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[Mansión Cryzard] Aurora (Priv. Camille)
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Music is War :: Glass City :: Área Residencial :: Mansiones
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[Mansión Cryzard] Aurora (Priv. Camille)
Un caballero no tiene memoria es lo que suelen decir comúnmente para no sentir culpa, claramente no era el caso de Camus. El conde sabía de antemano que ahora debía mantenerse fuerte para su hermana, si a él le parecía doloroso, para ella lo era el doble y lo rectificó aún más luego de las tristes palabras que inundaron sus oídos.
Su ineptitud para manejar los sentimientos de su hermana para consigo habían ocasionado en parte lo que había sucedido, eso lo tenía claro...y más aún le preocupaba que la reina tenía conciencia de la problemática del asunto
¿Y si le ordenaba volver junto a Camille a Permafrost?
¿Y si le ordenaba volver junto a Camille a Permafrost?
"Quizás...sea mejor para ambos..."
Más aún... Debería manejar todo el problema más tarde para mantener a Camille a salvo de cualquier rumor, esto podría arruinar su vida para siempre.
Mantuvo silencio, al llegar dirigió a Alexander al patio trasero, bajó del caballo y Alexander en una suerte de ayuda se inclinó ligeramente para que su amo pudiera tomar a Camille más fácilmente.
Le miró directamente a los ojos- No voy a ordenarte tal cosa, Camille...vamos, necesitamos entrar...estás muy fría-Se acercó a ella y extendió sus brazos a la altura de ella- No quiero ser inoportuno...¿Puedo?-le sonrió con cierto dejo amargo, pero su rostro lucía tan amable como solía ser cuando jugaban de niños- No te alejes de mi...Permiteme ayudarte, por favor...
Camus R. Cryzard- Ocupación : Manager
Mensajes : 128
Fecha de inscripción : 05/08/2014
Edad : 33
Re: [Mansión Cryzard] Aurora (Priv. Camille)
El silencio de su hermano parecía confirmar todas sus sospechas y temores, el gran conde de Silk Palace no era digno de tal espectáculo y claro que ella estaba consciente de eso. Ni siquiera era una posibilidad volver a su hogar con la Reina ¿Qué querría su amada reina con una mujer como ella?
Su mente vagaba por los distintos escenarios que le deparaba el futuro, cada uno más oscuro que el anterior hasta que llegaron a la casa y ya en el patio trasero sintió cómo el calor de su hermano que la había envuelto todo el viaje, la abandonaba ya que éste bajaba del caballo, se abrazó a si misma, preparándose para el rechazo del otro, aunque para su sorpresa su hermano actuó contrariamente a lo que se hubiera podido imaginar.
¿No quieres que me aleje de ti? Pero... Mírame... -Murmuró sin apartar sus ojos de los del otro que brillaban con la misma intensidad de siempre, tal y como cuando eran niños y en el mundo solo existían ellos dos- In-Oportuno - Repitió la palabra incrédula ¿Acaso estaba soñando? ¿Cómo era posible que el mayor siguiera siendo tan amable con ella luego de todo lo ocurrido? ¿Luego de verla en tal estado? Estiró sus brazos y de forma casi automática rodeó el cuello del mayor con éstos para dejarse tomar y acercarse una vez más al calor de su hermano- No quiero alejarme de ti, sabes la clase de tonta que soy... Pero tú mereces mucho más que ésto, Camus -Murmuró escondiendo su rostro en el cuello del mayor, no usaba su nombre casi nunca, solo en ocasiones como esa, donde era absolutamente necesario que su hermano entendiera- Todo ésto es mi culpa, me lo busqué por descuidada y no quiero aproblemarte. Quiero estar contigo siempre, como prometimos cuando eramos niños ¿Recuerdas? Yo siempre recuerdo... Uno de esos días en los que ya tenías deberes y debías dejarme, prometimos estar siempre juntos, yo prometí nunca dejarte hasta que tú me lo ordenaras... Si puedes aceptar en tu casa a alguien como yo... Yo me quedaré contigo.
Su mente vagaba por los distintos escenarios que le deparaba el futuro, cada uno más oscuro que el anterior hasta que llegaron a la casa y ya en el patio trasero sintió cómo el calor de su hermano que la había envuelto todo el viaje, la abandonaba ya que éste bajaba del caballo, se abrazó a si misma, preparándose para el rechazo del otro, aunque para su sorpresa su hermano actuó contrariamente a lo que se hubiera podido imaginar.
¿No quieres que me aleje de ti? Pero... Mírame... -Murmuró sin apartar sus ojos de los del otro que brillaban con la misma intensidad de siempre, tal y como cuando eran niños y en el mundo solo existían ellos dos- In-Oportuno - Repitió la palabra incrédula ¿Acaso estaba soñando? ¿Cómo era posible que el mayor siguiera siendo tan amable con ella luego de todo lo ocurrido? ¿Luego de verla en tal estado? Estiró sus brazos y de forma casi automática rodeó el cuello del mayor con éstos para dejarse tomar y acercarse una vez más al calor de su hermano- No quiero alejarme de ti, sabes la clase de tonta que soy... Pero tú mereces mucho más que ésto, Camus -Murmuró escondiendo su rostro en el cuello del mayor, no usaba su nombre casi nunca, solo en ocasiones como esa, donde era absolutamente necesario que su hermano entendiera- Todo ésto es mi culpa, me lo busqué por descuidada y no quiero aproblemarte. Quiero estar contigo siempre, como prometimos cuando eramos niños ¿Recuerdas? Yo siempre recuerdo... Uno de esos días en los que ya tenías deberes y debías dejarme, prometimos estar siempre juntos, yo prometí nunca dejarte hasta que tú me lo ordenaras... Si puedes aceptar en tu casa a alguien como yo... Yo me quedaré contigo.
Camille R. Cryzard- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 109
Fecha de inscripción : 19/12/2014
Edad : 28
Re: [Mansión Cryzard] Aurora (Priv. Camille)
Al ser bien recibido Camus dejó que se aferrara a su cuello, cual niña deseosa de protección. Camille parecía incluso más liviana que en otras ocasiones, la sostuvo delicado mientras ella se envolvía en la culpa y el la tomaba una vez más como a una princesa.
Camille...mi mayor preocupación en este momento no soy yo...-su voz sonó acongojada.
Comenzó a caminar con ella, los delgados y blancos brazos de Camille estaban amoratados y llenos de marcas. Alexander volvía a su forma canina original y seguía a su mano con paso cauteloso.- tampoco lo que yo merezca o no...
Abrió las puertas de su hogar y entro con ella- Mi mayor preocupación ahora es tu seguridad...Ahora ya estás en casa, Camille.
No voy a despreciarte por lo sucedido y creo que analizar la situación ahora mismo no es algo que te resulte beneficioso.-cerró la puerta con su cuerpo ya cuando Alexander estaba dentro y dejó descansar a su hermana en uno de los sofas de la sala de estar- Iré a preparar un baño caliente para ti, luego curaremos tus heridas- acercó su mano al rostro de la chica y ordenó las hebras doradas desordenadas sobre el rostro cincelado marcado por la violencia que había recibido. Guardó silencio un momento, el nudo en la garganta fue más notorio y su usual entereza parecía querer desfallecer. No podía creer que su preciada y amada hermana estaba en esas condiciones.
Aún en la oscuridad de la habitación donde solo la luz de la luna los acompañaba los ojos de Camus parecían implorantes- Mis labios no te ordenarán nada...estarás aquí, conmigo como lo prometimos.- volvió a cobijarla con su saco y giró su cuerpo sin volver a mostrar el rostro, no podía, no ahora.Suavizó su voz y prosiguió- Espera aquí...no tardaré- hizo un gesto con la mano para que Alexander se acercara a Camille y subió al segundo piso para preparar todo.
Camille...mi mayor preocupación en este momento no soy yo...-su voz sonó acongojada.
Comenzó a caminar con ella, los delgados y blancos brazos de Camille estaban amoratados y llenos de marcas. Alexander volvía a su forma canina original y seguía a su mano con paso cauteloso.- tampoco lo que yo merezca o no...
Abrió las puertas de su hogar y entro con ella- Mi mayor preocupación ahora es tu seguridad...Ahora ya estás en casa, Camille.
No voy a despreciarte por lo sucedido y creo que analizar la situación ahora mismo no es algo que te resulte beneficioso.-cerró la puerta con su cuerpo ya cuando Alexander estaba dentro y dejó descansar a su hermana en uno de los sofas de la sala de estar- Iré a preparar un baño caliente para ti, luego curaremos tus heridas- acercó su mano al rostro de la chica y ordenó las hebras doradas desordenadas sobre el rostro cincelado marcado por la violencia que había recibido. Guardó silencio un momento, el nudo en la garganta fue más notorio y su usual entereza parecía querer desfallecer. No podía creer que su preciada y amada hermana estaba en esas condiciones.
Aún en la oscuridad de la habitación donde solo la luz de la luna los acompañaba los ojos de Camus parecían implorantes- Mis labios no te ordenarán nada...estarás aquí, conmigo como lo prometimos.- volvió a cobijarla con su saco y giró su cuerpo sin volver a mostrar el rostro, no podía, no ahora.Suavizó su voz y prosiguió- Espera aquí...no tardaré- hizo un gesto con la mano para que Alexander se acercara a Camille y subió al segundo piso para preparar todo.
Camus R. Cryzard- Ocupación : Manager
Mensajes : 128
Fecha de inscripción : 05/08/2014
Edad : 33
Re: [Mansión Cryzard] Aurora (Priv. Camille)
Mi mayor preocupación siempre eres tú, hermano, sé lo importante que es tu estatus para ti, nuestra reina... -Murmuró ante sus palabras aunque sus labios temblaron ante la mención de la última, una pequeña sonrisa triste e irónica adornó sus labios, aunque claro, el conde no podía verla por la posición en la que se encontraban. Inhaló el aroma de su hermano, el aroma de su hogar, de su lugar como su reina solía decirle, esperaba que eso le trajera algo de paz a su mente en aquel momento, no sentía ya nada-
Una vez dentro de la casa el agradable calor del interior la invadió inmediatamente, no es que el frío le molestara, al contrario, pero el calor de su hogar, el hogar que compartía con su hermano no tenía comparación alguna y ser aceptada nuevamente en ese lugar era impagable luego de todo lo sucedido- He estado segura desde que sentí tu presencia, con eso basta.
Asintió suavemente con su cabeza cuando su hermano dijo que no debían hablar del tema en ese momento, era su instinto obedecerle y su mente ya algo en blanco tampoco sabría como articular más palabras con respecto a lo sucedido, sentía su cuerpo adormecido y el dolor, pero eso era lo de menos. Al acomodarse en el sofá se sentó como era su costumbre, espalda recta, tobillos cruzados y piernas hacia un lado, sin mirar a su hermano acomodó sus ropas para no dejar ver tanto de sus heridas o su estado de casi desnudes con su camisa sin botones, pero la vergüenza era algo lejano para ella ahora, estaba presente, pero actuaba de forma automática, como si observara todo desde un costado de la escena. Solo alzó la mirada al sentir la mano de su hermano en su rostro, sus ojos se abrieron con sorpresa ante tal gesto, normalmente hubiera inclinado su rostro hacia la caricia propinada, pero no podía moverse, solo lo observó con sus grandes ojos celestes sorprendidos y asintió suavemente con su cabeza ante lo que el otro le decía aunque no creía que su hermano debía hacer tales cosas no le contradijo, podía ver en su rostro lo que le estaba haciendo pasar y eso era casi peor que todo lo demás. Hacer pasar a su hermano por algo tan horroroso.
Su sorprendida mirada permanecía en la de su hermano, sosteniéndola con la entereza que aun le quedaba- Juntos... -Murmuró automáticamente, pero se quedó perfectamente quiera para que el conde la cubriera una vez más. Lo siguió con la mirada mientras se alejaba y le parecía que el frío volvía a posarse en cada uno de sus músculos.
Al sentir a Alexander a su lado sonrió, pero no estiró su mano para tocarlo, no con esas manos sucias- Gracias por salvarme -Murmuró su agradecimiento al can y luego se vio sumida en el más absoluto silencio, agradecía lo oscuro de la habitación ya que no podía verse ni ver mucho más que las siluetas de los muebles ya que sabía donde estaban.
La idea de su hermano haciendo alguna clase de trabajo por ella no le gustaba, menos en ese momento, por lo que sin pensarlo se puso de pie y con pasos lentos y temblorosos fue a la cocina, calentó agua y preparó algo de té, cada acción calculada para no pensar en nada más, echar el agua en la tetera, tomar hojas de té, verterlo, preparar taza, tomar bandeja. Todo automático, sostuvo la bandeja con toda la firmeza que puso y con pasos temblorosos logró llegar hasta la mesa de centro, donde dispuso ésta, el té estaba listo y la taza con todo lo necesario, cubos de azúcar y demás estaba en su lugar para cuando su hermano bajara, calculaba que la temperatura del té estaría ideal una vez que él volviera, volvió a sentarse en la misma posición y esperó, dejando que su mente vagara solo por las hojas de té que se encontraban frente a ella y ya desprendían un aroma agradable.
Una vez dentro de la casa el agradable calor del interior la invadió inmediatamente, no es que el frío le molestara, al contrario, pero el calor de su hogar, el hogar que compartía con su hermano no tenía comparación alguna y ser aceptada nuevamente en ese lugar era impagable luego de todo lo sucedido- He estado segura desde que sentí tu presencia, con eso basta.
Asintió suavemente con su cabeza cuando su hermano dijo que no debían hablar del tema en ese momento, era su instinto obedecerle y su mente ya algo en blanco tampoco sabría como articular más palabras con respecto a lo sucedido, sentía su cuerpo adormecido y el dolor, pero eso era lo de menos. Al acomodarse en el sofá se sentó como era su costumbre, espalda recta, tobillos cruzados y piernas hacia un lado, sin mirar a su hermano acomodó sus ropas para no dejar ver tanto de sus heridas o su estado de casi desnudes con su camisa sin botones, pero la vergüenza era algo lejano para ella ahora, estaba presente, pero actuaba de forma automática, como si observara todo desde un costado de la escena. Solo alzó la mirada al sentir la mano de su hermano en su rostro, sus ojos se abrieron con sorpresa ante tal gesto, normalmente hubiera inclinado su rostro hacia la caricia propinada, pero no podía moverse, solo lo observó con sus grandes ojos celestes sorprendidos y asintió suavemente con su cabeza ante lo que el otro le decía aunque no creía que su hermano debía hacer tales cosas no le contradijo, podía ver en su rostro lo que le estaba haciendo pasar y eso era casi peor que todo lo demás. Hacer pasar a su hermano por algo tan horroroso.
Su sorprendida mirada permanecía en la de su hermano, sosteniéndola con la entereza que aun le quedaba- Juntos... -Murmuró automáticamente, pero se quedó perfectamente quiera para que el conde la cubriera una vez más. Lo siguió con la mirada mientras se alejaba y le parecía que el frío volvía a posarse en cada uno de sus músculos.
Al sentir a Alexander a su lado sonrió, pero no estiró su mano para tocarlo, no con esas manos sucias- Gracias por salvarme -Murmuró su agradecimiento al can y luego se vio sumida en el más absoluto silencio, agradecía lo oscuro de la habitación ya que no podía verse ni ver mucho más que las siluetas de los muebles ya que sabía donde estaban.
La idea de su hermano haciendo alguna clase de trabajo por ella no le gustaba, menos en ese momento, por lo que sin pensarlo se puso de pie y con pasos lentos y temblorosos fue a la cocina, calentó agua y preparó algo de té, cada acción calculada para no pensar en nada más, echar el agua en la tetera, tomar hojas de té, verterlo, preparar taza, tomar bandeja. Todo automático, sostuvo la bandeja con toda la firmeza que puso y con pasos temblorosos logró llegar hasta la mesa de centro, donde dispuso ésta, el té estaba listo y la taza con todo lo necesario, cubos de azúcar y demás estaba en su lugar para cuando su hermano bajara, calculaba que la temperatura del té estaría ideal una vez que él volviera, volvió a sentarse en la misma posición y esperó, dejando que su mente vagara solo por las hojas de té que se encontraban frente a ella y ya desprendían un aroma agradable.
Camille R. Cryzard- Ocupación : Vocalista
Mensajes : 109
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Edad : 28
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