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Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
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Music is War :: Glass City :: Área Residencial :: Mansiones
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Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
- Aah... estoy cansado.
Pietro se encontraba en la puerta de su hogar, tenia un mayordomo a su lado derecho con sus respectivas pertenencias, abrió la gran puerta de este antes que los demás sirvientes.
- Esta bien no es necesario y adelante. ah y luego de la entrada yo me ocupo.
El joven albino estaba en la puerta, al ver pasar a quienes se encontraban en la mansión, un poco decepcionado, ya que solo eran los sirvientes, les hizo una reverencia con la cabeza en forma de saludo, quería ver a su hermana más que a nadie, no iba a negar que esperaba ver a la peliblanca saltando a los brazos de él, pero se conformaba con el hecho de por fin haber vuelto a casa, tras un largo viaje. Se dirigía a su habitación con sus maletas, al llegar a esta, dio un largo suspiro y fue a recostarse a su cama, estaba todo limpio y ordenado tal cual el lo había dejado, solo tenia que desempacar pero eso lo haría luego, ya que había decidido tomar una corta siesta.
Pasó casi una hora, tiempo más largo del que Pietro esperaba haber dormido, tras esto se dispuso a ordenar sus cosas, había traído un par de regalos. En Francia, dentro de aquella exposición de arte el cual el era participe, aprovecho más de una ocasión escabullirse y salir por la ciudad, solo quería algún detalle para su amada hermana, era lo único en lo que el pensaba. Le encantaba regalarle cosas ya que la chica se emocionaba mucho, esto le causaba mucha ternura.
- Supongo que ya está.
Ya había ordenado todo y adornado los regalos para Julianne, estaba muy ansioso, había olvidado que era un día de semana y que su hermana no estaba por que ella se encontraba en la academia, mientras comía unos pasteles que el mismo se había traído, se dirigía a la habitación de Julianne, así esperaba a ella, parte de su sorpresa era el mismo, ya que no le había avisado de su llegada. Estaba muy orgulloso de sus regalos y esperaba una buena reacción por parte de su gemela.
Dejó sus regalos en una mesita que la joven tenia al lado de la cabecera de su cama, tras esto el chico se escondía detrás de la puerta, sabia que ya quedaba poco para que llegara, mientras se escondía prosiguió a mirar un rato su celular.
Pietro se encontraba en la puerta de su hogar, tenia un mayordomo a su lado derecho con sus respectivas pertenencias, abrió la gran puerta de este antes que los demás sirvientes.
- Esta bien no es necesario y adelante. ah y luego de la entrada yo me ocupo.
El joven albino estaba en la puerta, al ver pasar a quienes se encontraban en la mansión, un poco decepcionado, ya que solo eran los sirvientes, les hizo una reverencia con la cabeza en forma de saludo, quería ver a su hermana más que a nadie, no iba a negar que esperaba ver a la peliblanca saltando a los brazos de él, pero se conformaba con el hecho de por fin haber vuelto a casa, tras un largo viaje. Se dirigía a su habitación con sus maletas, al llegar a esta, dio un largo suspiro y fue a recostarse a su cama, estaba todo limpio y ordenado tal cual el lo había dejado, solo tenia que desempacar pero eso lo haría luego, ya que había decidido tomar una corta siesta.
Pasó casi una hora, tiempo más largo del que Pietro esperaba haber dormido, tras esto se dispuso a ordenar sus cosas, había traído un par de regalos. En Francia, dentro de aquella exposición de arte el cual el era participe, aprovecho más de una ocasión escabullirse y salir por la ciudad, solo quería algún detalle para su amada hermana, era lo único en lo que el pensaba. Le encantaba regalarle cosas ya que la chica se emocionaba mucho, esto le causaba mucha ternura.
- Supongo que ya está.
Ya había ordenado todo y adornado los regalos para Julianne, estaba muy ansioso, había olvidado que era un día de semana y que su hermana no estaba por que ella se encontraba en la academia, mientras comía unos pasteles que el mismo se había traído, se dirigía a la habitación de Julianne, así esperaba a ella, parte de su sorpresa era el mismo, ya que no le había avisado de su llegada. Estaba muy orgulloso de sus regalos y esperaba una buena reacción por parte de su gemela.
- Spoiler:
Dejó sus regalos en una mesita que la joven tenia al lado de la cabecera de su cama, tras esto el chico se escondía detrás de la puerta, sabia que ya quedaba poco para que llegara, mientras se escondía prosiguió a mirar un rato su celular.
- Spoiler:
Pietro Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 27/07/2024
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
Tal y como cada tarde, apenas las clases terminaban Julianne salía de inmediato rumbo a su casa. El ambiente de la escuela no era malo y aunque tenía ganas de volver a contactar a su nueva amiga, no quería parecer demasiado insistente o desesperada, por lo que estaba poniendo a prueba su propia paciencia en el aburrimiento cotidiano. Suspiró, ¿cuándo era que Pietro volvía? Todavía no le había dicho nada así que tampoco tenía caso ponerse a preguntar. No quería que su hermano pensara que no era capaz de estar sola, aunque claro, ambos sabían que no podía. No rendía al cien por ciento, no estaba tan feliz ni animada y tenía pequeños accidentes que en la presencia de su hermano jamás tendría.
Esta vez optó por pedir que la fueran a buscar en uno de los carros de la familia Bianco. Por suerte la mansión no estaba tan lejos, era un trayecto de no más de quince o veinte minutos desde la escuela. El uniforme blanco de musette se veía resplandeciente en ella, pero quería cambiarse y ponerse alguno de sus vestidos para salir a pasear por la ciudad y mandar alguna foto a su hermano como un mensaje subliminal pidiéndole que regresara pronto a casa.
Subió las escaleras con paso ligero, quitándose la chaqueta en el trayecto. Las sirvientas de la casa estaban acostumbradas a recoger el desastre que la albina dejaba tras de sí cuando se trataba de vestirse o desvestirse. Con lo demás ella solía mantener una conducta impecable.
Para cuando ingresó a su habitación ya se había soltado el cabello, también se había quitado la falda, manteniendo su ropa interior blanca con volantes ...
Y había comenzado a desabotonar su camisa cuando de pronto su atención reparó en la hermosa y elegante torre de cajas de regalo que descansaban sobre su mesa.
— ¿Uh? —se extrañó, acercándose con desconfianza. — ¿Acaso papá se siente culpable de nuevo? —se preguntó en voz alta mientras con curiosidad pretendía ir a revisar el contenido de los mismos, pero entonces un ruido captó su atención y la hizo voltear en dirección a la puerta.
Esta vez optó por pedir que la fueran a buscar en uno de los carros de la familia Bianco. Por suerte la mansión no estaba tan lejos, era un trayecto de no más de quince o veinte minutos desde la escuela. El uniforme blanco de musette se veía resplandeciente en ella, pero quería cambiarse y ponerse alguno de sus vestidos para salir a pasear por la ciudad y mandar alguna foto a su hermano como un mensaje subliminal pidiéndole que regresara pronto a casa.
Subió las escaleras con paso ligero, quitándose la chaqueta en el trayecto. Las sirvientas de la casa estaban acostumbradas a recoger el desastre que la albina dejaba tras de sí cuando se trataba de vestirse o desvestirse. Con lo demás ella solía mantener una conducta impecable.
Para cuando ingresó a su habitación ya se había soltado el cabello, también se había quitado la falda, manteniendo su ropa interior blanca con volantes ...
- Spoiler:
Y había comenzado a desabotonar su camisa cuando de pronto su atención reparó en la hermosa y elegante torre de cajas de regalo que descansaban sobre su mesa.
— ¿Uh? —se extrañó, acercándose con desconfianza. — ¿Acaso papá se siente culpable de nuevo? —se preguntó en voz alta mientras con curiosidad pretendía ir a revisar el contenido de los mismos, pero entonces un ruido captó su atención y la hizo voltear en dirección a la puerta.
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
Al oír la puerta abrirse, supo de inmediato que era Juianne, nunca entendió como pero siempre sabia o bien "sentía" cuando su hermana estaba cerca, sintió como venia por las escaleras a su dirección y una sonrisa nerviosa se formo en los labios del joven.
Al ver a su hermana de espaldas una amplia sonrisa apareció de inmediato, iluminando por completo su rostro del albino, quería ir corriendo a abrazarle pero tenia que seguir con su "sorpresa", al notar bien como iba la chica se sintió algo inquieto, ese escenario no estaba contemplado en el itinerario, que Julianne estuviera cambiándose no era para nada algo que el peliblanco esperara, pero esto terminó rápido ya que tras el descubrimiento de sus regalos, la atención de la peliblanca fue directo hacia ellos. Al oírle negó con la cabeza sonriendo y fue detrás de ella con mucho cuidado de no hacer ruido, en eso falló, ya que no contaba con que uno de sus zapatos hiciera más ruido al tocar el suelo, notó a su hermana darse media vuelta, antes de que le viera, se movió rápidamente y esquivo la mirada de la chica, quedando detrás de ella y fue a tapar con mucho cuidado sus ojos desde atrás. Esto si salió como esperaba ya que estaba cerca.
Ante cualquier cosa, Pietro lo primero que notó fue el perfume de su hermana, era algo que a él le encantaba, siempre que le sentía, era como un remedio para el, automáticamente se invada de una gran alegría, otra sonrisa apareció. No sabia muy bien que hacer, ya que si hablaba Juli sabría de inmediato quien era, y no quería hacer tan fácil la sorpresa, así que decidió jugar un poco. Iba a esperar hasta que la chica dijera algo, lo cual no faltaba mucho, ya que Juli era una chica muy lista y siempre tenia que decir ante cualquier situación, nada se le iba de las manos y Pietro más que nadie sabia eso, ya que era quien más se mantenía atento a ella, más que cualquier sirviente, familiar, y hasta más que su propio padre.
Al ver a su hermana de espaldas una amplia sonrisa apareció de inmediato, iluminando por completo su rostro del albino, quería ir corriendo a abrazarle pero tenia que seguir con su "sorpresa", al notar bien como iba la chica se sintió algo inquieto, ese escenario no estaba contemplado en el itinerario, que Julianne estuviera cambiándose no era para nada algo que el peliblanco esperara, pero esto terminó rápido ya que tras el descubrimiento de sus regalos, la atención de la peliblanca fue directo hacia ellos. Al oírle negó con la cabeza sonriendo y fue detrás de ella con mucho cuidado de no hacer ruido, en eso falló, ya que no contaba con que uno de sus zapatos hiciera más ruido al tocar el suelo, notó a su hermana darse media vuelta, antes de que le viera, se movió rápidamente y esquivo la mirada de la chica, quedando detrás de ella y fue a tapar con mucho cuidado sus ojos desde atrás. Esto si salió como esperaba ya que estaba cerca.
Ante cualquier cosa, Pietro lo primero que notó fue el perfume de su hermana, era algo que a él le encantaba, siempre que le sentía, era como un remedio para el, automáticamente se invada de una gran alegría, otra sonrisa apareció. No sabia muy bien que hacer, ya que si hablaba Juli sabría de inmediato quien era, y no quería hacer tan fácil la sorpresa, así que decidió jugar un poco. Iba a esperar hasta que la chica dijera algo, lo cual no faltaba mucho, ya que Juli era una chica muy lista y siempre tenia que decir ante cualquier situación, nada se le iba de las manos y Pietro más que nadie sabia eso, ya que era quien más se mantenía atento a ella, más que cualquier sirviente, familiar, y hasta más que su propio padre.
Pietro Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 27/07/2024
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
La sorpresa de sentir a alguien dentro de su habitación la asustó, sobre todo porque era consciente de que estaba media desvestida. Ni su padre, ni tampoco sus sirvientes harían nada como eso. Su corazón se detuvo un momento cuando su vista fue bloqueada por unas manos tan delicadas como las suyas pero ligeramente más grandes.
Su nariz hizo un pequeño movimiento, similar al de un conejo, detectando ese aroma tan familiar y agradable que reconocería incluso entre cientos de otros aromas. Su corazón comenzó a latir rápidamente y sus labios dibujaron una amplia sonrisa. Su rostro se sonrojó meramente por la adrenalina de la sorpresa que su hermano le había dado, sin embargo, no apartó la mano que cubría sus ojos, por el contrario, dejó caer un poco de su peso hacia atrás, segura de que su hermano no la dejaría caer o bien, caerían juntos.
— ¡Pietro! — La alegría en su voz era genuina, incluso una risa divertida se escapó de sus labios mientras lo acusaba. —¡Me asustaste! ¡Debiste decirme que regresabas hoy! ¡No puedo creerlo! ¡Hace años que no lograbas engañarme! ¡Ah, que alegría que ya hayas vuelto! ¡Te he extrañado tanto hermano! —Julianne se olvidó por completo del mundo, de cómo estaba o no vestida, de los problemas y los fastidiosos días sola. De pronto todo volvía a estar bien.
—Abrázame como corresponde hermano. —y solo entonces le apartó la mano para ver su rostro sin salir de la posición en la que se encontraban.
Su nariz hizo un pequeño movimiento, similar al de un conejo, detectando ese aroma tan familiar y agradable que reconocería incluso entre cientos de otros aromas. Su corazón comenzó a latir rápidamente y sus labios dibujaron una amplia sonrisa. Su rostro se sonrojó meramente por la adrenalina de la sorpresa que su hermano le había dado, sin embargo, no apartó la mano que cubría sus ojos, por el contrario, dejó caer un poco de su peso hacia atrás, segura de que su hermano no la dejaría caer o bien, caerían juntos.
— ¡Pietro! — La alegría en su voz era genuina, incluso una risa divertida se escapó de sus labios mientras lo acusaba. —¡Me asustaste! ¡Debiste decirme que regresabas hoy! ¡No puedo creerlo! ¡Hace años que no lograbas engañarme! ¡Ah, que alegría que ya hayas vuelto! ¡Te he extrañado tanto hermano! —Julianne se olvidó por completo del mundo, de cómo estaba o no vestida, de los problemas y los fastidiosos días sola. De pronto todo volvía a estar bien.
—Abrázame como corresponde hermano. —y solo entonces le apartó la mano para ver su rostro sin salir de la posición en la que se encontraban.
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
Pietro sintió una oleada de alegría y alivio al poder ver parcialmente el rostro de Juli. Mantuvo un tiempo más sus manos sobre los ojos de la chica, disfrutando mucho como su hermana se dejaba llevar por sus emociones, el sonido de su risa, claro y genuino, resonó en sus oídos como la música más dulce. Para Pietro, cada risa de Julianne era un tesoro, y en ese momento, el simple hecho de estar a su lado y ver su felicidad era el regalo más precioso que podría recibir. Finalmente, él la abrazó con ternura y una fuerza que transmitía todo su amor. La envolvió en un abrazo cálido, al mirarla, vio cómo un suave rubor se extendía por sus mejillas.
- Lo siento por no haberte avisado pero quería hacerte una sorpresa. Te extrañé tanto, Juli, pero verte ahora hace que todo haya valido la pena.
El albino inclinó su cabeza y depositó un delicado beso en la frente de la chica. Fue un beso ligero pero cargado de significado, una promesa silenciosa de que siempre estaría allí para ella. En ese instante, el mundo exterior parecía desvanecerse, y solo existían el abrazo, el beso y el profundo amor entre ellos.
- Estaba pensando... podrías estrenar uno de tus regalos hoy... Me gustaría que vieras mis regalos, quiero ver tu reacción.
Dijo el chico con un tono algo juguetón y una amplia sonrisa mientras miraba a su querida hermana, estaba ansioso por ver la reacción de la chica y además desde que vio aquel conjunto se imagino a la albina en el.
- Lo siento por no haberte avisado pero quería hacerte una sorpresa. Te extrañé tanto, Juli, pero verte ahora hace que todo haya valido la pena.
El albino inclinó su cabeza y depositó un delicado beso en la frente de la chica. Fue un beso ligero pero cargado de significado, una promesa silenciosa de que siempre estaría allí para ella. En ese instante, el mundo exterior parecía desvanecerse, y solo existían el abrazo, el beso y el profundo amor entre ellos.
- Estaba pensando... podrías estrenar uno de tus regalos hoy... Me gustaría que vieras mis regalos, quiero ver tu reacción.
Dijo el chico con un tono algo juguetón y una amplia sonrisa mientras miraba a su querida hermana, estaba ansioso por ver la reacción de la chica y además desde que vio aquel conjunto se imagino a la albina en el.
Pietro Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 27/07/2024
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
Los abrazos de Pietro eran la mezcla perfecta de la delicadeza y la fuerza con la que su corazón debía ser sostenido para ser feliz, o al menos así lo veía la joven albina que sintió una ola de felicidad subir desde sus pies hasta su cabeza únicamente por aquel contacto.
Pietro era adorable, se disculpaba sin pensarlo cuando ella reclamaba algo, pero siempre tenía una buena razón de fondo, ¿y como podría su hermana enojarse cuando la sorpresa había sido simplemente perfecta?
Julianne alzó la mirada mientras los labios de Pietro se recargaron sobre su frente y un cosquilleo en su nariz le llenó los ojos de lágrimas. Por alguna razón recordó de golpe lo mucho que lo había extrañado y todo l que fingía no hacerlo en su ausencia, pero no deseaba preocupar a su mellizo, por lo que rápidamente se secó la lágrima que resbaló por su mejilla y le dedicó una amplia sonrisa, como le sonreía solo a él antes de asentir enérgicamente a la idea propuesta.
— ¡Me encanta la idea! ¿Por cual debería comenzar? — Habló mientras se ponía de pie y ayudaba a su hermano a hacer lo mismo, tomándose un momento para cerrar la puerta. Evidentemente no le molestaba que Pietro la viera a medio vestir como estaba, pues no era la primera vez, pero no era lo mismo si algún sirviente pasaba y la veía.
— ¡Qué lindas cajas! Siempre tienes buen gusto ¿o es que me conoces tan bien? — Bromeó mientras se tomaba el tiempo de desatar cuidadosamente la cinta que mantenía las tres cajas unidas. El pequeño ramo de flores al comienzo tuvo su protagonismo, pues también se detuvo a oler las flores y luego dejarlas sobre su almohada, ya luego pediría un florero para ellas.
—¡Qué emoción! — Murmuró antes de abrir la primer caja. A penas la tapa fue retirada, el aroma dulce y casero de las galletas invadió la habitación. La pastelería Francesa era sin dudas su favorita, incluso si no eran dulces típicos franceses.
—¿Puedo probar una? Dame a probar una hermano. — dijo acercando la caja al albino y abriendo sutilmente la boca en espera de que su hermano la alimentara. — Ah~
Pietro era adorable, se disculpaba sin pensarlo cuando ella reclamaba algo, pero siempre tenía una buena razón de fondo, ¿y como podría su hermana enojarse cuando la sorpresa había sido simplemente perfecta?
Julianne alzó la mirada mientras los labios de Pietro se recargaron sobre su frente y un cosquilleo en su nariz le llenó los ojos de lágrimas. Por alguna razón recordó de golpe lo mucho que lo había extrañado y todo l que fingía no hacerlo en su ausencia, pero no deseaba preocupar a su mellizo, por lo que rápidamente se secó la lágrima que resbaló por su mejilla y le dedicó una amplia sonrisa, como le sonreía solo a él antes de asentir enérgicamente a la idea propuesta.
— ¡Me encanta la idea! ¿Por cual debería comenzar? — Habló mientras se ponía de pie y ayudaba a su hermano a hacer lo mismo, tomándose un momento para cerrar la puerta. Evidentemente no le molestaba que Pietro la viera a medio vestir como estaba, pues no era la primera vez, pero no era lo mismo si algún sirviente pasaba y la veía.
— ¡Qué lindas cajas! Siempre tienes buen gusto ¿o es que me conoces tan bien? — Bromeó mientras se tomaba el tiempo de desatar cuidadosamente la cinta que mantenía las tres cajas unidas. El pequeño ramo de flores al comienzo tuvo su protagonismo, pues también se detuvo a oler las flores y luego dejarlas sobre su almohada, ya luego pediría un florero para ellas.
—¡Qué emoción! — Murmuró antes de abrir la primer caja. A penas la tapa fue retirada, el aroma dulce y casero de las galletas invadió la habitación. La pastelería Francesa era sin dudas su favorita, incluso si no eran dulces típicos franceses.
—¿Puedo probar una? Dame a probar una hermano. — dijo acercando la caja al albino y abriendo sutilmente la boca en espera de que su hermano la alimentara. — Ah~
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
Re: Un anhelado reencuentro [Priv. Julianne]
Pietro no pudo evitar sonreír ampliamente mientras observaba el brillo en los ojos de Julianne mientras abría la primera caja. Su corazón dio un vuelco al ver cómo ella reaccionaba con tanta emoción y cariño. Cada detalle de su hermana, desde la manera en que sonreía hasta el modo en que su mano temblaba ligeramente al sostener las flores, le recordaba por qué siempre quería sorprenderla, por qué deseaba hacerla feliz de cualquier forma posible.
Cuando ella le ofreció la caja y abrió la boca esperando que la alimentara, un leve rubor cubrió las mejillas de Pietro, aunque rápidamente lo disimuló con una sonrisa. Tomó una de las galletas con delicadeza, como si el simple acto de hacerlo requiriera toda su atención. Luego, se inclinó ligeramente hacia Julianne y le acercó la galleta a los labios.
- Aquí tienes, Juli. Te va a encantar.
Dijo en un tono suave, lleno de ternura.
El albino esperó pacientemente a que ella probara el bocado, y su propia sonrisa se amplió cuando vio la satisfacción en el rostro de su hermana.
-¿Y qué te parece?
Preguntó con un brillo en los ojos, deseando escuchar su opinión.
Después de unos segundos, observó las otras dos cajas aún cerradas y agregó con un tono juguetón, inclinado hacia ella:
- No hemos terminado aún. ¿Qué tal si descubres la siguiente? Quizás haya algo más que te sorprenda.
Pietro retrocedió un poco, dejando que Julianne tomara la decisión mientras él se preparaba para el siguiente momento, disfrutando cada instante de verla feliz y emocionada.
Cuando ella le ofreció la caja y abrió la boca esperando que la alimentara, un leve rubor cubrió las mejillas de Pietro, aunque rápidamente lo disimuló con una sonrisa. Tomó una de las galletas con delicadeza, como si el simple acto de hacerlo requiriera toda su atención. Luego, se inclinó ligeramente hacia Julianne y le acercó la galleta a los labios.
- Aquí tienes, Juli. Te va a encantar.
Dijo en un tono suave, lleno de ternura.
El albino esperó pacientemente a que ella probara el bocado, y su propia sonrisa se amplió cuando vio la satisfacción en el rostro de su hermana.
-¿Y qué te parece?
Preguntó con un brillo en los ojos, deseando escuchar su opinión.
Después de unos segundos, observó las otras dos cajas aún cerradas y agregó con un tono juguetón, inclinado hacia ella:
- No hemos terminado aún. ¿Qué tal si descubres la siguiente? Quizás haya algo más que te sorprenda.
Pietro retrocedió un poco, dejando que Julianne tomara la decisión mientras él se preparaba para el siguiente momento, disfrutando cada instante de verla feliz y emocionada.
Pietro Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 7
Fecha de inscripción : 27/07/2024
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