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Hojas en blanco (Privado)
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Hojas en blanco (Privado)
A pesar de su amor por los libros y de llevar tanto tiempo en Glass City, nunca antes había visitado la biblioteca de la ciudad ya fuera por falta de tiempo gracias a sus estudios o por no ser de su necesidad y además porque en cada ocasión que deseaba leer algo como distracción, prefería ir a una de sus librerías favoritas que no quedaba muy lejos de la academia Musette.
El lugar era enorme y hermoso con un toque antiguo e incluso hasta elegante, sin nada que envidiar a las suntuosas bibliotecas que se podían ver a lo largo de toda Inglaterra en cuanto a su estructura y la cantidad de volúmenes que poseía y la variedad de su colección. En el fondo y aunque no lo quisiera, debía de admitir que además del hecho de querer conocer el lugar y que la colección de Musette en su mayoría sólo se limitaba a los temas y contenidos de las asignaturas que allí se impartían, había acudido por una pequeña punzada de nostalgia por uno de sus libros favoritos y que había dejado abandonado cuando se marchó de su hogar (no era como si en aquel momento le hubiera importado, de haber sido por ella lo hubiera quemado, pero ningún libro se merecía aquel destino por causa de uno de sus dueños): Dorian Gray. Y pensar que por años fue su libro más amado, y también odiado por los recuerdos que traía a su mente. En casi 5 años no había querido saber de nada que tuviera relación o símil con aquel maldito libro, y finalmente había tomado el coraje de poder acercarse a él, en una parte por la nostalgia, y por otra como una forma de deshacerse de aquella espina que tenía clavada en su pecho desde aquel entonces y que no dejaba de atormentarla.
"Es hora de que siga con mi camino como se debe" pensó al acercarse a la estantería indicada. Marchó decidida hacia el anaquel y estiró su mano para alcanzar el antiquísimo tomo hasta que su mano chocó con otra─ Disculpe, adelante, por favor... ─pero en aquel instante su voz murió en el fondo de su garganta y de milagro no cayó desvanecida al suelo, pues frente a ella se encontraba un hombre alto y de cabellos pálidos, un hombre familiar. ¿Acaso aquello era una broma? Si lo era, de muy mal gusto le parecía.
El habla no osaba salir de sus labios, encerrada en su cuerpo─ ¿E... lliot? ─fue lo único que logró decir en su voz apagaba que luchaba por brotar, con su estómago volteado y el corazón hecho nudo. Sentía que el esfuerzo de años se había ido al carajo en un santiamén.
El lugar era enorme y hermoso con un toque antiguo e incluso hasta elegante, sin nada que envidiar a las suntuosas bibliotecas que se podían ver a lo largo de toda Inglaterra en cuanto a su estructura y la cantidad de volúmenes que poseía y la variedad de su colección. En el fondo y aunque no lo quisiera, debía de admitir que además del hecho de querer conocer el lugar y que la colección de Musette en su mayoría sólo se limitaba a los temas y contenidos de las asignaturas que allí se impartían, había acudido por una pequeña punzada de nostalgia por uno de sus libros favoritos y que había dejado abandonado cuando se marchó de su hogar (no era como si en aquel momento le hubiera importado, de haber sido por ella lo hubiera quemado, pero ningún libro se merecía aquel destino por causa de uno de sus dueños): Dorian Gray. Y pensar que por años fue su libro más amado, y también odiado por los recuerdos que traía a su mente. En casi 5 años no había querido saber de nada que tuviera relación o símil con aquel maldito libro, y finalmente había tomado el coraje de poder acercarse a él, en una parte por la nostalgia, y por otra como una forma de deshacerse de aquella espina que tenía clavada en su pecho desde aquel entonces y que no dejaba de atormentarla.
"Es hora de que siga con mi camino como se debe" pensó al acercarse a la estantería indicada. Marchó decidida hacia el anaquel y estiró su mano para alcanzar el antiquísimo tomo hasta que su mano chocó con otra─ Disculpe, adelante, por favor... ─pero en aquel instante su voz murió en el fondo de su garganta y de milagro no cayó desvanecida al suelo, pues frente a ella se encontraba un hombre alto y de cabellos pálidos, un hombre familiar. ¿Acaso aquello era una broma? Si lo era, de muy mal gusto le parecía.
El habla no osaba salir de sus labios, encerrada en su cuerpo─ ¿E... lliot? ─fue lo único que logró decir en su voz apagaba que luchaba por brotar, con su estómago volteado y el corazón hecho nudo. Sentía que el esfuerzo de años se había ido al carajo en un santiamén.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
Mensajes : 826
Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Hojas en blanco (Privado)
El aroma a libros siempre era un aroma difícil de explicar, es un olor lleno de vida y a la vez antigüedad, aroma a historias que contar e historias que leer, un aroma que muchos no logran percatar y un aroma con los que muchos no pueden vivir.
Él no era ni uno ni lo otro, podía vivir sin el aroma a libros pero a la vez no podía dejar de despegar sus ojos de nuevas historias, dejándose envolver por fantasías, fantasías que el mismo quería compartir con los demás, por ello, aquel día tenía esa misión. Desde su ultimo viaje, había adquirido un par de libros que donaría a esa biblioteca, si es que podía hacerlo. Era su ciclo, adquirir algo que leer en sus viajes, devorar estas historias con sus ojos y cuando hubo terminado, entregaría estas historias a alguien más, después de todo, ser un viajero lo limitaba siempre en el peso.
Finalmente con aquellos libros entregados, decidió buscar entre los pasillos algo más para leer, como se había decidido a quedarse en aquella ciudad por tiempo indefinido, podría darse el lujo de pedir libros por tiempos mas extensos. Preguntó por títulos conocidos y entre ellos, uno hasta que el momento no había leído, aquel titulo que sus ojos finalmente encontraron y su mano decidió alcanzar, para solo chocar con la mano de alguien más.
Tras escuchar como le entregaban la dicha de ser merecedor del libro, enseguida iba a negar aquello y le cedería el honor, claro, sus palabras se quedaron en su garganta tras observar el aspecto de su acompañante, tras escuchar las palabras que salieron de sus labios. "¿Elliot?" profunda confusión se sentó en su rostro y enseguida negó. "... no temas." Sin pensarlo, alzó una de sus manos y esta la colocó sobre la cabeza de aquella persona.
"No temas" susurró de manera sutil, pudo preguntar otras cosas, pudo negar otras, pero su prioridad fue calmar la persona que tenía en frente, que si bien no había dicho nada, podía ver cierta tormenta en sus ojos.
Él no era ni uno ni lo otro, podía vivir sin el aroma a libros pero a la vez no podía dejar de despegar sus ojos de nuevas historias, dejándose envolver por fantasías, fantasías que el mismo quería compartir con los demás, por ello, aquel día tenía esa misión. Desde su ultimo viaje, había adquirido un par de libros que donaría a esa biblioteca, si es que podía hacerlo. Era su ciclo, adquirir algo que leer en sus viajes, devorar estas historias con sus ojos y cuando hubo terminado, entregaría estas historias a alguien más, después de todo, ser un viajero lo limitaba siempre en el peso.
Finalmente con aquellos libros entregados, decidió buscar entre los pasillos algo más para leer, como se había decidido a quedarse en aquella ciudad por tiempo indefinido, podría darse el lujo de pedir libros por tiempos mas extensos. Preguntó por títulos conocidos y entre ellos, uno hasta que el momento no había leído, aquel titulo que sus ojos finalmente encontraron y su mano decidió alcanzar, para solo chocar con la mano de alguien más.
Tras escuchar como le entregaban la dicha de ser merecedor del libro, enseguida iba a negar aquello y le cedería el honor, claro, sus palabras se quedaron en su garganta tras observar el aspecto de su acompañante, tras escuchar las palabras que salieron de sus labios. "¿Elliot?" profunda confusión se sentó en su rostro y enseguida negó. "... no temas." Sin pensarlo, alzó una de sus manos y esta la colocó sobre la cabeza de aquella persona.
"No temas" susurró de manera sutil, pudo preguntar otras cosas, pudo negar otras, pero su prioridad fue calmar la persona que tenía en frente, que si bien no había dicho nada, podía ver cierta tormenta en sus ojos.
Invitado- Invitado
Re: Hojas en blanco (Privado)
No sabía qué debía de hacer primero: quería huir, quería gritar aunque estuviera en una biblioteca, y por sobre todo, quería golpearlo o al menos intentarlo, tener una chance de descargar toda la ira y el dolor que había guardado todos aquellos años y que volvía a salir como si hubieran abierto una caja sin previo aviso. En ese instante, algo en su cabeza le recordó que no podía hacer esas cosas en un lugar como ese por más que se muriera de ganas, debía mantener la compostura y finalmente se limitó a apretar los puños al sentir los pies anclados al suelo, evitando cualquier posibilidad de huida.
Y entonces él abrió la boca. "¿No temas?" ¿Tenía el descaro de decir semejante cosa? Bueno de todos modos estaba bien, lo último que sentía frente a él era miedo, la verdad.
—¿Cómo...? ¡¿Cómo te atreves a decirme eso después de lo que hiciste?! –se acercó un poco más para encararle con su vista fija en él, pero sus ojos se abrieron de par en par al sentir algo cálido en su cabeza. Era como si algo hubiera hecho "click" en su interior para adueñarse de su mano en un santiamén.
De un instante a otro su mano había volado para apartar la del otro y así llegar con toda su fuerza y majestad a la mejilla del más alto, cuyo enrojecimiento no tardó en abrirse paso en su tan pálida piel, como siempre.
—¡No vuelvas a tocarme! ¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te crees con el derecho? –le espetó, una vez más olvidando en donde se encontraba. Y francamente, le importaba una mierda. Era el momento de encararle como era debido, de una vez por todas.
Y entonces él abrió la boca. "¿No temas?" ¿Tenía el descaro de decir semejante cosa? Bueno de todos modos estaba bien, lo último que sentía frente a él era miedo, la verdad.
—¿Cómo...? ¡¿Cómo te atreves a decirme eso después de lo que hiciste?! –se acercó un poco más para encararle con su vista fija en él, pero sus ojos se abrieron de par en par al sentir algo cálido en su cabeza. Era como si algo hubiera hecho "click" en su interior para adueñarse de su mano en un santiamén.
De un instante a otro su mano había volado para apartar la del otro y así llegar con toda su fuerza y majestad a la mejilla del más alto, cuyo enrojecimiento no tardó en abrirse paso en su tan pálida piel, como siempre.
—¡No vuelvas a tocarme! ¿Quién te crees que eres? ¿Cómo te crees con el derecho? –le espetó, una vez más olvidando en donde se encontraba. Y francamente, le importaba una mierda. Era el momento de encararle como era debido, de una vez por todas.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
- Ocupación : Estudiante de 3°
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Fecha de inscripción : 05/06/2013
Edad : 30
Re: Hojas en blanco (Privado)
Se quedó absolutamente perplejo por lo que sucedía, intentaba mantener su propia calma frente al asunto aunque no entendiera absolutamente nada, siquiera alcanzó a decir algo cuando el dolor recorrió parte de su piel y rápidamente el ardor se situó en su mejilla, obligandolo a subir su mano hasta tocar el lugar, sintiendo el calor que su piel ya comenzaba a emitir.
Por un momento se preguntó; ¿cuando fue la ultima vez que le habían hecho eso?
Probablemente era la primera y si alguna vez ya había pasado, ya no lo recordaba.
Sus ojos se posaron en la muchacha y luego a espaldas de esta, donde un par de personas miraban en su dirección. Lo que menos quería era causar una conmoción. "Entendido" dijo, retrocediendo un paso para quedar a mayor distancia "Sin embargo, le pediré que no alce su mano de esa manera nuevamente, no es correcto" aunque por un momento creyó que el mismo había cruzado ciertos limites sin pensarlo bien. "Jamás la he visto en la vida, señorita. Estoy seguro que no he hecho absolutamente nada" en vez de reaccionar con calidez como normalmente hacía, prefirió optar por la seriedad y respeto, manteniendo un tono de voz bajo, como una especie de indicación indirecta a la muchacha para que controlara su tono de igual manera.
Por un momento se preguntó; ¿cuando fue la ultima vez que le habían hecho eso?
Probablemente era la primera y si alguna vez ya había pasado, ya no lo recordaba.
Sus ojos se posaron en la muchacha y luego a espaldas de esta, donde un par de personas miraban en su dirección. Lo que menos quería era causar una conmoción. "Entendido" dijo, retrocediendo un paso para quedar a mayor distancia "Sin embargo, le pediré que no alce su mano de esa manera nuevamente, no es correcto" aunque por un momento creyó que el mismo había cruzado ciertos limites sin pensarlo bien. "Jamás la he visto en la vida, señorita. Estoy seguro que no he hecho absolutamente nada" en vez de reaccionar con calidez como normalmente hacía, prefirió optar por la seriedad y respeto, manteniendo un tono de voz bajo, como una especie de indicación indirecta a la muchacha para que controlara su tono de igual manera.
Invitado- Invitado
Re: Hojas en blanco (Privado)
"¡Eso! ¡Que te duela!" pensaba Aria, aun así algo extrañada por la forma tan impasible en la que Elliot había recibido la bofetada, para aquel entonces de seguro ya le habría estado lanzando un comentario burlón o intentando excusarse de alguna forma u otra. Pero nada de aquello ocurría, inclusive hablaba con una calma loable considerando la situación en la que se encontraba, y para peor sólo podía sentirse peor con las miradas de la gente sobre ella.
¿Podría ser que se hubiera equivocado? ¿Podría ser que estuviera fingiendo? Con tantas similitudes... ¡podrían ser gemelos! Pero por otro lado ya habían pasado varios años y se había empeñado en borrarle de su memoria, ¿se habría vuelto poco confiable la misma? "La verdad... creo que me siento bastante mejor con esa bofetada... No es que haya olvidado todo pero... creo que necesitaba descargarme aunque fuera un poco... Aunque no sé si seguirle la corriente o qué... ¡No puede ser que no sea Elliot, maldita sea!" y al escuchar aquel pensamiento se sintió todavía más miserable, sonaba como una obsesa con el tema, y es que el hecho de no poder haberle dado su merecido en su momento se había vuelto como una espina que no dejaba de molestarle cada vez que pensaba en ello. Y debía conceder que su forma de hablar era completamente distinta. De no ser por lo poco probable de ello, hasta habría comenzado a considerar la teoría de la amnesia, pero luego pensó que había estado leyendo demasiadas novelas últimamente.
"Terminaré como el Quijote uno de estos días, estoy segura..."
Después de meditarlo un poco suspiró con pesadez y agachó la cabeza. Lo siento mucho... finalmente me convencí que no es quien yo creía... lamento el malentendido y el... accidente... –dijo bastante avergonzada, desviando su mirada al no sentirse capaz de sostener la del otro– Aunque parezca un gemelo de quien yo pensaba, le tomaré la palabra y creeré que nunca nos hemos visto, después de todo su carácter es muy diferente... –hablaba pausadamente y con un tono algo pesado, dando a entender lo mal que se sentía con la situación– Por favor, tome el libro como una disculpa... creo que sobrerreaccioné, lo lamento mucho. Si después de esto no me odia, permítame compensarle de alguna manera... –con aquel actuar suyo de hace unos momentos en contraste con su hablar más calmado y hasta elegante en ese momento, pocos podrían creer que se trataran de la misma persona, una vez esfumada la llama de la ira que había brillado en sus ojos hacía tan poco.
¿Podría ser que se hubiera equivocado? ¿Podría ser que estuviera fingiendo? Con tantas similitudes... ¡podrían ser gemelos! Pero por otro lado ya habían pasado varios años y se había empeñado en borrarle de su memoria, ¿se habría vuelto poco confiable la misma? "La verdad... creo que me siento bastante mejor con esa bofetada... No es que haya olvidado todo pero... creo que necesitaba descargarme aunque fuera un poco... Aunque no sé si seguirle la corriente o qué... ¡No puede ser que no sea Elliot, maldita sea!" y al escuchar aquel pensamiento se sintió todavía más miserable, sonaba como una obsesa con el tema, y es que el hecho de no poder haberle dado su merecido en su momento se había vuelto como una espina que no dejaba de molestarle cada vez que pensaba en ello. Y debía conceder que su forma de hablar era completamente distinta. De no ser por lo poco probable de ello, hasta habría comenzado a considerar la teoría de la amnesia, pero luego pensó que había estado leyendo demasiadas novelas últimamente.
"Terminaré como el Quijote uno de estos días, estoy segura..."
Después de meditarlo un poco suspiró con pesadez y agachó la cabeza. Lo siento mucho... finalmente me convencí que no es quien yo creía... lamento el malentendido y el... accidente... –dijo bastante avergonzada, desviando su mirada al no sentirse capaz de sostener la del otro– Aunque parezca un gemelo de quien yo pensaba, le tomaré la palabra y creeré que nunca nos hemos visto, después de todo su carácter es muy diferente... –hablaba pausadamente y con un tono algo pesado, dando a entender lo mal que se sentía con la situación– Por favor, tome el libro como una disculpa... creo que sobrerreaccioné, lo lamento mucho. Si después de esto no me odia, permítame compensarle de alguna manera... –con aquel actuar suyo de hace unos momentos en contraste con su hablar más calmado y hasta elegante en ese momento, pocos podrían creer que se trataran de la misma persona, una vez esfumada la llama de la ira que había brillado en sus ojos hacía tan poco.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Edad : 30
Re: Hojas en blanco (Privado)
Aunque el silencio entre ellos se hubiera hecho prolongado, no insistió, no dijo nada ni se movió. Si algo tenía de cualidad o a veces defecto, es que era lo suficientemente paciente para todo y a veces, hasta permisivo. Cualquiera se hubiera molestado por algo así, ¿no?, el no...el no estaba molesto.
Hasta que finalmente las palabras se empezaron a escuchar y no dijo nada que pudiera interrumpir, aunque más de alguna vez quiso decirle que el libro no tenía importancia o hacer alguna pregunta al respecto, sobre aquel sujeto que tanto se parecía a él, aparentemente. Pero solamente negó con el rostro y tomó el libro entre sus manos para simplemente entregarlo en las manos a la chica. "No es necesario, si lo quieres, puedes llevártelo. Es una biblioteca, tarde o temprano volverá aquí y será mi turno, tampoco es necesario que me compenses de alguna manera." le sonrió levemente pero eso solamente duró unos segundos.
Porque una idea fugaz cruzó por su mente, no quería sacar provecho de esta situación, pero a la vez, si quería.
"A decir verdad, hay algo que puedes hacer por mí. ¿Por que no me acompañas a un café y me deleitas con una historia?" alzó una de sus cejas, no quería sonar coqueto ni nada e hizo el intento por no sonar así, por rara que fuera su invitación. "Si esa persona va por ahí afuera pareciendose a mi, va a ser un problema. Creo que necesito algo de detalles, ¿que dices?"
Hasta que finalmente las palabras se empezaron a escuchar y no dijo nada que pudiera interrumpir, aunque más de alguna vez quiso decirle que el libro no tenía importancia o hacer alguna pregunta al respecto, sobre aquel sujeto que tanto se parecía a él, aparentemente. Pero solamente negó con el rostro y tomó el libro entre sus manos para simplemente entregarlo en las manos a la chica. "No es necesario, si lo quieres, puedes llevártelo. Es una biblioteca, tarde o temprano volverá aquí y será mi turno, tampoco es necesario que me compenses de alguna manera." le sonrió levemente pero eso solamente duró unos segundos.
Porque una idea fugaz cruzó por su mente, no quería sacar provecho de esta situación, pero a la vez, si quería.
"A decir verdad, hay algo que puedes hacer por mí. ¿Por que no me acompañas a un café y me deleitas con una historia?" alzó una de sus cejas, no quería sonar coqueto ni nada e hizo el intento por no sonar así, por rara que fuera su invitación. "Si esa persona va por ahí afuera pareciendose a mi, va a ser un problema. Creo que necesito algo de detalles, ¿que dices?"
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Re: Hojas en blanco (Privado)
Seguía convencida de que aquel desconocido debía de tener algún parentezco con Elliot o algo por el estilo, era imposible que tuviera tal semejanza con él sin estar relacionados, ¿cierto? Pero pese a que su rostro era prácticamente idéntico, a ojos cerrados no era difícil darse cuenta de que no lo eran tanto; con ese aire calmado y privado de malicia era opuesto a quien habría conocido antes, tranquilo pero que siempre parecía guardar algo más en sus acciones. En cambio, a quien tenía al frente se veía como una de esas personas que van con la corriente y se dejan llevar por la situación.
Negó con la cabeza al ofrecimiento para luego tomar el libro y dejarlo en las manos del otro. Por favor, insisto, llévelo con usted. Ya podré conseguir o comprar otra copia, no me urge... –rascó suavemente su mejilla con uno de sus dedos– Afuera hay un café en la otra entrada, podríamos pasar allí –ofreció antes de adelantarse.
Ya aclarada la situación, en parte al menos, emprendió la marcha escoltada por el albino, a quien no podía evitar lanzar miradas furtivas antes de atreverse a explicar todo mientras llegaban a la cafetería para escoger un asiento algo retirado del resto de la gente, en una de las cómodas esquinas.
—Verá... la persona en cuestión es... alguien a quien conocí hace muchos años... o que creí hacerlo –dijo con algo de pesar, tomándose su tiempo antes de continuar– Y por mi reacción comprenderá que esa persona me causó mucho dolor, y es por eso que le resiento tanto en el fondo –suspiró con pesadez, mirando hacia lo lejos– De todos modos, lamento mucho lo de la bofetada, ¿aún le duele? –preguntó con una sonrisa algo nerviosa, pero preocupada.
Negó con la cabeza al ofrecimiento para luego tomar el libro y dejarlo en las manos del otro. Por favor, insisto, llévelo con usted. Ya podré conseguir o comprar otra copia, no me urge... –rascó suavemente su mejilla con uno de sus dedos– Afuera hay un café en la otra entrada, podríamos pasar allí –ofreció antes de adelantarse.
Ya aclarada la situación, en parte al menos, emprendió la marcha escoltada por el albino, a quien no podía evitar lanzar miradas furtivas antes de atreverse a explicar todo mientras llegaban a la cafetería para escoger un asiento algo retirado del resto de la gente, en una de las cómodas esquinas.
—Verá... la persona en cuestión es... alguien a quien conocí hace muchos años... o que creí hacerlo –dijo con algo de pesar, tomándose su tiempo antes de continuar– Y por mi reacción comprenderá que esa persona me causó mucho dolor, y es por eso que le resiento tanto en el fondo –suspiró con pesadez, mirando hacia lo lejos– De todos modos, lamento mucho lo de la bofetada, ¿aún le duele? –preguntó con una sonrisa algo nerviosa, pero preocupada.
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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Re: Hojas en blanco (Privado)
Terminó por aceptar el libro, no es como si le dieran otra opción de paso. Tras haberlo pedido correctamente en el mesón y guardarlo, procedió a seguir a la chica hasta el café que ella mencionaba. Aunque quizás llegase a ser cruel, una parte de el se emocionaba levemente de escuchar una nueva historia, aunque le haya costado un pequeño golpe. No es que le guste meterse en la vida de los demás, pero siente que ve un mundo nuevo cada vez que alguien le cuenta algo, ya sea un hecho triste o feliz.
Pensó que esperaría a que alguien los atendiera antes de escucharla, pero de repente las palabras comenzaron a llegar a sus oidos y escuchó sin hacer interrupciones, mostrándose interesado en lo que decía y asintiendo cada vez que creía correcto. Ante la pregunta, se llevó una mano a la mejilla y sonrió "Sinceramente no duele nada, ni siquiera pareciera que hubiera recibido un golpe, no hay de que preocuparse"
Antes de que siguiera hablando, llegaron a tomar su pedido y por su parte, pidió un té y una canasta de galletas para ambos, dejando que la muchacha eligiera algo a su antojo. Pensó en invitarle algo más pero estaba, sinceramente, algo apretado de bolsillo.
Sus ojos volvieron a los contrarios, por unos segundos se mantuvo en silencio pero terminó dejando escapar aire de sus labios. "Entiendo muy bien que estés dolida, no he pasado por algo así...pero puedo imaginar, sin embargo, ¿crees que llevar tanto resentimiento te hará bien?, como te dije, no duele el golpe pero de alguna manera no se me olvida como me miraste, hay mucho... mucho odio que no te hará bien" quizás su sonrisa se mantenía en sus labios pero la preocupación en su mirada fue evidente, siempre ocurría lo mismo, cuando una historia escuchaba, el se involucraba, tentando terrenos poco a poco.
Pensó que esperaría a que alguien los atendiera antes de escucharla, pero de repente las palabras comenzaron a llegar a sus oidos y escuchó sin hacer interrupciones, mostrándose interesado en lo que decía y asintiendo cada vez que creía correcto. Ante la pregunta, se llevó una mano a la mejilla y sonrió "Sinceramente no duele nada, ni siquiera pareciera que hubiera recibido un golpe, no hay de que preocuparse"
Antes de que siguiera hablando, llegaron a tomar su pedido y por su parte, pidió un té y una canasta de galletas para ambos, dejando que la muchacha eligiera algo a su antojo. Pensó en invitarle algo más pero estaba, sinceramente, algo apretado de bolsillo.
Sus ojos volvieron a los contrarios, por unos segundos se mantuvo en silencio pero terminó dejando escapar aire de sus labios. "Entiendo muy bien que estés dolida, no he pasado por algo así...pero puedo imaginar, sin embargo, ¿crees que llevar tanto resentimiento te hará bien?, como te dije, no duele el golpe pero de alguna manera no se me olvida como me miraste, hay mucho... mucho odio que no te hará bien" quizás su sonrisa se mantenía en sus labios pero la preocupación en su mirada fue evidente, siempre ocurría lo mismo, cuando una historia escuchaba, el se involucraba, tentando terrenos poco a poco.
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Re: Hojas en blanco (Privado)
Esperó que llegara el té que había ordenado junto con una rebanada de pastel, cogiendo de vez en cuando una de las galletas del pequeño cesto que habían traído. Escuchó con atención lo que el otro tenía para decir y suspiró con pesadez. Sabía que no debía guardar sentimientos así de nefastos, aquello no era nada nuevo pero tampoco se trataba de algo que pudiera evitar fácilmente, así de simple; ante el mínimo recuerdo de Elliot, una oleada se apoderaba de todo su cuerpo y le volteaba el estomago, no sin antes hacerle hervir la sangre.
—Lo sé, lo sé... la verdad no es el primero que me dice lo mismo... –jugó con su cuchara al revolver su té sin razón– y sé que está mal... no me hace para nada bien, pero pensar que alguien así va por ahí tras salirse con la suya no me deja tranquila... ¿puede alguien como él salir impune? En momentos así quiero creer que el karma se encargó de él a estas alturas –le dio un sorbo a su taza nuevamente para calmarse un poco– De todos modos pienso que eso explica el por qué de mi reacción, ¿no? –agregó con una risa algo sombría– Supongo que será lo mejor dejar el asunto hasta ahí, no tiene caso sabiendo que no lo veré de nuevo... ¿y qué hay de usted? ¿Cuál es su historia? Si es que se puede saber, claro... –preguntó con sincera curiosidad, ¿cómo era que alguien con... tal físico pudiera enontrarse justo con ella de todas las personas existentes en Glass City?
—Lo sé, lo sé... la verdad no es el primero que me dice lo mismo... –jugó con su cuchara al revolver su té sin razón– y sé que está mal... no me hace para nada bien, pero pensar que alguien así va por ahí tras salirse con la suya no me deja tranquila... ¿puede alguien como él salir impune? En momentos así quiero creer que el karma se encargó de él a estas alturas –le dio un sorbo a su taza nuevamente para calmarse un poco– De todos modos pienso que eso explica el por qué de mi reacción, ¿no? –agregó con una risa algo sombría– Supongo que será lo mejor dejar el asunto hasta ahí, no tiene caso sabiendo que no lo veré de nuevo... ¿y qué hay de usted? ¿Cuál es su historia? Si es que se puede saber, claro... –preguntó con sincera curiosidad, ¿cómo era que alguien con... tal físico pudiera enontrarse justo con ella de todas las personas existentes en Glass City?
Aria Ainsley- Soporte Gráfico
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