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Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
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Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
Luego de atravesar aquel portal me di cuenta que al lugar que habíamos llegado era un pub, la sorpresa llego antes del enojo .-Pero que mierda.-camine, cruzándome con más de un borracho, gente fumando, cantando, etc. No había algo que odiara más que el ruido llamado "música" de los humanos modernos y las masas de personas ineptas frente a mi.
No sabia a donde nos había llevado exactamente pero de algo estaba seguro, lo hizo para irritarme más, no era posible que de todos los lugares para poder "hablar" fuera un pub, aunque de este hombre adicto a las fiestas y que no lleva a cabo su trabajo no me sorprendería, con tal de pasarla bien en fiesta seria capaz de hacer reuniones del consejo aquí en una mesa de billar.
Rodé los ojos al escuchar una voz masculina hablarme, por un momento pensé que era el sr. Drayden, pero al girarme era un humano normal tratando de seducirme, dándome cuenta que seguía con la apariencia de una mujer, decidí cambiar mi apariencia frente al humano, se notaba demasiado borracho para entender lo que pasaba.- Soy un chico imbécil.- el chico no parecía importarle mucho, se encogió de hombros.- "no es como si importara mucho".- me saco una pequeña risa de burla, creyéndose la gran cosa para venir a hablarme, no negare que me encantaría hacerlo solo para obtener su corazón y comerlo, pero no era el momento y mucho menos tenia el humor para dejarme " caer" por un enclenque como él .-Esfúmate perdedor.- y pase de él, intente buscar al hombre que me llevo a aquel horrendo lugar a charlar, lo había perdido de vista cuando camine, pero sospechaba en que lugar podría encontrarse "esperando" así que decidí caminar en aquella dirección, no quería pelear con él, no era conveniente para nada, pero de algo estaba seguro, le diría todo lo que estaba en mi cabeza, de esta charla no se escapa.
No sabia a donde nos había llevado exactamente pero de algo estaba seguro, lo hizo para irritarme más, no era posible que de todos los lugares para poder "hablar" fuera un pub, aunque de este hombre adicto a las fiestas y que no lleva a cabo su trabajo no me sorprendería, con tal de pasarla bien en fiesta seria capaz de hacer reuniones del consejo aquí en una mesa de billar.
Rodé los ojos al escuchar una voz masculina hablarme, por un momento pensé que era el sr. Drayden, pero al girarme era un humano normal tratando de seducirme, dándome cuenta que seguía con la apariencia de una mujer, decidí cambiar mi apariencia frente al humano, se notaba demasiado borracho para entender lo que pasaba.- Soy un chico imbécil.- el chico no parecía importarle mucho, se encogió de hombros.- "no es como si importara mucho".- me saco una pequeña risa de burla, creyéndose la gran cosa para venir a hablarme, no negare que me encantaría hacerlo solo para obtener su corazón y comerlo, pero no era el momento y mucho menos tenia el humor para dejarme " caer" por un enclenque como él .-Esfúmate perdedor.- y pase de él, intente buscar al hombre que me llevo a aquel horrendo lugar a charlar, lo había perdido de vista cuando camine, pero sospechaba en que lugar podría encontrarse "esperando" así que decidí caminar en aquella dirección, no quería pelear con él, no era conveniente para nada, pero de algo estaba seguro, le diría todo lo que estaba en mi cabeza, de esta charla no se escapa.
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
Por supuesto que aceptar la charla y el plan de llevarlo a un bar había sido únicamente con el fin de molestar más al esbirro odioso llamado Raum. Aunque no le simpatizaba en nada, la verdad es que sí le hacía algo de gracia su evidente obsesión con Dan. No cualquiera casi extingue una raza complet únicamente por despecho.
“Pobre Diabo” pensó el caído mientras avanzaba con las manos en los bolsillos hasta la barra. Todavía mantenía su terno blanco y su cabello ligeramente recogido, lo que provocaba que más de una mirada se posara en él, pero nadie era capaz de acercarse, porque lo quisiera o no, el aura intimidante de Lucifer era perceptible incluso para los humanos más borrachos de aquel antro.
Cuando Raum llegó hasta él, Lucifer ya estaba sentado en el lado más aislado de la barra, con un whisky en la mano y un cigarrillo en los labios. Sus miradas se cruzaron y el mayor esbozó una sonrisa algo sensual, algo burlona, invitando a su acompañante a sentarse a su lado. En aquel rincón nadie los molestaría, el barman lo sabía, pues Drayden era ya un cliente valioso y frecuente en el lugar.
-¿Se te antoja beber algo? Yo invito.- Dijo no por amabilidad, sino simplemente por querer enfadarlo más. -Raúl, sírvele lo que quiera.- Le ordenó al barman, quien simplemente asintió a la espera del pedido.
-¿Y bien? ¿Para qué necesitabas esta “audiencia”?-consultó tranquilamente mientras aspiraba el humo de su cigarrillo con una gracilidad propia de quien alguna vez había tenido aquel toque divino en su sangre.
“Pobre Diabo” pensó el caído mientras avanzaba con las manos en los bolsillos hasta la barra. Todavía mantenía su terno blanco y su cabello ligeramente recogido, lo que provocaba que más de una mirada se posara en él, pero nadie era capaz de acercarse, porque lo quisiera o no, el aura intimidante de Lucifer era perceptible incluso para los humanos más borrachos de aquel antro.
Cuando Raum llegó hasta él, Lucifer ya estaba sentado en el lado más aislado de la barra, con un whisky en la mano y un cigarrillo en los labios. Sus miradas se cruzaron y el mayor esbozó una sonrisa algo sensual, algo burlona, invitando a su acompañante a sentarse a su lado. En aquel rincón nadie los molestaría, el barman lo sabía, pues Drayden era ya un cliente valioso y frecuente en el lugar.
-¿Se te antoja beber algo? Yo invito.- Dijo no por amabilidad, sino simplemente por querer enfadarlo más. -Raúl, sírvele lo que quiera.- Le ordenó al barman, quien simplemente asintió a la espera del pedido.
-¿Y bien? ¿Para qué necesitabas esta “audiencia”?-consultó tranquilamente mientras aspiraba el humo de su cigarrillo con una gracilidad propia de quien alguna vez había tenido aquel toque divino en su sangre.
Drayden Köhler- Ocupación : DJ
Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 28/02/2015
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
Cuando por fin me encontraba en la barra note al hombre con aura de superioridad, suspire por lo bajo, dándole ánimos a mi futura "audiencia" con el soberano, no me parecía nada agradable estar en esta situación .
Cuando nuestros ojos por fin se encontraron, logre notar como me analizaban hasta la ultima partícula apoyada en mi, cosa que me logro poner un poco tenso, sacudí con una mano mi traje, como si limpiara algo que solo el podía notar. Tome asiento a su lado y como si de nada importara lo que quería hablar con el, decidió invitarme un trago, cosa que hizo que mi sangre hirviera, pero no lo dejaría ganar, jamás permitiría que me viera tan fuera de mis cabales, no por cosas tan insignificantes-tomare un beso de vampiro martini -hable sin siquiera mirar al hombre en la barra-¿no cree que el lugar de reunión es un poco fuera de lugar?-apoye mi brazo en la barra y con mi mano mantuve mi cabeza-si quería invitarme un trago solo debió decirme, se que no nos llevamos muy bien, pero como rechazar un trago de un hombre tan guapo como usted-hable como si de verdad me interesara un tipo como este, por poco vomito lo poco y nada que mantenía en mi estomago en ese momento, pero no me dejaría llevar, si quiere molestarme entonces debe saber que por mi parte también puedo ser un un hombre bastante molesto.
El hombre de la barra llego con mi trago, lo dejo frente a mi y estaba punto de irse cuando nos dedico un reverencia-oye, falta algo aquí-le dije al bartender, que un poco sorprendido decidió dirigirse otra vez frente a mi y en el momento exacto decidí arrancarle el corazones, de forma poco elegante, salpicando una que otra gota de sangre, dejando el corazón que aún movió uno que otro nervio en mi copa-Ahora si esta perfecto, muchas gracias por invitarme un trago -ahora le hablaba el hombre sentado a mi lado-oh lo lamento tanto, te ensucio -decidí alargar mi mano y limpiar la única gota que alcanzo una mejillas del soberano, cosa que me hizo sonreír con malicia.
-Bueno, basta de tanto perder el tiempo, se que eres una persona sumamente ocupada, de seguro perder su día de spa no es nada divertido, como podría perderlo, no es como que algo que realizo se haya salido de control -fingí ignorancia, intentando molestar nuevamente, después de todo era él quien siempre escapaba de sus responsabilidades.-Ya no quiero que borres la memoria de Dan, quiero que me recuerde, pero no con odio, si no con cariño, me basta con volver a los años de amistad, pero quiero que vuelva a donde pertenece, quiero una segunda oportunidad-dije un poco desesperado- y se que a ti también te complacería tenerlo de vuelta, es uno de tus mejores hombres.
Cuando nuestros ojos por fin se encontraron, logre notar como me analizaban hasta la ultima partícula apoyada en mi, cosa que me logro poner un poco tenso, sacudí con una mano mi traje, como si limpiara algo que solo el podía notar. Tome asiento a su lado y como si de nada importara lo que quería hablar con el, decidió invitarme un trago, cosa que hizo que mi sangre hirviera, pero no lo dejaría ganar, jamás permitiría que me viera tan fuera de mis cabales, no por cosas tan insignificantes-tomare un beso de vampiro martini -hable sin siquiera mirar al hombre en la barra-¿no cree que el lugar de reunión es un poco fuera de lugar?-apoye mi brazo en la barra y con mi mano mantuve mi cabeza-si quería invitarme un trago solo debió decirme, se que no nos llevamos muy bien, pero como rechazar un trago de un hombre tan guapo como usted-hable como si de verdad me interesara un tipo como este, por poco vomito lo poco y nada que mantenía en mi estomago en ese momento, pero no me dejaría llevar, si quiere molestarme entonces debe saber que por mi parte también puedo ser un un hombre bastante molesto.
El hombre de la barra llego con mi trago, lo dejo frente a mi y estaba punto de irse cuando nos dedico un reverencia-oye, falta algo aquí-le dije al bartender, que un poco sorprendido decidió dirigirse otra vez frente a mi y en el momento exacto decidí arrancarle el corazones, de forma poco elegante, salpicando una que otra gota de sangre, dejando el corazón que aún movió uno que otro nervio en mi copa-Ahora si esta perfecto, muchas gracias por invitarme un trago -ahora le hablaba el hombre sentado a mi lado-oh lo lamento tanto, te ensucio -decidí alargar mi mano y limpiar la única gota que alcanzo una mejillas del soberano, cosa que me hizo sonreír con malicia.
-Bueno, basta de tanto perder el tiempo, se que eres una persona sumamente ocupada, de seguro perder su día de spa no es nada divertido, como podría perderlo, no es como que algo que realizo se haya salido de control -fingí ignorancia, intentando molestar nuevamente, después de todo era él quien siempre escapaba de sus responsabilidades.-Ya no quiero que borres la memoria de Dan, quiero que me recuerde, pero no con odio, si no con cariño, me basta con volver a los años de amistad, pero quiero que vuelva a donde pertenece, quiero una segunda oportunidad-dije un poco desesperado- y se que a ti también te complacería tenerlo de vuelta, es uno de tus mejores hombres.
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
Drayden mantuvo la mirada fija en el otro, analizándolo, pero cuando el demonio a su lado comenzó a hablar, el príncipe del abismo solo pudo otorgarle una mirada de pereza.
-No seas aburrido, Raum. Si quieres una cita en una oficina ve a buscar a algún político. Si no fuera por tu mente retorcida y personalidad obsesiva diría que por tu apego a ese tipo de formalidades, serías un perfecto candidato para allá arriba. -una sonrisa burlona y una mirada al techo, haciendo referencia al odiado reino celestial acompañó sus palabras para luego hacer una pausa y beber otro poco de su trago, dejando que su cigarrillo se consumiera por su cuenta entre sus dedos.
-Ahórrate la zalamería, ni siquiera a los demonios superiores a ti les resulta esa estrategia. No arruines el sabor de mi whisky con tus comentarios. -respondió con una mueca de asco que no intentó disimular. Jamás iba a tragarse ese tipo de halagos si venían de Raum cuando bien sabía que toda criatura que no fuera Dantelion, no era agradable a sus ojos.
El hombre de cabellos negros miró atónito la acción del de pelo blanco, al punto que no pudo evitar rodar los ojos y casi clamar por el amor de dios ante tanta estupidez. Ahí iba uno de los pocos buenos bartenders de Glass City.
Mientras el caos se desataba a su alrededor debido a la sangrienta escena, Drayden se puso de pie, escuchando la petición de Raum.
-Tienes muy malas ideas de cómo convencer a alguien para que te haga un favor. -Le hizo ver el caos a su alrededor y molesto por la situación utilizó su poder mental en todos los presentes para de un momento a otro dejarlos inconscientes, un pequeño truco que sí, tenía sus limitantes, pero al ser un lugar delimitado y reducido podía lograrlo, aunque le molestaba que Raum lo hubiese obligado a utilizar más poder del que pensaba.
-Entiendo lo que quieres, pero ¿Qué obtendría yo a cambio?- terminó su vaso de licor y apagó el cigarrillo en la mesa.
-No seas aburrido, Raum. Si quieres una cita en una oficina ve a buscar a algún político. Si no fuera por tu mente retorcida y personalidad obsesiva diría que por tu apego a ese tipo de formalidades, serías un perfecto candidato para allá arriba. -una sonrisa burlona y una mirada al techo, haciendo referencia al odiado reino celestial acompañó sus palabras para luego hacer una pausa y beber otro poco de su trago, dejando que su cigarrillo se consumiera por su cuenta entre sus dedos.
-Ahórrate la zalamería, ni siquiera a los demonios superiores a ti les resulta esa estrategia. No arruines el sabor de mi whisky con tus comentarios. -respondió con una mueca de asco que no intentó disimular. Jamás iba a tragarse ese tipo de halagos si venían de Raum cuando bien sabía que toda criatura que no fuera Dantelion, no era agradable a sus ojos.
El hombre de cabellos negros miró atónito la acción del de pelo blanco, al punto que no pudo evitar rodar los ojos y casi clamar por el amor de dios ante tanta estupidez. Ahí iba uno de los pocos buenos bartenders de Glass City.
Mientras el caos se desataba a su alrededor debido a la sangrienta escena, Drayden se puso de pie, escuchando la petición de Raum.
-Tienes muy malas ideas de cómo convencer a alguien para que te haga un favor. -Le hizo ver el caos a su alrededor y molesto por la situación utilizó su poder mental en todos los presentes para de un momento a otro dejarlos inconscientes, un pequeño truco que sí, tenía sus limitantes, pero al ser un lugar delimitado y reducido podía lograrlo, aunque le molestaba que Raum lo hubiese obligado a utilizar más poder del que pensaba.
-Entiendo lo que quieres, pero ¿Qué obtendría yo a cambio?- terminó su vaso de licor y apagó el cigarrillo en la mesa.
Drayden Köhler- Ocupación : DJ
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Fecha de inscripción : 28/02/2015
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
El escuchar como se burlaba de mi con el tema de ser aburrido me irritaba, pero como siempre hacia, lograba disimularlo con una sonrisa de cortesía, como si lo que dijera fuera algo tonto-Quizá los seres de arriba tendrían más eficacia en el trabajo-hable despacio, mientas carraspeaba mi garganta como si tuviera algo en ella, tome el corazón de mi trago y le di una mordida-¿el corazón de un ángel será más exquisito que el de un demonio? me gustaría comprobarlo, el de dragón tiene un gusto exótico pero no es la gran cosa-hable mientras con una sonrisa perversa lamia las puntas de mis dedos, insinuando lo que paso con la masacre de hace años.
-Volviendo al tema-limpie mis manos con una servilleta que se encontraba en el mostrador, seguramente dejada por el dueño del corazón que probaba- Sabe mejor que nadie que daría lo que fuera para que Dan volviera a verme, pídalo y se cumplirá, matar, torturar, masacras, hasta dar mi cuerpo es suficiente si el vuelve a prestarme atención, ni los del reino de arriba serian un problema, ¿es aquello suficiente para hacerlo volver?-hable con determinación y sinceridad, era la primera vez que no lo miraba ni con odio o desprecio, intente verme lo más sincero, después de todo necesitaba de la ayuda del rey de las tinieblas para lograr mi cometido.
-Solicito formalmente de su ayuda mi señor...-e incline moderadamente la cabeza en forma de respeto, molestarlo era algo que me generaba más que placer, pero sí quería poder tener a mi persona de vuelta necesitaba no ofenderlo de más.
-Volviendo al tema-limpie mis manos con una servilleta que se encontraba en el mostrador, seguramente dejada por el dueño del corazón que probaba- Sabe mejor que nadie que daría lo que fuera para que Dan volviera a verme, pídalo y se cumplirá, matar, torturar, masacras, hasta dar mi cuerpo es suficiente si el vuelve a prestarme atención, ni los del reino de arriba serian un problema, ¿es aquello suficiente para hacerlo volver?-hable con determinación y sinceridad, era la primera vez que no lo miraba ni con odio o desprecio, intente verme lo más sincero, después de todo necesitaba de la ayuda del rey de las tinieblas para lograr mi cometido.
-Solicito formalmente de su ayuda mi señor...-e incline moderadamente la cabeza en forma de respeto, molestarlo era algo que me generaba más que placer, pero sí quería poder tener a mi persona de vuelta necesitaba no ofenderlo de más.
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
-Te aseguro que son tan eficaces que te asquearían en menos de un día. -rió todavía de pie al lado de la barra, terminando su trago y dando las últimas caladas a su cigarrillo antes de que terminara de consumirse por si solo.
-No sé por qué crees que me ofende no cumplir las expectativas como esa cabeza tuya se imagina que debería ser el señor del abismo.- suspiró, moviéndose para ingresar a la barra y buscar entre las botellas las que más llamaran su atención. Las demás eran descartadas, siendo lanzadas sin pena ni tacto a lugares diferentes del recinto, generando estrépitos por aquí y por allá.
Las seleccionadas las destapó hábilmente con el borde de la mesa y volviendo cerca de Raum, comenzó a derramar el líquido desde la barra hacia varios de los desmayados presentes en el suelo mientras seguía con la charla con un aire tranquilo, como si tuvieran toda la noche para hablar.
-Ah. Probablemente te decepcionaría el sabor. Es una mezcla insulsa y sin gracia para un paladar como el nuestro. El de los dragones, lamentablemente... -recalcó- no alcancé a probarlo. Aunque bueno eso de los corazones es un pasatiempo bastante juvenil. -volvió a reír sabiendo perfectamente que cada palabra solo lograría agrandar el rechazo de Raum por él, pero de todas formas el sentir del lucero hacia aquel esbirro no era sino mayormente indiferencia, e incluso así prestó bastante atención a su suplica mientras vaciaba las botellas, las lanzaba a alguna pared y encendía otro cigarrillo entre sus dedos.
-Un cheque en blanco. -propuso de golpe, sin mayor explicación. Sabía que el demonio frente a él entendería perfectamente a lo que se refería, que no era sino básicamente el completo control de su alma. Un contrato en blanco con lucifer. La posibilidad de llenar aquello con todo capricho, con cada riesgo, una cadena al cuello que no haría sino convertirlo en un nuevo perro a sus pies. ¿Tendría el joven demonio una obsesión, un amor ciego, que lo llevara a aceptar tan desfavorables términos?
-Un cheque en blanco y Dantelion te recordará. ¿Aceptas? -colgó el cigarrillo en sus labios y extendió la misma mano en su dirección, esperando el cierre del trato con el diablo.
-No sé por qué crees que me ofende no cumplir las expectativas como esa cabeza tuya se imagina que debería ser el señor del abismo.- suspiró, moviéndose para ingresar a la barra y buscar entre las botellas las que más llamaran su atención. Las demás eran descartadas, siendo lanzadas sin pena ni tacto a lugares diferentes del recinto, generando estrépitos por aquí y por allá.
Las seleccionadas las destapó hábilmente con el borde de la mesa y volviendo cerca de Raum, comenzó a derramar el líquido desde la barra hacia varios de los desmayados presentes en el suelo mientras seguía con la charla con un aire tranquilo, como si tuvieran toda la noche para hablar.
-Ah. Probablemente te decepcionaría el sabor. Es una mezcla insulsa y sin gracia para un paladar como el nuestro. El de los dragones, lamentablemente... -recalcó- no alcancé a probarlo. Aunque bueno eso de los corazones es un pasatiempo bastante juvenil. -volvió a reír sabiendo perfectamente que cada palabra solo lograría agrandar el rechazo de Raum por él, pero de todas formas el sentir del lucero hacia aquel esbirro no era sino mayormente indiferencia, e incluso así prestó bastante atención a su suplica mientras vaciaba las botellas, las lanzaba a alguna pared y encendía otro cigarrillo entre sus dedos.
-Un cheque en blanco. -propuso de golpe, sin mayor explicación. Sabía que el demonio frente a él entendería perfectamente a lo que se refería, que no era sino básicamente el completo control de su alma. Un contrato en blanco con lucifer. La posibilidad de llenar aquello con todo capricho, con cada riesgo, una cadena al cuello que no haría sino convertirlo en un nuevo perro a sus pies. ¿Tendría el joven demonio una obsesión, un amor ciego, que lo llevara a aceptar tan desfavorables términos?
-Un cheque en blanco y Dantelion te recordará. ¿Aceptas? -colgó el cigarrillo en sus labios y extendió la misma mano en su dirección, esperando el cierre del trato con el diablo.
Drayden Köhler- Ocupación : DJ
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Fecha de inscripción : 28/02/2015
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
-Tsk-chasque mi lengua por el comentario sobre realizar su trabajo-Dan siempre la tuvo difícil, porque se encargaba de todos sus deberes-hable esta vez sin medirme sobre la mirada que le proporcione, me enfurecía el hecho de que no pudiera ver sus propias faltas en gobernar, siempre se tomaba sus obligaciones a la ligera, si no fuera por sus lacayos competentes el infierno seria un lugar salvaje sin control.
Seguí sus movimientos mientras conseguía una que otra botella de sus refinados gustos, mire común pizca de recelo lo que había a su caminar, mientras con atención escuchaba sobre el sabor del corazón de un ángel, aun cuando hablo como si supiera a algo asqueroso de probar mi curiosidad no se saciaba con facilidad- "El de los dragones, lamentablemente...2-aquella frase provoco una pequeña sonrisa en la comisura de mis labios-Aunque sea un pasatiempo juvenil, no creo que lo deje algún día, después de todo es lo único que me nutre sin tener que acostarme con las criaturas, a diferencia de usted, debo alimentarme de alguna manera-le comente como si fuera algo obvio de saber y no supiera sobre el tema, me gustaba hablar como si le estuviera dando una lección sobre criaturas mixtas. Volví a tomar mi copa, ahora para tomar del liquido que estaba más que viscoso con el corazón dentro de este, sin dejar de mirar aún sus extraños movimientos con las botellas, algo dentro de mi me susurraba que no bajara la guardia.
"-Un cheque en blanco" -aquella frase casi hace que me atore con mi trago, mi cabeza se volteo rápidamente en su dirección y abrí los ojos más que sorprendido por lo que me pedía, sabia que era capaz de humillarme o hacerme trabajar como aquellos demonios inferiores, pero se tomo realmente en serio lo de hacer lo que fuera...quería mi alma, firmar un contrato con el mismísimo diablo.
-Tener un contrato con usted ya es algo de temer, pero vender mi alma...-volví a mi postura anterior, me acomode un poco el cabello, como si el tema fuera una simple charla sin importancia-de verdad que jamás podre llevarme con usted mi se-ñor.-decidí levantarme de mi asiento, pase un mecho de mi cabello por detrás de mi oreja y me propuse caminar en su dirección, viéndolo tan sereno, con sus típicos ojos de burla, por poco pienso en soltarle un golpe en la cara, pero contuve la compostura, ya parado frente a frente, levante un poco mi cabeza para mirarlo a los ojos, ojos que eran como mirar un abismo, uno que quería consumirte, una gota de sudor callo por mi cuello, una voz en mi cabeza me decía que no lo hiciera, que era un error, pero decidí no hacerle caso, ¿Qué era yo sin Dan? prefería acabar con todo y luego morir que estar sin el en este mundo, suspire-Acepto, tendrás un cheque en blanco de mí-hable mientras estrechaba la mano de Lucifer.
En el momento de aceptar el trato, sentía que me corazón era presionado con algo, como si unas cadenas con púas estuvieran acorralándolo, pero decidí no demostrar sumisión al acto, seguía sin apartar mis ojos, unas cadenas se formaron alrededor de mi cuello y eran direccionadas al ser parado frente a mi, sentí la presión de ellas, desaparecieron después de unos segundos, pero sabia que estaban allí, demostrando que mi alma ya le pertenecía y sabia que en el momento de que diera una orden aparecerían a mi alrededor mostrando que no me podía negar a sus peticiones...-Ahora devuélveme a mi Dantalion
Seguí sus movimientos mientras conseguía una que otra botella de sus refinados gustos, mire común pizca de recelo lo que había a su caminar, mientras con atención escuchaba sobre el sabor del corazón de un ángel, aun cuando hablo como si supiera a algo asqueroso de probar mi curiosidad no se saciaba con facilidad- "El de los dragones, lamentablemente...2-aquella frase provoco una pequeña sonrisa en la comisura de mis labios-Aunque sea un pasatiempo juvenil, no creo que lo deje algún día, después de todo es lo único que me nutre sin tener que acostarme con las criaturas, a diferencia de usted, debo alimentarme de alguna manera-le comente como si fuera algo obvio de saber y no supiera sobre el tema, me gustaba hablar como si le estuviera dando una lección sobre criaturas mixtas. Volví a tomar mi copa, ahora para tomar del liquido que estaba más que viscoso con el corazón dentro de este, sin dejar de mirar aún sus extraños movimientos con las botellas, algo dentro de mi me susurraba que no bajara la guardia.
"-Un cheque en blanco" -aquella frase casi hace que me atore con mi trago, mi cabeza se volteo rápidamente en su dirección y abrí los ojos más que sorprendido por lo que me pedía, sabia que era capaz de humillarme o hacerme trabajar como aquellos demonios inferiores, pero se tomo realmente en serio lo de hacer lo que fuera...quería mi alma, firmar un contrato con el mismísimo diablo.
-Tener un contrato con usted ya es algo de temer, pero vender mi alma...-volví a mi postura anterior, me acomode un poco el cabello, como si el tema fuera una simple charla sin importancia-de verdad que jamás podre llevarme con usted mi se-ñor.-decidí levantarme de mi asiento, pase un mecho de mi cabello por detrás de mi oreja y me propuse caminar en su dirección, viéndolo tan sereno, con sus típicos ojos de burla, por poco pienso en soltarle un golpe en la cara, pero contuve la compostura, ya parado frente a frente, levante un poco mi cabeza para mirarlo a los ojos, ojos que eran como mirar un abismo, uno que quería consumirte, una gota de sudor callo por mi cuello, una voz en mi cabeza me decía que no lo hiciera, que era un error, pero decidí no hacerle caso, ¿Qué era yo sin Dan? prefería acabar con todo y luego morir que estar sin el en este mundo, suspire-Acepto, tendrás un cheque en blanco de mí-hable mientras estrechaba la mano de Lucifer.
- Referencias de las cadenas:
En el momento de aceptar el trato, sentía que me corazón era presionado con algo, como si unas cadenas con púas estuvieran acorralándolo, pero decidí no demostrar sumisión al acto, seguía sin apartar mis ojos, unas cadenas se formaron alrededor de mi cuello y eran direccionadas al ser parado frente a mi, sentí la presión de ellas, desaparecieron después de unos segundos, pero sabia que estaban allí, demostrando que mi alma ya le pertenecía y sabia que en el momento de que diera una orden aparecerían a mi alrededor mostrando que no me podía negar a sus peticiones...-Ahora devuélveme a mi Dantalion
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
.El señor del abismo dejó escapar una risotada ruidosa y descarada ante las palabras indignadas de Raum. -¿Por qué estás haciendo reclamos en nombre de Dantalion? No veo razón por la cual tendrías que pronunciarte por algo que ni a él le molesta. ¿Acaso ahora además de tu complejo de devoto, te has vuelto su madre? -su voz resonó ligera, casi alegre, como si todo aquello fuera un buen chiste. No le enojaban las recriminaciones de Raum, después de todo no eran mentira, él no tenía la más mínima intención de gobernar el infierno como aquel de arriba pretendía que lo hiciese. La rebeldía y el orgullo seguían siendo su principal pecado.
-Me llama la atención que un demonio como tú tenga tanta aversión al sexo. ¿Ves? Serías un buen candidato para arriba de no ser por tu poco carismática personalidad. -le explicó mientras seguía fumando sin prestar atención al tiempo que transcurría, como si en realidad tuvieran todo el tiempo del mundo para charlar.- Quiero decir, siendo lógicos, es mucho más sencillo y eficiente que andar robando corazones por ahí, ¿no? -el tono de su voz hizo énfasis en las palabras que sacadas de contexto podrían sonar delirantemente cómicas.
“De verdad que jamás podre llevarme con usted mi señor.” Aquellas palabras lo deleitaron. Era la confirmación honesta de que ni por ser un esbirro desesperado, aquel demonio era capaz de dejar su orgullo por completo de lado y eso, ese único rasgo en su personalidad, hacían que Lucifer recordara su nombre y su rostro. Por insignificante que fuera, Raum seguía reflejando una parte de él así como cada criatura del inframundo. E incluso así, sin siquiera titubear, el demonio aceptó su oferta y abandonó todo su ser en manos del rey del infierno por un amor enfermizo y no correspondido.
“Patético.” Pensó Lucifer, quien jamás había sentido un apego tal que sobrepasara su amor propio y lo dejara tan desprotegido, en gran desventaja, frente a alguien más. La sonrisa del lucero se torció con incomodidad, con incomprensión y con un ligero dejo de asombro mientras las cadenas aparecían enrolladas en su mano, otorgándole poder y control absoluto, como un licor embriagándolo de pies a cabeza.
-Pídelo por favor. -se burló mientras la cadena desaparecía, cerrando el pacto.- Volverán sus recuerdos, no te preocupes, pero yo decidiré cuales y cuando. Hasta entonces procura no hacerme trabajar de más. Limpiar el desastre de los jóvenes es realmente odioso. -dicho eso dejó caer el cigarrillo encendido sobre una de las personas que se encontraban desmayadas en el suelo, empapadas en licores. Líquido que no tardó en encenderse como una cadena luminosa o una serpiente de fuego que danzó por cada rincón del bar, provocando un gran incendio potenciado por sus poderes.
-No toleraré quejas. -le advirtió.
-Me llama la atención que un demonio como tú tenga tanta aversión al sexo. ¿Ves? Serías un buen candidato para arriba de no ser por tu poco carismática personalidad. -le explicó mientras seguía fumando sin prestar atención al tiempo que transcurría, como si en realidad tuvieran todo el tiempo del mundo para charlar.- Quiero decir, siendo lógicos, es mucho más sencillo y eficiente que andar robando corazones por ahí, ¿no? -el tono de su voz hizo énfasis en las palabras que sacadas de contexto podrían sonar delirantemente cómicas.
“De verdad que jamás podre llevarme con usted mi señor.” Aquellas palabras lo deleitaron. Era la confirmación honesta de que ni por ser un esbirro desesperado, aquel demonio era capaz de dejar su orgullo por completo de lado y eso, ese único rasgo en su personalidad, hacían que Lucifer recordara su nombre y su rostro. Por insignificante que fuera, Raum seguía reflejando una parte de él así como cada criatura del inframundo. E incluso así, sin siquiera titubear, el demonio aceptó su oferta y abandonó todo su ser en manos del rey del infierno por un amor enfermizo y no correspondido.
“Patético.” Pensó Lucifer, quien jamás había sentido un apego tal que sobrepasara su amor propio y lo dejara tan desprotegido, en gran desventaja, frente a alguien más. La sonrisa del lucero se torció con incomodidad, con incomprensión y con un ligero dejo de asombro mientras las cadenas aparecían enrolladas en su mano, otorgándole poder y control absoluto, como un licor embriagándolo de pies a cabeza.
-Pídelo por favor. -se burló mientras la cadena desaparecía, cerrando el pacto.- Volverán sus recuerdos, no te preocupes, pero yo decidiré cuales y cuando. Hasta entonces procura no hacerme trabajar de más. Limpiar el desastre de los jóvenes es realmente odioso. -dicho eso dejó caer el cigarrillo encendido sobre una de las personas que se encontraban desmayadas en el suelo, empapadas en licores. Líquido que no tardó en encenderse como una cadena luminosa o una serpiente de fuego que danzó por cada rincón del bar, provocando un gran incendio potenciado por sus poderes.
-No toleraré quejas. -le advirtió.
Drayden Köhler- Ocupación : DJ
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Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
Nuevamente sentía como una vena se marcaba en mi cuello, tenerlo tanto tiempo cerca de mi me causaba hasta alergia en la piel, sus chistes de poca gracia me generaba tanta ira que un cuchillo en su cráneo no sariá suficiente.-No soy la madre de nadie, preocuparme de mi señor es el trabajo de una buena mano derecha, además ser uno de los seres celestiales no me viene, terminaría nuevamente aquí abajo, como algunos...-le respondí con la voz más calmada que pude generar, quizá no funcionando tan bien...
Moví mi mano a mi cuello, masajeando la zona que sentía como si algo estuviera aferrado a él, la sensación era soportable, pero molesta, como si en todo momento me dijera que si la persona lo deseara, podría tirar de mi y arrastrarme a donde fuese....-tan molesto..-susurre, para mi mismo, el lucero ahora se encontraba más cerca de mi con ese aire de superioridad y calma que demostraba cada que trataba de darle un golpe bajo, jamás dejaría de desagradarme. Cuando hablo de devolver las memorias de Dandelion "pidiendolo" fue algo que no me soprendio tanto como creia, ya tenia más que claro que usaría cada oportunidad de humillarme...-Por favor mi señor, este súbdito le pide que Dantalion vulva a nosotros-termine la frase con una mordida de lengua, creía que esa era la única manera de poder impedirme decir alguna barbaridad la cual enfadara al soberano y terminara sin Dantalion y barriendo cada pasillo de su abandonado castillo...
-Solo deseo que esta vez pueda volver a ver al Dantalion de quien me enamore...-susurre, sin saber si aquel hombre ahora frente a mi me había escuchado. Lanzo su cigarrillo al desastre que había creado, pendiendo en llamas todo el bar, rodeados de llamas, sin decir nada, solo lo mire a los ojos, que tan rojos como la sangre brillaban con llamas dentro de él, sentía que mi alma ya estaba allí dentro, quemándose y retorciéndose en aquellos ojos...
-Ahora solo puedo esperar a que cumplas tu palabra...
Moví mi mano a mi cuello, masajeando la zona que sentía como si algo estuviera aferrado a él, la sensación era soportable, pero molesta, como si en todo momento me dijera que si la persona lo deseara, podría tirar de mi y arrastrarme a donde fuese....-tan molesto..-susurre, para mi mismo, el lucero ahora se encontraba más cerca de mi con ese aire de superioridad y calma que demostraba cada que trataba de darle un golpe bajo, jamás dejaría de desagradarme. Cuando hablo de devolver las memorias de Dandelion "pidiendolo" fue algo que no me soprendio tanto como creia, ya tenia más que claro que usaría cada oportunidad de humillarme...-Por favor mi señor, este súbdito le pide que Dantalion vulva a nosotros-termine la frase con una mordida de lengua, creía que esa era la única manera de poder impedirme decir alguna barbaridad la cual enfadara al soberano y terminara sin Dantalion y barriendo cada pasillo de su abandonado castillo...
-Solo deseo que esta vez pueda volver a ver al Dantalion de quien me enamore...-susurre, sin saber si aquel hombre ahora frente a mi me había escuchado. Lanzo su cigarrillo al desastre que había creado, pendiendo en llamas todo el bar, rodeados de llamas, sin decir nada, solo lo mire a los ojos, que tan rojos como la sangre brillaban con llamas dentro de él, sentía que mi alma ya estaba allí dentro, quemándose y retorciéndose en aquellos ojos...
-Ahora solo puedo esperar a que cumplas tu palabra...
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
-Claro que cumpliré mi palabra.-aseguró el príncipe del averno mientras todo a su alrededor comenzaba a arder en llamas, importándole poco el olor a carne chamuscada y el crujir de las telas al ser consumidas a cenizas. Para él un paisaje como ese era como un jardín de flores para el más romántico ser humano en la tierra.- Pero como dije, yo decidiré cuáles y cuando volverán aquellos recuerdos. -Lucifer caminó con parsimonia hasta detener sus pasos frente a Raum, a quién tomó de la barbilla con apenas su dedo índice y el pulgar, levantando un poco su mentón, más que como una burla, era como si el príncipe oscuro estuviera intentando leer o entender algo en lo más profundo del alma del esbirro que tenía en frente.
-Jamás entenderé tu obsesión con Dantalion. ¿No te parece evidente que jamás te corresponderá incluso si sacrificas tu alma y tu vida misma? -por un momento Lucifer dejó de lado su sorna habitual y tanto su voz como su intención sonó incluso un poco paternal. Quizás aunque no quisiera explorar ese lado de su personalidad, algo de lástima le generaba que sus lacayos cayeran en las mentiras del supuesto amor que las criaturas podrían profesarse entre sí y la condena inminente de aquellos sentimientos inútiles.
Con apenas un corto suspiro Drayden dejó ir el rostro del muchacho y abrió un nuevo portal, esta vez en dirección a su departamento.
-En tres días Dan volverá a recordarte, pero procura ser útil y no generar nuevos desastres de los que me tenga que hacer cargo, de lo contrario iré agregando recuerdos hasta que te vuelva a detestar. -le advirtió.- Si eso es todo lo que querías hablar entonces nos veremos en el sello. Trabajarás para mí un poco ahí también. -y con eso último finalmente el lucero caído desapareció de la escena con un aire de leve cansancio o silente introspección poco común en él.
-Jamás entenderé tu obsesión con Dantalion. ¿No te parece evidente que jamás te corresponderá incluso si sacrificas tu alma y tu vida misma? -por un momento Lucifer dejó de lado su sorna habitual y tanto su voz como su intención sonó incluso un poco paternal. Quizás aunque no quisiera explorar ese lado de su personalidad, algo de lástima le generaba que sus lacayos cayeran en las mentiras del supuesto amor que las criaturas podrían profesarse entre sí y la condena inminente de aquellos sentimientos inútiles.
Con apenas un corto suspiro Drayden dejó ir el rostro del muchacho y abrió un nuevo portal, esta vez en dirección a su departamento.
-En tres días Dan volverá a recordarte, pero procura ser útil y no generar nuevos desastres de los que me tenga que hacer cargo, de lo contrario iré agregando recuerdos hasta que te vuelva a detestar. -le advirtió.- Si eso es todo lo que querías hablar entonces nos veremos en el sello. Trabajarás para mí un poco ahí también. -y con eso último finalmente el lucero caído desapareció de la escena con un aire de leve cansancio o silente introspección poco común en él.
Drayden Köhler- Ocupación : DJ
Mensajes : 58
Fecha de inscripción : 28/02/2015
Re: Una charla desagradable [priv. Drayden Köhler]
El rey de las tinieblas y ahora dueño de mi alma estaba siendo muy comprensivo, quizá solo por el hecho del pacto ya sellado, lo hacia volverse responsable de aquello que era su trabajo. Al mismo tiempo que las llamas nos rodeaban por aquel bar, sus pasos resonaron por el caluroso lugar, llegando a estar justo frente a mi, sus manos tocaron parte de mi rostro, poniéndome un poco tenso, no sabía que era lo que podía llegar a pedirme con esa cara "amistosa" que ponía antes de tirar uno que otro comentario molesto.
Mi mirada de odio se suavizó cuando el lucero pronunció aquellas palabras, me había dejado un poco sorprendido, por un segundo pensé que realmente alguien como él se preocupa por una alma como la mía, pero aquello fue desvanecido cuando recordé por lo que estaba allí, por el cual había perdido mi libertad, así que mis ojos de molestia volvieron, pero antes de poder si quiera contestar el oscuro rey me solto, abriendo un portal-Espera, ¿Trabajar en el sello? -pero al terminar su frase, sin siquiera voltear al escuchar mi pregunta, desaparecio de aquel lugar que ahora estaba casi consumido por completo.
Ya estando completamente solo, redeado de humo y fuego pude ser consiente de todo lo que el angel caído había hablado y dicho sobre los recuerdos de Dantalion, algo en mi se movió, me enomocionaba pensarlo, no era nada trabajar en ese sello, que mi libertad perteneciera a otro, solo quería que Dan recordara nuestros buenos momentos, tener otra oportunidad, quizá ahora sí podríamos intentar ser felices, felices los dos...- Quizá, no, no, debo ser paciente, debo saber manejar la situación, si me odia, será mi fin...
Los pensamientos tanto negativos y positivos se apoderaron de mi mente, todo podía terminar mal si no lograba hacer las cosas bien está vez. Las llamas de fuego ahora a mis pies me trajeron de vuelta de mis pensamientos, una que otra llama toco parte de mis ropas, decidí sacudirlas y al momento de acomodar mi vestimenta abrí un portal, con paso firme y sin mirar todo aquel desastre, decidí salir de ahora tan devastado lugar.
Mi mirada de odio se suavizó cuando el lucero pronunció aquellas palabras, me había dejado un poco sorprendido, por un segundo pensé que realmente alguien como él se preocupa por una alma como la mía, pero aquello fue desvanecido cuando recordé por lo que estaba allí, por el cual había perdido mi libertad, así que mis ojos de molestia volvieron, pero antes de poder si quiera contestar el oscuro rey me solto, abriendo un portal-Espera, ¿Trabajar en el sello? -pero al terminar su frase, sin siquiera voltear al escuchar mi pregunta, desaparecio de aquel lugar que ahora estaba casi consumido por completo.
Ya estando completamente solo, redeado de humo y fuego pude ser consiente de todo lo que el angel caído había hablado y dicho sobre los recuerdos de Dantalion, algo en mi se movió, me enomocionaba pensarlo, no era nada trabajar en ese sello, que mi libertad perteneciera a otro, solo quería que Dan recordara nuestros buenos momentos, tener otra oportunidad, quizá ahora sí podríamos intentar ser felices, felices los dos...- Quizá, no, no, debo ser paciente, debo saber manejar la situación, si me odia, será mi fin...
Los pensamientos tanto negativos y positivos se apoderaron de mi mente, todo podía terminar mal si no lograba hacer las cosas bien está vez. Las llamas de fuego ahora a mis pies me trajeron de vuelta de mis pensamientos, una que otra llama toco parte de mis ropas, decidí sacudirlas y al momento de acomodar mi vestimenta abrí un portal, con paso firme y sin mirar todo aquel desastre, decidí salir de ahora tan devastado lugar.
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