un dulce, dulce ~

Luego de toda una mañana de practicas de notas y acordes, también de gente que dejaba propinas pensando que era alguna especie de artista callejera.... ya era hora de que este cerebro se de un dulce descanso y de paso aprovechar y pasear por la ciudad un poco

Camine por las calles cargando mi instrumento dentro de su enorme estuche, en la espalda. Estaba algo cansada, puesto que si ya sentía el gran peso de mi kittler, observe alrededor buscando un buen lugar para sentarme, y mis ojos purpura visualizaron un café, gloria divina ya que mi estomago estaba reclamando que lo llene con algo, preferiblemente dulce.

Podía entrar y ser atendida dentro, pero seguramente el estuche de Kittler seria muy estorboso para la gente, así que opte por un mesa afuera, era un agradable clima, así que de paso aprovechaba a seguir respirando aire fresco. Tome asiento bajo un sombrilla y deje mi violonchelo a un lado sin que interrumpiera el paso, estaba tranquilo al menos no había tanta cantidad de gente, eso ayudaba a que me relajara mientras esperaba a que alguien me atendiera.

-uhmmm tardan un poco...

suspire pesadamente, ya estaba por retirarme pensando que nadie vendría, pero gracias a la fuerza divina, una maid se acerco a preguntarme mi orden.

"disculpe la tardanza, que desea? señorita"

-oh, no se preocupe~ amm pues me gustaría un frapuccino y un porción grande de pie de limón ~

La joven maid anoto la orden y fue en búsqueda del pedido, mientras yo bostezaba debido al cansancio, tendría que empezar a dormir mas horas... pero no se me da la oportunidad, entre la escuela, mis practicas... creo que tendría que empezar a organizarme.

para mi sorpresa, una mariposa se poso justo delante mio, sobre la mesa, que hermoso ser! ay... quería agarrarla... pero se escaparía, oh dios! solo un ratito, luego la soltaría, con cuidado empece a acercar mi mano despacio esperando que el pequeño insecto no se percatara de nada, solo esperaba que nadie la asustara...

Ya habían pasado un par de horas luego del mediodía, el astro rey no estaba del todo vanidoso y una fresca brisa armonizaba con excelente tino el ambiente de la ciudad. Para una persona rutinaria y con algo de tiempo libre, era el momento ideal para dar un paseo unicamente con sus pies de transporte y su imaginación de motor, esperando que eso sea el guía suficiente. El rubio se apresuró un poco, el estómago le estaba empezando a jugar una mala pasada y el no desayunar era el núcleo del problema, la próxima vez trataría de no levantarse tan tarde, había sido una noche llena de papeleos, a duras penas consiguió clausurar sus ojos unas cuantas horas previas al amanecer.

Caminando por las vastas calles de Glass City, recordó que los trabajadores del Sello mencionaban en sus charlas de experiencias diaras un café bastante llamativo, con un servicio de primera y atendido por chicas en esos tan populares trajes maid. Recordó entonces el lugar, en otras oportunidades ya había pasado cerca del sitio y es más, estaba convencido que su nariz tenía la memoria de cómo olía ese café. Iluminado por sus instintos, emprendió el camino y no pasaron exagerados minutos hasta que apareció lo suficientemente cerca al Dolce Ristretto, tal y como lo indicaba su colorido y elegante cartel. Sonrió levemente y prosiguió, cambiando de a pocos su andar hasta cortar al máximo su distancia con la entrada exterior del local y pegar un abrupto brinco...

- ¡Buenas tardes a todos! ¿Cómo les va, bien? Me alegro, sigan por favor, sigan, aquí pasó nada... ¿Está bueno ese panecillo compañero? Hahaha, dale, disfrútalo disfrútalo. - Pronunció con total desenfreno, pero sin exagerar esta vez en sus gestos; caminando luego, dedicándole las últimas palabras a un solitario hombre y palpándole el hombro con serenidad. En ese momento no se percató, pero sus ojos se desviaron al rato cuando una mariposa de tamaño prudente revoloteó alejándose de una mesa, dirigió su atención a los alrededores y divisó a una joven de cabellos blancos, al parecer concentrada en el susodicho insecto.

Blake rió y movió toda su humanidad encaminándola hasta el lugar de la muchacha, no sin antes despertar de conciencia brevemente y proclamar la atención de alguna mesera. - ¡Amiga, sí sí, aquí por favor! Ahm... - Se detuvo brevemente tratando de leer la etiqueta que llevaba su nombre. - La... Laura, Laura, disculpa que te moleste pero por favor, desearía una taza de café, super mega cargado, sin azúcar. Y una docena de esos panecillos, como los que anda comiendo el sujeto de allá... - Le habló acercándose un poco más a la mujer y señalándole de espaldas al tipo que saludó previamente. Tras aquello, la bella maid le respondió con una agradable afirmación de rostro y él, devolvió el gesto con un amigable guiño.

- ¡Yo, muchacha! ¿Cómo has estado Teodorica?... Es un placer verte después de tiempo, cada día que pasa te conviertes en toda una mujer, cuídate de los pervertidos eh... Haha. - Le hablaba ahora a la chica de los cabellos blancos, era obvio que se notaba harta confianza en sus palabras, pero el conocerla, eso estaba en duda, parecía que el rubio sólo improvisaba una presentación bastante extraña; poco se le podía hacer, él era así de aventado y con nula vergüenza en todo su ser. - Espero no te moleste si te robo un lugar en tu mesa, no me gusta comer solo y descuida, no soy ningún acosador, creo que soy lo bastante alegre como para dedicarme a eso. Ahora sí ya, ¿cómo te llamas?... Yo soy Blake y contrario a mi apariencia tengo el alma bastante joven créeme. Hahahaha - Le siguió conversando a la joven mientras arrimaba una silla y la acomadaba para poder tomar el asiento correspondiente en su mesa. De su rostro, no se le borraba ese cálido resplandor de los ojos y la sonrisa estaba perenne, como si hubiera nacido así.

un poco mas Odette, solo un poquito mas y ese hermosos ejemplar de mariposa naranja iba a estar en tus manos...al menos el podes de tu concentración en semejante momento inútil te ayudo a ignorar todo el estruendo generado por el hombre desconocido, pero dicha concentración se iba a ir al reverendo diablo cuando una persona, con un tono de voz alto, hizo que el hermoso insecto se fuera volando.

Así como apreciar mi vida yéndose, la hermosa mariposa se alejo del lugar, suspire pesadamente y baje la cabeza tanto que llegue a golpearme contra la mesa sin inmutarme por ello.

-casi....

para suerte del sujeto que ahora se había sentado sin aviso en mi mesa, estaba de buen humor, como siempre, así que volví a mi clásica sonrisa, era alguien gracioso, se notaba mucho en su manera de hablar y actual, aunque algo prepotente, esperen, use bien esa palabra? uhmmm no se, bueno, no importa.

-no no no, no me molesta, es genial compartir la mesa con alguien a quien no conoces pero es una buena excusa para socializar no?

dije de forma animada aun lamentando no poder agarrar la mariposa pero al perder un insecto tan bonito podía ganar una nueva amistad interesante, no? EL hombre se presento y como yo era toda una señorita, debía corresponder al respeto.

-un gusto Blake~ mi nombre es Odette Odin, puede decirme de cualquiera de los dos, respondo a cualquiera ehehe


su siguiente comentario me causo risa, pero tenia razón

-cierto cierto, uno es joven por dentro, que importa el exterior, verdad?

me reí con ganas por un rato en lo que veía a la maid traer las ordenes, si que era mucho, aunque creo que debí pedir el pastel entero... maldita sea mi estomago que nunca queda satisfecho!.

-y... que anda haciendo por estos lares?

había que comenzar una charla, no? no no no, fuera espíritu del aburrimiento-.

- ¡Anda, pero qué bonito! Odette... Aaahhh, te envidio, el mío es tan común, aunque bueeeno... admito que el Jagger como que le da toque de clase... Ha ha - Comentó luego que la peliblanca le revelara de manera tan grácil su nombre. Estaba fascinado, aquella muchacha tenía mirada dulce, pero al mismo tiempo su figura entera irradiaba un aura bastante elegante; todo sumado, provocó en él una rápida sonrisa a medio construir.

En el acto y antes que pudiese volver a decir palabra alguna, mientras Odette proseguía sus comentarios, la camarera del lugar le traía al rubio sus pedidos, ese café tan aromático de humareda abstracta y la docena de panecillos tan bien calentados, como recién salidos del horno. Mientras la escuchaba, no pudo resistirse a promover un aspiramiento de gran volúmen, inflando su pecho con pacible exageración y terminando luego con una mirada un tanto extasiada.

- ¡Mira qué banquete, personas como nosotros, jóvenes, agraciadas y de alma eterna debemos comer hasta morir! Venga pequeña, te comparto los panecillos, creo que hay suficientes para saciarnos, comamos hasta que nuestras panzas estén peor que globos... ¿Qué dices? - Pronunció con gran entusiasmo en sus palabras, moviendo sus manos de lado a lado y articulando rapidamente sus dedos por encima de la bandeja, tratando de decidir cuál de todos coger. En cuanto encontró el suyo, no puso resistencia y con la mínima muestra de compasión, se lleno la boca con el cálido panecillo, masticándolo tal hamster.

- Ueno da verdad, simpemente tenía ed hambre más gande de la vida, deperté más hambriento que de cotumbre... Ñom, ñom... - Respondía mientras se embutía dos panecillos más, ¿será que no se daba cuenta de su mala educación al hablar con la comida todavía en el interior de la boca?, a lo mejor lo hacía por costumbre ya, no sentía que había un desconocido frente suyo. - Edcuché que este eda el mejor dugar pada comer... *glup*... Ehem... Me comentaron que los dulces, las tortas y los panes era de más deliciosos y bueno, aunque parezca mentira, parece que tenían toda la razón. ¿Y qué me dices de ti, qué hace una chica tan genial cómo tú una tarde tan soleada como hoy?... Respecto a eso, uhm... siento que el anaranjado del ocaso va bien con tu cabello, brilla bastante. Definitivamente ustedes las mujeres son más llamativas que nosotros los hombres... Aahhh... ya me entró la envidia de nuevo, pero sé cómo repelerla... - Volvió a dirigirse, sin dejar de sonreír en todo momento, arrecostándose un poco más en la silla y apoyando su pierna sobre la otra, como todo un varón. - ¡Ah y claro! ¿A qué te dedicas?... Aahhmm... - De inmediato y al terminar, se llevó de nuevo un panecillo, pero esta vez no se lo tragó, simplemente le dió un gran mordisco dejando unicamente su otra mitad.

-oye, no menosprecies tu nombre~ no conozco a ningún Blake, así que eso te muchos puntos!

sonreí amplia-mente como siempre, y pronto llego la camarera con la cantidad exagerada de panecillos y de paso mi orden, oh dios! este sujeto tenia el mismo apetito que yo seguramente! de pensar que podía ordenar todo eso me hubiera pedido dos lemon pie juntos....que decepción a mi estomago.

comencé a comer apenas me dejo el plato en la mesa, escuchando atentamente expresarse de manera tan gloriosa a los dulces, me pregunto si tenia a algún hermano perdido de otra dimensión, porque yo haría lo mismo!. Y en efecto, cuando le vi engullir los panecillos como si no hubiera mañana pero saboreando, era como, oh gloria! ven a mis brazos hermanos glotón!

-jajajaja! muchas personas no nos entienden! yo adoro comer! sinceramente si pudiera casarme con un plato de comida y tener muchos platitos de comida seria muy feliz~~ aunque mis planes es casarme con una almohada... muuuuchas almohaditas.... oh si que dicha~

me quede un tanto embelesada al pensar en eso, creo que fantaseaba de mas, pero no me importaba.

-que hago? pues vine a tocar el violonchelo un rato, aunque la gente creyó que lo hacia de limosna y ahora me pagare la cena jajajaja

sinceramente gane bastante dinero... se sintió raro pero mi estomago lo agradeció y mucho, seguí con lo mio sin, obviamente, dejar de prestarle atención al noble joven con gran apetito delante mio.

-dedicarme? ammm soy estudiante, voy en segundo año de la escuela musette~ y tu?