Tentando a la suerte (Privado - Shitori)

Cuando se inscribió para una audición lo había hecho casi tentando a la suerte, no estaba ni siquiera seguro de que fueran a tenerle en cuenta, ¿cuántos se presentarían a la firma? era uno de muchos. El día en que recibió la llamada esperada, casi se le cayó el teléfono dentro del bol de cereales, estuvo tan lleno de alegría que tan pronto como colgaron, se levantó tan repentinamente que tiró al silla al suelo para luego coger a su ardilla (con cuidado) y ponerse a bailar con ella por toda la sala de estar. Pero eso duró poco, de golpe sintió los nervios en su estómago y los intestinos saltar la comba, ese día no pudo despegarse del váter. Pero era feliz al fin y al cabo.

Se preparó lo suficiente, llegada la fecha andaba a paso seguro y pareciendo que aquello no era nada, como si fuera a hablar sobre el clima de hoy, como si lo único que tuviera que hacer es subir ahí y soltar un “hola” e irse… pero no, realmente estaba cagado de los nervios, ¿y si salía mal? Había cantado en público anteriormente, su mejor oyente era su amigo de toda la vida, pero eso era mucho más grande, más importante, sería decisivo para él y su futuro. No esperaba que el dinero y la fama le cayera del cielo de un día para otro, de hecho ni siquiera buscaba la fama, él quería el dinero y poder expresarse al mundo. En cuanto sus pasos se detuvieron delante de la puerta, no pudo evitar sentir sus adentros estrujarse, comprimiendose como si en su cuerpo no hubiera espacio, ¿en serio tendría que correr al baño justo ahora? No tenía tiempo para eso.

- Empiezo bien… -dijo para sí cogiendo aire luego, al menos conseguía mantener aquella fachada tranquila y “cool” que se había formado por años con tanto esfuerzo, eso no iría a ser nada en comparación a todo por lo que ha pasado. Crujió su cuello, se masajeó el hombro y entró, no dijo nada, fue directo al escenario creyendo que como le hicieran esperar un rato más podría orinarse ahí mismo del nervio. Esperando le entró una duda, ¿debería presentarse? ¿ir directo a cantar e irse? ¿tenía que bailar? ¡tenía que haber preguntado antes! Pero nada, ya estaba ahí. Por suerte se había traído el CD con el instrumental de fondo, no sabía si era algo necesario o si con su voz bastaba, pero por si acaso era mejor ir prevenido.