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Winged Rabbit (priv. Julianne)
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Winged Rabbit (priv. Julianne)
Escuchaba a lo lejos el tic tac del reloj del recibidor de la tienda mientras cosía en la parte trasera, donde se encontraba su atelier lleno de telas, maniquíes y trajes de su creación. De momento la tienda permanecía abierta al público, jamás le importó que le robaran, nunca había ocurrido, si no oía la campana que anunciaba la llegada de cualquier cliente, su percepción de sus alrededores se encargaría de avisarle que alguien rondaba su tienda.
Sacó un segundo su reloj de bolsillo. No debería tardar en llegar.
La verdad no tenía mucho interés en participar del apadrinamiento de alumnos de la escuela, considerando lo desastrosa que fue su primera y última incursión con la academia Musette, sin embargo, no estaba entre sus opciones dimitir de aquella tarea. "No puedo negar que trabajar para el sello me ha reportado bastante fama y ganancia..." y no era que sólo le importara el dinero, más bien le importaba tener sustento para sus materiales. Si por él fuera, se encerraría en su atelier a coser y diseñar ropa...
"A él le gustaba encerrarse a pintar..." pensó con nostalgia mientras sus dedos se deslizaban por sobre la tela. Sí, la suya era una vida casi ermitaña y trabajólica, y en el fondo deseaba que no fuera así, pero... ¿qué ganaría con eso? A veces lo único que lamentaba era que no siempre podía ver sus creaciones una vez alguien las compraba, y sus ventas eran seguras pero no podría llamarse a sí mismo un best seller.
Sonó la campana. Había llegado alguien.
Gruñó con algo de hastío y giró su cuello para aliviar las tensiones en éste y en su espalda antes de salir a recibir a quien hubiera aparecido.
—Buenas tardes, bienvenido sea, ¿en qué puedo ayudarle? –recibió con cortesía a su "cliente" con una inclinación de su cabeza.
Sacó un segundo su reloj de bolsillo. No debería tardar en llegar.
La verdad no tenía mucho interés en participar del apadrinamiento de alumnos de la escuela, considerando lo desastrosa que fue su primera y última incursión con la academia Musette, sin embargo, no estaba entre sus opciones dimitir de aquella tarea. "No puedo negar que trabajar para el sello me ha reportado bastante fama y ganancia..." y no era que sólo le importara el dinero, más bien le importaba tener sustento para sus materiales. Si por él fuera, se encerraría en su atelier a coser y diseñar ropa...
"A él le gustaba encerrarse a pintar..." pensó con nostalgia mientras sus dedos se deslizaban por sobre la tela. Sí, la suya era una vida casi ermitaña y trabajólica, y en el fondo deseaba que no fuera así, pero... ¿qué ganaría con eso? A veces lo único que lamentaba era que no siempre podía ver sus creaciones una vez alguien las compraba, y sus ventas eran seguras pero no podría llamarse a sí mismo un best seller.
Sonó la campana. Había llegado alguien.
Gruñó con algo de hastío y giró su cuello para aliviar las tensiones en éste y en su espalda antes de salir a recibir a quien hubiera aparecido.
—Buenas tardes, bienvenido sea, ¿en qué puedo ayudarle? –recibió con cortesía a su "cliente" con una inclinación de su cabeza.
- Tienda de Shitori:
Última edición por Shitori Kuzuryuu el Miér Jun 27, 2018 12:02 am, editado 1 vez
Shitori Kuzuryuu- Ocupación : Estilista
Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: Winged Rabbit (priv. Julianne)
Nada de lo que había tenido en mente había salido como ella esperaba, la hija de los Bianco llevaba un muy mal humor desde hace una semana cuando Pietro inesperadamente fue invitado a una exposición de arte en su querido y admirado París.
¿Y ella? No, claro que no. Ella no tenía talento alguno en esa área y sin importar cuánto insistiera en acompañarlo, ni él, ni su padre aceptaron su egoísta petición. Ningún berrinche dio resultado puesto que ya estaban matriculados en la Academia Musette y las clases del segundo semestre ya habían dado inicio. El caso de Pietro era un excepción particular. Eso solo la desesperó mucho más. De hecho, si Pietro no hubiese tenido la precaución de haberle hecho una dulce y astuta petición, probablemente Julianne hubiese ido por sus propios medios tras él. No sería la primera vez que lo haría después de todo.
—Anny.— Como solía llamarle él. —Debes ir a la escuela mientras estoy fuera. De esa manera podrás cuidar de mí al regresar y enseñarme la academia ¿verdad? — Aunque Julianne era una joven astuta y manipuladora, cuando se trataba de su hermano no era más que un conejito ingenuo que fácilmente se derretía en sus manos.
— De acuerdo... — Había dicho ella conteniendo las lágrimas que Pietro se encargó de frenar con un beso.
Lo que la albina no había esperado era que, nada más llegar, en su primer día de clases le informaran sobre el apadrinamiento al que los alumnos de la escuela estaban sometidos. En su caso debía encontrarse con su padrino determinado día a determinada hora en la tienda que manejaba en el centro de la ciudad.
Como todos los días, procuró alistarse con sumo cuidado, prestando atención a todo partiendo por la rutina de cuidado de su piel, hasta los adornos de su pelo, sus aros y zapatos, pues no pretendía por ningún motivo presentarse con el uniforme de la escuela, la imagen siempre era la primera carta de presentación frente a alguien y si no quería pasar desapercibida, procuraría jugar bien sus cartas. La chica había procurado averiguar lo más posible sobre su padrino y si manejaba un Atelier entonces estaba segura de que él valoraría su esfuerzo.
Los criados de su padre la dejaron fuera de la tienda, la que honestamente miró sin esperar mucho de ella, pero su opinión cambió rápidamente una vez la campana que anunciaba su ingreso sonó y le dio paso a un salón que, en palabras sencillas, le encantó.
Todo era tan pulcro, ordenado y elegante que no pudo esconder su emoción. Incluso sus manos se juntaron tocando las llemas de sus dedos con las contrarias a la altura de su pecho en un gesto maravillado.
La voz de un hombre, probablemente quién era su padrino, la sacó de su encantamiento. Sin deshacer su pose se giró hacia él y preguntó con una sonrisa traviesa sobre sus finos labios. — ¿Es usted el dueño de esta tienda? —
¿Y ella? No, claro que no. Ella no tenía talento alguno en esa área y sin importar cuánto insistiera en acompañarlo, ni él, ni su padre aceptaron su egoísta petición. Ningún berrinche dio resultado puesto que ya estaban matriculados en la Academia Musette y las clases del segundo semestre ya habían dado inicio. El caso de Pietro era un excepción particular. Eso solo la desesperó mucho más. De hecho, si Pietro no hubiese tenido la precaución de haberle hecho una dulce y astuta petición, probablemente Julianne hubiese ido por sus propios medios tras él. No sería la primera vez que lo haría después de todo.
—Anny.— Como solía llamarle él. —Debes ir a la escuela mientras estoy fuera. De esa manera podrás cuidar de mí al regresar y enseñarme la academia ¿verdad? — Aunque Julianne era una joven astuta y manipuladora, cuando se trataba de su hermano no era más que un conejito ingenuo que fácilmente se derretía en sus manos.
— De acuerdo... — Había dicho ella conteniendo las lágrimas que Pietro se encargó de frenar con un beso.
Lo que la albina no había esperado era que, nada más llegar, en su primer día de clases le informaran sobre el apadrinamiento al que los alumnos de la escuela estaban sometidos. En su caso debía encontrarse con su padrino determinado día a determinada hora en la tienda que manejaba en el centro de la ciudad.
Como todos los días, procuró alistarse con sumo cuidado, prestando atención a todo partiendo por la rutina de cuidado de su piel, hasta los adornos de su pelo, sus aros y zapatos, pues no pretendía por ningún motivo presentarse con el uniforme de la escuela, la imagen siempre era la primera carta de presentación frente a alguien y si no quería pasar desapercibida, procuraría jugar bien sus cartas. La chica había procurado averiguar lo más posible sobre su padrino y si manejaba un Atelier entonces estaba segura de que él valoraría su esfuerzo.
- Ropa:
Los criados de su padre la dejaron fuera de la tienda, la que honestamente miró sin esperar mucho de ella, pero su opinión cambió rápidamente una vez la campana que anunciaba su ingreso sonó y le dio paso a un salón que, en palabras sencillas, le encantó.
Todo era tan pulcro, ordenado y elegante que no pudo esconder su emoción. Incluso sus manos se juntaron tocando las llemas de sus dedos con las contrarias a la altura de su pecho en un gesto maravillado.
- gesto:
La voz de un hombre, probablemente quién era su padrino, la sacó de su encantamiento. Sin deshacer su pose se giró hacia él y preguntó con una sonrisa traviesa sobre sus finos labios. — ¿Es usted el dueño de esta tienda? —
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
Re: Winged Rabbit (priv. Julianne)
Por lo usual saludaba a sus clientes sin mirarlos detenidamente en un inicio, por lo que siempre les recibía de la misma forma, a todos por igual, sin embargo en aquella ocasión le llamó la atención la persona que en esta ocasión atravesó el umbral. Se trataba de una pequeña jovencita de cabellos blancos, ciertamente eran de ese color, no podía equivocarse, tampoco podría confundir el color rosado de sus ojos, aunque aquello último le hizo fruncir el ceño. "Estoy entre humanos, parece que lo olvido... ¿será alguien que gustan los contactos y pelucas?", si bien estaba familiarizado con el albinismo, nunca había tenido la oportunidad de conocer a alguien con tales características, lo que le hacía dudar que fuera este el caso.
Puede ser que se hubiera quedado mirando más tiempo del debido sin darse cuenta.
—Sí, en efecto, soy el dueño... ¿qué puedo ofrecerle...? –preguntó mientras seguía observándola de forma algo más disimulada– ¿Busca algo en especial? –el detalle de sus ropas era exquisito, lo mismo la tela y la pasamadería, los encajes, aquello ciertamente no era barato, y seguro de primera calidad.
"No creo que las haga ella misma, ¿o sí?" pensó frunciendo el ceño para aguzar más su vista, atento a cada detalle de la ropa. "Me da ciertas buenas ideas, me agradan los patrones, podría intentar un traje que llame la atención de esa manera... creo que va un tiempo que no hago algo así de pomposo..."
—Disculpe, ¿me decía? –arqueó una ceja al percatarse que había obtenido respuesta, la cual pasó desapercibida a sus oídos al estar ensimismado en sus pensamientos.
Puede ser que se hubiera quedado mirando más tiempo del debido sin darse cuenta.
—Sí, en efecto, soy el dueño... ¿qué puedo ofrecerle...? –preguntó mientras seguía observándola de forma algo más disimulada– ¿Busca algo en especial? –el detalle de sus ropas era exquisito, lo mismo la tela y la pasamadería, los encajes, aquello ciertamente no era barato, y seguro de primera calidad.
"No creo que las haga ella misma, ¿o sí?" pensó frunciendo el ceño para aguzar más su vista, atento a cada detalle de la ropa. "Me da ciertas buenas ideas, me agradan los patrones, podría intentar un traje que llame la atención de esa manera... creo que va un tiempo que no hago algo así de pomposo..."
—Disculpe, ¿me decía? –arqueó una ceja al percatarse que había obtenido respuesta, la cual pasó desapercibida a sus oídos al estar ensimismado en sus pensamientos.
Shitori Kuzuryuu- Ocupación : Estilista
Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: Winged Rabbit (priv. Julianne)
La comisura de los pequeños labios de la albina se curvaron a penas un poco, dibujando una sonrisa juguetona en su rostro, mostrando una mezcla equilibrada entre la dulzura y la astucia.
— Es un placer conocerlo, mi nombre es Julianne Bianco. Si no he errado en la dirección que se me ha entregado, esta tienda le pertenece a Kuzuryuu Shitori, que debe ser usted. Es decir, mi padrino. — Acostumbrada a las presentaciones formales, Julianne acompañó sus palabras con una reverencia occidental, donde sus dedos, con un gesto delicado, tomaron cuidadosamente los bordes de su vestido entre su pulgar y los dos primeros dedos, extendiendo los meñiques mientras estiraba gentilmente la falda. Su pie derecho se posicionó solo unos centímetros detrás del izquierdo, apoyando solo la parte anterior de la planta de ese pie para reposar sobre el pie izquierdo todo su peso antes de flectar sus rodillas, agachándose solo unos dos a tres centímetros para la reverencia. Manteniendo la cabeza ligeramente inclinada y baja.
El pequeño conejo sabía lo que hacía y también sabía lo que provocaba, aunque tal vez imaginó que su padrino sería una persona más experimentada, acostumbrada a lidiar con grandes figuras y celebridades, por lo que enfrentar su dispersión (o asombro, provocada por ella misma), le sorprendió, mas no le molestó.
Volvió a su posición original lenta y elegantemente, bajando las manos a sus costados y alzando su cabeza para entonces soltar una pequeña risa coqueta, la que inmediatamente fue a reprimir con la punta de sus dedos, más como un gesto de simpatía que de burla.
— Julianne Bianco, es un gusto conocerlo, parrain. —
— Es un placer conocerlo, mi nombre es Julianne Bianco. Si no he errado en la dirección que se me ha entregado, esta tienda le pertenece a Kuzuryuu Shitori, que debe ser usted. Es decir, mi padrino. — Acostumbrada a las presentaciones formales, Julianne acompañó sus palabras con una reverencia occidental, donde sus dedos, con un gesto delicado, tomaron cuidadosamente los bordes de su vestido entre su pulgar y los dos primeros dedos, extendiendo los meñiques mientras estiraba gentilmente la falda. Su pie derecho se posicionó solo unos centímetros detrás del izquierdo, apoyando solo la parte anterior de la planta de ese pie para reposar sobre el pie izquierdo todo su peso antes de flectar sus rodillas, agachándose solo unos dos a tres centímetros para la reverencia. Manteniendo la cabeza ligeramente inclinada y baja.
El pequeño conejo sabía lo que hacía y también sabía lo que provocaba, aunque tal vez imaginó que su padrino sería una persona más experimentada, acostumbrada a lidiar con grandes figuras y celebridades, por lo que enfrentar su dispersión (o asombro, provocada por ella misma), le sorprendió, mas no le molestó.
Volvió a su posición original lenta y elegantemente, bajando las manos a sus costados y alzando su cabeza para entonces soltar una pequeña risa coqueta, la que inmediatamente fue a reprimir con la punta de sus dedos, más como un gesto de simpatía que de burla.
— Julianne Bianco, es un gusto conocerlo, parrain. —
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
Re: Winged Rabbit (priv. Julianne)
¿Padrino? ¿De qué? Volvió a fruncir un poco el ceño, visiblemente confundido.
Ah. Eso. Lo había olvidado. Sí, en efecto había renunciado a hacer clases en Musette, pero la condición fue aceptar el apadrinamiento. De todas maneras era como parte de pertenecer al sello, no tenía escapatoria.
–Entiendo, es un placer señorita Bianco, en efecto es mi atelier.
Al parecer era una jovencita de alta alcurnia o que gustaba de dichos modales, no los veía al menos desde hace bastantes siglos atrás.
A sus ojos, o era alguien de alta cuna o quizás una jovencita que quería trepar y hacer de sus zalamerías con él. Ya vería cuál de todas era.
–Puede tomar asiento –le indicó un sofá de respaldo alto con abotonado, esperando a que se pusiera cómoda– ¿Qué le llevó a elegir el camino de los estilistas en Musette? –preguntó con total desconexión, como si estuviera hablando del clima.
En parte estaba tanteando terreno y en parte buscando el cómo abordar el asunto del apadrinamiento.
Ah. Eso. Lo había olvidado. Sí, en efecto había renunciado a hacer clases en Musette, pero la condición fue aceptar el apadrinamiento. De todas maneras era como parte de pertenecer al sello, no tenía escapatoria.
–Entiendo, es un placer señorita Bianco, en efecto es mi atelier.
Al parecer era una jovencita de alta alcurnia o que gustaba de dichos modales, no los veía al menos desde hace bastantes siglos atrás.
A sus ojos, o era alguien de alta cuna o quizás una jovencita que quería trepar y hacer de sus zalamerías con él. Ya vería cuál de todas era.
–Puede tomar asiento –le indicó un sofá de respaldo alto con abotonado, esperando a que se pusiera cómoda– ¿Qué le llevó a elegir el camino de los estilistas en Musette? –preguntó con total desconexión, como si estuviera hablando del clima.
En parte estaba tanteando terreno y en parte buscando el cómo abordar el asunto del apadrinamiento.
Shitori Kuzuryuu- Ocupación : Estilista
Mensajes : 83
Fecha de inscripción : 21/07/2013
Re: Winged Rabbit (priv. Julianne)
—Se lo agradezco. —respondió con una dulce sonrisa mientras se dirigía con la misma gracia hasta el sofá indicado, tomando asiento con cuidado para no estropear los volados y olanes de su falda.
—Oh, no es algo que escogí personalmente. Tengo entendido que la elección fue al azar, o bien, determinada por el profesorado y los altos mandos, pero no me malinterprete, me sentí bastante afortunada de que fuera usted mi padrino. —se expresó con calma y claridad, como si estuviese hablando de par a par aunque con un evidente respeto por la figura que tenía en frente. No era que la hija de los Bianco pretendiera estar a la altura de los demás, pero si algo había aprendido a lo largo de su vida, era que ser segura y clara al momento de hablar era algo que a los adultos solía agradarles.
—Pretendo ser honesta, estaba curiosa por ver la clase de estilista que usted era. —Su mirada revoloteó por el atelier lenta y detalladamente mientras hablaba. —Por gustos personales, es cierto, pero también me intriga esta parte de la industria. —La joven albina cruzó con delicadeza pero alta presencia sus piernas y posó sus manos sobre su rodilla. Se veía decidida.
—Aún no decido qué área tomar en la academia, pero haré todo lo que sea necesario para llevar a mi hermano por una carrera exitosa. Si para eso debo convertirme en manager, estilista, compositora, productora o todo lo anterior, estoy dispuesta a aprender cada disciplina lo mejor que pueda. —Su convicción era tangible, sin embargo la ferocidad del conejo se escondía detrás de una sonrisa prudente y una postura firme.
—Espero no ser un inconveniente y aprender de usted lo que crea que pueda servirme en el futuro.—esta vez agregó una leve reverencia de cabeza para finalizar.
—Oh, no es algo que escogí personalmente. Tengo entendido que la elección fue al azar, o bien, determinada por el profesorado y los altos mandos, pero no me malinterprete, me sentí bastante afortunada de que fuera usted mi padrino. —se expresó con calma y claridad, como si estuviese hablando de par a par aunque con un evidente respeto por la figura que tenía en frente. No era que la hija de los Bianco pretendiera estar a la altura de los demás, pero si algo había aprendido a lo largo de su vida, era que ser segura y clara al momento de hablar era algo que a los adultos solía agradarles.
—Pretendo ser honesta, estaba curiosa por ver la clase de estilista que usted era. —Su mirada revoloteó por el atelier lenta y detalladamente mientras hablaba. —Por gustos personales, es cierto, pero también me intriga esta parte de la industria. —La joven albina cruzó con delicadeza pero alta presencia sus piernas y posó sus manos sobre su rodilla. Se veía decidida.
—Aún no decido qué área tomar en la academia, pero haré todo lo que sea necesario para llevar a mi hermano por una carrera exitosa. Si para eso debo convertirme en manager, estilista, compositora, productora o todo lo anterior, estoy dispuesta a aprender cada disciplina lo mejor que pueda. —Su convicción era tangible, sin embargo la ferocidad del conejo se escondía detrás de una sonrisa prudente y una postura firme.
—Espero no ser un inconveniente y aprender de usted lo que crea que pueda servirme en el futuro.—esta vez agregó una leve reverencia de cabeza para finalizar.
Julianne Bianco- Ocupación : Estudiante de 1°
Mensajes : 45
Fecha de inscripción : 09/08/2017
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