La charla Pactada

La noche del sábado pactado había llegado; entrada la semana tanto mi madre como mi abuela habían arribado a la ciudad ya que tenían que cooperar con la organización del evento que se llevaría acabo en el jardín japones de la ciudad. Era algo muy básico pero con elegancia, mostrar las distintas artes que se practicaban en vieja época en el país asiático, y quien mejor que una de las ex geisha mas famosas de Kyoto, como mi abuela , para esta tarea, ademas de mi madre, una de las magnates mas conocidas en el emporio de las hierbas para el té en varios lugares del mundo. 
Esa semana fue muy difícil... desde el incidente con Yuli... por dios, mi cabeza aun procesa las cosas como se debe, si antes tenia un desastre en mi cabeza, ahora las cosas se me estaban saliendo de las manos... como si en mi muralla hubiera grietas  y al tratar de arreglarlas simplemente se rompieran mas.

Lotte no era de mucha ayuda, no de mala manera dicha, pero ella estaba muy ocupada con sus presentaciones que no quise comentarle nada y tratar de mantenerme seria como siempre, no quería causarle problemas, debía volver a enfrentarme a mis emociones... y volver a ser golpeaba para aprender a encerrarlas mejor.

Mis tareas para ese día eran varias, yo había sido educada por mi abuela en las artes básicas y debía demostrarlas para dar el ejemplo. Entre ellas tenia una ceremonia de té, recitar poesía, sesión de fotos, danza y luego simplemente pasear por el lugar vestida como una geisha tradicional de Kyoto... no iba a ser una noche fácil... Sumando que Yuli estaría presente... simplemente rogaba que llegara en mi momento de descanso.



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El jardín estaba hermosamente decorado con luces tradicionales. Habían sido colocadas en los puentes sobre el lado y en la vegetación, dando un efecto realmente maravilloso a la noche.

Spoiler:

 Había locaciones donde se daban charlas informativas, otras donde había otras ceremonias de te o de arreglos florares. La gente paseaba viendo emocionada cada detalle; y yo? pues ya había terminado tanto una ceremonia de té en cooperativa con mi madre y ya había recitado poesía en una sala... no estaba cansada, aunque la prenda era algo pesada y me habían echo un peinado bastante cómodo para andar junto con los ornamentos correspondientes; ya el kimono y el maquillaje no lo eran tanto, si bien no estaba maquillada tan tradicional como conllevaba pintarse la cara de blanco y marcar los ojos y los labios, si tenia un maquillaje en tonos rojizos y dorados en los ojos y apenas habían usado labial del mismo tono carmín; según mi abuela tenia la piel tan blanca y perfecta que era absurdo usar el maquillaje tradicional así que solo iban a marcar mas algunas cosas. Con respecto a las prendas, era un hermoso kimono en negro con degradado de flores en tonos rojizos hacia abajo y en el hombro izquierdo; con una obi de seda con tramado de hojas en verdes y dorados.

Peinado, accesorios y vestimenta:

-Es solo una pequeña sesión, luego puede descansar dos horas antes de la interpretación de danza~

Comentaba mi madre DEMASIADO animada, el hecho de ver a su única hija tan fuera de su rutina en lo tradicional la emocionaba, y ni hablemos de mi abuela que estaba encantada.... yo solo agradecía que Lotte no estuviera presente porque serian 3 y eso... no era agradable.
Habían elegido una locación para las fotos cerca de la entrada

Spoiler:

No se si era buena modelo o que, pero en lo que iba desarrollándose la sesión no hubo queja, estaba tan sumergida en el asunto de Yuli... y si no aparecía? el objeto que le había dejado era demasiado preciado y lo iba a necesitar en la próxima actividad, pero eso era lo de menos, quería saber si había hecho lo correcto... Lo único que esperaba era encontrarlo en mi descanso y no en esta actividad... seria demasiado vergonzoso a mi gusto...

-Solo un par de fotos mas, linda, porque no te sientas en esa roca, dando la espalda pero girando tu rostro hacia aquí, de preferencia que tus ojos miren hacia abajo, con esa linda expresión de tranquilidad

Ahora era la abuela quien dirigía mas que el fotógrafo tal parece, pero el simplemente seguía en su trabajo, no aportaba demasiado, ella era la que sabia mas del asunto de la imagen que debía dar...

-Perfecto! tengo una nieta, hermosa~

Había sido una semana bastante caótica para mi, muchas cosas habían sucedido en aquellos días y poco había sido el tiempo libre que tuve para pensar en todo lo que debía.

Hablé con Ash respecto a muchas cosas, le exigí saber lo ocurrido en su noche de San Valentin y su respuesta solo confirmó la sospecha creciente que se había sembrado en mi mente. La charla pronto se transformó en discusión, quizás en algún momento temí volver a aquellos días de odio y rechazo, temí que el lobo volviera a descuartizar mi cuerpo, mas cuando admití que estaba muy confundido con mis sentimientos, pero él se contuvo. Se que lo hizo, pues nadie conoce mejor su carácter que yo, y se que en parte también cargaba con culpa, una culpa que no le permitía sentir derecho alguno para juzgarme. Los dos habíamos traicionado al otro y aunque no lo dijimos, sabíamos que aquello era solo una muestra de que tal vez nuestro tiempo juntos había acabado hace mucho. Tal vez Ash no debió venir a una ciudad tan diferente a nuestro pueblo. Era ingenuo creer que él podría adaptarse y era ingenuo creer que después de todo esto él optaría por quedarse...

Se marchó a plena luz del día, sabiendo que el pesado sueño y el sol brillante me impediría salir de mi letargo. Pese a sentir el sonido de sus pasos mi cuerpo fue incapaz de abandonar el ataúd y solo mis labios llamaron su nombre una última vez. Todo lo que quedó en la masión fue el leve aroma nostálgico del bosque y la banda roja de los Deuils que usaba en el brazo.

Lloré. Lloré como un niño y volví a sentir lo que era realmente estar solo. Ya no estaría Smile ni Ash a mi lado y aunque me dolía, sabía que no había forma alguna de que yo pudiera retenerlo. Esta vida no era para él y mi corazón en estos momentos no solamente era suyo. Dejarlo recuperar su libertad era tal vez la última cosa que podía hacer por él.

Sin darme cuenta la noche del sábado llegó. Procuré salir del ataúd un poco antes de lo habitual. No me había alimentado bien en esos días y mi rostro lo hacía notar, de alguna manera mis rasgos se habían endurecido a tal punto que me daban un aspecto sobrehumano evidente, en el límite de lo espeluznante. Me vestí con pantalones, zapatos y un abrigo, todo negro y sencillo, bajo él vestía una camisa blanca con bordes dorados y una chaquetilla negra, igual de simple que lo primero.

Spoiler:

Antes de llegar al jardín japonés procuré beber de un par de personas para no evidenciar mi naturaleza, pero tuve que forzarme a ello pues mi apetito seguía igual de ausente que los días previos.

Con el preciado objeto de Antoinette guardado dentro de mi abrigo, llegué al lugar que por un momento me trasladó por completo al japón antiguo. Las luces y el ambiente estaban muy bien trabajados, al recorrer los distintos puestos me descubrí maravillado, sonriendo sin querer. Por un momento olvidé incluso lo que había ido a hacer ahí hasta que de pronto la vi. Ella se veía diferente, más elegante y solemne. Estaban realizando una sesión de fotos por lo que sencillamente me quedé mirando desde una distancia prudente donde ella no pudiera verme, escondiendo esta vez a propósito mi presencia pues no quería interrumpir lo que hacía. Al acabar le permitiría sentir que yo estaba ahí.

Aproveché ese momento para mirar en detalle su vestimenta, su maquillaje, el aura que transmitía y de nuevo me sentí culpable de mis actos. Apreté los labios intentando no mostrar la expresión compungida que durante todos aquellos días había primado en mi rostro.

¿Ella también se alejaría?

Di una inspiración profunda, sabiendo que no servía de mucho torturarme con esa clase de pensamientos. Esta debía ser una hermosa noche porque podía notar que todo esto era importante para ella.

Una vez la sesión acabó la llamé en su mente.

"- Buenas noches, Antoinette. -" Y dejé que mi presencia se volviera notoria en el ambiente. Caminé unos pasos, pero mantuve la distancia para que de esa forma ella y solo ella, pudiera verme antes que los que la rodeaban.

Ya con un par de fotos más al fin había termiando el calvario.  No era muy paciente como modelo, pero debía cumplir los caprichitos tanto de mi madre   como de mi abuela...

-bien!  Ya puedes descansar cariño.  Recuerda estar a más 10 en la casa de te cerca del lado central

Comentó mi madre mientras yo solamente asenti,  luego ambas se retirarl  a su siguen te locación.  Por mi parte el sólo escuchar su voz en mi mente me hizo buscar a Yuli con la mirada, decir que sentí alivio de que este allí es poco.

-fue un placer trabajar para usted...

Tras una reverencia al fotógrafo me despedí de el y camine hasta estar frente frente ante Yuli...  se veía bien, como siempre,  pero algo en su rostro no me gustaba...  aquella palidez de más y sumando que estaba reprimiendo algo pro dentro me preocupaba...

- Yuli...  viniste,  me alegro mucho...

Una leve sonrisa se plasmó en mi rostro, estaba aliviada porque estaba allí, quería pro echar a solucionar mi reacción la otra noche y explicarle algo demasiado personal.  
Le hice un leve gesto con la cabeza para que me siguiera, conocía un lugar perfecto para hablar los dos, sin molestias de otros. Caminamos por un pequeño sendero rodeando el lago, no emiti palabra alguna ya que tenía que decir todo cuando estemos a solas, desviamos a la derecha y llegamos a destino...  un gran sauce decorado apenas por faroles, al ser un sendero algo desviado la gente evitaba ir por allí ya que había que pasar por un sector algo oscuro. Debajo de este sauce había una banca donde aproveché a tomar asiento esperando a que el me acompañará.


- la verdad...  me culpó por dudar si ibas a venir o no...  por cómo te hablé antes de irte...  la verdad es que no estas obligado a responder nada de esas preguntas...

Junte mis manos en el regazo, tenía la vista clavada en su figura, no quería que las cosas cambiarán por mi problema para enfrentarme a mis emociones, pero eso no quitaba que había que aclarar algunas cosas.

- puede que no sepas pero...  Yo no puedo lidiar con mis emociones como aparento,  la verdad es que me alteró demasiado porque no puedo lidiar con ellas....  por eso me comporte así después del... beso.

Suspiró de manera pesada sin evitar un leve sonrojo en min rostro alrecordar aquello, no quería que nada cambiará entre nosotros, esta...  "amistad" o lo que sea que tenemos era algo que me hacía sentir bien... y viéndolo mejor no me pude contener...
- no te veo bien...  que ocurrió?

Se acercó a mi y procuré recibirla con una suave sonrisa en mis labios sabiendo que poco y nada ayudarían a esconder mi estado. Me sentía incluso un poco demacrado aunque sabía que era tan sutil la diferencia que quizás nadie, excepto ella, podría notarlo.

"-Agradezco la invitación. El lugar es hermoso.-" Fue mi único comentario antes de que nos moviéramos en silencio hacia una ubicación más privada. Admito que sentía ansiedad, estaba nervioso por lo que ella fuera a decir o exigir de mí, estaba aún más nervioso por arruinar esta noche para ella, pero... ¿Tenía sentido esconder algo de Antoinette? Ciertamente no.

Llegamos hasta una banca bajo un árbol, tomé asiendo después de ella guardando aquel solemne silencio que desde nuestros primeros pasos hacia ese lugar había primado. Ella comenzó hablando, quizás con más suavidad de la que hubiese esperado, sorprendiéndome su duda pues en ningún instante, bajo ningún pretexto, pensé en ausentarme a aquella cita.

"-No es necesario que me expliques Antoinette...-" comencé contestando con calma, buscando su mirada. "- Fue un acto osado de mi parte y lo mínimo que podías hacer era pedir que me retirara. Lo entiendo.-" Bajé entonces la mirada. "- Aunque lo pidieras, realmente no tengo las respuestas. Lo más responsable que puedo decir es que lo hice porque sentí el impulso, la necesidad de hacerlo. Ni siquiera tomé en cuenta tu opinión... Lamento haber sido tan descortés."- Estaba avergonzado pero no era como si me arrepintiera de mis actos, sencillamente sentía que le debía una disculpa caballerosa.

La vi sonrojarse y eso me dibujó la suave sonrisa de nuevo en el rostro. Me parecía hasta cierto punto tierno el que explicara que básicamente ella no sabía como tomar ese tipo de situaciones.

"- Han pasado muchas cosas, pero esa no es la razón de por qué estoy aquí hoy.-" No era que no quisiera contarle, pero no me parecía el momento apropiado. Hablar de terceros cuando todavía debíamos aclarar cosas entre nosotros me parecía realmente de mal gusto.

"- Antoinette... Creo que mis sentimientos están enredados y mi cabeza muy confundida.-"

-un impulso...

Comenté en voz baja com más algo para mi que expresarlo a él.  Me limite a escuchar cada una de sus palabras, fijando mi vista en sus obres rojos,  esa noche había sido  realmente ajetreada emocionalmente para ambos tal parecía, y su acción sólo había generado un corto  circuito en mi cerebro ya abatido por emociones que se me escapaban de las manos como el agua misma.

-Acepto tus disculpas entonces...  se que no lo hiciste con mala in tensión a aunque...  literalmente robaste mi primer beso...

No era de las que pensará en cómo seria aquel momento, pero eso no evitaba que me preguntará como se sentiría, y con Yuli...  fue inexplicablemente agradable...
Ya sus siguientes palabras me hicieron preocupar pero traté de disimularlo.  No me gustaba verlo con aquella expresión en aquel suave rostro a que delataba a leguas que no se había alimentado como era debido.

-Yuli...

Le llame con suavidad en lo que estiraba una de mis manos hasta colocarla sobre su mejilla con sumo cuidado sin abandonar mi postura, logrando que la manga de aquella pesada puedan se deslizaba hasta mi codo.

-...  No eres el único con sentimientos enredados...  esa noche, incluso antes del beso, me encontraba en una pre guerra con ellos con respecto a ti.

En ningun momento habia apartado la vista de su persona, mi pulgar empezó a acariciar el pómulo de aquella mejilla con delicadeza como aquella noche.

- pero eh reprimido cualquier pensamiento y sentimiento al respecto para no arruinarlo, para que no te sientas comprometido a nada y para...  No volver a lastimarte a mi misma...

Lo último fue un susurro acompañado con mi acción de desviar la mirada un momento.

-trajiste el objeto?

Estaba algo aliviado de que dentro de todo ella estuviera tomándo el asunto de la mejor forma que podía y que aceptara mis disculpas, iba a agradecerle cuando hizo la declaración que me hizo sentir una mezcla agridulce de sentimientos.

"literalmente robaste mi primer beso... "

Aunque tal vez pareciera obvio, para mi no lo era, de hecho puede que hubiesen pasado varias décadas desde la última vez que alguien me dijo eso, por lo que fue ineviable rehuir su mirada e incluso toser nerviosamente sin saber muy bien qué responder a eso. Ella volvió a encontrar mis ojos al posar su mano en mi fría mejilla, podía sentir el calor de sus dedos y la tenue pulsación que en ellos generaba el flujo sanguineo, pero por primera vez no sentí el antojo de querer robar su sangre. Mi cabeza estaba más preocupada de las emociones que de los instintos.

Sus palabras me dejaron pasmado, no creí que lo que escucharía aquella noche sería una declaración de ese tipo, por lo que no pude evitar tartamudear.

"-¿Q-qué?-" Mi pregunta fue suave, no había ninguna carga de indignación, solo una sorpresa genuina y es que si bien estaba claro que Antoinette y yo habiamos logrado construir una relación bastante cercana, en absolutamente ningún momento me había percatado de esa "pre-guerra" que ella mencionaba.

"- Ah, ¡sí!-" Respondí todavía algo aturdido, pues no había tenido tiempo para siquiera decir algo cuando ella ya me estaba cambiando el tema hacia el objeto que con cuidado llevaba en uno de los bolsillos de mi abrigo. "- Aquí está.-" Dejé de lado la charla y su mirada un momento para buscarlo y depositarlo en sus manos.

Guardé silencio, estaba curioso pero suponía que ella por si misma me explicaría de qué se trataba y qué relación o importancia tenía en todo esto.

Retire con cuidado mi mano de su rostro, esperaba un reacción así,  No era algo que pudiera evitarse.  Por mi parte sólo mantuve la serenidad a toda hora,  No valía la pena alterar emoción alguna en ese momento.
Como si el cambio de tema ayudará, Yuli reaccionó enseguida y busco el objeto dentro de su abrigo, yo lo imite sacando algo envuelto, del mismo largo y en la misma seda,  del obi de mi kimono. Con ambos objetos en mano me dispuse a deselvolverlos...  eran dos abanicos de danza  brillantes, en color negro con ramas de Cerezo platinadas en flor,  tenían un leve relieve y estaban impecables.

-cuando volví de mi estadía en la escuela militar...  mi abuela se de dedico a tomarme bajo su enseñanza de geisha...  a esas perdices se les dicen Maikos, pero como yo no finalice del todo esa enseñanza como tal sólo adopte sus conocimientos y algunas costumbres.

Con ambos abanicos abiertos y en mano,  Hice unos movimientos fluidos en el aire con tanta de delicadeza,  aún sentada  para luego observar a Yuli y esbozar una leve sonrisa.

- no es algo que se haga a menos que sea un caso especial para la joven... pero los abanicos de danza son un brazo para nosotras.

Cerré ambos abanicos y los coloque dentro del obi nuevamente y retome mi postura de ambas manos en el regazo y levantando la vista para observar las luces del eventos desde aquella distancia.

- Cuando Mi presentación de danza terminé ...  te entregarle uno como obsequio.  Te daré una parte de mi de una forma mas simbólica...

Suspirar de manera tranquila,  estaba extrañamente relajada,  como si haber dicho de mi conflicto emocional me haya sacado un leve peso de encima.
Desvíe la mirada hacia su persona de nuevo.
- no debes sentir ningún tipo de presión u obligación a nada...  es sólo un gesto muy personal mío...  pero luego de mi interpretación de danza.

Y guarde silencio esperando alguna respuesta o si era silencio lo que seguía no iba a incomodarme.

Escuché atento aquella explicación. Mis conocimientos respecto a ese lado de la cultura japonesa no era tan amplio, por lo que era la primera vez que sabía cosas como el significado que tenían los abanicos para ellas. Admiré sus movimientos delicados pues realmente al moverlos era como si se trataran de la continuación de sus extremidades.

Cuando dijo que planeaba regalarme uno me inquieté, no por que significara alguna clase de compromiso pues sabía que Antoinette no tenía esa intención con el gesto, pero de todas formas no pude evitar sentirme inadecuado para tenerlo, no creía merecer un gesto como ese.

Me tomé un momento para pensarlo, cerrando los ojos para reflexionar.

"- Lo aceptaré. Aunque no creo merecer una parte de ti, tampoco puedo volverme un hipócrita y es que tu ya me has dado una parte de ti que, tal vez, no tiene el mismo simbolismo en tu cabeza, pero que para mi resulta igual de importante.-" Abrí los ojos lentamente y me giré hacia ella, volviendo a acortar las distancias entre nosotros pero de forma suave, lenta. Esta vez fui yo quien acarició su mejilla, deslizando luego mis dedos hacia su cuello.

"- Me diste tu sangre sin siquiera temer... Y aunque no fue consentido también me diste tu primer beso.-" Susurré y le dediqué una sonrisa pequeña, cómplice. "- Aceptaré el abanico, pero cuando logre poner mi mente en orden, cuando pueda contestar tus preguntas, te lo devolveré. Solo será un gesto muy personal mio.-" Ocupé las mismas palabras de ella, más que nada para que entendiera que también había un simbolismo en ello.

"-¿Está bien así?-"

El tacto de su mano era frió, mas del que ya conocía, mas solo trate de distraer ese tema, no lo veía con ánimos para recibir regaños míos.... pero mas allá de ese detalle, aun seguía siendo suave y delicado. Escucha cada una de sus palabras sin quitar los ojos de los suyos, recordando la primera vez que nos conocimos, ni yo recordaba el porque había entregado mi sangre así como así... conociéndome seguro lo hubiera golpeado, pero algo en Yuli lo había evitado, mejor dicho, muchas cosas pasaron con el que no pasaron con otras personas.

-Bien... si esta bien para ti de esa forma, entonces lo esta para mi...

Coloque una de mis manos sobre la que estaba en mi mejilla solo por un momento antes de tomarla por completo y alejarla de mi rostro. Lo siguiente fue ponerme de pie con delicadeza y mirar hacia donde se encontraba el evento,

-ven,  quiero enseñarte mas de mi cultura o al menos algunos aspectos que son importantes para mi.

Aun si no hubiera pasado lo del beso, quería invitarlo ese día, si bien se me conocía por ser alguien un tanto... agresiva y disciplinada como soldado, tenia mi lado artístico y tradicional, el que mas apreciaba, mi sangre oriental; seria el primer paso para contarle sobre mi.

-Si bien tardaría mucho enseñarte gran parte de mi cultura este evento lo auspicia mi madre y mi abuela, y como esta ultima fue una de las mas famosas geishas de Kyoto, mas bien de Fushimi-ku, se trata mas sobre aquella época antes de la ultima guerra, las tradiciones de formación y aspecto de la vida cotidiana. 

podría decirse que estaba emocionada de mostrarle esa parte de mi cultura, porque estaba orgullosa de ella aunque sus métodos y vidas no eran tan glamorosas como algunos piensan.

La vi ponerse de pie y ante su invitación seguí sus pasos. Me quedé observándola un momento, parecía realmente emocionada (a su manera) al hablar respecto a su cultura y los pequeños cambios de expresión en su rostro delataban lo importante que era para ella permitirme conocer esto. No podía sentirme más halagado.

"- Tendrás que ir contándome todo poco a poco. Me gusta conocer culturas nuevas.-" Admití y es que a diferencia de algunos otros vampiros que había conocido a lo largo de mi vida, una de mis características era precisamente el aprecio que le tenía todavía al mundo humano, no sentimentalmente hablando, sino desde la naturaleza, las costumbres, la cultura, las edificaciones, la música y la danza, el arte.

Le ofrecí entonces el brazo, sin estar seguro si aceptaría caminar conmigo de esa manera ya que, como había dicho recién, tanto su abuela como su madre se encontraban presentes en el lugar. ¿Sería apropiado presentarme con ellas? Supongo que más tarde preguntaría aquello.

-debo rechazar tu brazo, tengo un protocolo a seguir en este evento, ya sabes.. comportarme como una geisha, aunque ando en el rango de maiko sinceramente...

Ademas sumando que si mi madre o abuela me vieran del brazo de alguien seria peor que interrogatorio del FBI... así que sin mas le hice una leve seña con la cabeza para que me siguiera, ya había decidido nuestra primera parada.
Seguimos el camino de regreso hasta llegar al tumulto de gente, que si bien no era mucho, era concurrido. Al menos no había tensión entre ambos, o al menos eso es lo que yo sentía, era un momento mas tranquilo y mi deber como anfitriona era que se sintiera cómodo... aunque eso no quitara mi preocupación en como se veía

-Como es un evento mas que nada para mostrar como era las viejas costumbres antes de la guerra en referencia a las geishas, hoy todo es en base a esa parte de historia, era peor que un entrenamiento militar... todo por disciplina y resistencia.

Tomando un camino por la derecha, se alzaba una pequeña estancia de puertas abiertas, en lo que nos dirigíamos hacia ella debía hacer unas pequeñas pausas al caminar ya que algunas personas querían sacar fotos y debía cumplir, siempre mostrando un rostro mas sereno que serio, agradecía saber caminar sobre Okobos sobre pisos de piedra, no quería imaginarme las caídas que hubiera tenido...

okobos:

-Lamento las paradas, pero ya llegamos

Indique al vampiro una vez en el umbral de la estancia, como era una estancia separada de la mas grande, no había necesidad de quitarse los zapatos, seria algo realmente tedioso para la gente con calzado a cordón.
La estancia era una sala enorme con muchas fotografiás y algunas pinturas, en la primera parte se veían como algunas mujeres practicaban maquillaje o el arte de tocar el shimasen. Me detuve a mostrarle la primera de ellas

Spoiler:

-Eso se llama Makura, o almohada de madera. Las geishas y Maikos, principalmente estas ultimas, usaban peinados muy meticulosos y perfectos que debían durar hasta una semana, ya que se tardaba casi una hora en hacerlos y siempre debían verse perfectas, el maquillaje también era fundamental en el aspecto de todos los días...  asi que estas almohadas cumplían la función de evitar que la cabeza tocara el futon y se arruinara tanto el maquillaje como, principalmente, el peinado. No te mentiré, son MUY incomodas, cuando la use las primeras veces el cuello me dolía horrores o amanecía con la cara llena de arroz... ya que bueno... se colocaba, a las aspirantes, arroz alrededor de el makura para verificar que durmieron correctamente y no hicieron trampas.

Me encogí de hombros mirando la siguiente foto, era un recuerdo algo vergonzoso de cuando a mi abuela se le ocurrió enseñarme tanto a mi como a a Lotte, aunque Lotte.... no aguanto ni una semana.

Spoiler:

-Como te dije, el maquillaje era igual de importante que el peinado, e incluso mas. Hay diferencia entre el maquillaje de Geishas y maikos.

me tome un momento antes de explicar algo mas corto todo el lio

-Existen pequeñas diferencias en el maquillaje las maikos más jóvenes y las más experimentadas,  el maquillaje  nos indica en qué escala de aprendizaje de encuentra la joven maiko.
Como elementos diferenciadores, cabe destacar que las maikos más jóvenes se aplican una base vistosa de polvos de rosa floral en las mejillas y alrededor de los ojos, mientras que las maikos más experimentadas son más sutiles y el color rosado es casi imperceptible. Otra  son los labios, ambas utilizan el rojo pasión para pintarse los labios, siempre por dentro de la línea natural, consiguiendo el efecto de unos labios más pequeños, pero mientras que las maikos más jóvenes dejan sin pintar de rojo el labio superior, las maikos más experimentadas sí se pintan ambos labios.

Yo era mas similar a una geisha que maiko, mi abuela quería que pareciera de un rango mayor pero ambas sabíamos que me faltaba un poco para llegar a Geisha. Aclare mi garganta antes de continuar, ademas de darle un respiro de informacion.

-Las geishas también utilizan el maquillaje para mostrar su rango o actividad. Así pues, durante los tres años posteriores a su erikae o cambio de cuello en su kimono, la geisha que acuda a un banquete lo hará vestida de gala, es decir, no sólo con el maquillaje de pasta blanco, sino también vistiendo el kimono de corte largo y la peluca, o katsura, adecuada para la ocasión. A los tres años, las geishas ya más experimentadas y maduras que atiendan un ozashiki o banquete importante, lo harán bajo un aspecto un poco más similar al de cualquier mujer vestida de kimono. Sin embargo, si el compromiso así lo pide y la geisha tiene que participar en las actuaciones de danza durante el banquete, aunque ya sea una geisha mayor, lucirá el kimono de corte largo, el katsura y el maquillaje de pasta blanco. Quiero agregar tambie que los maquillajes eran muy naturales, excremento de cierto pájaro par ala base, ramas de ciertas plantas para las sombras y demases, suena asqueroso pero bueno...


Le observe de reojo por si tenia alguna duda, esperaba que no le fuera aburrido, no mucho estan interesados en como se maquilla una mujer, mas lo complicado que era maquillarse en esa epoca...

Negó mi brazo como lo había esperado. Por supuesto no me molesté ni lo tomé como personal pues comprendía el protocolo que involucraba su posición en un evento como este donde su familia era practicamente la anfitriona de todo.

La seguí entonces de regreso hacia la multitud. Había mucha gente transitando, gente diversa tanto en su aspecto como en su forma de apreciar el evento. Para algunos era una cosa un tanto solemne, para otros una atracción cultural, una entretención, otros solo habían ido a dar ahí por casualidad, por lo que yo mismo no llegaba a destacar realmente a menos que alguien hiciera contacto directo con mis ojos, cosa que evité a toda costa, o si alguien observara de forma detenida mi piel.

En el camino la gente nos detenía para pedir fotos de Antoinette. Y en cada parada en la que yo me hacía a un lado prudentemente, mi vista volvía a posarse en ella, en cada detalle de su vestimenta, maquillaje, peinado, gestos. Todo me era fascinante.

"-No tienes que disculparte, es tu deber.-" Dije negando con la cabeza, pero luego alcé el dedo índice, indicando una idea o más bien, una petición. "- Pero espero poder conseguir una fotografía de nosotros cuando tengamos el tiempo.-" Sonreí como si estuviera haciendo alguna especie de trato ilegal, un poco altanero, aunque inconciente y es que después de todo, si todos tenían una foto con ella, yo quería no menos que eso.

Entramos a la primera estancia donde la gente paseaba admirando y comentando las fotografías igual que nosotros. Escuché atento los detalles que me contaba.

"- Suena doloroso a decir verdad... -" Hice una expresión de incomodidad y es que aunque muchas veces yo durmiera en un ataúd o incluso en ocasiones de emergencia incluso lo hubiese hecho bajo tierra, cualquier opción sonaba más cómodo que ese objeto, mal pensado como almohada.

"- Ya veo... Nunca pensé que el maquillaje tuviese tanto simbolismo en las Geishas.-" Quedé pensativo un momento, luego, ante el detalle del origen de este, solo pude soltar una pequeña risilla.

"- Lo sé, lo sé. Así era "antes".-" Destaqué la última palabra sutilmente y es que tal vez, de a ratos, a Antoinette se le olvidaba que esta época actual no era precisamente la mia. "- El maquillaje de hoy es mucho más fácil.-" Aunque fuera hombre, por mis rasgos, por conveniencia o incluso por simple gusto, muchas veces yo solía utilizar algo de maquillaje si la ocasión lo ameritaba.

"-¿Cuanto tiempo estuviste bajo este entrenamiento? -" Pregunté curioso.

Por una parte sentí alivio de que no le aburriera la explicación, incluso su simple pregunta al final me hizo sonreír apenas.

-dos años, abandone la escuela a los 15 y me instalé en Japón.  Estuve allí hasta los 17... aunque aún sigo en prácticas de poesía, ceremonia y shamisen, oh!  Lo que me recuerda....

Lo guíe a las siguientes fotos donde se veían a algunas aprendices en clases.  Algunas en grupo como si practicará danza al igual, otros con shamisen, flauta o tamborcillo. Y otras en escritura.

- tanto las aprendisas como las mismas geishas iban a clases para aprender lo fundamental de las Artes.  Las geishas y maikos son artistas, mujeres muy especiales al punto de  intocables para muchos...  por eso mientras más talentosas eran más se pagaba por sus servicios en reuniones.

Pasando algunas fotos lo lleve hasta un mural central donde había muchas fotos de geishas, perfectamente peinados y maquilladas, usando kimono de seda simplemente fascinantes.  Cada foto tenía un nombre debajo,  pero había una más grande que las demás y justo en el centro,  bajo esta decía "Nozomi".  La foto  consistía en una mujer perfectamente maquillada y usando un peinado en moño prolijamente confeccionado en color castaño oscuro igual que sus ojos, sin presumir éramos causó parecidas en muchas características faciales. Portaba una bello kimono en todos azules con diseño de peces koi y flores de loto.  Su obispo consistía en un color plata con detalles de hojas.

-ella es mi abuela, su nombre real es Sanae, pero su nombre como geisha era Nozomi...  la geisha más hermosa y famosa de todo fushimi ku.  No había hombre que no deseará ser su protector pero bueno, mi abuelo se ganó su corazón

No iba a ocultar que se me inflaba el pecho de orgullo al ver a mi abuela como la central de todas esas mujeres.
Hice un pequeño ademán para que me siguiera una vez que terminaramos  con las fotos.

-no se Si a futuro termine volviendo una geisha si es que no llegó a mi objetivo en esta ciudad pero creo que mi abuela estaría más que encantada

Tenía opciones si no llegaba alto en esta ciudad, si fracasaba...  eso me tenía tranquila ya que aún bajo este entrenamiento tan particular, me agradaba y me motivada.

-nuestra siguiente parada esta en el siguiente edificio, estoy segura que te encantará o puede que no.

Le hice un ademán para que me siguiera a la salida.  El edificio principal estaba a algunos metros pero era un trayecto considerado.

-si voy muy rápido con la información no dudes en decirme, esta bien?

"- Oh... Ya veo. Así que puedes tocar un instrumento también...-" Hice la observación llevandome una mano al mentón, dibujando una sonrisa interesada, pero también un tanto traviesa. No alcancé a recibir una respuesta a mi comentario cuando nos movimos hacia otro sector de fotos, ahí y antes de que ella me lo mencionara, noté el enorme parecido entre la mujer de la foto y la joven que tenía al lado, más ahora al estar con ropas similares, por lo que no me sorprendió cuando Antoinette mencionó que se trataba de su abuela.

Me tomé un momento para notar algunos rasgos particulares, algunas diferencias en ambos rostros, en fin... De alguna forma podía notar que gran parte de la genética de Antoinette venía de ese lado de su familia.

Cuando escuché que una de las opciones a futuro era seguir los pasos de su abuela no pude evitar arrugar mi frente, pero solo fue un gesto de un instante que procuré eliminar de inmediato, había sido algo reactivo sin saber muy bien la razón de ello.

"-De acuerdo y no te preocupes, hasta el momento creo ir entendiendo bastante bien.- " Asentí a la invitación del cambio de locación y mientras caminabamos una duda, tal vez un poco tonta, me surgió en la cabeza. "- Antoinette, en tu caso teniendo el rango de maiko ¿también posees un nombre de Geisha o todavía no?-" Era una curiosidad casi infantil, pero realmente quería saber aquel detalle, me parecía encantador.

Lo bueno es que la gente no nos detenía en el trayecto a la siguiente locación, pero aun así me tomaba mi tiempo ya que no quería llevar todo tan rápido, me gustaba pasar tiempo tranquilo con Yuli, quería que se distrajera con todo el evento y disfrutara lo necesario.
Habia dejado pasar la pregunta que hizo en el sector de las fotos, estaba algo emocionada por compartirle mi cultura que necesitaba decirle la mayor cantidad de información posible pero sin suturarlo.

-Sobre tu pregunta anterior... si, toco el shamisen, creo que es el único instrumento que se tocar... también se poesía, danza, ceremonia de te, canto. maquillaje y confección de kimonos, son bastante terapéuticos...

Aunque las clases eran difíciles, siempre me daba tiempo para mis demás enseñanzas, aveces competían contra lo que quería seguir de verdad, pero trataba de equilibrar todo. Observe de reojo a mi acompañante, aun no se me iba a la preocupación por su aspecto, que habría ocurrido para que estuviera con aquella aura tan... decaída por no decir depresiva?.

-eh? ah....

Me habia quedado en mis pensamientos que apenas había percibido su pregunta, aunque logre entender lo justo y necesario, aclare mi garganta antes de responder correctamente.

- Como maiko ya debería tener mi nombre hace rato pero... mi abuela no se decide... Quien otorga el nombre a la aprendiza maiko es su maestra, anteponiendo la primeras silabas de su nombre, en este caso, al ser ella llamada Nozomi, mi nombre debería empezar con Nozo y luego otra terminación aunque según mi abuela no encuentra nada conveniente ello... me dice que busca un nombre muy especial con los kanjis correctos para describirme y darme un buen augurio.

Y conociéndola no iba a ponerme cualquier nombre, yo no tenia apuro, no estaba del todo preparada para usar un nombre artístico... al menos hasta que me reciba de la Musette.

-Técnicamente sigo siendo conocida como Antoinette pero supongamos que soy como "indocumentada"

Intente bromear un poco antes de que llegáramos a destino, y claro estaba que no tardamos casi nada, mas porque la gente esta vez no me detenía para fotos. Era un edificio mas sofisticado y tradicional, mostraba claro que eran tres plantas. Lo guíe al interior, justo donde había una pared de lockers con llaves donde procedí a quitarme mi calzado.

-para entrar a este lugar debe quitarte los zapatos, el piso consiste en madera pulida y algunas salas con tatami, así que esta prohibido pisar con calzados.

Le enseñe donde podia colocar sus zapatos justo alado de los mio en el mismo locker, ya con todo listo y con la llave correcta volvi a indicarle que me siguiera para ir escaleras arriba.
No iba a decirle que habia en ese piso, queria que se sorprendiera con la gama de Kimono de seda y de todos los diseños estampados; uno mas hermoso que el anterior y de la mas fina seda. Perfectamente puestos colgados para mostrar desde pasisajes hasta diseños de flores o peces.

-Todos estos Kimonos son de mi abuela, cuando vivia en la Okiya, osea la casa de geishas, siempre recibia kimonos de regalos, pero no cualquier kimono, si no de los fabricantes mas destacados, hombres de negocios costeaban hasta el ultimo hilo para ella.

Incluso la prenda que yo estaba usando no se comparaba contra el mas simple de ellos, le observe con una leve sonrisa esperando una reaccion por lo que estaba viendo.