detalle a aquel secreto que Mine le contó, el mismo escapaba de un legado del cual el nunca se entero hasta el momento en el que salió de la isla esmeralda, pero la diferencia entre ella y el es que el si tenía la tenacidad necesaria para hacerle frente a quien fuera, fuesen humanos o criaturas; sonrió en cuanto termino de contar su secreto al percatarse de que aun tenia la mano de ella*
la tenacidad es algo con lo que todos nacemos pero lo que la hace fuerte son las experiencias por ejemplo esta... es un pequeño truco que poseo y puedo compartir siempre y cuando no dejes de tocarme *le guiño el ojo moviendo la cabeza para señalar que la tomaba de la mano* observa...
*Dijo con una sonrisa que dejaba ver sus afilados dientes, dio un paso hacía atrás,comenzando a pisar el agua del mar pero en ves de que esta cubriera sus pies la piso como si fuese piso duro le jalo con delicadeza un poco hacía donde estaba compartiendo aquel sencillo poder, mientras ella le tocara sus pies tocarían el agua como si fuera un solido piso, estaban aun muy en la orilla y no estaban sobre una gran cantidad de agua pero se podía notar sobre que estaban parados*
es interesante ¿no crees? vamos al mar, no todos los días se puede caminar sobre el y mucho menos acompañado*le dedico otra sonrisa había algo que le hacía querer llevarla al mar, acaso era el que pareciera una delicada muñeca, era entonces el que ella vio a aquel caballo negro, no importaba ella comenzaba a confiar en el y eso le agradaba tener alguien que confiara en el era bastante agradable* entonces vienes de una familia estricta, no creo que te dijeran que estuvieras aquí esta noche entonces...¿estas portándote mal y desafiando su autoridad? toda una chica mala jejeje
*El no solía ser tan platicador y "alegre", por lo general era el chico malo del cual todas las madres quieren alejar a sus hijas mas por que tenía un historial de busca pleitos y sus colmillos no ayudaban a su imagen, pero ella se asusto mucho al verle y tenía que terminar de hacer se sintiera cómoda ante su presencia, aparte por que no generarle un poco mas de confianza en ella misma*
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
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Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
Siegfried no dejaba de decir cosas sorprendentes, ¿acaso todos nacían con tenacidad? Sin quererlo recordó a su hermano menor, aquél que tomó la arbitraria decisión de abandonar el hogar, negado a seguir su destino como pianista... Dejándola atrás. Si él había nacido con la tenacidad suficiente para enfrentar a sus padres ¿por qué ella no contaba con una fuerza similar? ¿No eran hermanos? ¡¿Era un asunto hereditario, no?!
¡¿Por qué... Yo no...?! Repercutían sus pensamientos, atormentándola, pese a que no existía atisbo de pena o fastidio en su rostro. Mine permaneció allí, sin soltarle y en silencio, observando cómo el mar humedecía la arena bajo sus pies de un modo penetrante e inescrutable. Solo se atrevió a levantar la mirada cuando el pelirrojo esbozó una afilada sonrisa, intrigándole, forzándole a regresar a la realidad con una simple advertencia: no me sueltes.
– ¡Ah...! – Exclamó con sorpresa al notar el efecto que tenían los pies de Siegfried sobre el agua. Avanzó junto a él, instada por el impulso de seguir a quien le sostuviera la mano, obediente como ella sola, pero sus ojos no se apartaron de las duras aguas cristalizadas en sus pies. – Cla... Claro, solo... No me sueltes... – musitó con un hilo de voz, visiblemente nerviosa mientras se adentraban con delicadeza y lentitud hacia el interior del mar.
Permanecieron así durante largos minutos, avanzando. De cuando en cuando Mine se volvía hacia atrás, observando con pánico cuán lejos se hallaban de la costa... ¿Sería conveniente explicarle que no sabía nadar? No, intentaría confiar en él... Sin observarle se preguntó si eso es lo que Lucien hubiese querido, ¿qué le habría recomendado de estar allí? Un hecho le permitió apartar su atención de estos pensamientos: acababa de distinguir la sombra de un pez navegando justo debajo de ellos.
Sorprendida, Mine decidió prestar atención a su entorno: las estrellas en su mayor esplendor, el reflejo de las mismas decorando esas aguas oscuras, la marea yendo y viniendo junto a ellos... Era un paseo único, fascinante. Solo entonces los labios usualmente fruncidos de la joven heredera dedicaron una sonrisa sincera a su compañero, hacia el misterioso mundo marino que los rodeaba en silencio.
¡¿Por qué... Yo no...?! Repercutían sus pensamientos, atormentándola, pese a que no existía atisbo de pena o fastidio en su rostro. Mine permaneció allí, sin soltarle y en silencio, observando cómo el mar humedecía la arena bajo sus pies de un modo penetrante e inescrutable. Solo se atrevió a levantar la mirada cuando el pelirrojo esbozó una afilada sonrisa, intrigándole, forzándole a regresar a la realidad con una simple advertencia: no me sueltes.
– ¡Ah...! – Exclamó con sorpresa al notar el efecto que tenían los pies de Siegfried sobre el agua. Avanzó junto a él, instada por el impulso de seguir a quien le sostuviera la mano, obediente como ella sola, pero sus ojos no se apartaron de las duras aguas cristalizadas en sus pies. – Cla... Claro, solo... No me sueltes... – musitó con un hilo de voz, visiblemente nerviosa mientras se adentraban con delicadeza y lentitud hacia el interior del mar.
Permanecieron así durante largos minutos, avanzando. De cuando en cuando Mine se volvía hacia atrás, observando con pánico cuán lejos se hallaban de la costa... ¿Sería conveniente explicarle que no sabía nadar? No, intentaría confiar en él... Sin observarle se preguntó si eso es lo que Lucien hubiese querido, ¿qué le habría recomendado de estar allí? Un hecho le permitió apartar su atención de estos pensamientos: acababa de distinguir la sombra de un pez navegando justo debajo de ellos.
Sorprendida, Mine decidió prestar atención a su entorno: las estrellas en su mayor esplendor, el reflejo de las mismas decorando esas aguas oscuras, la marea yendo y viniendo junto a ellos... Era un paseo único, fascinante. Solo entonces los labios usualmente fruncidos de la joven heredera dedicaron una sonrisa sincera a su compañero, hacia el misterioso mundo marino que los rodeaba en silencio.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
- música:
tranquila no te soltare, yo te protegeré *siguieron caminando hasta un punto en el que la luz de la ciudad ya no se veía estaban parados sobre un verdadero espejo; la luna, las estrellas estaban tanto arriba como abajo de ellos* ves si tienes tenacidad, para haber llegado hasta aquí, disfruta esto estas en medio de la nada, se podría comparar con el espacio, estrellas a tus pies y arriba de ti....es un pequeño regalo por no haberme dicho monstruo, espero te guste
*sonrió de manera algo cálida y disfrutaba las expresiones de ella* no hay ningún ruido aparte de nuestras voces aquí...*o eso pensó hasta que sintió el aire en sus orejas y su nariz le llego el aroma de tormenta, comenzó a buscar con la cabeza rápidamente de donde provenía aquello, hasta que vio una enorme masa de nubes que se acercaba rapidamente hacía ellos*...hay que regresar a la costa...se acerca una tormenta... *aunque pisaban bien se podía sentir como unas pequeñas ondas que comenzaban a ser producidas por el viento movían sus pies, cada minuto que pasaba estas empeoraban y comenzaban a moverlos con fuerza, se acercaban a la costa ya se podían ver las luces de la orilla pero ya era demasiado tarde tenían la tormenta sobre ellos, los truenos rugían con fuerza y las pequeñas ondas se habían convertido en fuertes olas.
Fue entonces cuando el tuvo esa preocupación de que ella se soltara y a la ves sin darse cuenta de lo que hacía se lo estaba diciendo* ...no te sueltes... agárrate fuerte....Mine... *pero sin darse cuenta aquella joven de cabello naranja y rizos perfectos ya no le agarraba, ya no se veía detrás de el ni sobre el agua, acaso había sido tan tonto para no darse cuenta de que ella le había soltado, seguro ella dijo algo por que no le escucho, los truenos seguro ellos opacaron la delicada voz de aquella muñeca. El le prometió que no le pasaría nada, movió la cabeza buscándola preocupado y sin pensarlo dos veces corrió sobre el agua mientras su sudadera se iba rompiendo poco a poco comenzando a revelar ese pelaje negro, aquellas fornidas piernas de equino que despedazaron el traje de baño que traía, Siegfried se había convertido en ese caballo tan negro como la noche, de ojos rojos.
El poderoso animal buscaba por la superficie a la joven pero lo único que se podía ver que era lavado por las olas eran los fragmentos de ropa que el traía que habían quedado flotando, el equino movió las orejas y se dejo caer al agua, movía igual la cabeza lleno de desesperación buscándola en aquel oscuro océano hasta que le vio toda delicada e inconsciente ser arrastrada al fondo, como si trotase en la tierra el caballo negro cabalgaba hasta donde se encontraba Mine, Sigfried no dejaría que nada le pasara*
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
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Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
Sostuvo su mano con fuerza a medida que avanzaban, incapaz de deshacer aquél cálido contacto que le mantenía de pie sobre el océano. A ratos se veía invadida por el miedo, temía caer y ahogarse en las profundidades de esas aguas inclementes, pero la presencia del muchacho le daba seguridad. Su sola voz le recordaba fijar la vista en la noche estrellada, en su reflejo reproducido con inexactitud en el agua... En ese espectáculo único, digno de cualquier riesgo.
– ¿Monstruo? – Repitió Mine al escucharle, correspondiendo a su mirada carmín con incertidumbre. ¿Así es como solían tratarle? No pudo evitarlo, esa palabra le permitió rememorar de forma inmediata a Lucien y a su latente oscuridad... Si, él era un monstruo, un monstruo al que había decidido entregarse por completo. Otra persona que encajaba con esa descripción era su padre, aquél con quien convivía a diario a costa de su propia cordura. Pero Siegfried... – Tú no eres un monstruo – sentenció con seriedad, casi indignada por saber que otras personas le llamaban así.
Mine le observó con más intensidad de la necesaria, perdida en sus recuerdos y experiencias, por lo que al volver a la realidad desvió abruptamente la vista de él. Por alguna extraña razón creía haber vivido en carne propia lo que un monstruo significaba, y en definitiva Siegfried no calzaba con esa descripción. Un breve silencio se coló entre ambos, momento en el que notó cuán fuerte golpeaba el viento, bamboleando las olas que ahora arremetían contra la delgada base de suelo.
– ¿Una tormenta...? ¡Ah...! – Exclamó la joven heredera antes de ser golpeada por una ola, haciéndole perder el equilibrio de forma abrupta. Intentó asirse a la mano de Siegfried con todas sus fuerzas pero la corriente pudo con ella, arrastrándola lejos de la hilera de hielo y de él, hundiéndola con suma facilidad en las profundidades del océano, como si se tratara de una roca en descenso. – ¡Sieg... Mgh...! – Su voz se perdió entre el vaivén de las olas, la pesada agua salada no tardó en inundar sus pulmones, privándole de respiración.
Luchó arduamente contra el mar, alzando sus manos hacia la superficie con desesperación, notando cómo su abundante cabellera permanecía suspendida a su lado, extendiendo los usualmente impecables rizos anaranjados. Lucien... ¡Lucien! Le llamó con desesperación, consciente de que no vendría a su rescate. Sólo era una muñeca después de todo... No entendía por qué siempre olvidaba lo más importante, la condición que le permitía estar a su lado.
Ah, si... Una muñeca.
Una muñeca desechable.
Reemplazable.
Para alguien como yo... ¿Qué diferencia hay...?
Su muerte no haría la diferencia entre los sentimientos de Lucien hacia Lucía, una valía tan insignificante no podría tener peso ni sentido. Era Lucía y no ella, hecho que no cambiaría a lo largo de su existencia. Esta secuencia de ideas paralizó sus movimientos, recordándole la realidad que se cernía sobre sus hombros, sobre ese romance enfermizo e inadecuado que le llenaba de dicha.
Pero... Aún así yo lo amo...
Era inútil, sin importar cuán intensos fueran sus sentimientos. Estas certezas solaparon sus deseos de seguir con vida, aquellos impulsos de lucha que la mantenían despierta día tras día. Mine se dejó caer, su cuerpo boca arriba despedía la superficie por última vez... Pero entonces decidió abrir los ojos con lentitud. Al borde de la inconsciencia distinguió un poderoso equino negro cabalgando hasta su posición, con sus fieras pupilas rojas iluminando las profundidades.
¿Siegfried...? Sus pensamientos no hallaron conclusión.
– ¿Monstruo? – Repitió Mine al escucharle, correspondiendo a su mirada carmín con incertidumbre. ¿Así es como solían tratarle? No pudo evitarlo, esa palabra le permitió rememorar de forma inmediata a Lucien y a su latente oscuridad... Si, él era un monstruo, un monstruo al que había decidido entregarse por completo. Otra persona que encajaba con esa descripción era su padre, aquél con quien convivía a diario a costa de su propia cordura. Pero Siegfried... – Tú no eres un monstruo – sentenció con seriedad, casi indignada por saber que otras personas le llamaban así.
Mine le observó con más intensidad de la necesaria, perdida en sus recuerdos y experiencias, por lo que al volver a la realidad desvió abruptamente la vista de él. Por alguna extraña razón creía haber vivido en carne propia lo que un monstruo significaba, y en definitiva Siegfried no calzaba con esa descripción. Un breve silencio se coló entre ambos, momento en el que notó cuán fuerte golpeaba el viento, bamboleando las olas que ahora arremetían contra la delgada base de suelo.
– ¿Una tormenta...? ¡Ah...! – Exclamó la joven heredera antes de ser golpeada por una ola, haciéndole perder el equilibrio de forma abrupta. Intentó asirse a la mano de Siegfried con todas sus fuerzas pero la corriente pudo con ella, arrastrándola lejos de la hilera de hielo y de él, hundiéndola con suma facilidad en las profundidades del océano, como si se tratara de una roca en descenso. – ¡Sieg... Mgh...! – Su voz se perdió entre el vaivén de las olas, la pesada agua salada no tardó en inundar sus pulmones, privándole de respiración.
Luchó arduamente contra el mar, alzando sus manos hacia la superficie con desesperación, notando cómo su abundante cabellera permanecía suspendida a su lado, extendiendo los usualmente impecables rizos anaranjados. Lucien... ¡Lucien! Le llamó con desesperación, consciente de que no vendría a su rescate. Sólo era una muñeca después de todo... No entendía por qué siempre olvidaba lo más importante, la condición que le permitía estar a su lado.
Ah, si... Una muñeca.
Una muñeca desechable.
Reemplazable.
Para alguien como yo... ¿Qué diferencia hay...?
Su muerte no haría la diferencia entre los sentimientos de Lucien hacia Lucía, una valía tan insignificante no podría tener peso ni sentido. Era Lucía y no ella, hecho que no cambiaría a lo largo de su existencia. Esta secuencia de ideas paralizó sus movimientos, recordándole la realidad que se cernía sobre sus hombros, sobre ese romance enfermizo e inadecuado que le llenaba de dicha.
Pero... Aún así yo lo amo...
Era inútil, sin importar cuán intensos fueran sus sentimientos. Estas certezas solaparon sus deseos de seguir con vida, aquellos impulsos de lucha que la mantenían despierta día tras día. Mine se dejó caer, su cuerpo boca arriba despedía la superficie por última vez... Pero entonces decidió abrir los ojos con lentitud. Al borde de la inconsciencia distinguió un poderoso equino negro cabalgando hasta su posición, con sus fieras pupilas rojas iluminando las profundidades.
¿Siegfried...? Sus pensamientos no hallaron conclusión.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
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Re: Un caballo negro como la Noche [Mine]
- una historia poco común:
Las olas pegaban con fuerza y los truenos retumbaban el océano entero, después de buscarla por unos momentos Siegfried le encontró, Mine caía como una delicada joya arrojada al océano que era abrazada por sus profundidades oscuras, aquellas en las que el se movía mejor, "no se la llevaran..." pensó con preocupación y confianza mientras comenzaba a galopar a todo lo que podía hacia ella, el agua corría por su pecho como si fuese parte de el cada ves se acercaba mas a aquella joven que era tragada por las profundidades se coloco debajo de ella acomodándola en su lomo y así como llego hasta ella comenzó el eterno galope a la orilla.
Al momento que iba pisando el arena con sus cascos, estos tomaban la forma de sus pies, en unos momentos se encontraba parado completamente desnudo a causa de la transformación y cargando en sus brazos se encontraba la joven Mine debajo del muelle que les protegía de la constante lluvia, le recostó en la arena, Siegfried respiraba agitado y no por el llegar hasta ahí galopando si no por la preocupación por ella, coloco el rostro de costado en su pecho para escuchar su corazón, ahí estaba el latir muy débil pero ahí estaba, llevo su mano a su rostro para sentir su respiración*
No respira...*dijo abriendo de par a par los ojos preocupado* no permitiré eso...te protegeré como te lo dije...* llevo su rostro al de ella y lentamente coloco sus labios sobre los suyos parecía como si la besara delicadamente hasta que se alejo y comenzó a apretar su pecho en tiempos y de nuevo unió sus labios con los de ella para darle el beso de la vida*
Vamos...vamos...* repitió de nuevo ese movimiento y cuando de nuevo estaba por juntar sus labios con los de Mine esta tosió el agua salada, con la mano delicadamente acomodo su cabello quitándoselo del rostro a la ves que le acariciaba este* ya estas bien...*dijo en medio de un suspiro observando su rostro mientras estaba hincado a su lado olvidando por completo el que se encontraba desnudo, en ese momento ella era su única preocupación y ya podía respirar con calma, Mine se encontraba a salvo.
Mientras tanto la lluvia golpeaba fuerte las maderas sobre ellos y la marea mojaba las piernas de ambos, paso un poco el tiempo pero Siegfried se quedo a su lado sentado observándola, fijándose en cada detalle que no pudo percatarse antes, era tan delicada como bella*...Mine...*dijo su nombre en forma de un susurro llevado por la lluvia, mientras se encontraban ahí los dos como si solo fuesen ellos los únicos en todo el mundo*
Siegfried Kindelan- Ocupación : Vocalista
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