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Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
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Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
No tenía nada interesante que hacer pero sus pasos lo llevaron de forma casi involuntaria al hospital Saint-Rémy, un sitio que suponía estaba ocupado por una infinidad de humanos enfermos. Si había algo que Ayato no podía soportar era la decadencia, y aún cuando prefería dar caza a sus víctimas no le supondría ninguna molestia saciarse de algunos pelmazos en silla de ruedas o con alguna enfermedad terminal.
No soy un tipo misericordioso, deberían estar agradecidos.
Con este pensamiento trepó los árboles que bordeaban la fachada del hospital, oculto entre las ramas y guiado por su olfato. Dar muerte a una persona en sufrimiento era siempre algo bueno, pero eso tampoco impediría que se divirtiera un rato con sus víctimas. Les haría pensar que el mismo demonio acudió en su rescate para llevárselos consigo. El sabor de la sangre de un enfermo no contaba con la misma calidad que la de una persona sana, pero no tenía nada mejor que hacer y era demasiado temprano como para atacar a alguien en la calle.
– Buen olor... – masculló de pronto al captar la rica esencia de sangre humana, específicamente de una mujer joven. Provenía del tercer piso.
No soy un tipo misericordioso, deberían estar agradecidos.
Con este pensamiento trepó los árboles que bordeaban la fachada del hospital, oculto entre las ramas y guiado por su olfato. Dar muerte a una persona en sufrimiento era siempre algo bueno, pero eso tampoco impediría que se divirtiera un rato con sus víctimas. Les haría pensar que el mismo demonio acudió en su rescate para llevárselos consigo. El sabor de la sangre de un enfermo no contaba con la misma calidad que la de una persona sana, pero no tenía nada mejor que hacer y era demasiado temprano como para atacar a alguien en la calle.
– Buen olor... – masculló de pronto al captar la rica esencia de sangre humana, específicamente de una mujer joven. Provenía del tercer piso.
Última edición por Ayato el Sáb Dic 14, 2013 2:11 am, editado 2 veces
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
No era la primera vez que se tropezaba pero esta vez fue distinto al caer en una tienda cerca de un aparador, las cosas de este no tuvieron piedad por su cabeza por lo que no recuerdo mucho como llegó al hospital. Solo se despertó en una cama, con una venda en la cabeza y algunas más en los brazos y piernas. Le dolían pero ya estaba acostumbrada a esos Dolores, con excepcion del de la cabeza pero no era tan fuerte, solo cuando posaba una mano en la venda. Se incorporó y en unos segundos llegó el doctor. Una vez que vio a Zephaniah comenzó a hacerle preguntas sobre lo ocurrio. Como siempre, la pelirroja lo relataba como si se tratara de una gran Aventura, exagerando en sus expresiones y movimientos para darse a entender major. El doctor, con aquel sereno rostro, solo miraba la pequeña actuacion de la chica.
-Así que solo se tropezo con su pie…- Anoto algo en una libreta, lo que le dio mucha curiosidad por saber que era así que se incline para leerlo, el doctor lo aparto enseguida- tendra que darme un número de teléfono de un familiar- al escuchar eso los ojos brillosos de Zep se tornaron un poco opacos pero con una sonrisa le dio el teléfono de su padre. No sabía para qué, solo esperaba que su padre no fuera tan frío en sus palabras. No quería oír la conversación por lo que salió, no sin antes preguntarle al doctor donde se encontraba un expendio de dulces. El doctor le dio indicaciones pero zep no le prestaba atención aunque parecía que si lo hacía.
Comenzó a caminar sin ningun rumbo, mirando con curiosidad por los pasillos que transitaba, todos tenían la misma ropa, poco después descubrió que ella misma tenía puesto algo similar. Era la primera vez que visitaba un hospital, cuando se enfermaba iba un doctor a la mansion. Todo le parecía blanco, como pureza aunque le incomodaba un poco las miradas de trizteza de las personas. Se preguntaba qué es lo que podia hacer por ellos y, cuando se dio cuenta, al dar vuelta en una esquina se encontraba en un pasillo sin salida, parpadeo un par de veces, ladeando la cabeza-¿Dónde me encuentro?- preguntó en voz alta dándose la vuelta pero nada le era conocido. Tenía hambre y esperaba que su caminata sin rumbo fijo la llevara a los dulces o al menos donde se encontraban las demás personas y doctores.
-Así que solo se tropezo con su pie…- Anoto algo en una libreta, lo que le dio mucha curiosidad por saber que era así que se incline para leerlo, el doctor lo aparto enseguida- tendra que darme un número de teléfono de un familiar- al escuchar eso los ojos brillosos de Zep se tornaron un poco opacos pero con una sonrisa le dio el teléfono de su padre. No sabía para qué, solo esperaba que su padre no fuera tan frío en sus palabras. No quería oír la conversación por lo que salió, no sin antes preguntarle al doctor donde se encontraba un expendio de dulces. El doctor le dio indicaciones pero zep no le prestaba atención aunque parecía que si lo hacía.
Comenzó a caminar sin ningun rumbo, mirando con curiosidad por los pasillos que transitaba, todos tenían la misma ropa, poco después descubrió que ella misma tenía puesto algo similar. Era la primera vez que visitaba un hospital, cuando se enfermaba iba un doctor a la mansion. Todo le parecía blanco, como pureza aunque le incomodaba un poco las miradas de trizteza de las personas. Se preguntaba qué es lo que podia hacer por ellos y, cuando se dio cuenta, al dar vuelta en una esquina se encontraba en un pasillo sin salida, parpadeo un par de veces, ladeando la cabeza-¿Dónde me encuentro?- preguntó en voz alta dándose la vuelta pero nada le era conocido. Tenía hambre y esperaba que su caminata sin rumbo fijo la llevara a los dulces o al menos donde se encontraban las demás personas y doctores.
Invitado- Invitado
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Un impulso le bastó para adentrarse en una de las ventanas a medio abrir del edificio, fue una tarea sencilla para él. Al cabo de un segundo se encontraba asomando su cabeza hacia el interior de la habitación donde al parecer yacía un hombre dormido en una cama. Ayato supuso que se trataba de uno de los pacientes del lugar; con una rapidez y un sigilo dignos de un vampiro se introdujo en el cuarto, bordeó la cama del hombre y se le quedó observando. Tenía conectado a su brazo una bolsa de transfusión de sangre y estaba rodeado de unas extrañas máquinas que al parecer le tomaban el pulso.
Patético... pensó poco antes de inclinarse hacia él y cubrir su boca con la mano diestra. El tipo no superaba los cuarenta años de edad, Ayato se preguntó cuántos litros de sangre había perdido el hospital en su recuperación poco antes de que le atravesara el estómago con su mano desnuda. El humano se despertó de golpe y dejó escapar un alarido estremecedor ahogado ligeramente por la mano del dhampiro, quien empezaba a romperle la mandíbula de tan fuerte que lo presionaba. Los ojos de Ayato se encendieron en un intenso color carmesí al sentir la esencia de la sangre desparramándose bajo él, aumentando su sed, le clavó una mirada ansiosa a su víctima, quien solo podía pensar que se trataba de un demonio.
Al cabo de un momento Ayato escuchó varios pasos que se aproximaban al cuarto a gran velocidad. Antes de que los doctores y las enfermeras pudieran acudir a la ayuda del paciente, el dhampiro retiró su mano de la víctima y se hizo invisible para escabullirse en un rincón, algo irritado por la interrupción. Se le dificultó un poco la retirada por la gran cantidad de gente conglomerada al rededor de la víctima: corrían de un lado a otro buscando utensilios para suturarle la herida, sin poder dar razones lógicas de lo ocurrido. Apenas tuvo la oportunidad salió corriendo por la puerta con su apariencia invisible, hasta que tropezó torpemente con una muchacha de cabello rojo que deambulaba por los pasillos.
Patético... pensó poco antes de inclinarse hacia él y cubrir su boca con la mano diestra. El tipo no superaba los cuarenta años de edad, Ayato se preguntó cuántos litros de sangre había perdido el hospital en su recuperación poco antes de que le atravesara el estómago con su mano desnuda. El humano se despertó de golpe y dejó escapar un alarido estremecedor ahogado ligeramente por la mano del dhampiro, quien empezaba a romperle la mandíbula de tan fuerte que lo presionaba. Los ojos de Ayato se encendieron en un intenso color carmesí al sentir la esencia de la sangre desparramándose bajo él, aumentando su sed, le clavó una mirada ansiosa a su víctima, quien solo podía pensar que se trataba de un demonio.
Al cabo de un momento Ayato escuchó varios pasos que se aproximaban al cuarto a gran velocidad. Antes de que los doctores y las enfermeras pudieran acudir a la ayuda del paciente, el dhampiro retiró su mano de la víctima y se hizo invisible para escabullirse en un rincón, algo irritado por la interrupción. Se le dificultó un poco la retirada por la gran cantidad de gente conglomerada al rededor de la víctima: corrían de un lado a otro buscando utensilios para suturarle la herida, sin poder dar razones lógicas de lo ocurrido. Apenas tuvo la oportunidad salió corriendo por la puerta con su apariencia invisible, hasta que tropezó torpemente con una muchacha de cabello rojo que deambulaba por los pasillos.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Cuando volvió a retomar el camino se tranquilizo el ver a los pacientes, ahora lo iba a hacer bien preguntando donde se hallaba un expendio de dulces pero al acercarse a una enfermera ella corrió a un cuarto. Intento con otra enfermera y un doctor pero ocurrió lo mismo y en el mismo cuarto. Se quedo quieta ladeando la cabeza preguntándose por que alguien recibía tanta atención. Comenzaba a tener conclusiones pero todas muy fantasiosas. Una era que el paciente tuviera una recuperación milagrosa gracias a su ángel guardián o fuera una persona muy importante, como un rey que quería un capricho.
Quería verlo pero dando solo unos pasos algo le impidió pasar, había chocado con alguien. No supo enseguida quien era por que enseguida hizo una reverencia en señal de una disculpa- Lo siento mucho, no vi por donde pasaba y suelo chocar con las personas. Quería ver quien se encontraba en la habitación y no aguantaba ala curiosidad por eso decidí caminar rápido, por los letreros que vi no preste atención al frente y…-Al momento de incorporarse miro enfrente de ella no encontrándose con nadie. Parpadeo un par de veces rápido, confundida. Sentía la presencia de alguien, ella era algo sensible en ese aspecto debido a su linaje familiar que practicaban el esoterismo.
-¿Hay alguien aquí?- Comenzaba a decir, entonces sus ojos comenzaron a brillar- Tal vez este frente a una criatura sobre natural que emoción¡¡- Grito sin medir el tono de su voz, algunas personas voltearon a verla extrañados pero pronto perdieron la atención debido a lo ocurrido en el otro cuarto y por que pensaban que tenia algunas alucinaciones debido al golpe en la cabeza que recibió- ¿Aun sigues aquí? Quiero platicar contigo, también ser tu amiga, aunque claro ahora no estoy en buenas condiciones, hace rato me golpee en la cabeza y me duele pero creo que estaré bien y ¿Sabes que es lo que pasa en el otro cuarto? Parece que toda la gente se ah acercado- Se quedo callada esperando que tuviera respuesta alguna, como una señal con una gran sonrisa en los labios.
Quería verlo pero dando solo unos pasos algo le impidió pasar, había chocado con alguien. No supo enseguida quien era por que enseguida hizo una reverencia en señal de una disculpa- Lo siento mucho, no vi por donde pasaba y suelo chocar con las personas. Quería ver quien se encontraba en la habitación y no aguantaba ala curiosidad por eso decidí caminar rápido, por los letreros que vi no preste atención al frente y…-Al momento de incorporarse miro enfrente de ella no encontrándose con nadie. Parpadeo un par de veces rápido, confundida. Sentía la presencia de alguien, ella era algo sensible en ese aspecto debido a su linaje familiar que practicaban el esoterismo.
-¿Hay alguien aquí?- Comenzaba a decir, entonces sus ojos comenzaron a brillar- Tal vez este frente a una criatura sobre natural que emoción¡¡- Grito sin medir el tono de su voz, algunas personas voltearon a verla extrañados pero pronto perdieron la atención debido a lo ocurrido en el otro cuarto y por que pensaban que tenia algunas alucinaciones debido al golpe en la cabeza que recibió- ¿Aun sigues aquí? Quiero platicar contigo, también ser tu amiga, aunque claro ahora no estoy en buenas condiciones, hace rato me golpee en la cabeza y me duele pero creo que estaré bien y ¿Sabes que es lo que pasa en el otro cuarto? Parece que toda la gente se ah acercado- Se quedo callada esperando que tuviera respuesta alguna, como una señal con una gran sonrisa en los labios.
Invitado- Invitado
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Algo aturdido por el repentino choque, Ayato se agarró del muro para no caer, quedando justo en frente de una extraña pelirroja que no parecía del todo asustada por el encuentro. Mala cosa, espantarla hubiera sido la solución más sencilla para él. Tras un breve instante de reflexión, el dhampiro concluyó que podía escabullirse por los pasillos sin la necesidad de tomarla en cuenta, después de todo estaban en un hospital y los doctores creerían que no se trataba de otra cosa más que de una alucinación ante el shock o algo así.
Pero apenas la muchacha se incorporó ante él, Ayato le observó fijamente, inclinándose hacia ella sin que pudiese notarlo, estudiando su rostro, el bello sombreado que delineaba su garganta y se movía mientras hablaba, para luego bajar a su busto. Era muy linda y contaba con atributos bastante apetecibles, lo cual despertaba en Ayato una serie de sensaciones ligadas a su masculinidad y a su condición de dhampiro. Pudo captar el aroma que provenía de su cabello y de sus heridas, por lo que sintió que la boca empezaba a hacérsele agua.
Observándole con un imperceptible rubor, la chiquilla se puso a gritar de lo emocionada que se sentía de estar en presencia de un ser sobrenatural, lo cual le alteró bastante pero gracias al ajetreo de la habitación contigua pudo pasar desapercibido. Nadie parecía haberle escuchado.
Consternado, el dhampiro se aproximó a ella con descaro y le habló al oído.
- Está bien, haré lo que sea si me ayudas a salir de aquí - dijo en un murmullo, con la mirada clavada en el personal médico. No dejaban de moverse de un lado a otro, parecían encontrarse en la zona de urgencias por lo que salir a la recepción o al patio no les supondría una tarea fácil. Pero su principal problema era que no podía hacerse visible con el brazo derecho teñido de rojo por la sangre del sujeto que acababa de atacar. - Solo sé cuidadosa y no llames la atención - le ordenó a la muchacha, alejándose un poco para observarla con seriedad aún cuando ella no podía verle.
Pero apenas la muchacha se incorporó ante él, Ayato le observó fijamente, inclinándose hacia ella sin que pudiese notarlo, estudiando su rostro, el bello sombreado que delineaba su garganta y se movía mientras hablaba, para luego bajar a su busto. Era muy linda y contaba con atributos bastante apetecibles, lo cual despertaba en Ayato una serie de sensaciones ligadas a su masculinidad y a su condición de dhampiro. Pudo captar el aroma que provenía de su cabello y de sus heridas, por lo que sintió que la boca empezaba a hacérsele agua.
Observándole con un imperceptible rubor, la chiquilla se puso a gritar de lo emocionada que se sentía de estar en presencia de un ser sobrenatural, lo cual le alteró bastante pero gracias al ajetreo de la habitación contigua pudo pasar desapercibido. Nadie parecía haberle escuchado.
Consternado, el dhampiro se aproximó a ella con descaro y le habló al oído.
- Está bien, haré lo que sea si me ayudas a salir de aquí - dijo en un murmullo, con la mirada clavada en el personal médico. No dejaban de moverse de un lado a otro, parecían encontrarse en la zona de urgencias por lo que salir a la recepción o al patio no les supondría una tarea fácil. Pero su principal problema era que no podía hacerse visible con el brazo derecho teñido de rojo por la sangre del sujeto que acababa de atacar. - Solo sé cuidadosa y no llames la atención - le ordenó a la muchacha, alejándose un poco para observarla con seriedad aún cuando ella no podía verle.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Todo su cuerpo tembló al sentir esa voz muy cerca de su oído y es que no se lo esperaba pero le presto atención asintiendo a lo que decía. Ya tenia una misión importante que hacer y estaba dispuesta a hacerlo a toda costa- Esta bien, te guiare hasta la salida, con el sigilo de un gato nya~-comento poniendo sus manos en una pose felina, su expresión cambio a una igual, tipo anime- Por favor sígame señor sobrenatural, yo lo único que deseo es que sea mi amigo y poder verlo- sin mas preámbulo comenzó a caminar hacia un elevador olvidándose completamente de aquel asunto del cuarto. Caminaba dando pequeños saltitos, no sabia realmente por donde iba pero confiaba completamente en sus instintos.
Tuvo suerte que en esta ocasión no se perdiera tanto, logrando encontrar un elevador a los diez minutos de búsqueda pero casi llegando el doctor que la atendió se puso delante de ella, se detuvo mirándole muy confundida-“Señorita Marethyu hable a su casa. Parece que su padre se encuentra en un viaje de negocios y me contesto uno de sus sirvientes. Me comunico que usted no tiene en esta ciudad un tutor legal”-Zep se encogió de hombros y por un momento el brillo en sus ojos parecía apagarse solo asintiendo- “Entonces no puedo darle de alta dejarle salir, hasta que un tutor venga por usted y arreglar unos papeles”-
Ella por un momento se alarmo pero enseguida volvió en su rostro esa sonrisa un poco tonta- Pero ya me siento mejor, enserio, y no quiero causar problemas al director de la escuela ¿Podría volver a hablar a la casa de mi padre y ver si alguien puede venir? Tal vez una tía que vive cerca de la ciudad quiera venir, solo pida sus datos por que yo no se sus datos-El doctor no estaba tan convencido pero ella se mantenía tranquila- Yo seguiré en búsqueda de dulces- por fin accedió dejándola sola, o eso es lo que el pensaba pues aun estaba a su lado el vampiro, invisible claro.
-Perdone señor sobrenatural, vayamos rápido a la salida, ya estamos muy cerca- se subió al elevador apretando el botón de la planta baja. En la planta baja caminaron otros diez minutos, hasta encontrar una puerta. En ese transcurso le hablaba de cosas sin importancia como el clima o los programas actuales que presentaba la televisión, todo el mundo que la veía pasar pensaba que hablaba sola. Al ver a puerta zephaniah sintió un gran orgullo- Bien ya es la salida- la abrió de golpe, el lugar estaba vacío y no parecía la salida. Era un lugar lleno de plantas y arboles, junto con bancas, parecía ser un patio, esto la desanimo mucho- Lo siento, parece que no te guié a la salida como lo prometí.
Tuvo suerte que en esta ocasión no se perdiera tanto, logrando encontrar un elevador a los diez minutos de búsqueda pero casi llegando el doctor que la atendió se puso delante de ella, se detuvo mirándole muy confundida-“Señorita Marethyu hable a su casa. Parece que su padre se encuentra en un viaje de negocios y me contesto uno de sus sirvientes. Me comunico que usted no tiene en esta ciudad un tutor legal”-Zep se encogió de hombros y por un momento el brillo en sus ojos parecía apagarse solo asintiendo- “Entonces no puedo darle de alta dejarle salir, hasta que un tutor venga por usted y arreglar unos papeles”-
Ella por un momento se alarmo pero enseguida volvió en su rostro esa sonrisa un poco tonta- Pero ya me siento mejor, enserio, y no quiero causar problemas al director de la escuela ¿Podría volver a hablar a la casa de mi padre y ver si alguien puede venir? Tal vez una tía que vive cerca de la ciudad quiera venir, solo pida sus datos por que yo no se sus datos-El doctor no estaba tan convencido pero ella se mantenía tranquila- Yo seguiré en búsqueda de dulces- por fin accedió dejándola sola, o eso es lo que el pensaba pues aun estaba a su lado el vampiro, invisible claro.
-Perdone señor sobrenatural, vayamos rápido a la salida, ya estamos muy cerca- se subió al elevador apretando el botón de la planta baja. En la planta baja caminaron otros diez minutos, hasta encontrar una puerta. En ese transcurso le hablaba de cosas sin importancia como el clima o los programas actuales que presentaba la televisión, todo el mundo que la veía pasar pensaba que hablaba sola. Al ver a puerta zephaniah sintió un gran orgullo- Bien ya es la salida- la abrió de golpe, el lugar estaba vacío y no parecía la salida. Era un lugar lleno de plantas y arboles, junto con bancas, parecía ser un patio, esto la desanimo mucho- Lo siento, parece que no te guié a la salida como lo prometí.
Invitado- Invitado
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
El asunto no resultó tan fácil, mientras ella caminaba Ayato se esforzaba en mantenerse cerca de su metro cuadrado, casi pisándole los talones. Un doctor les detuvo para tener una charla con ella al respecto de su tutor y su autorización, evidenciando que estaba tratando con una menor de edad. Eso estaba bien, sería más fácil de engañar... Pero ¿en serio iba a confiar su identidad en ella? No sentía culpa ni remordimiento de sus acciones, simplemente quería salir de allí impune.
Aún cuando Ayato le había pedido que no llamara la atención parecía ser una tarea medianamente imposible para la muchacha, además de tener gestos peculiares no tenía ningún reparo en hablarle en ausencia de otra persona y con suma claridad, ¿acaso quería que le tomaran por loca? No podía bajar la guardia, si realizaba cualquier movimiento sospechoso tendría que deshacerse de ella, pero hasta el momento parecía ser bastante sincera con lo que decía.
No queda otra más que seguir a la loca.
Una vez la charla con el médico terminó pudieron tomar el ascensor hacia una puerta que parecía ser la salida, pero no estaban más alejados de la realidad.
Era un jardín, el jardín del hospital. Un lugar demasiado público, rodeado de muros que no tenían acceso a la calle principal, no le servía.
Con esto en mente se acercó nuevamente al oído de la pelirroja y susurró:
- Está bien, con que me lleves a un baño me conformo. Da igual si es de hombres o de mujeres - pidió en voz baja y grave, intentando pasar desapercibido para las enfermeras que rondaban el sitio. Sin embargo Ayato no se percató que la duración de su poder de invisibilidad había llegado a su límite, los veinte minutos habían transcurrido ya.
Y ahí se encontraba él, muy cerca de la humana con la ropa goteando sangre ajena y con más de la mitad del brazo teñida en carmesí, como si lo hubiera hundido en una piscina de pintura.
Aún cuando Ayato le había pedido que no llamara la atención parecía ser una tarea medianamente imposible para la muchacha, además de tener gestos peculiares no tenía ningún reparo en hablarle en ausencia de otra persona y con suma claridad, ¿acaso quería que le tomaran por loca? No podía bajar la guardia, si realizaba cualquier movimiento sospechoso tendría que deshacerse de ella, pero hasta el momento parecía ser bastante sincera con lo que decía.
No queda otra más que seguir a la loca.
Una vez la charla con el médico terminó pudieron tomar el ascensor hacia una puerta que parecía ser la salida, pero no estaban más alejados de la realidad.
Era un jardín, el jardín del hospital. Un lugar demasiado público, rodeado de muros que no tenían acceso a la calle principal, no le servía.
Con esto en mente se acercó nuevamente al oído de la pelirroja y susurró:
- Está bien, con que me lleves a un baño me conformo. Da igual si es de hombres o de mujeres - pidió en voz baja y grave, intentando pasar desapercibido para las enfermeras que rondaban el sitio. Sin embargo Ayato no se percató que la duración de su poder de invisibilidad había llegado a su límite, los veinte minutos habían transcurrido ya.
Y ahí se encontraba él, muy cerca de la humana con la ropa goteando sangre ajena y con más de la mitad del brazo teñida en carmesí, como si lo hubiera hundido en una piscina de pintura.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Aunque fue la segunda vez que le hablaba el chico no pudo evitar el sentir nuevamente un escalofrío pero no le tomó tanta importancia, le había dado otra oportunidad para ayudarlo y esta vez ella se esforzaría por cumplir en aquella misión a pesar de ser tan sencilla como llevarlo a un baño. Solo asintió notándose una expresión de decisión pero no pudo dar siquiera un paso cuando por fin pudo ver a la persona que estaba ayudando. Se exalto pues no se esperaba que apareciera ya en forma física tan repentinamente, parpadeo un par de veces mostrando ahora un rostro de verdadera preocupación llevándose ambas manos a la boca para no gritar por la sangre que le veía al chico. Su mirada no dejaba de ver la sangre cuando lo miro a los ojos escucho pisadas, se puso todavía mas nerviosa, no sabiendo que hacer pero al no tener tanto tiempo de pensar hizo lo primero que se le vino a la mente, abriendo la puerta que se encontraba a su derecha jalando al vampiro y metiéndolo ahí que parecía ser el cuarto de servicio, pequeño, con escobas y cubetas.
Al momento en que cerró la puerta una enfermera se acercó preguntándole qué es lo que hacía ahí, Zephaniah sonrió con inocencia explicándole que buscaba un baño, la enfermera le indico que se hallaba uno a pocos metros donde estaba, quería acompañarla pero Zep supo como convencerla de que ella iría sola y se fuera. Cuando estuvo segura de que ya no había nadie más abrió la puerta donde dejo a Ayato- Listo ya se fue la enfermera, no estamos muy lejos del baño- Comentó amablemente pero esta vez sin la energía de momentos antes, estaba un poco seria. Le tomo el brazo que no tenía sangre para guiarlo sin decir ninguna palabra, solo manteniendo la sonrisa y un leve temblor en las manos que de seguro notaria la otra persona.
-Cuando lleguemos al baño te ayudaré a lavarte la sangre, después podremos platicar mas tranquilos- Comentaba mirando adelante, los pasos que daba eran rápidos pero torpes tropeándose una vez pero pudo detenerse con la puerta del baño- Es el baño de señoritas pero no creo que alguien venga en algún tiempo, estos lugares suelen estar m-mas llenos en la mañana- Por el momento no quería saber si la sangre era de él mismo o ajena, lo único que quería era limpiarla para que así no estuviera tan nerviosa y ¿Por qué no admitirlo? Un poco incómoda.
Al momento en que cerró la puerta una enfermera se acercó preguntándole qué es lo que hacía ahí, Zephaniah sonrió con inocencia explicándole que buscaba un baño, la enfermera le indico que se hallaba uno a pocos metros donde estaba, quería acompañarla pero Zep supo como convencerla de que ella iría sola y se fuera. Cuando estuvo segura de que ya no había nadie más abrió la puerta donde dejo a Ayato- Listo ya se fue la enfermera, no estamos muy lejos del baño- Comentó amablemente pero esta vez sin la energía de momentos antes, estaba un poco seria. Le tomo el brazo que no tenía sangre para guiarlo sin decir ninguna palabra, solo manteniendo la sonrisa y un leve temblor en las manos que de seguro notaria la otra persona.
-Cuando lleguemos al baño te ayudaré a lavarte la sangre, después podremos platicar mas tranquilos- Comentaba mirando adelante, los pasos que daba eran rápidos pero torpes tropeándose una vez pero pudo detenerse con la puerta del baño- Es el baño de señoritas pero no creo que alguien venga en algún tiempo, estos lugares suelen estar m-mas llenos en la mañana- Por el momento no quería saber si la sangre era de él mismo o ajena, lo único que quería era limpiarla para que así no estuviera tan nerviosa y ¿Por qué no admitirlo? Un poco incómoda.
Invitado- Invitado
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
No supo exactamente qué ocurrió en los segundos subsiguientes, sin decirle nada la mujer le tomó del brazo y lo encerró en una especie de... ¿Habitación contigua? No, era el cuarto de los auxiliares, no tardó en verse rodeado de traperos y cubetas. Indignado y sumido en la confusión, Ayato estuvo a punto de hacer un gran alboroto y de tirar la puerta de este reducido espacio, pero cuando escuchó la voz de la enfermera en el exterior entendió lo que sucedía.
Extendió sus manos ante sí y comprobó con gran sorpresa su temor: el poder de invisibilidad había desaparecido por completo, no quedaba ni pisca de él. Ni siquiera había caído en cuenta del paso del tiempo, detestaba no calcular bien estos intervalos, sobretodo en una situación crítica como aquella. Su ceño se arrugó y apretó los puños con los nervios bastante crispados; este estado lo acercaba más a un humano que a un vampiro, era una sensación que no soportaba.
Pero aún existía un elemento a su favor. La chiquilla estaba intentando ayudarle, solo por eso guardó discreción y esperó a su siguiente movimiento. Debía hacer lo posible por mantenerla de su lado sino tendría que matarla.
Pero... ¿Realmente me encuentro en condiciones de matar a alguien?
Antes de llegar a la resolución de este problema, la pelirroja abrió la puerta y lo sacó de sus cavilaciones, para luego guiarlo en dirección a los lavabos. Al juzgar por su expresión, bastante menos entusiasta que minutos atrás, sabía que podía verle con claridad... No solo a él, sino también que al charco de sangre que bañaba su brazo derecho.
De pronto, se detuvieron en medio del pasillo, ante una puerta.
- Es el baño de señoritas pero no creo que alguien venga en algún tiempo, estos lugares suelen estar m-más llenos en la mañana - le escuchó decir con algo de inseguridad.
- ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! - Respondió Ayato, ansioso, cerciorándose que nadie les observaba antes de entrar al lugar sin siquiera pedir permiso, jalando del brazo de la niña. Una vez allí, el dhampiro paseó la vista por el lugar, manteniendo sus sentidos en alerta y comprobando que se encontraba vacío. Sin embargo, apenas distinguió el gran espejo que reflejaba su imagen en al menos seis puntos del lugar, se volvió rápidamente y se encerró junto a la chiquilla en el último cubículo.
- Tch, eso estuvo cerca... - murmuró, pegando su espalda al muro. Una expresión ligeramente aterrorizada se dibujó en su rostro, no por la idea de ser descubierto sino más bien por haber sido capaz de verse en el espejo. No creyó encontrarse tan vulnerable.
Extendió sus manos ante sí y comprobó con gran sorpresa su temor: el poder de invisibilidad había desaparecido por completo, no quedaba ni pisca de él. Ni siquiera había caído en cuenta del paso del tiempo, detestaba no calcular bien estos intervalos, sobretodo en una situación crítica como aquella. Su ceño se arrugó y apretó los puños con los nervios bastante crispados; este estado lo acercaba más a un humano que a un vampiro, era una sensación que no soportaba.
Pero aún existía un elemento a su favor. La chiquilla estaba intentando ayudarle, solo por eso guardó discreción y esperó a su siguiente movimiento. Debía hacer lo posible por mantenerla de su lado sino tendría que matarla.
Pero... ¿Realmente me encuentro en condiciones de matar a alguien?
Antes de llegar a la resolución de este problema, la pelirroja abrió la puerta y lo sacó de sus cavilaciones, para luego guiarlo en dirección a los lavabos. Al juzgar por su expresión, bastante menos entusiasta que minutos atrás, sabía que podía verle con claridad... No solo a él, sino también que al charco de sangre que bañaba su brazo derecho.
De pronto, se detuvieron en medio del pasillo, ante una puerta.
- Es el baño de señoritas pero no creo que alguien venga en algún tiempo, estos lugares suelen estar m-más llenos en la mañana - le escuchó decir con algo de inseguridad.
- ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos! - Respondió Ayato, ansioso, cerciorándose que nadie les observaba antes de entrar al lugar sin siquiera pedir permiso, jalando del brazo de la niña. Una vez allí, el dhampiro paseó la vista por el lugar, manteniendo sus sentidos en alerta y comprobando que se encontraba vacío. Sin embargo, apenas distinguió el gran espejo que reflejaba su imagen en al menos seis puntos del lugar, se volvió rápidamente y se encerró junto a la chiquilla en el último cubículo.
- Tch, eso estuvo cerca... - murmuró, pegando su espalda al muro. Una expresión ligeramente aterrorizada se dibujó en su rostro, no por la idea de ser descubierto sino más bien por haber sido capaz de verse en el espejo. No creyó encontrarse tan vulnerable.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Ella solo lo seguía, tratando de ser lo más amable que podía. Una vez adentro iba a jalarlo hacia el lavabo pero antes de hacer aquel movimiento el chico la llevo a uno de los baños. Solo dio un pequeño grito pero fue un reflejo. No reacciono hasta segundos después viendo en que lugar se hallaba, parpadeo un par de veces- ¿Que ocurrió?-Murmuro ahora viéndole al rostro estando muy confundida, no podía ayudarlo si estaban en aquel lugar y limpiarlo con la única agua disponible en ese espacio reducido no era una opción- Si estamos en este lugar no podré limpiarte la sangre- Le comento para llevar un dedo a su propio labio inferior mirándolo, pensando en que es lo que podría hacer.
-¡Ya sé! A lo mejor a ti como a mí no te gusta ver la sangre, y mucho menos si se encuentra en tu cuerpo o ropa- Dijo llegando a esa conclusión dándole unas pequeñas palmaditas en la cabeza para tratar de tranquilizarlo-Pero eso no es ningún problema, si quieres quédate aquí e iré por agua para limpiarte y…-Ahora no sabia que utilizar para limpiarle, solo llevaba el “uniforme” del hospital. Se rasco la cabeza, sintiendo el vendaje. Enseguida que lo sintió lo retiró de la cabeza, en algunas partes se veían manchas de sangre, no muchas. Había zonas que podía mojar y así limpiarlo.
-Tú espera aquí, enseguida vuelvo- Trato de salir lo más rápido que pudo para que así el chico no pudiera ver la sangre de su brazo, que era bastante. Camino hacia el lavabo dando pequeños saltitos con un solo pie para poder distraerse y no pensar en aquello que le incomodaba, tarareando una canción corta, después un silencio absoluto lleno el lugar, seguid por el chorro de agua caer.
-¡Ya sé! A lo mejor a ti como a mí no te gusta ver la sangre, y mucho menos si se encuentra en tu cuerpo o ropa- Dijo llegando a esa conclusión dándole unas pequeñas palmaditas en la cabeza para tratar de tranquilizarlo-Pero eso no es ningún problema, si quieres quédate aquí e iré por agua para limpiarte y…-Ahora no sabia que utilizar para limpiarle, solo llevaba el “uniforme” del hospital. Se rasco la cabeza, sintiendo el vendaje. Enseguida que lo sintió lo retiró de la cabeza, en algunas partes se veían manchas de sangre, no muchas. Había zonas que podía mojar y así limpiarlo.
-Tú espera aquí, enseguida vuelvo- Trato de salir lo más rápido que pudo para que así el chico no pudiera ver la sangre de su brazo, que era bastante. Camino hacia el lavabo dando pequeños saltitos con un solo pie para poder distraerse y no pensar en aquello que le incomodaba, tarareando una canción corta, después un silencio absoluto lleno el lugar, seguid por el chorro de agua caer.
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Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
- Claro que no, estúpida... solo... estoy un poco... - intentó responder, pero antes de terminar la frase la pelirroja deshizo su propio vendaje, abrió la puerta y se retiró animosamente hacia el lavabo.
Ayato le contempló fijo, cuidando que no cometiese ningún acto que estuviese fuera de sus planes o resultara inconveniente para él. El dhampiro extendió su diestra para verla mejor, estaba auténticamente teñida en carmesí... pero eso no era lo importante. Comprendía que su poder de invisibilidad tenía ciertas limitaciones de tiempo, además que le debilitaba, pero ¿era normal que su energía hubiera decaído tanto, al punto de sentirse más humano que vampiro?
Apretó el puño ensangrentado, levantó la vista, molesto, pero la percepción del entorno le resultó algo nebulosa. Para su sorpresa, estaba mareado.
Recargó su hombro izquierdo en la pared, observando desde la puerta el proceso de limpieza. Aparentemente la chiquilla tenía la intención de limpiarle la sangre a toda costa. ¿Sentiría miedo? ¿Querría distraerle para después traicionarlo? ¿O solo consideraba que su aspecto era espantoso? Para él no existía escena más horrible que la de ver su propio reflejo o su sombra, elementos que por su condición carecía, pero que en momento como aquél volvía a recuperar como si se tratara de un humano cualquiera. Un ordinario e insignificante humano.
- Oye... ¿cómo dijiste que te llamabas? - Preguntó desde el cubículo, apoyado en la pared un tanto decaído, con el rostro notoriamente compungido.
No sabía qué hacer para salir de esa situación, ni siquiera contaba con la energía suficiente como para herirse a sí mismo y engañar a la gente del hospital, incluyéndola a ella. Un cosquilleo bastante familiar comenzó a expandirse desde la boca de su garganta hacia su interior, anticipando que la única solución sería abastecerse de un poco de eso.
Ayato le contempló fijo, cuidando que no cometiese ningún acto que estuviese fuera de sus planes o resultara inconveniente para él. El dhampiro extendió su diestra para verla mejor, estaba auténticamente teñida en carmesí... pero eso no era lo importante. Comprendía que su poder de invisibilidad tenía ciertas limitaciones de tiempo, además que le debilitaba, pero ¿era normal que su energía hubiera decaído tanto, al punto de sentirse más humano que vampiro?
Apretó el puño ensangrentado, levantó la vista, molesto, pero la percepción del entorno le resultó algo nebulosa. Para su sorpresa, estaba mareado.
Recargó su hombro izquierdo en la pared, observando desde la puerta el proceso de limpieza. Aparentemente la chiquilla tenía la intención de limpiarle la sangre a toda costa. ¿Sentiría miedo? ¿Querría distraerle para después traicionarlo? ¿O solo consideraba que su aspecto era espantoso? Para él no existía escena más horrible que la de ver su propio reflejo o su sombra, elementos que por su condición carecía, pero que en momento como aquél volvía a recuperar como si se tratara de un humano cualquiera. Un ordinario e insignificante humano.
- Oye... ¿cómo dijiste que te llamabas? - Preguntó desde el cubículo, apoyado en la pared un tanto decaído, con el rostro notoriamente compungido.
No sabía qué hacer para salir de esa situación, ni siquiera contaba con la energía suficiente como para herirse a sí mismo y engañar a la gente del hospital, incluyéndola a ella. Un cosquilleo bastante familiar comenzó a expandirse desde la boca de su garganta hacia su interior, anticipando que la única solución sería abastecerse de un poco de eso.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Estaba terminando con la venda que se quitó de la cabeza cuando escucho como el chico le pregunto su nombre, solo volteó para sonreírle, cerró la llave y el agua dejo de correr. Volvió de nuevo hacia él dando los saltos pero con más velocidad y esta vez sin entonar la canción. Cuando entró cerró enseguida la puerta para así no incomodar tanto a quien ayudaba- Mi nombre es Zephaniah, un gusto en conocerte, aunque no se aun tu nombre ¿Cómo te llamas?- Le pregunto de la forma mas amable que podía, aun tenía la sonrisa en el rostro pero se desvaneció al ver el estado en el que se encontraba el chico- No te ves nada bien, tal vez sea bueno que salgamos del baño y encontremos la salida-
Para tratar de refrescarlo llevo la venda a su frente, unas cuantas gotas cayeron de la frente de Ayato debido a la presión que hizo en ésta, en vez de limpiar el brazo todo ensangrentado que es lo que iba a hacer en un principio ahora lo principal para ella era hacer que se sintiera mejor el chico- Ya sé a lo mejor te encuentras débil por falta de comida, eso es lo que me pasa a mi, cuando me encuentro tan distraída que el tiempo pasa muy rápido y cuando menos me doy cuenta ya es muy noche y entonces mi estómago me pide algo de comer debido a toda la energía que eh gastado-Se acerca un poco más a él como una forma de centrar mas su atención en él- No sé que es lo que comes, por que aun no se que eres, tal vez podría ayudarte y buscar algo que puedas comer, solo dime que necesitas- Dijo sin dejar ni un momento de darle las atenciones que ella podía brindarle con su escaso conocimiento de cómo cuidar a una persona cuando se siente de del todo bien.
Para tratar de refrescarlo llevo la venda a su frente, unas cuantas gotas cayeron de la frente de Ayato debido a la presión que hizo en ésta, en vez de limpiar el brazo todo ensangrentado que es lo que iba a hacer en un principio ahora lo principal para ella era hacer que se sintiera mejor el chico- Ya sé a lo mejor te encuentras débil por falta de comida, eso es lo que me pasa a mi, cuando me encuentro tan distraída que el tiempo pasa muy rápido y cuando menos me doy cuenta ya es muy noche y entonces mi estómago me pide algo de comer debido a toda la energía que eh gastado-Se acerca un poco más a él como una forma de centrar mas su atención en él- No sé que es lo que comes, por que aun no se que eres, tal vez podría ayudarte y buscar algo que puedas comer, solo dime que necesitas- Dijo sin dejar ni un momento de darle las atenciones que ella podía brindarle con su escaso conocimiento de cómo cuidar a una persona cuando se siente de del todo bien.
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Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
No entendía qué le pasaba. Llevaba un par de días sin beber sangre pero no se había sentido ni mínimamente decaído por ello, probablemente el aroma y el exceso de sangre en el cuerpo del hombre que había asesinado empezaron a provocar su sed. Pero no entendía cómo esto acabó debilitándole de tal modo que sentía cómo sus músculos se acalambraban con el paso de los minutos, reduciendo sus posibilidades de movimiento.
Aún así conseguía percibir con dificultad a la pelirroja que le asistía la cabeza con su vendaje humedecido, seguramente había notado cuán mal se encontraba. Sus palabras se oían un tanto distantes, acompañadas de un eco extraño que parecía ser provocado por su propia mente, su aroma acaparaba la atención de sus fauces nasales, seduciéndolo, consiguiendo incluso endurecer una erección en su entrepierna por el escaso autocontrol que tenía de su cuerpo en esos momentos.
Zephaniah, un nombre más difícil de recordar de lo que imaginaba.
Su suposición sobre la comida era certera pero sintió miedo de decírselo, no quería que se escapara a buscarle algún desagradable bocadillo del hospital ahora que tenía la oportunidad de acercarse a un ser humano, sobretodo si se trataba de una jovencita tan bonita e ingenua. Sin previo aviso, Ayato se acercó a la humana y la envolvió en sus brazos.
- No, está bien así, solo... no te vayas - murmuró con voz ronca, hundiendo su rostro en el hombro de Zephaniah, intentando contener sus ansiosos jadeos. El olor a la sangre era perceptible incluso en su cabello, ¿sería el resultado de un accidente o algo así? - Tú tienes algo que puede hacerme sentir mejor... solo quédate quieta... - masculló excitado mientras inclinaba su rostro hacia la mejilla de la niña, la cual empezaba a rozar con el filo de lengua, aferrándose con fuerza a sus hombros.
Aún así conseguía percibir con dificultad a la pelirroja que le asistía la cabeza con su vendaje humedecido, seguramente había notado cuán mal se encontraba. Sus palabras se oían un tanto distantes, acompañadas de un eco extraño que parecía ser provocado por su propia mente, su aroma acaparaba la atención de sus fauces nasales, seduciéndolo, consiguiendo incluso endurecer una erección en su entrepierna por el escaso autocontrol que tenía de su cuerpo en esos momentos.
Zephaniah, un nombre más difícil de recordar de lo que imaginaba.
Su suposición sobre la comida era certera pero sintió miedo de decírselo, no quería que se escapara a buscarle algún desagradable bocadillo del hospital ahora que tenía la oportunidad de acercarse a un ser humano, sobretodo si se trataba de una jovencita tan bonita e ingenua. Sin previo aviso, Ayato se acercó a la humana y la envolvió en sus brazos.
- No, está bien así, solo... no te vayas - murmuró con voz ronca, hundiendo su rostro en el hombro de Zephaniah, intentando contener sus ansiosos jadeos. El olor a la sangre era perceptible incluso en su cabello, ¿sería el resultado de un accidente o algo así? - Tú tienes algo que puede hacerme sentir mejor... solo quédate quieta... - masculló excitado mientras inclinaba su rostro hacia la mejilla de la niña, la cual empezaba a rozar con el filo de lengua, aferrándose con fuerza a sus hombros.
Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Estaba más que dispuesta a ayudar a aquel ser sobrenatural, y aunque fuera humano no habría gran diferencia, quería ayudar para que tal vez él quisiera ser su amigo. Esperaba su respuesta, una aprobatoria o no pero a cambio recibió un gran abrazo, fuerte, provocando un sonrojo por toda su cara quedando paralizada, sorprendida de que tuviera tantas energías a pesar de verse enfermo.
Con el abrazo la distancia de sus cuerpos se redujo, gracias a esto el pecho de Zephaniah quedo muy junto al de Ayato. Era la primera vez que alguien la abrazaba de esa manera, dando un saltito al sentir de más, no sabía que era, bajó la mirada hasta la cabeza de Ayato- D-disculpa, no me molesta el abrazo pero sien…-Guardó silencio en el momento que lo escucho olvidándose de aquello extraño que sentía entre sus piernas, las cuales movía cuando sentía que empezaban a entumecerse-¿De verdad puedo ser de ayuda?
Pregunto con los ojos brillosos, llenos de ilusión pero se apagaron en el momento en que sintió la lengua. Un estremecimiento invadió todo su cuerpo, sus instintos primarios salieron ante la amenaza de lo que consideraba un depredador. Le decía muy fuerte en su mente que abriera la puerta y huyera lo más rápido que le permitieran sus piernas pero su mente y cuerpo no estaban conectados, no podía moverse aunque quisiera, su cuerpo tenía un ligero temblor ¿Por qué lo tenía? No sabía la razón, tragó saliva.
-¿Q-qué es lo que harás?- Preguntó en un susurro, muy bajo, entrecerrando los ojos, no dejando de temblar. Estando con miedo y nerviosa, incluso una gota de sudor bajo desde su cabeza hasta el mentón llegando a la cabeza del vampiro.
Con el abrazo la distancia de sus cuerpos se redujo, gracias a esto el pecho de Zephaniah quedo muy junto al de Ayato. Era la primera vez que alguien la abrazaba de esa manera, dando un saltito al sentir de más, no sabía que era, bajó la mirada hasta la cabeza de Ayato- D-disculpa, no me molesta el abrazo pero sien…-Guardó silencio en el momento que lo escucho olvidándose de aquello extraño que sentía entre sus piernas, las cuales movía cuando sentía que empezaban a entumecerse-¿De verdad puedo ser de ayuda?
Pregunto con los ojos brillosos, llenos de ilusión pero se apagaron en el momento en que sintió la lengua. Un estremecimiento invadió todo su cuerpo, sus instintos primarios salieron ante la amenaza de lo que consideraba un depredador. Le decía muy fuerte en su mente que abriera la puerta y huyera lo más rápido que le permitieran sus piernas pero su mente y cuerpo no estaban conectados, no podía moverse aunque quisiera, su cuerpo tenía un ligero temblor ¿Por qué lo tenía? No sabía la razón, tragó saliva.
-¿Q-qué es lo que harás?- Preguntó en un susurro, muy bajo, entrecerrando los ojos, no dejando de temblar. Estando con miedo y nerviosa, incluso una gota de sudor bajo desde su cabeza hasta el mentón llegando a la cabeza del vampiro.
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Re: Buscando el color (Zephaniah y Dante) (+18)
Guardó silencio ante su pregunta, intentaba controlar la frecuencia de su respiración, cada vez más jadeante y acelerada. Podía oler el miedo que sentía la muchacha, esto era un verdadero problema, si la situación la ponía un poco más nerviosa se apartaría y todo el plan se le iría al traste. No hallaba las fuerzas suficientes como para retenerla en caso de que se resistiera, a menos que consiguiera morderle.
Debo apresurarme...
Se encontraba más ansioso de lo normal debido al decaimiento y el sopor que de un momento a otro inundó su percepción. Su mejilla acariciaba la ajena como si de un gato se tratara, ruborizado por la excitación que endurecía su miembro, poseído por un impulso casi animal. La piel humana era tan suave y cálida, aún si aborrecía a esos seres cuya existencia no guardaba ningún significado no podía evitar sentir una gran atracción hacia sus rasgos vitales: el rubor de la piel, el aroma lleno de matices, todos eran elementos que él carecía a medias.
Aún si lo negaba, le agradaba sentir tal descontrol por la sola idea de tomar sangre ajena, era un deseo tan propio de un vampiro que conseguía poner bajo el tapete su identidad fragmentada, la raíz de todas sus inseguridades, al menos por un instante.
No esperó más tiempo antes de deslizar sus labios por el cuello de la niña y enganchar sus dientes en él, dándose paso a una dolorosa mordida para luego dejar oír los largos tragos que Ayato daba de su sangre. Una sangre dulce, deliciosa, humana... un bocado que bastaba para encender su mirada esmeralda a una carmín y recargar su cuerpo en contra la humana, buscando el contacto con desesperación.
Debo apresurarme...
Se encontraba más ansioso de lo normal debido al decaimiento y el sopor que de un momento a otro inundó su percepción. Su mejilla acariciaba la ajena como si de un gato se tratara, ruborizado por la excitación que endurecía su miembro, poseído por un impulso casi animal. La piel humana era tan suave y cálida, aún si aborrecía a esos seres cuya existencia no guardaba ningún significado no podía evitar sentir una gran atracción hacia sus rasgos vitales: el rubor de la piel, el aroma lleno de matices, todos eran elementos que él carecía a medias.
Aún si lo negaba, le agradaba sentir tal descontrol por la sola idea de tomar sangre ajena, era un deseo tan propio de un vampiro que conseguía poner bajo el tapete su identidad fragmentada, la raíz de todas sus inseguridades, al menos por un instante.
No esperó más tiempo antes de deslizar sus labios por el cuello de la niña y enganchar sus dientes en él, dándose paso a una dolorosa mordida para luego dejar oír los largos tragos que Ayato daba de su sangre. Una sangre dulce, deliciosa, humana... un bocado que bastaba para encender su mirada esmeralda a una carmín y recargar su cuerpo en contra la humana, buscando el contacto con desesperación.
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