Obra Escolar: Reunión de orquesta y composición.

Su rostro descansaba en la palma de su mano derecha mientras que jugaba con una pluma en la mano izquierda. Estaba en la clase teórica de historia de la música, conocimientos generales que sin duda(según su hermano ellos debían tener). Suspiró, no necesariamente por aburrimiento si no más bien por sus deseos de siempre.

Quiero cantar...

Y como si Dios hubiera escuchado su plegaria llegó una oportunidad que al parecer le ayudaría a sacar la voz desde su interior al exterior. 

Kouda Ichigo llegaba al salón llamando al profesor a cargo, debido a los acontecimientos que la involucraban  agudizó su audición para escuchar. Un recado, nada más y nada menos que para ella.

Señorita Luarent.

Si profesor!- pestañeo unas cuantas veces, ya sabía que hacer pero debía escucharlo del profesor primero.

Asuntos de la obra escolar, debes ir a la sala de música.

Si, gracias!-iba a agradecer a Ichigo por traer el recado pero ya se había marchado.

Aunque si lo pienso bien no creo que la haga feliz un muchas gracias de mi parte...

Se retiró de la sala, ahora que lo pensaba de seguro se encontraría con los demás. Apretó su falda un momento y se detuvo en el pasillo.

Es cierto...sólo le veré por la obra...-sus labios se apretaron durante unos instante y luego negó con la cabeza, como si aquellos pesares se esfumaran con tal simple acción- estará bien, compartimos en algunas clases y su música seguía conectándose con la mía...ahora debo pensar en Julietta.


Lo había leído, claro que si, estaba ensayando sus lineas todos los días pero...aún le costaba conectarse con tan dramática obra en ciertos sentidos. Porque ella no había estado nunca tan enamorada.
Por otro lado, ahora si entendía un poco más a Julietta, aun cuando lo hiciera inconscientemente porque, a fin de cuentas ahora era un manojo de sentimientos y contradicciones que nunca en su vida había sentido.

Corrió rápidamente por el pasillo, escuchó una reprimenda desde lo lejos, ya era común- Perdón!!

Al llegar a la puerta se encontró con la espalda de Skyle, dubitativo-Sky... -abrió la boca para saludar pero cuando por fin el muchacho se llenó de valor para entrar Lucia cerró sus labios.

Aún tiene inseguridad...-susurró para si misma. Bajó el rostro un momento y juntó las manos sobre sus labios- Permiteme ayudarle...por favor, si esta es una prueba de guiar a los tuyos me encomiendo a ti, se que el tiene talento, sé que lo tiene.- susurró a su Dios aún cuando nunca le respondía.

Llegó a la espalda de Skyle y sin mucho esfuerzo pudo divisar sobre la cabeza de este a Reino, - Buenos días!- la voz entusiasta de Lucia resonó tras de Skyle sin previo aviso, - Ah! lo siento jajaja, Buenos días Skyle!- Cuando giró la vista al otro extremo sus ojos se encontraron con los de su hermano.

Buenos días, hermano...-una voz más suave y una sonrisa enternecedora.

"De nuevo no noté su presencia...y estaba delante de mi..."

Ah! I-ichigo le dijo al profesor que debía venir- tomó a Skyle de los hombros y le dio el intensivo de entrar- Trabajemos arduo y ayudémonos mutuamente hoy¿Sí? -cerró la puerta tras de si para recibir las indicaciones de los presentes.

La mayoría del cuerpo orquestal estaba compuesto por alumnos de último año y los actores protagonistas (Romeo y Julieta) también pertenecían a ese curso. Aunque el consejo de profesores quería hacer ver esto como una simple coincidencia, Reino sabía que no era así. Los encargados de escoger a los actores de la obra escolar tenían la clara intención de ver el potencial de la próxima generación que ingresaría a Merveilles. Los alumnos de tercero representaban un factor clave para la obra... Era la gran oportunidad para destacar antes de debutar en el sello.

Reino sonrió satisfecho al ver que Ichigo fue a buscar a los estudiantes que faltaban y le sorprendió bastante el comentario de Odette.

— ¿No los conoce? ¡Pero si ya ha ensayado con ellos, jajaja! ¡Qué chica! — Comentó entre risas a Lucien una vez las muchachas se retiraron de la sala. Ichigo se dirigía hacia la sala de tercero mientras que Odette caminaba distraídamente hacia su próxima clase. El manager rompió rápidamente el silencio que se formó entre él y el delegado: — Tendrás que lidiar con un grupo difícil, ¿estás preparado? — Le preguntó con un tono más grave que el anterior, sin embargo, la sonrisa divertida no desapareció de su rostro. — El trabajo en equipo es absolutamente necesario en este rubro. Espero que no tarden en entenderlo...

Sabía que Lucien no le causaría mayores problemas, era un chico responsable y correcto, pero no podía dejar de pensar en la actitud de Ichigo. Era totalmente diferente a cómo se había mostrado con él. "No dudo de su talento, pero ¿tendrá lo necesario? La noto bastante inmadura" se decía pensativo, pero, a decir verdad, la pelirrosa no era la única estudiante que le tenía preocupado...

— Skyle. — Saludó simplemente al verlo llegar. El muchacho lucía ligeramente descompuesto, ¿su timidez atacaba otra vez? ¿O no esperaba verlo ahí? Reino le dedicó una media sonrisa que, sin quererlo, fue menos animosa que las anteriores. Solo Skyle pudo haber detectado la complicidad escondida tras ese silencioso gesto. — Sí, yo le pedí que los llamara. — Respondió. — ¿Qué tal has estado? — No quería preguntar directamente por sus fracturas, no podía. Aquél secreto debía mantenerse por su propio bien y por el de Momoka Rito. Aún así, esperaba que el muchacho entendiera qué le estaba preguntando realmente. Solo por si acaso Reino lo observó de manera penetrante bajo los cristales oscuros de sus gafas.

De improviso, Lucia entró a la sala y se dirigió enérgica hacia Skyle, eliminando toda posible tensión.

— ¡Ah, Lucia! — Exclamó Reino recobrando su alegría habitual. — Buenos días a ambos, me alegra verlos aquí. Supongo que ya conocen a Lucien... (Sería extraño que Lucia no lo hiciera, jajaja) Como seguro ya saben, él es quien estará a cargo de la composición de las canciones de la obra. Logan Stratsborg se encuentra ausente por lo que, de momento, Lucien no tendrá apoyo alguno en esta tarea. Ayuden si es necesario, ¿si? — Dijo alternando su mirada entre Lucia y Skyle. — La orquesta necesita empezar a ensayar lo antes posible todos los temas incluidos, por lo que Lucien también debe cumplir pronto con ellos. Me gustaría que empezaran a trabajar en la canción de amor de Romeo y Julieta, la cual será la canción de cierre del musical. Para ello, necesitamos probar y conocer las voces de ambos... De otra manera difícilmente Lucien podrá componer. Le he ensañado las grabaciones de las audiciones pero me parece que eso no será suficiente. Él quiere oírlos directamente para familiarizarse con sus voces. Yo también creo que es lo mejor que pueden hacer. — Hizo una pausa mientras miraba a los presentes de manera amigable. — Necesito que nos hagan una demostración vocal aquí mismo. Da igual si cantan un cover o una canción propia. Lucien no ha decidido si la canción será una balada o algo más enérgico así que cualquier cosa estará bien... Solo nos interesa escucharlos. ¿Alguna duda?

Con las dos féminas fuera, Reino fue directo al grano. Era un trabajo pesado, de eso no cabía duda, más el casi trastorno obsesivo-compulsivo de Lucien hacia sus deberes no lo dejaría descansar a sabiendas de que tanta gente dependía de él. Por otro lado...aquel lado más ambicioso y egocéntrico de su mente añoraba poder demostrar que tan bueno era. Que tan necesario era. Necesitaba alimentarse de eso inconscientemente al ya no sentirse vital para Lucia. 

-Habrán altos y bajos, de eso no hay duda. El grupo es tan diverso en personalidades que es muy probable que inclusive yo en algún momento estalle- rió suavemente medio en broma medio en serio- Pero...tengo muy presente que debo hacerlos brillar a cada uno de ellos y a su vez sé que los demás también desean hacerlo, cooperaran-Arregló su cabello detrás de su oreja derecha y sonrió más afable- Creo fervientemente que el trabajo más complicado es luego mucho más satisfactorio de celebrar cuando se termina, por el momento solo queda esforzarse y poner de mi parte para no enfadar a nadie. -se dio la oportunidad de bromear, aunque era obvio que se refería a Ichigo, sabía que Reino se habría percatado de que ambos no se llevaban bien luego de la reacción de la pelirosa.

Con la llegada de Skyle su postura volvió a ser más derecha, el castaño claramente se veía nervioso. No había rastros de Zebra en sus reacciones pero bien sabía Lucien que el "sujeto" allí estaba. Sonrió amablemente asintiendo con la cabeza y con un suave buenos días, intentaría hacerlo sentir cómodo lo más posible, no era una buena idea llamar a Zebra ahora.

Sus ojos se dirigieron directamente a la puerta antes de que la morena entrara... La había sentido, claro que si, siempre lo hacía. Su jovial voz le inundó los oído, una tortura excitante, la satisfacción no duró demasiado al verle el semblante. 

Podía ver en el rostro de su hermana aquel incomodidad que solamente el podría descifrar como eso. Eran gemelos, él la conocía inclusive más que a si mismo. 

Buenos días-una voz neutra y un rostro pintado en el mismo tono. Lucien moría de ganas de escucharle pero...una súbita vergüenza le abrazó el rostro, el pecho e incluso sintió que sus dedos volvían a obtener calor y no, no era por sus usuales ganas de abrazarle o incluso besarle, o por el incondicional amor enfermizo que le profesaba...era tenerla al frente luego de pensar en como vengarse de Ichigo, en estar frente de ella luego de haber tenido pensamientos tan oscuros.

Reino comenzó a hablar de lo que los traía allí, los ojos de dispar color del pianista se posaron primero en Lucia, brevemente y luego en Skyle. Ladeó el rostro entregándole la ya conocida sonrisa amable, aquella que dio pie a que ambos se conocieran.

"Debo mantener al otro fuera de esto"...miró de soslayo a Lucia "No quiero que ese sujeto salga e interactue con ella"
"Y bueno...se lo debo luego de lo mal que me comporté con él"


"No es el momento, no hay necesidad. Skyle no debe recibir un castigo directo por culpa del otro."-volvió sus ojos a Reino en una suerte de evasión disfrazada de elegancia, esperando que Lucia no notara absolutamente nada.

Escuchar su nombre siendo pronunciado por la boca de Reino le ponía nervioso, más de lo que ya se encontraba por la obra y es que sentía que en cualquier momento aquel hombre podría reprocharle los sucesos anteriores o dejarlo en peligrosa evidencia. Más sencillo aún, el muchacho nunca sabía como actuar frente a alguien que sabía que había conocido a Zebra.

- B-bien, gracias.- Fue su corta y simple respuesta, mantuvo la mirada clavada en el piso, pues no se sentía más que un ratón acorralado en aquel momento. Y aunque tenía curiosidad por saber por qué era Reino y no la profesora Howell quien estaba en el ensayo, no se sentía capaz de preguntar directamente las razones.

¿Debía asumir entonces que el trato que había hecho con la profesora no había servido para nada?

Eres un iluso.

- ¡Ah!- Estaba titubeando en el momento en que Lucía entró al salón por lo que se sobresaltó bastante al oír la voz de su compañera justo detrás de él. Su cuerpo se estremeció un momento antes de voltearse y comprobar que sí, solamente se trataba de Lucía, quien inmediatamente se disculpó por asustarlo y lo instó a entrar definitivamente al salón.

-Ah.. eh.. ¡S-sí! - Tartamudeó respondiendole como podía mientras sus pies intentaban, en vano, frenar el impulso que la muchacha le daba.

Reino comenzó a explicarles la razón de la convocatoria. Inmediatamente Skyle notó que aquel hombre estaba expresandose de forma mucho más amigable y más fluído de lo que cualquier de ellos recordaba. Quizás por eso es que no pudo evitar colocar una expresión que reflejaba cierta incredulidad y es que no creía que el Manager fuese una mala persona, ellos sabían que no, pero tampoco podían tragarse del todo la actitud que estaba mostrando.

Lucien, en cambio, le daba una sensación mucho más agradable, le transmitía "paz". La sonrisa que le entregó le hizo devolver también una sonrisa de forma automática, aunque escuchaba claramente como zebra maldecía en su interior, situación que le dejó en claro una cosa: Definitivamente él no podía salir.

No tengo ganas de hacerlo.

Si Zebra no parecía tener interés en la situación eso significaba  que tenía que arreglárselas por si mismo y no había ninguna opción de depender de su otro yo al momento de cantar. La última vez que había pasado eso había sido un desastre...

Cuando Reino terminó su explicación su garganta se apretó y sus manos comenzaron a sudar. ¿Qué podía cantar? ¿Podía cantar? ¿Qué podía hacer si él no entendía a Romeo? ¿Qué lógica tenía seguir siendo parte de algo en lo que no encajaba? Toda esa lluvia de pensamientos lo atacaban una y otra vez, más y más fuerte, logrando hundir la poca confianza que podría tener. Su expresión corporal lo daba a entender, estaba encogido en sí mismo pareciendo incluso más pequeño de lo que era. Evidentemente él no podía, ni quería comenzar.

De reojo le dio una mirada de socorro a Lucía. Estaba suplicándole en silencio, tal y como un fiel creyente que pide un milagro a la imagen de la Virgen María.

¡Sálvame!

Había escuchado sobre Logan y su inclusión en la obra más no lo había visto durante mucho tiempo. Suspiró sintiendo cierta nostalgia al recordar los acordes y la música del sujeto. Una historia breve pero llena de emociones nuevas, había parecido un milagro y Lucia lo había sentido de esa manera.

Miró a su hermano dubitativa, incluso algo temerosa ante su respuesta¿hace cuanto no sentía eso?...quizás dese hace unos 8 años.

Conocer mi...voz?- Lucia se sorprendió ante tal frase¿qué significaba eso? Nadie más que su hermano podía conocer los colores de su voz, lo que transmitía, sus falencias y fortalezas¿Por que habría de pensar eso?

"No te confundas Lucy..es...es imposible que tu hermano dude de tu voz"

Es...imposible que la olvidara.



Cerró los ojos solo un momento, he intentó calmarse, orandole a Dios por calma a sabiendas que no estaba sola. Por lo mismo, su atención se la llevó Skyle ante la clara presencia de su mirada. Su cuerpo pedía a gritos ser salvado a causa del claro nerviosismo.

La muchacha abrió los labios unos momentos y le sonrió con naturalidad entrecerrando los ojos, una dulzura refrescante en el rostro femenino.

Se acercó a Lucien aun a pesar de sus propias inseguridades y susurro- Es uno de esos momentos donde debemos hacer lo que mejor sabemos ¿no es así?- sonrió a su hermano como solía hacerlo antes de toda su lejanía y se giró colocándose al lado del piano- Hoy hay un viento favorable, despeguemos en un jet...

Ella sabía que su hermano le entendería, sólo bastó escuchar su piano para saber que al menos el vinculo no había muerto. Se aferró a aquel sentimiento y gracias a eso su voz entonó una melodía que ambos ya habían tocado juntos. Lucien componiéndola y ella escribiendo la letra. Deseaba desde lo profundo de su corazón que Skyle pudiera lanzarse con todas sus emociones y así ver todos esos colores de su alma gracias a su voz.

Mientras cantaba le sonreía y en ciertas ocasiones su cuerpo se movía ligeramente, dedicándose a él en su totalidad. 

Spoiler:

Y cuando la canción llegaba a la ultima frase se le acercó y sostuvo sus manos llenándolo de esa inusual calma. 

Sonrió y apretó suavemente sus manos con los ojos ligeramente vidriosos porque aquella canción significaba mucho para ella. Era una clara invitación a caminar juntos a pesar de todo. Susurro para el castaño.
 
Yo también tengo miedo...pero..quiero escuchar la voz de tu corazón...quiero poder cantar sinceramente junto quién será mi compañero en esta travesía...¿Puedo escuchar aquella voz? Estaré aquí para ti, Skyle. Lo estaré tanto como lo necesites.

Reino asintió entusiasta a las afirmaciones de Lucien, pero esta elocuencia suya pareció desaparecer del todo cuando su hermana y Skyle llegaron a la sala.

El castaño respondió a la pregunta de manera discreta, y aunque el manager no volvió a dirigirle la palabra después de eso se sintió profundamente aliviado de oír que se encontraba bien. Su preocupación era genuina pero no quería parecer demasiado insistente o metomentodo. Debía darle su espacio al chico, quien seguro no quería ser visto como un "bicho raro" por su particularidad. Lo mejor era bajarle el perfil a lo sucedido hasta que la tensión se disipara.

El representante regresó a su asiento para apreciar mejor las presentaciones de los alumnos de tercero. Decidió no esperar a Aria pues su canción sería la introducción, y al ser de carácter individual Lucien no tenía necesidad de crear una armonía entre varias voces. Muy distinto era el caso de los protagonistas, que necesariamente debían cantar juntos.

Después de que Lucia le susurrara unas palabras a Lucien, éste en lugar de sentarse junto a Reino fue hacia el piano y empezó a tocar una melodía que acompañó la voz de su hermana. Eso, sumado a la actitud de ella y a su iniciativa de cantarle directamente a su "Romeo" tomó por sorpresa al manager, quien no pudo decir nada hasta que la presentación finalizó:

— Good job, Lucia! En pocos ensayos has logrado moldear la atmósfera y transmitir mucha paz con tu voz, ¡estoy realmente impresionado! — Dijo después de un tenso silencio que se produjo al acabar la canción. — Tú también lo has hecho fantástico, Lucien. Ambos se complementan muy bien. — Agregó desde su puesto. — Skyle, creo que sería buena idea que intentaras hacer lo mismo que Lucia. No te centres en cantarnos a nosotros, sino a Julieta. ¿Qué dices?

Reino se mostraba tranquilo y sonriente, sin embargo, detectaba que algo no andaba bien y quería comprobar exactamente qué era, incluso si eso significaba fastidiar a Romeo.

No podía percatarse del estado de confusión de Lucia si es que sus ojos se negaban conectarse con los de ella. Lucien estaba desesperado aun cuando su rostro no expresaba más que calma silente, quería que eso terminara y que ella saliera de allí pero no basto más ver como se acercaba a él para que sus músculos se tensaran y su corazón se acelerara envuelto en sentimientos encontrados de alegría, culpabilidad y vergüenza.

Allí estaba ella, sonriendole y susurrándole con esa voz tan amable ¿Cómo negarse a ese rostro tan cálido y a esa pureza que desprendía su sonrisa llena de buenas intensiones?


Sus blancas mejillas se vieron envueltas en un suave tono rosa mientras desviaba la mirada como un niño que a sido atrapado y giraba hacia el piano sin esperar ni un segundo más.
Lo mejor que hacían ambos era estar juntos, unirse en una melodía y ayudar a otros...aún cuando eso no fuera lo que mejor podía hacer Lucien cuando su hermana se ausentara.

Dejó los dedos en el piano y suspiró al escuchar a su hermana "Despegar en un Jet..." volteó la vista a Skyle y comprendió lo que Lucia quería hacer, ladeó el rostro y sonrió fraternal al acomplejado muchacho volteando de nuevo hacia su hermana y luego al piano.



Cerró los ojos y sus dedos barrieron las teclas para dar comienzo a la melodía. Lucien se transformaba en el catalizador de Lucia, la magia de su piano junto con la voz de su hermana producían una potente fuerza que seguro tanto Reino y Skyle sentirían. Y cómo no hacerlo cuando el lado más divino de Lucia actuaba. Era probable que tanto Reino con Skyle no pudieran apreciar el color de los ojos de Lucien en ese momento pero después de muchísimo tiempo volvían a desprender un gris cristalino digno de su lado divino.

Ambas almas vibraban al unisono entregando ese sentimiento de sinceridad y contención dignos de lo que ellos eran.

Al terminar de tocar el piano miró sus manos unos cuantos segundos, apretó sus dientes y se quedó allí, aprovechando que su larga cabellera le tapaba el rostro inconciente de la tensión que estaba en el lugar.


Giró el rostro para ver la reacción de Skyle. El pianista era consciente de que Lucia era una llave maestra, habría cajas que nadie más lograba abrir.

Una vez más quedó pasmado ante las cosas que ocurrian a su alrededor. Ante la complicidad y silenciosa respuesta que Lucía le daba a su súplica. Sí, lo salvaría. O al menos por el momento. El castaño no podía terminar de creer que ella podía ser tan amable y tan cálida, por lo que el pensamiento de que tal vez eso era lo más parecido a una madre se repetía una y otra vez en su cabeza.

¿Quieres jugar a ser Edipo?
¿Quién?
Olvídalo.

Sin darse cuenta su cuerpo fue dejando ir toda tensión en el transcurso de la canción. Sus musculos se relajaron, pero su corazón latía desenfrenado dentro de su pecho, conmovido, emocionado. Cuando Lucía se acercó y tomó sus manos se percató que tanto ella como él mismo tenían los ojos llorosos. Sintió que el pecho se le encogía ante la última oración.

"En el amor está el poder para cambiar el mundo"

Pero ¿Qué rayos se supone que es el amor? ¡No lo entiendo!

Luego Lucien sumó sus palabras.

"Si llegas a necesitar mis manos ahora, no me negaré, están aquí para ayudarte."

Su apoyo estremeció su alma. Se sentía protegido, como un animal indefenso en los brazos de dos ángeles.

¡Pura mierda!

En un acto casi reflejo apretó las manos de Lucía y no la dejó ir, las apretó de tal manera que parecía aferrarse a ella para no caer a un acantilado. Con la vista fija en sus ojos, con las lágrimas a punto de resbalar de los propios y con los oídos sordos a su otro yo, al manager y a todo lo demás susurró la escala en la que estaba la canción y la secuencia de acordes para Lucien. Los recitó como si fuese una receta de cocina, confiando plenamente en Lucien sin importar qué tanto se retorciera Zebra dentro de sí.

Tomando una bocanada de aire y con la voz temblorosa dio inicio a su canción.

Spoiler:

Hey dime, si todo esto fuera desechado
¿sería mas facil vivir con una sonrisa?
ya que mi pecho me está doliendo de nuevo
ya no digas nada más

Al comienzo fue un susurro débil, nervioso, casi parecía estar murmurando las líneas. Cerró los ojos y apretó un poco más las manos de la chica después de la primera estrofa, guardando silencio y dándole a Lucien ocho compases para repetir los primeros acordes. Luego volvió a cantar.

Hey dime, si todo esto fuera olvidado
¿sería más facil vivir sin llorar?
pero no puedo hacer cosas como esas
asi que no me muestres nada más.

Sus ojos se abrieron lentamente y aunque cantó con la mirada gacha y los labios aún temblorosos, poco a poco se notaba que su voz comenzaba a tomar fuerza.

No importa cuando me acerque a ti
mi corazon es el único...
Que es horrible, es tan horrible que peferiría que
destruyeras mi cuerpo, hazlo trizas, haz lo que quieras con él
incluso si grito, me retuerzo y se hinchan mis ojos
todavía me abrazas fuerte, no me dejas ir, así que está bien.

En el coro su voz tomó fuerza y color, su pulmón ayudó a sacar las cosas que su garganta nunca se atrevió a pronunciar. Su expresión compungida daba a entender que cada palabra que cantaba era plenamente sentida. Al retomar las estrofas, aunque el volumen de su voz volvió a bajar, la diferencia con el comienzo fue que esta vez su voz no estaba temblando y su mirada estaba fija en las orbes de Lucía. Sí, le estaba cantando a ella.

Hey dime, si mi deseo es concedido
yo querría lo mismo que tú
pero porque no existo
bueno, al menos ven para acá.


Se giró entonces a Lucien, indicándole con un suave gesto de su cabeza que era el espacio para un pequeño solo del piano. Por alguna razón la calidez del momento y la sincronización que lograban en esa improvisación hizo sentir a Skyle que tal vez sí podía llegar a ser parte de algo. Por primera vez no se sentía como un engranaje defectuoso, estaba girando al mismo ritmo de sus dos compañeros.

No importa cuanto soy amado por ti,
mi corazón es el único...

Detente, por favor detente, no seas tan amable
no importa lo que haga, no puedo llegar a entender
duele, me duele, así que enseñame con tus palabras
nunca he conocido algo como esto
no me dejes solo

Probablemente aquel fue el punto más honesto y estremecedor de su canción. Era eso, sencillamente eso lo que Skyle sentía y que ahora, a través de la música lograba expresar con una desolación y una transparecia que quizás nunca pensó poder lograr. No importaba si Zebra estaba gritando para detenerlo, no importaba la apreciación que Reino estuviera teniendo, no importaba si aquella era la primera y única vez que lograría hacer algo como eso.

En ese momento, en ese solo momento se sentía tan libre y tan humano, tan él, que no pudo evitar que las lagrimas se rebalsaran de la comisura de sus ojos. Incluso así no soltó a Lucía y no detuvo su voz, la que cada vez tomaba más y más fuerza.

Horrible es, es tan horrible que peferiría que
destruyeras mi cuerpo, hazlo trizas, haz lo que quieras con él
incluso si grito, me retuerzo y se hinchan mis ojos
todavía me abrazas fuerte, no me dejas ir, así que está bien.

Inspiró una última vez para cantar el último verso, acercándose un paso más a Lucía.

Hey dime si tuviera algo como un corazón
¿como es que puedo llegar a averiguarlo?
sonries un poco y me respondes
"Tu corazón está justo aquí".

Llevó una de sus manos sobre su pecho, ahí donde su corazón latía como loco y volvió a bajar la cabeza, casi escondiéndose en el hombro de la joven, era una petición silenciosa y tímida por un abrazo.

Lucia era una persona muy sensitiva, el simple hecho de sentir ambas manos tomar las suyas le generó un nudo en la garganta. Era posible que el recibir y contener a una persona tan llena como Lucien creara en ella la capacidad innata de sanar a otros, muy por sobre su propia naturaleza pero a su vez también de sentir aquellos sentimientos tan escondidos en corazones ajenos.

Los ángeles no poseen la capacidad que tienen los humanos de amar, necesitan ser neutros, imparciales. Lo entendió cuando Skyle posó sus ojos en los de ella y sin poder evitarlo se vio a si misma reflejados en ellos, a ella, a su inseguridad a su deseo de amor y contención, pudo entender bien como las palabras que empezaba a entonar tenían todo el sentido con aquello que secretamente guardaban, después de todo bien es el dicho que son los portales al alma.

"Perderé esa capacidad cuando seamos uno con Lucien...si la perdiera ¿ya no sería capaz de sentir esta empatía? "


Guardó silencio dejando que aquellas manos le sostuvieran, no se alejaría, no lo haría. 
Escuchó todas esas palabras sinceras, sintió como su corazón se estremecía. Si lo pensaba nunca había escuchado realmente a alguien más sincerarse cantando en compañía de su hermano, no sabía si era por esa capacidad y poder que él tenía que la voz de Skyle hacia resonar no solo su corazón si no que también su alma. Podía entender de una manera casi sobrenatural su sentir. Se sintió acongojada y deseosa de abrazarle, pero no lo hizo, al menos no ahora.

Cuando Skyle se acercaba a ella Lucia apretaba los labios, no derramó ni una sola lagrima mientras le escuchaba porque no quería perder si quiera los intervalos de la respiración de Skyle, incluso aquello era necesario para comprender el sentimiento transmitido en aquella canción sincera.

Sus ojos se empezaron a nublar por las lagrimas al escuchar detrás de Skyle el piano de su hermano¿Hace cuanto no escuchaba tanta congoja? él también estaba sintiendo esto?
y cuando la voz de Skyle llenó de nuevo sus oídos su labio inferior comenzó a temblar, se snetía tan llena de aquella sincera melodía y letra.

"Detente, por favor detente, no seas tan amable
no importa lo que haga, no puedo llegar a entender
duele, me duele, así que enseñame con tus palabras
nunca he conocido algo como esto
no me dejes solo"

"No te dejaré solo" dijo en su interior "estoy aquí, lo estaré para ti. "
"Podría ser su angel guardian durante un tiempo, Señor padre?"


El resto de su canto fue el gatillante para que Lucia por fin derramara una lágrima, sonrió a pesar del silente llanto que acompañaba a su compañero y cuando este se acercó a ella con su mano en su pecho ella le rodeó con los suyos, contenedora y maternal- Lo está, está justo ahí...Skyle.

Hundió su rostro en los cabellos del chico atrayendole en el abrazo y con la voz algo quebrada susurro solo para ellos- Es hermosa, tu voz y tu corazón...son hermosos. Gracias por mostrármelos- Besó suavemente la cabeza del muchacho y mantuvo silencio por un rato aun cuando sabía que habían dos personas más viéndolos.

Los ojos de Skyle lucían diferentes. Reino se fijó en este detalle apenas el muchacho se posicionó frente a Julieta para iniciar su propia interpretación. Lucien ofreció tocar para él, y aunque el gesto era completamente sincero, también había algo extraño en su semblante. ¿Qué estaba pasando? ¿Aquella sensibilidad latente había sido despertada por el canto de Lucia? No estaba seguro de qué iba todo eso, pero era la explicación más lógica que podía darse.

Skyle comenzó a cantar sin dar avisos. Su voz se arrastraba suave por su garganta, mas no tardó en sacar a relucir sus verdaderas cualidades. Reino se quedó pasmado al verle expresar tantas emociones sin miedo alguno.

"No... El miedo está más presente que nunca. No ha desaparecido. Eres tú quien ha decidido hacerle frente."

Reino sonrió con calidez, conmovido por las palabras y expresiones del chico: estas irradiaban honestidad pura. Lucia recibió cariñosamente sus sentimientos, observándole con los ojos llenos de lágrimas y tomando sus manos. La forma en la que ambos se miraban, sumada al experto piano de Lucien y a la voz de Skyle, convertían aquella audición en una escena sublime que superaba con creces las expectativas que el manager tenía para la obra.

Cuando la canción terminó el muchacho acabó en los brazos de su Julieta, en quien parecía haber encontrado un verdadero apoyo. Por un momento Reino sintió un poco de tristeza: Skyle no le necesitaba. Quizás él mismo había deseado que así fuera. Quizás el cuidar de otro era su propia manera de lidiar con la soledad.

Pero así estaba bien, después de todo. El chico contaba con buenos amigos y tenía la fuerza para superar sus inseguridades. Al cabo de un momento de silencio, Reino se levantó de su butaca y aplaudió con fuerza. Se sentía realmente orgulloso de sus progresos

— Me has dejado sin palabras. — Dijo al muchacho con una amplia sonrisa dibujada en los labios. — Te felicito, Skyle.

El manager era un hombre simple e ignorante de todo lo que realmente sucedía en esa habitación, pero si estaba seguro de algo era que los jóvenes presentes cargaban con un sinfín de preocupaciones que él no podía dimensionar. Estaba fuera de todo eso, era un simple espectador.

"Y así tiene que ser. Quiero ver su evolución" pensaba lejos de las luces del escenario, allá donde estaban los estudiantes.

— Eso es todo por hoy. Muchas gracias a ambos. No olviden ensayar sus líneas y practicar las canciones que Lucien compondrá para ustedes. Apóyenlo de ser necesario, ¿si? — Insistió. — La obra se estrenará el próximo semestre. Tenemos mucho tiempo para mejorar pero su deber como estudiantes los mantendrá cada vez más ocupados. Utilicen cada espacio que puedan para la obra y verán que todo saldrá bien. Esta es una gran oportunidad para ustedes. No la desperdicien. — Sentenció muy serio para luego esbozar una sonrisa cómplice. — Y no olviden el ensayo de hoy... Esto es lo que queremos de ustedes.

En ese momento la puerta de la sala se abrió. Era Benvolio.

— Ah, señorita Ainsley. Justo a tiempo. — La atención de Reino se desvió hacia ella. Era hora del último ensayo. Observó a Lucien de soslayo, esperando que aún tuviera fuerzas para continuar.

Tuvo una clara contradicción cuando vio como Skyle se aferraba a las manos de su hermana con tanto fervor, uno que reflejaba su deseo de ser contenido, de ser rescatado y más aun de ser escuchado...lo entendía, claro que lo hacía.

La voz del muchacho llegó a sus oídos como un codigo que memorizó a pesar de que sus celos se querían apoderar de él y quitar con fuerza el agarre que Lucia y Skyle tenían entre ellos, la ira gritaba fuerte en sus oídos,





Quería separarlos, quería ser él quien llenara los ojos de Lucía de lagrimas que reflejaran esa compleja pero pura conexión que ahora estaban generando. Y entre más veces Lucien golpeaba las teclas más acongojado se sentía, porque empatizaba claramente con la letra que estaba siendo expresaba, entendía la sensación de querer ser destruido pero a la vez ser contenido.


Era posible que esta melodía y esta voz hicieran sin siquiera notarlo un claro análisis al pianista, y él se percataba de aquello.


Si esto iba a ser así entonces usaría a Skyle para transmitir lo que él sentía ese día en la obra.




Si me permite estar junto a ella...estará bien, para mi está bien...eso me hará conectarme con los sentimientos de Romeo...eso me hará detenerme cada vez que piense que es él y no yo quién se conecta con ella.

Lucien salió de su estado ensimismado cuando escuchó el apellido ajeno y levantó el rostro que hasta no mucho se dirigía a las teclas- Ah...buenas...-sonrió suavemente a la chica recién llegada dejando luego su vista en Skyle unos cuantos segundos- Fue un gusto...-los miró marcharse sin decir más.

Recibió el abrazo de Lucía en silencio. Inspiró profundo y logró contener el llanto. No quería romper a llorar desenfrenado, no era eso lo que sentía porque su Julieta, ahora mismo, le estaba entregando algo que pensó que difícilmente obtendría: Paz.

Sin embargo la voz de Reino los interrumpió, provocando un pequeño salto en él. Inmediatamente su mirada se fijó en el de gafas oscuras, apartándose de Lucía, como si recién notara lo íntimos que estaban siendo en presencia de dos personas más.

Sus mejillas se ruborizaron fuertemente, por la situación y mucho más por el cumplido que Reino le daba. Creía que exageraba.

Más... Haláganos más. Elógiame más.
¿Eh?

Sacudió la cabeza y agachó la mirada algo agobiado por no saber qué responder, por lo que solo terminó asintiendo a lo que el mánager decía. Una vez terminó su turno se acercó a Lucien, quería agradecerle.

- Muchas gracias por haber tocado el piano para mí. L-lamento que haya sido tan improvisado. Intentaré esforzarme más de ahora en adelante. Quiero ser digno de lo que vayas a componer. Te lo agradezco mucho.- Sus ojos todavía cristalinos y honesto se cruzaron con la mirada de su compañero antes de encaminarse a la salida del salón.

Observó que la siguiente era Aria y aunque no podía detenerse a charlar con ella, le hizo una seña con la mano, un saludo amistoso que acompañó con una sonrisa. De alguna manera el aura alrededor de Skyle parecía más ligera.

Ya una vez se encontraba en el pasillo se acercó a Lucía para volver con ella al salón.

-Muchas gracias, Julieta. - Dijo sin mirarla, manteniendo la vista en el piso. Caminaron en silencio, uno cálido y, hasta cierto punto, cómplice.

Cuando Reino esbozó los elogios hacia Skyle y a ella la reacción de su Romeo le hizo sonreí con calma. Claramente le dio su espacio y si bien se sorprendió al principio al ver como este se acercaba a su hermano los observó en silencio.

"Yo también debería agradecerle"

Abrió los labios para hablarle a Lucien pero justo en ese momento sintió la presencia ajena fuera de la sala

"Después de todo no es el momento ni el lugar..."

Debían irse ya. Miró a su hermano, sonrió apretando un poco los labios, algo que solo ambos podrían haber visto. Susurró en su mente con la esperanza de que al menos estando cerca la conexión espiritual le permitiera que su mensaje fuera recibido.

"Gracias...después de todo Lucien siempre saca lo mejor de otros con su música. Sé que podrás lograrlo, creo en ti."

Hizo un pequeño adiós con la mano a su hermano y dio las gracias a su supervisor, terminó con una sonrisa a su compañera que se encontró con la morena chica y su compañero de salida.

Ya cuando estaban en el pasillo escuchó su agradecimiento.

Entrecerró los ojos con dulzura y con tono amable dijo: Esforcémonos juntos, querido Romeo.

Caminó a su lado, silente. Ahora más que nunca sentía que por fin podrían cantar con sinceridad y lo más importante había escuchado la voz sincera de su compañero. Esto era un buen comienzo.