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Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
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Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Era una tarde más fría que las anteriores, pero el color cálido del día con el sol en las nubes y algunas brisas invitaban a salir y caminar por la ciudad, Cyril aún buscaba qué hacer con sus días, así que caminó por la ciudad.
Al poco rato de caminar paso por fuera del sello musical, se detuvo algunos minutos a observar la fachada del lugar y sonreírse, aquel lugar de la que varios salen llorando y otros saltando de felicidad, aquel lugar encargado de crear estrellas había confiado y reconocido sus aptitudes lo cual lo hacia sentirse algo parecido a feliz, fue en eso que recordó haber visto un café en su interior y por los nervios además del apuro de su audición no había pasado a ese lugar, así que revisó sus bolsillos y disponiendo del poco dinero que le quedaba ingresó a ver si un café le ayudaba a pensar mejor qué hacer con su vida y sus cosas, además de planear el cómo tomarse en serio el tema del sello.
Habiendo llegado al café buscó una mesa que estuviese céntrica y vacía, se sentó y esperó ser atendido, habían varias personas trabajando y tomando café, otros sólo tomaban el vaso de cartón muy rápido y corrían perdiéndose dentro de las instalaciones, pidió un café cappuccino grande además de unas galletas de chocolate, y con un codo apoyado en la mesa y su mano en el menton como si pensara se perdió en sus pensamientos mientras revolvía su bebida con su otra mano, dando vueltas circulares muy lentas, su cuerpo estaba ahí, pero claramente su cabeza no.
Al poco rato de caminar paso por fuera del sello musical, se detuvo algunos minutos a observar la fachada del lugar y sonreírse, aquel lugar de la que varios salen llorando y otros saltando de felicidad, aquel lugar encargado de crear estrellas había confiado y reconocido sus aptitudes lo cual lo hacia sentirse algo parecido a feliz, fue en eso que recordó haber visto un café en su interior y por los nervios además del apuro de su audición no había pasado a ese lugar, así que revisó sus bolsillos y disponiendo del poco dinero que le quedaba ingresó a ver si un café le ayudaba a pensar mejor qué hacer con su vida y sus cosas, además de planear el cómo tomarse en serio el tema del sello.
Habiendo llegado al café buscó una mesa que estuviese céntrica y vacía, se sentó y esperó ser atendido, habían varias personas trabajando y tomando café, otros sólo tomaban el vaso de cartón muy rápido y corrían perdiéndose dentro de las instalaciones, pidió un café cappuccino grande además de unas galletas de chocolate, y con un codo apoyado en la mesa y su mano en el menton como si pensara se perdió en sus pensamientos mientras revolvía su bebida con su otra mano, dando vueltas circulares muy lentas, su cuerpo estaba ahí, pero claramente su cabeza no.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Por los comentarios de su representante deducía que le esperaban días muy ajetreados. Tal vez esa era la principal razón por la que dirigía sus pasos sin rumbo, taciturna, sin deseos de pensar más de la cuenta. Volvió la vista en dirección al largo ventanal que se exhibía ante ella, ofreciéndole una hermosa panorámica de toda la ciudad. La primavera había comenzado pero Mine insistía en vestir uno de sus finos abrigos pues era una chica friolenta y las alergias estaban a la orden del día.
Eventualmente se tendría que dar el tiempo de recorrer su propio lugar de trabajo, por mucho que lo detestara, así que decidió seguir su recorrido. Aún no se acostumbraba a trabajar allí, la vida era demasiado acelerada para su gusto aunque al menos era la excusa perfecta para estar más tiempo lejos de casa, algo bastante terapéutico para ella.
Al cabo de unos minutos se encontró con la cafetería, ya había pasado por allí antes pero esta vez se decidió a entrar. Apartó un lugar haciendo uso de su boina negra, la cual torpemente dejó en el asiento, resultando poco visible para cualquiera. Sin fijarse en este detalle Mine se dirigió a la caja y pidió unos pastelillos acompañados de un té de jazmín, pero al volver a su puesto se encontró con un desconocido sentado en él.
– Ah... – dejó escapar ante la sorpresa sin saber qué decir pues, aún si le cedía la mesa, debía volver por su boina, lo que no dejaba de ser vergonzoso.
Eventualmente se tendría que dar el tiempo de recorrer su propio lugar de trabajo, por mucho que lo detestara, así que decidió seguir su recorrido. Aún no se acostumbraba a trabajar allí, la vida era demasiado acelerada para su gusto aunque al menos era la excusa perfecta para estar más tiempo lejos de casa, algo bastante terapéutico para ella.
Al cabo de unos minutos se encontró con la cafetería, ya había pasado por allí antes pero esta vez se decidió a entrar. Apartó un lugar haciendo uso de su boina negra, la cual torpemente dejó en el asiento, resultando poco visible para cualquiera. Sin fijarse en este detalle Mine se dirigió a la caja y pidió unos pastelillos acompañados de un té de jazmín, pero al volver a su puesto se encontró con un desconocido sentado en él.
– Ah... – dejó escapar ante la sorpresa sin saber qué decir pues, aún si le cedía la mesa, debía volver por su boina, lo que no dejaba de ser vergonzoso.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Mientras pensaba en qué hacer con su vida un gesto lo llenó de dudas, una chica había caminado desde la cafetería hasta las mesas, yendo directamente a su mesa preocupada en lo que cargaba sin darle importancia a su alrededor, pero al verlo cambió de rumbo drásticamente quedándose parada como si pensara algo, la chica vestía extremadamente elegante y se movía con clase, era casi como ver una princesa contemporánea, su frondoso cabello caía con gracia en los hombros y lo que más llamó la atención del joven fue los hermosos ojos de la chica, pero la duda seguía ¿Qué le había pasado? ¿Acaso ella deseaba sentarse ahí? mientras Cyril se hacía todas estas preguntas se sacó su chaqueta y la puso en el respaldo, claramente el café le había acalorado, cuando se volteo sintió algo extraño en las posaderas, se paró inmediatamente y bajo él había una muy aplastada boina que claramente estaba planchada con su humanidad.
Cyril no entendía aún que estaba pasando pero la chica estaba fijando su mirada en la boina y de él se apoderaba la incertidumbre y la vergüenza.
¿E...e..esto es tuyo? - Dijo el joven mostrando la boina y evitando la mirada de la chica, claramente avergonzado y muy nervioso - Cre... creo que me ... equivoqué de mesa - Continuó agregando, tratando de justificar su torpeza y sonriendo nerviosamente - Mi nombre es Cyril... Cyril Dankworth y lamento mi torpeza señorita. - Cyril apresuró a presentarse en una insistente forma de excusarse.
Cyril no entendía aún que estaba pasando pero la chica estaba fijando su mirada en la boina y de él se apoderaba la incertidumbre y la vergüenza.
¿E...e..esto es tuyo? - Dijo el joven mostrando la boina y evitando la mirada de la chica, claramente avergonzado y muy nervioso - Cre... creo que me ... equivoqué de mesa - Continuó agregando, tratando de justificar su torpeza y sonriendo nerviosamente - Mi nombre es Cyril... Cyril Dankworth y lamento mi torpeza señorita. - Cyril apresuró a presentarse en una insistente forma de excusarse.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
La sorprendida mirada de Mine permaneció clavada en la boina que ahora, aplastada, aparecía en las manos del desconocido.
– Si... – balbuceó de forma casi imperceptible, notando el estado en el que había quedado. Al cabo de una breve pausa se llevó la diestra a los labios, sin poder contener finalmente una risa muy sencilla que cubrió con su mano por cortesía, como si aquello fuese lo más gracioso del mundo. Y quizás así era, pues hacía mucho que no se reía. – ¡Haha, quedó toda aplastada! – Exclamó mientras el rubor en sus mejillas se intensificaba, abandonándose a cualquier posible sentimiento de vergüenza.
No conocía al muchacho pero era fácil distinguir su incomodidad ante tan bochornosa situación. Le alegraba no haber sido ella misma quien tuvo que dar las explicaciones pertinentes, era como si la torpeza fuese compartida, ¿no? Esto bastaba para hacerle sentir ligeramente mejor, más en confianza, algo que no había ocurrido desde su entrada al sello, ni siquiera con su mánager.
– No hay problema, puedes quedarte ahí si gustas, Cyril – comentó sonriente, sosteniendo aún en una mano el plato con pastelillos y esperando que el mozo que iba a servirle el té viera dónde se iba a situar ahora. – Mi nombre es Mine – aprovechó de presentarse omitiendo a propósito el apellido, mientras buscaba con la mirada otra mesa desocupada.
– Si... – balbuceó de forma casi imperceptible, notando el estado en el que había quedado. Al cabo de una breve pausa se llevó la diestra a los labios, sin poder contener finalmente una risa muy sencilla que cubrió con su mano por cortesía, como si aquello fuese lo más gracioso del mundo. Y quizás así era, pues hacía mucho que no se reía. – ¡Haha, quedó toda aplastada! – Exclamó mientras el rubor en sus mejillas se intensificaba, abandonándose a cualquier posible sentimiento de vergüenza.
No conocía al muchacho pero era fácil distinguir su incomodidad ante tan bochornosa situación. Le alegraba no haber sido ella misma quien tuvo que dar las explicaciones pertinentes, era como si la torpeza fuese compartida, ¿no? Esto bastaba para hacerle sentir ligeramente mejor, más en confianza, algo que no había ocurrido desde su entrada al sello, ni siquiera con su mánager.
– No hay problema, puedes quedarte ahí si gustas, Cyril – comentó sonriente, sosteniendo aún en una mano el plato con pastelillos y esperando que el mozo que iba a servirle el té viera dónde se iba a situar ahora. – Mi nombre es Mine – aprovechó de presentarse omitiendo a propósito el apellido, mientras buscaba con la mirada otra mesa desocupada.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
La chica reaccionó mejor de lo que Cyril se esperaba, hasta rió con lo que había pasado, lo cual lo hacía sentirse un poco más tranquilo, aunque la relajación le duró tan solo unos segundos cuando ella comenzó a hablar, los colores de la cara volvieron y su rubor se hizo notar nuevamente.
Si, realmente la dejé muy mal -dijo Cyril mordiendo su lengua como si su subconsciente le hiciera trancas para que no hablase más de la cuenta - Creo que te debo una boina nueva.
La chica seguía parada en su lugar esperando un lugar para ella y volviéndose de un lado a otro mostrando cierto dejo de inquietud con la situación también, luego de eso las siguientes palabras de ella lo invitaron a continuar en el lugar como si ella hubiese resignado toda esperanza de usar aquel lugar que realmente ella había elegido antes que él, y fue ahí cuando una especie de escalofrío acompañado de una extraña sensación de bochorno sacudieron su vida y en su cabeza sonó muy fuerte una pregunta, como si su otro yo le gritara por dentro:
La vergüenza y la presión se le subieron hasta más arriba del techo, no había sentido tanta desesperación en tan pocos segundos y como si se tratara de un acto reflejo se giró por sobre su cadera y tomó la primera silla que vio y la acercó a su mesa:
Bueno, podrías sentarte acá mientras esperas otro lugar - Y para completar majestuosamente su acto de evidente torpeza, movió la silla invitándola a sentar con una reverencia muy fingida, la cual no se sabía si era por lo extremado de su nerviosismo o por que realmente no sabía lo que estaba haciendo - Mucho gusto, Mine -Terminó Cyril con una leve sonrisa dibujada en los labios.
¡Haha, quedó toda aplastada!
Si, realmente la dejé muy mal -dijo Cyril mordiendo su lengua como si su subconsciente le hiciera trancas para que no hablase más de la cuenta - Creo que te debo una boina nueva.
La chica seguía parada en su lugar esperando un lugar para ella y volviéndose de un lado a otro mostrando cierto dejo de inquietud con la situación también, luego de eso las siguientes palabras de ella lo invitaron a continuar en el lugar como si ella hubiese resignado toda esperanza de usar aquel lugar que realmente ella había elegido antes que él, y fue ahí cuando una especie de escalofrío acompañado de una extraña sensación de bochorno sacudieron su vida y en su cabeza sonó muy fuerte una pregunta, como si su otro yo le gritara por dentro:
¿Qué clase de caballero eres Cyril?, ¿Dónde están tus modales?, ella aún parada ahí y tu casi te sientas otra vez en lo que aparentemente era su lugar.
La vergüenza y la presión se le subieron hasta más arriba del techo, no había sentido tanta desesperación en tan pocos segundos y como si se tratara de un acto reflejo se giró por sobre su cadera y tomó la primera silla que vio y la acercó a su mesa:
Bueno, podrías sentarte acá mientras esperas otro lugar - Y para completar majestuosamente su acto de evidente torpeza, movió la silla invitándola a sentar con una reverencia muy fingida, la cual no se sabía si era por lo extremado de su nerviosismo o por que realmente no sabía lo que estaba haciendo - Mucho gusto, Mine -Terminó Cyril con una leve sonrisa dibujada en los labios.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
La muchacha sacudió la cabeza en son de negación ante el comentario de Cyril, volviéndose a verle con una amplia sonrisa dibujada en el rostro. No estaba siendo cortés por obligación como acostumbraba, realmente el asunto le divertía. Eso, sumado al buen humor con el que últimamente andaba ayudaban a afrontar esta situación con una actitud positiva.
– ¡Descuida! ¡Tengo nueve más de estas! Incluso estoy segura de tener este modelo repetido... – dijo levantando el índice de la mano libre en un intento por aliviar su conciencia. Esperaba no sonar demasiado esnob con un comentario tan simple y es que en su casa no era nada extraño comprar la misma prenda, accesorio o perfume más de una vez. Cuando pequeña ocurría lo mismo pero con los juguetes.
Su ofrecimiento le pilló un tanto por sorpresa.
– ¿No te molesta? – Ladeó un poco su rostro al preguntar, un tanto indecisa si acceder pues creía estarse aprovechando del incidente de la boina para recuperar su asiento. Pero no veía nada de malo en compartir lugar, de todos modos le aburría beber té sola. – Bien, en ese caso... ¡Gracias! – Aceptó mientras colocaba el plato sobre la mesa y se situaba en la silla que Cyril le ofrecía. Al cabo de unos segundos el mozo que le había atendido llegó con su té de jazmín, el cual sirvió antes de volver a su puesto con una sonrisa dedicada a ambos. – ¿Quieres? – Preguntó al muchacho, deslizando el plato de pastelillos en su dirección.
– ¡Descuida! ¡Tengo nueve más de estas! Incluso estoy segura de tener este modelo repetido... – dijo levantando el índice de la mano libre en un intento por aliviar su conciencia. Esperaba no sonar demasiado esnob con un comentario tan simple y es que en su casa no era nada extraño comprar la misma prenda, accesorio o perfume más de una vez. Cuando pequeña ocurría lo mismo pero con los juguetes.
Su ofrecimiento le pilló un tanto por sorpresa.
– ¿No te molesta? – Ladeó un poco su rostro al preguntar, un tanto indecisa si acceder pues creía estarse aprovechando del incidente de la boina para recuperar su asiento. Pero no veía nada de malo en compartir lugar, de todos modos le aburría beber té sola. – Bien, en ese caso... ¡Gracias! – Aceptó mientras colocaba el plato sobre la mesa y se situaba en la silla que Cyril le ofrecía. Al cabo de unos segundos el mozo que le había atendido llegó con su té de jazmín, el cual sirvió antes de volver a su puesto con una sonrisa dedicada a ambos. – ¿Quieres? – Preguntó al muchacho, deslizando el plato de pastelillos en su dirección.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Jamás me molestaría compartir una mesa, menos por un café -Cyril bajaba su nerviosismo y comenzaba a relajarse dibujando una sonrisa- Además la conversación es gratis -en un gesto se llevó la boina a la cabeza indicando con su dedo y dibujando una mueca en su cara como una sonrisa forzada, como si no hubiese mejor-peor lugar para dejarla, aún se sentía haciendo el ridículo, pero ya se había relajado al verla sentarse. Al poco segundo el gesto de ella lo había desconcertado un poco, era claro que él no estaba comiendo y el olor del lugar le había abierto el apetito, pero sería mucho de su parte aceptar el ofrecimiento, así que levantó su mano buscando la atención del mozo.
Muchas gracias Mine, pero estaba por ordenar unas galletas que vi al comienzo y se me habían apetecido -Intentó mentir un poco para no rechazar del todo el ofrecimiento, así que pidió otro café acompañado de unas galletas de chocolate y mermeladas frutales- Gracias por aceptar el ofrecimiento, creí que moriría de la vergüenza cuando me aceleré a ofrecer que me acompañaras -Los colores volvieron un poco a su cara al darse cuenta lo que decía.
Y cuéntame un poco de ti, ¿Qué te trae por este lugar? - se volvió a acomodar y tomó las galletas que estaban en el plato para acercarlas a ella - Si deseas puedes sacar -Saltando de tema- La verdad yo soy nuevo en esta ciudad y estoy un poco perdido con los lugares; de hecho aún ni vivo en algún lugar determinado.
Muchas gracias Mine, pero estaba por ordenar unas galletas que vi al comienzo y se me habían apetecido -Intentó mentir un poco para no rechazar del todo el ofrecimiento, así que pidió otro café acompañado de unas galletas de chocolate y mermeladas frutales- Gracias por aceptar el ofrecimiento, creí que moriría de la vergüenza cuando me aceleré a ofrecer que me acompañaras -Los colores volvieron un poco a su cara al darse cuenta lo que decía.
Y cuéntame un poco de ti, ¿Qué te trae por este lugar? - se volvió a acomodar y tomó las galletas que estaban en el plato para acercarlas a ella - Si deseas puedes sacar -Saltando de tema- La verdad yo soy nuevo en esta ciudad y estoy un poco perdido con los lugares; de hecho aún ni vivo en algún lugar determinado.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Se llevó nuevamente una mano a los labios para contener las carcajadas que se atropellaban en su garganta al ver a Cyril con la boina puesta. No acostumbraba a reír de forma tan libre pero por el temblor que se apoderaba de su cuerpo al contenerse resultaba evidente que su reacción, aunque prudente, era sincera.
Días atrás jamás hubiese pensado que la pasaría tan bien junto a un desconocido sin intereses personales de por medio o la necesidad de recurrir a los fármacos para garantizar su estabilidad. Aún recordaba nítidamente la sorpresa del psiquiatra cuando volvió a su consulta, parecía impactado pero a su vez desconfiaba de su repentina mejora.
– Debo ser yo quien te agradezca, este lugar a menudo se atesta de gente y es probable que de no aceptar me hubiera quedado de pie – comentó poco antes de sostener delicadamente la taza de té y su respectivo plato con ambas manos, mostrando recato y elegancia. – Además, todo sabe mejor en compañía – agregó poco antes de dar el primer sorbo. Levantó la vista hacia Cyril en el momento que éste le ofreció de su comida, mas la rechazó amablemente por considerar poco justo que ella aceptara sus galletas y él no sus pastelillos. – No, gracias, tengo más que suficiente con estos – respondió haciendo alusión a su propio plato.
Antes de que ella mostrase indicios de querer saber más acerca del muchacho fue él mismo quien le hizo una pregunta que, en tanto obvia, resultaba divertida.
– Pues desde hace un par de semanas que trabajo aquí, soy pianista – aclaró, consciente de que quizás no lucía del todo profesional con su apariencia de doncella de alta alcurnia con dejos de esnobismo. – Aunque no había tenido la oportunidad de conocer las instalaciones hasta ahora. Debo estar tan desorientada como tú – musitó poco después de volver a llevarse el té a los labios, sin querer hacer alusión a los percances vividos los últimos días. No ahora, cuando la tranquilidad finalmente había llegado a su vida.
Días atrás jamás hubiese pensado que la pasaría tan bien junto a un desconocido sin intereses personales de por medio o la necesidad de recurrir a los fármacos para garantizar su estabilidad. Aún recordaba nítidamente la sorpresa del psiquiatra cuando volvió a su consulta, parecía impactado pero a su vez desconfiaba de su repentina mejora.
– Debo ser yo quien te agradezca, este lugar a menudo se atesta de gente y es probable que de no aceptar me hubiera quedado de pie – comentó poco antes de sostener delicadamente la taza de té y su respectivo plato con ambas manos, mostrando recato y elegancia. – Además, todo sabe mejor en compañía – agregó poco antes de dar el primer sorbo. Levantó la vista hacia Cyril en el momento que éste le ofreció de su comida, mas la rechazó amablemente por considerar poco justo que ella aceptara sus galletas y él no sus pastelillos. – No, gracias, tengo más que suficiente con estos – respondió haciendo alusión a su propio plato.
Antes de que ella mostrase indicios de querer saber más acerca del muchacho fue él mismo quien le hizo una pregunta que, en tanto obvia, resultaba divertida.
– Pues desde hace un par de semanas que trabajo aquí, soy pianista – aclaró, consciente de que quizás no lucía del todo profesional con su apariencia de doncella de alta alcurnia con dejos de esnobismo. – Aunque no había tenido la oportunidad de conocer las instalaciones hasta ahora. Debo estar tan desorientada como tú – musitó poco después de volver a llevarse el té a los labios, sin querer hacer alusión a los percances vividos los últimos días. No ahora, cuando la tranquilidad finalmente había llegado a su vida.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Una magia especial recorría el cuerpo de Cyril cada vez se percataba de las reacciones de Mine, sentía que lo estaba haciendo bien y eso era gratificante para él. Aún le temblaban las manos un poco por el nerviosismo, pero se iba relajando a medida que la conversación fluía.
Entiendo que tengas suficiente con ese pastelito, pero DIOS, es chocolate -El tono de broma en el que decía las cosas parecían fluir de él a veces sin pensarlo - Y comparto totalmente eso de que se hace mejor todo cuando uno tiene una compañía, además no todos los días se puede compartir la mesa con una princesa. - Al decir lo de princesa hizo una muy pomposa reverencia, él bebía su café lentamente, estirando el tiempo, no sabía por qué, ella era una desconocida y sólo era una serie de eventos desafortunados que habían llevado a terminar con ella sentados en la misma mesa, pero se volvía cada vez más interesante.
Así que trabajas aquí y tocas piano, que hermoso, es uno de los pocos instrumentos de cuerda que no domino del todo, es frustrante -Cyril si bien hablaba en serio, hacía énfasis en algunas partes al hablar para dar una tonalidad de broma a la conversación. - Emmm, bueno entonces creo que somos "compañeros de trabajo" -hizo el gesto con los dedos en las comillas- Lo primero que hice al llegar acá fue presentarme en el sello, y me aceptaron... aunque la verdad no sé qué hacer ahora. -Al decir esto, él se llevó la boina a la cara como tratando de ocultar un leve dejo de vergüenza - Además, me encantaría verte y oírte tocar.
Cyril omitió el tema de qué tocaba él y su contrato en el sello, quería hacer conversación y además, no sabía si decir "Hola soy vocalista y toco instrumentos" o "Hola soy músico y canto".
Entiendo que tengas suficiente con ese pastelito, pero DIOS, es chocolate -El tono de broma en el que decía las cosas parecían fluir de él a veces sin pensarlo - Y comparto totalmente eso de que se hace mejor todo cuando uno tiene una compañía, además no todos los días se puede compartir la mesa con una princesa. - Al decir lo de princesa hizo una muy pomposa reverencia, él bebía su café lentamente, estirando el tiempo, no sabía por qué, ella era una desconocida y sólo era una serie de eventos desafortunados que habían llevado a terminar con ella sentados en la misma mesa, pero se volvía cada vez más interesante.
Así que trabajas aquí y tocas piano, que hermoso, es uno de los pocos instrumentos de cuerda que no domino del todo, es frustrante -Cyril si bien hablaba en serio, hacía énfasis en algunas partes al hablar para dar una tonalidad de broma a la conversación. - Emmm, bueno entonces creo que somos "compañeros de trabajo" -hizo el gesto con los dedos en las comillas- Lo primero que hice al llegar acá fue presentarme en el sello, y me aceptaron... aunque la verdad no sé qué hacer ahora. -Al decir esto, él se llevó la boina a la cara como tratando de ocultar un leve dejo de vergüenza - Además, me encantaría verte y oírte tocar.
Cyril omitió el tema de qué tocaba él y su contrato en el sello, quería hacer conversación y además, no sabía si decir "Hola soy vocalista y toco instrumentos" o "Hola soy músico y canto".
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
La muchacha respondió a los comentarios de Cyril con una amplia sonrisa, sinceramente agradada con su presencia. ¿Alguna vez se habría imaginado a sí misma haciendo amistades dentro del sello? ¡Ni de broma! ¡Tal escenario le emocionaba muchísimo! Quizás hasta conseguía una excusa para divertirse de vez en cuando, de todos modos no tenía el itinerario tan lleno como otros artistas pues aún era una primeriza y sus problemas de salud habían retrasado el proceso de su integración al rubro de trabajo.
– ¿Princesa? ¡Hahaha, ni de cerca! – Exclamó sonriente mientras dejaba la taza de té en su respectivo plato, riendo con libertad por las ocurrencias del chico. No dejaba de ser gracioso que alguien como ella fuera llamada princesa, deducía, y era lo más probable, que se refería a esos ademanes propios de una niña rica.
Aún si él no se lo decía, no era muy difícil imaginar que se trataba de un vocalista o músico perteneciente al sello, tenía mucho más pinta de "artista" que ella. Pero no dejó de mostrarse sorprendida, principalmente por caer en cuenta casi de forma tardía de la información anterior.
– ¿Oh? Pero hace un momento dijiste que no tienes un lugar donde vivir... – comentó con extrañeza, clavando el tenedor al pastelillo y llevándose un recatado pedacito a la boca. – ¿Entraste al sello sin siquiera priorizar eso? ¿O esperas ganar algo de dinero primero? – Preguntó, incapaz de imaginarse cómo alguien en esa situación había conseguido ingresar a Merveilles sin contar con el sustento suficiente para tener un hogar. Porque si, Mine todo lo traducía en dinero. – Debe ser muy duro... – musitó reflexiva, desviando la mirada del muchacho y centrándola en sus galletas, las que momentos atrás le había ofrecido.
– ¿Princesa? ¡Hahaha, ni de cerca! – Exclamó sonriente mientras dejaba la taza de té en su respectivo plato, riendo con libertad por las ocurrencias del chico. No dejaba de ser gracioso que alguien como ella fuera llamada princesa, deducía, y era lo más probable, que se refería a esos ademanes propios de una niña rica.
Aún si él no se lo decía, no era muy difícil imaginar que se trataba de un vocalista o músico perteneciente al sello, tenía mucho más pinta de "artista" que ella. Pero no dejó de mostrarse sorprendida, principalmente por caer en cuenta casi de forma tardía de la información anterior.
– ¿Oh? Pero hace un momento dijiste que no tienes un lugar donde vivir... – comentó con extrañeza, clavando el tenedor al pastelillo y llevándose un recatado pedacito a la boca. – ¿Entraste al sello sin siquiera priorizar eso? ¿O esperas ganar algo de dinero primero? – Preguntó, incapaz de imaginarse cómo alguien en esa situación había conseguido ingresar a Merveilles sin contar con el sustento suficiente para tener un hogar. Porque si, Mine todo lo traducía en dinero. – Debe ser muy duro... – musitó reflexiva, desviando la mirada del muchacho y centrándola en sus galletas, las que momentos atrás le había ofrecido.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Cyril se sentía bastante emocionado por la álgida conversación, las sonrisas de ella le hacían sonreír también, la conversación cada vez era más amena y él se sentía bien al pensar que desde que había llegado a la ciudad había conocido mucha gente interesante y cálida.
La verdad que cuando llegué me emocionó tanto la idea que existiese un lugar que recibiese a los músicos que no pensé en nada más, pero me estoy quedando por aquí y por allá, no sé si comprar un lugar, la verdad debería, antes de que se acabe el dinero que heredé... -Cuando la palabra "heredé" salió de su boca algo muy fuerte sacudió su pecho y lo hizo temblar, su mirada cayó directamente al piso y se quedó quieto, sus ojos se cristalizaron y de sus labios brotaron algunos balbuceos pero volviendo la mirada a Mine, sonrió y continuó- Tengo una promesa, había olvidado una promesa muy importante que le hice a quien me brindó la oportunidad de poseer este dinero, tendré mi hogar y me estableceré en un lugar para por fin poder ser feliz y estar tranquilo.
Al segundo de terminar se dio cuenta que había hablado más de la cuenta, a veces sus emociones lo traicionaban y no se daba cuenta qué decía- Perdón por el lapsus, pero estaba tan distraído conociendo gente, recorriendo, tocando y viendo las cosas del sello, que olvidé por completo algunas de mis prioridades de vida
Cyril se percató que la chica había comenzado a mirar sus galletas así que él las acercó levemente a ella con la mano y le sonrió- Aún sigue en pie mi ofrecimiento, si deseas adelante, encantado de compartir -Y sacudiendo un poco su pelo y suspirando, cambió su semblante lo apaciguó un poco y volvió al antiguo estado de relajación y sonrisa- Quizás tú sepas dónde puedo comprar una casa, no necesito algo muy grande, sólo para mi y mis dos pertenencias... un violín y guitarra.
Cyril se percató que le había ofrecido las galletas a Mine pero quedaban pocas en el plato, así que llamó al garzón y pidió más- Deseas algún sabor en especial Mine, siéntete libre de escoger lo que sea, hoy invito yo -Y con un gesto le indicó al garzón que ella ordenaría así que le ofreciese a ella la carta con cosas para comer.
La verdad que cuando llegué me emocionó tanto la idea que existiese un lugar que recibiese a los músicos que no pensé en nada más, pero me estoy quedando por aquí y por allá, no sé si comprar un lugar, la verdad debería, antes de que se acabe el dinero que heredé... -Cuando la palabra "heredé" salió de su boca algo muy fuerte sacudió su pecho y lo hizo temblar, su mirada cayó directamente al piso y se quedó quieto, sus ojos se cristalizaron y de sus labios brotaron algunos balbuceos pero volviendo la mirada a Mine, sonrió y continuó- Tengo una promesa, había olvidado una promesa muy importante que le hice a quien me brindó la oportunidad de poseer este dinero, tendré mi hogar y me estableceré en un lugar para por fin poder ser feliz y estar tranquilo.
Al segundo de terminar se dio cuenta que había hablado más de la cuenta, a veces sus emociones lo traicionaban y no se daba cuenta qué decía- Perdón por el lapsus, pero estaba tan distraído conociendo gente, recorriendo, tocando y viendo las cosas del sello, que olvidé por completo algunas de mis prioridades de vida
Cyril se percató que la chica había comenzado a mirar sus galletas así que él las acercó levemente a ella con la mano y le sonrió- Aún sigue en pie mi ofrecimiento, si deseas adelante, encantado de compartir -Y sacudiendo un poco su pelo y suspirando, cambió su semblante lo apaciguó un poco y volvió al antiguo estado de relajación y sonrisa- Quizás tú sepas dónde puedo comprar una casa, no necesito algo muy grande, sólo para mi y mis dos pertenencias... un violín y guitarra.
Cyril se percató que le había ofrecido las galletas a Mine pero quedaban pocas en el plato, así que llamó al garzón y pidió más- Deseas algún sabor en especial Mine, siéntete libre de escoger lo que sea, hoy invito yo -Y con un gesto le indicó al garzón que ella ordenaría así que le ofreciese a ella la carta con cosas para comer.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Herencia, esa palabra usualmente relacionada con la muerte. Mine levantó la vista de forma breve hacia el muchacho, silenciando cualquier atisbo de respuesta ante su complicada expresión. Eso explicaba bastante bien la subsistencia económica de Cyril en una ciudad tan cara como Glass City, debía ser un tipo muy talentoso... O influyente, después de todo no cualquiera entra en Merveilles. Incluso existía la posibilidad que, al igual que su hermano, se estuviera escapando de casa... Pero no preguntó.
Al cabo de un momento desvió la mirada de él y volvió la taza a los labios, decidida a no indagar demasiado en sus conflictivas personales. Más que arisca o desinteresada, Mine empatizaba mucho con el silencio de los demás. Aún así, le intrigaba muchísimo qué clase de persona era, quizás ambos se parecían bastante y aún no lo notaba. El mundo es un sitio amplio, ¿no?
Sumida en estas divagaciones su acompañante llamó al mozo antes de que pudiera hacer protesta de ello.
– ¿Qué? No... Eh... Mermelada de durazno... – entre balbuceos acabó pidiendo las galletas de igual modo, resignada ante la imposición de su acompañante. – Está bien, comeré tus galletas solo... ¡Solo si aceptas mi pastelillo! – Exigió una vez el mozo se retiró con el nuevo pedido, con la vergüenza realzando sus mejillas.
Apenas llegaron las galletas Mine acercó su plato al extremo opuesto de la mesa sin aceptar objeciones. Había quedado en responderle el asunto de la mudanza.
– La verdad es que... No lo sé... – respondió tras una breve reflexión, un tanto apenada por no poder ayudar. – Soy de una familia un tanto acomodada, rara vez salgo de casa sino es por un concierto, un paseo breve y... Bueno, actualmente el trabajo... – reveló con sinceridad, dedicándole una sonrisa más bien escueta mientras probaba una mordidita de la galleta de mermelada.
Consideraba injusto no hablar un poco de sí misma cuando él había mostrado una parte importante de sus preocupaciones y ansiedades actuales. Era un buen chico... Y ella estaba de buen humor, así que ¿por qué no?
Hoy las cosas serán diferentes.
Al cabo de un momento desvió la mirada de él y volvió la taza a los labios, decidida a no indagar demasiado en sus conflictivas personales. Más que arisca o desinteresada, Mine empatizaba mucho con el silencio de los demás. Aún así, le intrigaba muchísimo qué clase de persona era, quizás ambos se parecían bastante y aún no lo notaba. El mundo es un sitio amplio, ¿no?
Sumida en estas divagaciones su acompañante llamó al mozo antes de que pudiera hacer protesta de ello.
– ¿Qué? No... Eh... Mermelada de durazno... – entre balbuceos acabó pidiendo las galletas de igual modo, resignada ante la imposición de su acompañante. – Está bien, comeré tus galletas solo... ¡Solo si aceptas mi pastelillo! – Exigió una vez el mozo se retiró con el nuevo pedido, con la vergüenza realzando sus mejillas.
Apenas llegaron las galletas Mine acercó su plato al extremo opuesto de la mesa sin aceptar objeciones. Había quedado en responderle el asunto de la mudanza.
– La verdad es que... No lo sé... – respondió tras una breve reflexión, un tanto apenada por no poder ayudar. – Soy de una familia un tanto acomodada, rara vez salgo de casa sino es por un concierto, un paseo breve y... Bueno, actualmente el trabajo... – reveló con sinceridad, dedicándole una sonrisa más bien escueta mientras probaba una mordidita de la galleta de mermelada.
Consideraba injusto no hablar un poco de sí misma cuando él había mostrado una parte importante de sus preocupaciones y ansiedades actuales. Era un buen chico... Y ella estaba de buen humor, así que ¿por qué no?
Hoy las cosas serán diferentes.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Cyril se dedicaba a mirar y escuchar a Mine sin interrupciones, concentrado en cada palabra que la chica soltaba, él estaba encantado con tan improvisada y gratificante conversación.
Me parece muy adrenalínica tu vida -Ríe, y mirando el plato de ella come un poco de su pastelillo- Está muy rico, creo que debí pedir esto antes. Cuéntame más de ti, ¿En qué trabajas ahora?.
Él quería saber más de ella, se había sentido muy bien estando en su compañía y realmente las ganas de conocer gente por parte de Cyril era muy evidente, él estaba realmente solo en el mundo y desde que había llegado a Glass City su vida había cambiado para mejor, así que el paso que siempre esperó dar lo estaba dando desinteresadamente con quien se acercara a él, y particularmente habían sido sólo mujeres.
En esta ciudad debe haber algún lugar dónde comprar algo para vivir, o tal vez, arrendar -Él comía de las galletas y no ocultaba su cara de satisfacción al hacerlo, realmente Cyril estaba fascinado con el sabor de lo que ahí estaba comiendo- Creo que si seguimos así, estaremos tomando café hasta la siguiente comida -Cyril hizo este último comentario con un aire de oferta y chiste.
Me parece muy adrenalínica tu vida -Ríe, y mirando el plato de ella come un poco de su pastelillo- Está muy rico, creo que debí pedir esto antes. Cuéntame más de ti, ¿En qué trabajas ahora?.
Él quería saber más de ella, se había sentido muy bien estando en su compañía y realmente las ganas de conocer gente por parte de Cyril era muy evidente, él estaba realmente solo en el mundo y desde que había llegado a Glass City su vida había cambiado para mejor, así que el paso que siempre esperó dar lo estaba dando desinteresadamente con quien se acercara a él, y particularmente habían sido sólo mujeres.
En esta ciudad debe haber algún lugar dónde comprar algo para vivir, o tal vez, arrendar -Él comía de las galletas y no ocultaba su cara de satisfacción al hacerlo, realmente Cyril estaba fascinado con el sabor de lo que ahí estaba comiendo- Creo que si seguimos así, estaremos tomando café hasta la siguiente comida -Cyril hizo este último comentario con un aire de oferta y chiste.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 67
Fecha de inscripción : 10/04/2013
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
Mine sonrió con un dejo de nostalgia. Si, era tal como el muchacho decía, últimamente su vida había sido un tanto adrenalínica pero eso no bastaba para hacerla feliz. Aún no vivía muchas de las experiencias que su joven corazón anhelaba, sólo le quedaba esperar a que llegase el día. Al menos podía decir que iba bien encaminada... O de eso quería convencerse.
– La verdad es que como soy una simple novata mi itinerario consiste en una serie de trámites, calentamientos y prácticas diurnas. Mi mánager está haciendo las gestiones necesarias para permitirme participar en algunas orquestas – respondió ante la pregunta de Cyril, refiriéndose a su trabajo. – Debo empezar desde abajo para ser una pianista de renombre, los conciertos en solitario pueden esperar... – aclaró empleando un tono de voz más apagado, manteniendo ambas manos sobre el regazo de su falda y la mirada ligeramente perdida.
La vida del concertista no era fácil, brillar en el exigente mundo de la música clásica era un privilegio que pocos tenían. Aunque a Mine esto no le acomplejaba en demasía.
– Glass City es una ciudad enorme, de seguro encontrarás un lugar dónde vivir... – repuso sin disimular la preocupación que le provocaba el imaginarse al muchacho durmiendo en la interperie. Le hubiese ofrecido hospedarlo en su hogar de no ser por el terrible escarmiento que se llevarían ambos si se atrevía a hacer algo así, de igual modo quería hacer algo por él. – No seré de gran ayuda pero me encantaría acompañarte a buscar un departamento o una casa. Dudo que a mi familia le agrade la idea pero que sea nuestro pequeño secreto... – le propuso, dedicándole una amplia sonrisa y una mirada un tanto cómplice.
Dicho esto último, Mine se llevó otro trozo de pastel a los labios.
– La verdad es que como soy una simple novata mi itinerario consiste en una serie de trámites, calentamientos y prácticas diurnas. Mi mánager está haciendo las gestiones necesarias para permitirme participar en algunas orquestas – respondió ante la pregunta de Cyril, refiriéndose a su trabajo. – Debo empezar desde abajo para ser una pianista de renombre, los conciertos en solitario pueden esperar... – aclaró empleando un tono de voz más apagado, manteniendo ambas manos sobre el regazo de su falda y la mirada ligeramente perdida.
La vida del concertista no era fácil, brillar en el exigente mundo de la música clásica era un privilegio que pocos tenían. Aunque a Mine esto no le acomplejaba en demasía.
– Glass City es una ciudad enorme, de seguro encontrarás un lugar dónde vivir... – repuso sin disimular la preocupación que le provocaba el imaginarse al muchacho durmiendo en la interperie. Le hubiese ofrecido hospedarlo en su hogar de no ser por el terrible escarmiento que se llevarían ambos si se atrevía a hacer algo así, de igual modo quería hacer algo por él. – No seré de gran ayuda pero me encantaría acompañarte a buscar un departamento o una casa. Dudo que a mi familia le agrade la idea pero que sea nuestro pequeño secreto... – le propuso, dedicándole una amplia sonrisa y una mirada un tanto cómplice.
Dicho esto último, Mine se llevó otro trozo de pastel a los labios.
Mine Sagan- Ocupación : Músico
Mensajes : 1143
Fecha de inscripción : 30/04/2012
Re: Un café muy dulce [Priv. Mine Sagan]
El pelirrojo se sonrojó mucho con las palabras de la joven y no se molestó en disimularlo, continuaba comiendo junto a ella muy concentrado en todo lo que decía, la dejó hablar sin interrumpirla ni dejar de mirar sus ojos, sólo para comer cambiaba la vista.
Así que tocas piano y tienes un manager, alguna vez aprendí a tocar ese instrumento... en realidad podría decirse que soy un multiintrumentista de cuerdas pero algunos sólo los aprendí por gusto de saber, he viajado mucho y he estado en muchos países y aprender era lo único que podía hacer, el piano es hermoso pero prefiero mi violín -Hizo una pausa para beber un poco del café que casi ya se terminaba y continuó- A decir verdad, yo también debería estar buscando un manager, me aceptaron hace un tiempo ya acá en el sello y no he hecho nada desde entonces -Luego de decir esto se acomodó el pelo un poco y continuó- Me encantaría oírte tocar alguna vez, pagaría lo que sea por hacerlo y mejor aún si algún día podemos tocar algo juntos -La emoción hablaba más que él, no se paraba a pensar lo que decía, sólo hablaba lo que él sentía correcto.
Y bueno, con respecto a lo otro... -Se acomodo un poco para simular proximidad a ella, bajó la voz y la miró fijamente- Puedes ver en mis ojos que no miento, y si deseas que te guarde el secreto, entonces así será, no preguntaré por qué ni me inmiscuiré en sus asuntos señorita, pero le aseguro que de mi boca no saldrá nada que tenga relación con lo último, ahora dígame una cosa -Se detuvo para alejarse un poco y volver a la posición normal que había tenido- ¿Cuándo podemos hacer eso?, de verdad me urge y la verdad ni siquiera sé qué barrio es bueno, ¿Cerca de su hogar no habrá algo en venta?
Dicho ésto tomó lo último que le quedaba de café y miró cabizbajo que tenía dos opciones, pedir más café para no terminar con la conversación o invitarla a otro lugar, la enorme cantidad de cosas que sintió al analizar sus posibilidades lo dejaron callado comiendo un poco de galletas.
Así que tocas piano y tienes un manager, alguna vez aprendí a tocar ese instrumento... en realidad podría decirse que soy un multiintrumentista de cuerdas pero algunos sólo los aprendí por gusto de saber, he viajado mucho y he estado en muchos países y aprender era lo único que podía hacer, el piano es hermoso pero prefiero mi violín -Hizo una pausa para beber un poco del café que casi ya se terminaba y continuó- A decir verdad, yo también debería estar buscando un manager, me aceptaron hace un tiempo ya acá en el sello y no he hecho nada desde entonces -Luego de decir esto se acomodó el pelo un poco y continuó- Me encantaría oírte tocar alguna vez, pagaría lo que sea por hacerlo y mejor aún si algún día podemos tocar algo juntos -La emoción hablaba más que él, no se paraba a pensar lo que decía, sólo hablaba lo que él sentía correcto.
Y bueno, con respecto a lo otro... -Se acomodo un poco para simular proximidad a ella, bajó la voz y la miró fijamente- Puedes ver en mis ojos que no miento, y si deseas que te guarde el secreto, entonces así será, no preguntaré por qué ni me inmiscuiré en sus asuntos señorita, pero le aseguro que de mi boca no saldrá nada que tenga relación con lo último, ahora dígame una cosa -Se detuvo para alejarse un poco y volver a la posición normal que había tenido- ¿Cuándo podemos hacer eso?, de verdad me urge y la verdad ni siquiera sé qué barrio es bueno, ¿Cerca de su hogar no habrá algo en venta?
Dicho ésto tomó lo último que le quedaba de café y miró cabizbajo que tenía dos opciones, pedir más café para no terminar con la conversación o invitarla a otro lugar, la enorme cantidad de cosas que sintió al analizar sus posibilidades lo dejaron callado comiendo un poco de galletas.
Cyril Dankworth- Ocupación : Vocalista
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Fecha de inscripción : 10/04/2013
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